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Suspicious or not? [Jackson; Maki]

Perdió la cuenta de los días en los que no había visto a su novio. El trabajo lo había consumido desde que su brazo se encontraba en perfecto estado, pero aun así no dejo de lado el mensajearlo o llamarlo por las noches, Jackson no queria admitirlo pero se estaba haciendo dependiente del mayor, necesitaba tenerlo en sus brazos para calmar todos los problemas del trabajo, los casos eran cada vez más complicados ya no eran simples asignaciones y aunque había resulto todos, seguía sin resolver el principal caso que le habían asignado. No entendía como el sospechoso no se encontraba en el edificio, todas las pistas indicaban que era alguien de la agencia, pero no, todos eran inocentes, sus huellas se encontraban digitalizadas, por lo que no eran culpables de nada. Ni siquiera se parecían a las huellas de la oveja. Nada, ni un poco. Era frustrante saber tanto y al mismo tiempo no saber nada, estaba un paso adelante de las criaturas de cuentos y estos habían dado cinco pasos más sin darse cuenta. Por un momento penso en cambiar su dirección, mudarse a un departamento, el que la oveja tuviera conocimiento de su casa era un tanto preocupante, pero por otra parte era la forma de atraerlo a él. Aun así, si este sabía de su hogar, ¿Como era que seguía vivo? ¿Por qué aun no le atacaba? El paquete fue lo ultimo que vio de la oveja, desde ese día no sabía nada del tipo, ni mucho menos del lobo, ni siquiera habían aparecido en noticias u otros casos, las pistas se acababan. Según las huellas de oveja, se trataba de un tipo no registrado un cuerpo muerto y más deducciones que podían sacar de los resultados. Gracias a sus subordinados, termino en un edificio prácticamente en escombros, ¿Como podían ser tan inútiles? Estaba furioso. Termino golpeando y descargando su ira en la bolsa de boxeo que se encontraba en el lugar por unos cuantos minutos, necesitaba eliminar el odio a ese maldito tipo que por culpa de su brazo no había podido si quiera tocarle un pelo. Paso su mano por sus cabellos eliminando el sudor de su frente. Hace unos días había cambiado el color de su pelo por un simple capricho de tener un nuevo cambio y claro, buscar que la oveja no lo identificara donde se le diera la gana, necesitaba tener algo de cuidado, si este ya sabía de su hogar podía ser atacado en cualquier momento y en cualquier lugar. Al menos con el cabello distinto podría evitar ser identificado. Lo cual le recordaba, aun no veía a su novio con su nuevo look. ┏ SMS to Maki Preciosura. Tu y yo, una cita, ahora mismo. Paso por ti en veinte minutos. Inventa algo para tu trabajo, no te dejaré ir. ┛ Guardo su móvil en su bolsillo trasero tras escribir el texto y tomo su abrigo del sofá. Se encontraba algo alejado del trabajo del mayor, por lo que tardaría en llegar, además de la congestión vehicular que se producía a esa hora. Aun así aseguraba que serían exactamente veinte minutos.
Maki Había dejado enfriar a los medios y las revistas sobre Lobo y Oveja pues sentía que Axel correría peligro luego de la pelea que presenció el policía, que si bien no lo identificaría directamente como una de las dos personas que buscaban pero sicontinuaban la línea de sus huellas llegarían sin dudas a los dos locos que se disfrazaban. Maki no extrañaba el disfraz pues en realidad lo utilizaba, solo que sin dejarse ver por las cámaras, desde las sombras y manteniendo contento al jefe de la mafia para quién trabajaba; a cambio, el hombre le dio un nombre y eso lo hizo plenamente feliz. Ahora tenía una base para su venganza y el hecho de no tener por allí merodeando a su pareja era muy bueno ya que había investigado demasiado a aquel sujeto que no era otro que el mejor amigo y socio del hijo del hijo de puta al cual quería torturar hasta que suplicara por morir. Ese hombre era un poco más grande que él pero no demasiado, tenía treinta y dos, era también médico como todos los que estaban implicados en su causa. Sabía que él no tenía nada que ver, pero era un método básico para poder recolectar información. El plan era sencillo, se haría su amigo fingiendo interés en la medicina, la realidad es que el tipo las veces que lo espió era tan normal como aburrido, tenía mujer que estaba embarazada, buenas críticas, buen trabajo, le daba algo de pena utilizarlo pero era necesario, intentaría no matarlo pero ya vería como se desenvolverían las cosas. Mientras se volvía del almuerzo pensaba en la primera vez que se vieron cara a cara en una sala, Maki había apuñalado a una mujer y la llevó hasta el hospital sabiendo que ese sujeto estaba de guardia, la mujer 'lamentablemente' falleció ya que si vivía el finlandes tendría problemas. Seguía pareciéndole muy normal incluso cuando hablaron durante una hora, entrecortado pues siempre lo necesitaban para algo pero el sujeto se negaba a dejarlo ir lo que hacía sentir cierta sospecha. ¿Y si en realidad si lo conocía? ¿Y si solo lo retenía en aquel lugar para que vinieran por él? Terminó por escabullirse sin avisarle, pensó en abortar por completo pero recibió a los pocos días un mensaje suyo, para verse esa tarde. Maki planeaba asistir al encuentro con Lobo por si debía de matarlo ¡Pero! Otro mensaje que tampoco esperaba era el de Jackson. Lo había extrañado tanto y aunque su día fuera algo complicado deseaba verlo, así como inventó una excusa para zafarse del trabajo y lo esperó en la puerta de este es que se inventaría luego algo para acudir a su otra cita. O eso esperaba... porque el policía no era nada fácil de convencer, diría casi imposible.
Jackson
Mientras conducía pasaron imagenes por su cabeza, conversaciones con sus subordinados que aun no podía resolver, algo no encajaba pero no dejaría de sospechar de ese tipo, era un completo extraño, ¿Como no sospechar de él? Y aun asi su novio era amigo de ese idiota. Apretó con fuerza el volante, aun tenía sus fuerzas contenidas para darle un par de golpes a Axel, ni siquiera sabía como se encontraba Maki, el golpe claramente no había sido un simple roce. ¿Sería la unica vez que lo golpeo? ¿Que tal si habían más? Aunque el mayor no presentaba marcas para culpar al tipo, las marcas en su cuerpo solo se las hacía él. No sabía donde llevaría a su novio, solo quería pasar tiempo con él, tenerlo en sus brazos y reclamarlo como suyo. Probablemente se lo llevaría lejos, donde nadie los viera, lo cogería con pleno sol iluminando el vehículo, no había nada más excitante que eso. O pasarían un día como una pareja normal, lo llevaría de compras, luego a cenar, lo cogería en algún probador, en el baño del restaurante, lo llevaría a su casa y volvería a cogerlo. Dios, no podía pensar en otra cosa que no fuera tener su cuerpo rozándose con el propio, tenía que distraerse, dejar de pensar en los casos, entre ellos, en el posible peligro en el que estaba su novio. Vio el hermoso cuerpo de este parado frente a la biblioteca, no se tomo el tiempo de estacionar, se paro frente al lugar y espero por el. Una vez con el dentro, arranco el vehículo, sin rumbo alguno, había dejado de pensar cuando su corazón comenzó a latir por tenerlo a su lado. —Tu si me haces extrañarte...—Pronunció sin quitar la mirada del camino.— Espero que inventaras algo bueno, porque no te dejaré volver por hoy. Serás todo mío, hasta mañana, si es que quiero dejarte ir...
Maki Esperaba que nunca en la vida Jackson relacionara la mentira del asalto con el golpe que Axel le había dado. Maki era el saco de boxeo y el cable a tierra de su amigo, no podía dejarlo, no podía abandonarlo, estaba vivo gracias a él. Lobo se había ensuciado tantas veces las manos por su seguridad que a él no le importaba soportar sus ataques pese a que a veces temía no vivir un día más, si quiera por su vida, si no por como reaccionaría Axel luego de saber que le había asesinado. Sacudió la cabeza antes de ver como un coche familiar estacionaba, le bastó con ver la patente del vehículo para acercarse contento hasta éste y meterse dentro olvidándose de los pensamientos de Oveja.— Hola, cariño. —Espetó reclinándose suavemente para dejarle un casto beso antes de acomodarse en el interior cerrando la puerta. Rió mientras abrochaba el cinturón de seguridad.— ¿Qué dices? Eres tú el que anda de caso en caso y me llama a las dos de la mañana para decir que me extrañas... — Miró al frente, definitivamente iba a ser imposible zafarse de sus garras aquel día. Lo miró fingiendo molestia.— Me has hecho mentir con un familiar, eso no se hace ¿Y ahora pretendes secuestrarme hasta mañana?... ¿Al menos me traerás al trabajo en la mañana? — Era tan precioso ese perfil, ese hombre le encantaba.— ¿Dónde vamos, secuestrador?
Jackson
Era cierto, era su culpa estar en tantos casos, y perdiendose en la investigación por la maldita oveja y el como se había enterado donde vivía. Cambiar el color de su cabello era una de las tantas cosas que había pensado en hacer, pero al fin y al cabo fue el único cambio que hizo, no queria alejar a la oveja de él, si debía pelear con él en medio de la noche, si es que lo encontraba husmeando por su casa. Bien, había imaginado tantas cosas que el caso ya lo tenía vuelto loco. —Sabes que te extraño muchísimo. Ya no puedo aguantar más lejos de ti. —Pronunció apenas observando el rostro de este sin detenerse al conducir. ¿Donde debía ir? ¿A las afueras de la ciudad? —Es una mentira piadosa... Además, no te arrepentirás.—Sonrió culpable de sus pensamientos. Solo necesitaba una mano para manejar, por lo que su diestra se perdió en el muslo contrario buscando su mano la cual tomo y entrelazo sus dedos. Termino acercandola a sus labios para besarla.— No te dejaré ir hoy.—Susurro.— Los casos me tienes estresado, te necesito conmigo. ¿Por qué no te quedas conmigo una semana? ¿Hm? —Sin notarlo, había aumentado la velocidad, era un agente sabía las reglas al conducir, pero no podía contenerse a tenerlo solo para él.— Axel no se molestara... Se desvio de la carretera, condujo lejos donde nadie lograra molestarlos. Era plena tarde, el sol seguía iluminando las tierras, por lo que era mucho más excitante hacerle el amor a su novio en el vehiculo. Al apagar el motor, retiro el cinturon de seguridad y volteo a mirarlo.— ¿Que tal si te hago mio y luego vamos por algo para preparar juntos en casa? Quiero aprender del chef...
Maki Iba prestando atención al camino mientras lo escuchaba y la verdad era que no se le hacía familiar por lo cual poco a poco las voces en su cabeza comenzaron a hablar una encima de la otra. Que si debía matarlo ahora que podía, que lo golpeara y saliera corriendo, que gritara, que ya sabían que eso iba a pasar. Se encontraba nervioso ¿Dónde lo llevaba? Lo miró de golpe. ¿Una semana? ¿Estaba loco? ¡No podía dejar a Lobo una semana solo ni de casualidad!— Ah... — ¿Ah? ¿Ah? ¿Qué podía meterle de excusa? ¿Axel?— Es muy... repentino todo... — Sus sentidos se pudieron alertas cuando giró la llave del coche deteniendo hasta su motor, pero aquella pregunta lo hizo sentir un gran alivio. Tal vez hasta él estaba estresado de mentirle a la cara pero no era algo que podría dejar de hacer con facilidad. — Oh, eso si es de mi total agrado...—Le sonrió con cierto deje de travesura mientras dejando el cinturón de seguridad desprendido se acercó a buscar sus labios. Sabía, sabía muy bien que esa frase no había sonado nada romántica pero necesitaba que tuviera miedo de perderlo y que así no lo presionara para quedarse tantos días a su lado. ¡Vamos! El problema no era él, era que tenía cosas ilegales que hacer y no podía si pretendía que le dijera a donde iba y con quién.— ¿A quienes más les pediste sexo en tu coche, nhm?
Jackson
En algún momento lo invitaría a vivir a su casa, no podía vivir siempre con Axel, ¿No? Aunque después de ver que había sido golpeado por aquel tipo, no sabía si tenía un serio problema de personalidad, si su cabeza estaba mal, quizás debía ver algún medico, o por otra parte, Axel era alguien sospechoso, no podía dejar de verlo de esa forma, como agente conocía el actuar extraño de las personas, sabía que algo ocultaba ese tipo. —Anda.. Solo una semana..—Pronunció poco antes de tener los labios de su pareja sobre los propios. Como necesitaba esa boca, perderse en sus labios, ese sabor lo estuvo extrañando durante mucho tiempo, parecía como si estuviera contando los días para tener finalmente el cuerpo de su novio con él. El pasar de los días era desesperante, el ver como el sol salía y se ocultaba y su trabajo no terminaba, a la espera de su día libre, estaba cansado de masturbarse, ya no era lo mismo tocarse, necesitaba la voz de su novio esos gemidos y sentir esa suave piel. Mierda, como se excitaba de solo pensarlo, pero ya había acabado su sufrimiento, tenía a su pareja a su lado. Quito la seguridad del asiento y dejo que se deslizara para dar un amplio espacio donde sin problema alguno tomo la cintura de este y lo atrajo a su cuerpo ubicandolo sobre el propio. Tenerlo sentado donde sus nalgas lograran rosarse con su erección, porque un beso fue todo lo que necesitaba para excitarse, había sido tan grande la espera de tenerlo con él que de solo sentir su cuerpo cerca, provoco una corriente excitante en él.
Maki "¡Oh! ¡Mira sus ojitos café, te está manipulando!" Y lo sabía, esa manera implícita de minimizar que solo era una semana como si se tratara de horas justo antes del beso lo hizo ceder un poco y es que su chico era tan bueno obteniendo cosas de él.— Solo un fin de semana...—Espetó acomodándose sobre su regazo para acariciarle los cabellos de su nuca mientras empleaba el sinhueso para besarle en profundidad. Se sonrió contra su boca al sentir la dureza de la hombría ajena, lo emocionaba tanto que fueran a hacerlo en el auto aunque no le agradó en absoluto que no le respondiera a sus pregustas, que va, si ya se había cogido a alguien en ese sitio haría que se olvidara de quién fuera solo acordándose de esta vez.— Vaya... si que tienes ganas de hacerlo... —Lo molestó descendiendo su diestra para apretar el miembro sobre las telas. La temperatura subía con cada beso, aunque mientras Maki ya había metido su mano dentro del pantalón para masturbarlo es que su teléfono móvil comenzó a sonar. Lo ignoró por completo mientras asomaba el ápice de su lengua para lamer los labiales adversos. Como le jodía la ropa en esos momentos, se arrodilló para comenzar a bajarse los pantalones, con quitar una pierna bastaba pero en esos momentos recordó quién podía estar llamándolo y se sobresalto un poco.— Dame un segundo que veo quién es...—Murmuró mientras sacaba el móvil de su bolsillo posterior y en la pantalla solo enseñaba el número, por ende no lo tenía registrado. Ya sabía quién era y necesitaba responder para saber que ocurría.— Necesito responder, quédate quieto un segundo.
Jackson
Había olvidado por completo las preguntas que este había hecho. Si, había llevado a un par de chicas a tener sexo en el mismo vehículo, pero sus fantasías jamás se realizaron, entre juego de manos terminaban hablando de llevarlo a una habitación más cómoda, por lo que notaba que ninguna estaba a gusto en un lugar tan prohibido como lo era su vehículo. Era Maki el primero con el estaba dando pasos más allá de las caricias, quizás sonaba como loco enamorado, pero le gustaba en demasía que el mayor fuera una de sus primeras veces, aunque ya había sido una primera vez, su primer encuentro con un hombre, primer enamoramiento de un hombre, era de saberse que Maki le robaría más de una primera vez. —¿Crees que no te extrañe? No es lo mismo masturbarme pensando en ti, que tenerte gimiendo para mi.— Pronunció sobre los labios ajenos sin evitar el descontrol de sus manos a la hora de acariciarlo, ya no estaba limitado a nada, el mayor sabía lo brusco que era y como sus movimientos se salían de control. Fue cuando escucho el móvil de este, y que lo estaba ignorando, que su pecho se lleno, era más importante que cualquier idiota que llamaba. —¿Realmente tienes que ver quien es? —Pregunto sin dejar sus caricias y besos al cuello de este mientras se encargaba de su móvil.— ¿Si? ¿Quien es tan importante para interrumpir? No estaba molesto, si fuera por trabajo el igualmente tendría que responder, más no quería quedarse quieto, necesitaba de su novio, de esos besos, de su cuerpo. No se detuvo, sus manos ingresaron bajo las telas ajenas, acaricio su pecho, levanto estas y dejo que su boca hiciera su trabajo sobre su abdomen, sobre esa piel dulce, terminando por jugar con esos botones. Y eso apenas comenzaba, podría ser capaz de penetrarlo mientras el hablaba por telefono.
Maki Maki se había masturbado muchas veces pensando en él, en esa forma tan bruta de poseerlo, complacerlo cuando le pedía más, incluso esas pequeñas lágrimas lo hacía sentir tan vivo y satisfecho— Es un cliente importante. — Mintió, no podía darle el nombre de aquel tipo, si aparecía muerto entonces ya no podría seguir con esa farsa y hasta tal vez debería secuestrarlo o matarlo. No, no quería pensar en un desenlace tan doloroso como ese de momento. Se sonrió intentando apartarlo con suavidad contestando lo más natural que pudo.— ¿Diga?... Oh, lo siento señor, no va a ser posible mi... Pero tuvo que apretar los labiales entre si al sentir los labiales ajenos contra su pecho, con la mano libre intentó apartarlo.— Eh... sí, eso... Es que... — Se removió sobre su cuerpo, molesto de que el tipo no le cortara de una vez, ¿Por qué insistía tanto? Seguramente ese otro mierda de doctor estaba a su lado.— Mire, en verdad lo lamento... agradezco lo que hizo por la chica... Nhm... —Le jaló del pelo al menor para que se detuviera. — No puedo ir... ahora... tal vez otro día, sería un gusto... — Apretó los ojos ahogando un gemido, oh Dios, no podía hablar nada bien si Jackson no se detenía, así que se intentó levantar del asiento para dejarlo hasta que la llamada terminara.
Jackson
¿Cliente importante? ¿Por qué tendría un cliente si trabajaba como bibliotecario? ¿Necesitaba adquirir más libros? Aunque en ese momento no pensó más allá de lo que este había pronunciado, solo necesitaba tenerlo entre sus brazos y sentir su piel, hacerlo gemir y volverlo loco, pero tenía que admitir que le molestaba el que le diera importancia a una llamaba en vez de a él. ¡Dios! ¿Sabía lo mucho que lo extraño? Esa forma de gemir, cuando intentaba contenerse, dios, eso le había encantado, ¿Detenerse? Claro que no se detendría, apenas comenzaba a acariciarlo. Lo pero que pudo hacer Maki fue alejarlo por esa maldita llamada. Cuando lo vio levantarse para alejarse, aprovecho el momento y se encargo de esas telas. No dejaría que ese tipo, quien quiera que fuera con el que hablaba, interrumpiera ese momento. Gracias al mayor su parte baja ya se encontraba expuesta, además de eso, era bastante obvio quien tenía en ese momento la ventaja. Tomo las caderas contrarias y lo obligo a sentarse, sobre su erección. Solo necesito bajar las telas de Maki para poder al menos frotarse contra ese hermoso culo. ¿Que tal si lo penetraba de una sola vez? Le encantaba la idea de hacerlo gemir contra ese móvil, que se enterara de lo mucho que disfrutaba el mayor con él. Pero se contuvo un tanto, sus manos apretaron su culo con fuerza, y jugo en esa entrada, con sus dedos y su glande, ingresando y saliendo....
Maki Había sido una pésima idea el atender la llamada pero no podía apagar el móvil, no había tenido opción alguna, no podía dejar que ese tipo se le fuera de las manos, estaba tan cerca y tan lejos de la venganza que no podía dejar cabos sueltos por ahí, implicarse en sus cosas personales era tan complicado cuando Jackson no estaba dispuesto a esperar algunos segundos. Miró de golpe al policía cuando éste lo tomó con fuerzas de la cadera, ya si quiera estaba escuchando a la voz tras el teléfono, no entendía si lo estaba citando para otro día o si seguía dándole el parte de la autopsia de la mujer que no podía importarle más una mierda. Acercó sus labiales para asomar su sinhueso y lamer los cerezos ajenos al sentir como el calor se apoderaba por completo cuando jugaba con su cuerpo. — ... L-lo llamo luego...— Fue todo lo que alcanzó a musitar antes de tirar el móvil al asiento del acompañante y besarlo ahora sí, con todas esas ganas que estaba conteniendo.— Nhmm~ no me hagas esperar ahora... — Estaba deseoso por sentirlo dentro por completo, ya no le interesaba en absoluto su 'contacto' luego vería como recuperarlo.
Jackson
Como odiaba que su novio no le pusiera atención cuando el tiempo que tenían era único, tanto trabajo y casos le habían tenido la mente ocupada, si era su culpa por tener que poner todo en los casos y aun así no lo lograba, su cabeza estaba siempre perdida pensando en Maki. Pero en esa oportunidad, podía solo fijarse en él, nada más que tenerlo en sus brazos, besarlo y hacerle lo que se le diera la gana pero este había atendido una llamada que ni sabía de su importancia, ¿Que tan importante podía ser una llamada para un bibliotecario? ¿Nuevas ediciones de libros? Al escuchar esas palabras aguatando los gemidos se sintió victorioso, no se detuvo. Escuchar como el móvil acabo lejos de ellos, fue lo que acabo con su resistencia. Su boca se perdió en la contraria dejando que sus lenguas gozaran del sabor contrario. Una vez que lo escucho, no le tomo tiempo ingresar, lo hizo de una vez por todas, sin preparación, si tomar su tiempo, nada, lo penetro con fuerza y además de eso empujando las caderas de este contra su erección. Su atención era suya. De nadie más. —Tan apretado... Me encantas.— Pronunció sin esperar a moverse, no disfrutaría ese cuerpo nada más por un orgasmo, lo haría gemir hasta agotarlo, dejar que recuperara sus fuerzas en el camino a casa y volver a cansarlo con una nueva ronda sobre su cama, en la ducha y otras miles de posiciones que quería probar. Había extrañado esa sensación de tener su cuerpo entre sus brazos y sentir como la temperatura se elevaba a gran velocidad.
Maki Luego, luego ya pensaría en como escaparse de Jackson pero no hoy, ni aparentemente esa semana pues cada vez se le complicaba más el negarse a sus deseos. Lo simple era que Oveja podía alejarlo de él, mandaría ahora sí un paquete a su casa con unas coordenadas extrañas para que se mantuviera ocupado intentando descifrarlas así él podría ocuparse de ese doctor, juntar información mientras entretenía un poco al policía, o con falsas pistas si no para que supiera que los buenos no eran tan buenos. Por ello, pensó en darle las coordenadas del laboratorio donde estuvo encerrado, claro que por fuera la fachada era completamente normal, de hospital privado, pero ahora que era un sitio abandonado ¿No sospecharía Jackson de porque había taaanta seguridad? — Ugh...—Se quejó hincando las uñas contra la tela de la camisa de su pareja y la estrujó con fuerza, eso sí había dolido, pero como buen masoquista era eso justamente lo que buscaba, sus emociones tan mezcladas que el sentirse así de sucio era un placer. Suspiró juntando algo de fuerzas para poder mover sus caderas aunque el policía las tenía bien sujetas y no dudaba en enterrar su hombría con ganas, sabía que era su manera de recriminarle que lo había ignorado por una llamada y le daba igual.— Ah... Jackson... —Gimió contra su oído antes de dejar que su travieso sinhueso humedeciera el lóbulo derecho, pescándolo con sus dientes para jalarlo.
Jackson
No era realmente una forma de castigar a su novio, de hecho no era para nada un castigo, lo estaba disfrutando demasiado para ser uno, quizás debía atarlo de manos y pies, tocarlo y volverlo loco pero sin darle el completo placer, probablemente llevarlo cerca del orgasmo pero no dejar que se corriera, darle todo y quitarselo en menos de un segundo, eso si era un castigo, aunque entre más lo pensaba más se excitaba y consideraba lo contrario, con un novio como Maki, el castigo era algo dificil. Lo que más le encantaba era tener las marcas de esas uñas en su piel, era la prueba de lo tanto que disfrutaba su novio en sus noches más locas. El que no se resistiera a darle lo que deseaba, tratarlo sin cuidado, pues odiaba la delicadeza, siempre le gusto lo salvaje más no lo había probado hasta tenerlo a él y claro, no pensó en hacerse un obsesionado por el sexo salvaje. Si bien era dificil moverse en esa posición, había logrado la forma de penetrarlo con fuerza mientras Maki igualmente empujaba contra su erección, lo hacía aun más excitante el movimiento de ambos en el vehiculo. Sexo a plena luz donde cualquiera podía verlos y para el policia lo hacía aun más excitante estar irrumpiendo las reglas que debía seguir. Una o dos, no le harían daño a nadie, todo era por disfrutar a su novio. —Mierda. Adoro como gimes mi nombre. Busco el cuello de este con desesperación, dejaría marcas completamente visibles a ver si le gustaba aparecerse al otro día en el trabajo o prefería pasarlo con él. Clavo igualmente sus dientes en la piel, las mordidas eran otra forma de expresar lo que sentía.
Maki Las voces en su cabeza se limitaban a mantenerse calladas mientras Maki se encontraba en esa clase de situaciones con Jackson, algunas veces lo incitaban a espetar palabras sucias pero nada más, había muy poco de Oveja cuando e finés se encontraba junto a su pareja. Lo quería, no podía mentir, si bien lo estaba utilizando en parte para sus propios fines, si todo salía bien y lograba vengarse entonces podría ser una persona normal a partir de ese instante. De todas formas aunque estaba inmerso en lo bien que se sentía tener sexo con él, no podía evitar tener la guardia en alto, era un instinto de supervivencia, a plena luz del día era mucho más complicado salirse con la suya, nunca había estado con alguien de día, relacionaba las relaciones sexuales con la noche como la mayoría de las personas o al menos en un sitio oscuro. Pero allí si se sentía sin resguardo, de alguna forma aquello le gustaba y le ponía alerta al mismo tiempo. Alzó el mentón suspirando dejando que su chico jugara con su cuello mientras él no dejaba de moverse sobre su erección, cada uno de los movimientos hacían que el automóvil se agitara y aquello le hizo escapar una ligera risa, antes de presionar de más los dedos contra la espalda ajena pues ese movimiento en especial le había encantado.
Jackson
No podía ser una escena más excitante, ni las peliculas se comparaban con ellos y ese movimiento del vehículo. Soñarlo, imaginarlo, nada se comparaba con vivirlo en carne propia, esa fantasía sexual no podía ser disfrutada si no se tratará de Maki, estaba seguro de eso, fue el quien desperto a la bestia en el interior del alemán, contenerse ya no estaba en su lenguaje, controlarse aun menos. No quería probar ir de compras aun con su novio puesto que lo más probable era que terminaran cogiendo en uno de los probadores, y no precisamente por culpa del mayor, sino que el no podía resistirse a los encantos de este. Nadie más había logrado hacerlo sentir así, sabía que no todo en el mundo era sexo, pero era una forma de decir que lo quería y lo loco que estaba por él, no necesitaba palabras, sino que su cuerpo hablaba por si solo. Esas marcas que dejaba en su cuello, cada gemido que sacaba de los labios contrarios, los moretones en las nalgas contrarias, todo y cada una de sus acciones iban con una sola razón, entregarle ese sentimiento. —No vuelvas... A darle atención a alguien más mientras estas conmigo.—Pronunció dando una fuerte mordida a su cuello.— Eres mío. Solo mío. —Reclamó al mayor apretando esas nalgas para una penetración más profunda. Ese día no lo dejaría respirar, no dejaria que descansara de un orgasmo a otro, lo volvería loco y lo dejaría tan cansado que no podría trabajar al día siguiente, solo descansar a su lado, entre sus brazos. Un día de novios donde nadie más les interrumpiera, ni trabajo ni nada. Así tras unos movimientos más cerca del orgasmo, tomo con fuerza el pene de este, lo apretó y masturbó, no se correría solo.
Maki Llegó un punto en el que solo podía gemir y jadear contra su boca o su oído, jalarle el cabello cada vez que quería más. ¡Quería gritarle que lo rompiera! pero se mordía un tanto la lengua, cualquiera podría salir de su casa a tirar algo en un cesto de basura y encontrarse con una bella escena sexual digna de una porno si no fuera por todo lo que se estaba conteniendo el finés. ¡Y como le costaba!. — Dios... Jackson... Nhmm.. Me encanta lo que haces...— Murmuró suave, sensual, dejando que sus labios ligeramente hinchados de tantos besos fogosos y mordidas se rosaran a los adversos. El que empuñara su hombría le hizo dar un brinco, esa escasez de delicadeza era de las cosas que más le gustaban del policía. Aceleró el ritmo de sus caderas buscando que ambos se corrieran, y es que era inevitable querer explotar como un volcán con tanta lujuria encima. Al cavo de pocos segundos terminó por coorrerse contra su cuerpo, presionándolo contra él, regalándole ese último gemido contra su oreja, tembló ligeramente antes de sotar un suspiro y buscar su boca para besarle, un beso aún lleno de pasión.— Me quedo contigo... una semana... si me lo haces todos los días... —Con aquella condición que sabía que el menor no se negaría en absoluto es que se rindió. No podía seguir huyendo de Jackson y de todas las ganas que tenía de vivir en una mentira, una semana fingiendo ser normal no lo mataría.
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How do i say to you that i love you?[Jackson; Maki]

