Tumgik
memoriesechoingaway · 8 years
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Seduction to me is someone who’s able to have fun and embrace the moment, but not take themselves too seriously. That’s kind of attractive to me.
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memoriesechoingaway · 8 years
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Como si hubiera sabido, fui a mi casa hace apenas días. Me encontré con que mis padres no estaban tan enojados conmigo como creí. Y lo mucho que los necesitaba, hizo que mi orgullo se diluyera como agua. Los abracé mucho. Los días que estuve con ellos, volví a grabarme en la memoria el perfume de mi madre, y también el de mi padre. Aunque ya no se reían como antes y aunque creo que nunca me perdonarán por haberme ido del país, aún siento el calor del amor que me tienen. Sé que aprendí de mamá a no llorar frente a los demás… Pero también aprendí a ver cuando ella estaba tragándose sus lágrimas, y cuando me fui, lo noté. Estaba triste, tanto como yo, y tanto como mi padre. Les prometí que volvería. Odio romper promesas. Aquí, en New York, al volver, tenía la esperanza de poder arreglar las cosas con la persona que más amo. Pero no importó lo mucho que intenté, no pude romper la coraza que construyó tras esa tonta pelea. Sé que le dije varias veces que lo extrañaba, y que lo amaba… Pero no fue suficiente. Era de esperarse. Aunque tenía esperanzas de que esta vez saliera bien, en realidad nunca creí que pudiésemos tener un final feliz. Tuve que dejar el anillo contra mi voluntad. No quería deshacerme de él, pero ya que no quiso casarse conmigo, sentí que no me pertenecía. Le dije que debía quedárselo porque ya llegaría alguien con quien sí se casaría y le iba a servir haber gastado tanto dinero en un par de arandelas. Dejar ese simple anillo me llevó por lo menos diez minutos que fueron realmente eternos. Al final, y tras llorar todo lo que mi cuerpo pudo llorar, me retiré ya con mi mano desnuda. Me repito a mí misma que podré salir de esta también. Que debo seguir, y que todo va a estar bien, eventualmente. Intento imaginarme en diez años más, como mi psicólogo solía encomendarme cuando era adolescente, pero no veo nada. No hay nada. Creé toda una idea de que me vida sería con Mors y cuando él decidió dejarme atrás, me quedé sin nada. Por eso me voy. Llevaba meses pensando en este plan B de desaparecer, en caso de emergencias, incluso recolecté la información necesaria para hacerlo. Cambio de identidad, perfeccioné mi francés, tomé todo el dinero que alguna vez logré ahorrar. Nunca pensé que lo utilizaría en una ocasión así pero… Era esto, o morir. Y solo en este punto descubrí que nadie me quiso más de lo que yo me quiero a mi misma. Me perdí, pero me volveré a encontrar y cuando eso suceda, quizás regrese. Quizás no. Así que esta es mi carta de despedida, Saori. Espero que me entiendas, y por alguna razón creo que vas a enojarte pero luego entenderás y creo que hasta te alegrarás. O eso espero. Te quiero, y sé que lo sabes. Cuídate y responde: ¿cómo te ves en diez años? Ese es tu norte. No lo pierdas.
De Olivia a Saori (via imaginationisxeverything)
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memoriesechoingaway · 8 years
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memoriesechoingaway · 8 years
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memoriesechoingaway · 8 years
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memoriesechoingaway · 8 years
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When your RP partner is way better than you and you have to write your reply
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memoriesechoingaway · 8 years
Conversation
Saori: La gente tiene bebé bonitos
Hay cachao?
Nadie tiene bebés feitos aquí
Aaron: Es verdad
Y todas las parejas son guapas
Y uno aquí gordito peludo
Saori: Jajajaja
Gordito dice
El vigorexico
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memoriesechoingaway · 8 years
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Age is just a number. Yeah, what’s the number?!
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memoriesechoingaway · 8 years
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Young & Hungry
You going down?
