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Tiempo presente

La presente evolución se presiente inminente, importante, e inevitable.

Lo que cuenta es hacerlo con intención.

No se trata de “flotar” ni de dejarte llevar y “que el destino decida”,

Se trata de volcar la atención que sueles poner en otras personas, por una vez, en ti mismo.

Y esto lo tienes que hacer como una decisión consciente.

Para esto, lo primero es romper con el ciclo de la aprobación. No necesitas más atención, No necesitas más validación, No necesitas más aprobación.

HAZ LAS COSAS PORQUE TÚ LAS ELIGES Y SOLO POR ESA RAZÓN.

NADIE TE NECESITA, y eso debería ser liberador para ti. ES TU MOMENTO, TU EMANCIPACIÓN.

No te voy a decir que lo debiste hacer hace tiempo, porque da igual.

Te voy a decir que lo hagas ahora que puedes, Porque puedes, Porque te lo mereces, Y porque nadie más que tú te va a hacer feliz.

Has avanzado, eso se reconoce. Tienes que seguir avanzando. No importa quién se quede atrás. No importa si eso te causa tristeza.

Deja de pensar en complacer al resto. Deja de compartir todo lo que piensas todo el tiempo, Ya has visto cómo se presta a malos entendidos.

Deja de esconderte y muéstrate como quieras, En tus términos. Si no te da la gana de hablar con nadie, No lo hagas, nadie te obliga. Y si te apetece hacer lo opuesto, Dale, nadie te detiene.

Cultiva y defiende tus tres P’s con los dientes:

Tu propósito Tu progreso Tu paz

Deja de pensar que eres el responsable del bienestar de alguien más que tú. Mejor, dedícate a brindar bienestar a quien tenga a bien acercarse. Regala tu tiempo a quien te regale del suyo.

Hazte la vida, esta vez, fácil y cómoda a ti mismo. No necesitas sufrir, no necesitas estar triste. Lo que necesitas es estar enfocado en lo que viene y empujar con todo a por ello. El resto vendrá cuando tenga que venir.

No pares hasta tener CLARIDAD IMPARABLE, No te apures en salir del silencio, No te apures en salir de la soledad.

Elígete a ti mismo. Te lo debes, tanto como te lo mereces.

Es hora ya de que seas más tú.

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Polvo y Arena

Esta es una de esas noches de insomnio en las que me acuerdo de por qué es que a veces no puedo dormir.

Me acuerdo de ti, y repaso en mi cabeza discusiones pasadas, volviendo a experimentar la frustración de todas esas ideas que se quedaron truncas, de muchas de esas cosas por las cuales no peleamos al final.

La verdad, a estas alturas y después de todo este tiempo, entiendo tu posición, a pesar de que no deseo hacerlo. Me puse en tus zapatos y entendí por qué te abrumaste, por qué te comportaste como lo hiciste, y también por qué no fui yo al final quien te podía otorgar la solución a todos esos problemas que tenías con nosotros y nuestro devenir.

Hago una distinción aquí, porque la claridad con la que veo ahora las cosas, a la distancia, me hace entender que tú no te fuiste para evitar nuestros problemas como pareja, sino que te fuiste para evitar tus problemas con la idea de pareja que tenías conmigo. Tomaste distancia, disociaste y te metiste en otra cosa porque la caja de resonancia en la que se había convertido tu cabeza solo oía ecos de todas esas ideas que ya no tenían otro camino más que la ruptura, incluso desde antes de comunicar tu decisión, y eso ya no te dejaba vivir ni respirar.

No estabas agobiada buscando soluciones. El agobio vino buscando la salida. Pensaste que eso callaría las voces dentro de tu cabeza que te decían una cosa fuerte y clara, que para ti esto ya no daba para más. Y en ese camino, seguramente, alguien más te pareció más atractivo, menos problemático, y más presente. Y a mi me dejaste atrás, y ese olvido me dañó tanto, tanto, que durante muchas noches en vela, como la actual, solo me pensé tan roto que no merecía que nadie más me quiera en la vida. ¿Para qué, me decía, si al final nada de lo que hice contigo o por ti garantizó la más mínima compasión o empatía de tu parte?

Aunque no me encante la idea, ahora entiendo por qué tuviste que ser así de fría para cortar. Luego de que me perdiste el interés, en tu cabeza ya no tenías razón para tratarme bien, para elegir ayudarme de alguna forma. Yo hubiera pensado que era mostrar consideración, respeto y compasión por quien se llevó la peor parte de la ruptura, pero tal vez fue mejor que me trataras con distancia, displicencia y hasta un poco de encono. Entiendo, digo, pues en ese momento me hubiese aferrado a cualquier hilo de esperanza, y eso seguramente hubiese terminado peor aún para mi.