Su brazo había sido intervenido una vez más, por lo que tenía una nueva licencia la cual respetar, no podía volver al trabajo a menos que la herida cicatrizara por completo, había sido una orden que debía respetar. Todos conocían al agente Jackson, se movía de un lado a otro buscando resolver los casos, o yendo directamente a al acción, patrullaba por lo mismo, no podía estarse quieto en ningún lugar. Encerrado o no en casa, pidió a sus agentes investigar las huellas del arma, toda la información debía ser enviada a su dirección, no dejaría el caso más importante por hacer reposo en su cama porque incluso eso le pidieron, mantenerse quieto, la herida tenía nuevos puntos que debían curarse, una vez más manchaba las telas de sus ropas, por lo que no le importo utilizar otra playera, camisa o sudadera, se mantuvo con el torso descubierto y el vendaje liberado. La parte más complicada era el realizarse las curaciones, era un inutil en eso, puesto que era demasiado bruto y no tenia delicadeza alguna. Retiraba su vendaje, se metía a la ducha y dejaba que el agua hiciera lo suyo. Aplicar las pomadas y líquidos era otra tortura, ni hablar de como volvía a vendarse el brazo, quizás esa era la razón de que la herida sangrará de vez en cuando, aunque ocurría cada vez que dormía o se apoyaba en este. Tras una larga siesta, porque no tenía nada mejor que hacer que dormir como un cachorro acurrucado en la cama. Despertó aburrido, una vez más. Con su móvil en sus manos sin importarle el manchado del vendaje, comenzó a revisar noticias y reportajes que le interesaran con respecto a la ciudad, quería saber si alguien más sabía del paradero de esa maldita oveja. Por otra parte, tras aburrirse de leer, se mantuvo con la app de los contactos abierta, solo miraba un nombre y era el de Maki. ¿Debería llamarlo? ┏ SMS to Maki No se como invitarte a venir, así que solo te lo pediré. ¿Quieres venir a casa por una copa? ┛ Termino de escribir el mensaje y lo envió. Cada vez que lo leía le encontraba menos sentido y una forma completamente idiota de invitar a Maki a beber, pero más que eso, solo quería verlo, saber de él, quizás besarlo. Ultimamente el bibliotecario se había convertido en todo lo que pensaba.
Maki Laine Recién había terminado de ducharse pues había estado entrenando en el sótano junto a Lobo por lo cual sentía el cuerpo un tanto adolorido pero debía continuar con el entrenamiento, esta vez practicaría con su arco y flecha solo que un sonido lo interrumpió, había una sola persona que tenía ese teléfono y era Jackson, por ende no dudó en ir corriendo hasta el aparato. No disimuló la sonrisa que se le formó en el rostro al leer su mensaje. Le encantaba que fuera directo, amaba eso, sería una buena ocasión para cocinar en su casa, una ligera disculpas por casi romperle el brazo, aunque éste no sabía de ello, Maki si se sentía muy culpable pero si no lo trataba con tal ferocidad terminaría entre las rejas y no era algo que quería. [SMS | Ojitos café] Eres un conquistador innato ¿Eh? Limpia la casa que en una hora y algo me tienes allí. [SEND] Al responderle terminó de prepararse con sus mejores ropas pero cómodas y un perfume que recientemente se había comprado, no era amante de los lujos pero si del refinamiento, era algo que llevaba desde la cuna. El finlandes pasó por el supermercado antes de ir al hogar impropio que conocía pues aunque había llegado a éste algo borracho tenía una memoria envidiable para el mundo. Se paró frente a la puerta algo nervioso. ¿Si metía la pata? Esperaba que no, y también esperaba no haberle causado daño alguno, aunque si lo invitaba tan de repente quería decir que tal vez estaba de licencia. "Podemos chupársela en forma de disculpas" Si, eso también podía ser, de momento intentaría no entrar en pánico con la comida pues cocinar no sabía, ah pero el arte de la mentira le salía mucho más rico, así que lo implementaría en él, quería agasajarlo en su hogar, darle otra comida consistente y no esas porquerías que comían los policías. Finalmente se decidió y llamó al portero, esperando por ver su silueta.
Jackson
Se habia mantenido recostado en la cama a la espera de una respuesta que no tardo en llegar. La sonrisa en sus labios era producto de los nervios que comenzaron a crecer lentamente, siempre que se tratará de Maki todo su mundo volvía a revolverse. Miro el techo durante un largo tiempo, tenia una hora y un poco más para organizar la casa, aunque desastres no tenía mucho, puesto que no pasaba tanto tiempo en su hogar, por otro lado su brazo no le ayudaba en absoluto para ordenar si quiera un poco. Miro su vendaje una vez más, estaba manchado con unas cuantas gotas de sangre que de seguro Maki se preocupaba de ver. Temía cambiar el vendaje y que este quedaba mal una vez más, lo que menos deseaba era que el mayor viera su última intervención, los puntos aun de encontraban ahí. ¿Que tal si utilizaba una playera holgada? Pero no recordaba tener alguna tela que pudiera utilizar, solo se quedo así, sin nada que cubriera su torso, no podía arriesgarse a abrir su herida una vez más, estaba más cerca que nunca de encontrar a la oveja. Cuando escucho finalmente el llamado a la puerta, bajo del segundo piso, sus pantalones, pies descalsos más su torso que lo acompañaba. Abrió la puerta y ahí estaba, esa belleza aun no lograba entender como lo volvía loco el solo verle. Sonrió intentando no parecer un idiota, solo tratarse de Maki sentía que actuaba como un baboso enamorado, que no negaría, sentía algo por Maki, más aún no sabía como decirlo sin que este se espantara. ¿Que tal si solo lo buscaba por sexo?, solo esperaba que no fuera así, sentía que podría llegar más lejos con el mayor. —Me hiciste extrañarte...—Pronuncio mirando los ojos contrarios controlandose de no saludarlo con un beso contra sus labios. Pero sin importarle el vendaje, lo abrazó tomándolo por la cintura y lo acerco a su cuerpo.— No deberías hacerme esperar tanto por ti~ — Se separo un tanto para verlo una vez más. —Pasa... No queria que nada le afectara esa noche, ni siquiera el que la oveja escapará frente a sus propios ojos, además de eso que jugara a hacerse el interesante, matando a los delincuentes que podían proporcionar información. Le había dejado sus huellas digitales, pero no podía cantar victoria de algo como eso, era extremadamente extraño, aun así, haría lo que fuera por atraparlo.
Maki Laine Estaba allí parado con su mejor sonrisa esperando poder verlo, se llevó una gran sorpresa al verlo con el torso desnudo y no solo eso si no que el abrazo. Uff, casi deja las bolsas en el suelo para trepársele, pero en cambio simplemente acercó sus labios a los impropios dándole un casto beso, uno rápido o sentía que una pequeña chispa podía avivar ese fuego que había entre ellos, porque le gustaba, le gustaba mucho el policía. Deseaba tanto hacer las cosas más puercas con él como comportarse como una pareja normal, teniendo citas y un millón de cursilerías. — No me he tardado nada, además siempre un poco de impuntualidad mantiene el interés ¿No? —Espetó molestándolo mientras pedía permiso al ingresar a la casa e ir hacia la cocina dejando la bolsa de las compras.— Traje para preparar algo rápido de comer, espero el chowfan sea algo que te agrade. —Era una comida deliciosa y muy poco elaborada, arroz con verduras salteadas y pollo hervido.— Si eso no llena tu estómago siempre puedes repetir el plato. Sacó los ingredientes intentando no preguntarle por el brazo, pero veía ese vendaje manchado y no podía evitar sentirse tan culpable, Dios, que se había esforzado mucho por no quebrarlo pero aún así estaba herido y eso era lo que menos quería, aunque tampoco podía decirle que tenía en su casa a la persona que estaba buscando y que para colmo las mismas huellas que estaban en el arma estarían plagadas por toda su casa. "Eso es lo que pasa cuando dejas entrar al zorro al gallinero." Y aunque le dolía, era la mejor manera de proteger a Oveja, si era culpado de algo Jackson sería inculpado como cómplice pues no se creerían que con su intuición no supiera quién era Maki realmente.— ¿Te volviste a lastimar el brazo por inquieto? —Preguntó encendiendo la cocina, buscando donde estaban las sartenes pues dudaba que Jackson tuviera un wok. Cuando encontró una que era lo bastante profunda es que la puso a calentar, mientras él se encargaba de hervir el agua y preparar el pollo, quitarle la piel y cortarlo le pidió al dueño de la casa que pusiera el arroz en la arrocera algo que podía hacer con una sola mano.
Jackson
—¿Un poco de impuntualidad? Me mantienes con el interés desde que dejo de verte.—Admitió mientras cerraba la puerta tras su cuerpo. Le era imposible no observar como el cuerpo de Maki se dirigía a la cocina, no por su dirección, sino por como movia ese cuerpo. Maldita sea, apenas lo veía y podía sentir como su cuerpo se encendía en llamas, tenía el brazo malo, debía controlarse, de lo contrario esos puntos una vez más se abrirían, así no volvería a trabajar y el caso se lo darían a alguien más. No lo permitiría. Lo cual le recordaba, que debía cambiar ese vendaje. —Suena bastante bien...—Pronunció apoyandose contra la pared de la cocina mientras lo observaba. ¿Podría ser más sensual ese hombre? Mierda, ya era demasiado incluso calentarse con verlo cocinar, pero era tan peligroso para su brazo como para Maki que comenzara a toquetearlo mientras preparaba la comida, control, necesitaba mucho control.— Podría pedir postre...—Si, estaba demasiado directo aquella noche, quizás no con las palabras en si que debieran ser escuchadas, pero otras que claramente llevaban al mismo significado. —Un policía no puede mantenerse quieto.—Dijo llevando su mirada del vendaje al cuerpo del mayor, su herida era lo que menos estaba importando en ese momento.— Este policía es un poco idiota con las heridas, nunca había tenido una tan grave.—Termino acercandose de todos modos a Maki, ni siquiera estaba pensando lo que hacía, solo actuaba. Se paro detrás de este y lo tomo por la cintura para verlo cocinar desde su hombro.— Algo bueno tenía que sacar de esta licencia medica...¿No?.—Lo abrazó. Quizás limitaba los movimientos del mayor a la hora de cocinar, pero eran minutos que perdía al estar lejos de él, no entendía como Maki lo llevo a pensar de esa forma, no había pensado en un hombre como pareja, o que le atrajera sexualmente, no tenía nada en contra, su mentalidad era abierta, y aunque no se cerro a las posibilidades, imaginarse con un hombre no estaba en sus planes. Pero ahi estaba, ya hipnotizado por uno.—Te extrañe Maki...
Maki Laine Con las manos limpias cortó el pollo metiéndolo a hervir en el agua, luego tras limpiar el cuchillo comenzó a lavar y cortar los vegetales, mientras lo escuchaba hablar, le encantaba la forma de coquetearle que tenía, tan frontal como la propia, que nunca dudó en dejarle claro que desde el primer día le coqueteó. A veces se preguntaba si se hubieran conocido de otra manera, tal vez con otras profesiones, si podrían ser una pareja normal. Un segundo ¿Ya estaba pensando en ser su pareja? Ay, es que cuando estaba a su lado no había espacio para que Oveja se filtrara entre sus pensamientos, y mucho menos cuando sintió el abrazo por la espalda que le provocó un lindo cosquilleo donde Jackson colocaba sus manos. — ¿Tanto así?...— Pronunció continuando con el corte de los vegetales, se le dificultaba un poco moverse junto con él pero no era un estorbo en absoluto. — También te he extrañado, los libros no son entretenidos desde que te conozco. — Confesó sin tapujos, una pequeña confesión no haría daño a nadie ¿Verdad?. Comprendía que Jackson no podía quedarse quieto, se había metido en ese lío solo, sin apoyo, sin nadie que le cuidara la espalda.— Tienes que ser más precavido. — Le dijo aunque no le convenía, pero no quería que alguien más lo matara, si Lobo hubiera estado allí escondido en las sombras... No quería pensar en ello. Puso los vegetales junto al arroz en la sarten y con los palillos los removía suavemente para que no se quemaran, no estaba nada mal la cocina, podría llegar a gustarle en algún momento, podría ponerse a estudiar en la biblioteca con algunos libros de cocina y sorprenderlo. Clausuró sus orbes apoyándose contra él, recargando su cuerpo, era tan bonito sentirlo en ese abrazo que no se contuvo en girar el rostro para besar su mejilla e instintivamente buscar sus labios.
Jackson
Le dificultaba un poco dar a conocer todos sus sentimientos, y era porque estaba igual de confundido, aun no creía el sentir algo por un hombre, se sentía tan bien de estar cerca de Maki que no tenia dudas mientras lo tenía en sus brazos. Había pensado más de una vez en pedirle que salieran, quizás formalizar algo, actuaban como una pareja incluso en ese momento. —Si. Te extrañe.—Admitió una vez más mientras observaba como este manipulaba las verduras. De seguro se cortaba peor que la herida de su brazo si se dedicaba a cocinar, con lo distraido que era, se ponía a pensar en Maki y terminaba con un par de dedos menos. No, definitivamente la cocina no era ni seria lo suyo, prefería encargarse de comprar cosas sencillas, entre ellas comidas instantáneas. Su corazón comenzaba a latir con fuerza contra la espalda del mayor, de seguro este podía sentirlo, pero queria hacerse la idea de no ser demasiado obvio con sus sentimientos, puesto que no sabía aun como expresarlos, en algun momento dejaría que saliera todo de su boca y le pediría unirse a él. ¿Ya estaba pensando en el como su pareja? Mierda, sin duda Maki lo habia capturado.— Soy más interesante que un libro...—Dijo jugando con su nariz contra su oído.— Es imposible, no puedo estar quieto.. No tuvo tiempo de sonreír por aquel beso en su mejilla, puesto que tomo al mayor de la cintura para girarlo por completo cuando sus labios se unieron. Finalmente tenia sus labios de vuelta en un beso aunque intentara que no fuera apasionado solo pensaba en devorar sus labios mientras sus manos acariciaban descaradamente el trasero de este, es que le encantaba, pero de no controlarse, al menos Maki lo ayudaría, tenian la cocina prendida, no podía alejarlo nada más de ahi para cogerlo, tenia que esperar al menos a que terminara de cocinar, ¿No? ¿Que tal si no esperaba?
Maki Laine "Pídele que te coja sobre la mesa, que te hunda el rostro contra ella" Uff, es que ganas no le faltaban, que le diera contra la mesada tampoco era una mala idea, las caricias sobre su trasero y el dulzor de su boca lo encendía por completo, pero debía de aguantarse un poco, todavía tenía ese mal sabor de haber dejado su brazo así, por ende quería demostrarle que no era solo bueno para el sexo. — Despacio, agente, puede ser denunciado por acoso. — Bromeó contra su boca, girándose para poder verlo a los ojos, mientras entrelazaba los brazos por detrás de su cuello.— Primero comeremos, luego te arreglaré ese vendaje y ya luego te haré caso para el postre... ¿Es un trato? — Le encantaba, simplemente estaba conquistado por completo. Ya no podía pensar en Jackson como una simple pieza más en su tablero, deseaba con todas sus fuerzas alejarlo de esos casos pero era imposible ¿Cómo lograría que se dejara de interesar por lobo y oveja? Imposible, pero trataría de no lastimarlo nunca más así. Sabía que tal vez no comerían mucho, pero al menos toda esa comida podría calentarla al día siguiente y alimentarse sano. Y luego podía ir a la biblioteca a que le cambiara los vendajes. Sería una linda visita en su almuerzo. Se dio la vuelta para remover la comida y agregar el pollo al arroz y los vegetales, unos minutos más y la comida estaría servida.— Dime donde están los cubiertos y tu lleva la bebida. —No lo estaba tratando como imposibilitado si no que deseaba cuidarlo, que se dejara mimar un poco, no perdería su placa por ello.
Jackson
¿Por qué lo separaba cuando más su cuerpo tomaba temperatura? Mierda, como deseaba cogerlo mientras cocinaba, ¿Que riesgo corrían? Solo imaginaba comerle el culo mientras este estaba intentando cocinar, jugar con el a rozar su erección entre sus nalgas y penetrarlo sin aviso ni preparación, mierda, se excitaba con sus propia imaginación, aunque nada le decía que era imposible cumplir esas fantasias, era una de tantas que llevaría a cabo. —Quisiera decir que no, pero no puedo arriesgarme a manchar mis papeles con un acoso.—Dijo siguiendo el comentario del mayor. Igualmente tenía hambre y esperar por un postre como él, bien, se controlaría. Además de eso, realmente necesitaba el cambio de vendaje, por más que no quisiera que Maki viera la herida y los puntos aun frescos de la intervención de hace unos días. ¿Podría ser tan malo que la bala rozará su brazo y no lo penetrara? Era parecido a un corte horizontal en el brazo. Robo un beso de los labios contrarios como si fuera normal, su pareja, le gustaba tratarlo así, lo hacía tan suyo.— Yo me encargo, tu sirve los platos.—Pronunció mientras buscaba los cubiertos y tomaba la bebida para dejarla en la mesa. No era tan complicado organizar la mesa, solo eran dos viajes, el segundo por unos vasos, puesto que dudaba que Maki lo dejara beber mientras estaba con medicamentos por el dolor que causaba el brazo de vez en cuando al tratar la herida.
Maki Laine Adoraba verlo así de feliz hasta por poner la mesa. ¿Qué pasaba si lo abandonaba todo por él? Sonaba tan precipitado pero la voz dentro de su cabeza no habló así que incluso ella pensaba que si deseaba ser normal tendría que dejarlo todo, pero ahí es cuando aparecía Lobo, no permitiría que los que arruinaron a su amigo siguieran viviendo sin preocupaciones, les daría la muerte más dolorosa y lenta que podría darle a alguien. Sirvió la comida en ambos platos sin poder quitarse de la cabeza las imágenes sexuales, al menos unas tres o cuatro posiciones había en su cabeza y además esperaba que el agarre del alemán siguiera siendo fuerte aún con el brazo así, para ello tendría que vendarlo bien, así podría moverlo sin problemas. Se había convertido un experto en heridas y vendajes gracias a su compañero de andanzas. Ya con la mesa servida tomó asiento a su lado trayendo consigo la salsa de soja, la cual apenas y empapó un poco de la comida para que le diera ese sutil sabor tan rico que esta poseía. — Espero sepa tan bien como se ve...—Murmuró algo preocupado antes de probar la comida. Vaya que esa salsa de soja salvaba platos, al pollo le faltaba un poco de cocción pero no estaba mal para ser ¿Cuál? ¿La tercera vez que cocinaba algo así? Y todas habían sido para Jackson.
Jackson
Sus animos eran completamente diferentes a los que tuvo durante el día o al día anterior, era bastante obvio lo que Maki provocaba en él, incluso mantenía una sonrisa en sus labios mientras se encargaba de organizar la mesa, tal parecía que entre más lo tenía con él, más deseaba tenerlo a su lado siempre. ¿Por qué simplemente no lo invitaba a vivir a su lado? ¿Demasiado precipitado? Luego recordaba que este vivia con alguien más del cual parecía preocuparse demasiado, dudaba que le dejara para estar con él, si lo hacía por una noche, era una noche nada más, quizás podrían ser dos pero no parecía o más bien concluía que Maki era capaz de rechazar esa oferta. Tomo asiento pare recibir el plato. El aroma ya en si era exquisito, ¿Sería el hambre? En realidad no acostumbraba a comer sano, para nada, si lo hacía iba a un restaurante donde no se resistía a pedir algo delicioso y no algo sano, su ventaja era el realizar ejercicios todos los días, debía mantenerse en forma, sus entrenamientos fisicos, por lo que quemaba calorías siempre, no subiría kilos, quizás tampoco bajaría pero se mantendría en ese cuerpo bien esculpido. Soltó una suave risa mientras llevaba el primer bocado a su boca. No sabía de cocina en absoluto, la comida en su vida siempre fue una mierda, escuela militar, servicio militar, la comida de la cafeteria de la estación policial, la de la central de agentes, incluso en la oficina, Maki realmente cocinaba bien para todo lo que había comido. —Hm.. Deberias cocinarme más seguido.—Dijo volviendo a tomar otro poco para llevarlo a la boca.—Lo utilizaré de excusa para que vengas más...
Maki Laine Lo pondría en un gran aprieto si le invitaba a convivir con él, el chico era muy detallista e intuitivo, si Maki comenzaba con las mentiras para poder escaparse a hacer los trabajos como Oveja las peleas estarían a la orden del día y ahí es cuando se preguntó que tan fuerte lo golpearía. "Es un militar alemán, yo digo que lo suficientemente fuerte para hacerte acabar en los pantalones." También creía lo mismo y aunque no quería llegar a esas instancias si que lo ponía el pensar en ser maltratado por el policía. Se sonrió al escuchar que le había gustado, un poco de mimos tampoco le hacían mal, después de todo era humano y buscaba a su forma la aceptación, con la de Jackson le bastaba y por eso no quería cagarla, ya bastante le pesaba ese brazo lastimado.— Llámame cuando quieras, cuando estés en tu almuerzo si no andas haciéndote el loco persiguiendo maleantes puedes pasarte por la biblioteca a beber una taza de café... — Que lindo sería tener una vida así de normal. Dios varios bocados de la comida intercalándolo con la bebida, nada de licores aquella noche que seguramente el adverso estaba medicado para los dolores y las infecciones.— También podría ir a la estación de policía... — Lo miró, pensando en si podía ir. ¿Podía?— ¿No se puede, verdad? — Parpadeó confundido.— Oh igual y alguno de tus subordinados e enamora de mi...— Bromeó soltando una ligera risa mientras continuaba comiendo. ¿Sería celoso Jackson? ¿Posesivo? ¿Y si le contaba que Lobo se lo había hecho en el callejón contiguo a la casa?.
Jackson
¿Realmente podría llamarlo cuando quisiera? En ese caso debería tener lejos el móvil, de lo contrario estaría cada segundo llamando al mayor para saber de él y tentarse a las mil posibilidades de verlo donde sea. Aun tenía ese deseo de tener sexo en la biblioteca, un lugar publico, quizás contra los libreros, en una de las mesas, el segundo piso, mierda, tenían tanto para recorrer en esa gran biblioteca. Claramente a la estación de policía no podía llevarlo, eran lugares a los que asistía por crimenes o algo parecido, no era un lugar en el cual se quedará mucho tiempo. Por otra parte estaba la central de agentes, un lugar donde nadie que no fuera agente podía ingresar, un lugar secreto por lugares que menos se esperaba el mayor, jamás llegaría por más indicaciones que le diera. Y por ultimo su oficina, aquella no tenía restricciones, era una oficina en gran edificio, espaciosa donde...Pensandolo bien.— Puedes ir a mi oficina.—Pronunció en respuesta. Se le quedo viendo unos segundos antes de morder su labio inferior, ¿Por qué le había molestado tanto el escuchar eso? ¿Que tal si ocurría? Mierda, no lo había pensado, ¿Estaba perdiendo el tiempo? ¿Debía pedirle ser su novio? Dios, tantas preguntas por una sola frase.— El que pone los ojos en ti... Muere.—Dijo aunque sus palabras iban contra las leyes que debía respetar, pero así lo sentía, odiaría que alguien le pusiera los ojos encima.— Digo.. Eh...—Soltó una risa algo nerviosa. ¿Por qué le molestaba tanto? ¿Tan celoso era?.— Creeme que no sería lindo de ver una escena donde estoy.... Celoso...
Maki Laine Era un glotón, de buen comer, no sabía si porque siempre que tenía un plato frente a sus narices creía que ese sería el último pero lo disfrutaba y degustaba como si lo fuera. La vida le había enseñado que estaba en constante peligro y quea cada minuto podía morir, cada segundo podía ser el último; tal vez esa era la causa de que se podía permitir estar en esos momentos en la casa del policía fingiendo ser un bibliotecario normal, no quería morir sin tener un poco de cariño. Era tan injusto si sucedía así. — Encantado, esperaré tu invitación. — Le había agradado la idea de la oficina, se preguntaba donde estaría, si alguna secretaria escucharía sus gemidos ahogados o si tendría que atender una llamada de un superior mientras Maki se la chupaba. Dios es que no podía pensar en otra cosa si ni siquiera se había puesto una puta playera de mangas cortas. Tenía toda esa masa muscular ahí enfrente tentándolo desde que llegó a la casa. Alzó ambas cejas de repente mirándolo mientras masticaba el último montón de comida de su plato. "Oh, vaya, vaya, aquí tenemos un celoso en potencia.".— Intentaré no ponerte celoso entonces...—Mintió descaradamente, ahora que sabía que era celoso se lo haría adrede. Se puso de pie para caminar hacia el baño.— Vamos, Rambo, ese vendaje necesita un cambio. —Se dirigió hacia aquel sitio ya que el botiquín solía estar en ese sitio. Cuando abrió el mueble del baño allí lo encontró. Bajó la tapa del inodoro y le indicó que se sentara ahí.— Quédate quieto unos minutos.
Jackson
¿Como decirle que no quería invitarlo, sino que esperaba que este se apareciera por su oficina cuando se le diera la gana? Porque era justamente lo que quería, que apareciera de la nada, lo sorprendiera, que fuera tan repentino como para desorganizar su agenda del día, tener que cogerlo rápido con el fin de salir a una reunión y terminar cogiendolo una vez al mas faltar a esta. Tenía muchas fantasias para cumplir con Maki, y pretendía cumplir cada una de ellas, más las que el mayor tenía en mente. Maki aun no lo conocía celoso, ¿Que tal si le dejaba de conocerlo celoso? ¿Debía controlarse? El amor para Jackson era egoísta, no era todo un experto pero si amaba a alguien lo querría solo para él, no lo compartiría, no querría que alguien más lo viera, quizás en la ultima parte exageraba, pero se trataba de ver a su pareja con los mismos ojos que el lo veía. No, no le agradaba. Podría ser como un perro marcando territorio. —¿Intentaras? Siguió con la mirada al mayor, era obvio donde se dirigía. Ambos habían terminado la comida, por lo que esperaba que este le diera aviso de cuando trataría su herida. Por esas palabras, solo lo siguió, se sentó donde este le indico y dejo su brazo expuesto a este. Hasta ese momento, no se había incomodado de tener el torso desnudo, pero ahora tenía toda la atención de Maki, no era incomodidad sino que esa mirada le excitaría incluso si solo estaba su atención solo en su brazo.—Lo intentaré...—Y así era, iba a intentarlo, puesto que tenía todos los deseos de atrapar su boca y hacer gemir al contrario.
Maki Laine Para aparecerse de improvisto en su oficina primero debía investigar donde quedaba, si Jackson no se lo decía no sabía si aparecerse o no cuando quisiera.Se deshizo del vendaje manchado mientras le respondía con la paciencia que lo caracterizada.— Pues yo no controlo lo que piensan de mi los demás... Puede que tenga algunos admiradores secretos sin saberlo ¿No crees? —Espetó para saber que le respondería, ¿Sería capaz de identificar a la gente que lo miraba de más? Maki sabía que algunas chicas se le acercaban con sus faldas cortas a coquetearle y también sabía de muchos hombres que al darse cuenta que le gustaban los chicos lo invitaban a cenar, algunos más guarros simplemente le pedían libros en los estantes superiores para verle el culo. Quiso agregar que de seguro se masturbaban pensando en él pero quería curarlo antes de hacerlo enojar y que quisiera marcar territorio como un perro salvaje, esos ojos café estaban tan encendidos aquella noche. Lavó la herida con alcohol, presionando con suavidad sobre los puntos, luego aplicó la pomada con suavidad y tomó ls vendas limpias para empezar a vendar correctamente ese brazo, lo suficientemente apretado para que la herida se mantuviera cerrada pero no tan apretado como para cortarle la circulación. Su concentración estaba puesta en ese brazo, pese a que sus pectorales desnudos lo distraían de vez en cuando no quería cometer errores.— Ya. ¿Viste como lo hice? ¿Crees que podrás hacerlo tú solo mañana o necesitas de un enfermero personal? —Coqueteó con las últimas palabras sonriéndole mientras arrojaba al cesto los vendajes sucios, ordenando los elementos en el Botiquín para regresarlo a su sitio.
Jackson
¿Lo hacía a proposito? ¿Queria verlo celoso? ¿Por qué lo hacia cuando debia mantenerse quieto?, podría saltarle encima, comenzar a besarlo, dejarle marcas y oblligarlo a decir una y otra vez que le pertenecía solo a él. Ahora no podría quitar de su cabeza el pensar que alguien más podría ver con esos ojos a Maki. ¿Que tal si lo buscaban solo por sexo? Mierda, pero el igualmente lo hizo en un principio, en realidad no lo busco por sexo solo se dio, desde ese día pensó en tenerlo por sexo, pero llego al punto en el que notó sus sentimientos por él.—Si quieres que me quede quieto, es mejor que no me digas eso otra vez...—Advirtió. Ni siquiera observo como este le vendó, se había dejado hacer mientras el aprovechaba de ver su rostro, sus ojos, esa boca, mierda esa hermosa boca, podría devorar sus labios. Ni siquiera sabía como estaba logrando contenerse, oh claro...La herida.—Si me dices eso, es clara la respuesta.—Y era cierto, podría ser un inutil como excusa para verlo, ¿Debía admitir que no sabía como vendarse? Eso si sería vergonzoso, aunque no había tenido nunca una herida tan grave, raspones, heridas leves, atenciones que le daban en el mismo servicio, nada que debiera el encargarse de curar ni mucho menos con intervenciones como las que había tenido.— ¿Serás mi enfermero personal? Te dejare la dirección de mi oficina entonces, tendrás que ir hasta allá para cambiar la venda. A cambio.. Hay varias formas en las que puedo pagarte... Dicho lo ultimo, se puso de pie para tomarlo por la cintura mientras este aun se encargaba del botiquín. ¿Ahora era libre? ¿Podía tomarlo a su gusto? Si fuera por él marcarian cada rincón de la casa.— No quiero que nadie más te vea... ¿Por qué no eres solo mio?—Susurro contra el oído de este.— Soy egoísta Maki...Muy egoísta. Te quiero solo para mi...
Maki Laine Moría de ganas por ver como apartaba a un tipo que le estuviera hablando muy cerca, Oh, incluso Maki podía calentar a un sujeto y luego fingir ser inocente, uff, lo intentaría la próxima vez que fuera a la biblioteca, le gustaba el solo hecho de imaginarlo posesivo, echando al tipo del lugar y llevándoselo al despacho para demostrarle que era suyo, que no había nadie que tuviera permiso siquiera de observarlo. Lo sabía, era mala idea hablar de eso si pretendía que se quedara quieto pero era imposible, la esencia del finlandes era coquetear, más específicamente coquetearle a él. Una sonrisa se dibujó en sus labiales, en verdad, esa sinceridad lo mataba.— ¿Si? ¿Y cómo planeas pagarme? No creas que soy barato...— Terminando de acomodar los elementos sintió su abrazo y aquel susurro contra su oído que le erizó los cabellos de su cuerpo. Lo miró a través del espejo para no voltearse.— Si quieres exclusividad, debes pedirla... —Murmuró casi en un susurro cerrando el botiquín para que nada se cayera, moviendo la cadera de lado a lado para que su trasero se frotara contra la hombría ajena. Ya se habían portado bastante bien, demasiado bien. Tomó una de las manos que yacían en su cadera para llevarse las falanges a la boca, comenzando a lamerlas y chuparlas sensualmente, después de todo podría verlo hacerlo gracias al espejo. ¿Cómo quería hacerlo aquella vez? ¿Sería igual de bruto? Ugh es que a Maki no le importaba en absoluto que le bajara los pantalones allí y se lo hiciera presionándolo contra el lavabo, ademas cuando había espejos la cosa se ponía mucho más caliente y sexy, no comprendía a las personas que los espejos le generaban vergüenza.
Jackson
Maki era demasiado sensual, todo lo que hacia o decía lo excitaba. Quizás era su mirada felina la que lo excitaba cada vez qu hacía contacto con la propia, además esa posición en la que se encontraban cambiaba todo. Podría ver perfectamente el rostro del mayor contra el espejo, era excitante verse reflejado en el espejo, ¿Como sería ver ese rostro jadeante en el espejo? Si ya le encantaba antes, ahora quería empañar ese espejo con su caliente respiración. De solo sentir el culo de este frotarse contra su erección, el pantalón comenzó a incomodar, tenía que deshacerse de esas telas y penetrarlo de una vez, dudaba perder ese deseo, entre más sentía el roce más deseaba hacerlo. ¿Así que debía pedir exclusividad? ¿Que hacer para que fuera solo de él? ¿Podría ser un buen momento para pedirle ser su novio? No queria compartirlo, y le demostraría lo celoso y posesivo que podía ser. Su magica lengua, pudo jugar con sus dedos en su sinhueso, esa lengua hacía maravillas en su pene, podría tomarlo del pelo y obligarlo a chuparsela, meter su erección hasta la garganta. Mierda, no se resistía. Tomo el mentón de Maki con fuerza, asegurándolo entre su pulgar y su meñique mientras sus otros dedos ingresaron a su boca jugando con su boca, mientras su otra mano aseguraba el cuerpo del contrario tomando el pene de este por sobre la tela y apretandolo con fuerza. —Quiero esa exclusividad.—Pronunció contra su oído mientras jugaba con este, mordiendolo, lamiendolo.— Eres solo mío Maki. ¿Escuchaste?...Solo mío.—Su boca aprisiono la piel de su cuello succionandola con fuerza, mientras su pelvis se rozaba intensamente contra el trasero del mayor, acorralandolo aun más contra el lavabo.
Maki Laine Ahí estaba justo lo que quería escuchar de su boca, que era suyo, que aunque no tenía ningún derecho sobre él lo estaba reclamando como suyo cual trofeo, el sentirse objetivizado era algo que mucha gente odiaba pero Maki era de esos que creían que en el amor todo lo valía, incluso los golpes. Por amor, por sentirse querido podía hacer muchísimas cosas, él también era un celoso, como se enterara de que tenía algo con un subordinado le haría la vida imposible a quien fuera. Lo que era suyo nadie lo tocaba. Soltó un quejido ante la presión en sus mejillas pero no dudó en continuar utilizando su sinhueso para excitarlo, en aquella posición no podía responderle, pero debía notar lo excitado que se encontraba por la forma en la que se frotaba contra la anatomía adversa cual gato en celo. Soltó un gemido ahogado mientras llevaba ambas manos hacia atrás intentando bajarle los pantalones, Dios, su hombría no podía estar más dura, Jackson podía sentirla con solo palparla sobre las telas, pero quería más, necesitaba más de él. Ya no había porque comportarse, tal vez los vecinos ya sabrían que cada vez que vieran a ese chico en el portal es que los gemidos estarían a la orden el día, esperaba que se retorcieran de la envidia de lo bien que la pasaban.
Jackson
No dejaría de comparar a Maki con un felino, lo tenía todo, incluso esa inquieta cola que en ese momento se rozaba con fuerza contra su erección. Dolía, a horrores, queria hacerlo suyo en ese momento, sin esperar más, no se aguantaría demasiado, fue ese gemido que termino con su control, el poco que tenía claro, puesto que debía cuidar su brazo pero el vendaje parecía estar firme, lo suficiente para dejar su control al minimo, quizás preocupandose de no tensar las vendas y no rozarse el brazo con algo más, puesto que desde aquella noche con el mayor, no se controlaría ni lo trataría con delicadeza. Apretó con fuerza la dura erección de Maki al sentir como este intentaba bajar sus pantalones. Retiro los dedos de su boca mientras daba una mordida con el fin de marcar sus dientes en la piel de su cuello.—Dimelo. Eres mío.—Pronunció contra el oído de este una vez más antes de agarrar con fuerza sus nalgas. Bajo su pantalón de una sola vez, y se agacho contra su trasero para comenzar a morderlo, queria marcar sus dientes. Tomaba sus nalgas, las apretaba, mordía y lamía. Separó estas para dejar a su vista esa entrada y larmerla. ¡Dios! ¡Era perfecto! No se resistió a golpear con fuerza sus nalgas, una y otra vez mientras se encargaba de lubricar al menos un poco. Necesitaba penetrarlo, su erección no resistiría siempre en esa prisión. Volvió a su posición dando una nueva nalgada al mayor y le sonrió al reflejo del espejo. Teniendo la atención de Maki, bajo sus pantalones, escupió contra su mano y lubrico nada más con saliva su erección, no esperaría más.— Desde hoy...—Pronunció tomando con la izquierda el cuello del bibliotecario y lo acercó a él, sin dejar que este se moviera del lugar, manteniendo su culo en perfecta posición. Llevo su erección a la entrada de este ubicandola con una sola intención.— Solo vas a gemir mi nombre.— Penetrarlo de una vez por todas.
Maki Laine No le quitaba la vista de encima, su mirada felina se potenciaba al observarlo por el espejo mientras marcaba su cuello con tantas ganas, se mordía el labio inferior con fuerza agradeciendo en parte a que ese militar no quisiera controlarse en absoluto, aunque llevándolo a la pregunta de si así trataba a todas sus perras. ¿Sería así?— ¿Quieres que sea tuyo?... Demuéstralo. — Con normalidad los hombres posesivos lo eran con todas las personas con las cuales tenían sexo. Eso si lo ponía celoso, quería que solo fuera así de rudo con él, con su cuerpo, si llegaba algún rumor a sus oídos sobre que se había enrollado con alguna perrita por ahí la que sufriría las consecuencias serían las mujeres. Dio un respingo al sentir la forma en que le bajó los pantalones y comenzó a jugar con su trasero.— Nhm~ Jackson...—Susurró sujetándose del lavabo, el baño estaba frío y al contraste con su anatomía tan caliente es que tembló ligeramente pero no se preocupaba de ello ya que pronto estaría sudando toda la lujuria que sentía. Comenzó a gemir en voz baja sintiendo toda las atenciones, arañando la cerámica del lavabo sin poder dejar sus marcas allí puesto que sus uñas resbalaban. En el momento que lo tomó del cuello alzó el mentón para que pudiera apretarlo cuanto quisiera, no le interesaba si incluso lo asfixiaba un poco, eran todas sensaciones que a su lado le gustaban.— Presiona fuerte... si quieres que obedezca...— No había pensado que haberle pedido que presionara más le haría pensar si las marcas anteriores de su cuello eran sexuales. "Desde hoy solo vas a gemir su nombre" Pudo haber terminado con tan solo esa frase si no hubiera sentido tanto dolor producto de la penetración que lo hizo quejarse.— Oh, mierda... — En esos momentos se preguntaba si había sido buena idea vendarle el brazo tan bien.
Jackson
Demostrarle que solo lo quería para él, ¿Como? ¿No era suficiente con todo lo que estaba y deseaba marcar en su cuerpo? Si eso no era suficiente era capaz de mucho más, ese hombre seria solo de él, ya lo había aceptado. Siempre que estaba con Maki lasdudas se alejaban y solo permanecían los deseos, sus dudas de tener una relación con un hombre, de todo, se disipaban y solo pensaba en una cosa, tenerlo con el, solo de él. Seria su novio. Eso estaba claro. Justamente así le gustaba, que este gimiera su nombre, pero no solo una vez, más muchas veces más, queria escucharlo una y otra vez gemir su nombre hasta cansarse, cuando el orgasmo lo hubiera alcanzado quizás por tercera o cuarta vez.—No necesitas decirme eso cariño, disfrutas de lo que te hago...—No tenía control con lo brusco que era, le gustaba el sexo salvaje, sin delicadeza. Tomaba con fuerza el cuello del mayor clavando sus dedos en este mientras se ayudaba con sus labios de morder su hombro y seguir marcando esa piel. No espero para moverse, aun al escuchar el quejido de Maki lo tomo como un simple "continua", igualmente no se detendría, este lo estuvo provocando tanto que ya no podía mantener un poco su control, ni un poco. —Eres mío Maki, solo mío. Que no se te acerque nadie, ni se les ocurra mirarte.—Pronunció tomando con su izquierda la cintura de este sin soltar su cuello, lo tomo con fuerza para ayudarse a penetrarlo hasta el fondo, al tener una sola mano apoyada en su cadera, dudaba tener piedad en su fuerza. —Gime... Te quiero escuchar. Vamos.. Gime mi nombre. ¿No me extrañaste? —Dijo dando una mordida a su oreja.— Mierda Maki, eres hermoso, no te quiero compartir... Quedate solo conmigo. No soportaría que alguien más te viera.— Se quejo sin detener sus movimientos contra sus caderas. En definitiva el vendaje de su brazo estaba apretado, dudaba no tener que cambiarlo por segunda vez esa noche.
Maki Laine Mientras más sentía los dedos clavarse en su garganta era que deseaba que las marcas duraran, le gustaba bañarse y descubrir aquellos moretones que hacía el adverso, se volvería un adicto a ser tratado de esa forma tan brusca, si es que actualmente ya no lo era, porque todo su cuerpo se estremecía de solo tener la sensación de que su vida dependía de él, que con la fuerza que éste poseía podía asfixiarlo. ¿Así de poderoso debía sentirse Jackson en aquellos momentos? Creía en su instinto animal de supervivencia, pero cuando se encontraba a su lado lo perdía, se arriesgaba mucho, incluso le permitía al menor ser quién tomara las riendas, no sabía si era por amor, por confianza, pero era un hecho que Maki se comportaba diferente cuando estaba con el policía. — Nhm.. Ah... Jacks-- ¡Nhm! — Casi que ni podía hablar, pronunciar el nombre ajeno, pues los caderazos lo hacían doler, pero también mantenían tan dura su hombría que no podía negar que algo así le gustaba. Había una especie de vergüenza al verse reflejado en el espejo y poder notar sus facciones, ya tenía los ojos repletos en lágrimas, pero sus mejillas con un tono rosáceo producto del deseo, también la otra sensación que acompañana a la vergüenza de la humillación era la adrenalina de sentirse tan deseado por el dueño de la casa que le estaba pidiendo que se quedara solo con él. Intentó asentir pero como el agarre no se lo permitía tuvo que musitar un 'si' que se perdió entre tantos gemidos y quejidos, hasta que poco a poco ya casi no existían los quejidos si no una serie de súplicas porque se lo hiciera o más fuerza.— Oh... Nhmmg~... Sí, así... con fuerza... Uff... Cógeme con fuerza...— Se sentía tan sucio e incorrecto, pero tan bien a la vez, que no quería que todo eso acabara y si acababa necesitaba unas rondas más.
Jackson
¿Estaba loco si decía que le encantaba dejar marcas en el cuerpo del mayor? Ver esas marcas y recordar cada uno de sus encuentros, o mejor aun, que alguien más lo viera y supiera que el mayor tenía dueño, porque así era, era todo un posesivo, Maki no sabía lo que sería estar con él en una relación, probablemente lo dejaría por ser tan posesivo como podria disfrutarlo. No sabía como le gustaban las cosas a Maki, no se habían sentado a hablarlo, deberian hacerlo en algun momento, hablar de lo que sentían, de sus vidas, contarle al mayor como llego a ese puesto de agente, como habían sido sus otros encuentros y como nadie más le había dado esa satisfacción como lo hacía él. —Mierda. Así Maki, gime así. —No quería decir que no le interesaba el que le escucharan los vecinos, porque odiaba el saber que alguien más podía escucharlo gemir, además de eso, a posición en la que se encontraban no le permitía callar esos gemidos con sus labios, pero lo estaba disfrutando demasiado, lo apretado que estaba el mayor.— ¿Así? ¿Te gusta? Quito los dedos de la boca ajena para tomar la cintura de este, queria cogerlo con fuerza, si tenía ambas manos en sus caderas sería mucho más facil penetrarlo hasta el fondo. Y así fue, pero sus manos no se aguantaron el tomar las nalgas de este con fuerza y apretarlas, dejaria sus dedos marcados en esa piel. —Dios, tienes un hermoso culo...—Pronunció llevando sus labios a los hombros del mayor para morderlo con fuerza, dios, no podía controlarse, su boca estaba dejando marcas por toda la piel ajena. Necesitaba más.— Quiero tu boca.—Salió brusco del interior de este y lo volteo. El sonido del botiquín cayendo al interior del lavado fue el menor de los ruidos, ya que tomo el cuerpo de Maki y lo ubico sobre este, obligo a sus piernas a rodear su cuerpo mientras se encargaba de ubicar una vez más su erección en la entrada ajena.
Maki Laine Una y otra vez su pene daba en el punto exacto que lo hacía temblar de pies a cabeza, pese a que intentaba quedarse lo más quieto posible, le resultaba imposible por las fuertes estocadas que le propinaba Jackson. Si que era un hombre pasional y eso le gustaba tanto a Maki que se le notaba a leguas que no se portaría bien, que buscaría hacerlo enojar, que marcara territorio, que lo obligara a arrodillarse y a tragársela por completo por haber desobedecido a sus palabras. Uff, no podía parar todos esos pensamientos sucios cuando por el espejo podía ver su rostro, excitado, masculino. Dios, su hombría dolía entre tanto placer que sabía que pronto acabaría. — Nhmg~ —Asintió varias veces, ¡Claro que le gustaba! ¡Si estaba que no podía aguantar ni un pequeño gemido! A ese paso toda la cuadra sabría -otra vez- que el policía había tenido compañía aquella noche. Se quejó extasiado por la mordida para luego soltar otro molesto gemido. No comprendía porque había salido así de su interior, al escucharlo creyó que necesitaba que se la chupara pero pronto descubrió que no era eso lo que quería. Se aferró con sus piernas a la cadera impropia moviéndose a su ritmó, una de sus manos se sostenía del lavabo y la otra clavaba sus uñas en la nuca adversa mientras lo besaba y mordía sus labiales con fervor. En aquella posición su hombría quedaba presionada entre ambos cuerpo haciendo que los roces la implicaran, por ende el placer se intensificó a tal punto que terminó por rendirse, ya no podía contener más el orgasmo y se dejó ir en gemidos mientras se corría.
Jackson
Con Maki volviendole loco de esa forma, era de esperarse que llegara más rápido de lo normal al orgasmo, además de eso era porque estaba teniendo sexo de aquella forma que tanto le gustaba, sin controlarse, sin tener que medir su fuerza. Al mayor no parecía importarle las marcas que dejaba en su cuerpo, es más le estaba gustando la idea de llenar su cuerpo con su nombre y no solo con aquellas marcas rojizas que podía dejar su boca, sino que quería más, aunque apreciera violencia, solo ellos sabían que tras esa marcas solo había placer. Quizás debió terminar en el interior de este antes de ubicarlo de aquella forma, pero el dolor que tenía su erección cuando salió con tal brusquedad del mayor, más la forma en la que volvio a penetrarlo, dios, tenía que sentir ese dolor, era un masoquista de mierda, pero disfrutaba de eso, tanto como que Maki clavara sus uñas en su piel, que marcara su espalda cual felino. —Quiero escucharte. ¿Vas a ser mío? ¿Solo mío? —Pronunció contra la boca de este sin detenerse, aun sabiendo que había terminado entre sus cuerpos y el en el interior del bibliotecario. ¿Quien dijo que tendrían solo una ronda? Lo llevaría a conocer su casa de la mejor forma, marcando cada rincón de esta.— Solo mío. Pobre del que te toque... —Mordió con fuerza los labios ajenos.— Si no puedo matarlos, puedo dejarlos inconscientes... Eres mío Maki.
Maki Laine Le encantaba la forma en que presionaba sus caderas hundiendose con fuerza en su interior, ya no se preguntaba si era o no correcto, si ambos estaban de acuerdo y querían no había nada más. Asintió reiteradas veces mientras lo tomaba con ambas manos del rostro— Si, si, solo tuyo... ¡Nhm! Tuyo...— Murmuraba entre gemidos, por Dios, que nunca le ocurriera nada malo a esa hombría, estaba seguro de que si Jackson tenía un accidente de lo primero que se preocuparía era por saber si ambas cabezas estaban enteras y funcionando correctamente. Le excitaba saber que podía golpear a una persona solamente por coquetearle o porque le mirasen de más, quería saber si era cierto, si sería capaz de arriesgar su placa por un simple ataque de celos. Se colgó de él abrazándose de pies y manos a su anatomía cual koala.— Desacomodemos tu casa, cariño.— Esa fue la única forma sutil que tenía de pedirle que se lo cogiera donde se le antojara, si quería hacérselo en la terraza o en el patio y que todos los vecinos pudieran escuchar mejor lo bien que la pasaban juntos no le interesaba. Cada vez que intimaba con él podía sentirse finalmente libre, genuino, real. Y sus problemas se esfumaban con rapidez, aunque sabía que antes de dormir debería de cambiar ese vendaje otra vez no importaba, lo haría con todo gusto, lo cuidaría.
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Sheep [Jackson; Maki]

