Tumgik
na-rra-cion · 6 years
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Personas nacionalistas catalanas
Todas las visiones que planteo pueden parecer un poco exageradas y se pueden discutir mucho. De todas maneras os pido entrar en el “juego” para permitirme más adelante ayudar a anticipar las formas de interpretar (o en inglés “to frame”) los hechos que irán aconteciendo. 
Mito de base: Catalunya no es un constructo, sino, sino una realidad que se ha forjado a base de la historia. Y en el origen de esa historia se encuentra una mística misteriosa que nace de la unión entre la tierra y la lengua. Es una mística de origen pagano (¿con toques judíos?) en la que las personas que hablan esa lengua cultivan una semilla en su interior que, con una llama mágica, son capaces que mantener dicha semilla en vida por la eternidad, por muchas afrentas que se presenten. Se pueden matar todas las personas catalanas que se quiera, se puede prohibir toda manifestación de su identidad, pero esa semilla con esa llamita, va a perdurar para siempre mientras quede en algún punto del territorio catalán (o hasta del mundo) alguien que hable la lengua catalana. La identidad catalana es subterránea, por eso la convivencia con la identidad española muchas veces no ha supuesto un problema. Tanto en el marco de la Corona Catalano-Aragonesa (federalista) como en la España de unión de reinos, la identidad superior española no ha sido un inconveniente si ésta no intenta apagar la llama para hacer morir la semilla.
Interpretación del procés: El procés para la independencia tiene un punto muy claro en el que la supranacionalidad española entró en un terreno sagrado, el cuál fue la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut de Catalunya. No aceptar que Catalunya es una nación es poner en cuestión una realidad sentida y vivida. Pero no permitir el desarrollo de esos anhelos que la llegada de la democracia prometían, es un engaño de un poder que aún no se ha librado del Nacional-catolicismo que supuso la abominable dictadura de Franco. Una República Española o un estado federal donde Catalunya pudiese gestionar su identidad sin ser cuestionada hubiese sido una solución para el s. XXI y Catalunya hubiese continuado luchando para conseguir una España más europea y abierta al mundo. Pero en España el alma republicana o federalista está muerta y solo es un cadáver cuál muñeco de ventrílocuo.
Punto actual: La estructura de Estado de España es irreformable. No es solo el gobierno, sino los tres poderes, el rey, los medios de comunicación... La Unión Europea no puede enfrentarse a España, ya que se trata de un club de estados que se protegen entre ellos mismos. Además, Europa no hizo nada para acabar con el franquismo, ya que así se paraba al comunismo. El gobierno legítimo catalán ha sido suspendido y criminalizado como si fuese terrorista habiendo actuado en todo momento pacíficamente y constantemente pidiendo soluciones políticas. En un callejón sin salida, el legítimo gobierno y parlamento rompieron a contracorazón con la legalidad española, pues dentro de ella solo hay el poder de la mayoría de toda España, la cuál está manipulada y vota a partidos corruptos y poco democráticos que siempre han usado a Catalunya para conseguir votos. “Pujol, enano, habla castellano”, “Mas, cámara de gas”, “Puigdemón a la prisión” son las muestras que la única salida es abandonar una España irreformable y cuando antes mejor, ya que su alma totalitaria y de uniformización con alergia a la diversidad se ha desatado. Pero como Estado, España tiene armas que Catalunya no tiene. Por eso se tienen que hacer piruetas y malabarismos para tirar adelante, lo cuál es la supervivencia de la nación catalana.
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na-rra-cion · 6 years
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Personas nacionalistas españolas
Todas las visiones que planteo pueden parecer un poco exageradas y se pueden discutir mucho. De todas maneras os pido entrar en el “juego” para permitirme más adelante ayudar a anticipar las formas de interpretar (o en inglés “to frame”) los hechos que irán aconteciendo. 
