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Identidad Disociativa

     Han pasado dos años.

     Ver esa foto fue una cachetada, me estuve mintiendo durante todo este tiempo.

     Me sigo alejando de lo que me hace bien, sinceramente ya no sé que hacer, es como si hubiera dos personas adentro mio, una afortunada y positiva que se emociona con lo que puede llegar a ser, y la otra que le dice que todo lo que esta haciendo es una ilusión, una temprana construcción de una futura tristeza.

     De alguna manera, la primera termina dándole la razón a la segunda, ya que la pobre no tiene nada para agarrarse y expresarle:

           “No me importa lo que digas, voy a seguir con lo que quiero.”

     ,debido a que la contraria tiene algo que ella no... hechos.

     Y es cierto, a fin de cuentas, y si me pongo a contar, he terminado infinidad de veces más triste, decepcionado y enojado que otra cosa.

     Pero, por culpa de un círculo vicioso.

     Es como el cuento de los dos lobos, desde temprana edad tenía dos cachorros, le di de comer primero al positivista, el pobre al poco tiempo se equivocó, pecando de inocente, y yo... no lo perdone nunca.

     Empecé a darle todo al otro, no se equivocaba, o por lo menos es lo que veía, porque:

uno nunca va a sentir la tristeza de perder algo cuando se fuerza a creer que no lo necesita

     Ahora la diferencia es abismal, una relación de autoridad.

     Nunca supe verlo, pero la segunda persona, el otro lobo, como quiera decirle, nunca va a tener lo que el primero, la capacidad de aprender. Alguien que se niega a todo, nunca va a experimentar, nunca va a cambiar.

     Creo que llegué a un punto donde es irreversible, creo que es demasiado tarde para intentar arreglar las cosas, que solo puedo mirar a futuro.

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 La experiencia escrita a continuación, nace de la inspiración que me provocó al leer un texto de @wwatch-men.

 Era sólamente un adolescente que su última experiencia en temas de joda, fue el viaje de egresados, que, aclarando desde ahora, fue el mejor viaje que tuve, eso, viaje.

 Algún día tal vez transcriba mi paso por esos lugares, pero ésta vez voy a simplificar para dar a luz el contexto. Lo más complejo fue la ciudad de Bariloche en específico, donde fuí a 5 boliches que superan ampliamente cualquiera al que haya ido en cada aspecto, donde compartí con mis amigos y promoción muy buenas noches.

 No les voy a mentir, cuando llegué a la vuelta, no me daban ganas de salir nuevamente a lugares clandestinos que únicamente eran 4 paredes a veces con ventanas completas, con un equipo de música y alcohol baratísimo, que hasta el día de hoy sigo férreo con ésto, pero mi error fue pensar que yo tenía ese pensamiento porque nada iba a ser mejor que Grisú, ByPass, Rocket, Cerebro y Genux.

 Un mes antes del viaje, mi hermano me contó que como regalo de cumpleaños me iba a invitar a ver a Solomun y Holsh, sólo conocía a Solomun porque no tenía mucho contacto con la electrónica, en Forja, un salón de eventos en Córdoba.

 Un més después, estaba en Córdoba, con mi hermano de referente en todo, ya que no tenía ni la más mínima idea de nada, él y sus amigos, que son muy pero muy piolas, me guiaron.

 Después de haber pasado muy buena tarde, partimos rumbo a Forja. Había una fila al lado, que desde afuera, parecía una fábrica abandonada. Mi hermano me explicó eficazmente qué tenía que hacer en los 5 (creo) controles, y dicho y hecho, ya estábamos adentro.

 La previa del breve camino a la pista principal me sorprendió con actividades como carpas donde hacen masajes, un lugarcito donde tatuaban y otras cosas que no me acuerdo muy bien pero que parecían exclusivas.

 Aprendí que ahí hay warmups, que de fondo sonando nos acompañó a un costado-medio de la pista, donde pasamos toda la noche.

 Pasado un tiempo, llegó la hora de consumir el gran invento del hombre, la rueda, nunca había tomado, pero gracias a unos buenos consejos y acompañamiento, la seguridad en mí estaba presente.

Todo esto cuando recién sube Holsh creería, y estuvimos un buen rato bailando, (al principio intentaba bailar igual que los que tenía alrededor, sólo me habían dicho que siga el ritmo), y una mínima preocupación cruzaba mi mente.

No me pega.

El comentario se lo hice a mi hermano, y él, dijo que no me preocupara que es cuestión de tiempo. Éstas palabras me ayudaron a recobrar la poca seguridad que se me había escapado.