¿La parte buena? Que así como puedo entender tu posición, entiendo mucho más la mía.

Esta noche desvelada te puedo decir, sin tristeza y con sinceridad, que si bien no duermo y me acordé de ti, revisitando un retazo de esas conversaciones finales, no estuve buscando nada en específico en ellas. Tampoco tengo ánimos de que sepas que de vez en cuando te recuerdo.

La verdad es que la gran mayoría de palabras que nos dijimos, pues ya las había olvidado, así como tampoco recordaba lo difícil e infructuoso que fue intentar conversar con tu falta de claridad al final de las cosas.

Entendí que, todo este tiempo después, solo fui yo, y que lo sigo siendo. Quizás hasta soy una mejor versión de mí ahora, después de todas las tormentas que sucedieron tu alejamiento. Me encuentro apreciando más los buenos sentimientos de las personas y también siendo un poco más libre en manifestar los míos, aunque a veces parece que a nadie le importara. Al final, entiendo también que no siento cosas "para" nadie más que para mí. La experiencia es mía y es evidente que nadie nunca va a poder ver o sentir o percibir la intensidad con la que yo quiero cuando lo hago, y eso también está bien.

Entendí que no está mal sentir ni está mal haber estado triste. Porque puede que haya encontrado dos o tres poderes ocultos que espero saber aprovechar la próxima vez que me toque querer a alguien especial.

Miro atrás y, en el repaso de todo esto que he venido pensando después del final, no puedo negar que siento una pequeña desazón. La razón siendo que creo que, finalmente, descifré la clave de todo nuestro asunto, y por fin lo pude entender, pero nada de esto va a alterar en lo más mínimo el devenir de nuestra circunstancia.

Es claro, entonces, que aquella idea que entretuve en algún momento de volver a estar juntos vive ahora irremediablemente en el pasado, atrás, junto con esas palabras que ya no recordaba y con las ideas (o los ideales) de esas personas que, no sé si para bien o para mal, tú y yo ya no somos ni seremos.

Y de pronto llega un poco de calma y bienvenido sueño.

Como siempre en este proceso post-mortem de nuestro tiempo juntos, cierro este texto esperando que estés y que te vaya muy bien.

Adieu.

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Todas las noches practico, a pesar de que me acuerdo de ella (de varias ellas en verdad), el no asomarme para nada a ver sus perfiles en redes.

Debería darme un premio a mi mismo por mi disciplina.

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A veces, cuando me acuerdo de ti, fantaseo con que me pides "disculpa", así, en singular, como siempre usaste erróneamente. Y luego te molestarías porque te corrijo y sabríamos que de una u otra forma estamos mejor así, sin saber nada el uno del otro.

Que seas muy feliz.

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Just

Queremos con todo el corazón. Deseamos con todas nuestras fuerzas. Soñamos con toda la intensidad.

La ilusión es un paliativo temporal. Un artefacto que nos ocupa por un rato. Una esperanza con poco asidero en la realidad.

Es claro que nos ilusionamos porque queremos. Es más, sin ilusión no vivimos. Quizás la realidad es difícil de aceptar: Que ilusionados o hasta acompañados, Solo estamos solos. Y tal vez siempre lo estaremos.

Firmado: Alguien que siempre está En el lugar equivocado, En el momento equivocado, O en ambos.

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Cínicamente muertos

En un contexto interpersonal, cuando nos culpan de algo, uno generalmente piensa que nos están lanzando una merecida crítica personal, porque algo se ha hecho mal y que eso nos ha ganado una reprimenda o castigo.

Debo decir que ahora pienso un poco diferente.

Tengo claro que, seguramente, ha habido muchas ocasiones en las cuales tuve responsabilidad. Es un hecho que soy lo más lejano a un “caso ideal” cuando se trata de acercarme a las personas. Pero intento no mentir. Y no me escudo en otros para quitarme la culpa de encima. Al contrario, en aras del "bienestar", hasta asumo culpas que no son mías.

Es por esto que me parece curioso ver a los extremos a los que llegamos los humanos cuando queremos justificar nuestras cagadas.

Lo digo porque hace poco me acordé de las palabras en esa carta final que me mandaste. Esa misma que no leí hasta un par de meses después. Me acordé de uno de los pasajes, en el que creo que quisiste responder a algo que te había mencionado antes, eso de que hasta las borracheras que tuvimos eran bonitas. En tu confusión, creíste encontrar un instante de iluminación, y sugeriste que solo nos emborrachábamos para no tener que lidiar con nuestros problemas de ese momento, para olvidar.

