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[lorielsgarden]

Tú sólo viste lo mejor de mí, no lo que yo sufría. Te fuiste sin saber el porqué, el porqué de mis heridas y no te tocaba a ti curarlas. Viniste a pasarla bien... y la pasamos bien.

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A veces somos dos orillas mirando la misma agua, pero esperando que el otro cruce primero.

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Sólo quiero alguien con quien me sienta segura de abrir mi corazón y mostrar mi alma.

Loriel 🌷

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Tan fuerte como para liberarme.

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Como no sabía que sentir, hice como si no sintiera nada.

[lorielsgarden]

Quizá solo deba resignarme a seguir adelante sin esperar nada

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De pronto,

el pecho le pesó como si el mundo cayera sobre él.

Las lágrimas corrieron desde sus ojos

hasta hundirse en la almohada,

y lo supo:

él no la veía.

Podría desnudarse mil veces frente a sus ojos,

y él sólo miraría piel.

Aunque su carne fuera cristal,

jamás sabría atravesarla

para descubrir las maravillas de su interior.

Y dolió.

Cincuenta dagas de hierro helado

se clavaron en su corazón,

perforando sus pulmones.

El aire la abandonó por un instante.

Con su último aliento,

su imagen huyendo

parecía la única posibilidad.

-Loriel.

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La carne que desea arder no es solo el cuerpo,

sino el alma que anhela recordarse viva.

La puerta es el umbral de la transformación,

el límite entre lo conocido y lo desconocido,

entre la coraza y la vulnerabilidad.

El viento frío no es apenas brisa:

es el miedo disfrazado de susurro,

el eco de antiguas heridas

que todavía reclaman obediencia.

La cama, con su sombra y su refugio,

se convierte en tumba y cuna a la vez:

un lugar seguro donde no hay dolor,

pero tampoco luz.

La frase que retumba —“mejor no sentir nada”—

es la sentencia que la ata a la oscuridad,

un muro invisible que sofoca su deseo de latir.

El dilema no es solo sentir o no sentir,

sino morir de pie en la hoguera de la vida

o sobrevivir tendida bajo el silencio.

-Loriel 🌷

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Sorprendentemente,

mi flashback favorito contigo

es de aquella primera noche:

tú en mi cama,

desnudos,

comiendo,

Y riendo de todo.

Un instante tan genuino,

tan simple,

y, sin embargo, mágico

cada vez que lo revivo.

Creo que allí caí por tu sonrisa,

allí se encendió algo en mí,

y qué fácil,

qué natural,

fue acurrucarme en tus brazos después.

-Loriel.🌷

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Gracias por volver a mí.

Lo supe siempre, aunque ignoraba el camino.

Mi amor por ti, inmenso,

ha mutado con los años,

cambiando de formas como el agua,

pero jamás dejó de agradecer tu presencia.

Eres la sombra más constante en mi vida,

la voz que me acompañó en mis silencios.

Has visto todas mis versiones nacer,

y con tus huellas ayudaste a moldearlas.

Has sido amigo y adversario,

luz y tormenta,

guía y extravío;

pero, sobre todo, familia,

parte indivisible de mí.

Nuestras almas han estado enlazadas desde siempre.

Y ahora, tras tantas tormentas,

me basta el alivio de saber

que puedo conservarte con ternura,

y mirar atrás sin cicatrices,

sin dolor, sin rencor.

-Loriel.🌷

[lorielsgarden]

Déjame,

déjame tu aroma,

regálame el sonido de tu risa,

déjame la luz de tus ojos,

regálame tu sonrisa.

Dame tu presencia cada día,

permíteme quedarme en tu mirada.

Déjame estar entre tus brazos un poco más,

regálame tus horas,

dame tus pensamientos.

Déjame tus caricias ardiendo en mi piel,

préstame tu voz para oírla todo el tiempo.

Déjame…

Déjame quedarme.

-Loriel. 🌷

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¿Que si es demasiado pronto?

Tal vez, eso dirían muchos.

A veces yo misma lo pienso.

Pero el sonido de su voz me persigue,

la chispa en sus ojos me atraviesa,

su sonrisa me domina,

y el roce de su piel me derrite.

No logro sacarlo un instante de mi mente.

Cuando lo intento, su risa regresa,

y me quedo perdida en los gestos de su rostro:

los que hace al mirarme,

al reír,

o al desafiarme con las cejas levantadas.

Suspiro.

Ni siquiera quiero decírselo,

siento que perdería la batalla

que yo misma acepté al dejarme sentir.

Aunque nunca lo sepa,

seguiré habitando las escenas de nuestras noches:

la risa, la cocina, el sexo,

los banquetes después del hambre.

Las sensaciones que despertó en mí son suyas.

Y tal vez, también lo soy yo.

-Loriel. 🌷

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Pienso en su sonrisa todo el maldito tiempo.

-Loriel. 🌷

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La dama de rosa y la dama de azul.

La dama de rosa observó el espejo.

Vio en su reflejo a la dama de azul,

escondida a simple vista

detrás del reflejo de su mirada.

Recordaba cómo, al encontrarla en su jardín,

yacía pálida, infértil,

su luz a punto de apagarse.

La cobijó con sus brazos

y la tomó bajo su protección.

El dolor de verla en ese estado

se convirtió en un estallido de furia

que levantó estos muros

y las apartó del mundo.

Ha pasado años atesorándola,

observándola renacer,

Haciendo todo por mantenerla a salvo.

Guardándola como un secreto.

Ahora la ve sedienta de salir de nuevo,

su chispa brilla casi tanto como antes

y su corazón palpita con ansias

de mostrarse de nuevo.

Pero no puede permitirlo,

no tolera la idea de verla herida de nuevo,

no quiere ver el mundo apagar su espíritu otra vez,

les pertenece a ambas.

¿Qué harían la una sin la otra,

sin su mutua compañía y protección?

Han sido solo ellas,

ellas contra todo,

ellas por tanto tiempo.

La dama de rosa no abrirá la puerta.

Aunque la dama de azul

no pueda dejar de intentar

abrir las ventanas.

-Loriel🌷

[lorielsgarden]

Entre el deseo de abrir las alas y el miedo a que me las rompan.

-Loriel.🌷

[lorielsgarden]

Me ha tenido cautiva,

no sé cuánto tiempo,

en este sótano,

atrapada en estas paredes sin alma.

—Es por tu bien —ha dicho.

No he sentido más que efímeros rayos de luz

o una suave brisa acariciando mi piel.

Me he desacostumbrado tanto al contacto

que me estremezco fácil y violentamente.

Ella vigila cada paso,

cada respiración,

cada movimiento.

—No deben encontrarte jamás, eres mi tesoro.

Me niega el mundo.

Aquí no hay emociones,

ni colores,

solo su mirada vigilante.

Me cuida a la vez que me sofoca.

Quisiera salir, a veces.

He intentado huir,

pero siempre regreso a sus pies.

—Te lo advertí: el mundo es frío y violento.

Y ha tenido razón cada vez.

La mansión en sí misma es una joya,

pero soy su perla más preciosa.

Las cosas valiosas son para ojos capaces de apreciarlas.

Siempre la tengo a ella

y a sus brazos,

sus palabras bonitas aunque filosas.

Construyó este refugio para mí

cuando llegué a su puerta arrastrándome,

casi muerta,

abandonada a la deriva de un amor

que me consumió por completo.

Me ha cuidado desde entonces

y yo, a cambio, he prometido esconderme

cada vez que alguien de fuera intenta alcanzarme.

Supongo que seré suya para siempre.

-Loriel.