Advertencia: Las novelas y relatos publicados aquí tienen una cantidad increíble de SMUT, lenguaje fuerte y descripciones explícitas de relaciones sexuales homosexuales. Si eres menor de edad y sientes creer que tienes la madurez psicológica y emocional para leerlo, hazlo. De lo contrario te invito amablemente a cerrar la página y no leer esto. No me hago responsable del contenido de ninguna novela ni relato, sin embargo como todo en internet está disponible para su libre albedrío.
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Tortura Erótica 3
Alan está desnudo sobre una cama, amarrado por sus cuatro extremidades a cada extremo de la cama en posición de cuatro y tiene los ojos vendados con un antifaz. Me acerco a él y lo amordazo con una bola rosa gigantesca que apenas y entra en su boca, luego amarro sus testículos y los ajusto a la cama para que suban lo más que se pueda.
Con una mano empiezo a estimular su pene acariciándolo y masturbándolo muy despacio para que este empiece a crecer. Después aprieto sus testículos y Alan gime. Combino la estimulación de su pene con los apretones de testículos.
Después de masturbarlo por un rato, el pene de Alan crece a su máximo y este gime muy excitado. Sus gemidos suben de intensidad y empieza a moverse un poco incómodo, presiento que está a punto de eyacular y dejo de masturbarlo. Alan empieza a babear.
Paso mis manos por su culo y le doy dos nalgadas. Alan gime y su baba empieza a caer de la bola que tiene como mordaza. Con una mano tomo su erección y lo empiezo a masturbar, mientras más rápido lo masturbo más fuertes y excitantes son sus gemidos. Rato después sin dejar de masturbarlo, Alan gime muy excitado y siento que va a eyacular por segunda vez y lo dejo de masturbar.
La baba de Alan escurre y no para de salir de la bola que tiene como mordaza y le doy pequeños golpecitos en sus testículos. Tomo su pene con una de mis manos y Alan gime muy excitado moviendo la cabeza diciendo que no. Creo que está a nada de eyacular. Suelto su pene y Alan suspira, vuelvo a tomar su pene bien erecto entre mi mano y Alan gime muy excitado demasiado fuerte y lo masturbo un poco y mueve la cabeza muy desesperado diciendo que no. En efecto, Alan está por eyacular y por eso no quiere que toque la parte más sensible de su cuerpo. Suelto su masculinidad y Alan suspira.
Momento después le doy diez nalgadas y golpecitos fuertes en sus testículos, Alan gime y babea sin parar. Después de un rato, coloco un vibrador en un masturbador y lo enciendo a la máxima potencia y envuelvo la erección de Alan dentro del masturbador. En cuanto Alan tiene el primer contacto se retuerce un poco y gime muy fuerte mientras su baba no deja de escurrir.
Mientras masturbo a Alan con el masturbador vibrando, él se retuerce y no puede dejar de gemir y de babear. Rato después, Alan gime y mueve la cabeza diciendo que no muy desesperado en señal de que va a eyacular. Apago el vibrador y lo saco de su erección para enseguida meterla en mi boca. Alan al sentir el contacto de su masculinidad con mi lengua gime y se retuerce.
Absorbo con fuerza el pene de Alan y le doy pequeñas mordidas en la punta de su erección. Alan se retuerce y gime muy excitado hasta que siento como eyacula dentro de mi boca. Mientras saboreo su espeso semen, sigo absorbiendo fuertemente su pene y Alan no puede dejar de gemir y de babear.
Hasta que siento que ya no hay rastro de semen en el pene de Alan, lo saco de mi boca y salgo del cuarto dejando a Alan gimiendo y babeando sin parar.
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Capítulo 30 – Las Últimas Semanas
POV Jos
Despierta. No, un ratito más. Maldita sea, debes tomar tu medicamento. Despierta. Alan puede encontrar las pastillas.
Una batalla se libraba dentro de mí por despertarse y al final, pero con mala gana, desperté.
Me siento en el borde de la cama y me tallo los ojos, me doy cuenta que tengo un bóxer limpio y tomo mi maleta rápidamente. Busco y rebusco pero no encuentro mis pastillas.
Bajo a la cocina y encuentro a Alan desayunando mientras su papá rebana plátano para un licuado.
-Ponte algo de ropa.
Dice Alan en un tono de burla. Subo corriendo las escaleras y sigo buscando el frasco entre las cosas pero no la encuentro.
-¿Puedo pasar?
-Adelante.
La puerta se abre y veo de reojo a Alan recargarse en el borde junto con mi botecito amarillo del medicamento.
-¿Buscas esto?
Me levanto del piso y lo enfrento.
-Dame eso, por favor. Debo tomármelas.
-No te las daré hasta que me digas para qué son.
Sus ojos mostraban autoridad y no tuve más remedio que sentarme en la cama y explicarle.
-Mientras tú y yo no estuvimos juntos, mis padres vinieron a verme. Se preocuparon pues decían que estaba como deprimido, pero digo que fue porque no hablábamos, pero cuando estaba con Bryan era otro. Me llevaron al psiquiatra y me dio esto. Eso es todo.
-¿Por qué no me lo dijiste?
-Apenas hemos comenzado a hablar. No puedo contártelo todo de una vez.
-Pues tómatelas ya, vamos a bajar.
Me toma de la mano y se inclina ante mí para darme besitos en el cuello.
POV Bryan
El golpe de sus testículos en mi trasero se intensifican y eyacula dentro de mí. Con su lengua empieza a saborear el semen que sale de mi pequeña entrada. Me da una muy pequeña nalgada y nos metemos a bañar. Estábamos cansados, toda la noche tuvimos sexo (mi mamá me había dado permiso de ir a su casa) y hoy teníamos nuestros preexámenes.
Cambiamos nuestra ropa, él se puso la mía y yo la suya. Los pantalones resaltadores de pompas no eran lo mío, aunque debo admitir que se me veían bien. Mis pantalones no le quedaron.
-Deberías ir al gimnasio conmigo.
-Quieres decir que soy gordo.
-No lo eres, pero... Deberías preocuparte por tu salud.
-Deja de hablar y vámonos. Me tienen vigilado los maestros.
-Por cierto, el Jueves vendré a empacar tus cosas.
-No te preocupes por eso, puedo contratar gente.
-Debes guardar tu dinero para la galería, en menos de 8 meses sales y si ahorras podrás trabajas inmediatamente hayas salido.
-Tienes razón, pero solo tú y yo. Ninguno de mis amigos, ya sabes, para...
-Eres un asco, Pacheco. Por eso te quiero.
Nos subimos al carro y nos damos un beso de piquito, sin duda, este chico me quería más que Jos.
POV Alan.
12:30pm. Hora del receso. Hora de la pastilla. El botecito amarillo.
Saco el bote del bolsillo de mi chamarra y se la pongo en la charola a Jos.
-Solo una.
Asiente con la cabeza y veo a lo lejos la cabeza de Bryan, Alfredo, el cabello de Metzli y los amigos de Alfredo. Trato de que Jos y yo nos sentemos lejos, pues no los había notado, pero reclama querer sentarse en la mesa de la esquina.
POV Freddy.
Un fuerte dolor de cabeza me invade pero la voz de Bryan era morfina para mis oídos. Todo era risas y burlas cuando siento un pie tropezar con el mío que estaba fuera de la silla y siento líquido caer sobre mi espalda y algo sólido sobre mi cabello. Bryan se mancha un poco por lo que parecer agua de melón y se levanta en forma de reflejo.
Veo a un chico caer sobre su charola manchándose de pastel. Era Jos. Furioso, me levanto y lo tomo de la camisa.
-Eres un imbecil.
Danilo, Gerardo, Alejandro y León ya habían formado un círculo alrededor.
-Lo siento.
-¿Quieres vengarte, cierto?. Te lo ganaste, Canela. Sabes lo que hiciste.
Apenas lograba ponerse bien de pie y León lo empujó contra mí recibiendo un golpe en el ojo salido de mi puño. Volvió a caer y Alan lo recogió.
-¡Déjalo Alfredo!
Volteo a ver a Bryan que lloraba en el regazo de Metzli y le doy una patada en las costillas, algo leve imposible para romperlas.
-Quítate, Leyva. Debe pagar por lo que me hizo.
-Fue un accidente.
-No hablo de la comida, es algo que no te interesa.
Jos se trató de sentar mientras todos observaban al par de chicos en el piso, en busca de una respuesta.
-Yo fui, Alfredo, yo descubrí que eres adoptado. ¿Te dolió?, lo sé, a Jos también le ha dolido todo lo que le has hecho. Eres un idiota.
Una mezcla de rabia, decepción y tristeza inunda mi cuerpo. Le suelto una patada con todas mis fuerzas en la entrepierna y luego otra en el rostro, al musulmán, con el propósito de desfigurarlo. Todos comienzan a gritar cuando cae al piso sangrando de la nariz y faltándole el aire, Jos se tira sobre él a llorar.
-¡Déjalo!