Sube Solomun, el gordo, y ahí ya al notar mi estado de cara y ver a la gente re puesta, como que no tenía ganas de seguir esperando, (a todo esto una amiga de mi hermano me hizo masajes muy tempranamente, haciéndome palidear), y entonces tomo la segunda mitad.

Sinceramente, no sé porqué, si fue algo psicológico o sustancial, pero al rato de la segunda me dí cuenta de algo: no podía dejar de bailar frenéticamente y sonreir, al reconocer mi estado, la euforia se disparó, haciendo que de alguna manera me conecte con la música como nunca, era como si el ritmo y mi cuerpo fueran un hilo movido al mismo tiempo, reaccionando a la par, algo imposible de describir específicamente.

Dato gracioso: el único amigo en común que teníamos mi hermano y yo, me mira y me dice “¿Estas feliz pendejo?, porque recién son las 2″ -enseñándome la hora mientras yo flipaba sabiendo que faltaba una eternidad.

Los detalles, lo muy personal y otras cosas, me las guardo, como mensaje final puedo decir que primero algo que noté y supe diferenciar es el ambiente, que más que eso, es una comunidad, nada que ver como el cachengue, rock, etc. El respeto, ubicación, y cariño que se transmite es impresionante. Y que el día de hoy escucho más ese tipo de electrónica que antes, con las sabias palabras de “la cultura unifica, no divide”...

 Al conocer sólamente un poquito de Córdoba y su gente, me da bronca unas actitudes que se ven día a día en mi ciudad, pero eso es otro tema que tal vez hable en un futúro.

FIN

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straight trash

mintiéndote

engañándote

mirándome

extrañándote

encantándome

observándote

pensándote

arrepintiéndome

de tí...

de mí...

asincerándome

ayudándote

evadiéndome

omitíendote

asqueandome

ignorándote

olvidándote

asegurandome

de mi...

de tí...

conociéndome

complicándote

complicándome

alejándote

debilitándome

recordándote

cantándote

llenándome

de tí...

de mí...

desconocíendome

facilitándote

aclarándome

acercándote

fortaleciendome

dejándote

callándote

vaciándome

de mí...

de tí...

purgándome

indiferenciándote

ganándome

adelantándote

paralizándome

avivándote

insinuándote

valorizandome

de tí...

de mí...

refinándome

reconociéndote

perdiéndome

atrasándote

moviéndome

idiotizándote

advirtiéndote

devaluándome

a mí...

a tí...

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D.R.U.G.S

Escribo ésto drogado, para ayudarme a explayarme lo que acontinuación intentaré explicar.

     Es impresionante las caras que se les puede encontrar a artistas/bandas/singles estando drogado, es como si todo lo que uno percibe estando sobrio, es un trailer, una superficie.

     Las drogas son las herramientas encargadas de ir más profundo, y lo increíble, no es el resultado enriquecedor que se obtiene de manera bruta de una obra, si no, el transcurso para llegar a entender su totalidad de lo encontrado, para, al momento de admirar cosas como estribillos, coros, etc, uno diga:

Puta madre ,este bajo me está repercusiendo hasta la médula espinal.

¿Cómo no pude darme cuenta que las vocales con las cuales termina un compás las hace a propósito agudas o graves para encajar/seguir con la melodía del bajo?

Melodías tan retocadas que hacen que el cerebro las disfrute expléndidamente, y no dejarlas pasarlas como cualquier otra.

     Tan rápido son todas las cosas mencionadas anteriormente que procesamos para después seguir en el viaje y decir: La puta madre,esto es hermoso.

     Podría hacer una alegoría llena de similes sobre el tema para excarvar más y estimular de manera forzada mi pensamiento para comprimir la simpleza de todo esto y poder resumir todo hasta en un par de palabras,pero, no soy capaz.

     Irónicamente, aunque ésto sea producto de una sustancia externa a nuestro organismo, éste mismo reproduce las consecuencias de la causa, drogarse.

     ¿Cuántas veces leímos “X droga produce esto?

     Yo mismo he dicho que ciertas sustancias producen ciertos efectos, pero nunca me animé a mirarlo de otro lado, como: estas sustancias nos ayudan a producir, como si estuviéramos subestimando el cerebro humano, una víctima que “sufre” y acto seguido de ésto se descarga en nosotros, dependiendo el tipo de estímulo que nosotros forzáramos.

     ¿Las drogas nos ayudan a pensar?

