Tumgik
memenatworld · 6 years
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Lo que dejé atrás
Conversaciones a medias que ya no serán.
A tus inseguridades y mis detenimientos.
Dejé detrás ese horizonte que me pintaste en el alma mientras no hacía falta mediar palabra, pues todo se decía con la mirada.
A la valentía y la cobardia que se escondía en cada acción ejecutada o que aguanté.
Dejé a esa mujer que fui por y para ti.
Dejé detrás el futuro más cómodo.
Te dejé a ti.
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memenatworld · 7 years
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La historia de un amor que no era amor
Por mucho tiempo le he dado vueltas a este asunto que tengo entre pecho y espalda. Después de todo, fueron casi 4 años de mi vida los que viví en un “infierno elegido”.  Pero me voy a confesar: amar lo que se dice amar, nunca lo he hecho. A mis 25 nunca me estado enamorada de nadie, aunque sí que una vez creí que lo estaba.
Fue así: era amistad, el mejor tipo de amor viene de allí, o al menos eso dicen. Nunca hubo un sí o un no, ni un intentemos. Nunca quedamos en nada, pero sí nos quedamos ahi. Había afinidad, había cariño, había complicidad, y hubo pasión, hubo historias compartidas, bromas privadas, palabras inventadas, hubo una ternura que aún nos marca los corazones, todo eso hubo. Pero el problema fue que también hubo rencores, y manipulaciones, hubo veces que si era no, y no era si, y nunca lo interpretamos. Hubo mentiras. Porque sabemos que yo mentí, pero tú también. Que hubo peleas, que hubo gritos, que se dijeron cosas que difícilmente podamos olvidar. Que lo que hubo fue la más tóxica relación alguna vez vista, esa que confundes con pasión, esa que confundes con amor. Esa que creías que iba a ser la historia de amor más bonita jamás contada y terminó con un parecido de espanto con esa película de Ben Affleck, Perdida, donde se queda con ella porque qué más, porque a veces el dolor une, pero ata inhumanamente, extrañamente, y con un borde de amargura que de a poco va consumiendo el alma.
Esta es mi reivindicación:
Me he arrepentido de pocas cosas en mi vida, y aun así, tú no eres una de ellas.
Lo que vivimos, lo teníamos que vivir. Había que vivir la mentira para que cuando la verdad nos toque las narices la sepamos reconocer.
Aunque no me arrepiento de nada, sí que me hubiese gustado que las cosas fueran diferentes.
Que tus miedos no me marcaran desde el día uno, porque yo no era ella, porque ella no era yo. Porque aunque ella también gustaba de la música de Avril Lavigne, nunca fuimos ni remotamente parecidas, excepto en una cosa: ambas creímos que te amamos, pero no fue así. Y ahora lo sabes, ¿verdad? Ella, como yo, tampoco te amó. Pido a Dios que lo hayas entendido, por tu bien, cariño mío: no, el amor no va de la mano con el dolor. No tiene que ser siempre así. No ama más el que sufre más, no te ama más aquel por el que luchas. He allí el detalle, a veces el amor es o no es, y hay que dejarlo ser, o no ser. Pero bien, ¿qué carajo sé yo de esto si lo primero que hice en este post fue reconocer que NUNCA HE AMADO?
El nunca haber amado no quiere, ni de cerca, decir que nunca he sido amada. Tú amas el amor, y amas como muchos quisieran ser amados. Por eso me quedé tanto tiempo, porque la parte más egoísta de mí, quería quedarse con eso, con todos los colores que le dabas a mi vida. Pero verás, al cabo de un tiempo, para una persona que no tiene el corazón negro, esto se vuelve más una carga que un alivio ¿sabes? Yo sé lo que fui para ti, y reconozco todos mis errores. A ratos me siento la mala de esta película, y ¡claro que lo fui! yo mentí y juré que no lo hacía, yo dije que te amaba y cuando tuve que romperte el corazón, lo hice sabiendo bien que yo era la villana de tu película, y no sabes cuánto me hubiese gustado ser la protagonista, la que te sana las heridas. Pero terminé siendo la que las reabre, la que te saca el corazón, y lo pisa, que te  echa limón y vinagre en la herida y la remueve de vez en cuando para verla en carne viva. Esa fui. Y no estoy orgullosa de ello. 
Sé que mereces más y mejor, que quizás el karma venga mañana por mí, y lo voy a aceptar. Eres mi herida de guerra, esa que guardo secretamente en el alma y que aún a veces me arranca lágrimas. Lloro porque a veces la vida, Dios y el destino tienen esa manera tan rara de obrar: de sentirme segura y amada a tu lado, respetada y comprendida, pero no ser capaz de darte lo mismo en retorno. Creo que es la peor de las ironías. Tener todo lo que cualquiera querría, y aún así sentirte vacío. 
No me queda más que decirte que de corazón espero que tengas una buena vida, que los monstruos de tu pasado, entre los que ahora me incluyo, permanezcamos bien metidos allí, en el pasado, y que jamás leas esto, o que cuando lo hagas, no sientas absolutamente nada. Pero que lo termines de leer sabiendo que: sí, es cierto, tenías razón, no te amé, pero te quise como nunca quise a nadie, y  te quise amar tanto que dolía, pero no pude, por eso me fui con el cobarde “es por ti y no por mi” ¡Porque sí que era por ti!, 
...y hasta en eso te mentí, de hecho, también fue por mí: no quería sentirme la que no amaba, la que no daba, la que no escuchaba, la que saldría corriendo a la primera dificultad, la débil, la mala. No fue fácil irme, en tu amor se estaba bien. Pero tuve que hacerlo por ti, pero también por mí. 
Date: May 2015
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