Porque a día de hoy, es preferible irse al campo y no enterarse de lo que pasa. Es muy fácil vivir en la ignorancia.
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Ingredientes: #arroz, ajo, aerodeslizador, #mueblesdejardin, #drama, acción, disparos... Y muchas cosas bonitas. Procedimiento: Pintamos una estrella de cinco puntas en el suelo del lugar en el que vayamos a preparar el arroz. Nos vamos a comprar el resto de ingredientes mientras dejamos la estrella de cinco puntas reposar. No vayáis ni a vuestra verdulería, ni a vuestra carnicería de confianza. Id a vuestro aerodeslizador más cercano. A la vuelta, os encontraréis a un demonio esperando sobre la estrella de cinco puntas cabreado. Os preguntará por qué habéis tardado tanto. Uuuuuu ¡Drama! Una vez echados los ingredientes, esconderse y contar hasta diez. No sirve para nada, pero hay que hacerlo. En caso de que no salga, repetir el procedimiento cambiando el orden. (en Godella) https://www.instagram.com/p/CfPGhHoNiQf/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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Receta: Arroz, setas, intriga, espíritus malignos, tiros y explosiones. Historia del arroz: Esta receta nace de la creación y necesidad de comer de los soldados que participaron en la Batalla de la Tortuga Seca. Corría el año 1976, por ejemplo, y en el caparazón de una tortuga tuvo lugar un terrible enfrentamiento entre #hormigas y #bichosbola. Las hormigas, trabajaban muy duro haciendo cosas de hormigas para poder disfrutar del #invierno, porque las hormigas trabajaban en #verano. Sin embargo, los bichos bola, son unos hijos de puta. Al cabo de unas semanas un bicho bola dijo no sé qué sobre la madre de una hormiga, que resultó ser la madre de todas las hormigas... En fin cosas de hormigas. El tema está en que se enfadaron y fueron a por el bicho bola. Lo mataron de un tiro y el resto de bichos bola, reclamaron venganza. Total, que se juntaron en medio del caparazón para darse de leches. Los bichos bola aprovecharon la pendiente del caparazón e hicieron lo suyo, rodaron hacia las hormigas y las aplastaron. Fue un día trágico para las hormigas. Explosiones Y así se hace el arroz al horno con pollo y costillas. (en Godella) https://www.instagram.com/p/Ce3muoGN-6G/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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Receta de #croqueta de #jabali El gran jabalí rizado. Rey de la montaña rizada (todo muy rizado). No fue consciente de la psicología utilizada en el plan que elaboramos para cazarlo. Para empezar, le convencimos de la existencia del gran #dragon ninja. Un dragón que solo podía ser visto por otros dragones, y el cual amenazaba con conquistar la montaña rizada del gran jabalí rizado (todo muy rizado). Tras una negociación mañanera, rozando la hora del #almuerzo, convencimos al gran jabalí para que se aliara con nosotros y le diésemos casa a un dragón que supuestamente iba a beber #agua de un manantial todos los días, a las 11.00 am. Necesitábamos a un gran jabalí para cazar a un gran dragón, solo que no había ningún dragón, lo que había era un gran agujero rizado (todo muy rizado) y un peluche gigante con forma de dragón. El jabalí descendió de su montaña con ánimo de embestir al peluche pero cayó en el agujero el cual, estaba repleto de palillos gigantes que atravesaron al jabalí al caer. Y así fue cómo dejamos a la montaña sin jabalí. Todo esto fue una estrategia de @la.vida.de.yo, que no ha cazado en su vida, pero ha jugado a #videojuegos (en Godella) https://www.instagram.com/p/CaxqC_INgWC/?utm_medium=tumblr
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Hoy, #viernes, como cualquier otro quinto día de la semana, hemos salido en la búsqueda y caza del legendario y verde #canguro ninja. Es normal que no hayáis oído hablar de este espécimen. Este canguro pertenecía al clan de canguros boxeadores, pero se le daba fatal el boxeo, así que, expulsado de su clan, se refugió en las montañas donde fue acogido por una familia de abejas ninja. Y le enseñaron los secretos del secreto mundo #ninja. En fin, tardamos más de cuatro minutos y medio en encontrar la montaña en la que se encontraba el canguro verde y matarlo. Fue nuestra sorpresa encontrar un huevo de canguro verde. Gracias a este descubrimiento, hemos podido hacer esta #tortilla. (en Godella) https://www.instagram.com/p/CZ13pWANSgI/?utm_medium=tumblr
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Esta sucesión de imágenes a la brasa representa una protesta pacífica a favor del retorno de la Santa Inquisición. No hace falta que vuelva toda la organización, solo necesito el departamento de quema de brujas. No estoy diciendo que haya que quemar a todas las brujas, solo a las malas. En concreto, a mi vecina. Es bruja de tercer nivel en la orden del quinto movimiento de la luna. Cinturón negro en ocultismo y tiene un curso online en el cuidado de erizos de mar. Pero se le da muy mal la herbología. Se pasa el día haciendo pociones y claro, como no le crecen las plantas, me las roba a mí. Y no se molesta en coger los brotes que están para tirar, coge los más verdes porque "canalizan mejor las energías del universo". El tema está en que un día me cabreé y fui a su casa a dibujar un círculo de sal, porque vi en una peli que eso funcionaba. Se acojonó. Total, que salió y entablamos una negociación. Me miró fijamente, me dijo que acababa de acabar la colección de planeta de Agostini sobre transformación corpórea. Clavó aún más la mirada en mí y me dijo: "si me dejas seguir cogiéndote las plantas, puedo transformarme en quién quieras". Y guiñó, guiñó. Trans un silencio acompañado por una tensión sexual, le devolví la mirada y le dije: quiero que te conviertas en Nino Bravo. Porque claro, follar está bien, pero un concierto de Nino Bravo, está mejor. (en Godella) https://www.instagram.com/p/CZnSZ8NNiab/?utm_medium=tumblr