     Pensar es enfocarse a través de lo intrapersonal todo lo que lo rodea, pero existen una excepsiones. Un track de Tale of Us recita:

no time

no spends

not lives

nothing around us

     Rompe mi párrafo anterior, no hay nada que nos rodee, ni el tiempo, vidas, sólamente nosotros. Y sobrio puede sonar como algo bonito, no importa nada más que le track, pero estando de otro estado, puede significar que el tiempo, las vidas, las responsabilidades, son todas cosas que, aunque sean nuestras, no son nosotros en plenitud, puramente lo que somos, y ésto nos deja una pregunta final.

     ¿La felicidad es uno?

     Y no todo esos factores que, no importa, si son primarios, secundarios, que forman a la persona de manera superficial, social y/o obligatoria en un sistema.

     Espero que alguien me entienda, sería interesante hablar sobre este tema, nunca lo digo, pero gracias por leer hasta el final.

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¿Por qué no?

     Suele suceder que por medio de un pensamiento, expresión o acción nacida de la propia reacción a un estimulo social, una persona externa a tal pregunte: ¿Por qué hacen ésto? ; ¿Con qué necesidad?, etc.

     Irónicamente, aunque sean preguntas las que son realizadas, más que duda en si, es algún tipo de incomprensión con dolo por parte del sujeto que la realiza. Ésto debido a que el emisor no la hace con la intención de que venga alguien a explicarle la razón, si no, por el hecho de que esa razón atente con sus ideas y creencias, y, debatir/discutir sobre el tema en cuestión, ya que, piensa que todo aquello que atente sus ideales, es incorrecto o impensable.

     Algunos directamente no hacen elipsis y van directamente a la disputa, “¿Por qué hacen X cosa estos idiotas del X-ismo?, son unos irresponsables.”

     “Estos del X-ismo cuestionan todo, ¿Qué tiene de malo hacer/seguir con las cosas de Z manera?”

     Cero empatía intelectual y/o sentimental, primero, segundo, no analizan nada de lo que el otro lado del puente está pasando/expresando/callando, básicamente, es criticable por el simple hecho de no ser como su lado.

     No es lo mismo tener una mente cerrada, que férrea, siendo éste último adjetivo la principal característica que ellos propiamente se adjudican, con total orgullo, sin reconocer y sin ni siquiera dudar lo otro.

     La conformodidad de pensamiento es algo que aborrezco totalmente, el que no duda no progresa de ninguna manera. Una vez escuché una frase corta y simple pero que deja mucho que pensar, y que me encanta.

     “La filosofía es hacer preguntas incómodas”

     No me queda nada más que hacer que, en mi contacto con este tipo de personas que acabo de describir, simplemente responderle con una pregunta la suya.

 ¿Por qué no?

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Alexitimia

Odio la sensación de no sentir nada.

     Que lo mejor que pueda hacer es acostarme a escribir no como método de catársis sino como una búsqueda de identificación, o simplemente algo.

     La impotencia producto de escuchar buena música y sólo sea eso, escucharla.

     Hablar por WhatsApp y sentir que estoy cumpliendo un compromiso social más que otra cosa.

     Pensar que lo más conveniente que podría hacer es dormir para matar el tiempo y al día siguiente se me pase.

     Mirar hacia la ventana y ver un cielo celeste despejado, que me transmite lo mismo que uno bien gris nublado.

     Empezar a quemarme la cabeza con cosas del pasado, qué hubiera pasado si... , cómo estaría ahora si... , por qué hice esto... , etc.

     Lo peor es darse cuenta que todo esto es simplemente producto mío, podría decir que es por ser otro día embolante, pero, ¿qué hago yo para que sea distinto?

     Con sólo pensarlo vuelvo al inicio, como un círculo, me motiva el único hecho de que no tengo nada que perder, y me asusta el resultado de seguir igual.

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Odisea

     Un anochecer tardío se veía apurado por una lluvia moderada, un escenario cliché dramático. En el medio de una calle desolada y alumbrada tenuemente por las luces titilantes de la misma, una persona que es más perteneciente a la oscuridad y está en contacto con la luz que viceversa, camina con la propia seguridad de alguien que cree que está haciendo lo correcto, o al menos lo que él piensa que es así. Arrugas en su cara se notan cuando los haces de luz artificial piden permiso a la misma para alumbrarlas, no son de vejez, son muestra de lo que supo ser, estrías de sonrisas fugaces.