Grita Metzli con la voz entrecortada. Bryan la agarra y la consuela, ambos deciden irse al ver que ignoro sus súplicas y sigo con el ataque.
El maestro de Educación Física me toma de los brazos y me comienza a gritar. Yo siempre había sido su alumno predilecto, le comenté todo sobre la noticia de mi adopción, lo mucho que me gustaba Bryan desde que vi su solicitud de ingreso, todo.
-¡Pacheco, para!
Grita. Jos sufriente se encuentra sobre Alan mientras las enfermeras llegan y lo atienden. Soy llevado a la oficina del subdirector.
-Alfredo, tu padre se va a enterar de esto. Sabes como es él.
-No es mi padre. No me trajo a la vida y ni siquiera me crió, no estuvo conmigo mientras lo necesitaba.
-Mientras el papel diga eso, seguirá siendo tu padre.
-El Jueves me mudo, seré algo libre de esto.
-No mientras sigas viniendo, recuerda que es tu rector.
Veo que se hace para atrás y saca de un cajoncito su chequera, coloca mi nombre y pongo mi mano sobre el papel.
-Eres como un hijo para mí, quiero pagarte la mudanza.
No podía aceptarlo, estaba en contra de mis principios, pero él era como mi verdadero padre.
Ambos nos levantamos y le doy un fuerte abrazo.
Salgo de su oficina y veo como la enfermera atiende la nariz de Alan mientras Jos le besaba la mano. Me enferma ver a Jos, por haber hecho sufrir a mi Bryan, eso no se iba a quedar así.
POV Jos
-¿Todo bien, no quieres que llamen a tu padre?
-No, todo estará bien.
Dice Alan. Se sienta en el borde de la camilla y me inclino para ponerle sus tenis y se los abrocho.
-Gracias.
La enfermera nos indica la salida (como si no supiéramos) y me extiende la mano que no tengo desocupada, pues en la otra tenía hielo que cubría mi ojo con el moretón.
-No lo haré hasta que lo hagas formalmente.
Le digo. Me susurra algo en el cuello y se para frente a mí.
-Jos, te amo. No sé que más decirte, pero, ¿quieres ser mi novio?
-Claro que quiero ser tu novio.
Sus ojos se llenan de lágrimas y me da un fuerte abrazo, comenzamos a reír y le tomo su mano. Su áspera y suave mano, su mano del anillo, su mano que había tocado mi cuerpo muchas veces, su mano me llenaba de satisfacción mucho más que el sexo. Su mano, todo su cuerpo, todo de él. Lo amo, eso nadie lo cambia, y ahora que somos novios tal vez sea un poco difícil, pero nadie separaría este amor.
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Capítulo 29 – Tercera Base
POV Jos.
No había sabido nada de Bryan ese día, ¿Con qué cara iba a llegar a casa de su madre y decirle que había huido su hijo?
-Jos, no te vayas.
-Se me hace tarde, tenemos tarea y los exámenes son dentro de 3 semanas.
-Te necesito, vamos hoy a mi casa.
-Mañana es Halloween y...
-Está bien, no te preocupes.
Veo a Alan marcharse al estacionamiento y abre la cajuela de la camioneta para meter su mochila. Tal vez una tarde/noche con él no sería malo, después de todo hace tiempo que no hemos estado juntos.
-¡Alan!
Grito. Sin duda, ahora está sonriente y no lo dudo, yo sé que también me extraña. Saco otra cadena de mi mochila y se la coloco a mi bicicleta, no me arriesgaría a perder otra cosa importante. Me levanto y doy media vuelta pero me encuentro con su cuerpo.
-Iré a hacerme unos tatuajes, ¿me acompañas?
-¿Me puedo hacer uno?
-Claro. ¿Me das tu mano?
No sabía que hacer, no había nadie que nos viera así que se la di. Juntos caminamos tomados de la mano hasta el estacionamiento, los callos de sus manos demostraban lo duro que el podía ser consigo mismo.
Recargo mi cabeza en su hombro y se detiene para darme un muy buen abrazo. Siento su entrepierna caliente y juraría que necesita de mi tanto como yo lo necesito.
POV Bryan
-¿Me aceptará?.
-Le caes bien, no creo que haya mucha diferencia.
-¿Pero si no está de acuerdo con todo lo que les compré?
-Lo tendrá que aceptar. Ya hay que bajar. Pero antes, prométeme que dejarás tu negocio.
-Es muy difícil, pero por ti haría hasta lo imposible.
Le doy un suave beso en la mejilla y ambos bajamos del carro con bolsas llenas de ropa de marca mientras dejamos en la acera cajas llenas de comestibles y abarrotes.
Veo a mi mamá salir de la casa y se acerca a nosotros.
-¿Qué es todo esto, Bryan?
-Es para ustedes, espero lo disfruten.
Dice Freddy, yo no digo nada pues prefiero que él diga todo. Mi hermano llega en ese momento del trabajo y nos ayuda a guardar las cosas. Entramos y nos sentamos a ver las cosas (bueno, ya sabía lo que había) junto con mi hermano y mi mamá.
Los ojos de ellas estaban brillosos pues nunca pensaron tener ropa y joyas de gran valor. Llevo las cajas a la mesa y les explico lo que había en ellas. Freddy se levanta y me asienta con la cabeza, ya estaba listo para decirle a mi madre sobre lo nuestro.
-Mamá, quiero decirte que... Freddy y yo somos novios.
Mi hermano se puso rojo de la emoción y tomó a mi mamá del brazo por cualquier cosa. Se levanta del sillón y se pone frente a nosotros para darnos un fuerte abrazo. Esa es la madre que todos deberían tener, que nos apoye en todo. Leeo los labios de mi hermano preguntándome que pasó con Jos y le digo entre lágrimas que me había engañado.
-Espero y les guste lo que les traje, es solo un pequeño detalle.
-Gracias, Freddy, ¿te gustaría cenar hoy con nosotros?
Le tomo la mano y le sonrío para que acepte la invitación de mi madre.
-Sería un placer.
POV Alan.
-No tardes.
Jos baja corriendo a su casa por ropa y a dejar su mochila. “Claro, tarea y estudiar”. Ya era hora de que le demostrara a Jos cuanto lo amaba, pero no estaba listo para gritarlo al mundo, las críticas serían difíciles y lo mucho que ha sufrido. El carro de enfrente se me hacia conocido, nunca había visto uno igual en la ciudad.
Bajo de la camioneta y sigilosamente toco y veo dentro del carro. Efectivamente, era el carro de Alfredo. Corro de nuevo a la camioneta y Jos sale de su casa con otra ropa y una pequeña maleta.
-Estoy listo. Vamos.
Enciendo el motor y lo veo golpear el depósito de refrescos al compás de la música salida de la radio. Un silencio incómodo llena los primeros 4 minutos de viaje hasta que decide hablar.
-Te odio, Alan.
-¿Por qué dices eso?
-Porque todo este tiempo que estuve sin ti sufrí demasiado... te extrañé.
-¿Así que quieres que vuelva a tu vida?
-No solo eso, sino quiero que aclares tus sentimientos.
-¿Sentimientos?
-Quiero que... me hagas el amor.
Un tremendo escalofrío llega a mi espina dorsal y no puedo evitar sonreír, ya tenia el consentimiento de Jos para demostrarle todo el amor y cariño que le tenía.
Llegamos a casa y bajamos corriendo casi dejando la camioneta abierta. Trato de abrir la puerta entre risas pues Jos me estaba besando el cuello.
Logro abrir la puerta y entramos casi cayéndonos, la pasión y lujuria se había apoderado de nuestros cuerpos. Nuestros ojos se encuentran y se piden permiso de besar nuestros labios. Siento sus hermosos y carnosos labios chocar con los míos y comienzo a quitarle la ropa, Jos me hace lo mismo.
Ambos quedamos solo con pantalones. Sus suaves manos empiezan a acariciar mi trasero y suelto varios gemidos en su boca. Lo detengo y comienzo a besar su cuello dejándole chupetones que serían muy difíciles de esconder, comienzo a jalar sus pezones con mis dientes y mis manos se ocupan de llegar hasta el botón de su pantalón, lo desabrocho.
Me tiro de rodillas y comienzo a besar su suave abdomen, lamo la línea de vello que llegaba hasta su ombligo y las yemas de mis dedos se colocan en el resorte de su bóxer negro. Poco a poco lo bajo dejando al descubierto su pene de al menos en completo estado de erección. Se extiende hasta enfrente y lo empiezo a masturbar mientras miro a sus ojos.
Lo tomo de la base y meto el glande previamente lubricado con saliva, respiro hondo y sigo haciendo lo mismo hasta que tengo todo su pene casi llegando a mi faringe sin perder el contacto con sus ojos casi llorosos.
Lo suelto y me levanto para darle un suave beso en los labios.
-¿Te sucede algo?
-Te mentí, Alan. Sigo siendo virgen. Tengo miedo, no sé si te guste.