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#arrozalhorno con #calabaza Para hacer este plato hemos necesitado de un equipo de 20 participantes, 15 personas, 2 suricatos, una bruja, y 2 hormigas. A la bruja la hemos dejado haciendo el caldo de pollo, pero a lo que llamamos caldo de pollo, ella usa murciélago, tomillo y palabras en latín... No nos convence mucho lo del tomillo, pero como dice el refrán, cada brujilla, tiene su sombrilla. Hemos mandado a los suricatos a por la carne, en concreto cerdo. Pero claro, no contábamos con que los suricatos nunca habían visto un cerdo, y nos han traído un gato, en fin que entre que íbamos mal de tiempo y que nos han dado gato por cerdo, hemos cocinado a los suricatos, reduciendo nuestro equipo táctico. Pero vosotros si vais a hacer esta receta, no uséis suricatos, porque no se saben el abecedario. Otro fallo en nuestra estrategia culinaria ha sido mandar a por la calabaza a las hormigas. Les hemos dicho que trajeran la más grande posible, pero claro, una hormiga no es tan alta como la Luna, ni como una persona, así que nos hemos tenido que conformar con una calabaza pequeña, que no sirve ni para carroza ni para 15 personas y una bruja. Porque a las hormigas las hemos tirado del equipo, no porque la calabaza fuera pequeña, sino porque esas hormigas no eran buenas personas. En fin, que no podían darnos calabazas a todos y tuvimos que montar una competición para ver quién se quedaba con el arroz. La bruja y yo nos hemos pedido ser árbitros y los otros han hecho un combate Pokémon, pero claro, unos tenían que hacer de Pokémon y otros de entrenadores. Es curioso, todos querían ser Pokémons pero nadie entrenador. Y se han empezado a dar de hostias y han acabado muy perjudicados. Todo un espectáculo, la bruja y yo estábamos comiendo el arroz, tranquilamente mientras la peña se daba de leches. Apasionante. Quedaba un último trocito de carne. Al ser bruja, ella ha lanzado un Avada Kedavra para que me diera el yuyu y quedarse con el trocito de carne, pero yo tenía un as sin ketchup bajo la manga. Tras su ataque, no se esperaba un "rebota, rebota y en tu culo explota". Así que me he quedado con el trocito de carne. Hoy ha sido un gran día. (en Godella) https://www.instagram.com/p/CWyOPMQtleu/?utm_medium=tumblr
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Hoy, día de lluvia, podría haber aprovechado para acabar algún libro empezado, empezar algún curso... Pero por alguna razón me he tirado media tarde haciendo croquetas 🤷♂️ Y hacerle un book a una para alargar más el agradable rato que conlleva el arte de la #croqueta. Una tarde como la de hoy, pero hace 1000 años, una manada salvaje de pollos gigantes perdió su rumbo migratorio y acabaron en una aldea, llevaban días sin comer y sin beber, estaban débiles. Los aldeanos, acojonados de ver a unos pollos gigantes decidieron defenderse de tales aves. La casualidad favoreció a los aldeanos, los cuales se encontraron con la madre Fortuna (la cual dejó de un lado la suerte para vender tabaco), no sabían qué hacer con tanta comida, con tantos excedentes... Así que fueron improvisando sobre la marcha. Decidieron cocinar todos los pollos, pensando que se los cenarían en una sola noche, pero apenas habían acabado con el primer pollo gigante y los aldeanos ya estaban saciados. ¿Qué podían hacer con el resto de comida? Pues hicieron croquetas... No les salió bien a la primera, pero fueron probando cosas y al final les salió lo que conocemos a día de hoy como una croqueta. Esta historia, tiene ciertas variantes, en zonas costeras, los pollos gigantes nunca llegaron, grandes sardinas o langostas titánicas protagonizan esta leyenda. De lo único que estoy seguro es que nunca conoceremos la auténtica verdad. Con todos ustedes, la leyenda de la croqueta. Lamento haberles hecho perder el tiempo. Feliz #sabado. (en Godella) https://www.instagram.com/p/CWgdLtENI64/?utm_medium=tumblr
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Tiempos de cuarentena
Esas tiendas de suvenires en ciudades con un toque medieval. Que venden camisetas, tazas, llaveros, espadas y otras armas, réplicas, al fin y al cabo, pero que, si ves a alguien paseando con una de esas réplicas por la calle, el sustito, te lo da.
Mis amigos eran muy de comprarse esas camisetas, o llaveros. Pero las camisetas y las tazas se rompen o se pierden, por eso, lo lógico era invertir en una réplica de algún hacha o lucero del alba. Cosas prácticas que de verdad guarden un recuerdo.
Hace un par de días, contemplaba mi maravillosa colección de armas que dan el pego. Colgadas en la pared, cogiendo polvo. Y pensé, ¿por qué no darle vidilla a esto de la cuarentena? ¿Por qué no hacerlo interesante?
Dicho esto, cogí mi katana y me dirigí al supermercado más cercano. A mi izquierda, mi arma, y a mi derecha, un rollo de papel higiénico. Lo más preciado en estos tiempos que corren. Entré de golpe, saltándome la cola, a menos de dos metros de una persona que entraba al mismo tiempo que yo. Este señor se asustó de que no estuviera guardando la distancia de seguridad. Una cajera empezó a gritar porque no llevaba guantes, pues un guerrero tiene que notar el tacto de su arma en sus manos llenas de heridas causadas por un duro entrenamiento (en mi caso, porque me caí de camino al supermercado y me hice pupa en las manos).
Antes de que nadie más pudiera absorber tal pletórica entrada, grité: “Quien sea capaz de vencerme, se irá con mi espada, mi vida y mi papel higiénico” … Un silencio invadió el supermercado. La gente empezó a apartarse de mí, formando un círculo cuya apertura tenía lugar en el pasillo de higiene personal. Falto de papel higiénico, pero, por el contrario, lleno de manifestantes que pedían más papel higiénico, con sus caras cubiertas cuales bandoleros, formaron una línea perfecta para ir enfrentándose a mí, uno por uno. Todos, sin darle importancia a mi katana, a mi vida, pero deseosos de aquel rollo que prometía más que el que os estáis leyendo ahora mismo.
Mi primer rival fue un hombre de Valladolid, que había salido a pasear al perro y de tanto andar, se paró a comprar algo de horchata y un plato de paella, la cocina local de donde transcurre esta historia. Corrió directo hacia mí, en sus ojos podía ver la desesperación de un hombre que lleva días sin limpiarse el culo. Yo sabía que la katana no podía cortarle, porque era de las malas del Amazon y la llevaba solo para acojonar, no esperaba que ningún colgado se lanzara sobre mí. Aun así, no me contuve. Aunque fuera solo un pinchacito, algo tenía que hacerle. Pero como ya os he dicho, la espada era de pésima calidad y se me atascó al querer desenvainarla. El típico gatillazo. Del esfuerzo pivoté sobre mi pie derecho y sin querer, esquivé la envestida vallisoletana. Este, se estampó contra una de las cajas y perdió el conocimiento. Todo el mundo se quedó boquiabierto. Nadie se esperaba ese desenlace, ni siquiera yo. Pero seguí improvisando. Dije: “este hombre no merecía probar mi acero”.
