malasanvta - Tumblr blog

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thckking‌:

“…why? …how?” / @malasanvta​

    “nos denunció el papá de andre,” en realidad a su hijo, pero como estaba en escenario pues terminó también involucrado. no hay mucho más para decir, ahora tienen que pasar los días hasta el juicio y ver qué hace en el medio para recaudar el dinero e ir devolviéndole a todos los que colaboraron. “básicamente, estoy jodido. pero si sabes de algún trabajo que acepten a alguien como yo, me avisas.”

frunce el ceño. no es que le sorprenda ( ella bien sabe el desastre que es andre, y aunque lo pasa genial cuando está con ellos, está consciente de que juntos pueden ser una bomba ), pero de algún modo le inquieta que hayan llegado tan lejos. “es que... wow, eres un idiota” pero lo mantiene como un regaño amistoso. asume que ya lo habrán hecho sentir terrible. lo piensa un instante. “pues si quieres ser el nuevo jardinero de los castelo, lo puedo organizar” puede que esté bromeando, puede que no. “

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jobchrs‌:

‘ you want a beer? ’    / @malasanvta​

“ ¿una? necesito diez ” no había tenido muy buen día en el trabajo y el agotamiento de la semana comenzaba a hacer mella en su cuerpo, que adolorido de las horas limpiando solo demandaba un poco de tranquilidad. “ siempre sabes qué necesito y cuándo lo necesito— ¿te quieres casar conmigo? ” bromea con el cigarro a punto de encender entre labios, calada que arrebata al mismo tras ello. 

“wow... bueno, creo que puedo hacer eso” se ríe brevemente, completamente segura de que hay cerveza de sobra en la nevera ( pues ella la compra ) “¿día difícil?” cuestiona, entregándole el envase helado, e inevitablemente larga una risa más sonora ante lo siguiente. “es mi súper poder” alardea, mordiendo labio inferior para no largar otra carcajada. se inclina para robarle el cigarrillo y darle una calada profunda antes de ella misma volver a colocarlo en labios ajenos. “me casaré contigo si me lo pides como se debe, listilla” le guiña el ojo con complicidad, exhalando el humo y acto seguido, dándole un trago a su cerveza.

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megarcs‌:

envía ✏️ para un starter random.

“no te he visto en aproximadamente diez años —así que ahora vas a sentarte aquí, justo a mi lado, y contarme por qué demonios haz estado tan desaparecida.” pausa, sonrisa pícara se alza en comisuras, casi cómplice. “o por quién…” juguetea con suposición. @malasanvta​.

rueda los ojos ante dramatización, pero una risa termina abandonando sus labios, así como su bolso a un costado. su peso cae en la silla y echa la cabeza hacia atrás. “no es justo que me interrogues de esta forma,” se queja con, en realidad, nada de disgusto en su voz. “tú tampoco te apareciste para preguntarme si estaba viva, así que supongo que has estado ocupada también...” imita el tono contrario, alzando las cejas. “he oído cosas” añade con una firmeza bromista, esperando una defensa o reacción.

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quimcras‌:

ceja derecha se eleva cuando repite sus palabras, pero todo encaja en su lugar cuando menciona a alguien más, por fin entendiendo por dónde viene la cosa. no sabe si fue franca quien le fue con el chisme, alguna otra persona o simplemente aitana tiene ojos hasta en las espaldas, pero no puede evitar sentirse un poco idiota al respecto. sólo se había pasado un poco en su actitud, mas no había pensado que la conversación saldría más allá de sus dos partes. ‘sí, estuve hablando con ella unos minutos’ replica, quizás sin ser del todo sincera. ‘tal vez utilicé un tono por demás irónico, pero nada más. ¿por qué? ¿ya te fue con el cuento?’

se le disipa posible molestia por otro tema cuando se percata de la expresión y el tono que utiliza la mayor. tiene que morderse el labio para no largar una risa sonora, así que solo apoya palmas sobre la mesada y se dedica a mirarla de costado. “ajá” encoge un hombro. es sincera, no le va a ocultar que estuvo hablando con franca. tampoco es como que tenga algo de que preocuparse. “oye,” se mueve hacia ella y suaviza su tono. “no te estoy reclamando” le aclara, mirándola a los ojos, como si buscara algo en ellos. “quita esa cara, bonita— por mí arráncale el cabello. no me interesa” quizás está exagerando. o quizás no. la verdad es que todavía le tiene algo de rencor a la menor, su orgullo no le permite pensar de otra forma. “de hecho, creo que sería atractivo que lo hicieras...” relame sus labios, acortando más la distancia y su mirada desciende; dígitos atrapando un mechón rubio para juguetear con él. “se me pasó por la mente que estaban acostándose” confiesa entre risas, porque ahora le suena absurdo. “pero hey, si quieren acostarse, yo... no es asunto mío, eh” se hace la desinteresada y un poco la graciosa, pero de suceder, probablemente las borraría de su cabeza permanentemente.

