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milyolivera · 2 years
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Infancias y crianzas
Marchita degenerada del viernes 20 de agosto
Estamos cerca del dia de las infancias
Hace tres años ya que tenemos este programa por eso ya hemos hablado varias veces de las niñeces.
De hecho, cuando empezamos en el 2020 me acuerdo que hablábamos de una poco afortunada campaña de Carrefour que publicitaba en vía pública juguetes para nenes y juguetes para nenas.
En tres años se ha avanzado un montón. 
Ya no hablamos del dia del niño (masculino y singular) sino de el dia de las infancias (plural e inclusivo)
Lo mismo, como ya hemos cortado mucha tela hablando de las niñeces, de los derechos de los niños y de las niñas, de las infancias libres, de los juguetes, de libros, de canciones, decidimos en este programa hablar también de elles, pero teniendo en cuenta la crianza, nuestra forma, como adultes, como xadres, como responsables temporales de esos seres que amamos con profundidad infinita.
Nos preguntamos en la reunión de producción hasta dónde llega la infancia. Desde cuando son bebés, empiezan a ser niñes. A que edad comienzan la adolescencia y si es que dejan de ser niñes en esa transición. El modelo, el sistema, en esta cultura, la escuela te marca etapas bien rigidas que marcan una trayectoria, un recorrido que deben hacer en tiempo y forma, con exigencias de excelencia, con limites de comportamiento, con uniformes, con contenidos curriculares.
Desde aca no estamos segures que ese marco sea el correcto. O no se. Al menos permitimos salirnos un poco de la raya y escribir sobre los márgenes.
En primera, porque no estamos muy segures de que nuestras madres y nuestros padres se hayan preguntado tanto acerca de la crianza. Nosotres sí. A riesgo de equivocarnos. Pero pertenecemos a una generación que para escapar del mandato freudiano de que las madres somos las responsables de todos los traumas que nuestres hijis van a tener que tratar en terapia en la adultez, nos lo preguntamos, hacemos algunos intentos:
cuestionamos nuestros autoritarismos de la adultez aprendimos a escuchar y a valorar su opinión a demostrarles el afecto a aprender con elles, sus códigos, su lenguaje, su frescura a reconocer que no siempre tenemos la razón a volver hacia atrás cuando nos sorprendemos diciendo frases de nuestros propios padres...
Intentos no se si lo logramos no siempre nos sale bien Pero somos conscientes de ser seres criantes, acompañantes del crecimiento de esos retoños, locos bajitos que nos hicieron aprender qué es el amor incondicional, para siempre y sin medidas.
Es por eso que hoy, en este tiempo de los intentos, intentamos, como siempre, como cada día, celebrar la niñez. Esta vez, desde esta mirada de la adultez, admirándolos, reconociéndolos y asombrándonos de lo que hacen y de sus visiones de mundo.
Por eso, nos esforzamos desde la producción con las chicas en buscar veces y músicas y saberes de niñes de nuestras zonas, de acá del valle de Paravachsca, pero también de Jesus Maria, de las sierras. Esperamos que les guste, no se pierdan que al final tendremos cierre musical en vivo y, como no podía ser de otra manera, arrancamos esta playlist de niñeces y adolescencias con el éxito de Atilio Salvador, mi bello retorno, disponible en Youtube y Spotify: Moscas
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milyolivera · 2 years
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La cuerpa es una fiesta
Marchita degenerada del viernes 29 de julio de 2022 en el marco del programa #CuerpxsDiversxs de Degeneradas en el aire
 “La Iglesia dice: El cuerpo es una culpa. La ciencia dice: El cuerpo es una máquina. La publicidad dice: El cuerpo es un negocio. El cuerpo dice: `Yo soy una fiesta´.”
Este pequeño poema de Eduardo Galeano me ayudó a pensar algunas reflexiones generales sobre el cuerpo: ¿Cárcel del espíritu? ¿Templo? ¿Carcasa del alma? ¿Maquinaria perfecta? ¿Instrumento de venta? ¿Premio? ¿Castigo? ¿Goce? ¿Filtrado por Instagram? ¿Territorio de conflicto? ¿Objeto de tv?
El cuerpo enferma, duele, crece, siente, goza. Lo castigamos, lo premiamos, lo exigimos. Nos esclaviza, pero también desea y nos regala orgasmos. 
Muchas cosas para decir del cuerpo, pero en esta sección de luchas y conquistas me interesa verlo desde una concepción feminista.
Antes que nada: ¿Es lo mismo el cuerpo que la cuerpa? ¿Hay diferencias entre los cuerpos y las cuerpas féminas? ¿o de las cuerpas con vulva?
Pues sí. La cuerpa siempre ha sido un territorio de disputas. El control sobre las cuerpas es un asunto complejo que aún condiciona la autonomía y la libertad de las mujeres para decidir sobre su propia vida. La regulación de la sexualidad y la capacidad reproductiva, sigue siendo una forma de dominación de un sistema heteropatriarcal y capitalista.  Es que a esta altura de las cosas, un montón de señores con sotanas, con togas o con dinero, sienten que pueden intervenir en las decisiones que tomamos sobre nuestras cuerpas. 
De la misma forma, la construcción y la categorización de los cuerpos en términos binarios ha negado la posibilidad de las personas a autodeterminarse y vivir libremente su cuerpo. Desde el feminismo se entiende al binarismo como una fuente de abusos contra los derechos humanos de quienes no se ajustan a los modelos normativos de lo femenino y lo masculino, y a las expectativas socioculturales de género.  
Ni hablar de los mandatos de belleza que exigen mucho más a mujeres que a varones: la delgadez, la blancura, el estereotipo ario europeo dominante. 
¿Y qué hacemos nosotras con todo esto? 
las feministas colocan a la cuerpa como uno de los ejes centrales en las movilizaciones y demandas. Está claro. Pero quiero ir más allá. Las feministas –como colectivo- reclaman en contra la censura de las cuerpas, contra la regulación de la sexualidad y la vida reproductiva y no reproductiva de las mujeres y también exigen derechos para las personas con vulva y el colectivo lgbt. 
Como buenas feministas que somos, ya le dimos like a las publicaciones de Wanda Nara diciendo que “ama cada centímetro de su cuerpo con celulitis”. También hemos ido a conferencias, disertaciones y leímos todos los manuales de la corrección política y de body positive, que nos indican que amemos nuestras cuerpas y que respetemos las diversidades. 
Lo sabemos. Como parte de un colectivo, está clara la lucha.
Ahora, de manera individual, la lucha es de igual a igual contra una misma, con ese espejo que devuelve una imagen que no coincide con las seguridades que gritamos en las calles. Es más fácil pelear por todas, que enfrentarse a los propios fantasmas.
No somos responsables también de eso, compañeras.
Pero creo que es necesario ponerlo en palabras. Porque de vez en cuando no me gusta como tengo el pelo, o como me quedan las calzas. Porque muchas veces no me animo a ponerme la pollerita, o porque la panza, o porque las estrías, o las mil fotos que sacamos para ver si nos animamos a publicar una. Porque si soy vieja o si soy gorda, o flaca, o no me depilé  o solamente con la luz apagada.
Propongo entonces, desde esta marchita contestataria, que además de aceptar nuestras cuerpas tal cual son, como manda el manualcito, también explicitemos esta contradicción que nos atraviesa. Sabemos muy claro lo teórico y lo de los derechos que exigimos y tenemos claros también los argumentos que esgrimimos. Todo es muy claro hasta que nos encontramos con nuestro propio espejo. 
No es nuestra culpa, hermanas, fueron siglos de patriarcado los que se nos colaron en la cuerpa; pero lo dije al inicio: 
El cuerpo es una fiesta
La cuerpa es una fiesta.
Para empezar la gozadera, no sé qué esperamos a que empiece a sonar esa canción.
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milyolivera · 2 years
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Familia Elegida
Marchita Degenerada del viernes 22 de julio de 2022 en el programa Degeneradas en el aire por Radio La Ronda y Radio Local Paravachasca
Para hablar de la familia elegida antes deberíamos hacer referencia a la familia que nos tocó en suerte. Me refiero a “la familia” en ese ideal blanco, burgués patriarco –matriarcal y capacitista que la caracteriza.
Esa familia en la que caímos está sostenida por siglos de cultura capitalista que la erige como institución máxima. Tanto es así que de ella hacen referencia frases como “lo primero es la familia”, “madre hay una sola”, los “de eso no se habla”, porque “los trapitos sucios se lavan en casa y no se sacan al sol”.
Es que en realidad, al sistema le sirve esa familia que guarda lo privado en el espacio privado y deja la esfera doméstica fuera del ámbito público.
Y al interior de cada une de nosotres, la familia se constituye como un cofre, un cofrecito; como un espacio de protección en el que se guardan los integrantes de la familia con sus construcciones, sus vivencias que incluyen también los pactos, los silencios, las vergüenzas y las culpas que supimos construir en ese cofrecito que muchas veces no es tan de cristal.
Justamente por eso, en este programa degenerado y en esta columna disruptiva es que, sin ninguna certeza ni tesis acabada en el asunto, más que las ganas de cuestionarnos y formularnos nuevas preguntas que nos habiliten la transformación de todo, es que pienso que a ese cofrecito de cristal, habría que mandarlo a la mierda.
Porque es la familia, esa familia que pretende quedarse en ese cofrecito de cristal Disney donde suceden las más horribles violencias.
Según el observatorio Lucía Pérez, más del 60% de las violencias en la Argentina se dan en el seno familiar. Sabemos que la mayoría de los crímenes machistas son perpetrados por parejas o ex parejas de las víctimas, en los casos extremos, pero son también esos padres de familia los responsables de las violencias sexuales y económicas. La mayor responsable de los abusos y violencias a las infancias es la familia nuclear tal cual la conocemos.
No desconozcamos esta realidad. Seamos conscientes que el patriarcado nos indica como mandato que debemos proteger a ese cofre, sentirnos parte de ese clan y dejar en la esfera de lo privado todas las mugres que suceden al interior del cristal.
Y no hace falta que sea tan grave, solo es desnaturalizar prácticas, romper mandatos, actuar conscientes.
Es así que, en un pedido, en un llamado contra mandatario para romper esas rutinas que ya tenemos establecidas, las invito, los invito, les invito a desjerarquizar a la familia nuclear de ese lugar protagónico.
Y depende en cada caso, cada une sabrá el tipo de familia en la que cayó, pero más allá de que sea más o menos funcional cada familia; no le debemos nada. Estoy segurísima que no hay por qué fumarse un almuerzo de domingo con la tía macrista, con el tío abusador o con la abuelita que se tira pedos.    
No chicas, ya no más
Porque en este camino que hemos emprendido ya no hay lugar para disculpas ni tibiezas y no tenemos que quedarnos donde nos hace mal.
Por suerte, tomar esta decisión no nos deja huérfanas. Al contrario, nos deja hermanadas con quienes elegimos recorrer este camino:  Nuestra familia elegida. Con quienes entienden nuestras elecciones de no tener hijos, de no volver a convivir, de experimentar sexualmente con libertad, de clavarse el pañuelo verde y tomar termos de mate en una vigilia: Las amigas. Las amigas son ese modo de enlazarnos sentimental y colectivamente incluso como un lujo en nuestras constelaciones afectivas y redes de contención”, según escribe Vir Cano en su nuevo libro de pronta edición.  