-Jos, todo lo que me des me va a gustar, no seas así contigo mismo.
-Siento mucho haberte calentado. Ya había sucedido una vez pero no quiero que pase de nuevo.
-Te propongo algo, tengamos sexo con ropa.
Me agacho y le subo el boxer para poder explicarle bien mientras choco mi pene contra el suyo.
-¿Quieres darme y quieres que te dé?
-Me gustaría darte.
-Está bien. Mira, haremos como que tenemos sexo pero no habrá penetración, solo pasaremos nuestros miembros hasta eyacular.
-Me parece bien. Solo algo, el semen, no me gusta que eyaculen en mi boca.
-No haremos nada que no quieras.
Y en menos de un minuto, ya estábamos en mi cama. Jos se había despojado de su bóxer y yo seguía con el mío, azul. Estaba en cuatro y Jos separaba mis glúteos con su enorme pene protegido por la tela de la ropa interior. Juraría que rara vez dejo que me dominen, pero Jos era muy especial que haría todo por él.
Su pene comienza a pasar por encima y siento la fricción de la tela y su pene, estaba a punto de decirle que lo hiciéramos de verdad pero suelta un grito.
-¿Pasa algo?
-Quema.
-Me quitaré el bóxer, haremos lo mismo.
Y así fue, tenía el pene de Jos a punto de entrar todo en mí pero no era hora. Jos advertía que eyaculaba y le pido que lo haga en mi boca, siento su semen entrar en mi boca y lo tomo para darle un beso contra su voluntad, había olvidado lo tanto que detesta el sabor salado del semen.
-Mi turno.
Esta vez hice algo diferente, lo alzo de piernas y comienzo a lamer su entrada y a lamer su ano sin parar. Meto mi dedo medio y comienza a gemir de una manera impresionante. Se retuerce y eso me excitaba, pero luego noto que lo hace porque le dolía. Me acerco a él y le pido perdón.
-Creo que ya terminamos.
-No, debes venirte en mí. Te voy a hacer sexo oral, pero no te vengas en mi boca.
-Lo prometo.
4 minutos después, me vengo en su pecho y lo limpio todo con mi lengua. Nos acostamos de lado y hago la pregunta obvia.
-¿Te gustó?
-No, me lastimaste.
-Lo siento mucho, es por eso que no quiero volver contigo.
-¿No me amas?
-No es eso, pero tenemos que admitir que te hago mucho daño con todo lo que hago.
-No seas así contigo mismo, los dioses del Olimpo quieren verme sufrir.
Comienzo a besar su espalda y me meto bajo las sábanas. Se acomoda, pues bien sabía lo que venia. Se abre de piernas y comienzo a masturbarlo ferozmente hasta que lo hago eyacular de nuevo sobre mi rostro y salgo de las sábanas.
Cuando me ve tiene un ataque de risas, pues era obvio que todo su semen estaba en mí y parecía una prostituta. Me limpio en su espalda y comenzamos a dormir, ¿Por qué todavía no estará listo?
Casi caigo rendido hasta que pienso “tal vez nunca tuve que haberle contado la historia de mi violación. Ha de pensar que el sexo es algo cruel y doloroso.”
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Capítulo 28 – Venganza Y Amor. Parte 2
POV Bryan
Volver a esa casa/mansión me ponía los nervios de punta, ver la entrada donde Alan y Jos se besaron por última vez antes de que fuéramos novios era muy doloroso.
-Llegamos.
Dijo Freddy tomándome de la mano mientras lo ignoraba y mis ojos miraban a la derecha para examinar la casa.
-No creo que sea una buena idea.
Digo. Freddy golpea el volante y pone su rostro sobre el, se queda así varios minutos hasta que toma mis manos y comienza a querer hablar.
-Desde el primer momento en que te vi, sabía que serías un chico especial y lo eres. Me dije que serías mío y eso es lo que quiero. ¿Sabes?, yo solo quiero que alguien me ame, necesito el amor que mi padre no me dio toda mi vida. Sólo quiero que me digas lo mismo. ¿Bryan, acaso sentiste decepción cuando viste esa foto?
-Sí, pero es diferente.
-No, mira, yo…yo…yo soy adoptado, es por eso que te lo digo. Mi padre nunca ha estado conmigo, no me ha amado y quiero que tú lo hagas, hay que intentarlo.
Estaba atónito, Freddy siempre me había llamado la atención y mi teoría de que lo que hacía era porque nadie lo amaba era cierto.
-Está bien.
Lo veo sonreír, era una sonrisa hermosa de oreja a oreja y baja del auto para abrirme la puerta.
-Buenos días Señor Villareal, bienvenido a la residencia Pacheco.
Suelto una risa y le extiendo la mano, “Idiota e infantil��� pienso.
Me levanto con su ayuda y lo veo por primera vez bien. Nuestros ojos llenos de pasión se encuentran y dan la orden a nuestros labios de unirse por enésima vez. Siento sus dientes morder mi labio inferior y suelto un gemido de dolor.
-Es hora de entrar.
Le digo. Me toma de la mano y llegamos a la puerta, mete algunos datos alfanuméricos en una pequeña pantalla touch y la puerta se abre.
La casa olía a cigarro y lavanda, uno de mis olores favoritos.
-Quítate la ropa, quiero verte.
-No ahorita, no estoy listo.
-No te haré daño, acompáñame.
Me toma de la mano y corremos hacia el sótano, estaba oscuro pero con un par de aplausos se iluminó por completo y mostraba un gran cuarto lleno de hermosas pinturas y retratos, entre ellos uno de Alan.
-Son hermosos.
-Gracias. ¿Te digo mi sueño?, abrir mi propia galería de arte.
-Eso suena genial, yo quiero ser fotógrafo profesional.
-¿Me tomarías una foto?
-Pero no tengo...
Sin decir más, Freddy corre hacia un estante y saca una caja empolvada que pone sobre una mesa llena de pinceles y pinturas.
-Te quiero regalar esto, es una cámara profesional antigua. Se supone que es de mi supuesto abuelo adoptivo, pero no la necesito.
Toma una navaja de sus pantalones y lo despliega para poder abrir el paquete. Me acerco y veo su regalo, pongo mi mano sobre su navaja y me mira a los ojos. Las palabras sobraban en ese momento y nuestras bocas se fundieron en un beso. Mis manos bajan a su cierre y meto mi mano, siento su miembro duro y lo suelto.
-No tengas miedo, no muerde.
-Lo sé, pero no he tenido sexo oral desde la semana pasada. Creo que vomitaré.
-¿Vomitar?, mi semen es el mejor. Te va a gustar.
-No lo sé. No quiero ofenderte pero... ya estás muy gastado.
Una risa burlona sale de la comisura de sus labios mientras se quita la camisa dejando al descubierto su hermosa pancita caguamera.
-¿Quieres una cerveza?
-No tomo, gracias.
Mi celular comienza a vibrar y veo la foto de Jos en él, de seguro estaba buscándome. No sabía si contestar o dejarlo así pero Freddy me quitó el celular y lo azotó contra la pared.
-¡¿Sabes cuánto le costó a mi mamá ese celular?!
-Lo siento, pero no puedo dejar que ese se meta en nuestra relación. ¿Recuerdas cuando le dije a todos que eras mi novio?, pues lo eres y quiero tu consentimiento para serlo.
Me siento sobre la mesa, pues comenzaba a excitarme de su hermosa y sensual voz. Sus labios se depositaban en mi cuello dejándolo húmedo y con sabor a menta.
-¿Podemos subir a tu cuarto?
-Con una condición, quiero retratarte desnudo
-Lo que tú quieras, solo quiero olvidarme de... de todo, por favor.
Atrapo sus labios salvajemente y le quito los pantalones dejándolo solamente en bóxer, morado, y tenis. Me despojo de mi camisa y dejo que vea mis pezones. Me toma de los muslos y me lleva cargando mientras dejo marcas de amor en su cuello, su pene estaba por salirse de lo excitado que estaba y con una de mis manos comienzo a masturbarlo.
Llegamos a su cuarto y me tiro a su cama mientras comienzo a tener espasmos de lo caliente que estaba, un pene dentro de mi era mi sueño y mi delirio.
Veo a Freddy entrar a su enorme armario y saca una caja de plástico tirando varios juguetes sexuales a la cama.
-¿Te gustaría probarlos?
-Si no me dolerán sí.
-Creo que deberías quitarte la ropa, digo, para comenzar.
Trago saliva y bajo el cierre de mi pantalón dejando al aire mi bóxer rosa y mi pene tremendamente marcado, con la cabeza saliendo por arriba.
Se puso de rodillas ante mí y me miró a los ojos. Lentamente, sus dedos bajaron poco a poco la tela de mi boxer y mi pene salió rebotando en su cara. Lo tomó con su mano derecha y comenzó a pasar su nariz en él. Estaba excitado, sentía la necesidad de querer venirme pero todavía no sucedía nada. Cuando dejó de olerlo o algo así, metió mis bolas en su boca y me masturbaba lentamente con la izquierda.