Estaba bastante distraído del trabajo últimamente, había vuelto al caso caperucita, si, era estupido pero así lo habían llamado, puesto que según los demás agentes esperaban a una tercera persona involucrada con los dos sujetos disfrazados de oveja y lobo. No le encontraba sentido a disfrazarse, pero era cierto que los trajes estaban haciendo su trabajo, aun con un arma de los mismos delincuentes no habían logrado obtener si quiera una huella digital ni mucho menos con el video lograr ver las caras más que las mascaras.
El caso era uno que debía resolverse conforme a los siguientes delitos que la pareja realizara, por ahora no tenían más que unas cuantas pistas que necesitaban más conectores para resolverlo todo. Por otra parte, la pareja asesinada tenía un hijo con el cual no lograban dar, de aquello se encargaría Jackson, dar con el hijo de la pareja no solo para anunciar la muerte de los padres, sino para saber más al respecto, quizás tenían algún tipo de conexión con otras personas, entre ellas podrían encontrarse los mismísimos sujetos disfrazados.
El día transcurrio como si nada, mantuvo en todo momento su móvil contra su mano, pensaba escribirle a Maki solo por deseo de verlo, quizás invitarlo a salir, una cita, si, estaba considerando claramente el hecho de sentir una cierta atracción por el bibliotecario, podía sentir que esa atracción no era simplemente fisica, podría ser que este sin duda fuera el correcto en ingresar a su vida.
Estaba realizando el ultimo patrullaje por las calles en caso de encontrar algo extraño, no era como si siempre lo realizará, solo que tras hablar unos temas en el trabajo había decidido salir esa noche. No se dio más vueltas y retomo la calle principal para volver a su hogar cuando su móvil sonó. Toco el manos libres que traía contra el oído y contesto.
—¡Jackson! Acaban de robar una tienda, te enviamos las coordenadas. Enviamos apoyo. Estas a cargo. —
—Entendido.—Pronunció al tocar una vez más el botón del aparato.
Tomo el móvil mientras conducía, lo ubico frente al volante siguiendo las coordenadas correctas hasta dar con la tienda. Una vez en el lugar, tomo su arma y salió sin antes asegurar el vehiculo, debía actuar como un ciudadano normal antes de dar con los delincuentes.
Maki Laine Aquela noche iría ya con un plan de ataque, debía interceptar a unos maleantes para llevárselos a su jefe. ¿Por qué? No tenía ni la más puta idea, lo único que Maki acataba era órdenes, tal vez solo le debían dinero o algo por el estilo, pero no lo sabía, allí algo olía mal, el jefe le había dado órdenes de matarlos si se negaban a seguirlo y dudaba que esos hombres que estaba espiando dijeran 'Claro, chiquillo, vamos'. Dos hombres altos y corpulentos y la Oveja había salido a cazar sola, debía comenzar a valerse por si mismo incluso arriesgándose tanto. Con su máscara de lobo puesta y la ballesta en su espalda comenzó a descender de los techos poco a poco como un ninja, hasta dar a un callejón. Observó que esos dos estaban robando una tienda, él hasta hacía poco tiempo también robaba para comer, pero dudaba que estos idiotas lo hicieran por necesidad y si lo hacían era por necesidad de drogarse. Preparó la ballesta en el sitio y apuntó disparando de inmediato hacia el vidrio haciéndolo estallar, de esa manera logró frustrar el robo pues el comerciante salió corriendo mientras él se acercó caminando hacia los hombres confundidos, aunque al ver a un loquito con máscara subieron lo que ocurría allí. — ¿Serían tan amables de acompañarme? —Espetó antes de tener que esquivar los golpes que le atestó un tipo, tomó la daga que llevaba consigo y con el mango golpeó su estómago con fuerza antes de degollarlo, dejando que este intentara tomarse la garganta en vano ya que la sangre emanaba a chorros, el otro hombre buscó un palo para defenderse mientras Oveja sacudió la daga para quitarle el exceso de sangre.— ¿Y bien? ¿Me acompañas a mi o a él? — Por él se refería a su compañero, a la muerte mejor dicho.
Jackson
No podía esperar por el apoyo, necesitaba actuar de lo contrario los delincuentes huirían con todo, odiaba cuando eso pasaba, quería recuperarlo todo, no dejaría que un caso tan absurdo y simple como ese saliera mal, ya habían perdido uno de los asaltantes sus propios compañeros, mientras el solo capturo a dos tipos, por lo cual no los dejaría escapar. Corrió hasta la tienda donde encontró al dueño asustado pidiendo ayuda, siempre ingresando a tiendas donde los dueños eran viejos o algo parecido, todo lo hacía más sencillo, más odio les había tomado. Cargo el arma y rodeo el lugar, claramente no saldrían por el frente, era tipico de ladrones irse por los pasajes donde nadie les encontrara, pero para agentes de campo era sencillo deducir incluso su paradero de saber por el sector que se dirigían. Al rodear el lugar encontro lo que estuvo buscando, ahi estaba el famoso enmascarado, finalmente podía verlo en persona, no se escaparía, aunque debía resolver primero el robo y atrapar a los delincuentes. Sin dar un vistazo escucho el quejido de uno de los tipos, asomo con suerte su rostro notando que uno de ellos había caido al suelo, por como retrocedía el acompañante, supuso que el asesino se trataba de la oveja. —Llamen a Taylor, encontramos a uno de los sujetos del caso caperucita.—Pronunció contra el microfono que traía en su oído. Tomo aire y se apresuro a la acción. Disparo contra la pierna del tipo que se encontraba a su espalda, dejando a la vista la famosa oveja. Con el otro criminal en el suelo solo necesitaba deshacerse de la oveja. —No te muevas.—Ordenó.
Maki Laine Maki no se andaba con rodeos, esa misión era tan simple como matarlos a ambos e irse, no tenían nada que ver con sus intenciones de recuperar la salud de Lobo y la venganza hacia los doctores que los habían secuestrado a ambos. El tipo que aún se mantenía en pie alzó el palo de hierro para golpearlo y al momento que Oveja se apartó es que un tiro en la pierna lo petrificó. Lobo no poseía armas, pensó en la policía y cuando así lo hizo rogó porque no fuera quién creía, incluso aún cuando le ordenó que no se moviera esperaba que fuera una ilusión, pero no... estaba allí la única persona a la que dudaría en lastimar mientras que él se veía bastante seguro de hacerle volar la cabeza si se movía. — ¿Qué sucede, cachorro? — Le habló recordando que las máscaras modificaban ligeramente la voz debido al eco que estas poseían.— Tengo entendido que antes de abrir fuego debes gritar 'Alto policía' y yo no he escuchado nada...—Miró al tipo que estaba tomándose la pierna lastimada— ¿Y tú? —Regresó la vista al policía, Dios, dios, dios ¿Por qué ahora? ¿Por qué justo ahora? Ya se le hacía bastante mierda tener que matar dos tipos porque si que ahora debía escaparse de Jackson y sin lastimarlo, no quería herirlo, pero si estaba allí quería decir que los refuerzos estaban por llegar. — ¿Andas perdido de tu manada? —Se rió suavemente alzando la daga.— Cometiste un grave error en no haberme disparado a mi en vez de a éste estúpido ¿Lo sabes?
Jackson
tan solo pudiera matar a la maldita oveja en ese momento, pero dispararle en un lugar que no fuera la pierna condenaría al unico que podía darle las pistas de donde se encontraba su compañero, por lo que tenía que atrapar a la oveja completamente a salvo, quizás con un par de rasguños, lo atraparía de todos modos, solo o con refuerzos. —No soy un policía cualquiera, no estoy para dar discursos antes de disparar.—Pronunció observando sin que este lo notara, los alrededores, por donde tenía la ventaja de acercarse o por donde este huiría si era posible. —Trabajo solo ovejita. ¿Y tu? ¿Dejaste al lobo? ¿Eh? —Dijo volviendo a cargar el arma. Miro el hombro del contrario, quizás un tiro en su hombro, o en uno de sus brazos, la pierna, pero no podía tocar el torax, podía existir otra ventaja, quitarle la mascara para saber cual era el rostro del tipo a quien debía atrapar, con el rostro en mente este no podría esconderse si quiera en la ciudad.— Me encargo de los casos que llegan antes, fuiste segundo, ahora me encargo de ti.— Termino acercandose lentamente a este, podía ver que tenía la misma arma que mostraba el video, la traía en la espalda, algo anticuada pero igualmente letal. Finalmente disparo directamente al hombro derecho, al hacerlo, identifico que sus movimientos serían del lado contrario, por lo cual sin perder tiempo se acerco a este por ese punto, si debían pelear cuerpo a cuerpo, lo harían, pero odiaría la idea de dejarlo escapar.
Maki Laine Se sonrió aunque éste no podía ver su boca tras la máscara, Dios, es que se le estaba poniendo dura de solo escucharlo hablar, que mal momento era para recordar las veces que lo tomó en ese sillón, nunca había gemido tanto en su puta vida, definitivamente era un terrible momento para incluso soltarle alguna broma de querer ser esposado por él. Sabía que querían interrogarlo y aunque no lo mataran una o dos costillas rotas servirían para ablandar la confesión de la Oveja ¿No? Si supiera todas las torturas que sufrió, unos putos policías no podrían hacerlo hablar, pero como Lobo se enterara de que su compañero estaba tras las rejas se los cargaría a todos y no quería, en verdad no deseaba más sangre por su parte, ese chico necesitaba ayuda no seguir matando. Para desviarse de la trayectoria de la bala corrió hacia el lado izquierdo pero en cuanto vio a Jackson correr hacia ese sitio descolgó su ballesta no para cargarla si no para abatirla con fuerza y hacer que ésta y el arma de policía quedaran lejos de ambos. El golpe fue directo al objeto, no quería quebrarle la muñeca, entonces recordó, que Jackson venía de una reciente recuperación así que lo usaría a su favor. Maki logró ver como el otro tipo se había logrado poner de pie y se iba alejando cojeando apoyado contra una pared— ¡Ey infeliz! ¡No he acabado contigo! —Miró al policía señalando hacia el tipo— ¡Tu caso uno se está escapando!
Jackson
Sin duda el contrario sabía pelear o al menos tomar decisiones apresuradas como el tomar su arma y ayudarse de esta para enviar lejos el arma incluyendo la de el. Le pareció extraño que utilizara el arma para deshacerse de ambas, pero también trajo a su cabeza lo más simple, quizás este realmente sabía de peleas cuerpo a cuerpo, le sería más dificil acabar con él con el brazo aun en recuperación. Con suerte había logrado soltar el arma sin forzar demasiado el movimiento de su brazo, pero se vio obligado para no demostrar que su brazo estaba herido, no le enseñaría sus debilidades al enemigo, siempre estaría dispuesto a continuar con la pelea aun si su vida corriera peligro, asi fue entrenado en el ejercito alemán, no dejaría en vergüenza el apellido de su padre. Se limito a sonreir nada más mientras tomaba de las manos al contrario, específicamente de las muñecas buscando dejarlo inmóvil, pero sabía que no sería tan sencillo como parecía, este buscaría como escaparse, pero su meta era otra más que solo atraparlo, era quitarle la maldita mascará, por lo cual no dudo en golpearlo en el estomago, un golpe bajo para debilitarlo y así ir directamente a la mascara. —Mi caso uno sera capturado apenas gire esa esquina, ya debe estar rodeada toda la cuadra para evitar que escapen. No debes preocuparte. Ve a buscarlo luego a la carcel, de seguro lo encuentras tras la rejas.—Dijo mientras observaba las posibilidades que tenía de volver a tomar el arma, justo aquel día decidió salir con una de ellas y no con las dos que siempre debía traer.
Maki Laine Su ballesta solo funcionaba a distancia, como ataque sorpresa, luego era Lobo quien realizaba la mayor parte del trabajo cuerpo a cuerpo por su eficacia y rapidez, lo único bueno que habían hecho sus captores fue enseñarles defensa personal, puntos débiles y un millar de cosas que creyó nunca utilizar pues esperaba morirse pronto en aquel oscuro sitio. — ¡Ah! Eres un cachorro mentiroso, cualquiera se enfrenta a una pequeña oveja si tiene a mamá y papá a la vuelta de la esquina...— Sabía que no estaba solo ¡Lo sabía! Ahora solo le quedaba escapar con los tejados y debía asesinar a ese idiota antes de que la policía lo capturase. Por estar pensando se distrajo, todo sucedió deprisa, tanto el quedar sujeto al golpe contra su estómago que lo hizo toser. No podía andarse con rodeos con ese sujeto y aunque lo lamentaba en el alma debía deshacerse de él de inmediato, los segundos eran vitales y no estaban de su lado. Tomó su brazo herido retorciéndolo para arrojarlo al piso utilizando de empuje el peso adverso y una vez en el suelo le atestó una buena patada a ese brazo.— Lo siento, cachorro...—Musitó corriendo hacia donde estaba su ballesta, se puso una de sus flechas en la boca escalando el primer piso de la tienda y desde allí divisó al hombre cojo, respiró hondo, adolorido por el golpe en el estómago y lanzó la flecha que se incrustó en el cuello ajeno, no matándolo pero si lo haría el veneno que poseía en la punta. Al bajar de un brinco rodó, tomó el arma ajena quitándole las balas y la pateó justo delante de él— Te he dejado un regalito, espero la próxima vez nos encontremos en soledad, sin tus papis. — Era todo lo que podía hacer por aquel momento, frustrado es que se marchó, dejándole sus huellas digitales en el arma para darle más a que pensar, para que se obsesionara más con Oveja cuando su registro no existiera, cuando esas huellas estuvieran puestas en un anciano muerto hacía veinte años y de una nacionalidad irani. Tal vez así se daría cuenta de que algo más había con Lobo y Oveja, le daría material para que se rompiera la cabeza.
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Sweet sheep's home [Maki, Jackson]

➡ Privado 📝 Sweet sheep's home 📆 Lunes 3 de Abril ⌚ 21:00 hs 🏠 Ciudad | Casa
"En que gran lío te has metido, ovejita"
— ¡Lo sé! ¡Lo seeeeeé!
Gritó tomándose de la cabeza en la cocina. Estaba nervioso, no sabía que hacer de comer para su invitado, para colmo tampoco era bueno en la cocina ¿Qué haría? Estaba seguro que terminaría pidiendo unas pizzas y a la mierda. Estaba en crisis ¿Por qué lo había invitado a la casa? Pudo citarlo en algún restaurante, invitarle la cena ¡Pero no! ¡Tenía que cagarla así!.
"Tal vez no seamos buenos en la cocina, pero somos buenos mintiendo ¿No?"
Bueno, en eso tenía bastante razón a decir verdad ¿Y qué eran las mentiras? Disfrazar. Así que eso haría, comidas fáciles de hacer, simples, pero disfrazadas de comida elaborada y con la presentación adecuada parecería un chef. Puso manos a la obra para tener todo listo justo a las nueve, horario donde estaba citado el policía, acomodó los platillos en la mesa estratégicamente hasta que quedó satisfecho con el resultado.
Ahora solo debía de encargarse de pedirle a Lobo que se fuera de la casa, lo cual con seguridad sería algo desastroso porque... No lo había pensado del todo bien, pero le había revelado al policía la dirección exacta de donde vivía y como era de esperarse su compañero se molestaría, un error y ya sabían donde buscarlos.
Jia Er Jackson
Necesito de mucha distracción para no pensar en Maki y en su encuentro de esa noche. No asistió al trabajo, al contrario, se quedo en casa con la excusa del dolor de su brazo, aun estaba herido, lo cual preocupo a sus compañeros, enviando así ayuda medica para realizar un chequeo de sus heridas. Por lo que si tuvo bastante distracción por el resto del día. Cambiaron su vendaje, ya no tenía marcas de sangre y esperaba no manchas las nuevas, no queria mostrar ese tipo de heridas al mayor, no por preocuparle sino que no sabía la reacción de este ante la sangre o el vendaje. No era la gran cosa pero conocía a personas que no podían ver sangre o heridas tan graves. Tomo una siesta luego de un ligero almuerzo, sus nervios no le permitieron alimentarse mejor, y el descansar le ayudaría a pasar el día lo más rápido posible, así sería perfecto levantarse solo por una ducha. Así lo hizo. Al despertar se ducho, vistió y perfumó. No se vistió del todo formal ni mucho menos elegante, un estilo propio de él que aunque demostrara sin duda que aun era un adolescente no era de aquella forma de vestirse como un niñato. Tomo las llaves de su vehículo y emprendió camino a la dirección que le había enviado. Conocía la ciudad por lo que no necesitaría del gps, era un agente de campo, todas las calles y movimientos tenían codigos los cuales memorizo, estos serían en persecuciones u otro tipo de casos, para esas ocaciones, el recordar las calles. Una vez en el lugar, tomo aire e intento calmar sus nervios frente a la puerta. Trago en seco y toco finalmente.
Maki
Inició mal la charla, Maki lo supo con la mirada de Lobo, la había cagado y cuanto más intentaba explicarlo iba de mala a peor. Sí, sabía que tenía razón, estaba loco por haberlo invitado a la casa, si encontraba los trajes, si dejaban algo suelto por allí sin querer, si hablaban de más, se suponía que esa casa sería un refugio, un lugar seguro donde no deberían de mentir y sin embargo ahí estaba Oveja, por primera vez haciendo una estupidez. — ¡No me digas lo que tengo que hacer! — Gritó en respuesta a su grito y lo echó de la casa ya sin tacto alguno lo que derribó en un empujón contra la pared que tapó los ruidos de la puerta. Lo único por lo cual Lobo no se arriesgó a presionar mucho más el cuello de su amigo fue porque éste llevaba un cuchillo en la mano, Maki tampoco lo apuñalaría a menos que se sintiera desvanecer. Así que el menor de los dos lo soltó, abrió la puerta de la calle llevándose por delante a Jackson de un empujón de hombros y salió. Él suspiró acariciándose el cuello, las cosas nunca estaban bien, nunca estaban del todo bien, debía buscar un juguete para Lobo, uno al cual pudiera maltratar hasta la muerte y luego, un reemplazo de éste. Apoyó el cuchillo sobre la mesa y fue hasta la puerta para cerrarla encontrándose con que Jackson ya estaba allí. "Por la mierda".— Ey, pasa, pasa y cierra la puerta, Axel debió salir de urgencia así que no nos acompañará esta noche. — Mintió haciendo de cuenta que nada había pasado, y además, rogando que no haya visto nada, pero Dios, que escuchado con mucha seguridad que sí.
Jia Er Jackson
No le importaba esperar tras la puerta, los nervios que tenía al menos podían relajarse un poco, igualmente el esperar no había sido demasiado. La puerta fue abierta por quien menos esperaba, el tipo de aquel día vivía con Maki. No recordaba que este se lo mencionara, si lo hizo sin duda estaba intentando desifrar el rostro del sombrío ese día. Pero, lo ignoro, no dijo palabra alguna ni se quejo cuando este salió de tal forma empujando su hombro, no queria armar un lío con quien compartía el hogar de Maki, con tan solo esas pintas podría temer de que este le hiciera algo al mayor. Aunque escucho la voz del mayor, no se giro de inmediato, su mirada siguió los pasos de Axel quien se alejaba poco a poco de ellos. ¿Así que no les acompañaría? No parecía haber sido citado con tal urgencia, no lo creía, pero respetaría la privacidad de Maki, su relación con el otro tipo no tenía porque importarle. Si le mentía por mantener la comodidad entre ellos, bien, lo respetaría. —Hm.. Se perderá tu cena.—Pronunció ingresando.— Apuesto que debe estar buenisima.— La deducción la tuvo en tan solo segundos, para eso trabajaba de agente de campo, pensar en el menor tiempo posible y actuar conforme a las decisiones. Así que, al menos por unos segundos, sus nervios habían desaparecido.— ¿Que tal estuvo el trabajo? —Pregunto intentando relajarse. Como ya le era de costumbre, su mirada siguió en cada movimiento al contrario, era imposible no prestarle atención, así que existían detalles que no pasaban desapercibidos, como el ligero color en el cuello de este. Podría jurar que alguien lo presiono con fuerza, podrían ser marcas del asalto, como marcas recientes, pero de ser recientes, eran marcas que volvieron a tomar color de otras anteriores
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Maki
Esperaba que Axel saliera por la puerta de atrás pero bueno, al menos no echó a patadas a Jackson. En otro momento le hubiera importado muy poco sacar sus cuchillos y matar al policía. Y Maki tampoco dudaría en ir por su daga a defenderlo. ¿Puede ser que Lobo haya cambiado desde aquella vez en el bosque? Tal vez el tranquilizante que le había dado le sirvió para entender que había muchos más monstruos en el mundo que solo él ¿O solo fue por el sexo? Su mente aún estaba confusa pero no quería seguir pensando en aquello teniendo frente a él a su…¿Su? Vale, ya lo tomamos como nuestro. Nuestro “ojitos café”. Apoyó el cuchillo sobre la mesa suspirando para no pensar más en ello y limitándose a no tocarse el cuello o sabría que algo no andaba del todo bien.— ¿Trabajo? — Se sonrió mientras le hacía señas que se sentara en una de las sillas y él se dirigió a la cocina para traer los vasos que faltaban.— Pues aburrido hasta que un policía llegó a visitarme. — Pronunció con simpatía regresandose a dejar los cristales en la mesa y sentarse a su lado, no pretendía tomar asiento frente a él lo quería lo más cerca que se pudiera.— ¿Y tú? ¿Algo divertido en tu trabajo? Maki echó una mirada a la mesa para ir señalando los platillos que había en cada uno, diferentes tipos de ensalada, arroz, carne de cerdo, pollo, un corte vacuno troceado, los tacos, un gran canelón para compartir. Se sentía bastante orgulloso de si mismo al ver como habían quedado, aunque de sabor no tenía idea, lo había probado y no sabía nada mal pero tal vez sus papilas gustativas ya no eran tan buenas como cuando era rico y mimado ¿No? Cabia esa posibilidad. — Si algo no sabe bien, no lo comas, no creo que aparte de ese brazo quieras más complicaciones —Se rió sirviendo en ambos casos gaseosa, si Jackson estaba tomando medicamentos no podía tomar alcohol, hasta en ese detalle estuvo.
Jia Er Jackson
Sospechaba de ese tipo, no que fuera un criminal o algo parecido, que Maki tuviera ese tipo de amistades sería bastante extraño, puesto que era de lo más tranquilo, sin contar el como se comportaba a la hora de tener sexo, era todo un felino en celo le encantaba. Aún así, estaba casi seguro que este era el culpable de las marcas del cuello del mayor, al menos las recientes, puesto que intensificaron el color de aquellas ya hechas en el ultimo acontecimiento del bibliotecario. Era un agente, no podía evitar analizar todo cuando el momento ameritaba, por otra parte, Maki sabía realmente como distraerlo, y vaya que lo distrajo. Sintió su piel erizarse al recordar la visita de la mañana, dios, como le encantaba. Relamió sus labios mientras se sentaba en su silla correspondiente y seguía con la mirada al contrario. —No asistí al trabajo. Tengo un ligero problema con el vendaje y la herida, pero poco a poco mojará, por ahora. —Pronunció calmado, la verdadera razón era el estar distraído, no podía incorporarse cuando solo pensaba en el mayor, pero decir aquello sin filtro alguno, era bastante peligroso. Su mirada se fijo en la comida, todo tenía una pinta tipo gourmet y el aroma era exquisito, ni el podría haber preparado algo así. Si bien la cocina se le daba un poco, no era de aquellos que se molestaban en comer a horas correctas, se encontraba en la oficina o en campo, no se distraía cuando trabajaba, por ende su cuerpo no pedía comida mientras intentaba resolver un caso. Solto una suave risa, esa honestidad de Maki le estaba agradando, no se guardaba ningún tipo de comentario, ni siquiera algo como el temor de lo que este había preparado.— Bien, tendre cuidado.— Entre risas comenzó su cena, después de todo, si estarían solos, sin interrupciones.— Hm.. Nada mal. Esta bueno.— Sonrió volviendo su mirada al mayor. No lo decía por ser cortes, realmente tenia un buen sabor, aunque no tan bueno como el mismo Maki.
Maki
Maki pronto había olvidado el altercado con Lobo, se sentía común cuando Jackson estaba a su lado y esa sensación era una que creía que no volvería a sentir en toda su vida. Ese policía le había devuelto aquello que creyó perder para siempre, el poder sentarse simplemente a disfrutar de una cena con una persona querida como lo era él. Perderse en sus pupilas era cosa sencilla de hacer y ni hablar de sus labiales, oh Dios, quería deborarlos, pero sentía que esa comida que le había costado un poco de hacer sería desperdiciada así que esperaría un poco antes de atacarlo, aunque se le notaba en la cara las ganas de hacer cosas sucias que sentía. ¿Creería que era un fácil? ¿Sólo estaría allí por sexo? Tenía un millón de preguntas rondando por sus pensamientos, inquietas, punzantes, directas, y sin embargo la que más le preocupaba era ¿Estaba enamorándose de Jackson? ¿Estaba ya enamorado?. "Oveja, acaba de hablarte..." — ¿Nhm? ¿En verdad? — Animado por sus palabras es que tomó uno de los palillos probando la carne y la ensalada, nada mal en verdad. Cortó un poco del canelón y lo acercó hasta la boca impropia con una de sus manos debajo por si goteaba un poco de salsa, no quería ensuciarle la ropa siendo que estaba tan lindo vestido.— Prueba esto... Di aaah~ —Espetó con una sonrisa mientras pensaba en que quería cogérselo allí mismo sobre la mesa, entre toda la comida ¿Era un pensamiento enfermo aquel?
Jia Er Jackson
Era definitivo que Maki lo distraía demasiado, si seguía con todas esas dudas en su cabeza y en us sentimientos no sabía como eso iba a terminar y con eso se refería a su trabajo. ¿Como deducir si no podía concentrarse? Apenas estaba intentando resolver como era que Axel, el tipo que había salido de esa forma tan bruta del lugar, era o no el culpable de las marcas que Maki tenia en su cuello, pero desapareció de su cabeza minutos después de perderse en su compañero en la mesa. Había probado un poco más de la comida, los nervios sin duda no lo habían dejado comer con normalidad durante el día, tener a Maki a su lado le relajaba un poco sin contar los nervios que seguían presentes por tenerlo a su lado, sin la necesidad de estar devorando sus labios o en alguna posición sexual. Sonrió abriendo su boca para recibir el siguiente bocado de las manos ajenas. Vaya que tenía hambre. Recordaba que le hablaban del amor de aquella forma, si algún día sentía menos deseos de comer, si sus nervios eran presentes por mucho tiempo, si solo pensaba en esa persona, estaba enamorado, eran sintomas que ocurrían junto con la confudión de los sentimientos, puesto que hablaban de tomar peso cuando se encontraban en una relación. —Cocinas muy bien. Quizás deba venir más seguido.—Pronunció sin quitar la mirada de Maki.— O podría llevarte a mi casa a que cocines, me gustaría ver como preparas todo...—De solo decirlo mil imagenes vinieron a su cabeza, ¿Realmente observaría? Era seguro que estaría toqueteandolo mientras intentaba si quiera cortar algo. ¿Como cocinaría mientras se lo cogía?
Maki
El finlandés se había dado cuenta de lo sucio que pensaba ahora que prestaba atención a Jackson y a que cada cosa que se decían parecía ser una invitación a un revolcón, sentía que si lo invitaba al cine ensuciarían las butacas, si iban a la costa juntos cogerían en una carpa, así sea ir a tomar un helado con seguridad ocuparían para sus placeres el baño de alguna estación de servicio. Cualquier cosa cotidiana se volvía excitante y llena de adrenalina. Lo observó mientras masticaba esperando su verecicto final, regalándole una amplia sonrisa al saber que le había gustado también aquello, Dios, en verdad podía perderse en sus ojos, de verdad que en esos instantes se olvidaba de la causa por la cual luchaba y derramaba sangre. Lo mejor que le había pasado en años fue conocerlo. — ¿Quieres que sea tu cocinero personal? Eso no vendrá gratis, eh~ — Le coqueteó mientras se decidía finalmente aprobar su propia comida para saber si le mentía. Bueno, mal no estaba y con eso le bastaba, en realidad con que al adverso le gustara ya era su goal.— Tú puedes ser mi ayudante de cocina si gustas... — Ronroneó las palabras ya que se lo había imaginado completamente desnudo y solo vestido con un delantal corto, dejando ese culo bien trabajado al descubierto, ese que no dudaría en nalguear mientras le estuviera haciendo ver las estrellas. Ahg, menos mal que estaban solos en la casa, menos mal.
Jia Er Jackson
Esa noche tenía para resolver sus dudas, solo esa noche y parecía que el camino cada vez indicaba una cosa, no había dudas, sentía algo por Maki y no era una simple amistad. Se perdía demasiado en él, en esa mirada, en esos labios, lo conquisto sin siquiera notarlo. Perdido en un caso y aun así el mayor logro llegar a él, ¿Como? No lo entendía, pero ahi estaba, perdido por un hombre, pasando por su cabeza solo formas de cogerselo al terminar la cena. —¿Como quieres que te pagué?.—La pregunta era directa, el dinero no estaba involucrado en sus planes, su forma de pagar sería hacerlo gemir las mil veces que deseará.— Asistente... Suena interesante. ¿Se puede trabajar cuando se tiene interés por el jefe? Existían mil formas de pedirle a Maki que saliera con él, no tomar la etiqueta de inmediato si no lo deseaba, podría ser muy apresurado, aunque le celaba que alguien más tuviera interes en el mayor. ¿Que tal si se le acercaban? ¿ O peor? Jamás se pregunto si Maki sentía algo por él, podrían ser nada más deseos sexuales, solo coger y satisfacerse el uno al otro, nada de sentimientos involucrado. ¿Y si este huía al saber de sus sentimientos? ¿Que tal si lo evitaba? Entre tanto pensar, concluyo sus sentimientos, pues cada vez que intentaba resolver sus disputas en su cabeza, veía a Maki como algo más que un amigo, una pareja. Continuó comiendo, estaba hambriento y los nervios habían desaparecido con el misterio de Axel. —Tendrás que esperar a que este asistente de chef mejore de su brazo.— Soltó en una leve risa.— Al menos tres de cuatro estan en la carcel. —Dijo llevando su mirada al mayor.— Ese día, supongo que te pensé demasiado... Termine frente a la biblioteca. Ya debes haberte enterado del asunto policial que ocurrió en esa calle..
Maki
Alzó ambas cejas mordiéndose ligeramente la lengua ya que la voz en su cabeza estaba gritando casi aturdiéndolo "SEXO, SEXO, SEXO". No quería que le pagara con sexo pese a la voz insistente ¿Y sí le pedía hacer el amor? ¿Qué lo amara? No importaba que fuera con fuerza y violencia, si era amor... Si de eso se trataba el complacer a alguien más y a la vez sentirse querido ¿Dónde estaba escrito que solo se hacía el amor con gentileza? — ¿Por el jefe? No te convine dejarme las riendas a mi, eh, mira que no suelo tener clemencia con mis subordinados en absoluto. —Murmuró embelesado en cada uno de sus gestos, hasta el más absurdo, el más común, tal vez negaría un poco que estaba enamorado, pero ya lo estaba, si no lo esperaba era porque quería asegurarse de que Jackson sintiera algo similar. No había porque apresurarse, ese momento era único, el de la incertidumbre, el coqueteo, la conquista, quería disfrutar cada paso que dieran juntos. Al menos Jackson sería parte de su vida normal, de la vida de Maki, mientras Oveja... esperaba que su máscara nunca tuviera que vislumbrarlo en la noche y que su ballesta nunca se tuviera que alzar contra su anatomía.
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Never one without the other [Maki; Axel]
➡ Privado 📝 Never one without the other 📆 Viernes 31 de Marzo ⌚ 03:00 hs 🏠 Ciudad | Casa
Mientras se abrochaba su capa negra, ya que era una de esas noches donde debía de pasar completamente desapercibido, observaba su nuevo hogar, era una casa en una zona residencial tranquila donde los vecinos no se conocen, cada uno anda metido en su mundo y en sus propios problemas, por ende oveja podía trabajar tranquilo, tomando las precauciones de siempre pero mucho más protegido ya que ahora estaba trabajando para 'mafiosos’.
Aquella casa contaba con más habitaciones, con más comodidades pero lo que más le gustaba era ese sótano que por alguna razón le resultaba divertido el solo hecho de pensar en estrenarlo. ¿Que tal encerrar a Lobo cuando tuviera un ataque? Pero aunque la idea era tentadora no podía hacerlo por dos motivos, primero, solo causaría que sus ataques se incrementaran y se lastimarse aún más, y segundo, aún no había regresado a él. Con el pasar de los días Oveja no sabía si había hecho bien en demostrarle a su amigo que no era ningún debilucho cuando esté no estaba mentalmente bien, pero su paciencia había sido colmada con ese abandono, Maki no era una persona paciente cuando estaba realmente dolido y que Axel lo dejara sin previo aviso fue un golpe muy duro.
Sus cálculos nunca fallaban, sabía que Lobo no esperaría a tener su pierna sana para buscarlo, si no que se iría curando mientras se encontrará con las sorpresas. Ya no vivía nadie en la casa anterior, si no que la había puesto en venta. Ya no trabajaba en la biblioteca. Y si regresaba a la mansión donde nació sabría que tampoco allí estaba.
“¿Crees que Lobo nos encuentre?”
— Claro que va a encontrarnos. —Se respondió a si mismo mientras tomaba entre manos su arco y flecha por si la situación lo requería. La misión de esa noche solo se trataba de recolectar información por lo cual si quiera estaría cerca del peligro.
Lo que Oveja no sabía es para que iba a encontrarlo, si para unirse a ellos o cobrarse su vida para acabar con todo el desastre en que sus vidas se habían convertido.
Axel
Aquella noche, tras haberse resguardado en la casa vacía donde antes había vivido, decidió poner fin al juego de atrapar la oveja. Llevaba varios días siguiéndole el rastro con el fin de asegurarse que realmente era él a quien seguía. Al descubrir que era así, sin más se preparó, ropaje negro, la máscara y los cuchillos. Su mochila la arrojó en un lugar donde podría recogerla luego, para posteriormente salir de su hogar. Era una noche fría, pero ayudaba eso a mantener su mente despejada. Estaba centrado en qué debía hacer y cómo hacerlo. Por primera vez en mucho tiempo, podía pensar con claridad. Podía deducir qué movimientos hacer. En la oscuridad, veía aquella figura pasearse, como buscando un lugar, cosa que le resultaba realmente raro. Lo que no parecía normal era el tipo de trabajo. Oveja no solía hacer esas cosas, si no era para beneficio de ellos.¿Qué ganaba en un lugar, que bien conocía que estaba lleno de imbéciles?Dio un salto, logrando entrar a un lugar donde esperaría a Oveja, un callejón. Se dio el tiempo de arreglarse el vendaje de la pierna, ¿para qué iba a esperar a curarse? Quería verle y quería asegurarle de que volvía, que seguirían como uno solo. Necesitaba a la oveja de vuelta, y haría lo posible por demostrarle que no se iría más a no ser que realmente estuviese por morir. Cuando le vio salir, sin mas, de un momento a otro, había apresado al contrario tirando de su capa hasta dejarle entonces en aquel callejón con la máscara puesta, para que pudiese identificarlo. Se quitó la máscara hasta dejarla a un lado, llevando sus manos a la ajena para poder quitársela, frunciendo un tanto su ceño. -¿Por qué no estabas en la casa? ¿Por qué te fuiste? ¿Qué haces? Somos uno. Volví. ¿Dónde te crees que vas? -Masculló al verle alejarse, dándole un empujón para dejarle contra la pared.- ¿Por qué mierdas te vas? Maki, ¿qué te crees que haces? ¿Acaso no somos uno? Mátame aquí y ahora si es así.
Maki
todas las luces de la casa y salió con sigilo, saltar los tejados era lo suyo pero debía de hacerlo en un sitio donde no le vieran escalar así que fue por detrás de su casa, pensaba hacer dos cuadras antes de dar el salto solo que se perdió en la oscuridad de un callejón al ser jalado dentro del mismo. Intentó resistirse a patadas hasta que reconoció la máscara. Lobo. Nadie más podía tener la máscara de oveja, nadie. Confirmó que se trataba de Axel cuando removió esta de su rostro y se dejó quitar la propia, por alguna razón, tal vez el menor deseaba mirarlo a los ojos. Pero algo le decía que simplemente deseaba expresar su descontento con todas las decisiones que él había tomado sin consultarle. — ¿Ahora te acuerdas que somos uno? ¿Pensaste en eso cuando me dejaste? —Molestó dio algunos pasos para alejarse de él pero únicamente logró que esté lo azotara contra una de las paredes del sitio, se quejó observándolo, aunque bastante impresionado de todo lo que estaba hablando, las charlas con Lobo nunca eran extensas en absoluto. — Veo que dejarte tirado en el bosque te aflojó la lengua... —Dio un paso hacia él— ¿Qué crees que hago? ¡Nunca hago otra cosa que no sea pensar en ti, en tus cosas, en ayudarte! Una sola vez que soy egoísta y me voy a coger por ahi y te vas ¡Yo sería el que tuviera que hacer preguntas! ¿Por qué te fuiste sin avisarme? ¡Infeliz! Sacudió la cabeza y tomó su máscara caminando para alejarse de ese sitió— Cumpliré una misión y luego si quieres hablamos. Esta casa la pedí pensando en que volverías... No quiero matarte, pero no me jodas la paciencia.
Axel
Se le quedó mirando, buscando de alguna forma ver mas allá de lo que pensaba. Oveja era tan difícil de leer. Al escucharle agachó la cabeza, cerrando las manos en puños contra la pared, antes de alzarla hacia su amigo de nuevo.-Jamas se me había olvidado. ¡Y no me fui por que te hubieses cogido a alguien! ¡Me fui por que te mereces vivir! -Espetó antes de aferrarse a su brazo con una mano, antes de apretar. No quería que oveja se fuese. No quería perderle, otra vez. Gruñó bajo, antes de tirar de él negando con la cabeza.-No, ahora. O me dejas ayudarte.-Masculló entre dientes, antes de fruncir el ceño. De alguna forma, el Lobo se había ablandado.¿Era esa buena señal? Aflojó su agarre,antes de girar el rostro,chasqueando la lengua,queriendo decir de todo en ese momento.-Veo que te has cuidado.-Dijo en tono bromista, antes de tomar la máscara,alzando una ceja, cuchillo en mano.-¿Cual es tu decisión? Ahora o debo ir contigo. Tsh. - Lobo estaba siendo paciente,pero la desesperación por acompañarle se veía en su mirada. Era fácil,si no podía acompañarle, simplemente pensaba usar sus habilidades ya fuese a favor de Maki o en contra.
Maki
La mente propia era un laberinto incluso para el propio Maki, nunca sabía cuando quería tenerlo cerca y cuando deseaba que estuviera muerto, tal vez las mismas veces que él se quería así mismo y al otro instante pensaba en matarse, pero no podía, no hasta que esos hijos de puta estuvieran ahogándose en su propia mierda. Estaba tan ciego en odiar a esas personas que le arruinaron la vida que no pensaba dejar de existir hasta cargarse al último. Frenó su andar al sentir el agarre y se volteó para verlo por encima de su hombro. No, claro que no pensaba que se hubiera ido por haberse cogido a alguien pero si esa noche hubiera rechazado la cena con Jackson tal vez Lobo no se hubiera marchado de su lado. ¿Eso estaba bien? ¿Estaba mal? Volteó a verlo preparándose para seguirle así que caminó hasta él— ¿Te estás burlando de mi? — No le agradaba ese tono bromista en absoluto por lo cual para hacerlo enfadar lo tomó de las mejillas con una de sus manos y lo besó en la boca, un suave contacto antes de soltarle un puñetazo con la mano libre.— Desaparece de mi vista, cuando tenga ganas de hablar contigo lo haré. —Masculló enojado, furioso, molesto.— ¿Y desde cuando haces lo que yo quiero? No dejas de cagarla una y otra vez cuando te digo que no...
Axel
Observaba a Maki atento,sabía bien lo que había sacrificado para que el lobo siguiese bien. Era demasiado consciente de ello. Era normal que quisiese vivir. No era normal todo por lo que le hacía pasar. Incluso podía palpar el cabreo del contrario en el ambiente. Había logrado molestarlo.¿Acaso no era lo suyo tóxico?¿El dañarse pero no querer alejarse? Realmente el Lobo no sabía como seguir la conversación. Un rato mas. Solo un rato mas.. Pero entonces Oveja hizo algo inimaginable, le tomó del rostro y dejó plantado sobre sus labios un beso. ¿Como reaccionar a eso? Lo que le molestó fue el golpe, incluso podía saborear la sangre en su boca. Se relamió, fulminandolo con la mirada,pero no se alejó,es más, su cuerpo reaccionó sólo,tomando al chico de la camiseta antes de volver a empujarlo contra la pared, con cierta fuerza, pero no la suficiente para causar demasiado daño. Lobo no sabía que hacía de hecho, no lo entendía. Sus manos se posaron en el pecho del chico, como si fuesen de hierro, para que no se alejase, pero de un momento a otro,estaban en la pared a cada lado del chico, y sus labios contra los ajenos. La adrenalina en ese momento recorría su cuerpo, lobo jamás había experimentado algo así. Jamás. No sabía como reaccionaría oveja, pero para su sorpresa, el cuerpo propio estaba reaccionando jodidamente bien a aquello.
Maki
A Maki le frustraba demasiado las actitudes de Lobo y sin embargo se sentía eternamente agradecido de haberlo conocido, pues de haber estado en soledad hubiera muerto allí dentro. Habían renacido desde la oscuridad, escaparon de ella pero ya habitaba en sus corazones y era parte de ellos, no era como si realmente si uno de los dos moría los problemas desaparecerían mágicamente, ojalá la vida fuera así de simple. Al ser sujetado una vez más la funda donde llevaba el arco y las flechas cayó al suelo, apresurado lo tomó de las muñecas en un intento de apartarlo de su cuerpo, incluso dejando caer la máscara en aquella lucha, únicamente se quedó en quietud unos segundos al sentir su boca contra la propia. Abrió sus orbes de par en par sorprendido, pero más molesto de lo que ya se encontraba pues creía que le estaba tomando el pelo. Corrió la cara hacia un lado y levantó la pierna para darle con la rodilla en la pierna que el menor aún tenía herida. — ¡Deja de jugar conmigo! Muévete que debo marcharme — La realidad es que su golpe no fue más que para que sintiera dolor y lo dejara, de todos los golpes que se habían dado mutuamente ese se trataba del más leve y era porque estaba en shock, Lobo nunca había buscado sus labios, jamás.
Axel
Axel no tenía ganas de separarse, por lo que ni caso le hizo. Gruñó agachando la cabeza, tomando con una mano la pierna con la que le había golpeado, dejandola enredada en su cadera mientras que le miraba.- Por una puta vez, una, déjame intentar algo.-Masculló sabiendo de sobra que mas de una vez a oveja no le había quedado otra que aguantarse con los impulsos de lobo, pero aquella vez, realmente iba a forzar al contrario a ceder si hiciese falta. Sus manos, una la había dejado sobre la pierna ajena y la otra presionándose con fuerza contra su hombro para que no se moviese, aunque la acabó subiendo al rostro ajeno, obligándole a que le mirase, arrugando la nariz. Hizo rodar sus ojos, antes de negar con la cabeza- Para una puta vez, no estoy jugando contigo. ¿POR QUE IBA A HACERLO? -Exclamó resistiéndose a darle un golpe que le dejaría tumbado en el asfalto, pero en vez de eso, si le dio otro golpe, justo a un lado de la cara, lo suficiente como para dejarle el pómulo amoratado a la mañana siguiente. La pierna le latía desde el golpe, sentía como el ardor y el dolor aumentaba, pero, no se iba a rendir. La oveja sabía como era el lobo, y justo en ese momento, el lobo quería probar a la oveja. El Lobo no tenía ninguna intención de ser "suave" con el contrario, si debía tirarlo contra el asfalto y forzarlo, lo haría.
Maki
Por más de que Oveja fuera alguien frontal, sabía de sus limitaciones y cuando Axel se ponía violento no había nadie que lo frenase, ya había sido golpeado por sus puños tantas veces que esa vez solo era una raya más al tigre, la metáfora iba excelente porque cada encuentro entre ellos lo dejaba con alguna marca que lo recordaba al día siguiente. Lo magnífico es que Lobo nunca pedía perdón y eso era lo que le gustaba a Maki después de todo. Comprendió a los gritos que debía de quedarse quieto, pero ¿Qué quería hacer realmente? Tal vez solo estaba exagerando un poco y simplemente quería besarlo, pero lo que no tenía en claro era porque la hombría de Axel estaba reaccionando, hasta que recordó la noche lluviosa en que había hablado de su frustración sexual. ¿Acaso lo había escuchado? Llevó ambas manos hasta el cuello impropio sin presionarlo en absoluto, solo acariciándolo con los pulgares mientras lo observaba aun adolorido en su pómulo pero intrigado en que buscaba— ¿Qué quieres intentar?... ¿Y si me niego? —Murmuró en un susurro, no le agradaba que sus armas estuvieran en el suelo y Lobo aún cargara los cuchillos pero era cuestión de tiempo para que se los quitara y arrojara lejos.
Axel
Axel no quería hacerle daño, no quería molestarle ni sobrepasar los límites, pero en aquel instante..Le importaba mas bien poco si el contrario realmente quería frenarle o no. Ni él mismo sabía que quería. Pero quería algo, no sabía siquiera como dcirle lo que realmente le interesaba en ese momento. Solo para poner mas enfasis al asunto y dejarle ver, que no iba con otra intencion mas que el disfrute, o al menos eso pensaba, dejo entonces sus cuchillos caer, observandole atento. ¿Como decir que queria probar lo que hizo con el detective? ¿Como iniciar eso? Simplemente suspiro. Al sentir las manos ajenas en su cuello, lo primero que penso fue que apretaria, por lo que algo se tenso, dejando las manos en los costados ajenos, listo para poder apartarlo y reaccionar si lo veia necesario. Al sentir que solo lo acariciaba con los pulgares, se logro relajar un tanto, antes de acercarse para poder rozar sus labios a los ajenos antes de sisear con suavidad-Enseñame..Que hiciste con el detective.-Pidio antes de simplemente dejarle una mordida, sobre el labio inferior del contrario. Desde luego, que Axel necesitaba un respiro, necesitaba entender.
Maki
Lo había escuchado a la perfección y tal vez por primera vez estaba pensando en si hacerlo o no. Lobo no era una persona más en su vida y por ende había grandes probabilidades de que su vínculo se fuera al carajo si accedía, pero justamente es que si se negaba sería peor. ¿Qué tanto si ya lo había golpeado varias veces? Se quejó por la mordida pero le había gustado, tenía ahí una oportunidad en un millón, si debía de enseñarle lo que hizo con el detective debería de tener toda la noche, pero le daría una probadita de algo más, después de todo si Lobo quería y todavía no estaba siendo violado podía ser una buena señal. Descendió ambas manos hasta su cinturón para quitárselo y arrojar los cuchillos lejos, pero también desprendió el primer botón del pantalón ajeno antes de besarlo, esa vez en profundidad utilizando su sinhueso para explorar la cavidad foránea.
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In the name of love [Mark; Jackson]