Y si bien la familia tradicional se arrogó el rol del “hogar”, las amigas no necesitan ni están destinadas a una casa en común, sin embargo, con amorosa sabiduría han sabido hacer rancho y refugio entretejiendo espacios, recursos, alegrías, cervezas, lágrimas y valioso tiempo compartido.
No es el objetivo de este espacio romantizar las amistades tampoco, pero sí valorarlas, invitar a cuidarlas y entre todes ayudar a jerarquizarla. Entenderla como una elección amorosa y cultivarla. Asumir la relación entre amigas como una estrategia de supervivencia, como una economía colectiva del amor, que incluye por supuesto al amor, pero también a la militancia y a la complicidad como distintos matices de lo colectivo. Amarla, porque es la familia que elegimos.
Collage: Tamara García para La Tercera
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milyolivera · 2 years
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La censura no existe, mi ciela
Marchita degenerada del viernes  14 de julio de 2022
Hace rato que queríamos hablar de la cultura de la cancelación.
Pero para explicarlo un poco me parecía simple hacer como lo hago con mis estudiantes y recurrir a la metáfora. Como me gusta el cine se me ocurrió traer el a este espacio, el Eterno Resplandor de una muerte sin recuerdo. Es una peli de 2004 que desde hace poco está disponible en Netflix y es súper recomendable. Pero para les que no, les cuento que es la historia de Joel y Clementine (Jim Carrey y Kate Winslet), una pareja que decide, a través de un extraño experimento científico, borrar de su memoria los recuerdos de cada uno para olvidar el dolor y evitar el tormento de la ruptura. Imagínense qué loco. Borrar del mundo y de tu mente lo que no te gusta, lo que te trae dolor, lo que ya no concuerda con una o que queremos dejar en el pasado. Ante la primera idea nos vemos tentadas de a decir “deme todas las pastillitas de esas”
Quien no quisiera borrar a su ex, sacar al árbitro que cobró mal, volver el tiempo atrás o hacer desaparecer el molesto viento.
Pero lejos de la ficción, en la vida real las cosas no son tan sencillas.
Aunque sí parecen más sencillas en las redes sociales, donde – estemos atentas a esto- nuestro universo se restringe a nuestros amigues y conocidos, a quienes admiramos y queremos y no con quienes debatimos. Por eso, cuando aparece una idea contraria, alguien que hace algo repudiable, alguien que comete un error, es simplemente cancelado.
“Ojo que hablo de monedas y no de gruesos billetes”, citando a Baglietto mientras se me cae el documento.
Para explicarlo digamos que la cultura de la cancelación es el fenómeno por el cual, la sociedad se organiza para dejar por fuera del ámbito público, boicotear sus trabajos, suprimir sus obras o ideas a quienes hayan dicho o hecho algo incorrecto, hayan dado una opinión por fuera de lo políticamente correcto o lo socialmente aceptable.
Y es acá donde diferenciamos las monedas de los gruesos billetes. O mejor, las pavadas o las confusiones, de las cosas realmente graves, las acciones que ya no admiten tolerancia; los delitos.
Creo necesario hacer esta diferenciación.
Como siempre es mejor hablar desde una misma, sepan que este espíritu rebelde y personalidad polémica e intransigente, llevó a que una vez me echaran de un asado. Si! No se rían que fue muy doloroso porque justo estaban por servir el matambre. Y que no me cancelen les veganes.
Decir algo incorrecto en el contexto incorrecto es susceptible de ser cancelado. No necesariamente porque el concepto este errado, sino porque quizás no estaba preparado el auditorio. Y los auditorios en las redes, son una trampa. (Shhhh.. pero piensan más o menos como vos)
Decir una idea nueva, polémica, desafiante, contracultural, que desborde los límites, es valorado positivamente en esta sección rebelde, y apuesto por ellas. Quién hubiera pensado que fuera legal el aborto, la ley de identidad de género, la aceptación de las disidencias sexuales si no hubiésemos partido testarudamente de romper con lo establecido.
Ahora bien, hay cosas con las que somos intolerantes – y no es de jodidas- es con argumentos y basadas en las leyes que tenemos y las que nos quedan por conseguir en este país. Con esas, no transamos. ¿Pero cómo se hace?
Y creo que aquí está la clave. Cómo lidiamos con las ideas realmente ofensivas o peligrosas. La cancelación es también una oportunidad de la sociedad para repudiar y hacer justicia contra la homofobia, el racismo, el machismo.
Tiene que haber un mejor modo de lidiar con las ideas que no nos gustan más allá de la cancelación.
Al final del eterno resplandor de la mente sin recuerdo, Jim Carrey ya sin recuerdos, es libre finalmente. Pero a pesar de haberse sacado a Kate de su mente, se la encuentra en todos lados: en la calle, en la paya, en el cine, en la estación de tren…
Ocultar, acallar, censurar no es la mejor forma de combatir las ideas con las que no acordamos. No sirve ir a un científico que borre para siempre las ideas con las que no acordamos. Las ideas que repudiamos hay que contra argumentarlas, discutirlas abiertamente, exponer las razones, mantener conversaciones en serio para desarticular esos discursos de odio, complejizar las naturalizaciones, aunque nos echen de mil asados.
Para lidiar con las ideas ofensivas propongo, cambiar la cancelación por el argumento, postear en redes las ideas con las que sí acordamos y no compartir las que repudiamos.
Igual, debo confesar que mas de una vez desee someterme cualquier tratamiento médico para lograr que algunos de mis ex saltaran al vacío y no volvieran nunca.
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milyolivera · 3 years
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Asumirse feminista, otro modo de salir del closet
Marchita de @degeneradas_  del viernes 24 de septiembre de 2021
Me pregunté toda la semana por el significado de este término porque había escuchado que miembros de la comunidad lgbtq+ no estaban muy de acuerdo con esta expresión.
Decididamente, es una expresión ambigua y antigua pero creo que puede ser usada como metáfora no sólo en casos de homosexualidad: Asumirse feminista; otro modo de salir del clóset
No le pasa a todas, creo que es algo de nuestra generación, de las más grandes. Noto que las pibas desde el día cero se ataron el pañuelo en la mochila y salieron a enfrentar el mundo. A mí me costó más y me sigue costando todavía.
Y no es lo mismo sentirse hermana en una marcha, en una vigilia, donde corre el glitter, la purpurina y las bengalas y cantamos las consignas al unísono. Me refiero a esos lugares incómodos como las mesas familiares de domingo, los lugares de trabajo, el aula, en mi caso.
Ser feminista es manifestar desacuerdo, se trata afirmar que “tengo un problema con algo y ese algo se llama machismo”. De algún modo lo mismo les pasa a les que salen del closet por elección sexual. Cuando es pronunciada la frase “soy gay” o “soy feminista”, nada vuelve a ser igual. Después de lo dicho es inevitable recibir toda clase de desaprobaciones. Ya sabemos los insultos, desaprobaciones, ignorancias y discriminaciones que se les aplican a los miembros de las diversidades sexuales. A las feministas se nos asocia con una solterona llena de gatos, que no se depila las axilas y con “poca suerte en el amor”, con una mujer llena de odio y deseo de venganza, con una vagina dentada y con quien “no se puede hablar”. Se nos llamará feminazis, resentidas, hormonales, exageradas, entre otra clase de insultos.
Y los varones, o les que ven TN o en las mesas domingueras circulan afirmaciones como: “los hombres también sufrimos por las mujeres”, “también hay mujeres violentas”, “las madres son culpables de los machismos porque ellas los educan”, o en lugares mas intelectuales de esos que te usan mucho la esdrújula: “Kant, Marx, Picaso, Neruda, Nietzsche eran hombres, si no hubiera habido pensadores con ese nivel y ñi ñi ñi
En lo personal, hasta aquí me ha costado mucho asumirme feminista. Por distintas razones: para no exponerme, por pereza, por no tener ganas de continuar una discusión, para no ser siempre la rarita en algunos círculos.
Pero lo hice. Y aquí estoy. Soy feminista como un modo que encontré de cuidar de mí misma y de mis hermanas. Soy feminista para frenar la violencia simbólica y micromachismos que nos hacen estar descontentas con nuestra condición femenina. Soy feminista y desaprendo todos los días que el problema no soy yo, no es mi género, ni donde estoy, ni como me visto, ni a donde voy. Soy feminista y formo parte de una hermandad en contra del patriarcado, a favor de la igualdad.
Muchos teóricos del movimiento gay como David Halperin o Judith Butler han definido el hecho de “salir del clóset” como un acto de valentía del que no se pueden medir las consecuencias y del que ya no se puede volver atrás.
Decir “soy homosexual” implica valentía. Porque salir del clóset implica salir de las expectativas heteronormativas dentro de las que hemos sido educades cultural y socialmente. Rompe el mandato social de género que le fue impuesto al nacer. El/la/le que sale del clóset no podrá echar marcha atrás, no amanecerá más ni menos gay mañana, ni a la gente se le olvidará algún día “su gran confesión”.
Creo que confesarse feminista, al igual que asumirse homosexual, es manifestar lejanía con los ideales heteronormativos. La comunidad lgbtq+ se aleja porque su deseo sexual no encaja con los ideales sociales. Las feministas nos alejamos porque no quiere desempeñar el rol social que se la ha asignado por haber nacido mujer. Ambas salidas del clóset, son posicionamientos políticos que confrontan el orden heteronormado y machista. Adscribirse al feminismo es también incorporar un ideal de justicia, afirmando que un mundo alterno, más justo, es posible.
Para construir un mundo más justo para todes, no podemos dejar de ser sensibles a las estadísticas: las prácticas machistas son perpetradas en su mayoría por hombres y afectan en su mayoría a mujeres y diversidades sexuales. En este mundo se inventó el término “femicidio” para hablar de la muerte por género. Los fenómenos como la trata afectan en su mayoría a mujeres y niñas. En este mundo las condiciones de pauperización son mayores si sos mujer, si sos niña, si sos indígena. Ni hablar si sos trava 
o trans 
o queer...
Entonces, señores, se acaban de celebrar elecciones y no saben cómo remontar este muerto, pues propongan políticas para construir un país mejor y más justo en el que las propuestas feministas no sean sólo aparecer en la foto o de esas baratas y para la prensa. Está buena la identidad de género y el cupo laboral trans, pero a jugarla. Queremos mujeres y diversidades sexuales en el Congreso, en los sindicatos, en los equipos de fútbol. No alcanza con el lenguaje inclusivo si las políticas son excluyentes para las mujeres. 
Lean de una vez las urnas. 
Porque ya salimos del closet pero podemos volver a tomar las calles.    
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milyolivera · 3 years
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Afganistán nunca estuvo cerca
Marchita degenerada @milyolivera del 20 de agosto de 2021
Ahora que Afganistán está en el ojo de la tormenta de la opinión pública internacional y parece casi obligatorio hablar del tema, lo primero que me sale es preguntarme ¿por qué nos deberíamos meter nosotres, occidentales, a opinar sobre Afganistán?
 ¿Afganistán!  ¡Qué sabemos nosotres de Afganistán!
 Afganistán se parece a distancia, oscuridad, arena y hambre
 La verdad es que yo no sé casi nada de Afganistán. Nunca estuve en Afganistán, no conozco el país, ni a nadie que haya ido. Todo lo que sé, lo he escuchado en los medios. ¡Eso sí!  Me crié escuchando en la radio la lucha de los guerrilleros afganos contra tanques soviéticos, helicópteros y minas antipersonales. También vi Rambo. Estaba justo mirando la tele el día que cayeron las torres gemelas y como soy tan militante del amor como adicta al cine, vi mil películas de medio oriente, pero nunca pude olvidar “Las tortugas también vuelan”
 Afganistán suena a Muerte, miseria, oscuridad y guerra.