Mito de base: España no es un constructo, sino una realidad que se ha forjado a base de la historia. Y en el origen de esa historia la mano divina se puso del lado de aquellos que expulsaron a los infieles de la península ibérica. España, como tal, no nace de la unión de los reinos de Castilla y Aragón, sino que la reconquista fue lo que Dios quiso que sucediera para crear una gran nación (la cuál entonces sí que, con dicha unión de reinos, creo un territorio para desarrollar su voluntad para su grandeza). No pertenece a los humanos decidir sobre su unidad, sino que es una identidad nacional que está por encima de esas voluntades. Todo lo que significa su gestión, está en manos de sus miembros (que no sus habitantes), los cuales tienen que respetarla y amarla, ya que ella les devolverá sus favores, como buena madre patria. Si es una monarquía o república no es tan importante, si tiene comunidades autónomas o provincias no es tan relevante. Su unidad si, pues romperla significa una afrenta a la voluntad divina.
Interpretación del procés: Unas personas con intenciones obscuras han plantado el germen del separatismo en la cabeza de algunas españolas que viven en Catalunya. Catalunya no es una nación, pues la única existente en el territorio nacional es la española. Catalunya tiene particularidades culturales que pueden ser respetadas, solo siempre y cuando no pongan en duda la identidad que nos une bajo la nación española. España ama Catalunya en tanto que es parte de ella y no tendría sentido odiarse a si misma. Lo que sí que se tiene que exterminar es ese delirio que tiene por objetivo aniquilar la nación española. España se ha dotado de instrumentos democráticos para impedir que se vuelva en una anarquía en la que cada una haga lo que desee. Hay una ley que establece el marco de convivencia y se tiene que acatar. Pero si se llega a un punto en el que la ley no consigue su noble función por el ingenio malintencionado del enemigo de la nación, ésta tiene la obligación de usar otros instrumentos para tal objetivo. Esas ideologías malintencionadas son unas “engañabobos” que intentan convencer a determinadas personas de un mundo inventado para que determinadas elites se aprovechen individualmente de poder gestionar su espacio. Aún así, España es una democracia garantista que solo en las últimas consecuencias se va a permitir dar un paso fuera de la ley.
Punto actual: Por muchas que sean las personas que en Catalunya crean el cuento ese de que con la independencia todo va a ser mejor, España hará lo posible para retornarles a la visión sensata de la realidad. El apoyo de la Unión Europea tendría que ser suficiente para convencer a esas ciudadanas españolas que viven en Catalunya de cuál es el camino correcto. Por eso se tiene que evitar que el anterior gobierno que osó declarar la ilusoria “República Catalana” vuelva a poner sus manos sobre las instituciones catalanas, pues con el uso de los medios de comunicación públicos y la escuela catalana están corrompiendo su misión básica de apoyo a la ciudadanía en sus problemas reales. Sin el malgasto del presupuesto, Catalunya podría cubrir perfectamente sus necesidades sin necesidad de sandeces como que “España nos roba” u otras barbaridades. Lo que pasa es que han hipnotizado a mucha gente y es un peligro si van más allá.
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na-rra-cion · 6 years
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Narrativas preexistentes en el llamado “procés”
Entre determinadas visiones de España y Catalunya hay un conflicto. Ese conflicto es muy delicado porque afecta a la base de interpretación de la realidad. No es que la gente de ahí se haya vuelto loca, sino que todo el mundo parte de visiones que se han construido. Y esas construcciones son un “work in progress”, o “en cristiano”, un proceso. El mecanismo es bastante complejo y en éste entran en juego muchos elementos. De ahí que sea muy complicado de hablar de consensos entre dichas visiones. Aún así algunas de ellas pueden deducirse a partir de como se van interpretando los hechos que día a día se van produciendo. ¿Qué utilidad puede tener hacer un esquema sobre las visiones existentes? Pues si tenemos un poco más claro de donde partimos, va a sernos más fácil poder dialogar las unas con las otras (apunte: para aquellas que no seáis feministas, interpretad que cada vez que uso el femenino genérico me refiero a personas. Para las que también sois feministas, no hace falta explicar nada más).