🍃 Seelie 🍃
➡ Privado 📝 In the name of love 📆 Martes 11 de Julio ⌚ 10:05 hs 🏠 Ciudad | Hogar
Había estado lloriqueando por los rincones casi todo el fin de semana, se lamentaba por no ser lo suficientemente bueno como para ser un padre, que si no podía saber si quiera cuantos leoncitos venían en camino entonces cómo podría criarlos. Un sin fin de dramas que acongojaban al seelie y hacían sufrir al pobre vampiro que no sabía ya como decirle a su esposo que se tranquilizara, que él ya lo sabría.
Para el ruso era importante tener una persona como él a su lado, necesita ese apoyo cuando se desmorona. Mark es muy autosuficiente pero lo que hacía quebrar las relaciones pasadas era que cuando él se sentía mal, en vez de ayudarlo llovían reclamos. Así que aunque parecía que dicha agonía no terminaría nunca con el paso de los días se fue calmando y echándose muchísimas horas a meditar, pero no funcionaba, tal vez por sus nervios, así que optó por distraerse con la música, el piano siempre ayudaba y de paso quiso estrenar el violín que le regaló su padre.
El violín sonaba espléndido, no tenía esas notas únicas del stradivarius de su madre pero se sentía más cómodo empleando aquel instrumento propio que el de Irina. Siempre que volvía a tener un reencuentro con aquel instrumento erraba las primeras notas, pero ya luego de varias canciones la melodía fluía como si saliera directamente desde su corazón. Fue en esos momentos que escuchó un murmullo melódico que incluso despertó la curiosidad en Neón.
— ¿Escuchaste eso?
— Vuelve a tocar...—Espetó el silfo. Y así hizo.
Recién fue para esa mañana que se notaba que algo andaba bien en su animo, su marido podía dar por hecho que estaba mucho más estable y tranquilo, casi con el mismo humor de siempre solo que con una sonrisa de felicidad tenue. Había bajado con la maceta en la mano hacia la cocina a prepararse un té con algunas hierbas que le daban más energías y mientras estaba allí llegó un paquete. Luego de firmar al correo que debía de odiarlos por vivir tan alejados de la civilización dejó la caja envuelta sobre la mesa del living y se volvió por su té a beberlo lentamente.
— ¡Jackson! ¡Llegó algo para ti! —Gritó, él ya sabía que era, porque lo había encargado especialmente para el alemán.
Jia Er Jackson
La verdad era que su preocupación crecía con los días, no era precisamente por la cantidad de hijos que podría tener, de hecho aquel tema paso a segundo plano cuando vio a su esposo tan triste y preocupado. Las emociones de Mark podía sentirlas a kilometros, aunque estuviera cazando ahi estaba al presencia de su esposo, estaba preocupado, quizás este no demostraba todo ese dolor mientras estaba con él, pero era un vampiro y podía escucharlo sollozar. Aunque los días pasaran, la preocupación seguía ahi, no sabía como acercarse a Mark para tranquilizarlo, el aceptaba todo, porque amaba a su esposo, se caso con el para vivir la eternidad a su lado, si eso significaba criar a más de veinte hijos, lo aceptaría, no como algo que le daba la vida a afrontar, sino porque serian sus hijos y los amaría así fueran miles de ellos, todos híbridos, pequeños seelies o vampiros. Como siempre, la música de Mark era lo que más le relajaba, se perdía en un mundo diferente, donde solo existía tranquilidad. Dormir era parte de cada día, estaba acostumbrandose a la vida de un vampiro, la vida nocturna, al salir el sol Jackson descansaba, aunque no para generar energías, ultimamente las energías las tomaba al beber sangre, dormir era nada más para tener un momento de relajación. El grito de su esposo lo alerto. ¿Que podía llegar para él? No tenía contacto con sus padres, amigos no tenía, ¿Por qué enviarían algo para él? Ni siquiera había dejado su dirección en algun lugar para una entrega de las compras de los posibles bebes, ya que aun no quería comprar la cantidad de cunas inexacta. Bajo las escaleras cual humano, una de las tantas cosas que seguía manteniendo de su vida anterior dejando sus habilidades a un lado. Termino por observar como su esposo bebía su infusión mientras el caminaba hasta la caja en la sala. —¿Realmente es para mi? ¿Por qué? — Se preguntó mientras se acercaba a esta. Abrir el paquete fue cosa sencilla, pero encontrarse con esa caja ya le ponía las cosas dificiles. ¿Que se supone que era? Más bien el porque. Miro a su esposo atento a sus expresiones y volvio a la caja. Cuando la abrió lo primero que vio fueron esas letras escritas en la tarjeta. Tuvo que releerlas un par de veces para cerciorarse que no estaba leyendo mal. ¿Gemelos? ¿Eran dos? Con los pequeños zapatos en sus manos se giro a su esposo dejando que este viera como lentamente una sonrisa se apoderaba de sus labios. —Son... ¿Es enserio? —La felicidad que tenía no le dejo contener sus impulsos de ariano y solo se acerco a Mark para abrazarlo con fuerza.— ¡Son dos!
Mark
El seelie no quitaba la vista de su esposo, cada una de sus reacciones incluso lo confuso que se veían al haber recibido un paquete para él cuando el remitente estaba en la misma casa. Bebió un poco más de la infusión para luego hacerla a un lado pues sabía que Jackson iría a por él y no quería abstenerse a darle un abrazo. Finalmente al ver su sonrisa es que se calmó un poco más, si bien de ser siete a dos era un número mucho más cómodo continuaban siendo dos personitas más a las cuales cuidar, las que se robarían demasiado tiempo de sus padres y esperaba que eso no pusiera maricón al alemán. Lo abrazó asintiendo con suavidad.— ¿Te gusta?... Sí, amor... son dos... una niña y un niño. —Al rebelarle el sexo de ambos lo estrujó contra su cuerpo queriendo sentir su fría piel contra la propia. Se sentía tan feliz que su corazón podía hablar por ambos en aquellos momentos. Lo apartó apenas para observar a la planta que estaba sobre la mesada a su lado, ahora se sentía bien de poder enseñarle cuales eran los pimpollos de los cuales florecerían sus dos bebés. — Este de aquí es nuestro pequeño Edmond, está bastante escondido... y la niña esta del otro lado, justo aquí, un poco más arriba de él... —Buscó su mirada con entusiasmo— Debemos buscarle un nombre. Esperaba que Sergei también se alegrara de los gemelos, y Mark le agradecería eternamente ya que fue su regalo el que hizo que se percatara de cuantos eran.— Al parecer a los bebés les gustó más el violín, cuando comencé a tocar se alborotaron... y pude distinguir dos sonidos diferentes el uno del otro... Me recordaron a los bebés humanos, cuando escuchan la voz de su madre y se mueven en su vientre.
Jia Er Jackson
Dos, solo eran dos. No era que le aliviará que así fuera pero ya tenía confirmado por completo que sus hijos serían dos y por como lo decía Mark parecía que ambos estaban en perfecto estado. ¿Una niña y un niño? La pareja, wow. Siempre pensó en Edmond e imagino como criarlo, tener a una pequeña haría todo diferente, sería un padre celoso, si su esposo ya tenía una belleza unica, ¿Que tal si su hija...? Dios, sería todo un celoso, protegería a su pequeña princesa. No podía contener esa felicidad, de hecho su sonrisa permanecía en sus labios haciéndose notar por completo, ya que mostraba su dentadura mientras se acercaba hasta sus pequeños para reconocerlos. Su mirada siguió las manos de su esposo soltando una risa nerviosa cuando vio finalmente a sus hijos.— Woh...—Soltó un suspiro.— Dios. —Mordió levemente sus labios antes de soltar una nueva risa y abrazar a su amado robando rápidamente un beso de sus labios.— Ya veremos como llamarla, debe ser un nombre especial. Será una pequeña princesa...—Dijo sin quitar la mirada de Mark. Le hubiera encantado tener ese tipo de conexión que su esposo tenía con sus hijos, poder escucharlos o sentirlos más allá de la energía que emanaba la planta. Pero sus pequeños solo podían nacer bajo esa habilidad que tenían los Seelies, los vampiros ni siquiera tenían la posibilidad de procrear, pero gracias a su esposo tenían la oportunidad de tener hijos incluso por creación natural de su propia sangre. Era increible como un mundo como ese estaba oculto a los ojos humanos, de no ir a esa academia, no hubiera conocido a Mark y mucho menos tener la vida que tenía en ese momento, era el destino que deseaba verlo feliz como lo estaba en ese momento. —¿Como fue?...—Pregunto tomando las manos de este sin quitar la mirada de los pequeños. Rodeo el cuerpo de su esposo para abrazarlo por la espalda mientras mantenían la conversación pero en conjunto con sus pequeños.— ¿Que sentiste? Cuentamelo... Me gustaría poder sentirlos como tu. ¿Entendiste algo? Anda... Quiero saber
Mark
Observando a los pequeños se rió, Jackson andaba más preguntón que nunca y lo comprendía, Mark tenía esa facilidad de poder jugar y averiguar cosas de sus pequeños que él no, pero eso no quería decir que no interactuaban. Los niños eran mitad vampiros y por ende si tenían formas de comunicarse con su otro padre. — No se como explicarlo, es difícil... solo era un murmullo pero si cerraba los ojos podía verlos como luciérnagas, como si alumbraran la oscuridad de mis párpados. No lo sé, fue muy bonito... —Ladeó un poco el rostro para verlo mientras le acariciaba las manos con las cuales el alemán lo abrazaba.— Tú eres un vampiro, tienes otro tipo de habilidades, por eso es que estoy casi seguro que vas a poder diferenciarlos como una especie de ecolocalización. Ya sabes, como un radar, ellos siguen las notas musicales... pero podemos hacer un intento diferente... ¿Quieres? Sabía que la respuesta sería positiva, además los niños ya se encontraban mucho más grandes, estaban en la recta final de su florecimiento y es por eso que era el mejor momento para que el vampiro pudiera sentirlos. El seelie tomó una bocanada de aire y comenzó a cantar, entonando las estrofas de una canción de su cantante favorita, estaba seguro que al estar cantando acapella sus pequeños intentarían imitar la melodía del piano. —Be still, my love I will return to you... however far you feel from me you are not alon... I will always be waiting and I'll always be watching you... Speak to me... Eran hadas y vampiros, seguramente él los veía como luciérnagas cuando cerraba sus orbes pero Jackson notaría más su parte vampirica. También estaba curioso de saber como se comunicarían con él ya que estaban todos juntos en la misma habitación.
Jia Er Jackson Realmente lo envidiaba, en el buen sentido de la palabra. Queria poder sentir a sus hijos, hablarles y escucharlos, pero no sabía controlar todas sus habilidades, en realidad ni siquiera habia comenzado con las más sencillas. Un vampiro a esas alturas debería hacer lo común, leer los pensamientos, la telekinesis, velocidad y habilidades básicas, pero el nada más desarrollo algunas de ellas, las otras las salto con tal de buscar una forma de ganarle al maldito sol, queria retomar una vida normal en la que logrará sacar a su familia a dar un paseo como cualquier familia humana y no tener que esperar a que el sol se perdiera. No pensó que probablemente en una de esas tantas habilidades básica podría encontrarse la forma de comunicarse con sus hijos y sentirlos tal cual lo hacía su esposo. Siempre vio a la planta como algo puro en comparación a lo que su raza era, en sus pensamientos comunicarse con la naturaleza era imposible, era un ser oscuro e impuro, diferente, aunque ni siquiera lo había intentado hasta que su esposo le pidio sentir las energias de su pequeño hijo. —Quiero hacerlo... Pero, ¿Como? —Pronunció sin quitar su mirada de los hermosos ojos de su esposo. De algo podían estar seguros sus pequeños, eran testigos de todo el amor que se tenían el uno al otro. Si ellos podían sentir sus emociones en esos días, notarían como cada día se enamoraba más de su esposo, como cada uno de sus movimientos le causaba una sonrisa, el solo verlo causaba que la sensación de su corazón volviera a él, estaba seguro que sus hijos podían sentir ese tipo de emociones. Cuando escucho a su amado cantar, de ser humano su piel sería de gallina, puesto que esa voz realmente lo relajaba, la música de Mark en general domaba a ese ser oscuro que era Jackson incluso antes de ser un vampiro. en un principio pensó que Mark había hablado, pero era imposible que lo hiciera primero que nada porque se encontraba cantando y por otra parte lo que había escuchado no eran palabras concretas, eran balbuceos como los de unos bebes. —¿Qué?...—Se extraño y acerco su mano hasta la maceta.—Sigue cantando...
Mark
El seelie sabía como comunicarse con ellos simplemente porque aún se mantenían dentro de las flores del baobab y eso le daba ventaja como especie, sin embargo en cuanto nacieran ambos podrían comprenderlos si no educarlos con los mejor de ambas estirpes y no solo eso, si no que comprenderían por los dolores o problemas que ellos pasarían. Él podía no entender ciertas cuestiones vampíricas que tendrían sus bebes, pero para ello estaba Jackson, para enseñarle también como cuidar a los pequeños de aquellos inconvenientes. — I can't let go you're every part of me... The space between is just a dream... You will never be alone... I will always be waiting and I'll always be watching... We are one breath apart, my love and I'll be holding it in 'till we're together... hear me call your name and just speak, speak to me, speak to me, speak... A ese punto su voz estaba incitando a los pequeños a revolotearse, era casi lo mismo que cuando una madre embarazada comía algo dulce, en cuanto llegaba al bebé éste se alegraba, pues ya que había descubierto que esos dos pequeños les gustaba la música y quería comunicarse más, los alentaba a que su otro padre también los escuchara. Compartir esos pequeños descubrimientos con él lo hacían sentir realmente vivo, más por la forma en que le había pedido que no dejara de cantar... ya los estaba escuchando.
Jia Er Jackson Híbridos de dos razas que nunca antes se habían unido, dos completamente diferentes, sus hijos serian una nueva especie de criaturas en aquel mundo sobrenatural. Aunque una parte de ellos fuera su nueva naturaleza vampirica, envidiaba el que su esposo pudiera comunicarse con ellos, mientras el solo podía sentir una sola energía emanar de la planta, claro, hasta el momento en el que unos cuantos balbuceos se escucharon de la nada. Una de las habilidades que debía desarrollar un vampiro, era la telepatia, la facilidad de comunicarse con sus pensamientos como poder escuchar los ajenos, pero estaba seguro de estar lejos de desarrollarla, jamás lo había intentado, pero ahi estaba, escuchando unas voces provenientes de la planta y no estaba seguro de ser por alguna habilidad suya. Era su esposo y la forma en la que le cantaba, dejaba que sus hijos respondieran a esa hermosa voz que de igual forma, a él, lo tranquilizaba. —Creo que nuestros hijos disfrutan tanto como yo el escucharte.—Pronunció acercando sus manos para acariciar tan hermosas hojas de sus pequeños.— ¿Tendrá el mismo efecto que produce en mi? —Tomo una pausa.— ¿Lo pueden sentir? —Pregunto esta vez a sus pequeños. Una sonrisa de padre baboso apareció en sus labios, estaba feliz, finalmente había logrado escuchar la voz de sus hijos, pequeños balbuceos pero que sin duda alguna expresaban la misma emoción que el sentía en ese momento. —Ellos me entienden...
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We need to talk

🍃 Seelie 🍃
➡ Privado 📝 We need to talk 📆 Martes 4 de Julio ⌚ 20:50 hs 🏠 Ciudad | Hogar
El ruso parecía un gato encerrado. Caminaba hacia la planta, contaba sus brotes, iba a la ventana a espiar si su esposo ya regresaba con otro encargue de último momento, helado de limón. No estaba ni cerca de ser su gusto favorito pero por alguna razón lo quería así que allá fue su esposo a la tienda más cercana que quedaba bastante lejos por vivir en un bosque, si no fuera porque era una criatura sobrenatural debería esperarlo varios días.
Estaba seguro que el adverso intuía que algo andaba mal o tal vez no mal pero que su chico había estado algo distraído todo el rato y queriendo sacar un tema de conversación fallido a cada momento pero cambiando el discurso al llegar al punto, por ende sabía que debía hablarlo si o si esa noche o el alemán empezaría a hacer teorías equívocas de porque el seelie parecía estar tan distante.
Mientras lo esperaba tenía un pote en su mano, en la tarde le habían surgido ganas de una ensalada de arcoiris, así que el vampiro tuvo instrucciones de traer arandanos, kiwis, frutillas, naranjas, duraznos y peras. Y aunque sí era cierto que tenía aquel antojo estaba intentando preparar la situación pues se sentía nervioso así que estaba comiendo lo que había sobrado simplemente para calmarse.
El tema era delicado de abordar y no sabía como lo tomaría el menor ¡Siquiera él lo había procesado del todo! ¿Cómo mierda no le advirtieron de aquello antes? Al menos tenía a Neón, Dios, si no tuviera a ese silfo a su lado hubiera entrado en crisis. Con la meditación pudo darse cuenta a lo que se refería su pequeño amigo y ahora tan solo quedaba el comunicarle la dudosa noticia a Jackson, lo único que lo tranquilizaba es que no podía morirse de un infarto porque muerto ya estaba.
Jia Er Jackson No sabía si eran locuras de su cabeza, pero algo extraño había en su esposo, su forma de actuar, lo conocía bastante bien y aunque Mark de por si era silencioso ahora lo estaba más de lo normal, como si algo mal estuviera sucediendo. Por un momento creyó que Edmond estaba mal, pero de ser así este no estaría tan tranquilo, por lo cual no considero como opción aquello, por otra parte podría ser que Mark estuviera enfermo o simplemente eran efectos de la perdida de energias que tenía el Seelie por alimentar a la planta. Aunque también considero una opción que podría ser la correcta y era que el estaba exagerando todo. Los antojos aumentaban con el tiempo, pero no le era molestia encargarse de ellos, al contrario, siempre que leía historias romanticas, las cuales no eran lo suyo, pero variar de vez en cuando no le venía nada mal, y ahi estaban los tipicos síntomas que tenían las próximas a ser madres, entre ellos estaban los antojos, como la variación de caracter, igualmente otra opción que había considerado en la extrañeza de Mark. Le gustaba, tener que salir a comprar improvisadamente unas cuantas cosas para darle los gustos a su esposo y a las energías de su hijo. Aquella tarde, casi noche, era un antojo nuevo, helado de limón. No recordaba probarlo mientras era un humano, tampoco podría hacerlo a esas alturas, pero no se quejaba, era inutil si quiera intentar tragar algo que no fuera sangre, deseaba volver a utilizar sus papilas, pero al momento de beber sangre cambiaba de opinión, seguramente porque su organismo disfrutaba de ese elixir. —Mi amor..—Lo llamo mientras subía las escaleras hasta la habitación de su pequeño hijo. Ya terminada y decorada, faltaban detalles como muebles, juguetes y más. —Aquí esta. —Dijo enseñando la compra más una cuchara que había tomado camino a las escaleras.
Mark
Cuando sintió las energías de su esposo rondando las cercanías un ligero temor se apoderó de él. ¿Y si no estaba de acuerdo? ¿Y si no quería? ¿Y si los dejaba? Aquella angustia lo hizo casi llegar al borde de las lágrimas, pero se contuvo al escuchar que el vampiro ya se encontraba en el hogar, si lloraba iba a creer que algo andaba mal en verdad y lo llenaría de preguntas. En cuanto lo vio hizo un cambio, le dio el pote vacío donde estaban las frutas, solo había dejado un poco de jugo, no importaba donde lo dejara pero necesitaba comer para distraerse, así que tomó el que tenía el helado de limón y le dio dos grandes bocanadas mientras se alejaba de su lado. Instintivamente para que no preguntara porque estaba tan raro, pero se notaba a la legua, más el alemán que lo conocía como si fuera la palma de su mano. — Cariño, tengo algo que decirte. —Finalmente soltó tras estar unos segundos en silencio esperando tragar el helado. Se volteó hacia él y le hizo señas que se sentara en la cama. Mientras caminaba de un lado al otro de la habitación esperaba que su esposo se quedara quieto o iba a ponerse histérico.— No sé por donde empezar... tiene que ver con Ed, pero no es algo malo... al menos para mi... No está enfermo, es una planta sana, hermosa, fuerte, todo está bien, solo que... Ah... ¿Recuerdas que te hablé de que creía que un iba a nacer de un brotecito que encontré en la planta?... Pues... ah... —Respiró hondo y exhaló—... puede que haya más...
Jia Er Jackson
¿Cuanto más tendría que fingir no saber que algo ocurría? Aunque era obvio que Mark ya sabía que el sospechaba, no queria atacarlo con preguntas o cosas por el estilo que empeoraran más todo. Ambos tenían un caracter muy fuerte, por lo que estaba evitando lo obvio, si Mark queria hablar del problema lo haría y esperaría aunque el verlo de esa forma lo estaba matando cada vez más, odiaba sentir como si lo estuvieran matando por dentro, gracioso pues ya estaba muerto, pero las sensaciones no cambiaban. Guardo silencio en todo momento hasta que finalmente escucho lo que tanto esperaba de los labios ajenos. Tomo aire y soltó un suspiro suave, finalmente sabría lo que ocurría, si era algún problema minimo por lo menos podrían resolverlo, si tenía que ver con su hijo, buscarían la forma de mejorarlo.—¿Que pasa amor? —Pronunció acercandose a él para terminar sentado en la cama a su lado. No se molesto en sentarse con comodidad, estaba nervioso y asustado. Escuchar el nombre de su hijo le asusto aun más pero que este aclarara que no había problema con ello, lo confundió. ¿Que podría estar pasando para tenerlo así? Estaba ¿Asustado? Pero ¿Por qué? —Si recuerdo lo del brote, pero...—Guardo silencio de inmediato. ¿Más? ¿Era una broma? Se quedo estático observando a su esposo por unos largos segundos. Podía sentir su corazón volver a latir, estaba sorprendido, emocionado y mil emociones más que lo obligaron a ponerse de pie.— ¿Es real? Digo.... Dios.— Tomo su cabeza con ambas manos girandose para volver la mirada una vez más a su esposo.— ¿Más? ¿Cuantos más?
Mark
Mark no le quitaba la mirada de encima, necesitaba estudiarlo como si no lo conociera para saber bien que palabras utilizar por si se asustaba o entraba en crisis, aunque francamente él tampoco se encontraba en su mejor estado para pensarse demasiado las palabras, pero eso no le impediría el intentarlo para no generar más ansiedad por ambas partes. Mientras lo escuchaba jugaba con el helado y la cuchara, no lo comía pero lo repartía por el pote cual niño que juega con las verduras con tal de no llevárselas a la boca.— Neón sospechó desde el inicio pero esperaba que me diera cuenta solo. Ayer... ayer me puse a meditar y sentí más energía proveniente del baobab... pero yo creía que nuestro pequeño estaba fuerte, bueno, lo está, pero es que es probable que... venga en compañía... El ruso miró a su esposo pero dudó en responderle la pregunta. Mentir no era una opción pero manipular la verdad era cosa que sí estaba en sus límites.— Uhm... Algunos... brotes más... —Es que tal vez la cifra asustaba, cuando él se sentó en el suelo para limpiar sus hojas comenzó a buscar aquellos brotes donde ya estaban más crecidos y descubrió más de los que pensaba.Comenzó a rascarse la nariz, lo cual era mala señal, su tic más conocido desde que era pequeño era ese, si molestaba mucho su nariz es porque iba a llorar— Son... seis... si no conté mal... En aquellos momentos no aguantó más y sus lágrimas comenzaron a correr, lo cual la situación era entre graciosa porque no soltaba el pote con el helado y algo preocupante porque el ruso no solía llorar porque sí.
Jia Er Jackson
Comenzaba a unir situaciones, el apetito de Mark, lo cansado que estaba, todo, si era más de un brote seguramente era la razón de porque Mark ultimamente estaba buscando más energías, necesitaba más comida y estaba tan débil, incluso emocional como en ese momento. Pero estaba tan perdido en sus pensamientos que ni siquiera sabía como comprender lo que estaba pasando, ¿Como debía tomarlo? Dios, tener hijos no era algo que había considerado antes, después de como sus padres lo trataron, no lo tuvo en cuenta. Con Mark todo era diferente, queria tener un hijo para darle todo lo que sus padres no le dieron, y siempre estar ahi para él. Tenía todo el dinero que un Kromm podía imaginar y aun así no dejaría a su hijo. —Con compañía... Dios.. —Tomo aire y suspiro, un acto reflejo o más bien costumbre de haber sido humano, sus pulmones ni siquiera funcionaban, estaba muerto. Deslizo sus manos por su cabello despeinandolo por completo, si quiera se había dado cuenta que estaba caminando de un lado a otro.— Más de uno.. Bien, más de uno... Uff.. —Suspiro. Cuando volvió su mirada a la planta y escuchar aquel numero, uno que ni siquiera imagino, pensó en dos, tres.. como mucho cuatro pero, ¿Seis? ¿¡Seis!? ¿Qué haría con seis hijos? Si antes había pensado que tendría que compartir el tiempo de su esposo con su hijo ahora realmente no podría siquiera ponerle una mano encima a Mark. Con seis hijos... —Seis. ¿Seis? Dios... ¿Es posible? —Dijo volviendo su mirada a su esposo.— ¿Realmente... Seis? —Y su voz se apago poco a poco al ver como este derramaba lagrimas. De inmediato se acerco inclinandose frente a él. No, esa era una imagen que podía romperle el corazón, cualquier cosa menos ver sufrir a su esposo.— No, no, no... Amor.—Susurro.— No llores... Somos primerisos en esto, no sabíamos que podía ocurrir. —Tomo su rostro entre sus manos.— No llores amor. ¿Como podemos confirmar cuantos son? Ambos tomamos esta decisión, podemos con esto, debemos hacernos responsables... Aunque tenga que distribuir más mi tiempo contigo por nuestros hijos... —Pronunció en un intento de hacer sonreir a Mark.— ¿Donde esta Neón? Quizás el sabe como podemos saber cuantos son...
Mark
Sí, eran seis bellos brotes, no sabía realmente si Mark tenía mucha energía para dar, si al ser híbridos aquello podía ocurrir pero si fue su error no preguntar el número aproximado, de ser así los seelies mayores le hubieran contado sin tapujos y es que él aún seguía pensando como un humano en muchos aspectos, al haber sido transformado pensaba que la regla era una planta, una flor, un seelie. Jamás se le cruzó por la imagen que tal vez las hadas nacían de a siete, ocho, seis, y por eso eran tantas en una misma familia... Ahora comenzaba a a entender algunas cosas. Las negaciones de su esposo no impidieron que el llanto creciera, no en intensidad de sollozos pues el ruso había aprendido a no ser escandaloso al lagrimear para no fastidiar a su padre, así que solo era un torrente de lágrimas que corrían por sus mejillas y unos pocos gemidos bajos. Y es que se sentía mal, realmente mal ¿Cómo no pensó en algo así antes?. — Yo los quiero... no me importa si son veinte...yo quiero a mis leones... pero no sé si puedo alimentarlos a todos... —Levó una de sus manos a sus ojos intentando en vano enjugarse las lágrimas.— ¿Si no soy lo suficientemente fuerte? ¿Y si no lo logro?... —Dejó caer el pote con el helado para poder abrazarlo escondiendo el rostro contra su pecho.— Soy un padre terrible... Lo siento... Lo siento... —Lo estrujó con fuerza, el problema de Mark era que no se sentía estable emocionalmente justamente por la baja energía ya que debía alimentar a la planta, pero para peor él solo podía averiguar de cuantos se trataban, Neón solo sospechaba que había más de uno. Negó varias veces frotando su nariz contra él—... Yo debo sentirlos.. y... y no estoy seguro... Nhm... Estoy cansado, estresado... No puedo saber cuantos cachorros de león vienen en camino... — Apoyó la mejilla contra su pecho para dejar que las lágrimas continuaran cayendo, allí protegido entre sus brazos esperaba a calmarse poco a poco.
Jia Er Jackson
Su corazón dolía incluso cuanto no tenía utilidad alguna, era esa parte humana que seguía en él, lo sentimental y emocional que eran en comparación a su nueva raza que de seguro con el tiempo tomaría poco a poco. Se abrazo a su esposo, lo protegería siempre, rodeo todo su cuerpo aun cuando el propio era frio y habia perdido del calor, no importaba, necesitaba tenerlo cerca, tampoco pensó en las energías no se alejaría.— No mi amor..—Intento calmarlo.— No eres mal padre. No te disculpes..—Susurro.— Ambos podemos mi amor, incrementaremos tus energías, buscaremos la forma. Quizás necesitas alimentarte de un humano, puedo traer a alguien aquí, lo que sea... No importa cuantos son amor, nos haremos cargo. —Volvió a insistir. Beso las mejillas de su amado mientras deslizaba sus manos por las contrarias, dejo que sus dedos se entrelazaran y llevo la mano de este hasta sus labios para besarlo y acariciarlo contra sus mejillas.— Ya esta, tranquilo. Podemos esperar que tus energías se recuperen para que sientas cuantos son. No se si mis energías funcionen, lo dudo, ellos son muy puros en comparación a mi, no quiero dañarlos, tampoco se si te hace bien alimentarte de mi y no puedes vivir de comida humana, no somos humanos mi amor...—Busco la mirada de su amado y volvió a robar un beso esta vez de la frente de su esposo. —¿Recuerdas nuestros votos matrimoniales? —Pregunto manteniendo el tono de voz bajo.— Siempre juntos, pase lo que pase... Salud enfermedad, incluso con veinte leoncitos. —Sonrió.— Los amaremos a cada uno de ellos... Apenas se estiro tomando el pote de helado para acercarlo a su esposo, el que este estuviera casi congelado ayudaba a que no derramara más de unos pedazos que Mark había removido en el ataque de sus nervios.— Come... Mis hijos necesitan fuerzas de su padre.— Con su pulgar ayudo a quitar las lagrimas de aquellos hermosos ojos.— Te amo...
Mark
Se sentía terrible pero las palabras de su esposo lograban calmarlo, su animo estaba tan pisoteable que hasta creía que el vampiro iba a molestarse por aquello o al menos decirle como no preguntó aquello antes siendo que era él quien más vínculo tenía con la planta de baobab. — Nhm. —Musitó en forma de queja como un niño caprichoso, no quería comer más, ya se había llenado, además los nervios le jugaban en contra. Alzó la vista cuando le escuchó pronunciar aquellas palabras tan cargadas de afecto y le dedicó una ligera sonrisa.— También te amo, Jackson... Mucho. —Alzó su diestra para que bajase el rostro hacia él, acto seguido lo besó. Un beso diferente a los que se venían dando, no fue un simple rose entre sus cerezos si no un poco más. — Ven... te enseñaré a la futura jauría...—Murmuró alejándose mientras buscaba su mano para entrelazarla y llevarlo hasta donde se encontraba la planta. Con cuidado iba corriendo algunas hojas enseñándole donde estaban cada uno de los seis brotes donde de algunos nacerían flores y de otros los pequeños híbridos.— Neón dijo que puede que salgan todos o puede que salga uno... espero sinceramente enterarme antes... debemos comprar más cunas si ese es el caso... Jugaba acariciando suavemente las falanges adversas mientras observaba la planta ya mucho más crecida y luego la caja musical en forma de carrusel que había enviado su padre.— Sergei me envió este regalo y un violín blanco... así que lo llamé... y le dije que iba a tener un nieto...
Jia Er Jackson
Aunque buscara tranquilizar a su esposo, su propio nerviosismo no podía detenerlo, no era miedo en si, ¿Por qué temería al nacimiento de sus hijos? Quizás si al como podrían criarlos a todos, como buscarían el tiempo para dedicarle a cada uno de ellos, si bien siendo criaturas muchas cosas eran faciles de manejar, dudaba que entre ellas existiera el control de unos pequeños híbridos, ¿Qué sucedería cuando estos comenzaran a controlar sus poderes? Dios, se volvería loco, sería imposible detenerlos, además de eso el signo en el que nacerían sus hijos de por si ya era una complicación. Aún así, algo le emocionaba. —Jauría...— Repitió tras las palabras de su esposo. Tomo su mano con delicadeza, al menos los nervios en ese cuerpo muerto no eran nada, eran emociones superficiales que lograba sentir el vampiro por su antigua vida humana, por lo que al menos Mark no sabría que de ser humano estaría temblando de los nervios. Lo vio con sus propios ojos, no sabía de plantas, ni siquiera como para decir cuales se notaban más vivos que otro, aunque ni siquiera algo como eso cambiaría cambiaría el hecho de saber o no cuantos serían sus hijos. —Espero lo mismo. —Trago en seco.— Deberíamos recuperar tus fuerzas en estos días para que vuelvas a meditar. No quiero a ningún leoncito sin su cuna.—Respondió intentando calmar el tema de la cantidad de hijos que tendrían.— Me gustaría que mis padres fueran como el tuyo, aunque ni siquiera conozco bien a mi suegro, y dudo que le agrade al cien por ciento.— Soltó una risa.— Realmente me hubiera gustado...—Susurro lo ultimo.— No dejaré que mis hijos por muchos que sean, pasen por algo parecido. Los amaré y entregaré todo el amor posible...
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Feeling [Mark]