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margaritacastelo‌:

“Porque soy tu hermana y me doy cuenta. ¿Qué pasa?” Luego de decirlo coloca sus dedos unidos en la comisura del labio y con los mismos finge cerrar su boca con un cierre invisible. No piensa decirle a nadie lo que sea que tenga Aitana para contar, como tampoco tiene intenciones de revelar sus secretos tampoco. Toma una bocanada de aire cuando su hermana empieza a ser su hermana nuevamente, advirtiéndole sobre las posibles reacciones que puede tener al respecto. Seguro que le dirá algo con lo cual no estará de acuerdo, probablemente sí querrá actuar como un juez pero, de hacerlo, no volverá a hablarle sobre su vida. “Haré mi mejor intento.” No puede prometer nada ya que no tiene idea de la gravedad del asunto. “Claro que me acuerdo, dijiste que lo tomaste pero jamás se volvió a saber dónde estaba.” Imposible olvidarlo, a cualquiera se le iba la vista al mismo cada vez que su madre lo tenía puesto. Cuando Aitana mencionó que jamás lo tendría de nuevo pedió la cabeza. Pero bueno, al final solo fue un día más en la vida de los Castelo. Abre los ojos más de la cuenta cuando confiesa su paradero. “¿Cómo sabes que esa chica no va detrás de ti por tu dinero?” Pregunta entonces, le da igual si lo hizo para que su madre explotara (cosa que logró), se preocupa más por la rubia y las intenciones que pueda tener con Aitana quien, hasta ahora, solo ha demostrado estar realmente enganchada con ella. Puede que no lo sepa pero que le haya regalado la joya realmente dice mucho, conoció a la chica y su impresión no fue buena, no quiere que le rompa el corazón o que se aproveche de ella. “¿Por qué odias tanto a mamá? No es la culpable.” Las dos saben que aquí hay solo un hombre a señalar: su padre. La mujer es solo otro peón, uno que está muy cómodo disfrutando de los lujos, como ella pero peor. 

poco a poco se siente más cómoda, más que nada porque se percata de que no hay ni siquiera la intención de señalarle brutalmente su egoísmo, ni siquiera parece que la otra mexicana esté por poner el grito en el cielo, y tampoco se le nota decepcionada. eso le genera algo de tranquilidad y la sensación de libertad para seguir hablando. le sorprende incluso, que su pregunta se haya dirigido a los intereses en su ilegítima relación ( porque no sabe dónde están paradas ), y no a en qué diablos pensaba. niega con la cabeza despacio, casi con la expresión de una niña insegura. “no— léo no necesita el dinero. tampoco es de las que buscan a alguien de su nivel para volverse una especie de... no sé, power couple” y sin querer se le cuela una sonrisa, porque si lo pensaba bien, tenían todo el potencial para ser uno de esos clichés: dos mujeres hermosas, poderosas y sobresalientes. se acomoda un mechón de cabello tras la oreja, mirando hacia el techo y descansando la cabeza en su almohada solo un instante. “es— es muy buena conmigo, margarita. te lo juro” se le escucha tan segura, y cuando mira en dirección a su hermana, se le nota un brillo especial en los ojos. se traga el resto de las palabras, se muerde la lengua, porque aitana a veces abraza su fachada de « cero sentimientos, solo sexo » y le avergüenza mostrarse contraria a eso. suspira ante la pregunta y vuelve a mirar al techo. “¿tú no te enojas con ella?” pregunta genuinamente. “no me gusta que critique mis decisiones” pero entiende que no podrán estar de acuerdo siempre, mucho menos con la actitud de la castelo menor. “ya sé que papá es peor— pero a él ni siquiera lo veo lo suficiente como para joderlo de la misma manera,” se ríe con languidez, como si fuese un chiste que no le hace gracia. “lo he intentado, neta. pero...” frustrada, se pasa una mano por el rostro. “no se me olvida que me prohibió andar con léontine” seguro que la señora castelo ni siquiera recuerda el rostro de la francesa. y claro que aitana no le hizo caso. pero le tiene rencor, entre tantas cosas, por haberle prohibido ( sin darse cuenta, quizas ) algo que la estaba haciendo feliz. entonces deja caer el rostro, ladeando, para poder ver la cara de la mayor. “¿segura que no quieres compartir algo con la clase?” pregunta después. “he leído lo que dicen de ti, hermanita. no te hagas pendeja” pero más que firmeza o exigencia, le lanza una sonrisita cómplice.