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memoriesechoingaway · 8 years
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Theo James and Kate Beckinsale at the New York Comic Con
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memoriesechoingaway · 8 years
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All things black and velvety please 🕷 @nobodyschild
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memoriesechoingaway · 8 years
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New York. Jersey. 10:30pm. – Mors. Me amenazaron. – ¿Quién? ¿Dónde estás? –… –  Olivia. Dime dónde estás, iré de inmediato. – Maldición. Recibí una llamada y explotaron un vehículo en la misma cuadra. Estoy segura de que no deberías pasar por mí, creo que me están siguiendo. – No importa, dame tu ubicación. – MORS BOURNE, si te ven quizás te maten directamente. Es lo que quieren en todo caso. Capaz lo saben y están buscando usarme de carnada. – Les va a funcionar, no iré solo. Tenemos francotiradores, puedo tener gente ahí en un minuto. – Oh, fuck. Oh, no, no… No. Oye, Mors, te amo. No te preocupes, lo arreglaré. Veo la camioneta de ellos, creo que vienen. – ¡La puta ubicación, Olivia! 
Brooklyn. 12:00am. La experiencia de estar atada a una silla no era nueva, tampoco la de ser retirada de la calle como si se tratara de un secuestro. No, esos eras gajes del oficio que debía soportar. Sin embargo, era jodidamente molesto cuando eran las personas para las que ella trabajaba las que la habían mantenido cautiva, acusado de traidora y torturado. Ahora su rouge rojo estaba algo corrido, y su pelo alborotado. La habían logrado quebrar y había llorado del dolor. Aunque no le habían quitado la ropa como habían amenazado, tenía cortes en sus brazos y sangraba mucho. Quizás habían tenido la intención de asesinarla pero no habían logrado tal daño. Olivia creía que estaban guardándola para el jefe. Él de seguro quería hacerse cargo de forma personal. Toshio siempre había sido benevolente con ella por la obsesión que guardaba con la rubia, pero lo ocurrido con Mors había sido una doble falta. Olivia había desafiado no sólo la autoridad, sino también la hombría de Toshio. Había rechazado su “amor” y se había unido con la principal competencia. El olor a humedad era asqueroso en ese lugar. Apenas un simple foco alumbraba todo el sótano donde estaba cautiva. Los ojos de la rubia denotaban el cansancio, y el dolor que podía llegar a sentir. Sentía sed, y mucha hambre, pero principalmente sed. Su cabeza dolía mucho, quizás como consecuencia de los golpes en su rostro. Tenía un leve corte en su pómulo izquierdo y del lado derecho, su labio inferior sangraba. Había repasado la habitación con su mirada ciento de veces. Algo que la ayudara a escapar, a desatarse al menos. No había nada afilado al alcance, pero tenía la ventaja de estar sentada en una silla de madera que rechinaba si se movía de un lado al otro. Significaba que era vieja y como tal, era fácil de romper… En teoría. La real situación estaba afuera de ese sótano, escaleras arriba. Según el ruido que hacía cada uno al subir los escalones, la rubia había deducido unos dieciséis escalones hacia arriba. Allí, podía haber una incontable cantidad de tipos que la abatirían sin muchas dificultades. Su mejor opción era una pequeña ventanilla de respiración que no estaba muy lejos del techo. Parecía una entrada para ratas pero si se esforzaba, luego de zafarse de sus ataduras, podría salir. Y debía, lo más rápido que pudiera, antes de que el hermano de Saori llegara y terminara con ella. Estaba segura que si no huía, moriría ahí mismo.
Olivia cerró los ojos y suspiró. El esfuerzo que implicaba todo eso era demasiado, no creía tener las energías, pero debía. Debía salir de allí. En eso, el vidrio de aquella ventana que había estado viendo hasta recién, estalló. Aun así, por algún motivo o quizás por cómo la había roto, no había hecho tanto ruido. La rubia entornó la mirada, confundida, ¿qué demonios estaba pasando? Una mano masculina retiró los vidrios casi sin mucho cuidado, pero por algún motivo, no notó sangre. No se había cortado. Mientras ella ladeaba el rostro, aun tratando de entender qué pasaba, unos ojos extraños recorrieron el lugar asegurándose que no había nadie más que ella allí y luego, arrojaron un arma. Olivia observó el objeto en el suelo y miró de reojo hacia la puerta que daba a las escaleras. Nada, al parecer la gente de Toshio aún no notaba la presencia de unos terceros allí. La británica volvió a mirar el arma y pensó, enseguida alzó sus ojos verdes hacia la pequeña ventanilla, un hombre