 Las tortugas también vuelan es una peli kurda que muestra a los habitantes de un campo de refugiados que buscan desesperadamente una antena parabólica para poder estar informados sobre la inminente guerra y son los niños y niñas del campamento los que recogen y venden minas antipersonales sin ninguna protección, a riesgo de quedar mutilados.  
 Afganistán es angustia, miedo, amputación, destrucción, desolación.
 En estos días las redes sociales se ocuparon de mostrar que el regreso de los talibanes a Kabul y la huida del presidente en helicóptero (de lo que sabemos algo en Argentina) significan gran pesar para el país todo, pero sobre todo para las mujeres. Al parecer, ese pesar se refleja en el tipo de ropa que usarían a partir de ahora las afganas.
 Afganistán usa burka, kibá, velo y prohibición.
De tanto musulmanas que vi en las redes, mepa que existe una obsesión occidental con el velo que usan, como si usarlo significara una supuesta opresión o sumisión ancestral de las musulmanas. Occidente se obsesionó al comienzo del siglo XX cuando las europeas intentaron liberarlas de la opresión que daba el velo a las refugiadas; también se obsesionaron en el 2001 las primeras damas poniéndolas en el foco justificativo de la invasión a Kabul y creo (solo creo) que hoy se obsesiona nuevamente el feminismo colonial y buena parte del progresismo global. Sin saber tanto, me parece un poco lineal el análisis de que “burka es igual a opresión”. Es preciso una contextualización histórica y política. 
 La doctora Carolina Bracco explica en un artículo publicado en la Revista Anfibia que “el burka es una pieza usada tradicionalmente por las mujeres del pueblo pastún, uno de los numerosos grupos étnicos de Afganistán. Como muchas otras formas de velación, simboliza la respetabilidad de la mujer que lo porta y la pertenencia a una comunidad específica además de proteger de las miradas y el acoso de los hombres fuera del hogar. De esta manera, se porta como una forma legítima de transitar el espacio público. En los países de mayoría musulmana los motivos que cada mujer tiene para llevarlo son variados, pero suelen responder a los estándares sociales que se consideran apropiados en su comunidad”
 Afganistán se parece a ignorancia y boca de jarro descontextualizadora
Ahora, ¡¿por qué opinamos nosotres?! ¿Quién nos dio el derecho de identificar mujeres que necesitan ser salvadas o rescatadas de una cultura que no comprendemos por resultarnos ajena? 
 Afganistán me cuestiona, me desafía, me incomoda
 Quisiera poder hablar del tema despojándome de la mirada colonial y paternalista de tener que rescatar a mujeres, porque poner el foco desde occidente en el sufrimiento de las mujeres musulmanas no es nuevo, pero sobre todo, no es inocente. ¡Qué más representación del hombre blaco, cis y colonial que el imperialismo yanqui! Y no sé mucho, pero digo cuidado. Cuidado y respeto.  
 Afganistán merece una mirada hermana, solidaria y respetuosa
 En todo este relato no puedo dejar de afirmar que sí sabemos que los talibán tienen una ideología. Una ideología que sigue una doctrina religiosa y machista inventada en el siglo XVIII.  Tampoco podemos ignorar la utilización de sus servicios que se hizo desde Estados Unidos cuando se propusieron acabar el terrorismo y adueñarse del petróleo. Con los soviéticos, con los norteamericanos o con los talibán Afganistán lleva cuarenta años perdiendo guerras. 
 Afganistán es guerra, ocupación, desamparo y dolor
 En todo este ruido las musulmanas, a pesar de las prohibiciones han salido a marchar uniéndose al grito de #NoNostaparán. No, no tengo opinión cabal de lo que significa. Sólo tengo una esperanza en esa voz femenina que se alza desde ahí mismo y no desde los ecos imperiales disciplinadores.
 Afganistán me invita a escuchar, resistir y a acompañar
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Afganistán nunca estuvo cerca
Ahora que Afganistán está en el ojo de la tormenta de la opinión pública internacional y parece casi obligatorio hablar del tema, lo primero que me sale es preguntarme ¿por qué nos deberíamos meter nosotres, occidentales, a opinar sobre Afganistán?
 ¿Afganistán!  ¡Qué sabemos nosotres de Afganistán!
 Afganistán se parece a distancia, oscuridad, arena y hambre
 La verdad es que yo no sé casi nada de Afganistán. Nunca estuve en Afganistán, no conozco el país, ni a nadie que haya ido. Todo lo que sé, lo he escuchado en los medios. ¡Eso sí!  Me crié escuchando en la radio la lucha de los guerrilleros afganos contra tanques soviéticos, helicópteros y minas antipersonales. También vi Rambo. Estaba justo mirando la tele el día que cayeron las torres gemelas y como soy tan militante del amor como adicta al cine, vi mil películas de medio oriente, pero nunca pude olvidar “Las tortugas también vuelan”
 Afganistán suena a Muerte, miseria, oscuridad y guerra.
 Las tortugas también vuelan es una peli kurda que muestra a los habitantes de un campo de refugiados que buscan desesperadamente una antena parabólica para poder estar informados sobre la inminente guerra y son los niños y niñas del campamento los que recogen y venden minas antipersonales sin ninguna protección, a riesgo de quedar mutilados.  
 Afganistán es angustia, miedo, amputación, destrucción, desolación.
 En estos días las redes sociales se ocuparon de mostrar que el regreso de los talibanes a Kabul y la huida del presidente en helicóptero (de lo que sabemos algo en Argentina) significan gran pesar para el país todo, pero sobre todo para las mujeres. Al parecer, ese pesar se refleja en el tipo de ropa que usarían a partir de ahora las afganas.
 Afganistán usa burka, kibá, velo y prohibición.
De tanto musulmanas que vi en las redes, mepa que existe una obsesión occidental con el velo que usan, como si usarlo significara una supuesta opresión o sumisión ancestral de las musulmanas. Occidente se obsesionó al comienzo del siglo XX cuando las europeas intentaron liberarlas de la opresión que daba el velo a las refugiadas; también se obsesionaron en el 2001 las primeras damas poniéndolas en el foco justificativo de la invasión a Kabul y creo (solo creo) que hoy se obsesiona nuevamente el feminismo colonial y buena parte del progresismo global. Sin saber tanto, me parece un poco lineal el análisis de que “burka es igual a opresión”. Es preciso una contextualización histórica y política. 
 La doctora Carolina Bracco explica en un artículo publicado en la Revista Anfibia que “el burka es una pieza usada tradicionalmente por las mujeres del pueblo pastún, uno de los numerosos grupos étnicos de Afganistán. Como muchas otras formas de velación, simboliza la respetabilidad de la mujer que lo porta y la pertenencia a una comunidad específica además de proteger de las miradas y el acoso de los hombres fuera del hogar. De esta manera, se porta como una forma legítima de transitar el espacio público. En los países de mayoría musulmana los motivos que cada mujer tiene para llevarlo son variados, pero suelen responder a los estándares sociales que se consideran apropiados en su comunidad”
 Afganistán se parece a ignorancia y boca de jarro descontextualizadora
Ahora, ¡¿por qué opinamos nosotres?! ¿Quién nos dio el derecho de identificar mujeres que necesitan ser salvadas o rescatadas de una cultura que no comprendemos por resultarnos ajena? 
 Afganistán me cuestiona, me desafía, me incomoda
 Quisiera poder hablar del tema despojándome de la mirada colonial y paternalista de tener que rescatar a mujeres, porque poner el foco desde occidente en el sufrimiento de las mujeres musulmanas no es nuevo, pero sobre todo, no es inocente. ¡Qué más representación del hombre blaco, cis y colonial que el imperialismo yanqui! Y no sé mucho, pero digo cuidado. Cuidado y respeto.  
 Afganistán merece una mirada hermana, solidaria y respetuosa
 En todo este relato no puedo dejar de afirmar que sí sabemos que los talibán tienen una ideología. Una ideología que sigue una doctrina religiosa y machista inventada en el siglo XVIII.  Tampoco podemos ignorar la utilización de sus servicios que se hizo desde Estados Unidos cuando se propusieron acabar el terrorismo y adueñarse del petróleo. Con los soviéticos, con los norteamericanos o con los talibán Afganistán lleva cuarenta años perdiendo guerras. 
 Afganistán es guerra, ocupación, desamparo y dolor
 En todo este ruido las musulmanas, a pesar de las prohibiciones han salido a marchar uniéndose al grito de #NoNostaparán. No, no tengo opinión cabal de lo que significa. Sólo tengo una esperanza en esa voz femenina que se alza desde ahí mismo y no desde los ecos imperiales disciplinadores.
 Afganistán me invita a escuchar, resistir y a acompañar
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Gozaaar es tan parecido al amor
Marchita degenerada del viernes 7 de mayo en el programa @degenradas_ “Derecho al goce”
Para hablar de derecho al goce, tengo que entrarle a mi Biblia.
“Putita golosa”, de Luciana Peker es mi Biblia y lo hemos vivido así, como una biblia, con mis amigas. Amigas con las que concebimos al amor y al deseo como el núcleo de la autonomía feminista y como el motor de una revolución interna que llevamos adelante cada día.
No tolerar la violencia, irse con alguien, no irse, empezar a trabajar, salir a bailar, viajar, mojarnos, emborracharnos, vestirnos, desvestirnos, abusarnos de los postres, masturbarnos, cómo y con qué, son las formas con que enfrentamos el machismo.
Y es así porque nosotras, mis amigas y yo, las mujeres de esta generación, que ingresamos al feminismo medio viejitas, nos hicimos viejas verdes. Nos pusimos el pañuelo al cuello, fuimos a algunos de los encuentros de mujeres, participamos de todas las marchas y, de a poquito, nos empezamos a dejar gozar, a dejar a amar. Y ya lo dijo Charly: “gozar es tan parecido al amor”
Y en la búsqueda del goce y del amor, lo que aprendimos es que el amor, el goce, el placer y el deseo no tienen nada que ver con los mandatos de reproducción ni de maternidad. Nuestra libertad y nuestro cuerpo son nuestros y no dependen de un varón, de la Iglesia, ni de deberes morales individuales de nadie. Es por eso que sentimos propio ese derecho a gozar.
Me gustaría mencionar que en este camino hacia la Revolución del deseo que transitamos - y citando en esta recopilación a Luciana- en 2002, conseguimos la Ley de Salud Sexual y Procreación Responsable, y gracias a ella, los anticonceptivos son gratis; en 2006 conseguimos la Ley que establece el derecho a la ligadura de trompas; en 2004 se sancionó la Ley de Parto Humanizado, en 2015 se promulgó la Ley de Educación Sexual integral, en 2010, el  matrimonio igualitario; en 2012 la Ley de Identidad de Género; en 2013 se dio vía libre a la Fertilización Asistida Igualitaria y en el 2020, en medio de la pandemia, la reciente Ley de Interrupción voluntaria del embarazo, entre otras conquistas.