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fravnca‌:

‘ ¿no es tu novia? ¿lo sabe ella? ’ y es en ese momento que no sabe diferenciar si le molesta más la actitud de léo hacia ella o el hecho de que aitana esté tan propensa a defenderla aún cuando está equivocada, porque está equivocada. ningún pasado entre ella y mexicana y presente con la francesa le da el derecho de hablarle como le habló en el cumpleaños de king. ‘ no estoy siendo intensa, estoy siendo honesta. ’ está a punto de pararse de de su silla, pero entonces es que repara que está hablando con un tono más alto del normal. se queda quieta. inhala, exhala. ‘ escucha, claramente tú puedes tener mil y un problemas conmigo. yo sé que no te traté bien. ’ que es lo más cercano a una disculpa que obtendrá de labios de la italiana. ‘ pero ella no me conoce más allá de lo poco que hemos coincidido. si están de novias o no—solo dile que no actúe como una niña al respecto. ’ evita contacto visual con la mexicana, y en ningún momento hace mención alguna de verdaderos sentimientos relacionados a la mala noche que tuvo, porque duda que aitana sea la persona con quien ventilarlos. ‘ ¿ahora sí puedo ir por mi café? ’

estática, observa a la menor con la pregunta haciéndole eco en la mente, y tras varios segundos, lo único que consigue es encoger los hombros. carraspea y se limita a hacer un movimiento de cabeza, uno que no alcanza a ser un sí o un no. decide solo, en silencio, escuchar lo que sea que la castaña tenga para decir, pero conforme las palabras llegan a sus oídos, se le frunce el ceño poco a poco. una breve y lánguida risa se le cae cuando sostiene hechos a medias. decir que no la trató bien se le hace poco. “bueno, es que yo no sé que carajos te dijo, franca. no entiendo de qué mierda me hablas” le ha picado en herida que ella misma no deja cerrar ( porque la abre constantemente, cada que tiene suficiente tiempo para preguntarse qué hizo mal o por qué no fue suficiente ), por lo que ahora es ella quien ha puesto más fuerza en sus palabras y ha elevado ligeramente el tono, incluso ha hablado más rápido, que es característico cuando se exaspera. se apoya en la mesa y coloca rostro entre sus manos, buscando paz en la oscuridad de encierro improvisado, hasta que pasa diestra por hebras castañas y suelta un suspiro. “mira, yo quería sacarle los ojos a pippa,” suelta con exceso de honestidad. “no la culpo por querer hacer lo mismo” y si supiera el resto de la historia, probablemente la trataría peor. pero se guarda el comentario. “lo entenderías si realmente te importara alguien de tu lista de conquistas” se cruza de brazos y se recarga en el respaldo de su asiento, con los ojos clavados en cualquier parte menos en italiana. no quiere mirarla porque siente que le está removiendo algo, que está generándole reacciones indeseadas, así que se limita a hacer un ademán con la mano para que vaya por el jodido café.

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quimcras‌:

niega con una sonrisita, pero ella opta por volver a depositar la taza sobre la mesada. ‘eres muy tierna, pero no es necesario que mientas. sé que está asqueroso. la próxima recurro a uber eats’ porque estaba dispuesta a compartir muchos desayunos más con aitana, siempre que ella quisiera. le da un rápido beso en su mejilla antes de moverse para tomar una tostada, que sabía que le habían salido bien (no era ninguna ciencia, después de todo), pero la pregunta la toma por sorpresa. ‘s-sí, supongo. regular — me estuve riendo con gérald un rato y hablando con conocidos. ¿por qué?’ no sabe a qué se refiere, por lo que no sabe qué respuesta es correcta.

su ceño se frunce, la expresión reacia al término que ha utilizado. “no soy tierna” se defiende, y es lo único que rescata de todo lo que le dijo. aún así, contrario a sus palabras, los ojos le brillan y tiene semblante dulce. párpados caen un instante cuando recibe el beso en la mejilla y la sigue con la mirada después. entorna los ojos ante respuesta. “conocidos” repite, e incluso se atreve a soltar una risa. no es divertida, en realidad es bastante seca. no está satisfecha, pero lo deja pasar. guarda silencio, tomándose su tiempo para imitar su accionar y comenzar a comer. son largos segundos los que pasan hasta que retoma: “estuviste con franca, ¿no?” pregunta directamente, volteando a verla. “¿hay algo de lo que me esté perdiendo?”