Y, no te mentiré, me dolió mucho leer esto, porque de verdad que eran momentos a los que les tenía cariño. Pero poco a poco fui tomando conciencia de que las cosas no habían ocurrido como las contaste.

Lo primero fue que tu carta fue, como siempre fuiste tú, cansinamente entreverada. Lo segundo fue que recordé que en realidad no “nos emborrachábamos” los dos, sino que siempre, siempre, fuiste tú la que llevó la peor parte. Fuiste tú a quien yo tenía que cuidar en algún momento. Siempre fui yo el que se aseguraba de que llegáramos a casa los dos.

Pero eso se te olvidó mencionar.

No puedo, entonces, estar de acuerdo con lo que dijiste de que hayamos querido esquivar las discusiones. No, porque no fui yo quien quiso dejar de conversar. Fuiste tú.

Pienso firmemente que expresaste tu inconsciente, de forma involuntaria revelaste eso lo que tú hacías por tu cuenta, sin darte cuenta, y que no quisiste asumir tu responsabilidad.

Qué fácil, ¿no?

En la relectura, se entiende que toda la carta quiso ser una transferencia de responsabilidad tuya. Hasta quisiste implicar, con varias viñetas, que tú eras "muy joven e inocente" y que "yo debí saber mejor". Eso no es nada menos que una bajeza.

Y, ¿sabes? Puede que hayas tenido mil razones para irte. Y tal vez hasta hubiera entendido si lo hubiéramos intentado aclarar. Pero tú no lo quisiste, y eso va fuera de mi, de lo que yo haya podido hacer o no por y para ti. Va más allá de la diferencia de nuestras situaciones.

Porque lo que tú elegiste fue irte por la puerta falsa. Calladita, sin querer afrontarnos. Y al querer irte corriendo, se te pegó un papel higiénico con caca en el talón de la bota, y en tu apuro por zafarte y no ensuciarte se te ocurrió que la mejor solución era tirármelo a mi.

A mi, que siempre te había cuidado. A mi, que siempre te quise. A mi, que siempre te soñé como mi compañera en esta vida.

Pero el tiempo, por suerte, ayuda a sanar estos dolores. No, ahora ya no me jode, eso es definitivo.

No sé por qué me he acordado de esto en este momento. Y no sé por qué quise escribir sobre ello. Tal vez solamente me dio pica, como un niño que ha perdido un juego de mesa: de puro capricho.

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Secrets.

I never lied. I just failed to mention it.

Perhaps I’ll say it one day.

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Joy, nostalgia and everything in between

Everything is changing now. Finally. And it feels good.

I just can’t help but wonder…

How long can it last?

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Year one

It's been almost a year since you left, and I still feel slightly dispossessed. It all still feels like someone took something that was mine away from me the moment I least expected it.

But don’t worry, I never thought you were “mine” in any sense related to a “possession”. I mean, I was convinced that you were my person in this world of shit, but clearly one’s “person” does not leave the other one just hanging without explanation.

I think about you a lot lately.

I hope you’re ok, even if it isn’t with me. I just can’t seem to shake off this feeling that the way that it all came down wasn’t fair at all.

I’m sorry. I know I shouldn’t be saying these things.

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Sparks

It seems like I am missing the “taking care of you” part more than the actual you.

Funny that.

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City sickness

I saw you smiling.

In all honesty, however, you look kind of sick.

Oh well. I still hope you’re ok.

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Weird goodbyes

I keep going back and forth...

I know you have no intention of coming back.

Still, it doesn't change the fact that I still hold on to the thought that you will message me at some point or make yourself present in some other way.

I know it's over. I just don't know what to do with all these feelings that, at the moment, never seem to recede.

I wanted to keep on loving you so much that, of course, I still do. But loving you wasn't the problem much. The problem was that you stopped loving me back.

I wish I didn't feel this way.

I hope, someday soon, I won't.

I can only hope.

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Bleeders

Por acá puedo decirlo sin decírtelo, así que eso haré:

No importa cómo hayamos terminado. No importa la decepción que haya significado para mí. No importa que todo esto haya sido manejado de pésima manera.

Siempre, siempre te voy a querer. Siempre me vas a hacer falta. Siempre me va a doler que ya no seamos "tú y yo", y que esta no sea ya "nuestra historia".

No lo voy a seguir negando, pues mentirme me hace mal. Pero ya tampoco te espero, para nada.

Solo declaro esto, que nadie tiene por qué saber, en este blog que nadie sabe cómo encontrar.

Y ya.