Su lengua saboreaba cada una de mis gónadas y humedecía la mitad de ambas. Las sacó y sin decir nada, se metió mi pene completo a la boca y solté un fuerte gemido. Siento su lengua dar vueltas alrededor y cuando lo saca, todo estaba lleno de saliva. Volvió a repetirlo y el líquido preseminal salía por los gestos que Freddy hacía.
Pongo mi mano sobre su sedoso cabello castaño y comienzo a marcar el ritmo. Siento un fuerte escalofrío entre mis piernas y contraigo los músculos para evitar eyacular.
Me toma de la cintura y me tira a la cama mientras se baja el boxer. Su pancita pasa por mi rostro hasta que su venoso pene llega a mi boca.
“Ya sabes como hacerlo”, pienso. Adquirí algo de experiencia con Jos pues solíamos tener sexo oral pero las sesiones no excedían más de 8 minutos pues él no estaba listo para el siguiente paso, solía meter su dedo en mi ano. De esa forma nos divertíamos, pero ahora que estoy con Freddy creo que él me valora más.
Siento algo quemarme la boca, Freddy había eyaculado completamente en mí. Litros de semen salían de mi boca, nunca pensé que alguien podría expulsar tremenda cantidad de semen.
-Lo siento Bryan.
Su sonrisa me confirma el siguiente paso en su plan y tomo uno de los consoladores que había sacado.
-¿Puedes hacerlo tu solo o te ayudo?
-Lo intentaré.
Me pongo en cuatro y pongo la punta del consolador en mi ano, pero este no se abría.
-Necesitas dilatarlo, yo te ayudo.
Freddy se bajó de la cama y en menos de un parpadeo siento su lengua húmeda y rasposa pasar entre mis nalgas. Suelto un fuerte gemido y sus manos frías se colocan en mis glúteos para separarlos de una forma impresionante. Me acuesto y alzo mis piernas, Freddy sigue dilatando ahora con sus dedos.
Poco a poco siento un dolor en la espalda baja y Freddy me dice que ya está dilatado.
Toma el consolador y un poco de lubricante, luego lo introduce en mí y me siento en el paraíso.
Siento todo dentro de mí y Freddy decide sacarlo.
-¿Ya estás listo?
-Sí, creo que sí.
Freddy se acomoda en las almohadas y me indica con las manos que me suba sobre él. Gateo hasta llegar y toma un pequeño sobre metalizado, pero se lo quito de la boca antes de que lo saque.
-No, sin protección. Quiero sentirte.
Asienta con la cabeza y me toma de la cabeza para besarme. Nuestros labios no se sueltan, tal vez para que no grite a la hora de tener su miembro dentro de mí. El beso se intensifica y siento un ardor detrás, gimo dentro de su boca y sus dientes muerden mis labios. Estaba todo dentro de mí.
Se recarga en las almohadas y clava hasta el último centímetro dentro de mí. Sus manos comienzan a masturbarme y me alzo un poco para volver a caer lentamente. Deja mi pene y sus manos se depositan en mi cintura, me alza y me baja de su pene entre gemidos y sudor. Siento que eyaculo y paro por pedido, para no acabar con todo de una vez.
Freddy se levanta y me alza las piernas, acomoda su pene en la entrada y lo mete, su pelvis chocaban mi trasero y ese sonido era excitante. Sus labios estaban en mi cuello y yo no paraba de gritar.
Las embestidas de Freddy bajan de velocidad
-Me vengo
Siento un calor inmenso dentro de mi ano, todo su líquido estaba dentro de mí. Me dejo caer en la cama del cansancio y dolor, mi respiración era irregular. Siento su cuerpo caer sobre el mío y junta sus brazos con los míos, formando una cruz.
-¿Te gustó?
-Freddy, quiero ser...tu esclavo sexual
-No, quiero que seas mi novio.
Se baja de encima de mí y se coloca a mi lado. Recarga su brazo y pone su mano en su mejilla.
-Quiero que seas mi novio.
-Me engañaron, no sé si pueda confiar en ti.
-Te doy mi palabra.
-Solo con una condición.
-Dime.
-Mañana es Halloween y todos los años salgo con mi hermano. Este año no será así, ya que…
-Te acompaño, pero no quiero usar un disfraz horrendo. ¿Ya tienes el tuyo?
-Ocupo el mismo todos los años, no tengo dinero y los dulces que consigo los vendo.
-Iremos a comprarnos disfraces, ¿Vale?, mira, no es por tener lástima pero...veo que llevas la misma ropa a la escuela, lo único que haces es combinarla con tu pantalón.
-Pensé que Jos era el único que se había dado cuenta.
-Mi padre me compró mucha ropa, y de marca, estos últimos años, pero nunca la usé. Yo solo quería que estuviera conmigo. ¿La quieres?
-Bueno.
-¿No tienes sueño?
-Sí, pero quiero seguir escuchando tu voz.
-No, vamos a descansar unas horas.
Lo veo levantarse de la cama y se mete bajo las sábanas. Me quito de donde estaba y lo acompaño.
-¿Te puedo abrazar?
Me dice.
-Sí.
Sus brazos me rodean y caigo rendido en los brazos de Morfeo.
POV Alan.
-Tranquilízate. No pudo haber ido muy lejos y no creo que haya ido a su casa, su mamá te hubiera llamado.
-¿Pero por qué no contesta?
-¿Has visto a Alfredo?
-¡No lo metas en esto!, estamos hablando de Bryan.
-Debo ir al baño, ya vengo.
Dejo a Jos algo preocupado y corro a los baños. Saco mi celular y marco al celular de Alfredo. No contesta. Cuelgo, vuelvo a llamar, nada.
Marco el número de su casa y oigo la bocina levantarse:
-Freddy, soy...
-Shhh, no grites. Bryan duerme plácidamente. ¿Sabes?, destruiste una muy hermosa relación pero acabas de crear otra. Te lo agradezco hermano.
-¿Está ahí?, ¡pásamelo!
-Te he dicho que está dormido. Pero no se lo digas a Jos, romperías su corazoncito más de lo que ya se lo has roto. Buenas tardes, Alan.
La llamada termina y golpeo la pared, Bryan ya había sido victima de Alfredo.
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Capítulo 27 – Venganza Y Amor. Parte 1
POV Jos
-¿Tienes algo?, te has comportado así todo el día desde ayer.
-No es nada, es solo que hoy vi un fantasma.
-¿Ah si, por eso estás muy distraído?
Sus palabras me ponían más nervioso de lo que ya estaba. Bryan no sospechaba nada, pero el remordimiento de que lo había engañado con Alan me llenaba el alma y el cuerpo.
Ambos encadenamos nuestras bicicletas en el parking especial y entramos lentamente al edificio principal.
Todos estaban ocupados en sus cosas, nadie prestaba atención a dos chicos gays que caminaban entre ellos casi tomados de la mano. Todo estaba normal, cuando una voz rara, que no era la del rector, comienza a hablar en los parlantes.
-Buenos días compañeros, soy Alfredo Pacheco. Muchos me conocen y saben quien soy, mientras otros me tienen miedo, aunque no entiendo la razón por lo cual me odien. Pero bueno, si miran a las pantallas que están sobre sus cabezas, verán una foto muy comprometedora de un chico que está entre ustedes.
La semana pasada, varias pantallas fueron colocadas en puntos estratégicos en toda la escuela para mostrar los avisos internos, pero esta vez mostraba algo diferente, una foto de buena calidad se presentaba en la pantalla, era la foto que nos habían tomado a mí y a Alan besándonos. Todos miraban la foto sorprendidos mientras la voz en off seguí hablando.
-José Canela, ¿qué haces engañando a tu novio?, No se quién sea el chico de la foto, y no me interesa saberlo, ¿pero Bryan lo sabe?
Bryan me suelta la mano y el ruido en los pasillos era más constante, se separa de mí y alza su mirada, tenía los ojos rojos y lágrimas bajando por sus mejillas.
-Sí, lo confirmo, José y Bryan son gays. Pero, por favor, no son bichos raros, también soy gay. Lo digo y lo confirmo ante todos, ¿hay algún problema, no?, solo tenemos gustos diferentes, nos somos monstruos, somos humanos. Pero si alguien se llega a meter conmigo, las pagará muy caro, así como José la está cobrando.
¿Yo, qué hice para que Alfredo me estuviera haciendo esto?. Mi mente estaba llena de preguntas y no podía mirar a nadie a los ojos porque estaba nervioso. Las manos me sudaban y mi cuerpo flaqueaba de debilidad.
-Hasta pronto.
Dijo Alfredo para después acabar la transmisión. El pasillo estaba en silencio, pero lleno de gente, esperaban reunidos la conversación entre Bryan y yo.
-Bryan, yo nunca...
-¿Quién era?, dime.
-No lo conoces, es solo que...no fue mi intención.