🍃 Seelie 🍃
➡ Cerrado 📝 Feeling 📆 Lunes 3 de Julio ⌚ 12:35 hs 🏠 Ciudad | Hogar
Neón se sentía especial, diferente, Mark le había enseñado aún sin hablarle directamente de ello, que él era parte de su familia y que se preocupaba por lo que le sucedía, es por eso que el silfo disfrutaba de cuidar la planta de baobab cuando el seelie estaba durmiendo.
Gracias a la imaginación del ruso es que también poseía una forma peculiar, mientras los otros seres de aire como él solían tener forma abstracta o de nube, él era una especie de pájaro parecido a un colibrí. En agradecimiento éste había optado por tomar los colores del aura de Mark, azules y rosas cuando se encontraba feliz y violáceos índigos cuando la situación era un tanto melancólica, de esa forma el seelie podía entenderse mejor con tan solo ver a su silfo pues demostrar sus sentimientos era algo que el ruso aún estaba practicando.
Actualmente se encontraba retirando esas hojas que ya no servían ayudándose con su pico, mientras Mark había optado por toca el piano para distraerse aquella mañana pero no duró demasiado allí sentado porque el correo trajo más cosas para el bebé.
A Neón le resultaba extraño que todo siguiera siendo de a 'uno’, es decir, no tenía idea de cómo criaban a sus bebés en otro mundo pero incluso en el mundo seelie si tenían más de un bebé pues se compraban más cosas para que cada uno estuviera cómodo. En principio había pensado que Mark lo estaba guardando como una sorpresa ya que no a Jackson ni a su padre les había dado la noticia, pero ya faltando tan pocas semanas el silfo se percató que el seelie estaba demasiado débil para enterarse solo.
Voló hasta donde se encontraba él armando uno de los muebles donde con seguridad irían las cosas del bebé y se quedó observando.
— ¿Qué te parece? ¿Te gusta el color?
— Es bonito.
— Lo es. — Murmuró Mark mientras terminaba de atornillar uno de los lados del mueble. — Para esas cosas sirve tener un papá ruso ¿Sabes que los rusos odian pedir ayuda? Incluso cuando papá no sabía hacer algo lo intentaba… los primeros meses que él cocina ninguno de los dos podía comer eso… sin embargo lo comíamos porque éramos muy glotones. — Dio unos pasos hacia atrás observando como había quedado el mueble colocado. — Pero luego aprendió a cazar y aprendimos a hacerlo en equipo, con los pastores caucásica también…
— Sergei es buena gente. ¿Tenía hermanos?
— No, papá es hijo único, quien tenía hermanos era mamá pero no los conozco…
— ¿Te hubiera gustado tener hermanos?
Alzó ambos hombros — No lo sé…
— ¿Y qué tal más hijos?
Mark lo miró mientras se reía — Recién viene uno en camino, luego veremos si tenemos más
— ¿Cómo estás seguro de que es uno?
… Ah… porque…. — Parpadeó confundido. —¿Qué quieres decir?
— Desde que regresaste de tu entrenamiento no meditas, creo que es un buen momento para que lo hagas y en compañía del baobab.
Neón prefería que fuera Mark quien descubriera que había más de un brote, que tenían muchas opciones y que si bien podía ser tan solo uno, podían llegar a ser muchos más.
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Its all that i have [Mark]

🍃 Seelie 🍃
➡ Cerrado 📝 Its all that i have 📆 Sabado 1 de Julio ⌚ 10:15 hs 🏠 Ciudad | Hogar
Agradecía la cantidad de luz que se filtraba a través del gran ventanal de la habitación donde se encontraba él y la pequeña planta porque en aquellos momentos lo único que quería era estar solo. Si bien su esposo ya podía compartir con ellos todo el rato que deseara sabía de lo mucho que su hijo necesitaba de la luz solar para crecer fuerte y sano entonces las horas de la mañana hasta el mediodía los dejaba bañarse en aquellos rayos de sol.
El cartero había traído unas cuantas cajas y es que ellos ya estaban comprando todo para el bebé. Poco a poco los fue abriendo pero entre todos ellos había una caja que no había comprado, al ver el destinatario es que se quedó en silencio.
Samara; Rusia.
Tan pocas palabras, tantos recuerdos y añoranzas. Su tierra, aún se le dificultaba estar en Inglaterra como si nada cuando deseaba vivir en sus tierras, pero había una larga e interminable lista de 'porqué' no era seguro para él regresar. Ya en su adolescencia Mark tenía muchos riesgos más que nada por sus elecciones sexuales, él no quería andar escondiéndose ni que su hijo pasara por lo mismo que ella. Amaba, realmente se desvivía por su Rusia fría y distante, pero no podía regresar a ella tampoco sin que le abrumaran los recuerdos del suicidio de Irina, su madre.
De pie observando la caja optó por sentarse sobre la alfombra que recubría el suelo, las manos le temblaban tanto que sabía que no tendría las fuerzas necesarias para llevar el bulto hasta la cama. La abrió con cautela y apartó los papeles bancos que parecían interminables hasta dar con dos cajas más, específicamente un estuche que por su forma intuía lo que había allí dentro y otra caja cuadrada. Primero fue por la caja porque su curiosidad lo impulsaba a ello, al sacar el objeto dentro se sorprendió al notar que se trataba de un carrusel en miniatura.
— Una caja musical... —Pronuncio poniéndose de pie mientras le daba cuerda y la apoyó junto a la maceta.— La envía tu abuelo, aunque aún no te he hablado de él, ni a él de ti...
Aprovechó ese momento para regar a la planta y acariciar algunas hojitas que estaban amarillas, el frío de las noches no le hacía bien pero no podía poner la calefacción más fuerte o moriría, así que solo perdía algunas hojas por día y nada más.
Cuando terminó la agradable música y el silencio se apoderó de la habitación se regresó hasta la caja tomando el estuche y sentándose en la punta de la cama para abrirlo. Estaba nervioso, los violines eran un instrumento que conectaba con su madre tanto que había escogido el arco como método de suicidio, pero a la vez era el engranaje que los mantenía funcionando como una familia. Mark tenía consigo el stradivarius de ella mientras que su padre se había quedado con el arco.
Al abrirlo se sonrió con ligereza, era un violín blanco, de excelente calidad, acarició una de las efes para luego deslizar sus falanges por las cuerdas. Sabía tocarlo, pero prefería el piano, no solo porque se sentía más cómodo con aquel instrumento de cuerda si no que Irina era la mejor intérprete violinista que escuchó en su vida y sentía que su madre lo odiaba más aún si éste no estaba a la altura.
Tomó un sobre blanco y al sacar la tarjeta labrada de su interior se llevó su mano diestra a su boca intentando aguantar las ganas de llorar, pero las lágrimas se escurrieran sin medida empañandole la vista dificultando el leer correctamente las palabras. Era una carta de su padre donde con pocas palabras le daba los obsequios de su boda y amenazaba sutilmente a Jackson con matarlo si hacía sufrir a su hijo.
Apartó el estuche apresurándose a tomar su móvil marcando a su padre. No pensó en la diferencia horaria, si quiera de si su padre estaría en casa o en alguna reunión, pero necesitaba escucharlo, era todo lo que le quedaba, lo único que le hacía recordar que alguna vez fue humano.
— Shurik...
Aquel apodo pronunciado lo hizo llorar con más fuerza impidiéndole soltar más que un 'papá' entre sollozos.
— ¿Shurik? ¿Estas llorando?... Dime quien te lastimó y juro voy a matarlo... ¿Quieres venir a casa? ¿Fue Jackson? ¡Juro que voy a desmembrarlo!
Entreabrió sus labiales para responderle en su idioma natal, siempre las charlas entre ellos se llevaban a cabo en ruso— N-no... es decir si... pero no... Vas a ser abuelo... —Musitó aquello sin preparación alguna, pero quería compartir su felicidad con su padre.
— ... ¿Abuelo?... No suena a que adoptaste un animal...
— Un bebé... —Intentó enjugarse las lágrimas— Ahora no puedo salir de aquí pero... pero apenas pueda tenemos muchas cosas de que hablar... demasiadas... lamento no haber llamado antes, creí que estabas molesto por el casamiento...
Sergei no era un hombre de palabras expresivas o emotivas pero había quedado sin palabras para responderle a su hijo.— Más te vale que no sea una broma, Aleksandr.
— No lo es, papá... — Se había sentido extraño de ser llamado por su nombre pero era como cualquier padre regañaba a su hijo, apodos bonitos hasta que se necesita seriedad.— Cuando nazca... ¿Quieres conocerlo? —Pregunto algo dudoso cosa que fue captado de inmediato por su progenitor.
— ¿Qué pregunta es esa? Es mi nieto... y hace rato que no nos vemos en persona.
— No es lo mismo hablar por teléfono, pronto nos veremos. Me gustaría que lo pienses, pues pretendo invitarte algunos días a que conozcas la casa también, va a gustarte... pero igual, arregla tu agenda para mediados de agosto.
— Lo pensaré...
—Por cierto, gracias por los regalos; ambos. Compramos con Jackson un piano pequeño para que pudiera distraerme, también usaré el violín... en verdad, gracias.
— Shurik, vayas a donde vayas y hagas lo que hagas... eres mi orgullo. — Suspiró— Debo atender unos asuntos aquí, te llamo en la noche.
— ... Ah... ¡Si, no te preocupes! — Aún no salía de su asombro.— Ten un buen día.
Al colgar dirigió su mirada hacia la planta que estaba cerca de la ventana, junto a la caja musical en forma de carrusel. Su orgullo. No era poca cosa. Sergei había malcriado a su pequeño todo lo que pudo y sin embargo Mark no había sido nunca un malagradecido en la vida. Su padre luego del fallecimiento de Irina lo alejó de todo y todos mudándose de Moscu a Samara, reiniciando su vida. Y desde allí, vivió por y para él, protegiendo a su chico cuando descubrió su orientación sexual, dejando que se mudara a otro país, que persiguiera sueños, que cambiara y siempre, siempre que estaba cansado de la injusta vida podía regresar a Rusia y quedarse junto a él hasta tomar valor para comenzar de nuevo.
Aquel hombre le daba todas las fuerzas que necesitaba incluso sin ser demasiado afectuoso, aunque debía aclarar que la relación entre ellos estaba muchísimo mejor en la actualidad, tal vez porque ahora Mark era más grande y maduro y comprendía varios porqué que siempre daban vueltas en torno a Sergei.
— Su orgullo... —Repitió en voz alta mientras se dejaba caer en la cama, junto al violín blanco. Respiró hondo y exhaló con una gran sonrisa.— Así que soy el orgullo de Sergei... ¿Quieres escuchar sobre tu abuelo ruso?
Claramente sus palabras iban dirigidas a la planta, sin más, comenzó a relatarle que pese a ser un hombre de negocios le gustaba más el campo, la caza, los objetos rústicos y que lo que más tenían en común ambos es que amaban Rusia por ser tan fría, inhóspita y extraña.
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Clouds [Jackson; Mark]
6 de Junio Clouds
Buscar una cuna para Edmond no era tan fácil como lo pensó. Busco por internet unas cuantas pero nada que le agradará por completo, quería algo especial para su hijo, al igual que seguramente su esposo lo deseaba. No sabía cuanto tardaría la flor en crecer, no entendía aun el cliclo de vida de los Seelies, aun estaba impresionado de como podían nacer de una flor nada más con la sangre, eso le llevo mucho tiempo a pensar como había sido la transformación de Mark. ¿Alguna vez se lo pregunto? Aquel tema no recordaba haberlo hablado con su esposo, si lo hicieron de seguro la memoria que tenía el vampiro no estaba funcionando del todo bien, o simplemente se encontraba en ese momento lleno de preocupaciones por su hijo.
Fue en uno de sus tantos deseos por volver a sentir el sol quemar su piel humana, que con nada más que un vistazo al cielo vino a el lo que podía ser una hermosa pintura para la habitación del bebe. Era seguro que Edmond tendría alas, al menos para él, ni siquiera sabía que resultaba de la combinación de una sangre pura con una maldición como él. Eran opuestos y aun así se arriesgaron a tener un hijo. Valía la pena correr riesgos.
Nubes, el cielo, las alas, todo le llevo a pensar e imaginar una hermosa pintura. No era un experto pintando pero sabía que podía hacer maravillas con sus manos de encontrarse con Mark, solo necesitaba dejar que sus emociones se expresaran por él, tampoco necesitaba ser un experto para pintar unas cuantas manchas con diferentes tonalidades de blanco y gris, además de un fondo en tonos celestes, tenía incluso previstos matices de amarillo para darle el toque del sol oculto tras las blancas manchas.
—Mi amor...—Toco la puerta antes de entrar.
Esa tarde, luego ver como las nubes ocultaban el sol, se escabullo hasta la tienda donde compro todo lo necesario para una noche divertida con su esposo y con divertido no se refería solo a pintura, pinceles y brochas, le daría unos gustos a los antojos de su esposo.
Lo estaba extrañando demasiado, a veces soñaba con tener su cuerpo entre sus brazos o el sabor de su sangre, volver a hacerlo gemir, robar besos de esos labios que lo dejaran acalorado, pero todo tenía riesgos.
—¿Tienes energías hoy? —Dijo mostrando las latas de pintura.— Ya se que haremos esta noche... ¡Oh! Y traje algo que te dará más energías aun...
Mark Mark se sentía algo inútil en cuanto a la decoración del cuarto del bebé simplemente porque no puede dejar ni un segundo en soledad la plantita y el hecho de aparecerse en un supermercado con un brote de baobab no era un escenario normal en absoluto, así que debía de conformarse con comprar objetos en línea. Había visto unas lámparas en forma de nube que quedarían preciosas en ese cuarto, algunas alfombras para cuando el bebé gatee por la habitación y unos cuantos juguetes coloridos y didácticos para que fuera inteligente. Era real que había días donde se la pasaba durmiendo o recostado en la cama, al parecer el bebé era lo suficientemente ambicioso como para dejarle a su padre unas pocas reservas para que respirase y nada más lo que indicaba que lo de glotón lo estaba sacando absolutamente al seelie que era una máquina de comer. Pero los días que se sentía inquieto eran los que más aburrido la pasaba, si bien poco a poco las horas que Jackson podía pasar con ellos iban en aumento no llegarían a ser todas las que quería hasta pasados unos días más lo cual lo desesperaba. Ese día había dejado amontonadas las cajas con lo que había comprado ya que no las sacaría de sus empaques hasta que la flor floreciera. Era tan poético el nacimiento de un seelie, tan mágico que lo hacía sentir pleno y feliz, si todo salía bien es que habían hecho un excelente trabajo. Cuando Jackson entró a la habitación tanto Mark como la maceta estaban sobre el piano utilizándolo como asiento.— Mira, llegó tu padre... —Miró las latas extrañado— ¿Qué traes ahí? ¿Pintura? —dio un brinco y fue hasta él para saludarlo con un beso sobre sus labios, estaba curioso acerca de lo que su esposo tenía en mente, pero también le llamó la atención aquello que le daría más energías— Dime que es.
Jackson
No había nada que lo alegrara más que ver a su esposo acercarse tan feliz hasta él. Ser recibidio de esa forma lo llenaba de energías, su sonrisa no podía ser arrebatada de esos labios. Cuando recibió aquel beso volvió a sentir ese calor en su cuerpo que tanto le gustaba, un calor que solo Mark podía provocar en él. Como se notaba que extrañaba los momentos a su lado, sobretodo sacarlo de esas cuatro paredes. —Así es, pintura. ¿No quieres decorar la habitación de Edmond? —Dijo sonriente dejando las latas en el suelo.— Oh cierto...Aunque yo no puedo comer, pero pensé mucho en tus antojos y esta noche será larga, así que compre pollo frito para ti, y unas cuantas frutas. Podemos bajar y preparar todo cuando tengas hambre. —Dicho esto, tomo la cintura de su amado para robar una vez más de esos labios un corto beso.— Extraño mucho tenerte conmigo, solo pienso en ti... Y era cierto, podía ser malo o no, pero el vampiro dependía del Seelie, no era algo malo para él, simplemente se trataba de su felicidad, con Mark todo siempre iría bien, ya no le importaba pensar en nada más, su familia era su esposo y su hijo, sus padres para Jackson habían desaparecido, no sabía si seguían o no en su búsqueda, lo dudaba pero era lo mejor para todos, no tendría que preocuparse más por como lo encontrarían sus padres. —Tenía en mente... —Pronunció sin soltar a su amado. De hecho se reubico abrazandolo por la espalda para caminar junto con este por la habitación.— Pintar el cielo. ¿Te gusta?— Apoyo su mentón contra el hombro de Mark.— Nubes, un cielo azul y el sol ocultandose entre ellas. Hm.. Recorde tus alas y que probablemente Edmond las tenga y me gusta la idea de que disfrute del cielo... ¿Te gusta? Sino, podemos pintar algo diferente...
Mark Asintió varias veces, claro que quería decorar su habitación, tenían más de un mes para hacerlo, adem��s que quería aprovechar el mayor tiempo al lado de su esposo, le calmaba bastante que en breve ya dormirían juntos... aunque no sabía cuan peligroso sería aquello siendo que con facilidad llevaban un mes sin pasar un día completo juntos. — Por eso te amo tanto. —Murmuró en cuanto pronunció el pollo frito.— Deberemos bajar todos a cocinar. —Se sonrió acariciando con suavidad la espalda de su amado, algo tentado a arañarlo pero solo quedaría en un pensamiento. Le daba lástima tampoco no poder darle de su sangre, por otra parte la noche sería larga y podrían charlar de muchos temas en particular, como sus transformaciones, como andaba el futuro abuelo Sergei y sus perros pastores caucásicos. — También te extraño, más cuando debo dormirme y no puedo al sentirte en la habitación contigua, pero ya la semana que viene vamos a poder estar todo el rato que queramos juntos porque podrás darle de tus energías al pequeñito. Le escuchó con atención imaginándose aquel mura en una de las grandes paredes del cuarto mientras se dejaba guiar por el vampiro— Me encanta la idea, podemos hacerlo aquí de este lado... —Lo miró por encima de sus hombros con una sonrisa— ¿Estuviste pensando en mis alas? —Se rió encantado pues Jackson era un baboso que no podía disimular nada.— Amor, hay varias cosas que ni yo sé como resultaran, no sé si poseerá alas de seelie o de murciélago o si perderá ese fenotipo... pero de todas formas el mural va a adorarlo, créeme...
Jackson
Era extraña esa felicidad que sentía al escucharlo, con extraña no se referia a desagradable, todo lo contrario, era un sentimiento que lo llenaba aun más de solo escuchar su voz con esas palabras que podían tocar su alma humana en una suave voz. Lo amaba, tu corazón podía volver a la vida teniendolo en sus brazos, le recordaba que ser parte de un mundo sobrenatural no traía imposibilidades al amor que se tenían ni a su futura familia. Cocinar, siempre quiso darse el tiempo de aprender algo de cocina, pero jamás lo hizo, su vida no había sido lo mejor para hacerlo y tenía personas que cocinaban para él. Por otra parte, ni siquiera enamorado, puesto que era un sentimiento que no creía sentir jamás, hubiera tocado una cocina. Pero era una hermosa imagen mental que pasaba por su cabeza al leer, y teniendo ahora un hermoso esposo, sus deseos de aprender más, volvían a él. —Enseñemosle a Edmond como preparar pollo frito..—Susurro en una sonrisa.— ¿Es en serio? ¿No le pasará nada si le doy mis energías? —Pregunto sin alejarse ni un centímetro de su esposo. ¿Sus alas? Podría ser que si, pero aun recordaba los ojos del Seelie, cuando tomaba su forma natural. La imagen que tenía en su cabeza era de aquella vez que aun con miedo de su nuevo mundo, no pudo controlarse al tener al Seelie frente a él, lo mordió y bebió su sangre, un efecto alucinógeno lo ataco y termino besando esos labios que en sueño había tocado tanto. —Pensé en nubes y el cielo por tus ojos, tus alas, y tu mundo, la naturaleza... Edmond también será parte de ese mundo. Quiero que vea el día como un sueño que tengo yo. —Tomo aire.— Se que no podremos salir al sol a jugar, pero con un mural así, sería como si estuvieramos afuera...— Robo un beso de sus labios y sonrió inmediatamente.— ¿Vamos por el pollo primero?
Mark Negó con suavidad, ya para ese entonces el brote podría ir tomando las energías de Jackson de forma gradual, cuando las sintiera necesarias para ir mezclándolas con las que obtenía de su otro padre.— Él lo hará todo bien, sabrá cuando tomar de tus energías y cuando no, tú solo debes darle cariño, ya sabes hablarle, puedes alimentarlo, incluso lavar sus hojas... y tampoco te presiones o te pongas nervioso, es una planta así que las hojas se le caen cuando ya no las necesita...— Eso último lo aclaró por si un día Jackson le arrancaba sin querer una hojita o justo acariciaba una que estaba por caerse solita.— No vas a lastimar a nuestro pequeño. La sonrisa de Mark se hizo notoria y es que el seelie sabía muchas cosas que el vampiro no, pero aún tenía ese ligero miedo de que las cosas no fueran como le contaran los mayores así que ocultaría algo de eso hasta que el pimpollo apareciera.— La idea del mural es preciosa, vamos a juntar un poco de energía antes. —Emocionado por el pollo es que corrió hacia la maceta tomándola en brazos y se la dio a Jackson para que la llevara él.— Es la primera vez que sale del cuarto así que préstale atención a si le gusta o no. Se rió mientras bajaba las escaleras junto a su familia, por su parte había aprendido a cocinar por su padre, no porque le enseñara si no de curiosear lo que éste hacía, si bien ellos cazaban sus propios alimentos con sus perros, su parte favorita era ir al supermercado, ya se sabe, ojos que no ven corazón que no siente, porque cuando su padre despellejaba los conejitos que a veces cazaban le costaba horrores comerlos. Ahora al menos ya no necesita nada de eso, mientras más sana sea la comida más energías va a tener y aunque no debería comer carne, el pollo es algo más fuerte que él, por eso la emoción de cocinar ¡Además era frito! La más rica forma de comerlo. Al llegar a la cocina y tras lavarse las manos es que comenzó a buscar los ingredientes mientras de vez en vez espiaba como Jackson estaba con Edmond en brazos, ya que era la primera vez que lo sostenía.
Jackson
No quería decir que era extraño, porque no lo era del todo, ya que vivían en un mundo sobrenatural, pero escuchar como su hijo, que claramente en ese momento no era nada más que hojas, podía perder alguna de ellas. Su imaginación era amplia, era un ariano, no podía ver a su pequeño hijo perdiendo una hoja. ¿Que tal si caía una mientras lo cuidaba?, y eso sin contar que era un exagerado. —Debo admitir que me da un poco de miedo. Soy un bruto.—Pronunció en una leve risa.— Pero haré todo por hacerlo bien. Quiero ser un buen padre. Le alegraba bastante que Mark difutara de la idea de comer pollo frito, aunque el no pudiera consumirlo en realidad, pero no le afectaba ni siquiera el aroma de este, el sabor no lo sentiría, las debilidades de ser un vampiro era perder el gusto por todo que no fuera sangre. Cuando lo vio acercarse con la maceta pensó de inmediato en cuidarlo, a su esposo y a su hijo, no que este le entregaría en sus manos a Edmond. —¿Eh? ¿Como se supone que debo prestar atención? ¿Mueve las hojas o algo así? —Preguntó mientras salia con este de la habitación. Bajo con cuidado, temía dar un paso en falso, aunque sus poderes podían encargarse de cualquier movimiento, se sentía todo un humano primeriso en esas cosas, ¿Que sería de él cuando recibiera el verdadero cuerpo del bebe en sus brazos? Al llegar abajo, sostuvo con fuerzas a Edmond mientras su mirada seguía Mark de un lado a otro por los ingredientes. Estaba algo nervioso, tampoco sabía si acercar a Edmond demasiado a la cocina, cuando Mark comenzará a freír el aroma a fritura o esa cortina de humo que formaba casi invisible podía afectarle a la planta. ¡No tenía idea! —¿Y que dices Edmond? ¿Te gustará tanto el pollo frito como tu padre? —Rió leve.— Es débil cuando se trata de comida, ¿Eh? No puede resistirse. Ya sabes que hacer si metes la pata. Solo compra algo de pollo y listo. — Volvió a reír.
Mark Harían y se harían muchas preguntas en torno al bebé, de momento Mark lo tenía más fácil no por ser Seelie si no por ser un apasionado de la biología.— Pues nada exagerado, se mueve, sí, como cualquier planta, busca el sol... pero quise decir que intentaras sentir su energía ¿Qué tal si intentas concentrarte en eso? Ya en la cocina el hambre lo atacó aún más, entre que era un enamorado del pollo, Edmond robaba casi todas sus energías diarias y por eso andaba comiendo como una vaca durante todo el día e incluso la madrugada, nunca supo por qué pero desde que era un humano en ese horario tan antinatural es que la comida sabía más rica aún. Mientras cortaba el pollo y comenzaba a calentar la freidora escuchaba como le estaba hablando, entonces decidió dejar que ellos comenzaran a conocerse poco a poco mientras él se encargaba de prepararse la comida. Estaba casi seguro que el pequeño obtendría mucho de ambas especies pero no estaba del todo seguro acerca de como sería su personalidad, si solo se dejaba guiar porque la fecha aparente sería entre finales de julio y principios de agosto es que sería un bonito leonino. Cuando puso el pollo ya empanado a freír tomó un trapo para limpiar sus manos y observó hacia el sitio donde se encontraban sus dos amores.— ¿Sabes qué me gusta de su nacimiento? Que no va a sufrir como fue el mío... Ya sabes, ser convertido no es igual que ya nacer como una criatura mágica... Pregunté muchas veces si tu sangre y tu energía iban a causarle dolor pero me dijeron que no, que al ser tan pequeñito podría ir tomando esas energías como si hiciera fotosíntesis, las plantas necesitan oxígeno para vivir, pero también el dióxido de carbono para su alimento... Tiene sentido para mi ¿Tú que crees?
Jackson
Sentir las energías era la parte más difícil para el vampiro, más que nada por una ligera curiosidad que tenía acerca de su hijo. En ese momento Edmond no era nada más que una planta, hojas que hacia falta mucho crecimiento aún, pero este en su procedimiento mostraba todo lo que era ser un Seelie, algo tan natural y puro que de sentir sus energías podría dañarse el mismo con a pureza. ¿Sería así? Pero Jackson de los nervios estaba pensando cualquier cosa, era el temor de cualquier padre primerizo, debía sentir aquella energía como lo hacía para buscar al Seelie, pero con su hijo. —¿Sufriste? —Preguntó siguiendo los movimientos de su esposo con la mirada.— Hm...Supongo que si, digo, es como cuidar una planta solo que sabemos que luego será una criatura, ¿No?. —Relamió sus labios observando una vez más a su hijo. Podía sentir cierta energía en sus manos, era por ello seguramente que sentía esos nervios de tenerlo en sus brazos, pues sabía que esa maceta no contenía simples hojas, sino a su primer hijo.— Por cierto, creo que nunca te pregunte esto, ¿O si? No recuerdo muy bien, pero, ¿Como fue que te transformaron? Estoy seguro que te pregunte, aunque no recuerdo la parte del dolor.— Dijo acercandose a la cocina sosteniendo aun a su hijo en sus brazos. Al parecer todas las transformaciones tenían algo doloroso, como el su muerte, la mordida, maldita mordida, dejar su cuerpo seco, aun recordaba como su sangre corría por sus venas con una velocidad que lograba sentir el movimiento del liquido en su cuerpo, un asco.— ¿También naciste de una flor, no? Hm... Me pregunto como es que se forma el cuerpo humano en una flor tan pequeña como la que tendrá Edmond. Los Seelies son unas criaturas impresionantes.. Hay poca información de ustedes, los vampiros son algo que todo humano imagina a estas alturas, hasta respeto y poco temor causamos hasta que nos ven..—Soltó una risa.
Mark Asintió con suavidad, mentir no era algo que podía o quería hacer, se había acostumbrado tanto a ser sincero y a que si quería ocultar algo bastaba con no hablar que ya no sentía esos nervios de mentir sin querer y morir. Era algo estúpido, de alguna manera cuando pensaba en las respuestas que debía dar su propio cuerpo le advertía hasta donde sus palabras podían tomarse como esa habilidad seelie de manipular la verdad sin caer en la mentira, jugar con el filo era divertido de vez en cuando. Pero cuando era humano si era un temor, morirse de una forma estúpida como negar algo que era cierto no estaba entre las cosas más agradables que le pasarían. — Lo charlamos pero no en detalle, solo te dije que mi renacimiento fue de una flor y ya. — Se encargó de quitar las brochetas ya con el pollo frito y lo apoyó sobre un plato cubierto de papeles absorbentes para quitarle un poco del aceite. Apagó la cocina y se giró acercándose un poco más a ambos.— Pues yo siempre estuve enamorado de Louis, los vampiros siempre me hicieron suspirar ¿Quién iba a decir que iba a estar casado luego con uno? —Le sonrió acercando el rostro para besarlo con dulzura. — En el caso de la transformación es un tanto más complicada, yo solo sabía que ese día iban a transformarme. Jin me llevó hasta el gran árbol sobre la isla de nubes y allí me apuñaló con fuerza... luego el árbol se encargó de tragarme, se deshizo de mi cuerpo para darme uno nuevo pero estuve unos cuantos días sufriendo pues es un sistema de purificación, comienza suave, con esas mentiras que decimos de pequeños o 'mentiras blancas', hasta las mentiras más dolorosas. Debía deshacerme de todo eso para renacer como un seelie. —Acarició una de las hojas de la planta de baobab.— Nací de una flor de luna, también una flor nocturna como ésta... y supongo que es como un óvulo fecundado, que no tiene forma de embrión hasta muchos meses después, Ed va a ahorrarse ese sufrimiento pues nunca ha dicho una mentira... así que eso me alivia. Se acercó un poco más a su amado y apartó unas pocas hojas para que pudiera ver algo.— Aún no estoy del todo seguro, pero creo que de esta protuberancia crecerá el pimpollo, se ve diferente... cuando las ramas crecen se veían más puntiagudas, esta está algo más gruesa que las demás... —Se sentía como si vieran la primer radiografía, esa que solamente la madre y el médico verían al bebé mientras para el resto solamente era una mancha en forma de frijol.
Jackson
Sabía que recordaba algo, tan simple como una flor o un árbol, tenía algo en la cabeza pero le faltaba más información, por la forma en la que se trataba de "transformación" Dudaba que fuera algo tan simple como sonaba. El dolor para él fue horrible, sintió la muerte, la sangre correr por sus venas hasta la boca del vampiro y luego el acido recorrer su garganta por la sangre pura, además, se encontraba en ese lugar esa maldita y gigante araña Bitsi. Aunque finalmente logro mantenerse como su "amigo" la apariencia no acababa con su fobia. Sonrió al tener cerca a su amado, era una escena de fotografía. Ambos habían dejado parte de la tecnología, su móvil por muy moderno que fuera, aun seguí teniendo nada más que el numero de su esposo y aquel del cual le llamaban una y otra vez, bloqueado para no escucharlo sonar nuevamente, sabía que se trataba de sus padres, pero esas llamadas se detuvieron hacía medio año atrás, por lo que seguía todo con tranquilidad. —¿Me estas confesando que amas a alguien más? ¿Eh? —Dijo en una risa leve. Aunque si bien era muy celoso y debía admitir que le había causado bastante celos escuchar como este "siempre" estuvo enamorado de ese tal Louis. Por otra parte, el recordaba que sus sentimientos habían salido a flote cuando aun era un humano, lo que eso le saco un sentimiento de victoria y felicidad. Le gano a un maldito vampiro de libros. —Entonces Edmond tendrá mucho de ti. —Sonrió sin quitar la mirada de esas hojas. Igualmente había visto esa protuberancia, pero no conocía el crecimiento de las plantas, no podía especificar que era o no. De escuchar a Mark hablar del pimpollo, los nervios aumentaron. Relamio sus labios para evitar que una sonrisa demasiado grande se formara en sus labios, al igual que tener la maceta entre sus brazos le impedía abrazar a su esposo. —Estoy ansioso.— Admitió volviendo su mirada a su amado.— Me alegra que Edmond nazca sin dolor alguno, sera una criatura de sangre pura amor. ¿Que sucede si es más poderoso que nosotros? ¿Como lo detendremos? —Soltó una risa leve.— ¡Oh! ¿Y si tiene alguna habilidad que no podamos controlar?—Tomo una pausa.— Entre más lo pienso más divertido creo que será tener un hijo..
Mark
Sentía que le dolerían los pómulos durante muchísimo tiempo pues no dejaba de sonreír al escuchar como su esposo hablaba de la pequeña planta y de como sería una vez que fuera un híbrido.— Para eso deberá entrenar desde pequeño... Nosotros solo podremos ayudarlo si obtienen algunos de nuestros poderes, de lo contrario deberemos consultar a nuestras razas y ahí ver que haremos... — El ruso nunca solía ser positivo en casi ningún aspecto de su vida, pero increíblemente con ese bebé es que tenía todas las expectativas apostadas a que todo saldría de maravilla. Se regresó tomando el plato con el pollo frito y le hizo señas a Jackson para regresar al cuarto, como tenía hambre, mientras ascendía las escaleras es que iba dándole algunos mordiscos a la comida que tanto le gustaba.— Que bueno está... — Sabía que si hubiera sido una mujer y hubiera quedado embarazada estaría hecha una bola y no justamente por el bebé que albergaría en ese universo paralelo si no por todos los antojos que suele tener y la forma en la que a Jackson le gustaba cumplirle los caprichos. Una vez en la habitación dejó el plato en una pequeña mesa y se acercó a la ventana para abrirla un poco.— Déjalo junto a la mesa de luz para que le de aire...—El olor a la pintura no era tóxico para los seelies pero la ventilación tampoco haría nada malo. Se paró en el centro de la habitación para decidirse.— ¿Crees que en aquella quede bien o mejor sobre ésta de aquí?
Jackson
Pensar que su hijo debería entrenar desde pequeño desarrollaba su imaginación de tal forma en la que Jackson pensaba en que este con a la edad que tenía con su esposo seguramente sería todo un dios en sus habilidades. No tardaría en superar a sus padres, después de todo suponía que existían diferencias no solo en razas sino que su hijo sería una criatura pura, no un transformado como lo era con Mark, ¿Sería más poderoso? —Tendremos que buscar maestros para él.— Dijo volviendo su mirada a su hijo.— Ya imagino las maldades que haras cuando descubras tus poderes. —Le hablo a Edmond. Al ver la señal de su esposo no dudo en apresurar el paso hasta el segundo piso. Su sonrisa creció al ver como Mark mientras caminaban a la habitación ya se encontraba comiendo, sabía cuanto le gustaba el pollo frito a su pareja, y aunque no estaba del todo seguro si era sano o no que este se alimentara de esa forma, un poco de carbohidratos no le harían daño, necesitaba comer un poco más con todas las energías que le quitaba su pequeño. Ubico a Edmond con cuidado donde el mayor le indico y volvió su mirada para recorrer la habitación. Tenía todo en mente, como empezarlo, como dibujarlo y luego darle color, incluso pretendía ayudarse de tu telequinesis pero no se pregunto en que lugar sería la mejor visión de la pintura. —Hm...Creo que en esa.— Apunto.— Podemos acomodar la cuna de ese lado, o el piano.— Volvió a observar la otra pared.— La verdad es que ambas están bien. ¿Por qué no pintamos ambas? Dara un mejor efecto del exterior. Y era cierto, no era un experto en pintura ni nada de eso, pero habían temas de logica, como el pintar dos paredes para obtener un efecto más realista y envolvente. Estaba entusiasmado, le gustaba pensar que podría tener parte del exterior, en el interior de su casa. —Vamos de a poco... ¿Dibujemos en un cuaderno primero?
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Winter knight [Mark]