Un “ohhh” de fondo hizo que los otros miembros de la cola comenzaran a temblar. Yo me alegré de haber visto una película de samuráis la noche anterior.
Uno tras otro, fueron viniendo a por mí. Yo ya había logrado desenvainar y quién lo iba a decir, aunque la hoja de mi katana fuera una mierda, un buen hostiazo, dejaba seco a cualquiera. Y un poquito de sangre, también salía.
Por fin mi gran momento del día estaba a punto de concluir, frente a mí, mi último rival. Un antivacunas, que iba muy puesto de homeopatía. Intentó despistarme con teorías de energías negativas y que esto del coronavirus se curaba con agua caliente, limón y el poder del universo. Pero la mente de un guerrero solo se aleja del combate cuando su enemigo deja de respirar.
Por muy buen guerrero que me hubiera dado por ser esa mañana, mi paciencia se agotó. Así que cogí la cesta de cosas que nadie quiere que ponen en las cajas registradoras y se la tiré a su puta cara. Eso hizo que su caja de suplementos tocara el suelo, y él también. No se esperaba tal ataque, ni que ese día estuvieran de oferta las sandías. Enterrado bajo una pila de frutas que no eran de temporada, el antivacunas no pudo continuar con el duelo. Mi victoria había llegado.Me subí a lo alto de una caja registradora y anuncié mi amenaza. Dije: “Volveré”. (Tuve que pagarle derechos de autor a los guionistas de Terminator). Bajé de un salto y me fui, seguido por los aplausos del guardia de seguridad y de todos los vecinos que me aplaudían desde sus balcones.
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La cuarta conjugación
Hace tiempo que llevo dándole vueltas a una pequeña participación por mi parte de cara a la lengua española. Hasta hoy, no quería hacerla pública porque no soy filólogo, ni lingüista, y por supuesto, tampoco soy un leopardo.
Pero, soy español, y como buen español, voy a hacer algo muy español y mucho español. Voy a hablar de algo sin tener ni puta idea y voy a dar mi opinión de cómo debería ser, aunque, como ya he dicho, no soy un leopardo.
Siempre han existido tres conjugaciones opresoras que no han dejado florecer a la cuarta conjugación. Algo que la Santa Inquisición (porque tengo la necesidad de encontrar algún culpable) se encargó de ocultar y de tachar como brujas a aquellos hombres que desarrollaron la conjugación prohibida (o la “tetraconjugada” para los amigos) y los quemaron en el fuego inquisidor de las tres conjugaciones.
Ahora bien, como introducción al momento histórico-lingüístico actual, debemos recordar que existen tres conjugaciones cuyo dominio reside en el oligopolio de poder repartido entre la “a”, la “e”, y la “i”. De ahora en adelante, serán conocidas como vocales malvadas. Y aquí nace mi duda. ¿Qué pasa con la “o”?
Ante tal pasividad de la Hermandad de las Letras, me he visto obligado de crear una cuarta conjugación, por mi cuenta, en defensa de esta vocal. Con verbos totalmente nuevos desarrollados a partir de palabras alemanas que nacen para inventar situaciones en vez de describirlas. Que esto es algo que me jode de los alemanes, tardas menos en describir una situación que en inventarte una palabra a la que añades el mayor número de consonantes posibles entre vocal y vocal, y obviamente, la “o”, no suele aparecer. Dicho esto, a continuación, voy a exponer una serie de ejemplos de verbos que he desarrollado en vez de estar haciendo algo útil con mi vida. Cabe destacar, en plan, como tráiler de la tetraconjugación, que todos los verbos son monovocálicos, por lo que solamente aparece la vocal “o” en ellos.
En primer lugar, me gustaría presentaros el verbo “sochondótofror”. Que expresa el sentimiento de gozo que se produce al observar el sufrimiento ajeno. Un verbo hecho a la medida de los hijos de puta de toda la vida. Pues bien. Yo sochondotofro, tú sochondotofras (a la hora de conjugar sí que se permite el uso de vocales malvadas en pos de la comodidad lingüística). Él sochondotofra, nosotros sochondotofreamos, vosotros sochondotofreáis y ellos sochondotofrean.
Os habréis fijado en que no hay femenino en la cuarta conjugación. Esto es porque la cuarta conjugación es machista y patriarcal. No entiende de valores y tampoco es un leopardo.
Otro ejemplo de la cuarta conjugación sería “bokfófongor”. Significa golpear una cara que merece ser golpeada o que pide una ostia a gritos. Me pondría a conjugar este verbo, pero es un pateo.
Para mí ha sido muy entretenido poder aportar mi granito de gramática a la gran montaña de la lengua española. Pero claro, al haber desarrollado una conjugación patriarcal, me he visto con la necesidad de generar una quinta conjugación con la vocal más mierda de todas, la “u”. Una conjugación feminista que luche contra la cuarta conjugación mientras las tres primeras conjugaciones afianzan si dominio lingüístico. Una quinta conjugación que tampoco es un leopardo.
La quinta conjugación también se basa en palabras alemanas. Y por supuesto, única y exclusivamente está conjugada en femenino. Como, por ejemplo, “wundurlustur”. Que significa explorar o conocer el mundo durante el invierno a través de Google Maps porque apetece quedarse en casa con mantita y peli. Yo wundurlustu, tú wundurlustus, ella wundurlustua, nosotras wundirlustuamos, vosotras wundurlusteáis, ellas wundurlustean.
Finalmente, espero que ustedes lectores no se enfaden por intentar enriquecer nuestra querida lengua y tengan en cuenta que yo no soy un leopardo.
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Las decapitantes aventuras del detective Esmint Llonson (Capítulo II-Un muerto sin cabeza no está muerto).
Hoy es un triste día para la música. El trapero ha muerto. Yo tengo resaca y la policía está tras dos tablas de madera cubiertas por cartones de Don Simón a lo que yo llamo puerta. Golpean dos veces, grito que no estoy y vuelven a golpear. No se lo han creído. A la vez que me acerco a la puerta vuelven a golpearla. Se me cae encima. Duele.
Entre carcajadas, uno de ellos aparta la puerta. Se presentan, son los inspectores Aserejé y Ajé. Pero se hacen llamar el Equipo A. - ¿Es usted Esmint Llonson?”-Pregunta uno de ellos. -Detective, Esmint Llonson- le corrijo. -No tiene pinta de detective-, me dice el otro. Le contesto, -ni usted de calamares a la romana-. Ambos se quedan sin palabras. He ganado el juego psicológico.
