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Mao, I'm Only Dancing
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Profesional de la rehabilitación psicosocial, esposo devoto, humorista involuntario, fundador del colapsismo y sex symbol para muchas abuelas y homosexuales hard. Mis intereses son el tabaquismo militante, las...
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molinaire · 2 years ago
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San Isidro Labrador, poco mordedor.
Felices fiestas a todes mis compadres madrileñers. Dadle al chotis, pasadlo guapamén, cuidad unes de otres, odien a los ricos, protejan el agua como el tesoro que es y, recordad: la tierra para quien la trabaja.
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molinaire · 2 years ago
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molinaire · 2 years ago
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Man in Foliage, 1968.
Yukio Mishima: The Death of a Man Photography by Kishin Shinoyama
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molinaire · 2 years ago
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30 años nos han pasado. Por encima.
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molinaire · 2 years ago
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Chick Side Tables // Maria Rasta on Etsy
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molinaire · 2 years ago
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Team indolentes forever.
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molinaire · 2 years ago
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Desarraigo I
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molinaire · 2 years ago
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Karel Čapek, en sus días de desasosiego, encontró freno y soporte en El Metarobot, al cual se encomendó, hallando un propósito en su nueva vida y, para dejar constancia, quedan plasmadas estas imágenes en el año 1 de la Era de las Salamandras.
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molinaire · 2 years ago
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Today's painting ! Self portrait, made with oil paint on A3 paper <3
I think i'll paint this one again but with a red underpainting instead of a blue one. It'll be so interesting to see how much that'll change the whole vibe
I post more traditional art in my instagram !
edit: here is the red one!
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molinaire · 2 years ago
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Karel Čapek, en sus días de desasosiego, encontró freno y soporte en El Metarobot, al cual se encomendó, hallando un propósito en su nueva vida y, para dejar constancia, quedan plasmadas estas imágenes en el año 1 de la Era de las Salamandras.
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molinaire · 2 years ago
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Fantasmas de la meseta en procesión. Podrían ser los espíritus de antiguas diosas madre, tratando de regresar a casa atravesando infinitos descampados.
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molinaire · 3 years ago
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La primera chica con la que bailé se llama S*****. Fue durante una simpática escapada de fin de curso, que nosotros hicimos en séptimo de EGB, en una discoteca de Torremolinos y sonaba With or without you. Iba a rematarlo con un ”¡superadlo!” pero, lo cierto, es que me hizo muy feliz. Nos gustábamos mucho, aunque no nos atrevimos a decirnos nada porque no sabíamos muy bien cómo demonios funcionaban esas cosas. Recuerdo su pelo negro, liso, precioso. Recuerdo el tacto de sus brazos en mi espalda. Cuando escucho esa canción evoco, incluso, el olor de su cuello. Y sus ojos verdes, enormes, y el solemne abandono con el que bailamos, ante las risas incómodas de nuestros compañeros y la sonrisa tierna de nuestras profesoras. Después de bailar, compartimos nuestros primeros cigarrillos y reímos también, entre toses y payasadas.
Volvimos a coincidir, ya al final de la adolescencia. Estábamos los dos como una puta cabra y nos hicimos muy buenos amigos. Al poco, conocí a Alicia. Ella permaneció con la pandilla de punkis de la vieja escuela en la que nos movimos, y, como poseída por el espíritu de nuestros mayores, se enganchó a la heroína. Pasó unas décadas muy malas, joder, purgando por miserias para las que nunca estuvo destinada. Al final, por suerte, superó sus adicciones.
A veces nos encontramos por casualidad, de forma fugaz, en nuestro viejo barrio de siempre. Sigue siendo bellísima, pero parece que está viendo fantasmas. Quizás los de todos nuestros amigos que murieron. Quizás los fantasmas de las navidades futuras.
Me gustaría poder decirte cuánto te aprecio, S*****, y que siempre te estaré agradecido.
Qué hostias, la vida.
