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[lorielsgarden]

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Como no sabía que sentir, hice como si no sintiera nada.

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El mensaje que tanto esperaba fue el que me rompió el corazón.

Loriel.

[lorielsgarden]

Tan fuerte como para liberarme.

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No creo poder enamorarme tan perdidamente otra vez, no hay manera.

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Mary Oliver

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A veces haciendo nada o estando ocupado siento como jalas el hilo rojo y tu cara, tus palabras o algo tuyo llega a mi mente.

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~Connor B.

[lorielsgarden]

Sólo quiero alguien con quien me sienta segura de abrir mi corazón y mostrar mi alma.

Loriel 🌷

[lorielsgarden]

Háganlo ustedes que pueden.

[lorielsgarden]

¿Y… si leyeras lo que he escrito a tu nombre… que dirías, que pensarías, qué… sentirías?

Loriel 🌷

[lorielsgarden]

Quería decirte

que me gusta tu voz,

los ángulos de tu rostro

y cómo se suavizan cuando sonríes.

Que me gusta que me hagas reír

y enojar con la misma broma.

Que me gustan nuestras charlas,

y tus ojos.

Quería decirte

que no me gusta tu silencio,

y que detesto

la distancia que nos separa.

Quería decirte…

En fin,

quería.

-Loriel. 🌷

[lorielsgarden]

Escribí tu nombre en la arena para que el mar lo borrara pero sigo pensando en ti.

Loriel 🌷

[lorielsgarden]

Te dije te amo en un intento desesperado por sentir.

Loriel.

[lorielsgarden]

Que ganas de hablar contigo.

Loriel.

[lorielsgarden]

“Nunca había rogado por nada en mi vida, pero silenciosamente pedía que me dijera que me quería. Que se preocupaba por mi. Algo”.

— Mario Benedetti.

[lorielsgarden]

Esta es la carta que nunca recibirás.

Nunca te dije lo que realmente sentía por ti.

La verdad —lo sé— te destrozaría el corazón:

nunca te quise.

Desde el principio supe que no eras tú,

que lo nuestro no duraría.

A mi manera intenté advertírtelo,

aunque dudo que alguna vez me escucharas.

Me usaste.

Fui tu salvavidas, la excusa a la que te aferraste

para escapar de un lugar donde ya no querías estar.

Después me convertiste en tu trofeo:

una conquista para mostrarle al mundo,

porque tú, por ti mismo, nunca fuiste suficiente.

Te obligaste a creer que me amabas

porque, como dijiste, “yo era demasiado”,

y necesitabas presumir, aunque fuera, un logro.

¿Un logro?

Hoy dejo que mi ego le hable al tuyo:

tenías razón.

Yo sí era demasiado… para ti.

Todos lo veían.

Incluso tú.

Tan temeroso de que recobrara la cordura y escapara,

buscaste formas de retenerme.

Pero nunca me tuviste.

Jamás fui tuya.

Solo bajé a tu altura para que pudieras alcanzarme,

y aun así, apenas lograste rozar la superficie de mi corazón.

Siempre te vi tan imponente por fuera,

y tan incapaz por dentro.

Un hombre postrado ante los demás,

incapaz de sostenerme,

incapaz de sostenerse.

Nunca podrías haber recibido mi corazón,

y por eso nunca te abrí más que una ventana.

Un acto absurdo de mi parte,

una rendija apenas,

que se abrió en un momento de desesperación.

Hoy quisiera borrarte de mi historia,

pretender que nunca exististe,

porque incluso contigo, me sentía sola.

No te he extrañado ni un segundo desde que me fui.

No te deseo mal,

pero tampoco me importa lo que pase contigo.

Solo espero que algún día me olvides,

y no tenga que volver a ver esos ojos tuyos,

oscuros,

con esa expresión de derrota,

mirándome…

como aquella última noche.

Loriel.