Me preguntan por el trapero, les cuento todo lo que sé. Me esposan, me tocan el culo y me llevan a comisaría. Soy el último que vio con vida al trapero. Han aparcado lejos. No llevaban monedas para la zona azul. Por el camino nos cruzamos a un señor mayor. De unos 83 años de cintura para arriba, pero con unas rodillas de alguien de 74 años. Sé un poco de rodillas y esas rodillas no eran de ese señor. He visto películas.
Conforme pasamos por su lado escupe a la bota de uno de los policías. - ¿Qué hace usted? - Grita la mitad del Equipo A. - ¿No sabe que soy inspector de la policía? –
-Pues la verdad es que no, no tiene pinta de policía, de hecho, tiene pinta de perroflauta. Por eso le he escupido.
- ¿Perroflauta yo? ¿A caso no ha visto mi americana?, ¿mi corbata?, ¿mis zapatos hechos con piel de lagartija española? Soy un agente de la ley.
-Usted es un perroflauta. ¡Perroflauta! ¡PERROFLAUTA!, ¡PERROFLAUTA!
El abuelo de 83 años con rodillas de 74 comienza a pegarnos garrotazos. Huimos. El abuelo nos invita a irnos a Venezuela.
Llegamos a la morgue. Me enseña el cadáver del trapero. No tiene cabeza. Pero no está muerto. Sigue teniendo el ritmo y su cuerpo lo sabe. Gesticula con las manos y menea las caderas. -Lleva así toda la noche- dice el forense, no sé cómo hacer que pare. Le miro a los ojos. Son verdes. Él mira los míos. Se produce un momento incómodo. Se piensa que se me hace agua la canoa, pero no.
-Doctor por favor, deje de tirarle los trastos a todos los sospechosos.
- ¿Por qué inspector Ajé? ¿Le molesta? Tiene algo en contra de los homosexuales.
- No, no. Para nada doctor. Si yo no tengo nada en contra de los homosexuales. Además, a mí una vez me tocó un cura de pequeñito, y me gustó.
El inspector Aserejé me acerca al rítmico cuerpo sin cabeza y me pregunta si lo reconozco. Digo que sí. Sé que es el trapero. No puedo verle la cara, pero esas rodillas son difíciles de olvidar. Entiendo de rodillas, es algo innato. De ahí me arrastran a un despacho en el que me espera una mujer. Un armario empotrado. Mide dos metros, tiene más bíceps que yo botellas de ginebra. Me obliga a sentarme. Me dice que puede parecer una persona que asusta, pero que es buena tipa. Yo le digo que soy tauro. Pero que todo el mundo piensa que soy sagitario. Me mira desconcertada. He vuelto a ganar el juego psicológico. Soy detective, he nacido preparado para este tipo de situaciones. Seguimos hablando. Intimamos. Me dice que tengo que cambiar la ginebra por batidos de proteínas. –A veces bebo ron- le respondo.
Me voy. Ha sido una mañana agradable. El Equipo A me lleva a mi casa. Entro y veo una caja. La abro, hay dos ojos (alguien los deberá de estar buscando). Hay una nota:
“Empieza el juego”. Suspiro. A mí no me gusta jugar. A mí me gusta el kebab.
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Las decapitantes aventuras del detective Esmint Llonson (Capítulo I – La aparición)
En alguna calle de Huertopuerro. Dos de la mañana. Hace frío. Estoy en mi coche vigilando a ese tío que tiene a bien ponerle los cuernos a su pareja. Mi cliente solo quiere unas fotos que prueben sus sospechas. Pero para entrar a la casa tengo que saltar una valla. Bueno, unos arbustos, pero no me apetece, voy borracho y la farola que tengo enfrente busca pelea. Pero no me puedo despistar, tengo trabajo. Bueno, tengo motivaciones. Se me ha acabado el bourbon y en esa casa tiene pinta de haber.
Me dispongo a salir de mi coche, un viejo Nissan Micra color rojo y con matrícula de Pontevedra. Algo llamativo para este trabajo, pero el sueldo de detective es bajo si no tienes una buena reputación. Yo no la tengo.
Salgo de mi coche y atravieso la cerca de arbustos como Moisés en el Mar Rojo. Pero en plan vegano. Rompo una ramita, he hecho daño a una planta por un poco de alcohol que ni siquiera sé que voy a encontrar. Soy un monstruo.
Entro en la casa por una puerta corrediza que se han dejado abierta del patio trasero. Antes de entrar me quedo mirando el patio trasero. Es un pedazo de jardín. Con columpios, césped del caro y un jacuzzi de la marca Jacuzzi. Sin poder evitarlo vomito en el jacuzzi. Madre mía qué pedal llevo.
Con cuidado, entro en la casa como si estuviera entrando a casa de mis padres con 15 años y volviendo de las fiestas del pueblo. A gatas. Mi camisa hawaiana se enreda en lo que parece una cesta para paraguas y se cae al suelo. Joder, es de cristal. El ruido hace que se encienda una luz en el piso de arriba, joder, tienen piso de arriba. Yo ni siquiera tengo piso.
La luz hace que mi vista se fije en un pequeño mueble entreabierto del que asoma una botella. Ginebra, y de la que no da resaca. Rápidamente cojo la botella me siento en el sillón y me pongo a beber. Oigo como alguien baja por las escaleras. Es la pareja de mi cliente. Alto, rubio, ojazos azules, mazadísimo y no lleva martillo. No es Thor. Detrás de él sale una mujer disfrazada de oveja. El silencio de la sala se vuelve incómodo. Me levanto, me miran. Me bebo la botella de un trago. Me aplauden. Les hago una foto y me voy. No saben lo que está pasando. Yo tampoco.
Me subo en mi coche después de haber encendido una velita en memoria de la rama que había roto hace un momento. Pero los arbustos estaban secos y ocasiono un incendio que hace que la casa quede rodeada de llamas. Lo estoy flipando. Llegan los bomberos y la policía, nadie se fija en mí, soy como un puto ninja. Me desvanezco entre las sombras con mi coche al cual no le van las luces celebrando que he creado la distracción perfecta. Soy “tó bueno” en lo mío.
Conduzco hasta llegar a un descampado. Mi coche se ha quedado sin gasolina, o sin algo, no lo sé, todos los pilotos están encendidos. Al final no puedo vencer al alcohol que llevo en sangre y caigo desmayado entre mi asiento y el del copiloto. Mis costillas reposan en el freno de mano. Ante todo, comodidad.