-¿Entonces por qué dejaste que te tomaran una foto?
-¡Yo no sabía, te lo prometo!
-¡Ya no me prometas nada!, me prometiste amarme y no lo cumpliste. Saber que compartes tus labios con otra persona que no soy yo.
Bryan desaparece entre la multitud y veo la cara de todos, me ven como un maldito al haber engañado al Bryan.
Me abro paso entre todos para alcanzarlo pero alguien me detiene, reconozco ese olor.
-Déjalo, no te merece.
-¡Tú no sabes nada, Alan!, ¿por qué lo dices, tú fuiste el de la maldita foto?
-¿Por qué piensas que fui yo?
-¡Porque solo te gusta verme sufrir, amas verme sufrir!
-Yo te amo, es diferente.
-Suéltame, debo recuperarlo.
-Yo quiero estar contigo, llegué antes que él a tu vida.
-Pero él me quitó la virginidad.
Siento la mano de Alan destensarse y me suelta mientras veo sus ojos brillar como si fuera a llorar.
-Me gustó la forma que en sus caderas entraban en mí, su semen en mi garganta. Sí, Leyva, no soy el Jos que conoces.
Me voy corriendo tratando de comenzar a llorar, le había mentido cruelmente al amor de mi vida, lo hice sufrir con una mentira, nunca pensé haberle dicho ese tipo de cosas, pero nunca me hubiera dejado libre.
Abro las puertas de la entrada y no veo su bicicleta, se había marchado. Me siento a llorar cerca de las plantas y el timbre suena indicando que ya comenzaban las clases, pero no entraría.
POV Freddy.
“Strike Uno” pienso.
Apago el micrófono y salgo de la oficina de mi padre. Se me hacia raro que hubiera silencio, después del tremendo escándalo que causé. Veo a Bryan correr entre la multitud y salgo en sentido contrario para alcanzarlo por el otro lado. Lo veo llegar a donde se estacionaban las bicicletas y veo ponchar las llantas de la que estaba al lado suyo.
-¡Bryan!
Grito para que me viera y lo hace. Me ignora y vuelvo a gritar su nombre. Corro hacia él y se apura para evitar contacto conmigo pero fue inútil, alcancé a llegar antes de que se fuera.
-Déjame solo.
-Quiero llevarte a casa.
-¡No, todos saben lo que soy por tu puta culpa, mi novio me engañó!
Trata de subirse a la bicicleta pero lo bajo de ella tirándolo al pasto dándole un beso no correspondido. Me subo sobre él y comienzo a besar su cuello mientras comienza a morderme el odio.
-Vamos a mi casa, te haré sentir bien.
Me levanto de él y me besa esta vez, solo me sonríe y tomo eso como un sí.
“Strike Dos” pienso mientras su mano recorre mi trasero y entra en mis pantalones.
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Capítulo 26 – En El Ballet
POV Jos
Me pongo las mallas y las zapatillas. Una playera de licra blanca y me veo en el espejo:
-Ellos son mierda, mira para enfrente e ignóralos
Me lo repito varias veces y me toco los pezones, estaban erectos por el aire que traspasaba la ropa de puta que traía. Me despego un poco la malla de la entrepierna pues marcaba mi bulto.
Tomo la maleta y abro la puerta del baño, la gente que pasaba por los pasillos se me queda viendo y cotillea descaradamente.
Los peores segundos de mi vida. Había clase libre pues varios maestros no habían llegado ese día, como por ejemplo el profesor de educación física.
Llego al salón de danza y estaba solo. Se supone que estaría Majo ahí, una chica que me enseñaría ballet. Frunzo el ceño ante mi reflejo en los espejos que cubrían una pared del salón. Dejo mi mochila en las bancas y saco mi iPod. Lo conecto al amplificado que estaba ahí y reproduzco la melodía que la chica me había dado para practicar.
Caliento y estiro un poco antes de comenzar a hacer pliés en la barra.
-Estoy listo.
Me digo al espejo. En eso, veo entrar al chico que era dueño de mis sonrisas y mis dolores, mi primer beso y la primera persona de mi mismo sexo con la que dormí.
-¿Qué haces aquí?
Le pregunto serio. Deja su mochila junto a la mía y se acerca al piano que estaba ahí.
-No lo toques, Alan.
-No me importa.
Fueron sus primeras palabras después de casi 3 semanas de no dirigirnos la palabra.
-¿Qué haces aquí?
-Metzli cortó conmigo.
Dijo seriamente mientras comenzaba a tocar una melodía de una forma impresionante.
-Lo siento mucho.
-Era lo correcto, yo te amo.
Lo veo levantarse del espejo y me rodea con sus brazos por detrás.
-Suéltame, por favor.
-No te dejaré, te extraño como no tienes idea.
-Tengo novio.
-¿Bryan?, él nunca te amará como yo.
Me logro safar de sus brazos y lo confronto cara a cara. Sus ojos decían la verdad, pero Bryan no se merecía esto.
Toma mi mano y nuestras frentes se juntan y comienza a cantarme cerca de los labios.
Alan era muy observador y detallista. Estaba cantando la canción que sonaba durante nuestro último beso en la fiesta de Alfredo.
Una lágrima sale de su ojo izquierdo y antes de que ambos comenzáramos a llorar, unimos nuestras bocas con un beso. Al principio lento y suave. Nuestras respiraciones eran irregulares.
Siento la necesidad de estar a su lado para siempre, de tenerlo todos los días a mi lado, pero tenía a Bryan y le estaba siendo infiel.
-No puedo hacer esto, lo siento, tengo novio.
-Lo sé. Es solo que extrañaba tus besos, tu voz, te extrañaba Jos. Y no puedo seguir así sin nisiquera poder hablarte. Déjame besarte una última vez.
-Me has hecho sufrir que ya no se si confiar en ti.
-Te amo, ¿ok?, te amo Jos. Te he amado desde esa noche, la noche en que fui por ti mientras Alfredo te humilló frente a todos. Eso dice mucho.
-Esta bien. Solo un beso más.
-Pero quiero recuperar nuestra amistad.
-Tal vez, ya bésame.
Y sin pensarlo dos veces, lo hizo. Me toma del rostro y pongo mis manos en sus caderas cuando siento un enorme destello de luz en mi cara: un flash.
-Alan, nos tomaron una foto.
Le digo después de empujarlo, me quedo congelado pero Alan se negaba a creerme.
-Fue tu imaginación, no nos tomaron nada.
-¡Sentí el flash en mi cara!, debo irme.
Tomo mi iPod y lo guardo en mi mochila. La coloco en mi hombro pero Alan me detiene.
-Jos, te amo. Pero primero ponte el pantalón, no creo que quieras salir con esa erección.
No me había dado cuenta pero mi pene se marcaba demasiado, Alan me excitaba al 100 y era imposible no evitarla.
-Nos vemos Alan, cuídate.
Salgo corriendo hacia los baños y me meto en un cubículo. ¿Nos tomaron la foto, fue mi imaginación, y si no lo fue, se la van a dar a Bryan?
Todas esas preguntas pasaban en mi cabeza mientras trataba de ponerme el pantalón y esconder la erección.
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Capítulo 25 – Secretos. Parte 2
POV Freddy.
Subo la velocidad de las embestidas y me sujeto de su cabello como si fuera un animal. Siento los espermatozoides correr por mi pene y me vengo en su espalda. Se tira en la cama y comienzo a masturbarlo hasta que su miembro chorrea litros y litros de semen sobre su abdomen y mi cara.
Comenzamos a reírnos y nos cubrimos con las sábanas cubiertas de semen y sudor.
-Uno de los mejores polvazos de mi vida.
-¿Te gustó?
-Eres una bestia.
-Sólo quiero decirte que esto es algo de una noche.
-Pe…pero yo pensé...
-Lo siento Javier, esto jamás volverá a pasar.
Comienzo a besar sus pezones para encontentarlo. Javier era un chico que había conocido en un bar horas atrás y pues una cosa llevó a la otra.
-¿Quieres algo de comer?
-No te lo negaré.
-Enseguida subo.
Salgo de las sábanas y me pongo una bata color azul. Bajo las escaleras de la casa abandonada, mi padre no había llegado esa noche pues no estaba en la ciudad.
Entro a la cocina y saco pan blanco, jamón, queso y mayonesa. Unto los pedazos de pan con mayonesa y oigo un pequeño ruido en la entrada principal. Saco una pequeña pistola con silenciador, las tenía por "seguridad", y mi padre bien lo sabía.
Me acerco a la pared y prendo la pantalla de las cámaras de seguridad que estaban instaladas en la casa, no había nada.
Observo la puerta y mi corazón comienza a palpitar cuando veo un sobre deslizarse por abajo. La sombra de alguien desaparece del otro lado y corro para abrir pero no encuentro a nadie.
Me estaba dando un ataque cuando veo que un carro llega a la casa, mi padre había vuelto de viaje. Abre la puerta del garaje subterráneo y corro a recoger el sobre. Lo guardo en mi bata y continúo haciendo la cena para Javier.