🍃 Seelie 🍃
➡ Privado 📝 Winter night 📆 Lunes 29 de Mayo ⌚ 23:00 hs 🏠 Ciudad | Hogar
— ¿Donde está?
Cuestionó al aire observando a través de la ventana donde la noche se hacia presente junto al frío, debía abstenerse de las ganas que tenía de abrir la ventana y sentir en su rostro la brisa congelada ya que Edmond estaba allí junto a él. Volteó a ver la planta, se acercó y con suavidad acarició una de las hojas diminutas que poseía.
Aquel pequeño creía poco a poco pero fuerte gracias a las energías que el seelie le brindaba durante todo el día sin descanso, más el brebaje mezclado con gotas de sangre de Jackson.
El vampiro ya podía pasar más tiempo con ellos pues debían implementar la presencia del alemán en forma progresiva para que el brote no sufriera. ¡Ah era una tortura no poder tenerlo a su lado cuando se le antojaba! Pero al menos ahora podía estar cerca de seis horas a su lado, no como la primer semana que estuvo aislado, preso, confinado sin poder estar en la misma habitación. Nada divertido para la psiquis de Mark que es delicada cuando sus energías están siendo absorbidas constantemente.
El encierro nunca había sido lo suyo, cada vez que su padre lo encerraba en el cuarto se escapaba por la ventana, incluso cuando habían viajado a Corea del Sur se negó a regresar con él... Necesitaba sentirse libre. En esos momentos la estaba pasando algo mal, estaba eternamente feliz por su familia pero era verdad que la falta de energía y horas junto a su esposo lo ponían a pensar mucho, demasiado.
Pero como siempre, la comida era una buena terapia, así que el ruso se la pasaba comiendo fruta, arroz, alguna mezcla de sopa rusa ya que extrañaba su patria y por supuesto, cada vez que tenía algún antojo era papá Jackson quien debía salir corriendo por él. Esta vez creía habérselo dejado sencillo... quería sandía. Una fruta muy común y fácil de conseguir si no fuera porque no era temporada.
Jia Er Jackson Había escuchado las reglas de tener un hijo, como no acercarse por una semana ni a su esposo ni a su hijo...¡Que tortura más grande! No tuvo más solución que mantenerse lejos y entrenar, era la forma más adecuada para no tener en mente a Mark y no dejar que los deseos por tenerlo en sus brazos lo hicieran cometer alguna estupidez como ir de la nada por él simplemente por extrañarlo, el sacrificio era por su pequeño hijo, no podía dejar que sus malas energías interfirieran con su crecimiento. Solo era una semana, una. ¡Era un sufrimiento! ¡Maldita sea! Logro sobrevivir, pero aun así tenía restricciones, seis horas, nada más que eso, ¿Cuando sería el momento en el que podían estar juntos sin problemas? Ni siquiera sabía cuanto tiempo tomaba que esa flor creciera, sabía que era su hijo el que crecía lentamente pero como padre igualmente deseaba estar con su pareja y con él claro, no podía ver nada de su crecimiento, era prácticamente como ver una fotografía cada vez que veía a Edmond, un cambio, no lo veía crecer como Mark. Sabía que las mujeres al estar embarazadas tenían grandes problemas con su cuerpo, y cambios, muchos cambios. No pensó que Mark sufriría de eso, ya que el bebe no estaba en su interior, sino en una plata, pero las energías que le daba ¿Podrían afectarle al Seelie? Realmente no entendía nada de la raza de su esposo, siempre terminaba sorprendiendose de lo que eran capaces, como en esa ocasión, el mayor tenía antojos, y como buen esposo cumpliría todos sus caprichos. Encontrar la fruta cuando no era la temporada si que era una búsqueda de tesoro. Claramente en la ciudad no daría con ella, se rindió luego de visitar cerca de dos puestos, por lo que se aventuro a los interiores, el campo, la vegetación. Fue donde consiguió la sandía y para asegurarse, el vampiro había comprado dos, y otras frutas más, nunca se sabía cuando a Mark le darían antojos de frutas extrañas y dificiles de encontrar, lo peor era que no podía ayudar más que por las noches. Una vez en casa, como cualquier humano, se adentro en la cocina haciendo esperar más a su esposo, pero no servía de nada llegar a el con la fruta sin cortar. La preparo, la corto en diferentes trozos, los dejo en un plato y así se dirigió hasta su amado. —Más vale que ese antojo siga ahi...—Dijo bromeando.
Mark
Ciertamente era complicado pero mientras pasaran los días todo sería mucho mejor, Jackson solo debía esperar a que Edmond tuviera un par más de hojas lo cual si Mark seguía entregándole casi el total de sus energías mágicas ya la próxima semana podrían estar los tres juntos sin ningún problema porque no habría peligro alguno. Todo marchaba sobre ruedas pues el seelie se estaba esforzando muchísimo, dormía durante todo el día para darle al pequeño sus energías y ya después en la noche se quedaba despierto para poder mimar también a su esposo que debía estar matándose en entrenamientos para no extrañarlos tanto. Cuando sintió la presencia de Jackson en la casa tomó la maceta entre sus manos y la dejó sobre la mesa de noche apoyada sobre una suave manta, luego se quedó sentado al borde de la cama observándola hasta que el vampiro ingresó al cuarto, por unos momentos pensó en pedirle yogurt, pero al ver la fruta cortada el hambre lo inundó.— ¡La conseguiste! —Espetó alegre mientras subía los pies a la cama e invitaba al adverso a que fuera a la cama con él. — Ven, ven, quédate conmigo mientras como y hablemos...— No era de extrañar que Mark quisiera charlar, había mucho de los temas que debían tocar como futuros padres, pero no sabía por donde empezar. Se tomó unos segundos para tomar el plato y empezar a comer la sandía, sin lugar a dudas llegar con ella ya cortada fue la mejor idea de todas, de lo contrario iba a enviarlo a que la cortara en rodajas apenas le viera y se corría el riesgo de que al ruso se le fueran las ganas. Hacía frío para aquella fruta, pero en el interior de la casa se estaba tan a gusto y calentito que podía permitirse desear cosas así. Buscó la mirada de Jackson mientras le sonreía.— Gracias, cariño. ¿Mañana puedes comprar libros? Ya me los he leído todos. — Se acercó a él no buscando su calor pues carecía de éste si no su contacto, era tan extraño para él tener que controlarse para no pensar en sexo que no sabía si acercarse o no demasiado a su chico.— ¿Pensaste en como decoraremos la habitación? —Donde se encontraban actualmente era la habitación donde Edmond dormiría, y aunque de momento solo estaba la cama, el piano y algunos muebles todo ello debía ser modificado para que se convirtiera en el cuarto del bebé.
Jia Er Jackson Realmente esperaba que su esposo se le quitara ese antojo, había leído y visto más de una vez que la situación terminaba de esa forma, por lo que se había hecho la idea apenas abrio la puerta de la habitación del pequeño Edmond. Cuando vio a su amado y esos deseos por devorar la fruta que lograba ver en su mirada, sonrió, no había sido un viaje en vano.—No tienes idea de lo que cuesta encontrar una maldita sandía.— Pronunció acercandose a este para sentarse a su lado. Lo primero que hizo ya sentado en la cama fue atrapar el cuerpo de su amado con sus piernas, abrazarlo por la cintura y mantenerlo cerca de él mientras comía. Era gracioso, a las mujeres le crecía la panza cuando esperaban un bebe, y aunque Edmond se encontraba literalmente con ellos en forma de una hermosa planta, sentía que estaba entre sus brazos junto con Mark. —¿De que quieres hablar? ¿Me pondrás más ansioso? Apenas comenzamos todo y quiero tener a Edmond en los brazos.—Soltó una suave risa. Se abrazo al cuerpo de este apoyando su mentón en el hombro ajeno mientras asentía.— ¿Cualquiera? ¿Algo interesante? Te traeré varios.—Susurro para apenas alejarse. Su mirada recorrió el lugar, la habitación del bebe era espaciosa, tenian mil formas de decorarla, pero hasta el momento ni siquiera se habia dado el tiempo de sentarse a ver cunas o algo parecido.— No lo sé, de hecho ahora que lo dices...¿Como será el crecimiento de Edmond? Me refiero a que obviamente no crecerá al ritmo de un humano. ¿Deberíamos tener la cama y una cuna? Eish...—Relamio sus labios.— La verdad nunca imagine como decorar la habitación. Deberiamos pintar, seria divertido... Una más se abrazo al cuerpo de su amado, una semana lejos de él, odiaba estar tanto tiempo lejos, ahora nada más eran seis horas que podía tenerlo y para peor con suerte podía besarlo, se aguantaba todas las ganas puesto que era un solo contacto y el vampiro se encendía en un abrir y cerrar de ojos, no podía tocarle un pelo a su esposo, sus energías serían afectadas.
Mark
Se recargó contra su cuerpo, aliviado de poder sentir su protección. No la necesitaba en absoluto, pero si la elegía. Jackson debía de darse cuenta de lo muy cariñoso y pegado que se encontraba el ruso en esos momentos y era más que nada porque nunca habían pasado separados tanto tiempo, incluso esas seis horas no eran suficientes para sentirse tranquilo pero algo era mejor que nada. Su boca se curvó al escucharlo, era cierto, se ponían muy ansiosos en querer que ya naciera y es que ¿Cómo no? Querían verlo, tenerlo en brazos, darle cariño, pero disfrutaba día a día tener que encargarse de aquel baobab. Hablarle, tocarle música, contarle cuentos, darle de comer, hacer un poco de yoga, contarle mucho sobre su padre vampiro, mantenerlo caliente y resguardado, dejaba en la tarde la ventana abierta unos minutos para que el frescor le avivara, ponerlo al sol. ¡Ah! ¡Es que adoraba disfrutar de todo eso pues veía esos escasos milímetros que el tallo aumentaba! Así como las hojas. De momento no había flor, pero pronto se llenaría de pimpollos y la ansiedad aumentaría en ambos. — Nhm... —Asintió tragando, libros de todo tipo y muchos necesitaría.— La cama se queda... o podemos comprar de esas camas-cunas, que luego solo se les saca la baranda de un lado y ya... Porque el primer mes, Edmond deberá dormir en cuna, si bien crecerá deprisa, al menos esos treinta días deberá tenerla. La idea le emocionó mucho, pintar sería como una terapia para ambos y una forma directa de demostrarle todo ese amor a su hijo.— Me agrada la idea... sabes... hay algo que no te he dicho... —Se giró un poco para verlo.— Puede salir con cualquiera de los cuatro elementos... ¿No es genial? Creía que al ser yo un seelie de aire él también, pero no... Podrá manejar el elemento con el cual se sienta más identificado... pero será a partir del segundo, casi tercer mes que descubriremos cual...
Jia Er Jackson Mientras mantenía el cuerpo de su amado entre sus brazos, más odiaba esas malditas seis horas, pero era mejor que nada, realmente hubiera muerto de tener que soportar hasta el nacimiento de su hijo. Debía entender que ambas razas eran diferentes, una era pura y la otra un veneno. Como en el mundo existía el bien y mal, así era su relación con Mark, diferentes y así se enamoraron, distintas razas y eso no le impidió estar junto a él, tras todo eso estaban logrando tener un hijo, dos hombres. —¿Solo el primer mes? Como padre protector pido que sea más de un mes.—Dijo soltando una leve carcajada mientras se abrazaba con más fuerza a su esposo.— Buscaré unas cuantas revistas, o buscaremos luego por la computadora para decidirnos por una cuna, ¿Si? —Beso la mejilla de este sintiendo el aroma de la sangre de su amado correr por sus venas. Su alimento favorito no podía consumirlo, se había asegurado de beber lo necesario para no presentar sed mientras se encontraba con Mark, y aunque no se encontraba hambriento era la sangre de su persona especial que lo llamaba, era el amor que le tenía demostraba lo enamorado que estaba del seelie, no tenía nada que ver con su dulce sangre, ya que solo un loco vampiro bebería la sangre de un seelie, en su caso lo hizo y lo volvería a hacer. Lo amaba. —Tu aire, yo fuego. ¿Con que nos sorprenderá Edmond? —Dijo en una sonrisa deslizando sus manos por los brazos ajenos hasta tomar las manos de su amado y entrelazar sus dedos.— ¿Puede manejar más de un elemento? Eso sería genial. —Termino repartiendo los besos por la mejilla de este, su cuello, tenía que sacar el mayor provecho de su amado.— Nuestro hijo era un fuerte.. ¿Que caracter tendrá? ¿Que tal si es como yo? —Rió.— Te volveremos loco
Mark
Le agradó escuchar sobre 'padre protector', aún no sabía como se desarrollarían la paternidad en ambos pero al menos podían comenzar cuidando esa flor como si de su vida se tratara, de hecho, esa vida era aún más importante que la de ellos, así que asintió, seguramente descubrirían cuando es tiempo de cambiar la cuna y eso sería ya cuando el bebé trepara la baranda y pudiera caminar correctamente para escaparse. — También debemos ver que haremos con las escaleras, tal vez alguna puerta o algo por el estilo... — Lo gracioso era que no solo estaban preocupados de esos elementos que podían lastimarlo como ser sobre natural, si no por cosas tan mundanas como una escalera y es que no sabía a que edad Edmond aprendería a volar o si podría hacerlo.— ¿Crees que tendrá alas de murciélago o de mariposa? —Apoyó la cabeza contra el pecho adverso, luego de comer toda la sandía que pudo, estar así de mimoso era lo mejor que le podía pasar. Entrelazando los dedos al menor se quedó pensando sobre lo dicho. Había tantas interrogantes, no sabía si podía adquirir dos elementos ya que lo que estaban haciendo no muchas veces se había logrado, los seelies intentan mantenerse lo más alejado posible de los vampiros y los de la raza del alemán nunca mostraban interés en los de su especie a menos que fuera para molestar. — No sé como repartiré mi cariño si es así... —Le sonrió buscando su mirada, se sentía tan feliz en aquellos momentos que toda esa energía le haría bien a la flor, la llenaría de fuerzas para poder seguir metabolizando las pequeñas dosis de sangre de Jackson rebajadas. Había tanto que planear y pensar que sentía que no iban a llegar con el tiempo.
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My melody

🍃 Seelie 🍃
➡ Cerrado 📝 My melody 📆 Domingo 21 de Mayo ⌚ 22:00 hs 🏠 Ciudad | Hogar
|| Ambientación: https://www.youtube.com/watch?v=gL63R2ZDPtw ||
El ruso tenía grandes problemas los días domingos, no solo a nivel personal eran aburridos, si no que su madre, Irina había escogido un domingo para suicidarse, de forma que en su vida aquellos días eran por norma melancólicos de inicio a fin. El dilema estaba en que no quería brindarle ya desde tan pequeño su melancolía al pequeño Edmond, hacía cinco días que estaba atento únicamente a esa preciosa maceta donde residía el pequeño baobab aún sin flor.
De momento era muy fácil distraerse, tenía muchos libros de los cuales a decir verdad debió de comprar algunos infantiles porque no se pondría a leerle las crónicas vampíricas a su hijo; en esos momentos Mark se daba cuenta que ningún libro era apto para el bebé, por ende terminó pidiéndole a su esposo que comprara algunos. Él podía salir, debía llevar obligadamente la maceta consigo pero tenía cierta inseguridad de que el viento o el frío le hiciera mal, así que prácticamente se sentía algo así como un pájaro enjaulado.
El piano pequeño que compraron si fue bueno de tener a mano pues la música, pese a que el chico no tocaba melodías alegres con frecuencia, era la mejor forma en la que canalizaba sus frustraciones. Ya había alimentado a su hijo con las gotas del brebaje que prepararon junto con unas gotas de sangre de Jackson pero comenzaba a decaer un poquito.
Minetras empleaba el piano mantenía la maceta sobre éste para que sintiera las ligeras vibraciones del instrumento, a diferencia de su familia donde todos los que nacían debían saber tocar obligatoriamente piano y violín, Mark solo le enseñaría aquello a su hijo si este se mostraba realmente interesado, de lo contrario no le obligaría. Al terminar la pieza soltó un suspiro pesado y acarició una de las pequeñas hojas con mucha suavidad.
— Extraño a tu padre...
No tener a su esposo cerca no le gustaba en absoluto porque también sabía que el alemán lo estaba pasando mal. Solo debía soportar dos días más. Ya luego de la primer semana las energías del vampiro no serían dañinas para el bebé y hasta podrían dormir en la misma cama, siempre que la flor estuviera junto al ruso no pasaría nada malo en absoluto ya que la flor se iba a ir alimentando de sus energías puras para crecer, cosa que dejaba al seelie con las energías por el suelo. Lo bueno era que eso lo mantenía más tiempo dormido y así evitaba un poco sentirse triste.
Respiró profundo y regresó a acariciar las teclas del piano, necesitaba esa distracción, solo necesitaba dos días más y comenzarían a ser una familia de verdad, algo rara como lo eran ellos, pero llena de amor.
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Little giant Baobab [Mark; Jackson]

Seelie 🍃
➡ Privado 📝 Little giant Baobab 📆 Martes 16 de Mayo ⌚ 19:00 hs 🏠 Exterior | Fuera del país.
Sus pupilas se habían perdido entre los colores del cielo, la forma en que el atardecer se iba disolviendo poco a poco para dar paso a la noche en aquella tierra inhóspita. El ruso nunca había sentido fascinación por aquel continente, en su juventud humana huía de los hospitales por lo cual visitar sitios que requirieran vacuna previa estaban en rojo dentro de su mente, de todas formas los documentales de los cuales más aprendía y se nutría eran justamente los que englobaban África, así que al ser la primer visión directa de todo lo que ya conocía mediante la televisión le dejó un gusto agridulce.
Siempre solía perderse en sus recuerdos de humano, tal vez temiendo que desaparecieran para siempre, que olvidara a su padre, que culpa de que el tiempo no los corría, se pasara meses sin ir a sus tierras una vez más. ¿Qué hacían allí? Buscando el brote, Mark dejaba que sus energías abrieran los portales y los llevaran a donde dictara su corazón, tal vez por ello él creyó que Rusia sería el sitio donde hallarían a su pequeño, pero al ver que se trataba de tierras desconocidas se mostró perplejo.
En todo el rato de la caminata bajo el atardecer casi imperceptible iba tomado de la mano de su ya esposo, de vez en cuando se sonreía en soledad cuando rememoraba la ceremonia, tan extraña como ellos, pero muy genuina, como cada aspecto de su vida.
Guiaba sus pasos sin rumbo, en zigzag hasta que algo comenzó a llamar su atención, unos árboles gigantes que no recordaba haber visto en documentales, siempre cerca de los leones había unos que eran de copas altas pero extremadamente delgados y éstos... eran enormes en anchura también.
No fue hasta que casi llegaron a los pies de la arboleda que dio un sutil respingo. Eran baobabs gigantes, se sonrió emocionado mientras miraba en todas direcciones, su silfo, Neón, se encargó de iluminar el sitio con tonalidades azules verdosas ya que la noche se había adueñado al cien por cien del sitio, de esa forma es que pudo divisar las flores blancas, enormes.
— Aquí.
Era el lugar indicado, era el árbol adecuado para el pequeño de ambos, jaló la mano de Jackson siguiendo raíces hasta dar con unos cuantos brotes. Crecidos, fuertes, aptos para albergar otro tipo de vida.
— Elige uno... —Murmuró suavemente soltándole la mano. El seelie podía sentir la energía emanas de los baobabs pequeñitos, cualquiera de ellos sería el indicado pero prefería, como siempre, hacer todo de manera compartida también para que el alemán se implicara desde el inicio en aquella decisión que habían ía tan pocos días.
Jia Er Jackson Ser una criatura no era tan malo, estaba disfrutando de la vida de una forma diferente, otro punto de vista que no pensó ver hasta ese momento. Quizás era el finalmente tener una etiqueta, o la felicidad que sentía al tener a su pareja, a su esposo a su lado yendo de un lado a otro, era como si sus ojos dorados le mostraran un mundo diferente, tan lleno de vida, lo cual para el alemán en sus ultimos años no era algo que viera de aquella forma. Aun así, seguía odiando a la maldita sociedad, a los humanos, aunque había sido uno de ellos hace más de un año atrás, en aquellos tiempos odiaba a las personas y en la actualidad también, eso no había cambiado. Conoció tierras que no espero conocer, aun teniendo el dinero para viajar por el mundo y darse los mejores lujos, pero jamás lo hizo y no considero hacerlo. Teniendo a Mark a su lado, parecía ser posible el tener una cita en china y a los segundos visitar latinoamerica, podían comer en un lado del mundo y disfrutar de un postre en otro en pocos segundos, la habilidad del Seelie era impresionante, después de que lograra dominarlos y no poner en peligro su vida por ello, la habilidad parecía ser una bendición. Si tan solo no tuvieran que evitar el sol. Aunque Mark no lo supiera, buscaba alguna forma de deshacerse de esa maldición. Tendrian un hijo, queria darle todo lo que el no tuvo, su completa atención, para eso necesitaba salir al sol, poder jugar con su hijo, entregarle ese amor de padre que siempre le hizo falta. Buscaría la forma. No distinguia un pais de otro, el solo seguía a Mark buscando con la mirada alguna flor que llamara la atención para ambos, aunque preferia que su esposo eligiera, no sabia nada con respecto a lo que el Seelie debía hacer, queria que todo saliera bien, por lo que al escucharlo seguro, se acerco hasta las flores y las observo. —Están lindas...—Pronunció sentandose tranquilamente.— ¿Será una de ellas? —Rió nervioso. — Hm... —Los nervios se apoderaban de él, una mezcla de felicidad, nervios y lo ansioso que se ponía el alemán.—Esa...
Mark
Sus orbes seguían cada uno de los movimientos del vampiro con curiosidad, no por saber cual elegiría, no se trataba de uno sobre el resto, Mark podía sentir con claridad que la energía estaba allí y que incluso podían tomar todos los brotes pero no eran sus intenciones llenarse de bebes además que no estaba muy seguro de poder con todos, lo que quería decir era que solo elegían para que la flor se llenara de las energías de ambos. Era simple pero no por ello dejaba de ser mágico. Sonrió acercándose un poco más, Neón brindaba un poco de luz para que el seelie pudiera ver pues Jackson no necesitaba de ellos, incluso sus ojos se veían tan bien resplandeciendo entre las sombras que prefería que su silfo se alejara un poco más. Se preguntaba si alguna vez sus padres le habían dado opciones, él también había tenido una infancia difícil pero siempre se preocupaba más por la de su pareja que por la propia. Quería que fuera feliz siempre y no se rendiría fácil si todo se complicaba. Se agachó frente a la flor que había señalado después de pensárselo y comenzó a cavar un pozo a su alrededor, poco a poco, comenzó haciendo un círculo a su alrededor y así, con paciencia es que tomó junto a raíces y tierra a su pequeño, porque si, desde ese instante es que el seelie lo sintió completamente su hijo. ¿Qué tan extraño parecería aquello ante ojos humanos?. Lo miró mientras apretaba suavemente las manos entre sí para que la tierra no se cayera.— Felicidades futuro padre. — Acortó la distancia entre ellos besándolo sobre sus labios, a partir de ese momento debían de seguir todas las reglas impuestas por los más sabios seelies.— ¿Llevamos a Ed a casa? — Habían bromeado tanto tiempo con ese nombre y ahora finalmente se hacía realidad.
Jia Er Jackson Una flor. Nadie vería esa flor como lo estaban haciendo ellos, la mirada no apreciaba nada más la belleza de esa flor, su imaginación iba más allá, ¿Y que imaginación? Era su realidad, su mundo había dejado de ser el mismo hace mucho tiempo, ¿Quien diría que en un mundo sobrenatural dos hombres podrían tener un hijo?, un pequeño híbrido. No era un experto en su raza, pero descubriría cosas junto con su hijo, habilidades y el como sería nacer como una criatura y no ser transformado. ¿Que visión tendría de la vida? Agradecía que su hijo no fuera un humano en esa maldita sociedad, si lo traían a ese mundo era para darle todo lo que deseaba, aunque la vida traía decepciones, pero esperaba que fueran amorosas y nada más que eso, cuidaría de su hijo tanto como lo hacía con su esposo, una vida juntos era lo que les esperaba, una larga vida, la eternidad para ser precisos. Observo tranquilo como Mark se encargaba de sacar a su hijo de la tierra, el siendo un poco ansioso seguramente arruinaba todo, se había detenido a pensar para no meter las manos donde no debía, el Seelie tenia el conocimiento acerca de su hijo, dejaría todo en sus manos y el solo ayudaría con su energía y la sangre que necesitara para continuar. —Dios... Estoy seguro que mi corazón volvió a palpitar.—Bromeo antes de recibir aquel beso lleno de amor de su pareja.— Suena hermoso cuando lo dices tu. —Si, estaba como un baboso enamorado. Tenían en sus manos su proximo paso en la vida, un nuevo paso como pareja. — Llevemos a Ed a casa mi amor... Debemos preparar todo..
Mark
La ilusión con la que observaba y sostenía la frágil flor era algo que jamás creyó hacer, nunca creyó querer traer vida, después de que su madre se suicidara y que su padre sufriera tanto no deseaba que sus hijos pasaran por algo similar y aunque la vida solía ser dura no escatimaría en proteger y cuidar al hijo de ambos con su vida. Para ser sincero si había deseado tener un bebé cuando era humano, pero no se sentía seguro en absoluto, sabía que todo lo haría él y que tendría problemas con esa persona, en cambio el alemán era muy diferente, se trataba de una persona con la cual no debía demostrar que siempre se encontraba bien, a él podía enseñarle debilidades sabiendo que no lo apuñalaría. A partir de ese momento sus energías no se podrían mezclar, Mark no podía dejar ni un segundo a la flor en soledad y aunque estaba seguro que Jackson andaría como cachorro lloriqueando por toda la casa sería un buen padre y comprendería que todas esas precauciones era para que nada fallara, para que Edmond pudiera ser un bebé fuerte incluso después de su nacimiento. — Que cursi eres...— Espetó para molestarlo pues desbordaba en felicidad. Con sus poderes realizó el portal, de esos que no podría hacer tampoco hasta que el brote floreciera ya que le robaba demasiada energía. Juntó la flor contra su pecho para albergarla con un solo brazo y tomando la mano de su esposo es que desaparecieron junto con Neón de aquel sitio dejándolo en absoluta oscuridad. Aquella mágica experiencia recién comenzaba.
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Promise [Mark: Jackson]

🍃 Seelie 🍃
➡ Privado 📝 Promise 📆 Sábado 29 de Abril ⌚ 21:00 hs 🏠 Islas Maldivas | Playa
No se trataba de falta de confianza en su futuro esposo el hecho de que eligiera la locación de la boda y se encargara de la decoración del sitio si no que pretendía dejarle las cosas fáciles. Jackson nunca había tenido una experiencia similar, y aunque había mejorado mucho en aquel año que habían permanecido juntos, enamorados, no quería presionarlo a tener que verse obligado a impresionarlo. Mark no necesitaba más que su amor, de hecho aún se sonreía como un tonto al recordar lo apresurado que fue la propuesta de casamiento pero totalmente genuina. Del corazón adverso a su boca.
Por otra parte, mientras le había dejado la tarea de buscar el símbolo de su amor al vampiro, él hacía los arreglos del lugar. Comenzó antes del atardecer a colocar los postes de madera y decorar el árbol que había elegido como punto de partida de la velada. De forma simbólica colocó platos y utensilios pero no pretendía detenerse a comer nada, como debía tener sus energías limpias esa sería la última noche que Jackson bebería de él hasta que el hijo de ambos naciera.
Colocaba las velas dentro de los frascos y las encendía, mientras las diminutas llamas se reflejaban en sus pupilas recordaba la forma tan poco romántica en la que se habían conocido, incluso la pelea, pero luego de tanta confusión, de los sabores agridulces, finalmente allí se encontraba, sin miedo a ser traicionado, sin miedo a traer vida a ese mundo porque se sentía fuerte y dispuesto, porque junto al vampiro le darían hasta la propia vida a ese nuevo ser.
Era imposible detener su imaginación, deseaba encontrar la flor indicada, comenzar a alimentarlo, tenerlo en sus brazos. Era hermoso pensar en que Jackson y él serían padres. Pero aquella noche ellos eran los protagonistas.
Cuando era un humano huía de las promesas pues sabía que el destino, la vida misma, podía crear trabas para que incumplieras ¿Pero ahora? Ahora cada promesa sería pronunciada con orgullo, pese a que eran un millón de veces más peligrosas ahora pues hasta una pequeña mentira haría que su corazón se detuviera no se contendría en vivir, aún así, las elegiría sabiamente, nunca apresurado.
Para cuando el cielo se cubrió de estrellas él estaba listo, ya con su traje puesto, esperando a su amado mientras jugaba con el aire. Sentir como podía jalar de él como si se trataran de sedas al viento era una sensación que siempre le fascinó desde que escogió tener aquel elemento para defender a los suyos. Era una criatura paciente, incluso antes de convertirse en seelie, pero en aquel momento no dejaba sus falanges quietas, quería verlo ya, demostrarle lo que tenía para él, además de su corazón latiendo fuertemente, llamando al ajeno.
Jackson
Eran demasiadas emociones las que sentía, no era normal para un vampiro, aunque ninguno entendería como se sentía en ese momento, como ese nerviosismo seguía en su cuerpo a pesar de no tener que sentir nada, podía sentir su respiración acelerada aunque sus pulmones ya no funcionaran, pero el principal órgano que a pesar de encontrarse completamente muerto, para él estaba más vivo que nunca, su corazón. Sería exagerado decir que quería fabricar el mismo, pero fue una de las primeras ideas que vino a su cabeza. Dinero tenía, sabía como conseguir oro, sus habilidades con el fuego lo permitirían, pero no tenía idea de como construir unos, ¿Como se les daba forma? No era un artista para conseguir lo que tenia en mente, lo que más podía hacer era contratar a alguien que lo hiciera. Si ingresaba a un lugar, debía quedarse ahi y no moverse hasta que el sol desapareciera, se encontraban en una playa, el lugar con más sol del planeta, salir era un riesgo, así que no se encontraría con su amado hasta que el sol se perdiera por completo. Solo dio ordenes, mientras fuera un vampiro era dificil hacer muchas cosas y eso aunque lo desanimaba, en un día como ese nada ni siquiera su propia cabeza le quitaría las hermosas emociones que tenía. Estaba impaciente, necesitaba ver en sus manos lo que el mismo quería crear. Sus dibujos no eran la mejor referencia que podía tener alguien para realizar las joyas, pero puso todo su esfuerzo en ellos. La hora se acercaba, el sol se ocultaba y Jackson se encontraba con el latir de su corazón más. Mientras se miraba al espejo llevo su mano hasta su pecho, respiro con profundidad, una vez más como si fuera un humano normal, pero claramente no servía de nada, era una simple búsqueda de alivio entre tantas sensaciones. —Tranquilo... Tranquilo.. Con el cielo finalmente oscuro, salió en su primera búsqueda. El encuentro con los encargados de sus joyas tardo más de lo esperado, odiaba esperar pero debían agradecer que tenía los nervios de punta para no hacer ni decir nada. Con las cajas en sus manos, si cajas, puesto que tenía más de una sorpresa para su novio. Bajo a la playa en su encuentro. —Esperaste mucho por mi... Hermoso...—Pronunció a unos cuantos metros. Aun ni siquiera veía su hermoso rostro, pero notaba lo radiante y hermoso que estaba. Mierda... Aun no era capaz de controlar sus emociones desde que Mark le mostró aquel mundo.
Mark
No era como si Neón formara parte de la decoración del lugar donde se dirían los votos pero si quedaba extremadamente llamativo posado en la copa de un árbol cercano pues resplandecía en colores vino y azules, como si le indicara lo feliz que se encontraba su amo. Muy pocas veces los colores del silfo eran tan vibrante, con normal oscilaban entre el azul y el violeta pues el aura del ruso no era nada alegre incluso cuando no se encontraba triste. Pero allí estaba el pájaro, como si sostuviera un cartel para Jackso. "Está eternamente feliz". No pensaría en los votos, no, porque no tenía nada escrito, si quiera sabía que decir, pero no interesaba en absoluto pues dejaría que el corazón hablara en aquellos instantes, sin contenerse. El jugar con el viento en la espera también era para mantener la marea calmada, aún no podía enseñarle aquello por lo cual había escogido esa isla entre muchas. Aún. Sintió como la presencia ajena acortaba distancias entre ellos hasta finalmente hacer contacto visual. Se veía simplemente hermoso con su traje, tanto que Mark podría salir corriendo del sitio en un arrebato de estrés y nerviosismo, sin embargo permaneció de pie sobre la arena junto al pequeño 'nido' que había armado para que estuvieran allí, charlando, diciéndose cosas bonitas, caminando de la mano por la playa. — Las niñas siempre hacen esperar a sus hombres. —Le molestó riéndose, se acercó unos pocos pasos para curiosearlo.— ¿Por qué traes esas cosas? —No iba a arruinar las sorpresas pero esa pregunta debía hacerla, las cajas estaban a la vista y hasta Neón se sintió profundamente curioso. Le había encargado buscar el símbolo de su amor, osea, los anillos. ¿Entonces que era todo lo demás? Lo tomó de la mano para llevarlo hasta la mesa y se sentó junto a él ¿Por dónde mierda empezar? Lo bueno era que si la cagaba ya el alemán lo conocía bastante bien como para no molestarse, pero un día tan especial y único, no sabía que hacer.— ¿Por dónde comenzamos?
Jia Er Jackson Lo que jamás había logrado sentir, lo sentía en ese momento, aunque la situación se repitió varias veces con el mayor, esta vez sus nervios eran aun más notorios tanto que se avergonzaria de que Mark los notara. Aun siendo un vampiro la locura que tenía su pecho entre tanto movimiento de su corazón era algo que no podía controlar por toda la fuerza del mundo que tuviera. ¿Quién diría que finalmente estaría enamorado? Había perdido la esperanza en el amor, o más que eso, había dejado de creer en un sentimiento que no conoció, parecia un mounstro, un fenomeno por no saber de sentimientos y ser la persona más fría que existía, pelear por buscar una sensación placentera en su cuerpo, quizás los golpes que recibía le recordaban que estaba vivo. Ya no lo necesitaba, comenzó a vivir una vez más desde que conoció al Seelie, todo cambió. No necesito grandes movimientos para ingresar a su corazón. Mark lo había enamorado de la forma que menos esperaba, siendo el primero en enfrentarse a él, probablemente el mantenerse a su lado a pesar de ser su compañero de cuarto. ¿Podría ser el destino?, cada vez que intentaba no ver su rostro, terminaba buscando la hermosa melodía que tocaba, al final resulto ser quien interpretaba esas piesas su calmante y no la sinfonía. —Teoricamente seas mi hombre. —Dijo en una sonrisa sin quitarle de encima la mirada.— Son una sorpresa. ¿Tan impaciente estas? — Pronunció cuando en realidad el era quien se encontraba completamente ansioso de poner en su dedo aquel anillo. Ya frente a Mark, sus latidos aumentaron aun más, el nerviosismo no podía detenerlo, el Seelie de seguro lo había notado, podia ver como sus manos temblaban un poco al dejar ambas cajas sobre la mesa, pero todo era producto de aquel especial día, como su sonrisa que delataba la felicidad que tenía.— ¿Por donde quieres empezar?— Tomo una pausa.— ¿Que tal si recordamos como nos conocimos? No necesitamos seguir al pie de la letra la típica ceremonia, después de todo, ya no somos humanos...
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Mark
Sí, sí, estaba muy curioso por aquellas cajas, pero no diría nada más pues no quería arruinar ninguna sorpresa— ¿En verdad quieres comenzar con una pelea? — Murmuró riéndose, sus inicios no habían sido de película de amor, más bien parecía que aquellos dos nunca se llevarían bien, no después del golpe que le había propinado directo a la cara, pero así resultaron las cosas de adversas y ahora no solo planeaban tener un bebé, si no que estaban allí para casarse. — Ven, comenzaré yo. —Lo tomó de la mano emprendiendo lo que sería una caminata lenta hacia la orilla del mar.— Sabes que amo Rusia y más que por haber nacido allí, por su clima frío encantador, sin embargo elegí esta isla en concreto pues no puedo evitar escuchar esos quejidos que crees que no estoy enterado. Sé que te sientes limitado por el sol... — Cuando llegaron a la orilla el seelie se encargo de alborotar el mar con el viento y en ese momentos diminutas luces en el agua comenzaron a encenderse hasta poco a poco crear una gran mancha luminosa sobre las olas.— Quería que vieras que en la oscuridad de la noche también hay luz y es una luminiscencia que no todos se detienen a observar. Esa luz provenía de unas pequeñas criaturas marítimas que habitan en esas costas, desprenden ese tipo de luz cuando se estresan por el movimiento de las olas, no los lastimas pero es una forma de demostrar su 'enojo' a tanto movimiento brusco, tal vez para ellos solo eran diminutas olas pero esos microorganismos los sienten de forma diferente al chocarse también unos con los otros. — No deseo que te sientas apartado de mi en las horas diurnas... ¿De acuerdo?...
Jia Er Jackson
Aunque se encontraban solos, sentía como si el mundo los estuviera observando solo a ellos, en ese momento todo giraba en torno al Seelie, su mundo. Entrelazó sus dedos con los de este caminado a su lado a la orilla del mar a un paso tranquilo, tenían, literalmente todo el tiempo del mundo, debían disfrutarlo y claro, el vampiro quería guardar todo en su memoria. Todo lo que pensó no tener jamás, lo tenía con Mark, solo lo necesito una persona para tener el cariño y afecto que no tuvo en lo que iba de su vida. Su mirada se perdió en el mar, los colores, esa forma en la que iluminaban la playa además de la luz artificial. Mark siempre tenía algo que decir que lo volvía loco, su pareja era inteligente, culto, sabía de música y arte, podía describir el mundo con palabras que nadie más conocía, eso le gustaba de Mark. Y había encontrado aquel punto debil en el vampiro. —Es difícil.— Pronunció acariciando la mano ajena con su dedo pulgar.— Viví por muchos años bajo el sol, me gustaba sentir el calor, porque no tenía otra cosa que me abrigará como lo deseaba. Pero jamás le tome tanta importancia, mi vida era más nocturna, peleas callejeras, beber, sexo, era un asco de vida y no lo supe hasta que te conocí. Me enseñaste tantas cosas y siento que aun me falta aprender más.— Termino tomando al Seelie de la cintura y atrayéndolo a su cuerpo.— El sol se volvió importante cuando me enamoré de ti. Ya era tarde, era un vampiro y no podía ir por ti cuando lo deseaba. Ahora... Te convertirás en mi esposo, tendremos un hijo.— Tomo aire y soltó un suspiro.— Buscaré la forma de volverme inmune al sol, se que es posible, me concentraré la forma. — Tomo una pausa.— Quiero salir contigo, nuestro hijo como una familia normal. Jugar con él, tener una hermosa casa en el bosque donde nadie nos moleste y nuestro pequeño pueda descubrir sus habilidades solo. —Se perdió una vez más en sus ojos.— Mark. Contigo me proyecto, jamás pensé hacerlo con alguien, nunca sentí algo parecido. Quizás puede sonar un cliché, pero lo eres todo para mi, desde que te tengo a mi lado, mis días son diferentes, felices, a mi vida solo le hacías falta tu. ¿Has escuchado que todos buscan su sentido en la vida para mantenerse vivos?... Tu eres el mío.
Mark
Lo observaba como si fuera lo único que importaba, el ruso no era de esos que anteponía al amor ante todo, siempre iba a razonar las cosas por más enamorado que estuviera pero esa noche se podía permitir estar babeando por la manera en que sus caricias le ponían la piel de gallina. Escuchar lo feliz que lo hacía y todos esos sueños que albergaba en su corazón provocaban que el propio se desbocara, que quisiera regalarle el método para poder salir al sol sin tener que esperar añares. Sabía lo difícil que debía de ser no poder hacer lo que quería cuando quería y para colmo que algunas veces él solía aprovechar la luz para 'escaparse', cuando necesitaba espacio prefería que fuera cuando Jackson no pudiera salir ya que así en la noche podía estar a su lado como si no hubiera tenido un mal día pese a que el vampiro siempre se daba cuenta si había estado regular. — Cariño, serás un excelente padre. —Espetó abrazándolo con fuerza, presionando sus tórax entre si como si así pudiera impedir que el corazón se le saliera.— Todo va a llegar a su tiempo... Amor, los tres vamos a hacer muchas cosas de familia 'normal' pero también haremos nuestras cositas 'anormales' pues ya no somos humanos. —Le besó la mejilla mientras poco a poco las luces comenzaban a desaparecer. La brisa salada del mar nunca le había agradado pero bajo las estrellas de aquella noche tan especial todo le parecía mágico. — Quiero pasar mi vida entera a tu lado. Tenemos mucho que aprender de cada especie, de Edmond... de la vida misma... Si te tengo conmigo no necesito un sentido para nada, me basta contigo. —Ahora si, sin aguantar más es que besó sus labiales clausurando sus orbes. Se sentía en las nubes de la felicidad que brindaba el momento inolvidable por el cual pasaban.
Jia Er Jackson
Ser un buen padre, parecía un sueño. Después de tanto tiempo creyendo que el amor jamás llegaría a su vida, ahí estaba, no solo reflejado en una persona, que claramente era Mark, sino que ese amor crecía, pronto no solo sería una persona importante en vida, serían dos, dos de quienes recibiría ese afecto que tanto le falto en su vida. Era difícil pensar en el futuro cuando tenía limitaciones, quizás en el momento encontraría la forma de disfrutar la vida alejado del sol, pero cuando no tenía como enfrentarlo, el miedo crecía en él. Quería que ese hijo lo tuviera todo, desde cosas materiales hasta sentimientos y emociones que el no tuvo. Estaba seguro que Mark pensaba igual que él, después de todo, el sabía todo de su vida, sus problemas y lo que tuvo que pasar para llegar a ser la persona que era en ese momento. —Gracias mi amor. Aunque me es difícil pensar que así será, confió en tus palabras, porque nunca te has equivocado conmigo.—Pronunció tomando aire y soltando apenas un suspiro suave. Su corazón, aunque era un órgano muerto, volvió a palpitar, en su imaginación, en las sensaciones que ya conocía como humano. Dejo que sus labios se perdieran en un roce suave donde lograran disfrutar del sabor del otro mientras su telequinesis atrajo a ellos ambas cajas que había comprado para ellos. A duras penas se separo de los labios ajenos, lentamente terminando por perderse una vez más en sus ojos.— Me entrego a ti en este día, para compartir mi vida contigo.— Había sido difícil pensar en sus votos matrimoniales, no por no saber que decir, sino porque tenía mucho para hablar.— Puedes confiar en mi amor, porque es real. —Soltó lentamente la mano de su pareja y tomo una de las cajas, la cual abrió.— Prometo serte un esposo fiel.— Con el anillo en sus manos, aquel que podría parecer cualquier anillo común y corriente, pero en este, se encontraban grabados sus nombres alrededor y en su interior, la fecha en la que se conocieron.— Prometo honrarte, animarte y apoyarte en nuestra eterna vida. Prometo trabajar nuestro amor y siempre hacer de ti una prioridad en mi vida.—Acarició la mano de su pareja hasta tomar su dedo y así acercar finalmente el anillo hasta él.—Te tomo como esposo. Te tomo con todas tus virtudes y defectos. Haré de ti la persona más feliz, a ti y a nuestro hijo. Todo lo que soy y todo lo que tengo, es tuyo, desde aquí hasta la eternidad...
Mark
Simplemente se moría, se estaba perdiendo en su mirada mientras le hablaba, nunca le emocionó en absoluto la idea del casamiento, ni de tener bebes, sin embargo la vida cambiaba, daba nuevas experiencias, evolucionaba y con todo lo que cambio en los años era que se sentía seguro de los pasos que estaba dando junto a su amado. Escucharle ronunciar los votos a su manera lo hacían sonreir como un tonto ¡Y es que su chico se veía tan bien! estaba baboso enamorado absorbiendo als palabras para que nunca se le fueran a olvidar. Desendió la vista a los anillos solo unos segundos para curiosearlos pero como un imán regresó la mirada a las orbes ajenas mientras se mordía el labio inferior, sentía su corazón saltando en cada palabra y ni hablar de las cosquillas que le recorrieron el cuerpo cuando el anillo estuvo en su lugar. Estiró su mano para ver lo bien que quedaba allí y tomó el otro anillo que estaba en la caja para hablar.— La vida me llevó hasta a ti y supo enseñarme que aún cuando todo parece estar perdido se puede salir. Empezar esta nueva vida junto a ti y a Ed me llena de entuciasmo y ciertos miedos que no puedo ocultar. Las preguntas se arremolinan pero sé que juntos vamos a superar cualquier obstáculos, con algunos tardaremos más y deberemos pensarlo con calma pero siempre lo haremos juntos. Le tomó la mano y fue deslizando el anillo suavemente por el dedo anular.— Seré la luz de tus noches de aquí hasta el día de mi muerte, y nuestro pequeño será aquel 'Valió la pena' de toda nuestra existencia. Las personas que pasaron por mi vida me dejaron enseñanzas que se resumen a agradecer a todos los que te perdieron, a todos los que no confiaron en ti, porque eso me dio a mi la posibilidad de conocerte y de enseñarte el calor de este mundo. — Entrelazó ambas manos aún algo temblorosas por sus nervios mezclados con esa felicidad.— Seré el espejo de todas tus acciones y el manto que te de calma cuando desesperes... Seré tuyo por y para siempre, mi querido esposo. Al finalizar le sonrió enseñando su dentadura.— ¿Ya puedes besar al novio?
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Fruit of love [Jackson; Mark]
21 de abril