Amanece y mi coche resulta estar aparcado en la casa de mi cliente. Conduje borracho y no me acordaba de nada. Solo veo mi cámara y una foto de su novio al lado de una mujer vestida de oveja. Hay más fotos. Los pillé en plena acción. Cuando bebo me convierto en un gran profesional. Qué bien hace de pastor ese hombre. He aprendido que para el sexo solo se necesitan tres cosas. Un hombre, un par de botas anchas y alguien que quiera hacer de oveja.
Bajo del coche con un intenso olor a ginebra de la buena y llamo a la puerta. Me abre mi cliente. Estatura media, dos pies zurdos, una mano diestra y media zurda. Dice que es tecnotrapero. A mí mientras me pague me da igual de qué religión sea. Ve la foto de su novio con la mujer y se echa a llorar. Se pregunta cómo ha podido ponerle los cuernos con una mujer. Parece ser que no se ha fijado en el disfraz de oveja. Se lo digo, él se enfada y me arroja un fajo de billetes. Esta noche cenaré como un rey.
Voy a mi casa a descansar. Un pequeño cubículo fortificado por palés y somieres de cama abandonados escondido tras un cañizal. Ese es mi hogar, mi refugio, mi mierda. Me echo a dormir y me despierto ya de noche, me voy al kebab más cercano y me pido el durum más caro de todos. Mixto CON QUESO. Me lo he ganado.
Vuelvo a mi sofá después de haberme ido por la zona de botellón robando botellas. Me duermo. Y tengo el sueño más raro de mi vida. Un fondo blanco del que sale una silueta decapitada, me grita: “reúne las piezas”. Me despierta el ruido de mi teléfono móvil, un gasto necesario para un detective de mi talla.
Es la policía. El tecnotrapero ha aparecido muerto. Yo fui la última persona que le vio con vida y lo más raro de todo es que le falta la cabeza.
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Teoría de la termoimplicación de la cadena de macarrones.
Hablemos de ardillas. Una especie de fusión entre koala y gato que por un extraño casual puede ser gris o marrón. Pero que, contra todo pronóstico, afirmamos que las ardillas no se depilan. ¿Y por qué no? Todo apunta a que las ardillas no ven la televisión. Pero a diferencia de las ardillas marrones, las grises sí que escuchan la radio. En concreto la COPE. Las ardillas grises, también conocidas como ardillas canosas tienen por costumbre llevar a cabo rituales de apareamiento propios de los tiempos de antaño. Ardillas grises, ardillas canosas o lo que viene siendo lo mismo, retroardillas. En la época de invierno, comienza el ritual de apareamiento denominado por los expertos “el momento en el que follan las ardillas”, durante el invierno, la retroardilla macho conquista tierras, acumula esclavos y comida para que cuando llegue la primavera pueda ofrecerlas como tributo a una retroardilla vieja-macho a cambio de una retroardilla hembra o en caso de que no haya una retroardilla femenina, cambiar lo acumulado durante el invierno por un Opel Corsa.
Hará cosa de tres lustros y dos horas que las ardillas grises cambiaron su sistema de gobierno, teniendo a día de hoy un neofeudalismo tradicional en el que la retroardilla elige a la retroardilla suprema y es la retroardilla suprema la que quiere que sean las retroardillas la retroardilla suprema. Algo bastante sencillo para lo que viene siendo una ardilla gris, porque pese a ser un cruce entre koala y gato tienen la inteligencia de un delfín cojo.
Al contrario que las ardillas marrones (o neoardillas), las ardillas grises son ardillas muy ardillas y mucho ardillas. Más grises que las marrones pero menos marrones que las marrones, porque son grises.
Nos gustaría acabar esta breve pero intensa explicación sobre las ardillas grises diciendo que las retroardillas no tienen un gran corazón, porque son pequeñas, y no les cabría. Por eso tienen uno pequeñito, en plan un corazón para ir por casa. Sencillito.
PAUSA PARA IR AL BAÑO
Las ardillas marrones. A diferencia de las ardillas grises, no son grises. Dato importante.
Como científicos, no deberíamos decantarnos por un bando, pero nos gustan más las ardillas marrones porque hacen cosas. Por ejemplo, las ardillas marrones fabrican ardillas para seguir fabricando ardillas, porque lo que no van a hacer nunca las ardillas es fabricar ardillas a su vez. Usted lector, quizá no entienda esta jerga científico-zoológica, pero en resumen quiere decir que las ardillas marrones también follan. Unas con condón y otras sin. Ojo nieve que aquí es donde empezamos a encontrar diferencias entre las ardillas grises y las marrones.
Las ardillas marrones, o neoardillas; son modernas. Llevan gorra y no van a los pinos, van a Starbucks. Mientras que las retroardillas comen piña, las neoardillas beben piña colada. Y malibú con piña los jueves. Las ardillas marrones son las hípsters de las ardillas, no se dejan intimidar por corbatas o cubrebotones, las camisetas de Zara son lo más. Y las ardillas marrones lo saben. Las neoardillas vienen de un cruce entre las ardillas grises y Julio Iglesias.
No llevan portátil, llevan un Mac.
Las neoardillas no piensan antes de hablar, hablan tras pensar, porque pueden. No escuchan la COPE, son más de ver el Hormiguero. Y saben que un vaso es un vaso y que un plato es un plato, porque no son como esas retroardillas que no saben de modales y comen con las manos, ¡no! Se comen la wooper con cuchillo y tenedor. Porque es trendy.
A las neoardillas no les interesa recolectar esclavos y otras mierdas en el invierno. Viven al límite y si quieren tema quedan por Tinder. Además, no les gusta estudiar ciencias naturales como las ardillas grises, las ardillas marrones estudian conocimiento del medio.
Por último, cabe destacar que las ardillas marrones hacen todo lo posible e incluso lo imposible, si también lo imposible es posible.
Macarrones.
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Calvo Natural vs Calvo de Bote
, En primer lugar, me gustaría disculparme por el retraso y por haber estado un tiempo sin publicar. Lamento haber hecho esperar a mis cuantiosos fans (Rafa y creo que una cuenta falsa de Rafa).
El motivo de haber tardado tanto es porque España ha tenido cierto problema desde hace ya unos cuantos años y he tratado de resolverlo. Defender a ultranza la paella valenciana me ha salido caro. Pero ha merecido la pena. Me han prohibido acercarme a cualquier zona turística o a cualquier arrocería fuera de la provincia de Valencia, pero insisto, ha merecido la pena. Desde hace unas semanas, cualquier cocinero se lo pensará dos veces antes de violar a una paella echándole guisantes o chorizo. No vaya a ser que vuelva a entrar un loco con un tubo de confeti y una bola de incienso tirándolo todo por el local al grito de “¿Te gusta? ¡Pues a la paella tampoco!” Y disfrazado de monja sexy.