El elevador sube y mi papá sale con una maleta y su portafolio.
-Buenas noches, hijo.
-Pensé que llegarías hasta mañana en la mañana.
-Decidí tomar un avión para llegar a tiempo.
-¿A tiempo para qué, vas a volver a salir?
-¿Cenando a estas horas?, tú no comes pan blanco.
-No es para mí, es para un amigo. ¿A donde vas?
-A una cita.
-¿Voy a tener mamá?
-Es sólo una amiga.
-Está bien. ¿Cómo te fue en el viaje?
-Hablamos la próxima semana, mañana vuelo a París y regreso en 5 días.
Se quita el saco y lo cuelga, trata de quitarse la corbata cuando pego la mesa con un golpe.
Mi padre siempre había sido así, nunca había tenido tiempo para mí. Toda mi infancia me la pasé con una niñera, en la secundaria descubrí que era gay pero tuve miedo de decírselo... hasta ahora.
-Papá, soy gay.
Lo veo detenerse y se voltea poco a poco para verme.
-¿Qué dijiste?
-Te lo he tratado de decir desde hace 9 años pero nunca estás en casa. Me haces falta.
Mi corazón comienza a latir más fuerte, no siento mis pies y mi frente comienza a sudar mientras el semblante de mi padre parece furioso y se acerca lentamente a mí.
Me suelta una cachetada y caigo al piso del duro golpe que no esperaba. Lo veo subir las escaleras y grita:
-¡No te quiero en mi casa al terminar la semana!.
Comienzo a llorar por sus palabras. Ya no me quería, incluso pienso que nunca me quiso.
Ya era mayor de edad y durante los últimos 9 años hice muchas cosas solo, pues mi padre no estuvo para mí. Ya tenía planes de largarme de la casa terminando la universidad y seguir con mi negocio de la droga (que estaba inactivo por el momento debido a que mi proveedor estaba de vacaciones, para variar).
Me levanto del piso y meto los sándwiches a la sandwichera y saco el sobre de color amarillo manila para ver su contenido.
Entro en estado de shock al ver mi acta de nacimiento con otro nombre y otros padres.
¿Era una broma, él hizo esto, por qué haría una broma de ese calibre? Observo bien la hoja y tengo otro apellido. La guardo y saco otra acta de nacimiento, ahora esta tenía mi apellido "Pacheco" y el nombre de mi difunta madre.
La guardo y encuentro una nota escrita con recortes de revista:
“Lo siento, tenías que saberlo”.
Mi padre no había sido, el sobre llegó antes que el por unos cuantos segundos. Solo alguien que me odiara en serio me haría algo así.
Comienzo a revisar la lista mental de la gente que podría odiarme, pero encuentro a José y analizo las razones:
-No dejó que tuviera sexo con él, lo traté de violar y besé a su novio, lo coroné reina del baile de graduación, lo metí al vestidor de chicas.
Él había sido.
-José Miguel Canela Rivera, lo que te hecho no se compara a lo que me hiciste. Prepárate para sufrir verdaderamente y esta vez ni siquiera tu novio estará ahí para ayudarte.
Digo hacia la ventana de la cocina antes de secarme las lágrimas y sacar los sándwiches de la sandwichera.
Subo las escaleras con la comida y despierto a Javier.
-Listo, come algo.
-¿Todo bien, hay alguien en casa?
-Llegó mi padre. ¿Te gustaría volver a hacerlo?, y al terminar le ponemos…ya sabes, para que sepan mas ricos.
Ambos sonreímos y me lanzo a sus piernas para alzarlas y disfrutar de su hueco.
AL DIA SIGUIENTE.
POV Alan.
Llego a la universidad, Alonso volvía a México esa misma mañana pero no pude faltar a clases ese día. Veo a Metzli acercarse y trato de besarla pero se niega.
-¿Te pasa algo, fue por lo de anoche?
-Quiero terminar contigo.
-Pero, ¿por qué?
-Tú no me amas.
-Sabes que te amo.
"Pero no tanto como a Jos", pienso.
-Esto es muy tonto, Alan. No te merezco. Ya sé todo lo que hubo entre tú y Jos.
-¿Qué?. Entre nosotros no hubo nada, Metzli. Solo éramos amigos.
-No importa, no te merezco. Gracias por todo. Espero y te haya gustado mi virginidad, nunca pensé que me la quitarías y me gustó. Tal vez no fuiste el indicado pero gracias. Cuídate.
Se va dándome un beso en la mejilla. El timbre suena y todos desaparecen. Me quedo en medio del pasillo, solo, pues así me sentía.
Alonso había vuelto a México, Jos no quería ni verme y ahora Metzli.
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Capítulo 24 – Secretos. Parte 1
POV Jos.
Voy de la mano de Bryan por la calle, decidimos dejar nuestras bicicletas en la uni y tomar el autobús hasta la casa. Antes de eso, fuimos al parque a pasar el rato hasta que cayó la noche, ahí Bryan me consoló después de la terrible escena que viví ese día.
-Llegamos, ¿Seguro que no quieres que me quede a dormir contigo?
-Estaré bien, has dormido casi todo el mes en mi casa y tu mamá se molestará.
-¿Sabes?, Te quiero como a nadie nunca lo había hecho y no dejaré que te arruinen la vida. No mientras sigamos juntos.
Me acerco a él y lo tomo de los hombros mientras le planto un beso salvaje en su boca y sus manos se depositan en mi rostro.
-Nos van a ver, debo irme.
-Cuídate.
-Igual tú.
Lo dejo ir. Cuando desaparece, saco las llaves de la casa y entro lo más rápido posible para tirarme al sillón y derramar el llanto que necesitaba sacar. ¿Por qué todos me odiaban, acaso era tan malo para recibir el odio de todos, Alan también me odia?. Ese tipo de preguntas llenaron mi cabeza, así que decido ir a la cocina y buscar un cuchillo pero no había ninguno. Por lo visto Bryan los hizo desaparecer.
Subo al cuarto desesperado y rompo el espejo nuevo que Alan había reemplazado meses atrás.
Tomo un pedazo del cristal roto y me pongo de rodillas en la alfombra. Me seco el moco que salía de la nariz y me levanto la manga de la sudadera azul. Puedo ver las marcas que tenía, el dolor y odio reprimido los llevaba siempre en mi cuerpo.
Estaba indeciso de hacerlo, seria como tirar todo lo que Bryan ha hecho a la basura, pero recuerdo lo bien que se siente. Así que no lo vuelvo a dudar y la punta ya está en mi muñeca marcando una pequeña línea de sangre que aumenté con el tiempo.
Esa sensación de ardor y dolor era increíble, comienzo a gritar para sacar todo lo que tenia. Me tiro a un lado del espejo roto esperando nunca más volver a despertar.
POV Alan.
Siento las paredes de su esfínter cerrarse y me vengo dentro de ella, ambos soltamos un grito de placer y nos disponemos a limpiarnos.
-Alan, ¿Te puedo decir algo?
Dice Metzli mientras nos encontramos en la ducha.
-Dime.
-Te amo, ¿Sientes lo mismo por mi?
"No, no, no, no te amo, yo amo a Jos y no sé porque estoy contigo, debo estar con él y amarlo de la misma forma pero no soy muy valiente para decirle al mundo que soy bi o gay". Pienso.
Mi teléfono suena y salgo de la ducha, evitando contestarle a Metzli.
-¿Hola?
-Alan, soy Alonso necesito verte.
-Jódete.
-Olvida lo de hace rato y ven, esto es importante.
-¿Donde estás?
-En el motel.
-No vamos a tener sexo, ¿Ok?
Susurro a espaldas de Metzli.
-Claro que no. Ahora te mando la dirección, te espero.
-Está bien.
Cuelgo y veo a Metzli sentada haciendo la tarea, me visto, pero me detiene.
-¿Quién era?
-Mi mejor amigo.
-¿Está aquí?
-Si, iré a verlo.
-Ya es tarde, ¿No lo crees?
Me acerco a ella y deposito un beso en su frente mientras mis dedos tratan de abotonar una camisa limpia.
-Nos vemos mañana, descansa.
POV Metzli.
Siento su beso en mi frente y le doy una sonrisa fingida. Toma su mochila y sale de mi cuarto. Oigo la puerta principal abrirse y me asomo por la ventana para verlo irse, toma un taxi y desaparece.
Corro a mi mochila y saco una bolsa negra con 3 pruebas de embarazo. Mi regla ya había tardado 4 días en llegar y eso me preocupaba, siempre llegaba puntual.
¿A caso Alan no se dio cuenta que le mentí?. No estaba menstruando y tuvimos sexo anal, solo por el miedo de que si estaba embarazada, lastimaría al feto.
Sigo las instrucciones marcadas en la caja, pasan los minutos marcados para ver el resultado y lo peor resulta cierto.
POV Alan.