Podía sentir los nervios apoderarse de su cuerpo, seguía sin creer la gran propuesta de su pareja. Seguía llamandole pareja por no ponerle a su relación una etiqueta, lo cual luego de aceptar un nuevo paso en su vida, no quería esperar más para lo que debió hacer hace casi un año. ¿Por qué había tardado tanto? El que iniciaran sin saber de sus sentimientos, y que el tiempo lo llevara a tomar como suyo al seelie, no tenía porque necesitar un nombre, era de él, solo de él. Podía sonar posesivo pero así era, estaba enamorado de Mark, no había duda de eso, su amor era egoísta tras asumir sus sentimientos, saber lo que era, el amor era una sensación increible, y no dejaría ir a quien le enseño a amar. Había salido esa mañana temprano en busca de respuestas. Aunque ya no debía llamar líder a quien seguía entrenando vampiros neófitos, había tomado un respeto por su creador, después de todo un vampiro de sangre pura no se veía siempre, en algun momento serviría de algo ser un discípulo de este. La charla fue extensa, entre muchas negativas con respecto a tener un hijo, puesto que era claro que con una humana no era posible, más no quería llegar al tema de crear un híbrido con Mark hasta que hablo de la posibilidad de tener un hijo sin problemas por parte de un Seelie, su pareja. El vampiro parecía conocer lo que el mayor le había hablado, más no habían intentado nunca la combinación sanguínea. Ya existían híbridos en el mundo, pero eran simple accidente o mezclas de razas con posibilidades de fecundar. No se fue del lugar derrotado, tenía una buena superstición de lo que podía hacer con Mark. Si habían creado tantos híbridos, ¿Por qué el no podía hacerlo? Por otra parte, estaba seguro que el vampiro no tenía idea acerca de los Seelies, probablemente porque eran razas que no se mezclaban, eran seres muy puros en comparación a los chupasangre, pero ahi estaba, a la nada de hablar con su pareja para dar la decisión final sobre tener un hijo, lo quería y aceptaba tener uno. Espero que las nubes aparecieran en el cielo para adentrarse a la ciudad y moverse con velocidad hasta la casa. Como odiaba las malditas nubes, no aparecian cuando lo deseaba, ni siquiera sabía si era posible para un vampiro controlar el clima, ¿Que tal si le pedía a Mark aprender algo así? Era un Seelie de aire, de seguro podía hacer algo con el cielo para ayudarle a moverse en tal lugar. —Mark..—Llamo al Seelie sabiendo que se encontraba ahí.— Estoy en casa..
Mark Tuan Él por su parte se había transportado por los portales que podía abrir hasta las montañas donde buscó a los más sabios de su especie, esos que le enseñaban los entrenamientos, a diferencia de Jackson Mark no podía mentir, si podía manipular un poco la verdad y ocultarla, pero los seelies eran criaturas que valoraban tanto la verdad que sabía que si iba de puro corazón a relatarles absolutamente todo lo que quería sus respuestas serían las más sinceras. Cabía aclarar que la idea no terminaba de cerrarles a sus superiores, aún era joven, como humano que había sido y como integrante del mundo mágico, pero al ver que el muchacho no deseaba esperar es que comenzaron a hablarle sobre todos los cuidados que debía de tener, sobre sus energías, sobre el agua de rosas, la luz, el clima, los sentimientos, también sobre las precauciones que debía tener y los riesgos, hacer lo que harían no era de vida o muerte, pero si para un humano era algo riesgoso, para las criaturas mágicas también, habían leyes naturales de las que nadie se escapaba. Con su cerebro plagado de información se regresó a la casa, al no sentir a su chico allí se desespero, comenzando a caminar de lado a lado en la habitación seguido por Neón que intentaba calmarlo con un suave canto, pero lo único que logró detener su caminar nervioso fue la voz de su amado. ¡Había llegado! Corrió hasta la planta baja y se arrojó a sus brazos, hundiendo el rostro entre el hueco que había en su cuello y hombro. — Bienvenido a casa, amor. —Al alzar la vista murmuró un simple— Tenemos que hablar. Aquellas palabras podían asustar a su pareja, a cualquier pareja a decir verdad pues nunca pasaba nada bueno después, pero Jackson tenía un espejo a los sentimientos de Mark con tan solo dar un vistazo al silfo. Neón se encontraba entre azul, que era su color normal, pero tenía tintes rojos por lo cual el seelie estaba demasiado feliz en aquellos momentos. Otra forma de saber que solo eran nervios era sintiendo el latido de su corazón. No demoró en besar sus labios, necesitaban tener una charla extensa y seria, pero contener sus emociones en ese preciso momento no era algo que pudiera hacer, solamente esperaba que Jackson le dejara correr con unos pequeños riesgos, todo saldría bien porque confiaba en en vampiro, en que lo cuidaría mientras él se encargaba del pimpollo.
Jackson
Desde un principio sabía que su información no era de ayuda, solo sabía acerca de su raza y no tenía grandes mentores que le ayudarán con lo que necesitaba. Los vampiros no podían tener hijos, los hijos los consideraban aquellos que eran transformados, por lo que Jackson para tener "un hijo" Debía transformar a un humano, era una especie de adopción. Por otra parte, podían tener hijos mediante su sangre, lo cual seguía sin entender, pero sabia que era lo que necesitaba para obtener lo que deseaba con Mark. Esa forma de recibirlo, cada una de ellas le encantaba, tomarlo por la cintura y abrazarlo cuando lo extrañaba, incluso si tan solo eran horas, estuvo pensando toda la mañana en el, ¿Y como no? Si tenía en mente en todo momento sus planes, tener un hijo, una gran responsabilidad pero era un paso más en su relación. Después de verle tan frio y seco durante sus días en la academia, ahora era toda una ternura, aunque si le atrapaba en malos días, pobre del vampiro, mientras no, disfrutaba en todo momento del Seelie. —Gracias mi vida...—Pronunció poco antes de tener sus labios atrapados con los contrarios. No pudo evitar sonreir mientras lo alzaba en sus brazos sin problema alguno, ser un vampiro tenía sus beneficios. Apenas logro separarse de los labios ajenos para responder a la frase más temerosa de toda pareja. Pero los latidos del corazón ajeno reflejaban felicidad, además de eso, Neón quien apreciaba la escena tenía colores que delataban al Seelie, gracias al pajarito como le llamaba el, tenía ayuda extra para saber como se sentía Mark, ya que acostumbraba a guardar sus emociones. —Hablemos entonces... —Dijo llevando consigo el cuerpo de su amado hasta el sofá donde se sento el para que este quedara sentado en sus piernas.— Hablemos de nuestro futuro hijo...
Mark Tuan Mark tenía un humor muy seco, no era muy demostrativo en cuanto a afecto y tenía un carácter bastante chocante si algo no le gustaba lo decía, no le interesaba quién estaba frente a él y si las personas se ofendían, con Jackson fue igual, pero peor, porque tenía ese miedo de volver a salir herido de una relación, de apostar para que no se jugaran por él y ese amor. Por ende había costado bastante que el ruso expresara correctamente sus sentimientos de cariño, pero con conocerlo ya se podía prever que era un gato al cien por cien. Cuando tenía sus días malos podía atacar a cualquiera sin razón, en sus momentos caprichosos podía llevar la contraria simplemente porque si y en los días, como hoy, que se sentía tan pero tan feliz, podía ronronear convirtiéndose en una bola de ternura. Se encontraba emocionado por comenzar a soltar toda la información que había podido almacenar. Mientras lo llevaba al sillón besó su mejilla reiteradas veces, luego acomodándose sobre su regazo acarició su cuello con ambas manos, observándolo con una gran sonrisa.— He ido a hablar y me quité todas las dudas al respecto. Me han dicho que se puede, con mucho cuidado, dedicación y siguiendo absolutamente todas sus instrucciones sin saltarse ni una sola. ¿Listo? —Cuestionó sin dejar de sonreír, volviendo a darle otro beso, hablar del futuro hijo de ambos era algo que creyó que jamás pensaría. La madre de Mark se había suicidado y siguiendo la línea melancólica él también había pensado acabar con su vida, pero allí estaba, buscando la forma de traer no quitar. — Les dije la verdad y aunque estuvieron intentando de convencerme durante una hora de que eramos jóvenes y que nos lo pensáramos acabaron por decírme todo pues sabían que íbamos a hacerlo de todas formas, así que nos dieron el método seguro. Cuando tengamos el pimpollo debemos comenzar a alimentarlo con el agua de rosas y tu sangre. Debemos mezclar solo cinco miligramos de tu sangre en toda la botella y darle tres gotitas a la mañana y tres a la noche hasta que nazca. Si hacemos las cosas bien la flor va a ir tomando poco a poco el color de tu sangre, va a pasar de blanco a rosa pálido, rosa y finalmente un rojo escarlata. También debo darle mis energías y ahí es donde vas a tener que ayudarme un poco pues va a haber muchas cosas que no pueda comer y otras que van a mantener altas mis energías para la flor. —Quería decirlo todo de una vez pero necesitaba que entendiera poco a poco, como a él se lo explicaron.
Jackson
Estaba algo nervioso, eran sensaciones que aun tenía de humano, le gustaba ese nerviosismo, no queria perderlo con el tiempo y la costumbre de ser un vampiro, al igual que el sentir el palpitar de su corazón, más cuando Mark lo volvía loco, con su mirada, con alguna sorpresa, o como el ver esa hermosa sonrisa que crecía poco a poco en sus labios de la felicidad que sentía por su futuro hijo. No queria parecer un niño pequeño con la emocion que tenía de escuchar las palabras del mayor, queria saber todo, ¿Que tal le había ido? Por esa sonrisa supuso que mucho mejor que a él, bueno, el tenía la culpa de alejarse de su clan, o más bien era algo de su raza, con lo básico aprendido, lo demás quedaba a exploración del vampiro, existían infinidades de habilidades ligadas a otras, era cosa de concentración e imaginación. La sonrisa en sus labios denotaba su emoción, estaba feliz, realmente podían tener un hijo y no solo sería un seelie, sino que este tendría la sangre vampira en él. ¿Sería un híbrido entonces? ¿O nada más sería para tomar rasgos suyos, asi como el adn? Tenía miles de preguntas pero prefirio capturar los labios de su pareja una vez más. Lo abrazo por la cintura con fuerza, solo debían escoger una fecha, nada más que eso para comenzar con todos sus planes. —Casate conmigo... —Pronunció tras separarse de sus labios. La petición era algo inesperada, lo sabía, pero no podía esperar más, serían padres, juntos, amaba al Seelie, no queria que nadie más se acercará a él, podía dar por seguro que su amor era para toda la eternidad, no le importaría dar la vida por él, porque Mark lo era todo, definitivamente todo. —Seamos padres juntos, como pareja. ¿Quieres casarte conmigo? Se que no te he pedido ser mi novio y tampoco tengo un anillo en este momento para proponerte matrimonio, pero una petición se hace cuando realmente se siente. Quiero tenerte a mi lado para siempre, que nada ni nadie nos separe, ni a nosotros ni a nuestra familia.
Mark Tuan Iba a ser un híbrido, lo de mezclar su sangre era para preparar al pequeño desde que comenzara a gestarse a que tuviera de ambas partes, ya que la transformación era complicada para un vampiro tan joven como Jackson y si hacían algo mal esebebé moriría, de esa forma, paciente, milimétrica es que día a día, gota a gota, ese capullo seelie iría tomando propiedades de la sangre del alemán para agregarlo a sus células naciendo ya como un híbrido y no como un hada pronta a transformar. Debía explicarle que las energías de ambos debían mantenerse separadas, es decir, que en ese tiempo no podía beber de él y Mark no podría robar energías. El seelie lo cuidaría la mayor parte de la gestación brindándole sus energías día y noche poco a poco, mientras que el vampiro debía de hacerlo gradualmente. Las primeras cuatro semanas, una vez cada siete días y en la noche. Luego la frecuencia iría hasta dos veces por semana hasta el día de su florecimiento. Así se asegurarían la salud del pequeñito. — Pero me dieron unas condiciones para que nos permitieran tener un híbrido. —Musitó siendo calado por los labios adversos que no se molestó en apartar. ¡Se encontraba tan feliz! ¡Y ni que hablar cuando escuchó aquella propuesta! Su corazón dio un palpitar tan fuerte que hasta Neón dio un pequeño salto en el aire interrumpiendo su andar siempre ta majestuoso para teñirse de rojo y hacerse invisible. — ¿Hablas en serio? — Cuestionó con una sonrisa. ¿Cómo pasaron de estar juntos sin ninguna etiqueta a tener un hijo y casarse? Asintió varias veces— Sí, amor, si que quiero, deseo permanecer mi eternidad a tu lado haciéndote feliz. —Juntó sus narices dejando que estas se rozaran— No necesitas de nada material para pedirlo, salió de tu corazón justo ahora y eso es lo que cuenta para mi... —Terminó con la distancia una vez más pescando sus labiales con los propios. Nunca se cansaría de disfrutar su boca. Nunca. Menos cuando le provocaba tantas oleadas de emoción que le acariciaban el alma. Que lo hacían feliz.
Jackson
Siempre había leído de las propuestas matrimoniales extraordinarias, o aquellos videos que salían por internet donde realizaban grandes espectaculos donde no siempre se recibía un si de parte de la novia. Pero al no creer jamás en hacer algo como eso, no tenía grandes visiones. Cuando comenzó a tener sentimientos por el Seelie, el pedirle noviazgo parecía ser diferente cada vez que lo pensaba, no sabía como hacerlo, creía que era tan poco para todo lo que sentía y en ese momento estaba tan lleno de felicidad, el matrimonio era lo que representaba mejor el amor que tenía por Mark, eterno. Sonrió al ver a Neón desaparecer, su mirada luego se perdió en los ojos del Seelie, esperaba una respuesta pero este seguia sorprendido. Al verlo asentir su sonrisa creció quería tenerlo siempre abrazado, besarlo y hacerle el amor, aunque tenía toda la eternidad para eso le gustaba vivir siempre como si fuera el ultimo día. Había salido de su corazón tal y como lo habia dicho el mayor, pero siempre deseo hacerle un regalo a Mark tan importante como un anillo, no quería decir que no tendrían anillos, de hecho lo tendrían y probablemente volvería a pedirle matrimonio de otra forma con alguna joya, pero en ese momento lo que mejor le pudo dar era un beso lleno de amor y pasión. —Por siempre mío.—Pronunció sin quitar la mirada de los hermosos ojos del mayor.— Debemos fijar las fechas.—Dijo robando un nuevo beso de los labios ajenos.— Una para nuestra boda y otra para nuestro hijo. Seremos los mejores padres. Prometo cuidar de ti en todo momento, solo debes decirme que hacer y que no. Estaba entusiasmado, todo apenas comenzaba, tenían mucho para hablar, mucho para organizar y más aun la busqueda de la flor con la que debía crecer su pequeño hijo, aunque no sabía nada, absolutamente nada de lo que debía hacer, tenían toda la tarde para hablar de lo que necesitaban.
Mark Tuan Lo mantuvo abrazado contra su cuerpo para que pudiera percibir el palpitar acelerado de su corazón mientras lo besaba tan cariñosamente. Era de esos pocos momentos en la vida donde Mark no veía el lado negativo, ni un poquito, lo cual hacía que esa situación se volviera única y rememorable cada vez que viera los ojos del bebé que tendrían, con mucho esfuerzo y dedicación todo podía salir muchísimo mejor de lo que planeaban. — Mhh~ ¿Qué tal si nuestra boda la hacemos el sabado siguiente? ¿Podemos hacerlo en una playa? Hay algo que siempre quise enseñarte de noche y hasta ahora no pude. — ¿Era muy pronto? Tenía miedo de poner nervioso a su futuro esposo pero una semana para organizar una bonita cena a la luz de la luna en una playa que Mark elegiría por razones sorpresas no parecía ser una mala idea. También aprovecharían para beber un poco del agua de rosa brindando por el inicio de la búsqueda de su hijo, ya que sí, al principio sería una búsqueda. — Y la fecha del bebé es un poco más complicada, propongo que cuando ya estemos casados y tengamos nuestra cochina luna de miel comencemos a buscar el brote indicado. —Acarició suavemente su mejilla con uno de sus pulgares.— Las condiciones son que la flor sea blanca para que son tu sangre se vuelva roja, que florezca de noche y que yo sienta que esas energías son aptas... Es decir... No sabremos hasta que lo veamos... por lo cual hay que buscar ese árbol o planta que va a albergar a nuestro hijo y de allí elegir el brote para transplantarlo en una maceta que no podremos dejar nunca sola. Nunca, nunca, ni un segundo. —Tal vez exagerada, unos minutos podía estar solita, pero el seelie no se arriesgaría.— Tú solo debes traerme mucha comida rica... —Pronunció riéndose de felicidad, tanta que ya no sabía como expresarla.
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Hello Darling [Vampiro / seelie]

