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Caída libre
A mi edad ya no me importan cosas como el sentimiento de pertenencia. Quizás sea porque durante mi paso por la educación primaria y secundaria lo unico que pude aprender de manera profunda es que el mundo es horrible. Ir a la primaria a una institución privada, de monjas y solo para mujeres me dejó un interminable anecdotario de las diversas y peligrosas formas del micro machismo, fascismo y elitismo. De chica tuve que soportar a mis pares (y encima congéneres) hacer a un lado a todo lo que no se pareciera a lo que conocían. Familia cristiana,heterosexual, como ese tal dios manda, con mamá y papá, con abuelos a los que vas a ver el domingo. No solo era horrible esa no pertenencia, lo que mas abrumaba a mi mente de apenas seis años era que cuando uno es infante suele creer que el mundo es así y se conforma. La educación privada me hizo estereotipar, conformarme y soportar la idea de que ser hija de trabajadores me hacía inferior. El discurso violento de Gonzalez Fraga que arremete contra el poder adquisitivo del salario medio ya lo había visto en actitudes y frases de personitas con la fortuna de asistir a una escuela privada. Puedo confirmar que es real la gente que piensa que no podes irte de vacaciones o comprarte un jean de marca solo porque sos asalariado. Sin animos de implementar el reduccionismo, costumbre que me sacó la educación pública, en los dos institutos privados a los que asistí no solo el alumnado estaba preso de la superficie plana y hostil de la ignorancia de clase, sino también me tocó ver maestras de ética dudosa utilizar una especie de terrorismo educativo. Una maestra de arte de la primaria te quitaba el gusto por el mismo si al dibujar eras menos que un imitador de Da Vinci. Una profesora de historia hostil con todos los alumnos que no entendieran su extraño método (poco pedagógico y alejado de la cultura) de relacionar las teorías con artículos periodísticos. Con el tiempo y gracias a mi "caída" en la educación pública descubrí que no todos los docentes, y mas importante aún no todas las personas, son de este orden del terror. La educación privada no hizo mas que encasillarme, estar presa de la taxonomía y el conformismo, sufrir de hostilidades por mi identidad y mi clase social y hacerme creer que debía soportarlo porque el mundo es así. Me tiré a la educación pública y fui en caída libre hacia las preguntas, a un lugar en donde no soy solo una clase social o un recurso humano. La fortuna de estar en una universidad del Estado me hizo comprender entramados profundos sobre lo social, me hizo amar lo que estudio. La educación privada me vendió pescado podrido, me mintió con programas de estudios supuestamente avanzados y me dejó un odio profundo por la humanidad. "Caer" en la educación pública transformó todo eso en esperanza y un poco en sentimiento de pertenencia. Estoy donde quiero estar y que suerte que estoy acá-
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¡Que no es Batman!
En el popular comic de DC, Bruce Wayne es un niño de clase alta que acaba huérfano una fatídica noche en la que un ladrón le dispara a quemarropa a sus padres. Al cabo de unos años, Wayne (Bruno Díaz para los amigos sudacas o hispano hablantes) es un adulto que busca justicia en una ciudad atestada de maleantes bajo la identidad de Batman. Bueno, justicia entre muchas comillas (muuuuuchas comillas) ya que la forma de proceder del superhéroe favorito de las franquicias y los símbolos pop, incluye exagerados homicidios mientras averigua quién le quitó a sus padres en la infancia. Pobre nene, le mataron a la famila. Pobre Batman. ¿Por qué nos cautivará tanto la figura del superhéroe que imparte justicia por mano propia fuera de toooodos los marcos legales que nos molestamos en inventar a través del tiempo? Hace poco, un médico argentino le disparó a un pibe que intentaba robarle el auto. Los medios, expertos en la temática Bruce Wayne, instalaron el debate de la legítima defensa, la justicia por mano propia y la portación de armas por el drama de la inseguridad en el país. Pobre doctor, le querian robar el auto. Pobre Batman. En el fervor de la primicia, los noticieros indagaron todas las fuentes posibles, los hijos del asaltado, la madre del asaltante fallecido, los vecinos. Pero la pregunta seguía siendo la misma ¿está bien que matemos ladrones? ¿está bien ser Batman un ratito? Volvamos a Ciudad Gótica donde Bruce Wayne tiene una mansión, un mayordomo y la suficiente guita para garpar la pilcha, el batimóvil y el sueldo de Alfred (ojalá lo tenga en blanco). El tipo de arriba acribilla al de abajo que sale a robar, porque el que roba es malo, el que roba merece morir y parafraseando a Feinmann, este no jode mas. Pobre Batman, no lo dejan hacer justicia. Al regresar a la Argentina vemos a un carnicero que atropeyó a los pibes que le robaron. Justicia a lo Batman, sin dudas, que dejó a uno de los ladrones herido de gravedad y al superhéroe detenido. Algunos exigen que Batman quede libre, "que este en su casa con su familia tranquilo" dijo el presidente. Porque malo parece ser el que roba y no el que mata o casi mata porque le robaron o le acribillaron a los padres. Para el diario, la radio y la televisión es menester hablar de la "justicia por mano propia" y de cómo arrancarnos de una vez el karma de la delincuencia. Casi siempre la respuesta es de la vara Feinmann "hay que matarlos y punto" No se nos ocurrió (y menos al presidente) pensar en las bases de la desigualdad que originaron al huerfano Wayne, al carnicero y al médico. Parece alocado erradicar la inseguridad o la pobreza que no sea con caridad o balas. Casi siempre (y no generalizo ya que la maldad por maldad existe) la inseguridad es resultado del capitalismo que necesita pobres, propiedad privada y riqueza concentrada. Esta claro de que lado esta Batman, lo que hace que sea mas atractivo que acribille desde criminales peligrosos como el Guasón o maleantes de poca monta. Está claro que si la mamá de Wayne no tuviera perlas o la familia no fuera a la opera no sería atractivo. El millonario es infeliz porque no tiene a su familia. El delincuente es un infeliz que merece morir por robar. Pobre Batman.