Pero al grano, que ya no queda trigo. Lo que de verdad me ha hecho volver a postear ha sido darme cuenta de una situación trágica a nivel social y un correo electrónico de esta red social diciéndome que hacía tiempo que no escribía nada.
Hoy me gustaría enseñaros a diferenciar entre los calvos. Existen tres tipos de calvo. En primer lugar, encontramos al calvo natural o calvo genético. En segundo lugar, encontramos al atún calvo y, por último, nos encontramos con el calvo de bote.
Al calvo natural y al calvo de bote los diferenciamos del atún calvo porque este segundo va en lata y los otros no. Pero, ahora bien, ¿cómo diferenciamos a un calvo natural de uno de bote? Aquí mi explicación…
El calvo natural no elige ser calvo, es la alopecia quien le elige, mientras que el calvo de bote elige serlo. A pie de calle, podemos observar una serie de características que diferencian claramente a ambos especímenes. El calvo natural se rapa o afeita (en función del gusto) una vez a la semana, no le importa que se vea un poquito de pelo, el recuerdo ayuda. Mientras que el calvo de bote se afeita todos los días. Al calvo de bote le gusta enseñar calva. Ha pagado por ello. Este hecho le afecta seriamente a su salud. En verano, un calvo de bote paga entre 6€ y 9€ por ser calvo y lucirlo. Al contrario que el calvo natural, el calvo de bote no teme a la insolación. No lleva sombreros o boinas de verano. Ha pagado por ser calvo, y lo enseña. Lo mismo que en invierno. Mientras el calvo tradicional se abriga, el calvo de bote no. Insisto, el calvo de bote ha pagado por lucir su ausencia de melena, no le importa el frío, piensa que una bufanda de Zara va abrigarle lo mismo que un gorro de lana de la abuela común, pero se equivoca.
Otra de las claras diferencias es el peinado. Como hemos mencionado anteriormente, el calvo de bote se abstiene de cualquier estilo. Sin embargo, hay dos tipos de calvos naturales. Los que lo aceptan y los que no. Aquellos que lo aceptan se rapan o se afeitan mientras que los que se resisten a abandonar las peluquerías locales elaboran una serie de cortinillas o flequillos que creen que les ayudan a disimular las entradas. La alopecia es aliada de la gravedad, no podéis vencer, uníos. La cortinilla no dura para siempre, la bola de billar sí. Por supuesto, existen otras técnicas para evadir la calvicie, pero lo consideramos como un insulto a aquellos que aceptamos nuestra genética.
Más diferencias. El calvo de bote no muestra pelo alguno, va depilado de arriba abajo mientras que el calvo natural ama más que sus hijos, esposa, etc. A cualquier pelo de su cuerpo, de ahí que lleve barba, un buen pecho-lobo y/o se tatúe pelo en los brazos.
Por penúltimo, el calvo de bote acostumbra a tener un cuerpo de gimnasio mientras el calvo común tiene un cuerpo de bar. Los calvos de bote marcan vena. Les mola. Sin embargo, el calvo natural adquiere una forma fofisana e incluso redonda entre lo que es el cuello y la cadera. El calvo de bote ha invertido mucho dinero en peluquerías y gimnasios para tener cuerpazo mientras que el calvo común ha invertido mucho dinero en su tripita. La cerveza, el jamón, el gintónic… una tripa cuesta mucho dinero de hacer.
Por último, el calvo común hace chistes de calvos y basa su vida en estrategias para poder hacer comentarios de calvos, por ejemplo, aquí, un servidor lleva un peine en el coche. ¿Para qué? Para poder decirle a la gente que son más inútiles que el peine que lleva en el coche. Pura estrategia. Por el otro lado, el calvo de bote se ofende de dichos chistes y busca pelea.
Por ser calvo no te vas a quedar sin un modelo a seguir. Bruce Willis, Vin Diesel, Jason Statham, Antonio Resines... Son todo machos alfa y son calvos naturales. Buena gente. Putos amos.
Cabe destacar que raparse el pelo no ayuda a aprender artes marciales, pero sí a ahorrar tiempo en secarse a salir de la ducha. Dicho esto, espero que os haya sido de utilidad este artículo y recordad, si un calvo hace un comentario sobre calvos, es un chiste, si lo hacen otros, es un insulto.
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Arroz con setas y secreto ibérico
1) Dibujar una estrella de cinco puntas en el suelo de tu cocina.
2) Si usas setas deshidratadas, ponlas la noche de antes en agua y luego guárdate el agua.
3) Mientras los chakras oscuros van mezclándose con el aire de tu cocina, trocea en pequeñas porciones el filete de secreto ibérico (unos 80g por persona).
4) Deja una vela (preferiblemente negra) entre el microondas y la tostadora. Si enciende por sí sola es que el mal ha llegado a tu cocina, la estrella ha funcionado. Lo estás haciendo bien.
5) Con aceite de oliva y romero, macera el secreto ibérico. Déjalo en la nevera una hora, aunque si no lo haces tampoco va a pasar nada, solo que la carne no cogerá todo el gustirrinín del romero.
6) Asegúrate de que hay espíritus malvados en tu cocina. Si estás con alguien no es necesario, pero si estás solo igual necesitas mandar al espíritu malvado al súper a comprar algo de última hora.
7) Picas un manojo de ajos tiernos (al gusto) y una cebolla tierna (1/4 por persona)
8) Sofríes los ajos y la cebolla.
9) Echas el secreto ibérico y lo mezclas con el ajo y la cebolla. Removiéndolo mientras pronuncias boom shakalaka boom boom, cada vez que la paleta de una vuelta completa a la olla.
10) Si ves que del humo que sale se forma una calavera es que todo va según lo previsto. El humo ha de ser blanco, si sale negro es que se te ha quemado todo y la has cagado.
11) Escurre las setas y sofríelas con el resto. Una vez sofrito todo apártalo a las paredes de la olla y en el medio sofríe tomate y pimiento colorado.
12) Echa caldo de carne ANETO (1l para 4) y 250ml del caldo de las setas.
13) Ponle colorante amarillo al caldo, a mí personalmente, me gusta echarle colorante verde y quitarle lo azul. Es más elaborado.
14) Una vez hierva, echa el arroz (85g por persona)
15) Notarás que lo estás haciendo bien porque los espíritus te lo dirán.
16) Una vez hierva todo estando el arroz, 10 minutos a fuego fuerte y unos 6/7 a fuego bajo. Luego apaga el fuego y déjalo reposar unos 2 minutos.