Porque el feminismo del goce es revolucionario y activo, pero no es violento. Militar el goce es respetar la diversidad sexual, el erotismo lésbico, estar a favor de mostrar cuerpos, pero sin uniformes ni parámetros imposibles que te propone la publicidad. Queremos que las mujeres y todas las identidades sexuales no sólo tengan goce, sino también tengan palabra, voz y voto, poder y piel. Por eso hacemos besazos, tetazos y nos manifestamos con nuestras tetas al aire y con consignas pintadas en la espalda. Las mujeres deseantes y gozosas problematizamos el amor romántico, pero no estamos en contra del amor; al contrario, entendemos al amor como un encuentro respetuoso y humano. Nos oponemos a la violencia, al acoso y al abuso. Nos manifestamos con algarabía, en manada, en marea, reclamando cambios políticos y sociales, en las calles y en las camas. Y nos ha ido bien.
¿Nos ha ido bien? Creo que en las calles sí. En las camas tenemos que seguir laburando
 La Sociedad argentina de sexualidad humana (SASH) en un informe reciente que realizaó asegura que “el 20% de las mujeres argentinas nunca o casi nunca tuvo un orgasmo” (¿AAH?) y más adelante dice que “la mayoría de las mujeres da por terminada la relación sexual cuando el hombre termina”. (What?) Y bastante mas adelante dice que “mas del 70% de las encuestadas nunca se masturbó”
 ¿Entonces dónde está el goce?
Pienso que quizás estos datos nos sorprenden porque nosotras, -como mis amigas y yo- estamos muy en contacto con gente que está más o menos en la misma que nosotras, en la misma burbuja, digamos. Sin embargo, en la realidad general, en las camas individuales de cada una, el panorama pinta diferente.
Por eso es necesario que hablemos de estos temas, que nos pongamos a pensar en otras mujeres a las que no les llega este mensaje que mandamos, esas que no son nuestras seguidoras en Facebook, esas que no acceden a nuestros libros ni debates. Para eso, también es preciso que seamos conscientes de nuestros privilegios cis. Porque si es difícil disfrutar, gozar y amar para las mujeres cis, empaticemos y nos imaginemos por un momento el panorama de la discapacidad, de la ancianidad, de la ruralidad y de otras identidades que aún no saben por qué no se sienten a gusto en el cuerpo que nacieron.
Seguramente que este tema da para mas, haremos otros programas, convocaremos a otros especialistas que nos aclaren y seguiremos leyendo y experimentando, para que este derecho al goce que defendemos, pueda ser ejercido por todas. Pero antes de cerrar y no quedarnos con este sabor amargo al final, quería tirarles algunos datos que también leí y que pueden ayudarnos para seguir levantado estas banderas del placer.
La sexóloga Silvina Valente, presidenta de la Sociedad argentina de Sexulaidad humana asegura que “las relaciones sexuales no deben sean egoístas, pero sí deben ser egocéntricas, es decir centradas en una misma.” Yo, que soy menos elegante que Silvina y aunque sea una obviedad y mas de una vez me he quedado con las ganas, con estos lentes feministas de goce que me proporcionó el libro de la Peker, aseguro que la relación sexual no termina con la eyaculación masculina, pero que el orgasmo femenino es nuestra responsabilidad y hay que salir a buscarlo.
O quedarse hasta conseguirlo.  
Silvina Valente dice que el sexo debe ser egocéntrico, yo le agregaría que también tiene que ser anticapitalista. Siempre me tildan de zurdita, pero quiero decirlo otra vez y cuantas veces sea necesario. El patriarcado y el capitalismo son nuestros enemigos y creo firmemente, como militante del amor, que sólo seremos más libres y gozantes si desterramos de nuestras camas y de nuestros goces el concepto de propiedad. Nadie le pertenece a nadie. Elegirse para disfrutarse sin lastimarse es la que va para mí.
Y quizás tambien para Luciana, y para Charly, en este Fanky en el que asegura que gozaaaaar es tan parecido al amor.
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milyolivera · 3 years
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Mi cuerpo, mi decisión
Marchita degenerada del 23 de abril de 2021
El jueves 22 fue el día de la tierra
Y con el reciente ingreso del sol a Tauro se me hizo el momento perfecto para poner los pies en la tierra, pero como me gusta a mi: Con los pies en el barro y el grito en el cielo
Y si el convite degenerade de hoy es reflexionar sobre los cuerpos y los territorios, me gustaría abordar el tema desde otra arista; a mi me interesa entrarle al cuerpo de las mujeres y hablar de nuestras cuerpas como un territorio de disputa y como un territorio de defensa que es atravesado por distintas luchas.
Las ancestras, con su sabiduría, pensaban que nuestros cuerpos estaban llenos de sensibilidad, porque dan vida y tienen memoria. A través de los sentidos nos conectamos con los territorios: oímos lo que nos cuenta el río, hablamos con las chacras, menstuamos con la luna y reímos con los pájaros; es decir, los sentidos son los que nos conectan con los territorios. No cabe duda que sobre el cuerpo queda impreso lo que ocurre en los territorios: la tristeza por la explotación, la angustia por la contaminación, pero también hay alegría en nuestro corazón por estar siempre en construcción de otros mundos posibles.
Pensar nuestras cuerpas como un territorio, nos lleva a la arena de disputas y conflicto que el patriarcado ha instalado desde sus orígenes, porque el núcleo de la opresión patriarcal está en el control de nuestros cuerpos, de nuestra sexualidad y de nuestra vida.
Una de las disputas más visibles de este último tiempo es el avasallamiento que se hace de nuestros cuerpos cuando nos quitan la autonomía sobre él.
Las mujeres opusieron en la lucha por la despenalización del aborto la consigna “mi cuerpo es mío” o “mi cuerpo, mi decisión”. Consigna que ha estado muy presente en las movilizaciones feministas contemporáneas y es tema de estudio en la academia. Puede sonar muy liberal hablar del cuerpo como propiedad privada. Pero no. Porque este reclamo por la emancipación de nuestras cuerpas nunca implicó para el movimiento feminista dejar de lado la responsabilidad colectiva, ni la reflexión teórica y ni la profundización política constante.
En nuestro país, enarbolando estos lemas en las calles, se movilizaron mujeres de toda nuestra geografía, rompiendo las grietas que estructuran la vida política de la Argentina y gracias a esa caminada en el barro y a nuestros gritos elevados a los cielos, se consiguió la tan necesaria ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Y es un gran logro.
Pero no es el primero
Ni nuestra lucha se acaba ahí.
Hoy, en el enfrentamiento desigual al poder, las feministas también estamos luchando por la tierra, contra el capitalismo, contra neolieralismo, contra el extractivismo, contra la marginación, contra el uso del cuerpo de las mujeres como mano de obra barata, empoderando las cuerpas y sus procesos.
Y para adelante, nos esperan otras revoluciones. Aún persiste la necesidad de trabajar en el plano de las representaciones sociales. El mundo, nuestro entorno, nuestros pueblos, aun conciben las cosas desde una perspectiva binaria, patriarcal, doctrinaria, competitiva y de conquista.
Queda un trabajo de sanación propio y colectivo; constante, sistemático y femenino que deberemos seguir haciendo.
Porque seamos claras, compañeras, como Rita Segato asegura en “Cuerpos, territorios y soberanía” que ningún patriarcón va a hacer la revolución.
Ya lo sabemos: el patriarcado es funcional al capital. El patriarcado es la forma fundante de las desigualdades y de nuestra subordinación: por eso somos nosotras, las que deberemos defender este territorio que es el cuerpo e interponerlo una vez más, con nuestros intensos debates teóricos, con nuestras diversas razas y procedencias. Somos nosotras y nuestros cuerpos las que continuaremos la lucha de este proceso emancipador de los cuerpos y de los pueblos. Abriendo conciencias, sacando rosarios de los ovarios y doctrinas de las vaginas, descolonizando nuestros cuerpos, propiciando nuestros goces, revolucionando nuestras camas.
Y para finalizar (o acabar) quiero hacer referencia a esta cuerpa que es el territorio que me contiene.
Es desde esta cuerpa, que sigo exigiendo libertad para la palabra que mueve mi lengua y calor para la fuerza que se genera en mi pecho.
En estas manos tengo mis herramientas que he aprendido y sigo aprendiendo a utilizar en mi camino.
Es en mi sexo y en mi genero desde donde concibo mi goce, mi placer y mi lucha. Son mis piernas las que se suman a los pasos de tantas que nos abrieron el camino que seguimos
y es en esta corporalidad toda que tiene memoria ancestral y recorrido de hermanas donde sigo forjando mi caminar errante pero nunca más sumiso ni silencioso.
Esta es mi lucha. Este es mi cuerpo. Y esta es mi decisión.
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milyolivera · 4 years
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Lo que el fuego nos dejó
Marchita degenerada del viernes 30 de octubre de 2020 en el programa “Ponerle el cuerpo al fuego” de @degeneradas_ 
En este 2020 olvidable, atravesado por la metáfora de la respiración y la muerte, sufriendo el colapso de las camas críticas y de la asfixia que causa en los pulmones el COVID-19, es necesario que ese fuego que nos acorraló, que nos quitó la calma y la respiración durante los últimos 60 días, no pasen desapercibidos.
Consideramos que era preciso sentarnos a pensar y a reflexionar acerca de la complejidad de la Córdoba ardiente cuando se acerca noviembre y parece, con su llegada, darle fin a la temporada de incendios. Por mas que se hayan sofocado los principales focos, aun nos quedan las consecuencias y quizás es momento de hacer un balance desde una perspectiva feminista y popular, ampliando el panorama para abarcarlo en toda su dimensión, pero haciendo zoom y foco en el accionar ciudadano, especialmente en el de las mujeres.
Las consecuencias inmediatas de los incedios son las más de 350000 hectáreas quemadas, la pérdida de dos vidas humanas a causa del fuego, una gran cantidad de viviendas arrasadas y familias evacuadas, la destrucción de economías y culturas de pequeños productores rurales y campesinos y una irrecuperable biodiversidad. Biodiversidad que habla del equilibrio de todo un sistema: del agua, del clima, de los ríos, de la flora y la fauna de distintas especies, sumado a los cambios climáticos que el ecocidio dejará en el ecosistema global.
Sabemos que este fuego es político y que persigue intereses muy distintos a los relacionados con el ambiente y con el cuidado de esa biodiversidad que hablamos. La política tiene que ver con favorecer los negocios y desatender a la naturaleza. Y no sólo eso:
Es tan político que el discurso oficial habla del fuego y del agua como gracia de dios caída del cielo y no de la intencionalidad de esos incendios, o a quién se favorecen cuando la tierra queda devastada, no se mide con la misma vara a los pobladores rurales, indígenas y campesinos y se desfinancia los programas preventivos, se precariza a las y los bomberos y se atiende de manera diferencial a los focos de acuerdo a quienes sean los dueñoso vecinos cercanos.
Es tan político, que en un año con las sequías más feroces de las que se haya tenido memoria, el gobierno de la provincia de Córdoba, no hizo ninguna campaña de prevención. Ni una. Es más, por el contrario, el Plan Provincial de Manejo del Fuego, eliminó el sistema de vigías, un mecanismo de detección temprana de incendios muy efectivo que consiste en ubicar a un bombero voluntario en torres estratégicamente ubicadas, donde a través de la observación del monte desde la altura. Mediante esta técnica, se podían detectar columnas de humo, favoreciendo el control temprano; pero ya no existe más.