Olía horrible. Alonso se estaba hospedando en un motel de segunda, ¿Por qué no me llamó para quedarse en mi casa o darle dinero para estar en un hotel?
Llego a la habitación que me había dado y toco la puerta, Alonso me abre la puerta, y veo que no trae camisa, y entro con cuidado.
-Listo, ¿Para qué me querías?
-¿No me vas a saludar?
-Después del escándalo que armaste en la escuela... No lo creo.
Alonso toma de la mesa un sobre y lo tira a la cama.
-Alan, este sobre contiene un documento que podría cambiar la vida de muchas personas…incluyendo la tuya.
-¿La mía?
Alonso me pide sentarme en la cama, se coloca una playera limpia y luego se quita el pantalón quedando en bóxer.
-Llevo casi 3 semanas aquí. Mi novio me dio dinero, ¿Te acuerdas de Abraham?
-Sí.
-Bueno, él me dio dinero para quedarme un mes aquí. Solo para arreglar lo tuyo con José, siempre le caíste bien. He estado observando al chico con el que trabajas y se me hizo familiar.
Alonso se levantó de la cama y quitó una sábana que cubría una gran pizarra. Había fotos de Alfredo, fotos mías, del rector y varios recortes de periódicos.
-Chequé todos los álbumes de fotos en mi casa y él está en una foto.
Me acerco y veo la foto, al parecer Alfredo fue al preescolar con Alonso. En el primer año de Alonso, Alfredo iba saliendo.
-¿Te acuerdas que hace unos cuantos años hubo un accidente automovilístico en México, no te acuerdas? Bueno, resulta que una de las 2 personas que iban en el auto era un señor de nombre Tomás Arredondo. Mira esta foto.
Alonso me da en las manos una foto de ese sujeto y una de Alfredo, actualmente. Ambos eran idénticos.
-¿Estas diciendo que Alfredo es adoptado?
-Exacto. Mira, busqué en la base de datos de hospitales de México y ninguno tiene a un chico llamado Alfredo Pacheco, pero si a un chico llamado Alfredo Arredondo. Mi teoría, la cual es cierta es la siguiente. Los padres de Alfredo murieron cuando él apenas tenía uno o dos años, quedó a manos del gobierno pues nadie lo reclamó y el rector lo adoptó 4 meses después poniéndole así el apellido Pacheco.
-¿Estás bromeando, verdad, sabes lo serio que es esto?
-Abre el sobre.
Dejo la foto que me había dado en el tocador y vuelvo a sentarme en la cama. Tomo el sobre y lo abro, mis ojos no daban crédito a lo que veía.
-Tienes razón.
De una forma o de otra Alonso había conseguido una copia de los papeles de adopción de Alfredo, así como una copia de su acta de nacimiento original y otra modificada.
-¿A donde nos lleva todo esto?
Alonso se toma el cabello y se tira a la cama.
-A José. Si destruimos la vida de Alfredo con esto, tal vez su vida se hará miserable y dejará de molestar a José.
-¿Por qué quieres hacer esto, por Jos?
-¡Por qué lo amas!, Alan. ¿Quieres a José, cierto?
Suelto el sobre, recordar a Jos me ponía mal. Mi respiración se volvía irregular y todos nuestros momentos juntos volvían a mí.
-Lo amo como no tienes idea, pero no puedo hacer nada por él.
-¡¿Nada?!. ¡Este maldito sobre te librará a ti y a José de su maldad, te va a dejar libre!. ¿Acaso no es lo que quieres?
-Sí, pero...
-¡Sin "peros"! Alan, tienes que hacerlo. Si no lo haces por ti, hazlo por…Jos.
Doy un fuerte respiro y contesto:
-De acuerdo.
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Capítulo 23 – Quemados
POV Alan.
-¿Quieres quedarte a la clase de educación física?
-De hecho, las chicas vamos a practicar voleibol para las locales, ¿Tenias planes para nosotros?
-Los de siempre, pero los dejaré para otro día.
-Por favor, aparte... ando en mis días.
-No hay problema por eso, podremos intentar por otro lado.
-No estoy muy segura, yo te avisaré.
-Está bien, cuídate. Te quiero.
-Igual yo, nos vemos en la próxima clase.
Me despido de ella con un beso de lengua. Metzli era una gran chica y lo acepto, no se merecía lo que le estaba haciendo. Cierro mi casillero y tomo camino contrario directo a las canchas cerradas cuando alguien golpea mi cabeza con un balón. Volteo y no había nadie con balón en mano. Ignoro el hecho y sigo caminando cuando de repente, recibo otro golpe y volteo lo más rápido posible... Viendo a Alonso esconderse tras la multitud.
-¡Alonso!
Grito y trata de correr pero se estrella con una puerta y sale disparado por el impacto. Todos se quedan quietos mientras salgo corriendo hacia él.
-¡Alonso!, ¿Estás bien?
-No, Alan, ayúdame a levantarme.
Le doy la mano para levantarlo del piso y le doy un fuerte abrazo.
-¿Qué te ha a traído de vuelta?
-Tú.
Dice con seriedad y cruzándose de brazos.
-¿Yo?
-Me tienes preocupado.
-¿No quieres ir a la enfermería?
-¡No trates de cambiar el tema, Leyva!
Estaba perdido, cuando Alonso decía mi apellido significaba algo serio. Lo abrazo fuertemente mientras las lágrimas salen de mis ojos, Alonso era la única persona que me lograba entender.
-La cagué, Alonso. Me odia, no lo quiero perder.
-Lo sé. Por eso estoy aquí. Paso uno…
Lo suelto y me limpia las lágrimas mientras caminamos al salón de Química.
-Deja a tu novia.
-¡No!, La quiero.
-Amas a José, decídete. José o la chica.
Jos, Jos, Jos, Jos, era lo único que reflejaban sus ojos.
-Si eliges a la chica… olvídate de mí y de que te ayude.
-Elijo a la chica.
Digo agachando la mirada. Prefería estar con Metzli a tener que admitir que era gay, o bisexual. De repente, siento un puño en mi rostro y me estrello contra la puerta del salón mientras todos gritan y veo un poco de sangre al llegar al piso. Aturdido, me levanto y veo a Alonso con los nudillos rojos, me había golpeado.
-No me hables, Leyva.
Una multitud de gente se había formado a mi alrededor observando la escena, Metzli no estaba entre ellos. Alonso aparta a la gente y sale, me quedo como idiota pensando en nada y salgo corriendo tras de él, pero desaparece como un duende mágico.
POV Alonso.
Doy un fuerte grito de dolor, llevaba tiempo sin golpear algo y los nudillos me dolían. Tal vez fue un error golpear a mi mejor amigo, pero se lo merecía por ser un imbécil. Sólo quedaba una cosa por hacer, que José diera el primer paso…a la fuerza.
POV Jos.
-No me siento bien, estoy gordo.
-No lo estás, amor, Eres muy lindo. Te quiero como eres, no te debe importar lo que digan los demás.
-Pero es que…
-¿Te dirán que eres gay por las marcas?, son unos idiotas, yo te defenderé.
-Gracias, amor.
Bryan me toma de la barbilla y me acerca a él para darme un beso tierno antes de salir de los vestidores para comenzar la clase de educación física.
-Chicos…
Entra Alfredo agitado, ¿Qué mierda hacía vestido con el uniforme deportivo?
-Salgan, maricas. La clase va a comenzar.
-No eres nadie para decirnos a que hora salir de los vestidores.
-Hoy seré su profesor, así que deberán hacerme caso.
Me lleno de ira, quería matar a Alfredo en ese momento. Bryan solo me toma de la mano y la aprieta para no explotar. Alfredo solo suelta un bufido y sale mientras se baja el pans y el boxer enseñando su trasero en forma de burla.
-Cómo lo odio.
-El odio es malo, Jos. Ya hay que salir, por cierto, su trasero es muy…
-¿Grande, te gustó?, Vete con ese idiota.
-Yo quiero tu trasero.
-No quiero hablar de ese tema… no estoy listo para eso.
-Yo sí, vi algunos videos en tu laptop, vamos, te gustará.
-Ahora entiendo porque hay virus en ella.
-Olvídate de eso, perdón por incomodarte.
Nos levantamos de las bancas y salimos tomados de los meñiques, sutilmente, hasta llegar a la fila donde estaban nuestros compañeros. Un leve calentamiento de extremidades, ligaduras, glúteos y cuellos para comenzar a trotar en parejas por 5 minutos.
POV Bryan.
-Vamos, Jos.
-No puedo, se me levanta la playera.
Jos tenía razón, al no tener mangas y una corta longitud, la playera mostraba la oscura línea de bello que llegaba a su ombligo.
-¡Vamos José, o no te pondré asistencia!
Gritó Freddy. Todos voltearon a vernos, fue muy incómodo. Por fin paramos y veo a Freddy agacharse, quede hipnotizado por su trasero mientras que su pans se bajaba poco a poco y dejaba ver el resorte de su bóxer. Siento la mirada de alguien, Jos me observaba completamente. Mi pene estaba erecto.