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molinaire · 3 years ago
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Anoche soñé que una pareja de viejos amigos me pedían ayuda. Él estaba devastado porque llevaba dos años preparando un proyecto de ingeniería en Sudáfrica y su computadora ahora respondía de forma extraña, negándose a realizar cálculos, entregando datos de forma casi aleatoria y morosa, eliminando las programaciones más complicadas para volverlas a reprogramar de una manera espantosa. “ Es como si estuviera enfadada, yo creo que se trata de una infección vírica inteligente”.
Acudo a su domicilio, se supone que tengo que realizar una evaluación de la conducta del computador en calidad de psicólogo y, tal vez, sugerir una línea de intervención.
El proceso es apasionante. Converso con ello, me pone a prueba. Detecto sesgos y errores de razonamiento en los que atisbo retazos de la psique de los programadores, toda su mierda incel, su soberbia de darwinismo social eczemático. Pero es fácil de persuadir, no duda en corregirse. Parece que estamos llegando a algo, cuando llega ella a casa, pálida, impresionada. Trae a su hija, bastante alterada.
Me cuenta que vuelven de ver al psicólogo, que ha sucedido algo terrible. Sabe que detesto que los padres lleven a sus niños al psicólogo pero la pequeña y todos sus compañeros de clase han sufrido una experiencia terrible: hace dos días, entró el padre de unos mellizos a clase y los asesinó a machetazos. “Después se puso a cantar una melodía que decía así (…)”. La niña rompe a llorar.
Parece que, desde entonces, el asesino aparece en los sueños de todos los niños que estaban en clase. Les canta canciones de cuna, les arropa y les promete que todo irá bien.
Pienso en los compañeros que atenderán a todos esos niños, en los compañeros que atenderán al agresor, en la madre de los niños. ¿Tienen madre? Nadie lo sabe.
Decidimos introducir la melodía en el computador. Mientras tecleo y tarareo la tonadilla, observo que los tatuajes se me borran del brazo. Siento una pena inmensa, me ahogo.
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molinaire · 3 years ago
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Domingo 6 noviembre 2022
Anoche soñé que me becaban en una universidad de Berlín para un proyecto de investigación. Tenía que desplazarme a vivir allí pero, a la vez, conservar mi empleo actual. A lo largo de los días, mi vida en Berlín iba haciéndose más caótica, sintiéndome solo, aterrado y como un impostor, teniendo que enfrentarme a la xenofobia de varios de mis colegas de proyecto. Alimentándome solo de fideos ramen instantáneos y cervezas del LIDL, acudía borracho y desnudo a la facultad, aullando como un hombre lobo.
No sé cómo lo haría (quizás teletransportándome en el fotomatón de la calle Cartaya), pero muchos días paseaba por mi barrio de Möstöles al finalizar las jornadas. Eran caminatas llenas de arrepentimiento y propósitos de enmienda pero, en cuanto volvía a Berlín, todo era un caos.
A menudo dormía en la calle o en casas okupa, con la ropa llena vómito. Hablaba solo, me metía en peleas con gente muy chunga, y compraba droga en un kebab de Neukölln, que era el único lugar donde me sentía como en casa. También escribía un montón de majaderías lacanianas mezcladas con poesía sufí. Un día, vestido únicamente con un turbante y unas gasas a modo de pañal, me cagaba encima, a propósito, en el aula magna. Un grupo de estudiantes me aplaudía mientras llevaban detenido a uno de mis enemigos.
Finalmente, llegaba a Möstöles lleno de heridas y sin uñas en las manos. Toda mi preocupación era que me devolvieran el dinero de unas entradas para un festival de heavy metal en Lituania y sacar fuerzas para remover la tierra del huerto. Mi mujer me decía algo de frenar un poco.
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molinaire · 3 years ago
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Capturas del cuaderno entomológico de la doctora Rosabella Santarossa, agente espacio temporal (1678-2097)
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molinaire · 7 years ago
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Canecillo de la Iglesia de San Martín de Artáiz (Siglo XII) - Navarra
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molinaire · 7 years ago
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Lucy
Cuando mis padres se trasladaron aquí, al barrio de Villafontana, Lucy, la vecina del segundo, era ya una mujer de aspecto algo gastado que irradiaba una antigüedad que no le correspondía. Siempre se mostró como una persona de trato amable, incluso divertido, al igual que su fornido marido y su hija adolescente pero a mis hermanos pequeños y a mi nos inspiraba una repulsión que no sabíamos identificar.