Es tan político que el primer foco fue en agosto, en la zona de Pampa de Achala, afectando los campos ganaderos de la familia Becerra. En ese momento, Schiaretti declaró la emergencia agropecuaria al instante, privilegiando claramente a ese sector.
Es tan político que el segundo foco fue en septiembre, bastante más fuerte y más violento que el anterior y ya con los bomberos agotados, pero agrediendo al campesinado rural y a zonas turísticas. Schiaretti se llamó a silencio y recién se declaró la alerta amarilla en octubre, durante la virulencia del tercer foco, abriendo muy tardíamente la posibilidad de pedir auxilio a nivel nacional. Es por esto que se le abrió una causa judicial que está en manos de la fiscalía general de la provincia.
Es tan político por acción y por omisión que la desesperación y la impotencia de los vecinos, ciudadanos y activistas, los transformaron en brigadistas y pusieron a disposición sus propios cuerpos para enfrentar el fuego.
Ante el silencio responsable y cómplice del Estado, las y los pobladores, serranes, tuvieron que organizarse, comprometerse y sumarse al accionar de los bomberos.
En defensa del monte y los bosques, han surgido desde todos los valles y sectores afectados, organizaciones comunitarias que se están formando, capacitando y difundiendo el ecocidio; asumiendo la responsabilidad de acompañar a los bomberos voluntarios que no dan abasto e informando desde la mirada de los pobladores lo que acontece con los incendios y lo que sucede con los negocios que vienen por detrás.
Asamblea por el monte, vecinos autoconvocados de Punilla, todo el corredor de Sierras Chicas, La Calera, Alta Gracia, Agua de oro, San Marcos, de Anisacate y se multiplican otras.
Celebramos este compromiso popular, artístico y en redes sociales porque los cordobeses hemos perdido por décadas servicios ambientales por desidia e intereses políticos distantes de quiénes están en los campos, de quienes viven de las cabras o de las artesanías o de la papa. Pero la desatención del medio ambiente nos llevará a sufrir consecuencias que nos afectan a todes, todos los días de acá y por décadas y que tienen que ver con el calentamiento ambiental, con la inestabilidad del clima, con la provisión de agua, entre otras.
Lo celebramos también porque es una forma de responder a los ataques que el poder hizo contra el pueblo, como en el caso de los artistas de Agua de Oro que fueron allanados de manera violenta e intempestiva sólo por realizar un arte callejero que expresó el sentir de un pueblo serrano y de la comunidad cordobesa en general. O lo que pasó en Capilla del Monte, donde había más policías motorizados impidiendo que los vecinos acudan a apagar los fuegos que bomberos equipados para hacerlo.
Lo celebramos porque el fuego nos dejó dos muertes, pequeños productores y familias campesinas con su economía arruinada. y los que aún pueden, le pusieron el cuerpo a la defensa de su suelo para no transformarse en refugiados ambientales y tener que trasladarse luego a los grandes conglomerados urbanos de marginalidad y pobreza por ver acabado su habitat serrano. Decidieron defender el monte. Lo celebramos porque creemos con ellas y ellos que la salida es colectiva y organizada.  
Parte de esa organización implica recordar que, desde hoy, nos quedan 8 meses por construir una nueva política de manejo del fuego que respete el ambiente, evite la especulación inmobiliaria y ganadera, que incorpore y forme a las brigadas ambientalistas y que identifique, juzgue y condene a los responsables.
Un aporte más de esta organización popular digna de celebración, ha sido la visibilización de la catástrofe socioambiental. Sabemos que no estar en los medios es casi no existir. Y la incidencia en la agenda, en la representación y en el debate público que han logrado es bien importante. Gran parte de esa tarea se debe al trabajo del colectivo autoconvocado #ArdeCórdoba, que realizó un “proyectorazo” para romper el cerco mediático local.
Que, dicho sea de paso -y no tanto- los medios de comunicación nos debemos también una autocrítica como periodistas y comunicadores, porque muchas veces se cae en una cierta romantización de los incendios y de los desastres naturales. Al mostrar al niño que quiere ser bombero igual que su padre, o a una vecina tratando de parar las llamas con una cruz de madera; mostrando a los bomberos agotados y manchados de ceniza, tosiendo e intoxicados. Es necesario transmitir lo que realmente sucede. Y eso es lo que estamos intentando ahora.
Como mujeres, como comunicadoras, como parte de este pueblo comprometido con sus causas y con la naturaleza, con la pacha mama, como matriz productora de la vida. De la misma manera que hemos sabido encender incendios en otras oportunidades, ahora es momento de poner la cuerpa para apagarlo.
Por eso afirmamos que estamos al borde del colapso y que necesitamos políticas públicas ambientales participativas, económicas y sociales integrales que prioricen el cuidado y preservación de nuestra casa común, nuestra madre tierra. Porque sabemos la importancia de la tierra que es vida, es fuerza y es potencia femenina.
Por lo mismo afirmamos que esas 350mil hectáreas que se han perdido en Córdoba tiene que tener responsables. La justicia tiene que despegarse de sus compromisos políticos y empezar a ubicar, juzgar y condenar a los responsables intelectuales reales y no a los peones que son mandados por sus capataces a encender el fuego, sino a los verdaderos responsables, para desactivar esa maquinaria de impunidad.
Es por eso que amplificamos las voces de las mujeres movilizadas con la convicción de que es lo que nos va a permitir sostener este reclamo con perspectiva de género. ¿Cómo sería eso? Apropiándose del espacio público en un sentido educativo, solidario y colectivo, permitiendo la propagación de un pensamiento crítico, popular, antipatriarcal, feminista y respetuoso de la naturaleza.
Gritando de manera pacífica pero sostenida. Conscientes de que esta devastación busca extinguir la vida, preparar el terreno para el extractivismo y los negociados inmobiliarios, mineros y agropecuarios. Conscientes también de que
Ni el clima es cruel
Ni dios apaga las llamas
y que si Arde Córdoba, el Estado es responsable
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milyolivera · 4 years
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Quereme trans
Marchita degenerada del viernes 25 de septiembre en el programa “Transformar-nos” de @degenradas_
Me gusta siempre empezar esta marchita contando el recorrido que hice cuando la pensé. Me hace sentir que la pensé con ustedes, con les oyentes.
Nos proponemos hoy abordar el tema trans sin serlo y eso exige un poco de respeto y del necesario cuidado de las palabras para poder contar lo que muchas veces no es contado o es ridiculizado o menospreciado.
Me encontré en mi búsqueda con una entrevista que Mirtha Legrand le hizo a Cris Miró cuando la invitó a su programa en 2013. Se refería a ella como varón, le preguntaba sobre su verdadero nombre, sobre su forma de vestir, sobre los piropos, diciéndole “muchacho” a una tremenda bomba que tenía sentada en su mesa.
Después de verla, me alegra notar cuánto hemos avanzado y creo que ni Mirtha Legrand se animaría ya a esas preguntas si aún estuviera en condiciones de seguir conduciendo su programa. Hemos avanzado un montón: hoy hay travestis conduciendo programas de televisión, Mirtha está en su cama con control remoto y la mira por TV.
Hoy no sólo hay trans en la TV sino que hay otras en el cine. El caso de Romina Escobar, interpretando por primera vez a un personaje Cis en el film “Nosotros nunca nos moriremos”, creo está abriendo un espacio muy importante. Tenemos también avances en las legislaciones: el matrimonio igualitario, la ley de identidad de género y el reciente decreto de cupo trans en la administración pública nacional.
Al mismo tiempo, siento que nos falta un montón. Pero es importante mencionar que todo lo que se logró hasta acá fue producto de la lucha de un colectivo. Romina Escobar, Cris Miró, Lohana Berkins, Diana Sacayán, Cassandra Sandoval son figuras individuales, pero han podido ocupar lugares de visibilidad pública porque se han visto respaldadas por un colectivo.
Apuesto a que algunas las conocés, a otras sólo de oído y a otras ni. No es tu culpa. Las personas trans, no ocupan mucho espacio en los medios ni en la agenda pública, ni siquiera cuando mueren.
Capítulo aparte, (entre paréntesis y no tanto) te invito a recordar algún trans masculino. ¿Cuántas se te vienen en mente?  ¿Alguna en la tele?
Hasta acá he venido hablando de trans famosas, pero es importante decir que en el siglo XXI, la expectativa de vida de las personas trans no supera los 30 años. Aún hoy el Estado impone y condena a les trans a la prostitución. Al no encontrar otras fuentes laborales, en su gran mayoría, las personas trans se dedican a la prostitución, se ven obligadas a la marginación y muchísimas veces son discriminadas en sus barrios, en sus casas, con manifestaciones constantes de odio que las dejan sin hogar y en la marginalidad.
Una de las noticias de la semana pasada fue que más de 300 travestis y trans de CABA cortaron avenida Del Libertador porque se encontraban en situación desesperante. La pandemia las dejó sin ahorros, con deudas impagables y a muchas en la calle o al borde del desalojo, por no poder pagar un alquiler.  Otro grupo de   Mujeres, lesbianas, travestis y trans se organizaron y están resistiendo el desalojo previsto por Kicillof en la que se convirtió hasta ahora en la toma más grande de la Provincia de Buenos aires. Están exigiendo soluciones habitacionales y dispositivos para atender las violencias cotidianas que enfrentan a diario. Para ellas no corre el DNU que prohíbe los desalojos. Estas situaciones se han multiplicado por todo el país desde el inicio de la cuarentena.
 Quizás no lo viste en la tele, no te apareció en ningún portal. Es que la situación de vida de las personas trans es sistemáticamente relegada a los márgenes, a la oscuridad y no todas las trans y travestis tienen el glamour suficiente para aparecer en televisión.
Celebramos el decreto por el cupo trans. Es la primera acción concreta para el colectivo trans y travesti que puede abrir la puerta para empezar a hablar de otra manera con el Estado. El cupo se festeja porque por primera vez, el Estado se preocupó por poner tema en la agenda política. A partir de ahora es cuestión de que las organizaciones lgbtq+ y también las de derechos humanos empiecen a trabajar para darle forma a estas cuestiones hasta llegar a la ley.
El cupo es una herramienta que sirve de inicio, pero pensemos cuánto falta para sacar de las calles y de la prostitución a las personas trans. Cuánto falta hasta que ese 1% pueda acceder a un trabajo formal, pueda comer con una dieta equilibrada, comprase ropa, acceder a una vivienda, estudiar; llegar a la Universidad. Y qué será de la sociedad cuando haya médicos travestis, maestras o maestros jardineres trasnsexuales y travas que lleven los números de tu negocio. Cuando llegue el momento deberemos estar listes.
Los saberes que atraviesan a las personas trans no son académicos, no están en los medios, no se enseñan en la escuela. Los que escriben, los que dicen, los que opinan –incluso yo ahora- lo hacemos desde una posición cis y heteronormativa, expresando un discurso para otres que también, en su gran mayoría, son cis y heteronormativos.
Ya es hora de escucharles la voz. Que de una vez por todas haya travas, trvestis y transexuales en los espacios de género, contra la violencia, en los espacios de diversidad. Se pusieron a pensar que en esos espacios – que están estipulados por ley y que es muy progre contar con una secretaría de género o de diversidad - no cuentan con personal de la comunidad lgbtq+. Desde ahí se generan políticas para la comunidad lgbt+, pero aún no se los incluye en el diseño de esas políticas.
Ya hemos aprendido que cuando hablamos de perspectiva de género estamos aludiendo a unos lentes violetas, que visibilizan que las cosas no “son así” sino que “están así”, pero, por suerte, se pueden cambiar.