ya estaba intentando caer desde allí, metiendo primero sus piernas. - ¿Mors? –Preguntó en voz baja. Conocía a su pareja, y aquel no era él, pero ¿quién más podía ser? Se trataba de un hombre que no había visto nunca en su vida. Era joven, no podía tener mucho más que ella, y por supuesto, no era asiático. Llevaba un arma de cañón largo colgando de su pecho y ella lo notó en el momento en el que se agachó a tomar el arma que había arrojado antes de entrar por su cuenta. - Mors nos envió. Venimos a sacarte de aquí –fue todo lo que dijo, en una especie de presentación que ella demandaba con la simple mirada. En su cabeza pensó: ¿venimos? Porque sólo estaba viendo a uno de ellos. No había terminado de pensar aquello que unos tiros se escucharon desde el piso superior, además de algunos golpes, gritos, pisadas y corridas. Olivia alzó la vista para mirar hacia arriba, como si pudiese ver lo que ocurría. - Debemos apurarnos, no tenemos mucho tiempo. - Si traes un cuchillo o algo, desátame –Le pidió ella, notándose bien lúcida de repente. Por suerte, ese enviado debía ser uno de los mejores hombres que el griego tenía dentro de su equipo. Parecía bien atento y preparado ya que sacó una navaja de algún lado. La desató en cuestión de segundos y fue gentil al esperar a que ella se pusiera de pie. Olivia tuvo que chequear que la sangre que había perdido gracias a los cortes que le habían hecho, no era demasiada y podía mantenerse en pie. Asintió más para sí que para su rescatista y lo miró de reojo, girando un poco y con cierta lentitud a pesar de lo que claramente ocurría arriba. Se acomodó su cabello y suspiró con calma. - Gracias –Fue todo lo que dijo e intentó sonreír. Aquel apenas le ofreció el arma que había arrojado desde un comienzo. Ella la observó, era normal, un arma común, de calibre moderado. Los ojos de Olivia volvieron al hombre, o más precisamente a su pecho. Entonces, alzó una de sus manos e hizo un gesto. - ¿Te importaría darme la grande? –Dijo, algo fatigada. Sí, estaba cansada y adolorida, pero aún podía darse cuenta de que lo que necesitaba. Por supuesto, su rescatista lo dudó, ¿darle la escopeta a una mujer y en esas condiciones? Olivia extendió el brazo sin mucha paciencia y por los ruidos, podía notarse que alguien comenzaba a bajar las escaleras. El tiempo presionó y cuando la escopeta por fin estuvo en sus manos, no tardó en prepararla y apuntar con uno de sus ojos hacia la puerta. Todo ocurrió tan rápido que la única lista para disparar era ella, y cuando el hombre de ojos achinados que le había propinado los cortes en sus brazos apareció tras abrir la puerta, ella no lo dudó. Disparó la escopeta causando un gran estruendo, como también un gran impacto sobre ese masculino que fue empujado hacia atrás hasta caer. Pronto, y muy rápido, apareció otro y ella lo supo reconocer. Era ese que se había reído con cada golpe, cada corte, y rió incluso cuando ella lloró. Olivia volvió a disparar, esta vez, apuntando hacia la cabeza. Una pared continua se manchó tras lograr el impacto que buscaba, poco antes de caer ese segundo cuerpo. Un tercero fue bajando los escalones de forma más lenta, ella estaba lista para disparar una vez más cuando notó que la persona que se asomó no era asiática, y de hecho, no lo conocía. Olivia relajó su rostro y alejó su mirada de la escopeta antes de escuchar un “¡es de los nuestros!”. Con esa confirmación, la rubia relajó sus brazos y bajó su posición de ataque para estirar uno de sus brazos en lo que le devolvía el arma larga a su rescatista. Tras desocupar sus manos, por fin fue libre de sentir el dolor de sus heridas, las consecuencias de la pérdida de sangre y también del esfuerzo recién hecho. Tambaleó, y los mismos brazos que la habían liberado de las ataduras, la ayudaron a mantenerse de pie. 
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memoriesechoingaway · 8 years
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memoriesechoingaway · 8 years
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JAKE: Moriré pronto
Jajaja mentira
ADA: ¿Quieres que me haga cargo del ataúd y todo eso?
JAKE: Sí
Y un discurso bonito
Estoy seguro de que te verás muy guapa de negro
ADA: ¿Qué te hace pensar que iría de negro? No, no... me gustaría resaltar con otro color.
JAKE: Rosado
Jajajaja
ADA: Sí, y con mucho brillo
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memoriesechoingaway · 8 years
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memoriesechoingaway · 8 years
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memoriesechoingaway · 8 years
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