     La explicación del presente es fruto del pasado, nadie detalla el camino de un andante cuando éste sigue sin terminarlo, pero es necesario para guiarlo.

     Que algo sea tan bueno, comprensible e inocente en el punto de partida de algo tan complicado y extenso, es una traición, plantar la semilla de la confusión, para que después la cosecha sea siempre de perdición. El Edén fue perdiendo su divinidad para convertirse en... magia.

     Adoquín, cielo nublado, edificios delicadamente rectangulares con tonos grisáceos y oscuros, bibliotecas alumbradas con antorchas, piedra y terciopelos. En el medio de todo ese ambiente europeo feudal, una gran marca de pólvora vieja de una antigua explosión, como si una alquimista pecadora de inocencia jugando con químicos desconocidos hiciese explotar sus deseos y sentimientos, consecuentemente, estos desaparecerían de la misma manera.

    Bajo hechizos y mandamientos, la ruta toma un tono infantil, pareciera un parque de diversiones, siendo así, una montaña rusa la principal atracción, tantas subidas, bajadas y curvas. Algo efímero y sin complejidad... un juego.

    Se ve después, una parte de la calle donde las únicas luces son la de los locales y discotecas, que impertinentemente los flashes hacen ver la cantidad de botellas, cigarros y preservativos que estan tirados de manera indiscriminada, como si fueran una estadística y no un significado, sólamente números.

     Los últimos envases dan lugar a un desierto, es la única zona donde el sol se ve en su totalidad, aunque su luz solo sirva para mantener la arena seca, un tipo de mar árido, reina el silencio, el viento no tiene obstáculos, uno se puede volver tan introspectivo cuando solamente se tiene a uno mismo. Su grandeza es tal que se tardaría aproximadamente un año a pie para atravesarlo.

     Vuelta al presente.

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¿Por qué cuesta crear?

              Sacar una hoja, escribir sobre algo, es tan difícil como fácil, algo cercano y a la vez lejano, es conectar tinta con la cabeza, un puente entre dos costas, una relación.

¿Podemos construir un puente que conecte una punta de montaña con una isla pequeña?

              Sería una inclinación pronunciada, esto es, un riesgo, velocidad, impacto y vértigo.

                            ¿Acaso no sentimos eso cuando creamos?

              No podemos nivelar los lados, sería sacrificar una parte y agrandar inmerecidamente la otra, lo ideal sería alimentar y hacer crecer la pequeña, sin embargo, estaríamos descuidando la magnitud de nuestra montaña.

                                      ¿Quién dijo que crear es fácil?

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"Mi rubia y mi auto”

     Era un día de semana a la noche, pude deducirlo debido al apuro que había en los autos y en el andar de las personas.

      Era yo caminando por la calle, vagamente, cómo si no tuviera a donde ir, mirando para todos lados, disfrutándolo de cierta manera.

     Una esquina, luces, y su producto principal en un altar concesionario, un Mustang, eso decía el cartel, pero parecía la fusión de un Mustang con una RAM, una trompa de mi altura con su parrilla cromada me miraba como si fuera Cerbero y yo un entrante del infierno.

      Entro, el ambiente era como que iban a cerrar pero por alguna razón seguían abiertos, obviamente a mi no me estaban esperando, pero entré de cara dura. Un hombre del que sólo podía ver su camisa, corbata, jeans y zapatos, ya que mi subconsciente no quería procesar información inútil, me dijo:

     Vendedor: - Buenas noches, ¿necesita algo?

     Yo: - ¿Qué Mustang es ese?

     Vendedor: - Ahhh, un manjar, éste es el último modelo, aunque, no podemos hacerlo arrancar de ninguna manera.

     Termino esa oración y mi miraba se clavó en la máquina, era una disonancia que no podía tolerar… ¿un Mustang que no arranca?, que sigue, ¿una coca que no tenga sabor?, ¿un Faber Castell que no pinte bien? Maldita costumbre de tratar al otro como ignorante, pero, esta vez, sirvió.

     Yo: - ¿Cómo qué no arranca maestro?

     Vendedor- Súbase y compruébelo.

     Una puerta subió para arriba como si me estuviera subiendo a algún tipo de máquina del tiempo, bueno, había tantos botones que podría serlo, no tan espacioso debido a que es un coupé (sólo asientos delanteros), y un volante… que más que volante era un timón, y yo un capitán de poca pinta. Mis manos se movieron por inercia hacia él, el cuero era un estímulo que aceleraba, (ja), a mi cerebro, y procedí a tocar un botón que decía “Start”, como si estuviera prendiendo una simple computadora.