Yo no soy ni un genio, ni un gurú, ni una persona infalible, así que todo lo que planteo es discutible, ya que me queda muy lejos la intención de afirmar realidades absolutas. Pero me atrevo a plantear una propuesta sobre la que trabajar, y si nos ayuda a algo, bienvenida sea.
Voy a partir de cinco visiones que se reparten entre dos ejes: el territorial (léase España/Catalunya) y el ideológico (nacionalistas/universalistas). Esas cinco visiones de personas las etiqueto así: nacionalistas españolas, nacionalistas catalanas, universalistas españolas, universalistas catalanas y universalistas puras. Atención: no todas las personas encajan en una de esas categorías. Aún diría más, casi nadie encaja en ellas. ¿Entonces? Las personas tienen un complejo sistema de interpretación que supera esas generalizaciones que prejuzgan posiciones, pero de la misma forma que ordenamos la realidad para gestionar el caos, también tenemos que aceptar que ese orden ficticio puede ser útil (y si no, probad de acercaros a la realidad sin categorizar y ya me contareis y nos echamos unas risas).
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na-rra-cion · 6 years
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Introducción a la supuesta verdad
En una relativamente pequeña parte del mundo existe un problema que es más global de lo que parece: hay un choque entre visiones del mundo. Las personas que allí habitan o que tienen alguna relación con ese territorio, lengua o cultura en general, interpretan los hechos de formas distintas hasta el punto que parece que vengan de diferentes planetas. Pues no, vienen de diferentes universos (que es aún peor). Pero esos universos son solo mentales. Aún así los universos mentales condicionan absolutamente toda nuestra forma de entender lo que pasa, qué es bueno y qué es malo, quien es un enemigo y en quien podemos confiar, y mil cosas más. En función de esos universos las personas estaremos (todas las del mundo) dispuestas a invertir nuestra vida en una determinada causa y, en algunos casos, si hace falta hasta morir por ella.
¿Pero... eso es muy heavy, no?
¡Tachan! Exacto, eso es muy heavy, pero los humanos somos así. Para gestionar el caos necesitamos dar sentido a lo que nos rodea y en ese proceso de dar sentido creamos universos ya que no tenemos ni la más mínima idea de dónde venimos (origen), para qué vivimos (misión), de qué somos capaces (instrumentos), y especialmente, qué es verdad y qué no (percepción limitada a los sentidos y a la interpretación individual). Sin saber cuál es nuestro origen y misión, la vida es una angustia, pero en el intento de superar las visiones individuales para gestionar la convivencia, creamos consensos sobre lo que consideramos como válido y lo que no. Esa colectivización de las interpretaciones individuales se crea con visiones intersubjetivas, o sea, varias personas “compran” visiones del mundo y se las creen de puntillas. 
Bueeeeeeeeno, con la iglesia hemos topado.
Pues si. Las religiones suponen un marco de interpretación. Nos ofrecen un pack muy útil para dar sentido, especialmente en lo que refiere a los orígenes y a las misiones, pero no solo las religiones: todas las personas o “compran” un pack de esos o se montan uno a medida. Sin eso no tiene ningún sentido poner el despertador por la mañana. 
Ya sé que lo que acabo de explicar necesita muchos matices y hay muchos detalles que se podrían discutir largo y tendido, pero por ahora solo quería dejar una cosa clara: la supuesta “verdad” es una construcción humana. Y para muestra un botón: un cambio en nuestros sentidos (percepción) o en nuestra mente (interpretación) nos supone un cambio en la forma de entender el mundo. Eso lo vemos muy claramente en personas a las que se les atribuye un problema psicológico o en las que afirman acceder a un sexto sentido. No es verdad que creamos solo lo que vemos, sino que adaptamos lo que vemos a nuestra base de interpretación del mundo. Para poder dar sentido. Para sobrevivir. Y casi me atrevo a afirmar que eso es inherente a la condición humana. Sin mitos, sin historias, sin interpretaciones compartidas, no podemos vivir.
Y acepto que eso se me pueda discutir.
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