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Esto no es un simple trabajo práctico para la universidad. Fue un compromiso que asumimos con memoria y responsabilidad. Cicatriz de tiempo, una radioficción para seguirnos preguntando cosas.
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amiguitos y amiguitas de la lucha. cuidemoslos- fotos: lentejita espacial
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Que si te aplazo, que si no te aplazo.
Hace unos días me llego la noticia de la vuelta de los aplazos y los traumaticos "insuficientes" (el No sati, como lo conoci en mi niñez) a las escuelas primarias bonaerenses. Me permití recordar ciertos destratos y humillaciones que sufrí durante mi paso por la educación primaria y secundaria, que paradojicamente, no vinieron de personas de mi edad si no de mis maestras. No pretendo reducir el mundo a mi mundo, eso no se hace, es básico y no sirve. Lo que sí quiero es poner en la mesa una discusión ninguneada como pibe que pide moneditas en el subte. Y justamente, es que este mismo niño quien sabe si esta asistiendo a la escuela o el aplazo que le harian tragar de asistir porque quizas no tiene tiempo para aprender el me llevo uno de las sumas. No me entra en la cabeza como educadores, intelectuales y la gobernadora planteen que la importancia de aprender esta desligada por completo al trasfondo social que muchos niños de las primarias publicas llevan como cruz. Muchas veces escuche historias de docentes, que ademas de reclamar por una mejora salarial, reniegan de las pocas herramientas que poseen a la hora de tratar casos de extrema crudeza. "No pueden leer bien, ni hablar correctamente, tengo miedo de que en sus casas las esten abusando" decia una con respecto a dos de sus alumnas, que ademas de llegar a la escuela sucias, tenian dificultades en el lenguaje. Hay mas historias, niños sin madres, a merced de padres alcoholicos y violentos. No es un dato menor, porque no todos tenemos a mamá o a papá cuando volvemos del colegio esperandonos con la merienda y que nos ayuden a hacer la tarea. La alerta es solo para las familias, parece. Si tu nene o nena de seis tiene una mala nota, numerica o no, es porque no esta aprendiendo, porque esta mirando mucho Disney Junior, no porque no comió anoche o lo mandaste a vender lapiceras al tren. La cuestión es unilateral, esta dado que todos los niños inmersos en el sistema educativo tienen las mismas capacidades y las mismas historias. No solo son sus posibilidades de aprender las tablas, también lo es su vida fuera del edificio donde te aplazó la maestra de matemática. No obstante, no discutimos en ningun momento el rol de la escuela, que no es un aguantadero, dirian algunos, que no tienen la culpa de que seas un progenitor de mierda, que la educacion es un derecho. Lo que no parece seguir ningun rumbo es el sistema por el cual adquirimos conocimiento, gastado, dinosaurio, clasificador, que nos quita nuestra individualidad. Sumar todo esto a la ausencia del Estado en esta tematica forma un coctel de mierda, para los chicos, obvio. Es un circulo vicioso de humo. La frase no es "si no les exijis no aprenden" es, quizas, "no aprende porque tiene hambre, se duerme en clase porque el viaje que hace hasta la escuela lo cansa" y adiviná quienes no parecen estar dispuestos a salir a favor de los mas vulnerables...
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Defender la alegría como una trinchera foto: Lentejita espacial
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En una sociedad cerrada donde todo el mundo es culpable, el único crimen es ser atrapado. En un mundo de ladrones, el único pecado definitivo es la estupidez
Hunter S. Thompson
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Habría que empezar a preguntarse cuando te cansás de no estar cansado. Cuando cambias el sueño por dormir ocho horas de corrido. Cuando dejás de abrazar y decir te quiero porque sí.
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We know this summer feeling.
Cartoon by Zachary Kanin. For more funnies, spend time with our cartoon randomizer.
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