     Había visto imágenes de reojo del auto increíble, sé que es y el reconocimiento que tenía en los 80’, pero, en ese momento, estaba encima del auto increíble del siglo XXI.

     Luces rojas se encendieron y aparecieron como el rojo del ojo de un dragón que sube a su despertar, con la misma intensidad, esa misma que me rodeaba por completo, y el motor era idéntico a su rugido.

     Lo primero que se me cruzó por la cabeza fue decirle al hombre:

                                         “ Mirá, lo prendí, dame algo. “

      Pero no, aceleré.

      Rompí el vidrio principal, la adrenalina hizo que todo pareciera que fuera en slowmotion, como una película del pelado del transportador, manejaba como él, ya que la dirección hidráulica que tenía el auto era propia de un Daytona esos que jugábamos de chicos.

     Al principio era todo cuestiones de prueba, cómo si estuviera haciendo un video de youtube esos de millones de reproducciones “Robo un auto y pasa esto”, pero a los minutos siento que le agarro la mano, e inconscientemente, saco el celu y la llamo.

      Sinceramente no se porque a ella en específico, no siento nada, solamente hablamos paulatinamente, pero algo es innegable, es una de las chicas más bonitas que vi en mi vida, una muñeca de porcelana, mi subconsciente sabe eso mejor que yo, y sabía que para acompañar la magnitud del auto, tendría que estar con esa mujer.

     De un momento para otro, estaciono en su casa , no me acuerdo que mierda le habré dicho para que aceptara, yo, un chabón que de chamuyo tiene lo mismo que Utilísima de fútbol, que solamente activo con alguien estando ebrio, y todas esas cosas generales de alguien virgo.

     Se sube al auto una rubia con el rubio más dorado que vi en mi vida, y con los ojos verdes, y maldita sea, si Superman se arrodillaba ante una esquirla de kriptonita, yo muero ante un iris verde. Eso sí, vestida con una simpleza que enamora, como si supiera que no necesita vestirse bien para destacar.

     Saqué a la wuacha a dar un par de giros, se podría decir en términos turros, y algo que me sorprendió es que no dijimos ni una sola palabra, en todo el camino, ella me miraba, yo aceleraba mientras la miraba, ella miraba hacia afuera, e iba más despacio, como una clase de sinergia autoamorosa entre nosotros.

     En un momento frené, como si se me acabara el tiempo de algo, me giré y sacando la mano que tenía en la palanca de cambios, le agarré con una delicadeza extrema la cara, mi pulgar y mi índice en un cachete, con el dedo medio sosteniéndole la pera, una caricia, pero quería que fuera infinita.

     Ella cerró los ojos y se rindió ante, no se sinceramente, y yo podría haberla besado, pero no. Fue un segundo literal, pero en ese momento sentí que se paró el universo y que yo estaba mirando esa situación de otro lado, como si estuviera viendo una película en mi sillón a las cuatro de la mañana, analizándola, criticándola, otra de mis malditas costumbres.

                                                        Queda mal.

      Dos palabras definen todo, no podía besarla, no quería besarla, seguramente ella tampoco, estoy en un auto robado, no puede ser. Volví a estar en primera persona manejando, vi como ella abrió los ojos como decepcionada, la solté, le sonreí, y manejé con un sentimiento de seguridad impresionante.

     La dejé en su casa de vuelta, todo rápido, ni me acuerdo si la saludé, y de ahí volví a la concesionaria, como si fuera un alma que se escapó del purgatorio y tiene que volver, como un preso que aprovecha su recreo, un condenado a muerte comiendo su última comida, entre tantas cosas.

     Lo estacioné, bajé, y miré al vendedor.

     Yo: - Ahí anda, que tenga buenas noches.

                                                              FIN

Terminé de escribir esto y puedo sacar una conclusión, sé que es un sueño, pero no pierdo nada al hacerlo. El momento de que ella espera que la bese, habla de mí, mi subconsciente me la presenta como una representación del amor, no es que la quiera a ella exactamente, no le hablo, le esquivo la mirada, pero de cierta manera, hago que se divierta, se sienta bien, interactúo con ella con el auto. Y el auto… Creo que es la personalidad que quise, quiero y querré tomar toda mi vida, algo fuera de lo común, extravagante, hacer lo que uno quiere sin remordimientos o filtros. Al momento que me subo en él, es como si fuera yo con esa personalidad, y después me doy cuenta de eso, y al saber que todo es “falso” lo devuelvo, felizmente.