➡ Privado 📝 Hello, darling 📆 Jueves 13 de Abril ⌚ 14:00 hs 🏠 Ciudad
Lo primero que había hecho el llegar fue arrojarse sobre la cama e inhalar el aroma del vampiro, arrugó la nariz, casi casi que ya no estaba su perfume allí, lo cual era lógico los vampiros no olían a nada y podía asegurar que esos días que él estuvo de viaje para sus entrenamientos como seelie pues... su enamorado allí no habría dormido.
Había extrañado la comodidad y el refinamiento de aquel hogar en el cual ya convivían, si bien aún no hablaban de noviazgos, de ataduras ni de nada el ruso ya sabía que estaban juntos y no necesitaba de ninguna confirmación verbal, se amaban y eso era lo único que importaba en realidad.
Se dejó conquistar por las sábanas pero no lo suficiente como para dormirse y eso era complicado en un muchacho tan dormilón. Se giró para rebuscar en los objetos del cajón de la mesa de noche un papel y pluma escribiendo una corta pero esperanzadora carta.
『 Lyubimyy:
Lo sé, ya con ver a Neón lo habrás entendido pero de todas formas quería enviarte estar carta para que vengas a mi encuentro. Te estaré esperando, cariño. Mark 』
— Neón...Ten... Busca a Jackson y entrégasela.
Estiró su mano hacia el aire haciendo que su silfo apareciera, siempre adoptaba una forma de pájaro que en aquellos momentos sus colores resaltaban en violetas y rojos denotando la felicidad de Mark, a él le encantaba ver sus colores pues era como ver el aura propia, su silfo gustaba de jugar con el entendimiento y los sentimientos por ende se transformaba en un pájaro azul y verde cuando su dueño se encontraba muy triste y si no sus colores viajaban de azul a violeta como una mezcla sin unirse.
Al verlo marcharse empujó con la punta de su pie su talón para quitarse los calzados sin utilizar las manos y adentrarse un poco más en la cama, buscando calor aunque anhelando que ese vampiro se apareciera pronto por aquella puerta o lo encontraría dormido entre las colchas y almohadas y ese dosel del cual tardó en convencer al alemán que no se trataba de nada femenino si no de algo seductor, tal vez porque el seelie podía tranformar cualquier cosa a su favor.
Jia Er Jackson Acostumbrarse a vivir de las noches y de los días nublados lejos del sol, había sido bastante difícil, odiaba el hecho de no poder salir con Mark con normalidad, tener citas durante el día, incluso había pensado en lo hermoso que sería ir a una playa juntos, donde quizás no era necesario meterse al mar para disfrutar, sino que tan solo pasar el tiempo como pareja. Pero no, el ser un vampiro tenía sus consecuencias, entre ellas el no poder salir a la luz. El vampiro no se quedaría con esas ideas, buscaría la forma de hacer su piel inmortal a los rayos solares, existían vampiros que podían salir sin problemas al sol, algunos por entrenamiento duro y conseguir una simple habilidad que hacía inmune a su piel pero sensible a los ojos, como otros acudían a brujos que fabricaban joyerías con hechizos para repeler los rayos solares. Pero el no conocía a ningún brujo que hiciera algo como eso, y el entrenamiento era bastante duro, necesitaría al menos un año para lograrlo, era a lo único que se estaba dedicando. Con su novio en un viaje de entrenamiento... ¿Novio? Llevaban bastante tiempo juntos que a pesar de no tener etiqueta alguna, eran una pareja después de todo, vivían juntos, compartían todo juntos, aunque suponía que hacía falta quizás formalizarlo, no era necesario puesto que sabían ambos lo enamorados que estaban. Volviendo al tema, al tenerlo lejos, el vampiro no solo se volvio dependiente del Seelie, extrañarlo era un horror, por lo que aumento sus entrenamientos en el tiempo que este no estuvo. Con el tiempo, ambos se habían perfeccionado en sus razas, ya no eran simples inutiles, eran expertos en una que otra habilidad y seguían aprendiendo más, la inmortalidad para ellos, sería perfecta. Acababa de beber la sangre de un humano que transitaba en el bosque, más bien, lo había sacado de su vehiculo solo para alimentarse. Necesitaba recobrar fuerzas luego de tanto movimiento, era más sencillo ahora que podía deshacerse de los recuerdos que tenía el humano en cuanto al ataque, este despertaría como si nada en su vehiculo, ya que ni siquiera tendría la marca de sus dientes. Estaba por volver a su entrenamiento, cuando a lo lejos vio como se acercaba neón hasta él. Dudaba que Mark lo enviara desde tan lejos por su entrenamiento, lo cual solo le dejaba una cosa. —Están de vuelta...—No pudo evitar sonreír al leer la nota, podía sentir como su organo muerto latía con fuerza, aun el haber sido humano le afectaba en sensaciones.— Vamos Neón Su velocidad se había incrementado, era todo un experto corriendo entre los arboles y multitudes sin ser notado, la ciudad ya la conocía a la perfección, sabía por donde tenía que ir para llegar a su hogar. Al vivir entre los humanos, se detenía siempre tras la casa e ingresaba por la puerta trasera, aparecer de la nada frente a la puerta principal alertaría a más de uno si no conocían la realidad que ocultaba el mundo. Pudo sentir la presencia ajena en el segundo piso, exactamente en la habitación que compartían, no como compañeros como lo hicieron en aquellos tiempos, sino que ahora eran toda una pareja. El solo ingresar, vio como este se encontraba sobre la cama, con esa belleza que siempre mantenía. ¿Debía interrumpir sus sueños? ¿Que tal despertarlo mientras sus manos recorrían su cuerpo? ¿Que tal si solo capturaba sus labios como tanto lo deseaba? —No tienes idea de cuanto te extrañe...
Mark
Su respiración era calmada, el subir y bajar de su pecho apenas y se notaba pero su corazón dio un golpeteo al sentir la presencia de Jackson en la casa. Era hermoso continuar poniéndose nervioso aún después de tanto tiempo a su lado. Entreabrió sus orbes buscándolo con la mirada, allí estaba, tan lindo como siempre, tan fuerte, más fuerte que antes, podía notarlo. Se desperezó en la cama estirando una mano abierta hacia donde se encontraba el vampiro y la otra pasó a frotarse contra uno de sus ojos.— ¿Me extrañas y no vienes? Ven~ dame un masaje de pies...—Murmuró moviendo ambos pies como un caprichoso, el caprichoso que sería siempre, había costumbres que ni la inmortalidad le quitaría, hasta creía que las iba a intensificar con el tiempo. Neón no se encontraba en el piso superior, era un silfo que siempre fue tímido y más aún cuando no se sabía exactamente el momento en el que esos dos se quitarían la ropa, eran tan pasionales que de un segundo al otro con tan solo una mirada pícara hacían desastres. — No iré más a esos entrenamientos si sufro tanto. —Imposibilitado de mentir es que continuaría con esos entrenamientos pero dejaría las montañas nevadas para más adelante, le quitaban demasiado tiempo con su chico y no quería ello, al menos ahora podía sanar a la perfección a las criaturas de aire, hablar con ellas y ya el viento era muchísimo más manejable, casi todo un experto en ello pero siempre había cosas que aprender. — He traído regalitos... —Buscó su mirada de inmediato— Cuéntame cuanto me extrañaste... Me gusta escucharte decirlo...
Jia Er Jackson Estaba loco, bastante, no verlo por tanto tiempo no solo lo había hecho extrañarlo, sino que de solo mirarlo sentía que la belleza del Seelie se había duplicado, triplicado, ¿Podía ser aun más hermoso de lo que era?, sonaba como un baboso enamorado cada vez que decía aquello en su cabeza, y aunque en un principio le tomo tiempo entender lo que era el amor y el cariño, con Mark todo había cambiado, ahora no era capaz de callarse cuando le decía que lo amaba, la seriedad se perdió. —Siempre tan dulce...—Pronunció en una sonrisa mientras se acercaba a este, donde se recosto a su lado tomando el cuerpo de su amado para atraerlo contra su cuerpo y estrecharlo con fuerza.— No vayas... No me dejes otra vez. —Susurro. A veces no sabía como expresar todo lo que le extrañaba, las simples palabras no eran todo lo que queria decir, no llegaban a parecerse si quiera al sentimiento de vacio que tenía al tenerlo lejos, no se comparaba en absoluto. Ese aroma, ese calor, como había extrañado ese calor y sentimiento de paz al tenerlo entre sus brazos, Mark aun producía la misma sensación que el primer día, cuando no sabía el porque su compañero de habitación con tan solo una melodía, o quizás solo hablando le producía ese calor que tanto necesitaba y esa tranquilidad, esa forma de tocar el piano, el violín, aun podía recordarlo. —Tanto como para volverme loco...No me dejes. No me gusta estar solo.—Y era cierto, toda su vida estando solo, lejos de sus padres, es más aunque siempre deseo estar lejos de su familia, al menos antes sentía la presencia de alguien en la casa, sin tener a su pareja en casa, volvía a sentir esa soledad y el vampiro volvía a descargarse en esfuerzos fisicos.— Demasiado... Te extrañe demasiado.—Pronunció tomando finalmente los labios ajenos sin aviso previo, lo necesitaba.
Mark
Lo siguió con su mirada felina hasta que se recostó en la cama junto a él, tenía ganas de quejarse como caprichoso que no le había dado su masaje de pies pero entre sus brazos nunca había quejas, se removió en la cama para quedar de lado y poder observarlo mejor mientras lo abrazaba. Aún continuaba perdiéndose en los ojos ajenos y ni hablar cuando estos cambiaban a un color dorado, simplemente se volvía loco en pasión. Se rió suavemente enseñando su blanca dentadura, alzando una de sus manos para acariciarle suavemente el rostro, frío, pero que podía calentarlo utilizando su propio calor corporal en muy poco tiempo o dejando que bebiera de su sangre, al menos un poco de ella. — Oh, pero si son solo entrenamientos aburridos, me la paso más rato meditando que haciendo algo realmente, pero esa es la base de nuestros poderes.— Le explicó para que no creyera que se divertía lejos de él, si bien la montaña le atraía, le daba paz y le encantaba esa libertad que conseguía, de alguna forma no podía vivir eternamente separado de su chico, de ninguna manera. Le encantaba volverlo loco, no por jugar con sus sentimientos si no para hacerlo sentir más seguro aún de ellos. Desvió las caricias hasta sus labios— No te dejaré tan seguido, a ver si tengo que empezar a quitar zorritas de aquí. —Murmuró contra su boca antes de apartar sus falanges y así finalmente besarle. Pegó su cuerpo al adverso cerrando sus ojos para disfrutar con el alma aquel ósculo, el contacto entre sus pieles siempre le producía un estremecimiento placentero incluso después de estar a su lado durante un año, simplemente Jackson era en la única persona que pensaba cuando se trataba de su corazón.
Jia Er Jackson No conocía los entrenamientos del Seelie, tampoco queria saber de ellos, puesto que con el tiempo habían crecido los celos y ese egoísmo junto con el sentimiento a Mark. Hacía mucho que no tenía dudas de lo enamorado que estaba, lo quería en su vida para siempre, tenían una eternidad para estar juntos, apenas llevaban un año y sumando cada día a lo que seria su vida juntos. De ver uno de los entrenamientos de Mark, probablemente querria acabar con media raza de los Seelie, no sabía si debían o no de tener contacto con alquien más, además por otra parte, sabía que Mark podría tener dominio más rápido de sus habilidades, mientras el necesitaba un poco más de concentración, su distracción principal era justamente él, Mark. Sonrió sobre sus labios cuando le escucho. Como si fuera a interesarle alguien más, eso jamás ocurriría, ¿Es que no veía lo enamorado que estaba?, seguramente Mark lo sabía pero conociendole le gustaba joderlo con comentarios como esos, al igual que lo hacía por su forma de alimentarse, robando energías con el contacto, por ende aun seguían alimentandose por separado. El clavaba los colmillos en el cuello de las personas y Mark tenía que tocarlas, si, era muy celoso, pero todo porque lo amaba demasiado. Sus manos se aferraron al cuerpo de este, como siempre intentando controlarse, aunque sea un poco, no queria parecer un desesperado pero realmente lo extraño demasiado, necesitaba tocarlo y sentir su cuerpo contra el suyo. Los labios de Mark siempre conseguían excitarlo, era completamente debil a sus labios, además de eso Mark era muy hábil con sus movimientos. Se separo de este solo para ver sus ojos un par de segundos y rendirse ante sus encantos. Tomo sus labios una vez más mientras su cuerpo esta vez se ubicaba sobre este, había escuchado de unos regalos, pero si no lo detenía, de seguro se enteraría de los regalos luego.
Mark
Clausuró sus orbes abrazándolo, reacomodando su cuerpo debajo del adverso, aceptando y respondiendo a aquel beso tan necesitado, le gustaba más besarlo cuando podía sentir sus colmillos, le agradaba pasear su lengua entre ellos, era como deslizar el sinhueso sobre el borde de un cuchillo afilado, peligroso, y por ello mismo le agradaba. Pero su chico no era para nada paulatino, sabía que de un momento a otro estarían desnudos si no lo detenía y es que tenía un anuncio un tanto extraño. Demasiado. — Oh, tranquilo, vampiro... Debo enseñarte algo primero. — Lo empujó a la cama utilizando su fuerza y se sentó sobre él para darle otro beso, también era algo complicado para el ruso separarse del alemán, nada fácil, pero para que mentir si venía tan emocionado con lo que se había ganado en el entrenamiento. Dio un brinco de la cama al suelo y abrió la valija pequeña sacando una gran botella de dos litros con lo que parecía ser agua y en el fondo tenía un colchón de seis centímetros de pétalos de rosa.— El veintidós de éste mes voy a cumplir mi primer año como seelie así que me regalaron esto. Es agua de rosas. Sirvió dos copas y una de ellas se la acercó a Jackson.— Pregunté si podías tomarla y afirmaron que si, así que bébelo sin miedo. — Al sentarse en la cama, no sabía como decirle así que lo hizo disimuladamente.— El agua de rosas se utiliza para varias cosas, como una bebida purificadora antes de los entrenamientos, como un repositor de energías y... Nhm... Y también para alimentar a los seelies aún no nacidos... Así que... pues... me traje una botella de más. — Al finalizar la oración volteó a verlo para ver su reacción, incluso si escupía todo el agua de rosa estaba bien para él.
Jia Er Jackson El vampiro se había vuelto tan pasional desde que tenía a Mark con él, no era acostumbrarse a ese calor que le producía el cuerpo, sino que era el vivir con el y con quien lo producía, con quien realmente le enseño lo que era ese sentimiento, sensación, lo que era amar. No existía una pizca de amor o cariño a ninguno de sus familiares, el no tenía familia, lo había decidido y aunque sus padres aun buscaban su paradero por cielo, mar y tierra, no darían con él, ahora que había desaparecido le lloraban como si siempre hubieran cuidado de él. Se había perdido tanto en acariciar el cuerpo ajeno, lo justo y necesario, estaba apenas controlandose, ir poco a poco para disfrutar lo tanto que extraño ese cuerpo, aunque pensaba en hacerle el amor de una vez, con fuerza y luego volverlo a hacer, lento muy lento hasta volverse loco, era un adicto al Seelie.— ¿En serio? ¿No puede ser después? —Pronunció pero en poco se encontraba con los labios de este sobre los propios. Sus manos atraparon las piernas de este acariciándolas y apretando sus muslos mientras ascendía hasta su cintura. Se quejo al sentir el frio sobre su cuerpo una vez más, Mark se alejo para ir en busca de esa sorpresa que tenía, mientras el seguía pensando que podía esperar un poco más, deseaba tenerlo entre sus brazos. Se sentó en la cama esperando a su pareja, el vampiro era un descarado que mientras Mark buscaba en su maleta el libremente le miraba el culo, las piernas, podía imaginar ese cuerpo sin esas telas, de tantas veces que lo había visto. —¿Agua de rosas? Hm... Es como si fuera un vino.—Pronunció tomando el vaso para olerlo, definitivamente tenía ese aroma a rosas, pero como si hubiera sido mezclado con algo más que idea no tenia. Lo llevo a su boca mientras escuchaba, dio un par de tragos, al segundo, su garganta se cerro obligándolo a toser. No era tan idiota, podía deducir lo que era "alimentar a seelies no nacidos" Pero como una caracteristica más del agua, sino que se sorprendió de saber de una segunda botella especificamente por eso.— ¿Otra botella? —Pregunto buscando la mirada ajena. —¿Para qué quieres otra?
Mark
Le encantaba esa sinceridad con la cual se expresaba, claro que podía esperar tal vez a que ellos se amaran un par de veces pues era consciente que con Jackson el hacer el amor nunca era tan solo una vez pese a que viera al seelie cansado, era la ventaja de ser vampiro, no conocía el agotamiento. Pero Mark estaba ansioso por contarle el porque se había traído una botella de más. Bebió lentamente el agua deleitándose con su sabor tenue, casi mágico, puro. Le sonrió al escuchar esa tos, ¡Dios! Es que debía de intuir lo que venía a continuación, entendía que necesitaba escucharlo de su boca para quitarse las dudas así que no se demoró en explicarle.— Mientras me encontraba en las montañas, dos días antes de regresar me llevaron a una cueva, algo húmeda, pero donde al final se podían ver el brillo de piedras preciosas... Era hermosa, pero no me habían llevado hasta allí para que observara los cristales, si no una flor custodiada por una pareja de seelies. Jugaba con la copa entre sus falanges, haciendo girar el agua lentamente, sin volcarla, no quería desperdiciar ni una sola gota.— Presencié un nacimiento... Debiste verlo, era tan pequeñita, tan frágil. —Murmuró, Mark siempre había dudado en tener o no hijos, no le gustaba traer vida para que sufriera, pero ver a aquella pequeña criatura intentando mover sus alitas ¿Cómo no morirse de amor en ese instante? Además tendría un papá vampiro y uno seelie, más protección que esa no había, sería custodiado incluso por Neón, el cual también se mostró curioso por la pequeñita nacida de una flor alimentada durante meses con la energía de ambos padres. — Y bueno... No lo sé... Me dieron ganas de... Nhm... Ya sabes...— Estiró su mano para acariciarle la mejilla— De que tengamos un pequeño también... — Se encontraba nervioso pues no sabía como reaccionaría Jackson ante la noticia, no tenía que ser ese día, ni mañana, pero tal vez pronto, era un arduo trabajo encontrar la flor indicada pero sería como estar buscando al pequeño y eso lo emocionaba tanto que podía notársele en el brillo de sus ojos.
Jia Er Jackson Debía tener ideas equivocadas en su cabeza, no creía posible que Mark deseara tener un bebe, era demasiado trabajo y no solo eso, ¿Sabía el peligro al que se someterían al tener un hijo? Primero era el ver como mierda lo harían, adoptarían o utilizarian un vientre de alquiler, de usar un vientre lo complicaba todo, puesto que debían hacerse ambos exámenes de aquellos que los humanos utilizaban para ver si era posible o no tener hijos con la mujer, el problema no era si podrían o no, el problema estaba en que los examenes estarían alterados. El estaba muerto, ni siquiera era un ser vivo, era un vampiro, sus órganos no funcionaban y aunque su cuerpo aun podía derramar sangre, esta era nada más liquido rojizo con el ADN de su raza, ni sabor tenía, alimentarse entre vampiros era un asco, claro que si era de un vampiro de sangre pura solo se conseguía más poder. Por otra parte, utilizar a una humana sin intervención medica, seria acostarse con ella, Jackson era un egoísta, no dejaría que Mark estuviera con alguien más, como tampoco se daba la idea de tener sexo con una mujer, sentiría que engañaba a su pareja. No, definitivamente no. Pero mientras le escuchaba. ¿Una flor? ¿Era posible tener hijos sin nada sexual?— ¿Como es eso de que nació de una flor?—Preguntó tomando un poco más de esa agua de rosas, necesitaba algo para no entrar en pánico, no aun. Pero mientras más le escuchaba, más le gustaba ver ese rostro lleno de esperanza y deseos por un hijo. Mierda, un hijo, era demasiada responsabilidad, aunque le encantaba ver feliz a Mark, y sabía que tener un hijo era una muestra de amor entre ambos, aunque sexualmente y biológicamente era imposible.— Un hijo..—Dijo para el mismo. Siempre se dijo que de tener un hijo, le daría toda la atención que sus padres no le dieron, no lo dejaría pasar por lo que paso él.— Me es dificil creer que podemos tener un hijo, después de creer que era imposible... Pero, no puedo decirte que no...—No era por darle en el gusto a Mark, puesto que de no querer, el Seelie sabía que se negaría rotundamente. Le gustaba la idea, y sonaba casi magico el nacimiento.
Mark
Mark había pensado en la inseminación artificial pero no creía que podrían tener hijos con una humana, los vampiros así como los licántropos y la mayoría de criaturas mágicas tenían algo con su ADN que no podía ser examinado, simplemente se desvanecía todo rastro frente al microscopio, todo con el fin de preservar el anonimato de esas especies mágicas. Y si debían de tomarse el trabajo de transformar a la humana en un vampiro o seelie podía que luego reclamara la maternidad de la criatura y no deseaba problemas en absoluto. Adoptar le gustaría, pero su hijo sería humano ¿Y si no quería tener padres sobrenaturales? ¿Si no quería transformarse e nada? No soportaría saber que su hijo moriría a los pocos años, perseguido por enfermedades y muertes trágicas. Así que se había negado a la posibilidad de tener bebes, hasta claro, que descubrió que no hacía falta el acto sexual en los selies, es decir, no era estrictamente necesario. — ¿Alguna vez te conté de mi transformación? Como humanos nos llevan hasta un gran árbol que nos va a limpiar de todas las mentiras, el encargado de nuestra transformación nos apuñala en el corazón y nos deja morir en su interior. Nuestro cuerpo humano muere y el árbol genera una flor, en ella aproximadamente dormimos durante una semana o más mientras se va reconstruyendo nuestro cuerpo de seelie, puro, sin mentiras, sin pecados. Y cuando el pimpollo se abre, renacemos. — Se acercó más a él para tenerlo cerca.— No debe ser ahora, pero podríamos ir informándonos más, no es tarea sencilla encontrar la flor indicada, saber como cuidarlo, dar mis energías, criarlo... Sé que es una gran responsabilidad, por lo cual quiero investigar bien sobre ello antes de tener un pequeño. —Terminó de beber la copa y la dejó a un lado.— ¿En verdad te gusta la idea? Puedes pensártelo, la botella no tiene fecha de caducidad... puede esperar eternamente a que nos sintamos seguros de tomar la decisión correcta.
Jia Er Jackson Ni siquiera sabía que Mark podía hacer algo como traer un Seelie a la vida, ¿Que debía hacer? ¿Que debía entregarle para que fuera un hijo de ambos? ¿Su sangre o que? Quería saber que riesgos tenía el que este trajera al mundo a su hijo, puesto que en lo que escucho de él solo pudo entender que ambos padres le daban energías a esa flor, pero en su caso, solo era un Seelie y el era un vampiro. No sabia si su raza era capaz de entregar sus energías ni como hacerlo, de ser así ¿Que tal si algo salía mal? ¿Y si creaban otra raza? ¿Un híbrido? Tenía una y mil preguntas en su cabeza que quería hacer pero su pareja estaba igual de desinformado que él. En aquellos tiempos no tuvo la oportunidad de preguntarle como había sido transformado, solo recordaba el ingresar a la habitación y encontrarse con el Seelie en e interior, no sabía a que raza pertenecía esa presencia hasta que este le dijo que era un Seelie de aire. Por su parte, tuvo que dar a conocer la suya, un vampiro, y... Lo siguiente fue morderlo, drogarse con su sangre y besarlo, su primer beso, ¿Como olvidarlo? Algo que jamás olvidaría era su encuentro en el bosque, su primer beso y ese sueño que en esos tiempos fue una tortura, donde tenían sexo sobre un piano. —No es pensarlo, sino averiguar que todo saldrá bien. No quiero que te lastimes y tampoco que algo le ocurra a nuestro hijo mientras todo este ocurriendo.—Con lo ultimo se refería a la forma en la que el Seelie tendría a su hijo. Si bien no podía embarazarse, era algo parecido, en vez de una panza, tendría una flor, era aun más hermoso de lo que podía imaginarlo, puesto que aun recordaba que para tener un hijo uno de los dos podría obtener un cuerpo femenino, pero ninguno lo deseaba, tampoco dejaría a Mark hacerlo, no era que dejara de amarlo con un cuerpo femenino, pero se enamoro de él siendo hombre, y extrañaría tenerlo entre sus brazos como su verdadero ser. Dejo la copa vacía a un lado con su telequinesis, si, ahora podrera capaz de utilizar nuevas habilidades, aunque no se acostumbraba a a hacer ese tipo de cosas, era un hutsolo llevaba un año de vampiro y la s costumbres no se perdían, pero no perdería la oportunidad de utilizarla para alejar las copas y mantenerse más cerca de su pareja.— ¿Que viene ahora? ¿Novios? ¿Nos casamos? ¿Como le explico a mi futuro hijo eso? —Dijo en una sonrisa, no hablaban de etiquetas, no las necesitaban, pero sabía que en algun momento tocaría el tema.
Mark
Oh, claro, estaba la opción de que uno de los dos ocupara una pasión para ser mujer al menos mientras durase el embarazo, pero con lo cagón que era el seelie, porque si, Mark tenía un miedo irracional al parto, es que esa opción estaba descartada, pues tampoco se imaginaba a Jackson soportando nueve meses con una barriga, ya había sido chica y la realidad es que no se había portado muy bien con aquel cuerpo, lo recordaba todo muy bien, fue genial, pero lo prefería hombre y con menos complicaciones. — Oh vamos, he sobrevivido a crear campos electromagnéticos. —Le dijo positivo, con una sonrisa, y eso que se había desmayado varias veces, perdido muchos poderes y casi la noción del tiempo, pero que había sobrevivido, había sobrevivido. Eso era indiscutible.— Pero si temo por nuestro cachorro así que indagaré por muchos sitios buscando respuestas, haciendo un millón de preguntas para que te quedes tranquilo, para que lo hagamos de forma correcta y para que tenga partes de ambos, ya que será nuestro. Investigaría sobre los cuidados, las precauciones, los híbridos, las consecuencias, todo, todo, y allí regresaría a tocar ese tema ya más informado y tranquilo para aportar esa tranquilidad a su amado. Dejó escapar una suave risa obligándolo a que se recostara suavemente sobre la cama mientras él se sentaba sobre su cuerpo.— ¿Acaso me estás proponiendo ser tu novio y esposo al mismo tiempo? — Se reclinó para besarlo sobre los labios con dulzura, aún con el sabor del agua de rosas, asomó su sinhueso para lamer entre sus labiales, observándolo con deseo.— Podemos poner fecha cuando lo desees... Una ceremonia secreta, nuestra... —deslizó su cadera hacia atrás para que sus entrepiernas se frotaran.— Mientras podemos practicar como hacer bebés...
Jia Er Jackson Era cierto, Mark había sobrevivido muchas veces a entrenamientos como esos, eran totalmente peligrosos pero llegaba sano y a salvo, aun así temía que algo le ocurriera ¿Que hacer en ese mundo sin él? Seguramente se expondría al sol para hacerse cenizas, no podía pensar en un mundo donde no estuviera el, más teniendo esa eternidad de su lado, no podría. Ya lo había pensado mil veces y su respuesta seguía siendo la misma, nadie le enamoraría como lo hizo y hacía día a día el Seelie. —¿Cachorro?—Solto una suave risa, le encantaba como este estaba hablando de su futuro hijo. Incluso pensarlo le dejaba las emociones expuestas. Entendía que debían informarse antes que todo, tenían la eternidad para ver como traerían al mundo una nueva vida, pero conociendose, a ambos, estarían investigando por sus medios esos días hasta dar con la respuesta. Cuando se entusiasmaban con algo lo llevaban a cabo. Se dejo recostar sin quitar la mirada de su amado, era hipnotizante, le encantaba. Era justamente eso, siempre vio peliculas o leía libros donde las peticiones matrimoniales y noviazgos eran exagerados, quizás si debió prepararse para algo como eso, pero ¿Que había más hermoso que decir algo cuando lo sentía? Era como si las palabras no querían quedarse más tiempo en su boca, necesitaba sacarlas. —Me gusta lo de nuestra...—Pronunció poco antes de dejar que sus labios se formaran en una sonrisa más provocadora, esa forma de hablar del Seelie, lo excitaba.— Entonces lo intentaremos hasta conseguirlo...¿Crees poder aguantar mi ritmo? —Ser un vampiro tenia sus beneficios, entre ellos era el no cansarse jamás, llegar al orgasmo y sentir como esa temperatura una vez más consumía su cuerpo, volver a empezar y repetir la acción, era el quien debía seguir el ritmo de Mark, puesto que no podía tenerlo todo el día teniendo un orgasmo tras otro.
Mark
Se sonrío, sí, sería su cachorro, el de ambos, estaba seguro que alguien se pondría feliz de todo eso y era su padre. No había pensado aún en que la idea de ser abuelo lo alegraría a Sergei, era un ruso duro y sin sentimientos, pero sabía que un nieto lo ablandaría incluso si lo intentaba disimular, quería compartir esa alegría también con la familia de Jackson, y lo intentarían si éste lo deseaba, aunque claramente después de haber plantado a la novia que tenía el menor no creía que la familia de él recibiera bien la noticia, pero esa decisión se la dejaría a su vampiro hermoso. No necesitaban más que una velada romántica, un poco diferente tal vez, más decorada, más formal, para declararse su amor eterno, dar unos votos escritos con el corazón. Realmente no necesitaba grandes demostraciones de afectos, Mark continuaba siendo horrible para expresarse con las palabras, su cuerpo lo hacía cien veces mejor, incluso cuando solo se trataba de escuchar los latidos de su corazón. — A ti también vengo sobreviviendo, mi amor...— Murmuró contra sus labios tomándolos con pasión ya sin medirse en utilizar su sinhueso. El seelie sí se cansaba y si bien por contacto podía robar un poco de las energías de Jackson para no agotarse deprisa en algún punto de la noche no podía más, aún así era hermoso dormirse tan cansado y feliz a su lado. Se sentía tan protegido entre sus brazos. Se apartó para quitarse la playera y comenzó a desabotonar la camisa del alemán, le encantaba cuando las utilizaba, lo hacían ver como todo un vampiro serio y experimentado, además le encantaba su perfume, lo volvía loco. Lo único por lo cual había convencido al menor de colocar aquel dosel de tul fue porque era victoriana la decoración de la habitación y lo hacía sentir todo aún más sensual, mágico, justo entre los mundos con los cuales le gustaba jugar al seelie.
Jia Er Jackson Un futuro juntos, solo eso quería, no le importaba nadie más en ese mundo, ni su familia, ni nadie, amigos ni siquiera tenían, todo eran ellos, no necesitaba ver a nadie más para ser feliz, Mark tenia toda la felicidad que queria, el verle sonreir era todo, esa hermosa sonrisa era su todo. Quizás sus razas eran muy diferentes, pero tampoco fue un impedimento para ellos, incluso al conocerse como humanos, ya eran diferentes, muy diferentes. No entendía como Mark pudo enamorarse de él, de alguien sin sentimientos, sin saber amar y arriesgarse a cualquier cosa, por otra parte, no penso enamorarse de esa forma, no creía cierto el sentir algo como eso, cariño, amor, el Seelie le enseño todo, más que enseñar, le mostró la parte del mundo que consideraba perdida. Perdido en el sabor de sus labios, las telas comenzaban a ser un estorbo, y Mark lo entendió. Apenas se separaron para deshacerse de ellas, ver como este desabotonaba su camisa era una escena tan sensual que no aguanto devorar sus labios una vez más, quito la tela dejandola caer al suelo, y así volvió sus manos hasta la cintura de su amado la cual apenas acarició, puesto que no se estaría con rodeos y busco acariciar la erección de Mark por sobre la tela. La posición le ayudaba bastante, llevo sus labios hasta el cuello de este y asi descendiendo, sus clavículas, su pecho, sus rosados botones, los cuales succiono y atrapo entre sus dientes. Podía sentir como la sangre viajaba por el cuerpo del Seelie, deteniendo principalmente en el cuello, era una gran tentación más aun después de tenerlo tan lejos. La sangre del ser amado era la más llamativa para los vampiros, a la que menos podían resistirse, y la más embriagadora. —¿Puedo?...—Quizás no debía pedir permiso, pero el beber la sangre de Mark debilitaría al contrario, lo cual lo cansaría más rápido, pero siempre podían arreglarse problemas como esos.— Roba mi energía mientras... Tocame.—Susurro contra su oído en lo que su lengua se encargaba de marcar la zona donde se concentraba la sangre.
Mark
Tenía colegas, maestros, pero ya no se metía con nadie más, había aprendido de sus errores, mientras las relaciones se mantuvieran solo profesionalmente su vida sería más sencilla, pretendía tener una larga y estable vida a su lado dentro de lo que ambos podían y de momento todo marchaba sobre ruedas. La temperatura se elevaba y con ello el ritmo cardíaco, con seguridad Jackson lo escucharía con más fuerza que él, tenía curiosidad de saber como percibían los vampiros aquellos latidos pero estaba demasiado excitado como para iniciar un interrogatorio, más cuando tenía la boca adversa contra su pecho. Suspiró acalorado mientras se mordía el labio inferior, los roces contra su hombría lo volvían loco, el haber estado lejos de su pareja lo tenían tan sensible. Asintió varias veces, la sensación de ser mordido por él nunca dejaba de causarle lo mismo que las primeras veces que bebió de él. Había esperado demasiado aislado en esas montañas como para esperar más así que no dudó en alzar la cola para poner distancia entre sus cuerpo y comenzar a quitarle las prendas inferiores al chico, tanto su pantalón como el boxer, no lo necesitaban en absoluto. Jadeó contra su oreja sabiendo lo débil que era Jackson a ese tipo de cosas mientras comenzaba a masturbarlo contra su erección, la cual había quitado de la prisión de las telas con motivo de frotarla contra la adversa, Entre el acto de los roces entre las pieles es que comenzó a robar poco a poco las energías foráneas, con lentitud para poder sentir los efectos de la mordida que llegaría en breve.
Jia Er Jackson Sentir como la temperatura tomaba su cuerpo le recordaba su cuerpo humano, puesto que su cuerpo no podía sentir nada absolutamente nada más que las caricias del Seelie. Las heridas, el roce, tacto, aquellas eran sensaciones superficiales, recuerdos que tenía de ser humano, aun conservaba aquello, pero terminaría perdiendolo con el tiempo, la eternidad lo llevaría a vivir con lo que era su nueva naturaleza. Había aprendido a controlarse con respecto a la sangre, todo un sufrimiento pero lo había logrado, por ende podía esperar los minutos en los que se deshacía de las telas con la ayuda de su pareja, su cuerpo necesitaba esa libertad y el sentir el roce de sus pieles. Atraerlo una vez más, dejando que el calor entre ellos se incrementara y ese deseo por beber su sangre, llenarlo de placer con tan solo una mordida. —Hermoso...—Pronunció tras ese jadeo en su oído. Lo excitaba demasiado escucharlo, sobretodo que este lo hiciera en su punto debil, dios, como le encantaba. Pudo sentir como sus energías comenzaban a desaparecer pero mientras lo hacian nuevas aparecían, por lo que debía incrementarlas para que Mark lograra robar de él todo lo que quería. El dolor del crecimiento de sus colmillos lo perdió, ya ni siquiera notaba cuando estos brotaban, solo sentía el peso de su boca y los roces de los afilados colmillos contra sus labios. Clavo sus colmillos en el cuello de Mark enterrando hasta el final los afilados dientes. la sangre comenzó a salir de inmediato y sin esperar más, comenzó a succionar el elixir rojo tragando como si bebiera un vino, siempre deleitandose con el sabor y ese aroma. No dejaría aun lado lo sexual simplemente por dedicarse a darle placer con una mordida nada más, sino que sus manos con la mayor naturalidad tomo las nalgas de Mark apretandolas con fuerza mientras loa cercaba más a su cuerpo para dejar que sus cuerpos no solo se rosaran sino que su erección se frotara contra su trasero.
Mark
Entre los besos fue quitándose con ayuda de su amado los pantalones, no quería tela alguna entre sus cuerpos ni sobre la cama, así que las hizo volar al suelo, una vez sus anatomías quedaron despojadas de toda prenda el calor en vez de disminuir al encontrarse desnudo solo fue en aumento considerablemente. Suspiraba con cada caricia pero no era nada en comparación a sentir como esos filosos colmillos se clavaban en su piel. Gimió contra su oído intentando no perder la concentración y es que el placer de la mordida y el efecto de éxtasis era muy difícil de ignorar. Robaba sus energías de forma intermitente pues entre el placer olvidaba que tenía que seguir tomando sus energías vampíricas. Dios, es que el ruso se había criado entre los libros de Anne Rice, por lo cual tener de pareja a un chupasangre era algo que lo emocionaba el doble que si se tratara de otra criatura. — Jackson... Te amo...—Espetó moviendo sus caderas para que la erección impropia comenzara a jugar con su entrada, haciendo que sus gemidos y suspiros se volvieran más ansiosos por ser suyo, todo su cuerpo quería pertenecerle una vez más. En él había encontrado a esa persona que le permitía sentirse libre y querido a la vez, pero que a raíz de ello quería pertenecerle cada día más. Era un sentimiento encontrado, opuesto, pero tan claro como el agua. — Lyubimyy... No te muevas...— Acarició con una de sus manos el costado derecho de su cuerpo hasta llegar a la hombría adversa que ya se encontraba lista para el acto pero no quería metérsela de golpe, aquella vez le haría entender que era solo suyo, que Jackson le pertenecía y lo haría con sus encantadores métodos de seducción. El ruso comenzó a mover su pelvis ayudándose con su mano sosteniendo el miembro ajeno para así hacer que el glande impropio se rosara directamente con su entrada y poco a poco fuera introduciéndose en él, la apartaba cuando sentía que podía ingresar un poco más y luego regresaba a que continuara dilatando la zona, hasta que finalmente se introdujo aquella extensión soltando un gemido más erótico, aquella noche no dejaría que lo pudiera contra el colchón, lo había extrañado demasiado como para sentirse sumiso, además de que era complicado domar al muchacho.
Jia er Jackson El sabor de la sangre era diferente dependiendo de cada raza, de cada persona, pero la más exquisita era la de Mark, no por ser su pareja ni nada de eso, estaba ya enamorado de él, por lo que sabía en ese momento de donde veía la respuesta a la pregunta del exquisito sabor del seelie, pero si recordaba el pasado, la sangre de Mark siempre fue para él la más exquisita, siempre tuvo frente a él la respuesta a sus sentimientos, solo que no se entero hasta saber más de su raza. Había estado enamorado del seelie mucho antes de lo que pensaba. Siempre había querido dejar la marca de sus colmillos en la piel ajena, más le encantaba tanto esa belleza de su hermosa piel que por más que intentetara dejar una marca, no podía ser en el cuello de este, era su parte favorita de su cuerpo, como sus labios y ese hermoso culo que tenía, redondo, perfecto, no podía contenerse a tocarlo siempre que lo tenía cerca, tampoco comenzaría a privarse de hacerlo, era su pareja solo suyo, si alguien más lo veía que se enteraran que Mark tenía dueño, él. Separo sus colmillos de la piel de este lentamente, una gota de sangre recorrio desde sus labios a su mentón cayendo en la clavícula del mayor, nada que su sin hueso no pueda resolver, además de eso, ya se había encargado de cerrar los agujeros en la piel de este. Apreto sus labios para evitar que un gran gemido saliera de su boca, sentir como Mark jugaba con su erección en su entrada, mierda, además lo estaba haciendo tal y como le encantaba, lento, disfrutando de cada uno de los roces de su cuerpo con el de este, ingresando lentamente. Mierda, podía penetrarlo en un solo movimiento, pero se sentía tan bien ir lento, al igual que desesperante, lo había extrañado tanto, lo necesitaba, luego podrían hacer el amor lento. —Amor... Te extrañe demasiado, no juegues conmigo.—Se quejo tomando las caderas de este, más solo las apreto y no forzo ningún movimiento.— Muevete... Hazlo. Amor de mi vida...—Susurro entre pequeños jadeos.
Mark
Se encontraba deliciosamente mareado como cada vez que Jackson bebía de él, si bien había robado de sus energías esa sensación perduraba como si fuera un efecto que nunca se podría saltar, lo agradecía pues le encantaba en demasía. — Shh~ tú solo disfruta...— Murmuró en un susurro. No lo estaba fastidiando como normalmente hacía para que se excitara más, solamente buscaba la forma de que sus pieles fueran deseándose de forma ascendente, poco a poco, con lentitud. Sentir el agarre contra su cadera lo hizo sonreír, si cuando era humano le costaba controlar sus impulsos podía imaginar lo mucho que le estaba costando controlarse siendo vampiro. Con toda esa sangre caliente corriéndole por las venas y luego de haber estado separados durante tanto tiempo. Comenzó a mover las caderas para que la hombría fuera rosando contra sus paredes internas, que sintiera lo apretado que se encontraba, quería que todo sucediera de forma diferente, no porque no le gustaba la forma en que lo hacían siempre, si no porque aquella noche era especial, le había propuesto sin tapujos el hecho de ser padres, de pensar en dejar de ser egoístas y enfocar su atención en una tercer persona, una que no se interpondría en su amor si no que lo haría más fuerte. Ese chico era diferente a todo lo que conocía y era por ello que sabía que era el que quería elegir, al único que le había propuesto algo tan serio. Sus movimientos se iban intensificando a medida que la excitación subía, se relamió los labiales puesto que se encontraba casi chocando su frente contra la adversa observando directamente a su rostro para no perderse ni una sola mueca. Le encantaba saber que también lo estaba disfrutando tanto como él.
Jia er Jackson Los efectos de la sangre de su amado por más que intentara acostumbrarse, no lograba que el efecto alucinógeno no le afectara en absoluto, aunque el control lo tenía mucho mejor que en un principio, ahora sabía de que se trataba esa sensación, era como sentir las caricias de Mark en el interior de su cuerpo, dandole placer tanto como lo hacía con su cuerpo. Parecida a la sensación de estar borracho, pero tampoco llegando a aquella de estar completamente drogado para imaginar cosas, lo cual le llevaba a recordar su primer beso, producto de lo que creyó imaginar. Un beso para contarle luego a su hijo. No era de admitir algunas cosas, entre ellas que le encantaba cuando Mark tomaba el control, como en ese momento, que debía dejarse llevar por cada uno de sus movimientos, el ritmo de este y controlarse, el gran esfuerzo que estaba haciendo por no aumentar el ritmo ni mucho menos por tomar el cuerpo de este sobre la colcha y hacerlo suyo a tal velocidad donde lograran tener más de un orgasmo, por su parte, de no cansarse su pareja. No podía mentir, pero ver su rostro lleno de excitación, sentir como sus alientos chocaban, lo disfrutaba en demasía. Entre las tantas cosas que amaba de Mark, ver sus ojos era una de ellas, sus besos, escuchar su voz al gemir, tocar su cuerpo, disfrutar de cada parte de su hermosa piel. Podría pasarse la vida entera hablando de todo lo que amaba de él, y era que cada día este lo enamoraba, todos los días de diferentes maneras. —Te amo...—Susurro sobre los labios ajenos sin dejar de ver esos hermosos ojos.— Muchísimo...—Capturo los dulces en un lento y apasionado beso en comparación a los movimientos que este tenía.— Seremos buenos padres...Ya quiero verte con esa flor...
Mark
No sería la primera ni la última vez que harían el amor con más felicidad que lujuria. Poco a poco la vida de ambos se iba entrelazando en sentimientos y decisiones que tomaban juntas. Desde el vivir juntos que no dejaban de apostar por el otro, sin títulos que podían llegar pronto o no, lo que a ambos les importaba era ser ellos mismos, con defectos y virtudes, aprendiendo de su nueva vida, olvidando todo lo que habían sufrido cuando aún eran humanos porque ya habían tenido suficiente. Era tiempo de buscar constantemente la felicidad, no había otra manera de explicarlo, cada vez que se decían 'te amo' su corazón parecía querer salírsele del pecho. Sus besos y caricias servían incluso para contenerlo, para hacerlo sentir mejor cuando había tenido un muy mal día o cuando sus energías estaban por los suelos culpa de los entrenamientos. — Lo seremos, amor...—Murmuró contra su boca devorándola una vez más. Aprenderían, seguirían consejos y lo más importante educarían al pequeñito con todo el amor que ellos no tuvieron de niños. Habiendo nacido en hogares con poco afecto a ese bebé no le faltaría nada, pero ambos tendrían el suficiente carácter como para no dejar que fuera un caprichoso. Le enseñarían, le explicarían, por su parte no recibiría ni una sola mentira pese a poder manipularla y sabía que Jackson se mostraría igual de sincero, por ende las preocupaciones estaban en conseguir la información que necesitaban para crear a su bebé. Mientras, seguirían practicando como si pudieran hacerlo ellos solitos.
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Sheep hunting [Mark]

➡ Privado 📝 Sheep hunting 📆 Domingo 26 de Marzo ⌚ 01:00 hs 🏠 Afueras de la ciudad | Bosque Una semana, una maldita semana buscándolo. Maki había llegado a la casa a la hora del mediodía, cansado pero feliz porque tenía algunas cosas que contarle a Axel, finalmente se sentía bien, había drenado todo su estrés con un poco de sexo, pero de buen sexo, pero se llevó una sorpresa al saber que éste se había marchado dejándole una puta nota y nada más. Para qué mentir si sintió que iba a morirse en ese instante. Lloró, no podía creer que lo hubiera abandonado de esa forma, en verdad no podía soportarlo. ¿Tendría algo que ver con esas cosas que le había dicho mientras se duchaba? Perdió largas horas sentado en el suelo de la cocina llorando llegando a la conclusión de que tal vez debía matarse. ¿Quién lo buscaría? ¿Quién lo extrañaría? Si Lobo no estaba allí la vida no tenía sentido en absoluto. Creía que la mejor forma de matarse era con su propia arma así que fue a la habitación en búsqueda de su ballesta, pero se percató de algo más. Lobo se había llevado sus cuchillos y su máscara. " Ey... ¿No qué Lobo y Oveja somos uno solo?" Hizo una ligera mueca, en eso tenía bastante razón. Observó las paredes como si se estuviera despidiendo del lugar, pero allí no había despedida que le interesaba, ese no era su hogar ni nunca lo sería. Tampoco le importaba perder su trabajo, no dio aviso a la biblioteca ya que no sabía si regresaría con vida, simplemente tomó sus cosas y desapareció. Siete días tardó en encontrar su rastro, mejor dicho, en seguirlo, estudiarlo y finalmente decidir que ese era el momento indicado. Era de noche y hacía algo de frío, su capa negra lo abrigaba apenas pero incluso algo tiritante su pulso no se modificaba en absoluto. Sacó su arco y flecha porque el ruido metálico de la ballesta lo alertaría, estiró el cuero apuntando a la nada. Los latidos de su corazón palpitaban contra su oído, sin distraerlo hasta que finalmente a través del rabillo de la máscara pudo divisar las sombras cobrando vida. Soltó la flecha sonriéndose al escuchar el quejido, le había dado en la pierna. Se tomó todo el tiempo del mundo en tomar su mochila y caminar hasta el hombre caído ya que no podría huir, la flecha estaba revestida con un ungüento que paralizaba el cuerpo, así que poco a poco ambas piernas lo harían caer al suelo y aunque se arrastrara con los brazos, solo causaría que la sustancia se desplazara rápidamente por toda su anatomía. — Si huyes como una oveja deberé cazarte como un lobo. Musitó en un grito caminando detrás de él hasta que su amigo solo podía mover la cabeza. De una patada lo volteó boca arriba y lo observó unos minutos. Si lo mataba en esos momentos todos sus problemas estaban acabados, Lobo tendría una mejor vida en el más allá, no habría enfermedad ni dolor que lo alcanzara. — ¿Sabes que hubiera pasado si esa flecha tuviera veneno? —Se agachó poniéndose de cuclillas frente a él, quitándose la máscara de lobo, ellos tenían las máscaras intercambiadas por una razón, ambos eran uno solo. Lo observó a los ojos antes de hablar.— Yo también puedo matarte, Lobo... No eres el único asesino aquí, puedes tener más fuerza que yo, pero mi inteligencia es superior gracias a esos hijos de puta... Estiró la mano hacia la flecha clavada tomándola pero sin dejar de observar sus ojos, quería observar el dolor que causaría cuando giró sobre la carne la flecha.— ¿Crees que debes cuidarme de ti? ¿Quién te crees? Aquí nadie está al cuidado de nadie. Somos uno solo. Tenemos un solo objetivo. Fuera de esta ciudad somos mierda... No jodas ¿Crees que ibas a encontrar algo mejor lejos de aquí? — Molesto, enfermo de rabia continuó moviendo la flecha en la herida— Así que te dejaré bien clara las cosas... como vuelvas a irte sin avisarme la próxima flecha te la voy a hacer tragar. No me subestimes, Lobo. No te atrevas a subestimarme nunca más. Arrancó la flecha de un solo jalón y la dejó a un costado, abriendo la mochila sacó el botiquín que siempre usaba para curarlo cada vez que se lastimaba, para ver mejor se quitó la máscara dejándola en el suelo frío, desinfectó la herida con alcohol para luego echarle povidona yodada así comenzar a vendarle la lesión. — Sabes que te quiero... que daría la vida por ti. No me obligues a hacer estas cosas porque yo no juego, tú tampoco lo haces. Prometí encontrar ayuda para ti, prometí que dejaría que mataras con tus propias manos a ese médico, pero estoy en una cadena sucesiva de errores, por lo que no puedo tomar más riesgos... Al terminar de vendarlo guardó todas sus pertenencias en la mochila, aunque sacó una tableta de ibuprofeno metiéndosela en el bolsillo del pantalón obviamente para que apenas pudiera mover las manos las tomara y así reducir el dolor. El finlandes ya sabía lo que debía de hacer y era necesario que fuera solo a aquellos sitios oscuros o su amigo se encargaría de matar a todos los maleantes incluso antes de llegar a un trato. Tomó los cuchillos de lobo colocándoselos en la mano, cerrándole el puño, en caso de que algún animal salvaje se viera atraído por la sangre podría defenderse. Se puso de pie colocándose la máscara y pateó la flecha junto con algunas hojas y suciedad del piso hacia la cara de Lobo. — Esto es tuyo, para que recuerdes que puedo matarte cuando lo desee, al igual que tú a mi. Búscame cuando logres moverte, estoy seguro que si una oveja puede encontrarte tú puedes hacerlo. Con aquellas últimas palabras y su convicción firme se dio la vuelta alejándose en el bosque pero hacia la ciudad, de regreso a esa ciudad que le pertenecerían en la noche. Sabía que su amigo no se marcharía luego de eso, ellos eran uno solo, juntos podían enfrentarse hasta el mismísimo demonio, por separado sabían defenderse y sobrevivir, pero no durarían más que escasos meses. Por eso había ido a buscarlo... porque no lo quería muerto por otras manos que no fueran las propias. Si debían morir, debían matarse mutuamente.
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