Lohana Berkins, la comandanta de las mariposas, decía que el arma más poderosa que ha usado el sistema para controlarnos es la ignorancia. Por eso la herramienta más poderosa que podemos interponerle a esa arma es el conocimiento.
Y es importante conocer que uno de los actores fundamentales que colaboraron en completar las producciones desde la perspectiva de género con la noción de “construcción social del cuerpo sexuado”, fueron los movimientos de la diversidad sexual. Gays, lesbianas, travestis, trans, revolucionaron los fundamentos de las relaciones sociales y sexuales al cuestionar las categorías de identidad y cuerpo como dos elementos unificados, coherentes y fijos, y al denunciar que la conceptualización predominante de “lo femenino” y de “lo masculino” incluye fuertemente un componente de “heteronormatividad”.
Esa heteronormatividad, (palabra se refiere a una regla social que presenta a la heterosexualidad como la verdadera y única forma posible de desear y amar) nos hace creer que las travestis (que son personas trans) están equivocadas porque pretenden ser algo que no son, y se hacen “monstruosidades” en el cuerpo. Pero ¿Hay cuerpos más “puros” que otros? ¡Que levanten la mano quienes no tengan intervenciones corporales! ¿Quién tiene un arito, o un piercing? ¿Un tatuaje? Todes modificamos el cuerpo, sólo que algunas intervenciones “molestan” más que otras. Permanentemente nos estamos “haciendo”.
La identidad requiere de una actuación permanente; de una “performance”, de un refuerzo constante para perdurar en la subjetividad de una persona. El respeto por la diversidad no tiene que ver con la tolerancia, sino con la aceptación humana de que todos/todas/ todes somos diverses pero iguales en derechos.
Transexual, trava, travesti
Tranformer, Transmutante, transhumante, Transatlántica, Trasandina, Transformista.
Trans.
Decidir por mi cuerpo
Decidir por mi vida
Vivir plenamente la sexualidad y la corporalidad es un derecho de todas las personas
Ser libres es un derecho
Ayudemos desde nuestra privilegiada heteronormatividad a que todes puedan ejercerlo.
Si me vas a querer, quereme trans
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milyolivera · 4 years
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Se trata de nosotras
Marchita Degenerada del Viernes18 de septiembre en el programa @degeneradas_
La problemática de la trata de personas es antigua. Bien parecida a la esclavitud. Desde tiempos inmemoriales, alguien se ha apropiado de personas con fines sexuales o laborales vulnerando las libertades y el derecho fundamental a la vida que tienen las personas; pero sin embargo hace muy pocos años que este tema se incluye en la agenda informativa y en la discusión pública.
La trata de personas es un crimen silencioso, de difícil identificación y de rentabilidad semejante al narcotráfico o al contrabando de armas. Constituye el negocio transnacional que genera mayores dividendos. Quienes caen en las redes de los tratantes, pueden enfrentar la explotación sexual, distintas formas de trabajo esclavo, mendicidad forzada, y abusos de todo tipo, perdiendo sus derechos más básicos, como la libertad, la seguridad y el derecho a vivir sin ser objeto de violencias.
Se trata de un delito tan macabro que coloca a los seres humanos en el lugar de la mercancía y es a la vez tan complejo que involucra y vulnera más de un derecho. Entre ellos, el derecho a la vida, a la libertad, a no ser explotada, al trabajo decente.
Creo que nos resulta ajeno y lejano, y que la gran mayoría de nosotras pensamos que es algo que les pasa a las personas pobres, del interior o inmigrantes. Déjenme decirles que no es así. Se trata de nosotras: porque es una problemática que nos incumbe a todos como sociedad y que nos atraviesa a todas como mujeres.  
Para conocer como nos afecta a las mujeres, en particular en Córdoba, entrevistamos a Carolina Lencinas, una psicóloga que es miembro del equipo técnico de la Dirección de asistencia y prevención de la trata de personas dependiente de la Secretaria de lucha contra la violencia de la mujer y trata de personas que funciona en el Polo de la mujer en la ciudad de Córdoba y es dependiente del Ministerio de la Mujer. A lo largo del programa van a ir escuchando la voz de Carolina intentando dar cuenta de la complejidad de este tipo de delito y de cómo se trabaja en Córdoba esta problemática.
Mientras vamos aprendiendo entre todes de la mano de Carolina y de la entrevistada, les propongo que vayamos haciendo un punteíto que nos ayude a echar luz o esclarecer sobre la trata.
En primer lugar, es importante decir que este crimen hace que hombres, mujeres y niñes, muchas veces motivados por sus sueños y por la expectativa de mejorar sus condiciones de vida, sean sometidos a situaciones de explotación de todo tipo, similares a la esclavitud.
La situación de vulnerabilidad en que viven muchas personas; con poca educación, viviendo en condiciones de pobreza, en lugares alejados geográficamente, a cargo de sus hogares en que viven muchas personas las convierte en blancos fáciles para los grupos criminales que se aprovechan de esas condiciones de debilidad y lucran a partir de sus necesidades más básicas que se encuentran insatisfechas.
Si bien este es un crimen no solo cometido contra víctimas femeninas, las mujeres y las niñas representan la mayoría de las víctimas de explotación laboral y son la inmensa mayoría cuando la explotación es sexual
En este programa de mujeres es importante decir que enmarcamos a este crimen con mirada femenina y con perspectiva de género porque la trata de personas involucra todos los tipos de violencia de género, provocando graves dificultades para el desarrollo de las mujeres y niñas en las distintas esferas de su vida.
Las mujeres y niñas víctimas de este delito sufren violencia física a través de golpes, quemaduras, heridas y toda clase de tratos crueles, inhumanos o degradantes, llegando en muchos casos al extremo de la muerte.
Por otra parte, la violencia sexual es una de las manifestaciones más comunes de este delito; lo que genera grandes riesgos para la salud de las víctimas, generalmente debido al no acceso al uso de preservativos, cortes y raspaduras en el tejido vaginal y anal provocado por el sexo violento y las violaciones, así como la contracción de infecciones de transmisión sexual y embarazos y abortos forzosos lo que involucra la violencia obstétrica y contra la libertad reproductiva.
La violencia psicológica aparece como consecuencia del encierro, la degradación, la destrucción moral y de la autoestima de las víctimas, lo que puede derivar en trastornos de ansiedad, aislamiento, depresión, tendencias suicidas, y adicciones.
También se ejerce violencia simbólica y mediática porque desde los medios de comunicación se siguen difundiendo imágenes de mujeres como objeto y los cuerpos como mercancías, contribuyendo a legitimar estereotipos y preconceptos de género que reproducen desigualdad y dominación masculina, reforzando la idea de explotación presente en la trata de personas.
A todo esto, se suman los efectos de la violencia económica y patrimonial; la violencia institucional frente a los obstáculos en el acceso a la Justicia y a los servicios de asistencia necesarios, la tolerancia y complicidad política, judicial, de las fuerzas de seguridad, además de la falta de capacitación y perspectiva de derechos de los distintos operadores y autoridades competentes para detectar e investigar los casos de trata.
¿Y por qué son las mujeres las víctimas más afectadas?
En primer lugar, recalcaremos esto de que la persona humana es tomada como una mercancía, como un producto, como una cosa susceptible de intercambio. En este mercado capitalista y patriarcal el sexo es uno de los servicios que más demandan los clientes. Y las mujeres son tomadas como servidoras sexuales capaces de satisfacer esa necesidad “tan natural” en los hombres.
Esto de las personas como mercancía también hace referencia a que los cuerpos de las personas son tomados como envase, como lugar para alojar cosas. Las personas, las mujeres no son ya seres humanos sino mulas, camellos, valijas, vagineras, simples envases para transportar lo que se necesita llevar de un lugar a otro, generalmente sustancias ilegales y peligrosas. La situación de vulnerabilidad y la división social y sexual del trabajo obliga a veces a las mujeres pobres a desplegar estrategias de supervivencia que las involucran con el micro tráfico de sustancias.
Otra de las razones es que muchas veces se requieren familias para trabajos. Es ahí donde las mujeres, luego de abandonos o como escapes de maltratos familiares. Con niñes a cargo o responsables del cuidado de personas dependientes o personas de mayor edad o con discapacidad, son las más susceptibles a emprender un éxodo con lo poco que les queda con la ilusión de inyectar cambios a sus vidas, pero caen en el infierno esclavizante de la explotación.
Finalmente, la discriminación y la violencia contra las mujeres son una expresión de las relaciones de poder históricamente desiguales entre varones y mujeres, caracterizadas por la consecuente subordinación y opresión. Los valores patriarcales fuertemente arraigados en nuestras sociedades contribuyen a negar derechos, invisibilizar y tolerar las violencias, y en cierto modo asegurar la impunidad de delitos como la trata de personas. El sistema capitalista y patriarcal se rige bajo la filosofía del descarte
El 23 de sptiembre se conmemora el día internacional contra la explotación sexual y la trata de personas. Una fecha como ésta sirve para sensibilizar con respecto a este tema y tomar medidas para erradicar este flagelo mundial que afecta a más de 3.5 millones de personas al año, según la Organización Internacional del Trabajo. Me sirvió a mí, en lo personal, para conocer más de un tema tan delicado y monstruoso, ojalá que les sirva también a les que escuchan saber de qué se trata la trata porque es un tema que a todas nos atraviesa, y sólo podremos erradicar redes de trata si juntas nos erigimos como protagonistas de esta lucha.
Porque se trata de nosotras
#tratadepersonas genero mujeres degeneradas
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milyolivera · 4 years
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Se trata de nosotras
Marchita Degenerada del Viernes18 de septiembre en el programa @degeneradas_ 
La problemática de la trata de personas es antigua. Bien parecida a la esclavitud. Desde tiempos inmemoriales, alguien se ha apropiado de personas con fines sexuales o laborales vulnerando las libertades y el derecho fundamental a la vida que tienen las personas; pero sin embargo hace muy pocos años que este tema se incluye en la agenda informativa y en la discusión pública.
La trata de personas es un crimen silencioso, de difícil identificación y de rentabilidad semejante al narcotráfico o al contrabando de armas. Constituye el negocio transnacional que genera mayores dividendos. Quienes caen en las redes de los tratantes, pueden enfrentar la explotación sexual, distintas formas de trabajo esclavo, mendicidad forzada, y abusos de todo tipo, perdiendo sus derechos más básicos, como la libertad, la seguridad y el derecho a vivir sin ser objeto de violencias.
Se trata de un delito tan macabro que coloca a los seres humanos en el lugar de la mercancía y es a la vez tan complejo que involucra y vulnera más de un derecho. Entre ellos, el derecho a la vida, a la libertad, a no ser explotada, al trabajo decente.
Creo que nos resulta ajeno y lejano, y que la gran mayoría de nosotras pensamos que es algo que les pasa a las personas pobres, del interior o inmigrantes. Déjenme decirles que no es así. Se trata de nosotras: porque es una problemática que nos incumbe a todos como sociedad y que nos atraviesa a todas como mujeres.  
Para conocer como nos afecta a las mujeres, en particular en Córdoba, entrevistamos a Carolina Lencinas, una psicóloga que es miembro del equipo técnico de la Dirección de asistencia y prevención de la trata de personas dependiente de la Secretaria de lucha contra la violencia de la mujer y trata de personas que funciona en el Polo de la mujer en la ciudad de Córdoba y es dependiente del Ministerio de la Mujer. A lo largo del programa van a ir escuchando la voz de Carolina intentando dar cuenta de la complejidad de este tipo de delito y de cómo se trabaja en Córdoba esta problemática.