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margaritacastelo‌:

“¿Es necesario que esa sea tu clientela?” Pregunta con menos naturalidad de la que su hermana utiliza, de hecho, nada de naturalidad, solo hastío. ¿Por qué se empeña en juntarse con mala gente? Es que no lo entiende. Resopla cuando se da cuenta de que es una broma y niega con la cabeza. Ya no le es difícil creerle. “Qué síndrome ni que síndrome, ¿ésta es otra de tus estupideces? Porque no estoy segura de querer escucharla.” Mira a Aitana a los ojos, quiere reír porque en realidad sí ha entendido y sí le ha hecho gracia, pero se contiene. “Basta ya, que no se parece.” Finaliza no aguantando más y para que no la vea reír la golpea con uno de los almohadones que tiene cerca, pero suave, solo quiere seguir con la guerra. “Bien, ¿qué me quieres contar tú? Soy toda oídos.” Aún la conoce y puede darse cuenta de que hay algo que quiere sacar de su pecho, por eso se deja caer sobre el costado de su cuerpo en el colchón, apoya su cabeza en la mano propia y la observa atenta. Más allá de que las dos no tienen una relación perfecta actualmente sigue siendo su sangre, lo que sea que tenga para decirle puede hacerlo con confianza.

“mientras paguen por mi trabajo...” como si de verdad lo necesitara. aunque bueno, ese sí se convertía en dinero propio. era diferente al que conseguía por parte de papá, que aunque eran cantidades envidiables, era demasiado sencillo: solo estirar la mano. recibir dinero por algo que ella hizo le daba una sensación distinta. observa a la castaña de vuelta y pronto se echa a reír una vez más por la palabrería que se lanza; el sonido enmarcando la defensa de margarita en cuanto a la apariencia de su novio. algo le alegra que no se lo haya tomado a mal. lanza otra risa breve envolviendo un pequeño grito, una reacción al accionar femenino con su almohada. “¡hey!” exclama en el proceso, intentando devolverle el golpe pero fallando por la risa. poco a poco el sonido se apacigua; aitana se remueve sobre su lugar intentando no sentirse intimidada por la repentina atención de su hermana mayor. es que estaba acostumbrada a otro tipo de atenciones: regaños, reproches, señalamientos. “¿por qué yo? pensé que tú querrías contarme algo” se intenta retractar, pero termina accediendo de a poco. “si te cuento, tienes que prometer que no vas a enojarte. que vas a actuar como mi hermana y no como una especie de juez o algo así” la mira con severidad, pero de verdad espera que pueda acceder a eso. “¿recuerdas ese anillo que le encantaba a mamá? el del zafiro enorme” asume que debe recordar todo el drama que se armó en casa porque ‘desapareció’ y luego aitana confesó, con intención de joder a su madre, que ella lo había tomado. y que ni lo buscara, porque lo había regalado, perdido o tirado al mar-- lo que sea que la dejara dormir tranquila. “se lo di a léo” confiesa por fin, pero se apresura a continuar: “solo quería hacer enojar a mamá. como si no tuviera un millón de joyas más— como si no se fuera a comprar otra mierda después...” se encoge de hombros y aparta la vista. “solo quería hacerla enojar” repite. quería atención, eso era todo. 

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¿A quién te gustaría golpear?

𝐇𝐎𝐑𝐀 𝐇𝐎𝐍𝐄𝐒𝐓𝐀.

uf, a un montón de gente. pippa, franca, andre, gigi…

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¿rubias o morenas?

𝐇𝐎𝐑𝐀 𝐇𝐎𝐍𝐄𝐒𝐓𝐀.

rubias.

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hh: ¿franca o léo?

𝐇𝐎𝐑𝐀 𝐇𝐎𝐍𝐄𝐒𝐓𝐀.

creo… que es momento de escogerme a mí.

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¿Volverías con Franca?

