Tumgik
nbly · 9 years
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No esperes cosas maravillosas. Quizá nunca lleguen. Y, si llegan, es mejor que lo hagan súbitamente. No esperes. Esperar a que cosas maravillosas pasen, parece espantarlas. Como con muchos animales, es mejor dejar que sean ellas las que se acerquen a ti. Concéntrate en hacer lo que puedes hacer y deja de esperar cosas maravillosas.
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nbly · 9 years
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Cuando escuchas los discos de Beck es fácil notar el año en el que le rompieron el corazón (y jamás volvió a ser el mismo). Hay sucesos que devoran una parte de nuestra alma. El tiempo nos mata de a poco. Nos come a cachos. Y hay momentos que cercenan más alma que otros. Que toman una parte de ti y se la llevan para siempre. Momentos que jamás olvidarás. Beck es una prueba de esto.
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nbly · 9 years
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Las dos mujeres se pierden en el parque. Es un parque grande, pero que solían conocer muy bien. Sin embargo, ambas están demasiado viejas y han olvidado el camino de vuelta a casa. Además, se hace tarde y no hay ningún humano alrededor que pueda ayudarlas; ni un corredor, como ellas.
Los corredores frecuentes saben que deben de dejar de correr en el parque antes de que anochezca porque la iluminación es pésima, no ves nada, está lleno de hoyos y a un amigo lo asaltaron una vez. 
Parecía que haber decidido salir a correr juntas, luego de meses de no verse, había sido una mala idea. En fin, se dicen la una a la otra, y deciden caminar indefinidamente, hasta encontrar una salida o morir de sed en el intento. 
   dejan de correr temprano en el parque porque saben que está muy mal iluminado de noche
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nbly · 9 years
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Infección
https://artesunivalle.files.wordpress.com/2012/05/infeccic3b3n.pdf
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nbly · 9 years
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La hiena las miró con la luz de la muerte en la mirada. El bosque era ya una noche oscura y ambas se miraron a la cara (arrugas en las comisuras), sabiendo que tal vez iban a morir tratando de escapar del animal, que era dos veces más veloz que cualquiera de ellas. 
Si corrieran en direcciones contrarias, al menos una, quizá, salvaría la vida pero apenas estaban terminando la idea en sus cabezas, cuando la hiena, poco a poco se acercó a ellas, y las olfateó de cerca, se frotó tiernamente contra los pantalones deportivos de las dos viejas criaturas y supo que las dos mujeres eran criaturas inofensivas y, seguramente, de un gusto terrible. 
La noche anterior, la hiena había devorado parte de un barrendero decrépito y naturalmente no quería repetir aquella terrible experiencia. 
-Se habrá escapado del circo o del zoológico, dijo Laura.
Clara pensó que en los circos nunca hay hienas y recordó que la última vez que fue al zoológico no pudo observar a ninguna, porque estaban durmiendo en su cueva de fibra de vidrio.  
De hecho, la hiena había escapado del zoológico hacía una semana y media por aburrimiento  culpa de un amorío entre el cuidador de su jaula y la secretaria de Recursos Humanos). 
En medio del camino de tierra y hojas muertas, vieron a lo lejos a un pequeño niño que vendía cigarros, chicles y otras cosas. La hiena, al verlo, se lanzó, como rayo moteado hacia la enana figura. Le tomó de la cabeza y crack, se escuchó el chasquido de su vida. 
Tanto Clara como Lucía dejaron escapar un agudo y discreto grito de impresión ante la violencia de la escena. Se taparon los oídos y cerraron los ojos, pero siguieron escuchando, como debajo del agua, gruñidos y chillidos del pobre chiquillo que no pudo defender su vida durante mucho tiempo. 
Cuando abrieron los ojos y se destaparon los oídos, descubrieron a una hiena con un cadáver deshilachado y trozos de ropa entre el hocico. Casi sonriente, con el mismo gesto que tienen los perros cuando tiran un florero o desgarran alguna prenda cara.
Siguieron andando, aterradas por la bestia carroñera que no dejaba de seguirlas, fiel, aunque también se consolaron secretamente al decirse que si la hiena hubiera querido comérselas ya lo hubiera hecho y que, por otra parte, ésta debería estar satisfecha ahora que se había comido medio niño. 
Así, fueron acercándose a la salida del bosque, que daba a Bowie, una de las avenidas más concurridas de la ciudad, y dejaron de preocuparse por la hiena. Comenzaron a preocuparse por lo que pasaría cuando salieran a la calle, acompañadas por una hiena (con un niño/cadáver sangrante en el hocico). 
-Nos van a disparar tratando de herir a la hiena en el primer instante. Estos policías son unas bestias con pistolas - opinó nuevamente Clara. 
Aunque era más probable que la hiena dejara caer al niño muerto y corriera para esconderse del tumulto (bastante asustado y gritón), intentaron espantar al animal con manotazos al aire y onomatopeyas (como grrrr, o prrrr y también probaron úshcale).
Tocaron la calle y la gente corrió al verlas tan mal acompañadas. Luego un disparo, como trueno, sangre en el pecho de Clara. Su cuerpo provocó un chasquido al caer como un costal de piedras.
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nbly · 9 years
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Toda la gente tiene un poco de mierda en el estómago. Nunca lo olvides. 
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nbly · 10 years
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Cualquier otra Ciudad
Juno a Philip: salgamos.
  Jamás regresemos.
  –Qué pena. A dónde quieres que vayamos. –Phillip a Juno.
  “Qué importa”, Juno a Phillip.
  A cualquier otra parte, a cualquier otra ciudad, pero que sea una ciudad nueva. Estoy harta de Ravonael.
  Era como si todavía fuéramos jóvenes delincuentes, siempre escapando de un fantasma que se sospecha.
  Desde hacía catorce años, catorce días eran demasiados para estar juntos en un mismo lugar.
  PD. Exclusivo
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nbly · 10 years
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No quiero que te sientas mal
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nbly · 10 years
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nbly · 10 years
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