Mientras vamos aprendiendo entre todes de la mano de Carolina y de la entrevistada, les propongo que vayamos haciendo un punteíto que nos ayude a echar luz o esclarecer sobre la trata.
En primer lugar, es importante decir que este crimen hace que hombres, mujeres y niñes, muchas veces motivados por sus sueños y por la expectativa de mejorar sus condiciones de vida, sean sometidos a situaciones de explotación de todo tipo, similares a la esclavitud.
La situación de vulnerabilidad en que viven muchas personas; con poca educación, viviendo en condiciones de pobreza, en lugares alejados geográficamente, a cargo de sus hogares en que viven muchas personas las convierte en blancos fáciles para los grupos criminales que se aprovechan de esas condiciones de debilidad y lucran a partir de sus necesidades más básicas que se encuentran insatisfechas.
Si bien este es un crimen no solo cometido contra víctimas femeninas, las mujeres y las niñas representan la mayoría de las víctimas de explotación laboral y son la inmensa mayoría cuando la explotación es sexual
En este programa de mujeres es importante decir que enmarcamos a este crimen con mirada femenina y con perspectiva de género porque la trata de personas involucra todos los tipos de violencia de género, provocando graves dificultades para el desarrollo de las mujeres y niñas en las distintas esferas de su vida.
Las mujeres y niñas víctimas de este delito sufren violencia física a través de golpes, quemaduras, heridas y toda clase de tratos crueles, inhumanos o degradantes, llegando en muchos casos al extremo de la muerte.
Por otra parte, la violencia sexual es una de las manifestaciones más comunes de este delito; lo que genera grandes riesgos para la salud de las víctimas, generalmente debido al no acceso al uso de preservativos, cortes y raspaduras en el tejido vaginal y anal provocado por el sexo violento y las violaciones, así como la contracción de infecciones de transmisión sexual y embarazos y abortos forzosos lo que involucra la violencia obstétrica y contra la libertad reproductiva.
La violencia psicológica aparece como consecuencia del encierro, la degradación, la destrucción moral y de la autoestima de las víctimas, lo que puede derivar en trastornos de ansiedad, aislamiento, depresión, tendencias suicidas, y adicciones.
También se ejerce violencia simbólica y mediática porque desde los medios de comunicación se siguen difundiendo imágenes de mujeres como objeto y los cuerpos como mercancías, contribuyendo a legitimar estereotipos y preconceptos de género que reproducen desigualdad y dominación masculina, reforzando la idea de explotación presente en la trata de personas.
A todo esto, se suman los efectos de la violencia económica y patrimonial; la violencia institucional frente a los obstáculos en el acceso a la Justicia y a los servicios de asistencia necesarios, la tolerancia y complicidad política, judicial, de las fuerzas de seguridad, además de la falta de capacitación y perspectiva de derechos de los distintos operadores y autoridades competentes para detectar e investigar los casos de trata.
¿Y por qué son las mujeres las víctimas más afectadas?
En primer lugar, recalcaremos esto de que la persona humana es tomada como una mercancía, como un producto, como una cosa susceptible de intercambio. En este mercado capitalista y patriarcal el sexo es uno de los servicios que más demandan los clientes. Y las mujeres son tomadas como servidoras sexuales capaces de satisfacer esa necesidad “tan natural” en los hombres.
Esto de las personas como mercancía también hace referencia a que los cuerpos de las personas son tomados como envase, como lugar para alojar cosas. Las personas, las mujeres no son ya seres humanos sino mulas, camellos, valijas, vagineras, simples envases para transportar lo que se necesita llevar de un lugar a otro, generalmente sustancias ilegales y peligrosas. La situación de vulnerabilidad y la división social y sexual del trabajo obliga a veces a las mujeres pobres a desplegar estrategias de supervivencia que las involucran con el micro tráfico de sustancias.
Otra de las razones es que muchas veces se requieren familias para trabajos. Es ahí donde las mujeres, luego de abandonos o como escapes de maltratos familiares. Con niñes a cargo o responsables del cuidado de personas dependientes o personas de mayor edad o con discapacidad, son las más susceptibles a emprender un éxodo con lo poco que les queda con la ilusión de inyectar cambios a sus vidas, pero caen en el infierno esclavizante de la explotación.
Finalmente, la discriminación y la violencia contra las mujeres son una expresión de las relaciones de poder históricamente desiguales entre varones y mujeres, caracterizadas por la consecuente subordinación y opresión. Los valores patriarcales fuertemente arraigados en nuestras sociedades contribuyen a negar derechos, invisibilizar y tolerar las violencias, y en cierto modo asegurar la impunidad de delitos como la trata de personas. El sistema capitalista y patriarcal se rige bajo la filosofía del descarte
El 23 de sptiembre se conmemora el día internacional contra la explotación sexual y la trata de personas. Una fecha como ésta sirve para sensibilizar con respecto a este tema y tomar medidas para erradicar este flagelo mundial que afecta a más de 3.5 millones de personas al año, según la Organización Internacional del Trabajo. Me sirvió a mí, en lo personal, para conocer más de un tema tan delicado y monstruoso, ojalá que les sirva también a les que escuchan saber de qué se trata la trata porque es un tema que a todas nos atraviesa, y sólo podremos erradicar redes de trata si juntas nos erigimos como protagonistas de esta lucha.
Porque se trata de nosotras
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milyolivera · 4 years
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Madres del aula
Marchita @degenerada_ del 11 de septiembre en ocasión del día de la maestra
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milyolivera · 4 years
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Madres del aula
Marchita del 11 de septiembre en el programa @degeneradas_
Como cada 11 de septiembre, hoy se celebra el Día del Maestro en Argentina en homenaje al aniversario del fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento, conocido como "el padre del aula”.
Así se decidió en la Conferencia Interamericana de Educación que se celebró en Panamá en 1943. La resolución indicaba "Considerado: que es actividad fundamental de la escuela la educación de los sentimientos, por cuyo motivo no debe olvidarse que entre ellos figura en primer plano la gratitud y la devoción debidas al maestro de la escuela primaria, que su abnegación y sacrificio guía los primeros pasos de nuestras generaciones y orienta el porvenir espiritual y cultural de nuestros pueblos; que ninguna fecha ha de ser más oportuna para celebrar el día del maestro que el 11 de septiembre, día que pasó a la inmortalidad, en el año 1888, el prócer argentino Domingo Faustino Sarmiento."
Seguramente ya hemos escuchado un millón de veces esta cantinela que resuena en nuestros oídos desde tiempos que quizás ya no tenemos memoria. Porque no parece, pero casi todes nosotres, la inmensa mayoría, ha pasado muchísimos años en la escuela. La escuela es la política pública universal más antigua (desde Sarmiento) y por suerte, es universo se va ampliando cada vez más.
Este es un contenido –me refiero a que el 11 de septiembre se celebra el día del maestro- de esos de los fundamentales de la educación formal y se machaca con él en distintos espacios curriculares: historia, música, los actos escolares, etc. Y es así, con el remache invisible pero constante es como se nos metió en la mente que todos los 11 de septiembre celebramos el día del maestro, en honor a Domingo Faustino Sarmiento, padre del aula.
¿Qué loco no? Más del 80 por ciento de les docentes son mujeres, sin embargo, aún hoy con todo lo que ha pasado por debajo del puente, no se nos ocurre decir Feliz día de la maestra.
Estuve atenta en estos días y como mucho se decía Feliz día del maestro (y de la maestra) como entre paréntesis, como de segundo plato, como de premio consuelo.
Y supongamos que Sarmiento sea el padre del aula, ¿cuál sería la madre del aula? Por qué en nuestra memoria emotiva que construimos desde la escuela recordamos a Sarmiento y no a la señorita Olga Cosettini, o a Rosarito Vega o las maestras de Jujuy o a María Elena Walsh o a cualquiera de las maestras invisivilizadas en un sistema que niega, olvida, precariza, estigmatiza y hasta mata a les docentes.
¿Y por qué no nos hacíamos antes estas preguntas?
Fácil: porque patriarcado
Y ahora las hacemos porque hemos aprendido o estamos aprendiendo o intentando problematizar la realidad; mirarla con estos nuestros ojos y ya no podremos volver atrás. De a poco, dejaremos de naturalizar las cosas tal como se nos presentaron y empezaremos a cuestionar para comenzar a construir esta nuestra historia con nuestra letra, con nuestra lucha, con nuestra palabra, con nuestra vida.
De alguna manera es buenísimo que nuestro “Padre del aula” sea Sarmiento, un personaje con tantas facetas y tan polémico. Plebeyo, ilustrado, racista, que llevaba su propio pensamiento a sus límites. Ideólogo de uno de los legados más progresivos e incluyentes de nuestra historia: La educación, pero también de la grieta civilización o barbarie.
La forma de ver el mundo que planteamos las mujeres es diferente. Rita Segato nos alerta siempre sobre esto. Tenemos que aprender a ver el mundo con ojos de mujeres, identificar las injusticias, los mandatos, los cíclicos ecos del patriarcado en prácticas cotidianas y desobedecerlas. Y pensar nuevo.
No es que esto signifique desacreditar a los hombres ni mucho menos desautorizar a Sarmiento. Aunque es uno de los próceres polémicos, es seguro que de esa polemicidad surgen algunas de las contradicciones docentes, de la escuela, de nuestra nación que deberíamos abrazar.
Les docentes de este país le debemos los cimientos de nuestras mejores tradiciones a ese ser complejo y contradictorio: un racista, un autodidacta, un autoritario, un estadista, un hombre. Y eso nos pone de cara a la complejidad de nuestro pasado.
Pero no es en ese tema en el que quiero entrar ahora, pero sí a la cita que decía antes que se refería a Sarmiento “que su abnegación y sacrificio guía los primeros pasos de nuestras generaciones y orienta el porvenir espiritual y cultural de nuestros pueblos”. Esta cita marca, creo, de alguna manera el trabajo docente y por qué mujeres
¡Quién más abnegada y sacrificada que una mujer! Y surge así el trabajo como sacerdocio, como vocación, como entrega y no como trabajo.
¿Les suena por ahí eso de las tareas de cuidado?
Desde los comienzos del sistema educativo argentino, el trabajo de enseñar ha sido desarrollado fundamentalmente por mujeres. En los orígenes se entendía que la enseñanza era un trabajo “apropiado para su sexo”: las mujeres ya venían educando en el hogar y sería “natural” para ellas seguir haciéndolo en la escuela.
Además, la docencia ha sido tradicionalmente un trabajo mal remunerado. Las maestras solían (y suelen) seguir trabajando cuando nacían sus hijos o cuando éstos eran pequeños, hasta cuando están enfermas. La costumbre de vivir con los padres, las facilidades de conseguir empleadas domésticas por salarios mínimos y la jornada parcial de trabajo (a la mañana o a la tarde) hicieron más simple la combinación de responsabilidades y, por lo tanto, también abonaron la naturalización de la “madre educadora”.
Solo tres cosas te pido: Alma corazón y vida y nada más.