𝐇𝐎𝐑𝐀 𝐇𝐎𝐍𝐄𝐒𝐓𝐀.

n-——— tal vez. 

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consíguele a gérald la n*de de verity :(

𝐇𝐎𝐑𝐀 𝐇𝐎𝐍𝐄𝐒𝐓𝐀.

no. descubrí que no soy su favorita y ahora estoy ofendida.

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𝐇𝐎𝐑𝐀 𝐇𝐎𝐍𝐄𝐒𝐓𝐀.

     rebloguea este posteo para recibir preguntas y tendrás que responderlas con la verdad sin importar cuál sea la incógnita. 

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fravnca‌:

quiere contrariar, sostenerse de algo que demuestre que no está de ningún humor en particular, pero sería mentirle. tuvo una de esas malas noches que preferiría borrar por completo. ‘ soñé que me preguntabas si me estaba cogiendo a tu novia nueva. ’ uf. puede que sí estuviese a la defensiva, mas poco tiene que ver con el tema de léo. aun así, se ve en necesidad de preguntar: ‘ ¿cuál es su problema? ¿es insegura? porque parecía bastante alterada el otro día. ’ y, según rebobina conversación, no dijo nada para llevarla a ese estado hasta que empezó a meterse con ella, como si tuviera alguna intención de volver con aitana. vira los ojos. después advierte: ‘ me voy a pedir otro café. ’ 

parpadea dos— tres veces, y termina por apartar el rostro y suspirar. supone que no es un buen día. no puede ni siquiera estar segura de como se siente ella misma, tenía rato sin saber de king. “sí pregunté eso” responde con aspereza, enderezando un poco el cuerpo para apartarse, creando un muro imaginario entre ambas. “no es mi novia,” aclara, aunque parece que le molesta pronunciar tal frase. hace memoria y en su mente se reproduce una gran cantidad de veces en las que ambas han hecho evidentes sus celos; pero prefiere guardarse los comentarios. “¿qué hizo?” pregunta porque no entiende de qué le habla en realidad, y porque de hecho le causa intriga. “franca—” piensa detenerla, pero con el mal humor que la menor carga en ese momento, se corta. “ah, como sea. si la cafeína te pone más intensa te voy a dejar aquí sola” aunque tiene la certeza de que eso es lo de menos para la contraria.

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quimcras‌:

recibe cercanía con una sonrisa, y aun cuando sus labios se separan, no la deja alejarse del todo. no lo diría en voz alta, pero le gusta tenerla allí. incluso cree que algún día podría acostumbrarse a que se volviera algo diario, si quizás las cosas fueran distintas. ‘yo también me lo pregunto a veces’ bromea antes de darle un sorbo a su café, pero acaba haciendo una mueca de asco. ‘no lo pruebes, me quedó frío’

roza despacio su nariz con la impropia, es un gesto cargado de ternura y cariño, hasta un poco juguetón. “no arruines el momento ¿quieres?” se ríe suave, y se limita a observarla mientras bebe, terminando por ensanchar su sonrisa ante la confesión. “eres muy tonta” la molesta, pero ignora su advertencia y bebe su café. intenta contener una carcajada cuando pronuncia: “mejor que el de starbucks” y arruga la nariz al largar una risita infantil. “oye...” suelta, titubeante. “¿lo pasaste bien en lo de king?” tantea / abre el tema, sin saber si la rubia espera lo que le va a preguntar.

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beavu‌:

     pasa por alto primer comentario, sin cargarse el humor suficiente para lidiar con modos infantiles a los que la fémina suele acudir estando a su alrededor. “pues de hecho sí, si acaso tienes veinticinco mil dólares por ahí, eso sería fenomenal” y aunque tono es irónico, respuesta positiva del lado contrario bien acabaría por posicionarla en el top diez de sus personas preferidas sobre el planeta tierra “sí, creo que a montana le vendría mejor tu compañía” señala entonces, con desgano. 

“¿¡veinticinco!?” pregunta, medianamente exaltada. no es una cantidad que le asustaría a sus padres... si fuera para comprar bienes. para sacar de prisión a un vago, ( como los castelo definen a las amistades de aitana ), era distinto. “beau, ¿qué mierda hizo king?” cuestiona, incrédula. le parece demasiado dinero para lo poco que había escuchado sobre el jagers. “hablo en serio, idiota. ¿ella está bien?” no conoce mucho a montana, pero de las visitas a la florería, rescata una aparente timidez y fragilidad.