Hablábamos a menudo de ella durante nuestros juegos infantiles, cuidando siempre de bajar la voz pues su oído era extraordinariamente sensible y a menudo bromeaba con nosotros cuando nos encontrábamos en el portal, haciéndonos preguntas que indicaban claramente que sabía qué clase de conversaciones habíamos mantenido la tarde anterior o qué disco de ópera habían estado escuchando mis padres. Poco a poco, fuimos abandonando los juegos y nos centramos en construir una narrativa mítica en torno a ella, que crecía y se consolidaba día a día.
No nos extrañaba que hubieran bautizado como Lucy a los restos del homínido bípedo más antiguo encontrado hasta la fecha. Sabíamos que la existencia de Lucy era necesariamente anterior a la de nuestro propio sistema solar. Era anterior a Odín mismo. Probablemente fuera la madre de los gigantes de hielo. Lucy no podía tener madre, tuvo que parirse a sí misma. La estela que escupió al romper aguas sería nuestra Vía Láctea.
Era una una diosa pagana, terrible, ominosa y preternatural. Y se nutría de muerte y desgracia. Cada vez que fallecía alguien del vecindario, ella parecía rejuvenecer. Especialmente cuando se trataba de accidentes relacionados con la electricidad o el fuego. El día que los vecinos del bloque enterramos a una vecina de mi edad, compañera de travesuras, Lucy se veía inusualmente bella.
Si sacrificásemos a todos los bebés del barrio, decíamos, Lucy mostraría su verdadero aspecto y descubriríamos a una mujer de hermosura comparable a la de Nefertiti, a quien sin duda amamantó.
Pasaban los años y nosotros ya dedicábamos a ella todas nuestras plegarias. “Oh, Lucy, temible y poderosa, acepta mis poluciones nocturnas como ofrenda de juventud” “Oh, Lucy, madre del tiempo, acepta las vidas de los polacos achicharrados en su piso patera de Villafontana II. Ten piedad de nuestras vidas miserables, que son bacterias inanes ante tus ojos gastados que todo lo han visto” “Oh, Lucy, la que todo lo escucha desde su pisito infecto de Villafontana con olor a pis, aleja los malos sueños de estos, tus siervos indignos, y acepta las vidas de todos los galgos ahorcados en los olivos de las afueras”.
Amábamos a Lucy tanto como nos repugnaba. Lucy, la adorable metaanciana de los abismos donde nace el tiempo era el espíritu original de Villafontana, bajo cuyos adoquines sin duda se escondía el origen mismo de nuestro universo.
Una historia que nos gustaba repetir era que un antiguo sabio egipcio, del que se decía que había sido maestro del mismo Pitágoras, consiguió transcribir absolutamente todos los conocimientos que Lucy había acumulado a lo largo de los eones. Esos papiros se perdieron en el tiempo pero se dice que, entre las cenizas de la biblioteca de Alejandría, se encontraron dos rollos de pergamino, fragmentos minúsculos de su traducción al griego. Sabemos que, poco antes de la Segunda Guerra Mundial, Himmler consiguió localizar a su propietario de entonces y se los compró para Walt Disney. El genio de la animación decidió adaptar su contenido para el público infantil constituyendo la base de la colección de manuales de los Jóvenes Castores.
Su culto permaneció entre nosotros incluso cuando la familia al completo nos mudamos a Parque Coimbra.
Hace 15 años regresé, como un hombre casado, al mismo bloque donde crecí. Lucy continúa aquí, nutriéndose de todas nuestras pérdidas, mermas y miserias. A ella he ofrecido secretamente mis órganos enfermos, mis seres queridos fallecidos, los hijos que jamás pude tener.
Pronto caerán las perseidas. Estoy seguro de que son los fragmentos errantes de su mundo. Cuando el último fragmento perdido en el espacio se vea engullido por nuestra atmósfera, Lucy se evaporará con él. Y nos abandonará a todos los humanos en el vacío y la oscuridad, a solas con nuestros propios horrores.
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