Alma
Corazón
Y vida
No sé si se enteraron, pero durante la semana una profe, contagiada de COVID, falleció dando clases virtuales. Sus alumnes la vieron en esos últimos instantes a través de una pantalla, queriendo socorrerla, pero obviamente no se podía. Alma corazón y vida nada más.
Nada de lo que digamos acá puede esquivar el contexto de pandemia. Y esa docente murió de covid dando clase y su muerte compartida por zoom con sus alumnos, en su casa, sola, pero rodeada de gente. Un espectáculo doloroso en este contexto seguido de muerte. Pero muchas veces es eso lo que hacemos les docentes. Con tenacidad e insistencia seguimos prendiendo la cámara del Zoom para convencernos mutuamente de que quedan cosas por enseñar y aprender.
Como una marca de origen las maestras aprendimos de la entrega y la vocación y en mi experiencia- y no lo digo como una virtud-  No nos enseñaron a no ponerle el cuerpo. -Al aula-. Porque bastante le esquivamos a los puestos directivos, ministeriales o gremiales. Pero al aula, nos cuesta sacarle el cuerpo.
Y ahora que nos sacaron el aula, nos cuesta el doble. Se nos hace difícil hoy, en estos tiempos, en este año en el que se cuentan muertos y enfermos y se reivindican solo acciones individuales, yo me quiero quedar con las que la van por la colectiva. Las que con esa terquedad insurgente persisten, insisten siempre, a pesar de las circunstancias.
Se calcula que son al menos 80 mil les estudiantes que hoy están fuera del sistema educativo por falta de conectividad y recursos para sostener la modalidad virtual. Pero no se habla tanto de como la llevan les docentes. La compu, el celu, la conectividad, el wifi, las horas de trabajo, los espacios. A veces no hay compu o sólo hay sólo una, o un celu, un solo espacio silencioso en la casa y son varios los que van a la escuela. Pienso en las que trabajan en la ruralidad, o con analfabetos. ¡Qué laburazo!
Y ya sabemos no es cualquier año. Antes podíamos juntarnos a celebrar esta profesión y a sentir que la escuela era un espacio de reflexión colectiva y también de lucha. Pero hoy, hay docentes suplentes reclamando por sus derechos, otros esperando su nombramiento, programas educativos que ya no funcionan y sus trabajadores, capacitadores reclaman como el miércoles sucedió en Córdoba.  Los gobiernos no dan respuestas a esta problemática que pone en jaque a toda una generación y siguen ajustando salarios, precarizando las condiciones de trabajo y siguen impunemente avasallando derechos.
¿Y que nos queda? Seguir en la lucha. Cada une desde su espacio. Yo en las calles con mi guardapolvo blanco y mi corazón de tiza, amplificando mi voz en esta radio. Al resto, ojalá que ya sin venda y con estos nuevos ojos, reivindicando, enalteciendo, celebrando a esas mujeres, a esas maestras, a esas madres del aula, a pesar de Sarmiento.
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milyolivera · 4 years
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Juventud divino tesoro
Fotón de Gustavo Barrera durante la marcha contra el gatillo fácil en Córdoba 27/8/2020 
Marchita del programa “Juventudes” de @degeneradas_  del viernes 4 de septiembre de 2020
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milyolivera · 4 years
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Juventud divino tesoro
Marchita del programa “Juventudes” de @degeneradas_  del viernes 4 de septiembre de 2020
Para pensar en esta columna debo confesar que me costó correrme y hablar en tercera persona. Juventud divino tesoro
Esta cuerpa y esta mente se sienten jóvenes aún.
Ni tan joven ni tan vieja. Pero me estuve acordando de canciones de mi entrañable y extensa juventud para musicalizar esta columna. Canciones que me acompañaron, que me marcaron. Que me trajeron a la memoria la joven que fui, lo feliz que fui de joven y cómo esos sentimientos y esa música me ayuda a ver a los jóvenes hoy.
No sé si les pasa a todes pero creo que como parte de esta sociedad capitalista y patriarcal, que de la misma manera que endiosa a la juventud como población económicamente activa, sube al pedestal a las bellezas jóvenes, a los cuerpos esbeltos y a las pieles tersas. Pero es esa misma sociedad, ese capitalismo, ese patriarcado, ese mundo adulto, el que, al mismo tiempo -quizás por envidia- nombra y adjetiva constantemente a las juventudes de manera despectiva: “nativos digitales” “abúlicos” “sólo se vinculan entre pares” “millennials” “centennials” “los ni-ni”. O los criminaliza, condenando sus reuniones en la esquina, “ahora son todos drogadictos” o condenando la música que escuchan, los términos que utilizan, sus lenguajes, su arte.
Eso es mas o menos como estar rodeado de viejos vinagres.
Esta era una conversación que solía tener con mis colegas en la sala de profes, en la escuela, cuando todas esas cosas existían. Digo, les colegas, las salas de profes y la escuela.
Es que, el paradigma adultocéntrico evalúa, juzga y analiza a les jóvenes, con una amnesia reciente y envidiosa que añora algo que ya no volverá. Creo que a las juventudes debemos entenderlas con memoria emotiva, con la sensibilidad de la historia reciente, con la empatía de los dolores que supimos tener y de los miedos a la novedad, que ya superamos los que nos encontramos en la madurez.
Para vos lo peor es resbalar
Odio decir que me encuentro en la madurez como si fuese el globito del GPS “Usted está aquí” pero en mi caso, me lo obligo la madurez como necesaria, cuando ejerzo mis roles asignados: el de madre, el de profe, el de tutora, el de tia… Me gusta sentirme cerca, estar al tanto de la música, teñirme el pelo de colores, conocer de tribus y youtubers, pero si algo me ha enseñado el contacto con las juventudes es que sus demandas a la adultez tienen que ver con el acompañamiento, la educación y la contención. Muchas de esas necesidades se cubrían en la escuela.
La escuela es una de las instituciones fundamentales en la conformación de las juventudes. Es ese espacio exogámico que le permite a les jóvenes acceder a un mundo diferente al que le presenta la familia: es un espacio con nuevas reglas, donde se relacionan con pares, constituyen tribus, construyen identidades, hacen amigos. Es un espacio necesario, que hoy no pueden ejercer.
El debate evolutivo principal de esta edad está dado por el enfrentamiento al mandato familiar y a la cercanía y contacto con los pares, con los amigos. Nunca en la vida te sentirás tan cerca de tus amigues. Esa es una de las intensidades que debemos recordar y volver a vivenciar en la adultez.
No te olvides de posar en la disco o en el bar
En estos oscuros tiempos de pandemia y de enfermedad generalizada las juventudes se quedaron sin ese espacio, sin todas esas posibilidades que te da la escuela, los amigos, las tribus, la esquina, los bares, las juntadas. Las reuniones con amigos están prohibidas desde hace 6 meses.
En el terreno educativo, en este contexto de Pandemia, se prevé un 45% de deserción escolar. La brecha digital deja a millones de jóvenes fuera del sistema por no contar con las herramientas tanto materiales como con la formación y contención necesaria.
Muchas veces la familia, las instituciones, la comunidad y el Estado no se encuentran a la altura de las necesidades de las juventudes. Por el contrario, en este último tiempo se ha observado con dolor el recrudecimiento de la violencia institucional como respuesta estatal que se expresa en la cantidad de jóvenes desaparecidos y desaparecidas bajo custodia policial o asesinados por “gatillo fácil”. El caso de Facundo Castro en Buenos Aires o de Blas Correas, en Córdoba son tristísimos ejemplos representativos de la grave situación y falta de control de la institución policial en este contexto.
Por caso, eran dos jóvenes que rompieron cuarentena para juntarse con sus afectos y se los entregaron muertos a sus madres en un cajón. En cada uno de los casos la policía encubriéndose, plantando armas, desapareciendo el cuerpo, disparando por la espalda.
-         ¿Y la justicia?
-         Mal pero acostumbrados
Para vos lo peor es la libertad
No hay marcha más instalada en Córdoba que la marcha de la gorra. Se realiza desde hace más de 12 años y cada vez con mayor convocatoria. Intenta visibilizar la estigmatización que genera en las juventudes sus formas de vestir, de andar la ciudad, de escuchar música y cómo el aparato represivo se pone en su contra. Es más. La marcha de la gorra es una de las exportaciones cordobesas al país ya que la policía de Córdoba y la bonaerense son las que más estigmatizan a los adolescentes, a les jóvenes, por pobres, por portación de rostro o por violar la cuarentena como en estos dos últimos casos.
Según los datos del INDEC, la tasa de desocupación es de 8,9 por ciento, pero cuando miramos qué pasa con las personas de 14 a 29 años el porcentaje se duplica: en el caso de las mujeres asciende al 18,9 por ciento, mientras que en los varones alcanza el 16,9 por ciento. Como verán, desempleo asociado a las juventudes y afectando asimétricamente a las mujeres.
Más de la mitad de las y los jóvenes de nuestro país viven bajo la línea de pobreza y quienes tienen empleo acceden en general, a trabajos precarizados, informales, sin seguridad social ni acceso a los derechos más indispensables.
Ser parte de una familia, de una comunidad, de una institución, son soportes para la construcción de las subjetividades que se trazan en las adolescencias y juventudes. El mundo adulto ocupa un espacio central en este proceso de construcción de la subjetividad. Pero en contexto covid, según la socióloga Diana Maffia el segmento de les jóvenes es el más resignado y en este contexto reciben un mensaje adulto ambivalente y contradictorio, afectando fuertemente su identidad, porque hoy se les exige resignar libertades propias en función de lo colectivo. El no tocar, no abrazar, es especialmente difícil para les jóvenes y se ven obligados a permanecer en sus hogares que no siempre son amorosos.
Donde exista un joven, una joven, debe haber instituciones, políticas y adultes para acompañar y escuchar. La falta de respuesta, la falta de presencia es el vacío. Saben que soy militante del amor “lo contrario del amor no es el odio sino la indiferencia”
La adolescencia es el momento de mayor autenticidad en la vida del ser humano. Mucho mejor que yo lo explica Luciano Lutereau en su libro “Esos raros adolescentes nuevos”. Según el autor, “Más que extraviados o fantasiosos, los jóvenes son quienes mejor entienden la realidad. Durante la adolescencia se logra el mayor equilibrio entre la realidad y la fantasía: mientras los niños adquieren gradualmente la noción de realidad y los adultos priorizan la adaptación a los deberes que la realidad les impone, los jóvenes tienen la virtud de estar en el mundo, pero sin llegar a confundirse con él. De ahí su potencial transformador y su fuerza para resistir ante lo establecido.     
Juventud divino tesoro
Por eso me gustan los jóvenes y elegí como forma de ganarme el sustento, trabajar con ellos.
Y si hay algo que me dio la experiencia de casi 20 años trabajando con jóvenes, es que no son ni indiferentes ni apáticos. Eso sí, no van a participar en cosas que no les interese o no los conmuevan.
¿Cómo se evidencia el protagonismo de las juventudes? Cuando hablan en las redes, cuando se organizan en la escuela, cuando desafían una campaña electoral de un dictador en Tik Tok, cuando arman sus banderas y cambian el lenguaje. Sus causas son visibles, irrumpen y cuestionan. También enamoran y son desacreditadas. Pero de eso se trata, lo público es el terreno de los conflictos. Y es quizás momento para redefinición el poder en la sociedad, es decir cuestionar el poder que se basa en la condición del adulto.             
Por eso hoy cedemos nuestro espacio. Sigan en el programa y conocerán a jóvenes que son un tesoro.              
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