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Ficha.

➡Nombre: Maxwell Björman ➡Edad: 17 ➡Progenitor divino: Hermes. ➡Campamento original: Campamento Mestizo. ➡Historia: 

La señorita Björman no tenía demasiada importancia en Noruega. Era una joven veinteañera muy atractiva, y bastante astuta y habilidosa. A pesar de su corta edad, aquello debió ser lo que llamó la atención de Hermes, pues no tardó en buscar alguna forma de que ambos pudieran coincidir. Y así fue; el dios terminó haciéndose con el corazón de la mortal en menos de lo que se tarda en decir su nombre completo. El tiempo que pasaron juntos, fue todo lo sincero que podía, pues Hermes le explicó su condición divina, y la joven no pareció inmutarse; lo que sentía por él le parecía más fuere. Sin embargo, aquella relación, como era de esperar, no duró mucho, y Hermes la abandonó sin decirle nada. Aquello fue peor cuando la señorita Björman descubrió que estaba embarazada. Embarazada de mellizos de aquel ser que había pasado de amar, a odiar en cuestión de minutos. Se planteó abortar, mas sabía que no podría hacerlo; por mucho asco que tuviera a su padre. Nueve meses después, nacieron los mellizos Matthew y Maxwell, y se dijo que haría lo posible por cuidar de ellos. Sin embargo, el plan se fue torciendo; los mellizos iban haciéndose mayores, y los problemas eran uno tras otro. Se dedicaban a estafar, y a hurtar cosas; eran muy buenos escabulléndose, pero había noticias por el pueblo, y sabía que eran sus hijos. Aguantó, y aguantó, hasta que renunció a ellos. Era demasiado joven para dos hijos. Odiaba a su padre, y verlos sólo le traía el recuerdo de quién los había engendrado. Y además, no podía sobrellevar tantos problemas. Así los mellizos acabaron en un orfanato. Max estaba resentido. Odiaba con toda su alma, no sólo a su madre y a su padre, a todo el mundo. A los demás niños, a los padres de esos niños. Excepto a Matt, por supuesto. Sentía que el mundo ya era lo suficientemente desgraciado como para que ellos fueran abandonados. Una familia rica adoptó a los mellizos Björman, y a sus ojos todo era perfecto. Sin embargo, Max y Matt no querían ser precisamente adoptados. Su casa era impresionante, y estaba llena de objetos de muchísimo valor… objetos que podían robar. Fue entonces cuando los Björman mejoraron su técnica de robo. Uno distraía, mientras el otro actuaba. Ambos tenían las mismas habilidades, mas Max era un as a la hora de engañar, contar mentiras, engatusar y distraer, mientras que a Matt se le daba mejor pasar desapercibido y abrir cerraduras, o llevarse objetos sin siquiera una alarma sonando. Eran el equipo ideal. Pasados pocos meses, estaban hartos de todo aquello. Querían libertad; así que se dedicaron a armar líos gordos hasta que volvieron al orfanato (con una mochila cargada de objetos que valdrían más de lo que tuvieron en su vida). Pensaban que aquello estaba hecho, que nadie los querría adoptar ya: eran dos, más mayores y su cara los delataba. Pero se equivocaban. Los adoptaron de nuevo, y se repitió la historia. Se pasaron su vida yendo de casa en casa, y volviendo al orfanato. Eran difíciles de llevar. Sin embargo, ya cuando ambos tenían 16 años, su plan se les fue de las manos. Habían pretendido hacerse con el coche del “nuevo padre” que los había adoptado. Era muy fácil, y un premio muy grande. Todo salió perfecto al principio: Max se lució más que nunca, nadie hubiese sospechado de sus intenciones. Y la mano de Matt colándose por el bolsillo de aquel hombre no la hubiesen detectado ni con escáneres. El problema fue cuando los hermanos se dieron a la fuga. La policía ya tenía aviso de andar con ojo con un par de pillos que se dedicaban al robo, y aquel fue el punto clave. Ninguno sabía realmente conducir, así que el coche traqueteaba e iba en zigzag, hasta que las luces roja y azul les hicieron parar. Iban a librarse, como siempre hacían, a base de palabrería, o de golpes, pues Matt sabía dónde pegar, pero cuando la ropa de aquella agente de policía se desgarró dejando ver un… monstruo, los hermanos se quedaron bastante sorprendidos. ¿Aquello era una Empusa? Cuando reaccionaron, y tras un par de ideas, lograron golpearla lo suficiente para que se fuera, aunque no eran capaces de creerse lo que había pasado. ¿Esa cosa había intentado matarlos a mordiscos? Volvían al orfanato sin el coche, bastante aturdidos, cuando se cruzó en su camino un… sátiro. Matt se puso alerta; demasiados bichos raros por un día. Sin embargo, cuando comenzó a contarles la historia, vieron el sentido. Max, aunque receloso, terminó por aceptarlo. Eran hijos de Hermes, por eso se les daba tan bien el… arte de robar, y distraer. Lo llevaban en la sangre. Fue el sátiro quien los condujo hasta el Campamento Mestizo. ➡Personalidad: 

Max es muy desconfiado, a causa del abandono de su madre. No quiere encariñarse y después que le den la patada. Parece muy serio, y lo es, en cierto modo. Como su hermano, sabe cómo hacer reír y bromear. Siempre ha sido lo que se podría llamar “falso“. Es de sonreír como un angelito y mentir como un demonio. Es un mentiroso compulsivo, y normalmente le va bien. Pocas veces han descubierto su engaño, y está muy orgulloso de ello. Le encanta mentir, y nunca siente remordimiento por ello. Se considera a sí mismo extremadamente encantador. Es tremendamente ligón. Y liga con cualquiera, sea mujer, hombre, ninfa o sátiro. Le gusta regalar cumplidos y poner cara seductora. Pese a ser desconfiado, entra en relaciones muy rápido, normalmente sin enamorarse. No cree que eso sea del todo posible, y miente a menudo sobre sus sentimientos. Matt es la única persona que podría decir que conoce a Max, ya que es la única persona a la que el chico aprecia. No se imagina sin él, pues son como dos partes de un mismo cuerpo. Parece poco profundo, pero lo es. Tiene un huracán dentro, de ira y rencor. Está orgulloso de ser hijo de Hermes, pero no está orgulloso de Hermes. Es muy despreocupado, temerario y atolondrado, llegando a la estupidez. No se preocupa de su propia seguridad, pero sí de la de los demás. No se perdonaría nunca si llegara a dañar a alguien. ➡ Defecto fatídico: La temeridad. ➡FC: Landon Liboiron