17) Si hay que añadir más caldo, combinar el caldo de setas con agua (50%-50%)
Este proceso altera los chakras del universo y puede obstaculizar los canales del CHI planetario. Hazlo con cuidado. ¡¡SOLO TENEMOS UN PLANETA!!
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Balzac, mi caballo
Escena 1. INTERIOR, hora de almorzar. Un castillo situado en la minifalda de una montaña bastante putilla. Dos hombres en el gran salón. El Marqués de Havarti y su ayudante Balzac.
MARQUÉS DE HAVARTI Balzac, mi caballo. BALZAC ¿Cómo lo quiere Marqués? MARQUÉS DE HAVARTI En pizarra. BALZAC Pero Marqués, ayer se nos acabó la tiza. MARQUÉS DE HAVARTI ¿Qué me estás diciendo Balzac? ¿Cómo que no nos queda tiza? ¿Ni siquiera de colores? BALZAC Ni la marrón ni la de color carne Marqués. Puso usted mucho empeño en dibujar aquel insulto. MARQUÉS DE HAVARTI La fondue de piña no es ningún insulto Balzac. Es una revolución. Y la gente la dibujará en las paredes de París. Y triunfará. BALZAC Señor Marqués. Usted es culto, no muy refinado, pero eructa con clase y sin ajo. Así bien listo o eso aparenta, mas permítame decirle que nadie dibujaría una piña en una pared. MARQUÉS DE HAVARTI No tienes visión Balzac. La gente dibujará piñas en todos lados, en su piel incluso. Y dichas alabanzas gráficas a la piña, la gente las acompañará de grandes reflexiones sobre el amor y la existencia. BALZAC No sé mucho de piñas Marqués de Havarti, pero tampoco son para tanto. MARQUÉS DE HAVARTI Tonterías Balzac. Imagínate en los muros de las murallas de Aviñón... BALZAC Bello y redundante señor. MARQUÉS DE HAVARTI Lo sé. Pero no me interrumpas Balzac. Imagínate una enorme piña dibujada, y que en la imagen se va desnudando poco a poco, se deshace de su corteza y va enseñando sus entrañas, amarillas y diuréticas. Y abajo, a la derecha, una frase: "Jessy, vuelve. El universo nos necesita juntos". Es precioso. BALZAC Es una mierda. MARQUÉS DE HAVARTI Lo llamaré graffiti. Y triunfará y molará. Porque lleva piña. BALZAC Marqués, admiro sus esfuerzos por no olvidar a la hija del Duque de Cruasán Sinmermelada, Jéssica. Pero ya le dejó claro que no quería estar con usted. Sus intentos fueron... No fueron de esta época. MARQUÉS DE HAVARTI Explicáte Balzac. ¿Acaso la innovación en la seduccción no es ciencia? BALZAC Señor, una vez más, igual mi ignorancia se interpone en mis palabras, pero mandarle a la hija del duque un ganso con una carta repletas de palabras que no brillaban por su significado sino por la ausencia de letras en ellas... No era la mejor opción. MARQUÉS DE HAVARTI Solamente tenía 140 caracteres. BALZAC No sé porqué se puso esa norma señor. Podía haber escrito algo perfectamente legible. MARQUÉS DE HAVARTI Entonces mi querido Balzac, dime. ¿Dónde estaría el reto? BALZAC El reto estuvo en meterle la carta por el culo al ganso señor. No sé porqué no se lo ató a la pata, como a las demás aves. Además, tampoco me explico qué animó a la joven Jéssica a sacarle del culo la carta al ganso. MARQUÉS DE HAVARTI A las mujeres hay que ofrecerles desafíos Balzac. BALZAC Una cosa es un desafío y otra cosa es una putada Marqués de Havarti. MARQUÉS DE HAVARTI Salgamos fuera Balzac, hace demasiado buen día para estar ignorándote aquí dentro. BALZAC (murmurando) "Salgamos fuera" dice, no vaya a ser que salgamos dentro y hagamos tortilla. MARQUÉS DE HAVARTI Te he oído Balzac, y esa tortilla estaría estupenda con piña.
Escena 2 EXTERIOR. Balzac y el Marqués de Havarti se encuentras a la entrada de las cuadras, sin caballos y redondas.
BALZAC Es muy triste ver una cuadra sin caballos. MARQUÉS DE HAVARTI Pero mira que ovejas, que ganas de que crezcan y poder montarlas. BALZAC No creo que agranden Marqués. MARQUÉS DE HAVARTI ¡Claro que sí Balzac! Me lo dijo el pastor. Que cuando se hicieran bien grandes podría montarlas. BALZAC Creo que el pastor se refería a montarlas de otra forma señor. MARQUÉS DE HAVARTI No lo comprendo Balzac, ¿de qué otra forma se puede montar a una oveja? ¿Cómo la nata quizás? BALZAC Digamos que de una forma parecida a lo que usted le hizo al ganso. MARQUÉS DE HAVARTI Eso es maravilloso. BALZAC ¿Es usted de esos señor? MARQUÉS DE HAVARTI Pues claro Balzac, imagínate la de cartas de amor que podré introducir en el recto de estas ovejas y poder regalárselas a la Jessi mis ojos. Y piñas, llenar a las ovejas de piñas. Balzaz se echa las manos a la cabeza. Un facepalm en su máximo explendor. MARQUÉS DE HAVARTI Bueno Balzac, he de irme a recuperar a la Jessi. Ve a buscar una escoba. BALZAC ¿Irá volando señor, tal y como le enseñó su madre? MARQUÉS DE HAVARTI No digas tonterías Balzac, solamente las burjas pueden volar en escoba. Y yo no soy una bruja, soy un árbol. BALZAC ¿Un árbol señor? MARQUÉS DE HAVARTI Un árbol de piñas Balzac. BALZAC Las piñas crecen en arbustos señor, nunca llegan a ser árboles. MARQUÉS DE HAVARTI Entonces pues, alégrate con magnitud. Estás ante el primer árbol de piñas de la historia. Y ahora, trae mi escoba y átale unas ruedas. Y rodaré mientras barro hacia mi Jessi.
Escena 3 El Marqués de Havarti aparca su escoba con ruedas bajo la ventana de Jéssica. Aclara su voz con algo de agua y media botella de ginebra francesa y dirige su mirada hacia la ventana.
MARQUÉS DE HAVARTIJessi, he venido a amarte a lo duro.Ve que junto a la ventana hay una rama que nacede un robusto árbol (un árbol de nísperos).Escala el árbol y se asoma Jéssica. Desnuda,pero tapada con una sábana.JÉSSICA¿¡Ay mi amol a qué viniste!? Sabes que no tienesequipo de música que zumba mazo y aún así vienes aluchar por mi amor y que no me vaya con el Richard.Has de saber pues, que como dijeron en aquellatertulia en la que había hombres, mujeres y a lacontraria que yo no soy perra ni gata, que soydoncella del pueblo y eso te mata.MARQUÉS DE HAVARTIJessi, no puedo regalarte joyas del Carrefour niropajes del Old Age Primark, mas soy moreno con artey puedo calmarte. Solo decirte pues bella dama que meflipas, pero no te flipes. Europe’s living acelebration.JÉSSICAVas de príncipe azul pero no llegas a pitufo.Sale Balzac desde el interior. El Marqués deHavarti se enoja cual milhoja.MARQUÉS DE HAVARTI¿Balzac? ¿Cómo? ¿Cómo has podido robarme al amor demi vida? ¿Cómo has podido llegar más rápido que miescoba con ruedas?BALZACPorque vine en caballoMARQUÉS DE HAVARTI¿En mi caballo? Pero si no nos quedaba tiza.BALZACEscondí un poco y pude adelantarle.MARQUÉS DE HAVARTI¿Dibujaste un caballo en mi pizarra? ¡Qué valor!¿Yqué te empujó a cometer tal venganza hacia mi personay mi corazón latino?BALZAC¿Recuerda que iba a regalarme un precioso sable pormicumpleaños?MARQUÉS DE HAVARTISí.BALZACPues me regaló un pijama, con una puta piña bordada.MARQUÉS DE HAVARTIPero era una piña muy bonita.
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Hoy he salido a correr.
Como bien dice el título de esta entrada, hoy he salido a correr. No es algo que hago muy a menudo. Bueno, no lo hago. Sinceramente, no sé qué coño me ha pasado. Debe ser que todo el mundo lo hace y yo quería ser popular. Y eso, he salido a correr, pero a lo loco, sin saber si soy pronador o supinador. Y la ropa... Lo primero que he pillado del montón de ropa que había sobre la silla del escritorio. No se mucho sobre el mundo de los runners, pero correr en pijama es bastante cómodo. Nunca he sido muy de deporte, y por un momento pensaba que estaba equivocado, que podía superarme a mí mismo, pero no. Un bebé me ha adelantado gateando. Sigo pensando que eso es trampa. Él iba a cuatro patas, yo a dos. El puto crío tenía ventaja. Luego he cambiado de ruta. Me dolía ver cómo el bebé se alejaba. Estaba cansado, no llevaba agua, me dolían las piernas y me empezaba a entrar flato. Era normal, ya llevaba un minuto y medio corriendo. Luego, me he enfrentado a una nueva carrera. Ellos caminaban deprisa. Con unos palos de andar en montaña, pero iban por asfalto. Lo del bebé me había dejado tocado así que me motivé y les adelanté. Por fin un punto de motivación, me sentía el rey del mundo. Pero los muy hijos de puta cogieron un atajo (en realidad ellos iban por su lado y yo por el mío, pero me lo tomé como algo personal). Ya había corrido dos minutos, no podía con mi alma, en serio, mi alma salió de mí y dijo: "lo que de verdad funciona es el yoga". Y me pegó. Muy fuerte. Y luego se puso a hacer yoga. Ya arrastrándome, a unos cien metros escasos de mi casa (no que estuviera llegando, sino lo que me había alejado) bajaron de una furgoneta cuatros tíos y dos sardinas. Las sardinas cogieron a los cuatro tíos, uno por aleta, y empezaron a pegarme, luego me vaciaron los bolsillos. Solo llevaba el mp3. Y menos mal que me lo quitaron. Solo me salieron canciones tristes, como Europe's living a celebration o los mejores singles de la Banda del Capitán Canalla. En resumen, ha sido muy desmotivante esta experiencia. Creo que la próxima vez me quedaré en el campo.
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Concepto de “zurricipego”
A continuación llevaremos a cabo cierta disertación sobre el “zurricipego” y el conjunto de expresiones que le engloban. Pausa para merendar.
En cierto caso, sobre todo usado durante la segunda mitad del siglo XIX. Se podía escuchar el término “zurricipego” en dos regiones contiguas pertenecientes a alguna provincia española. Una de ellas era ¡qué elegante vas, zurricipego! Mientras que en la región contigua se escuchaba ¡menudas pintas me llevas, zurricipego! Bien, como vemos este fenómeno geográfico, demográfico, lexicográfico y aerocriptográfico contradecían el significado del término “zurricipego”. Algo que a los estudiosos de este término nos ha mosqueado bastante ya que según nuestros últimos hallazgos, nos hemos dado cuenta que las gemelas de tú a Londres y yo a California eran la misma actriz. Además de que el uso del término “zurricipego” en su positivismo y pesimismo dependía de lo mucho que se odiaran las regiones contiguas, es decir, por joder a los del pueblo de al lado. ¡Cabrones!
Tras esta complicada vía nos topamos con otra aún más complicada ya que nos hizo dudar todavía más del concepto de “zurricipego”. Ya que según encontramos en escritos del primer tercio y medio del siglo XX descubrimos la expresión, tengo tanta hambre que me comería a un zurricipego. Elaboramos la hipótesis de que el “zurricipego” podría ser un ser vivo comestible pero desagradable al gusto, como las coles de Bruselas. Que en ocasiones era elegante y en otras se manchaba. Dependiendo de la región. Aunque por lo viso si hay zurricipego al viento, no cabe cable de banda ancha en el horno. Y llegados a este punto, a los investigadores, se nos complicó más la cosa. No había zurricipego que por descanso publicitario no viniera. Y eso nos gustaba.
Dicho esto, a zurricipego puesto, que nos pusieran lo bailado ya que nadie sabía bailar. Estábamos muy entregados en la investigación. No había tiempo para pasos dobles y tangos de Guadalupe. En un momento de impotencia investigadora, uno de los investigadores decidió traicionar a sus principios y, empezando por sus intermedios, buscó en la Wikipedia. Fue de nuestra sorpresa que encontraran algo. IMPRESIONANTE. El término “zurricipego” no estaba en la Wikipedia.
Nos dolió.
Estábamos desmotivados y desnatados. Y en plena primera mitad del siglo XXI llegamos a la conclusión que a zurricipego muerto, zurricipego puesto. Y por favor, a quien proceda, que no ponga demasiado alta la música, porque no estamos sordos, no somos zurricipegos.
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