-Lo siento, Jos. Solo estaba…
-Lo sé, así son todos, eres igual que Alan.
Sus palabras me dolieron, eran como mil navajas clavadas en mi corazón.
-Olvídalo.
Dice fastidiado. Yo tenía la culpa de todo esto. Camino atrás de él y rodeamos a Freddy que tenia una pelota roja de goma en sus manos. Alan se acerca y me saluda.
-¿Qué tiene Jos?
-Nada, es algo entre nosotros dos.
-¿Puedo saberlo?
Me quedo callado. Nunca había hablado más de dos líneas con Alan pero se trataba de Jos, y Alan se preocupaba mucho por él. Tenía miedo de que todavía Jos sintiera algo por Alan.
-Miré el trasero de Freddy y… tuve una erección. Solo eso.
-¿Se molestó?
-Dicen que te golpearon, un chico que se metió a la escuela.
-Luego te cuento pero dime porqué Jos…
Un silbatazo aturdió mi oído y Freddy enfadado gritó mi apellido y el de Alan.
POV Alan.
-¡Villareal, Leyva!. Pongan atención. El día de hoy el profesor Danilo no pudo venir porque salió a una regularización de un programa educativo. Como sea, me dejó encargado junto con unos compañeros que no tardarán en llegar, la clase de hoy jugaremos “Quemados”.
Dijo para después soplar el silbato.
Nos dividimos en dos equipos, quedamos 19 y 19. De un lado estábamos Jos, Bryan, otros 16 más y yo. En el otro equipo estaban Alfredo, sus amigos y otros 12 más. El juego comenzó y el primer eliminado fue Bryan. Las pelotas volaban por lo alto y por lo bajo, casi soy el quinto eliminado pero tomé a otro chico y lo puse frente a mí. El juego siguió, Jos seguía invicto, nadie lo atacaba, pero ya sabía las intenciones de Alfredo, él era la victima de hoy.
Después de muchos “quemados”, en mi equipo solo quedábamos Jos y yo, el final estaba cerca. Perdimos, todo era obvio. A Alfredo le encantaba hacer sufrir a Jos. Entramos todos a los vestidores, y de reojo vi entrar a Metzli al de chicas, las prácticas de voleibol ya habían terminado también.
Me meto a las duchas abiertas, todos nos podíamos ver todo. Ver a los chicos desnudos me excitaba, no mucho, pero solo esperaba ver a Jos ahí para poder tocarlo y verlo, hablar con él y reparar todo el daño que hice… pero nunca llegó.
Salgo de las duchas y veo a Bryan del otro extremo acercándose a Jos. Alfredo los observaba con celos, o no sé, pero algo tramaba. Bryan se paró y se puso frente a Jos, el cual hizo un movimiento rápido para quitarse la playera y cambiársela por una limpia pero Alfredo llegó corriendo y empujó a Bryan.
-Vamos Jos, queremos verte sin playera.
Dijo Alfredo tomándolo a la fuerza del brazo y quitándole la playera limpia del brazo. Sus amigos se acercaron y lo tomaron de la misma manera para que Alfredo lo observara.
Bryan no hacía nada, no podía hacer nada contra ellos.
-¡Vean sus lonjas!
Gritó Alfredo tomando sus brazos y enseñándoselos a todos. Todos se reían y se burlaban de él. Alfredo les dijo algo a los chicos y me mandó a llamar.
-Abre la puerta, Alan. Lo meteremos a los vestidores de chicas.
Estaba en una encrucijada, ser parte de “la broma del día” o sufrir las consecuencias de Alfredo. Abrí la puerta y el tumulto de chicos que rodeaba a Alfredo y sus amigos salió para dar paso a Jos que estaba luchando por zafarse de los brazos de sus agresores. Alfredo abrió de una patada el vestidor de las chicas y comenzaron a gritar, Alfredo dio la orden de tirar a Jos y así lo hicieron.
POV Jos.
El odio y la desesperación inundaban mi cuerpo, soy tirado al piso del vestidor de chicas y los gritos empiezan. Me golpean con cosas mientras se cubren los pechos y demás partes del cuerpo, trato de abrir la puerta pero todo era inútil.
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Capítulo 22 – Güero
POV Jos.
-Amor, despierta.
Bryan se había quedado a dormir en mi casa. Hoy cumplimos 3 semanas de novios, 3 semanas de amor puro y yo cumplía 3 semanas de no tener contacto verbal con Alan.
-No quiero ir a la uni.
-Hoy salimos antes, y tenemos 2 horas de educación física. ¿Sabes que significa eso?
-¿Qué tendremos sexo oral durante la clase?
-No... bueno sí, pero quiere decir que nos saltaremos esas clases.
Bryan se sentó de un tiro en el borde de la cama y comencé a acariciarle la espalda.
-Te quiero mucho, Bryan, no sé que haría sin ti.
-Llevas 1 mes y medio sin tocar un cuchillo, es lo poco que he hecho por ti.
-Salvaste mi vida, eso es mucho y se agradece.
Ambos nos metemos a la ducha, parecíamos hermanos y no novios. Siempre que podíamos teníamos sexo oral pues ninguno de los dos queríamos dar el siguiente paso, no estábamos listos.
POV Alan.
-Despierta, imbecil.
Me había quedado dormido en el regazo de Freddy. Cada vez que él quería solo necesitaba llamarme y me abría. Dolía, sí, pero con el paso del tiempo se volvió rutinario y ya no sentía nada.
-Buenos días, Freddy.
-¡¿Qué tiene de bueno?!
Ambos nos metimos a la ducha. No hablamos, pero rayos, quiso sexo oral ahí dentro y como su prostituto tuve que hacerlo.
¿Se imaginan si Metzli se enterara de esto?, No tendría que enojarse, todo lo que le he regalado, a todos los lugares que hemos ido, todo ese dinero gastado viene de aquí.
Ambos somos populares, Freddy me metió a su grupito y la universidad entera nos tenía respeto. Le hacíamos bromas y molestábamos a los de primero (incluso a mi, yo soy de primero), íbamos a fiestas y conocíamos celebridades.
Hoy era Lunes, así que teníamos que molestar a uno de primero.
Cuando Freddy se vino en mí, traté de salir de la ducha pero me tomó de las caderas y me azotó contra la pared para darme duro. Ya nada importaba... Mi corazón no servía, estaba duro y fingía sentimientos, algo me faltaba y ese algo era Jos.
POV Jos.
-¡Te gané!
Dije cuando llegué y toqué el césped de la universidad.
-No es justo, no te besaré hoy.
-No seas así, solo fue una estúpida carrera.
Bryan y yo habíamos hecho una carrera en los últimos 4 kilómetros antes de llegar y le había ganado. Estacionamos las bicicletas y tomamos rumbos separados a nuestros casilleros. Llego y lo abro, tomo los libros y guardo mi uniforme deportivo, cuando un chico que está atrás de la puerta del casillero me comienza a hablar:
-Nunca pensé que te gustaran los niños.
-Es mi vida, no puedes elegir por mí.
Contesté sin saber quien era, pero la voz se me hacia conocida.
-No me refería al hombre como género, sino a un joven que apenas va descubriendo su sexualidad. No puedes fingir amarlo si amas a otra persona.
Cierro la puerta inmediatamente y veo al mejor amigo de Alan, Alonso.
-¿Tú?.
-Ya me conoces.
Vestía una playera verde, pantalones de mezclilla ajustados y tenis blancos. Su cabello y sus hermosos ojos de color hacían verlo rudo pues estaba recargado sobre los casilleros con los brazos cruzados.
-José, recuerda que amas a Alan.
-¿Cómo lo sabes, por qué volviste?
-Alan me lo dijo. Volví porque mi mejor amigo me necesita, él está mal.
-Yo lo veo perfecto.
Ambos comenzamos a caminar por los pasillos entre el aglomeramiento de chicos apurados a sacar y meter cosas en sus casilleros.
-Él sabe fingir, te necesita.
-Pero tiene novia, y yo... yo tengo novio.
-Pero no lo amas, esa es la diferencia.
-Tú no sabes nada, Alonso.
-Mira, no vine desde México para pelear con él ni contigo, solo quiero que Alan vuelva a ser el mismo de antes.
-¿Por qué dices que ya no es el mismo de antes?
-Me llama cada 4 o 5 días, cuando le llamo está "ocupado".
-¿Te digo algo? Es prostituto.
-Dime algo que no sepa, soy su mejor amigo. Admito ante ti que antes lo amaba pero yo no le correspondía. Ahora amo a otra persona, el chico con el que comparto cuarto en la universidad... pero no hablaré de mí.
Alonso se paró frente a mí y me tomó de los hombros.
-Él... te ama.
-No es cierto, a ti al igual que a todos les gusta verme sufrir. ¿Por qué no entienden que soy feliz con Bryan?
-¿Quién es Bryan?
POV Alonso.
-Soy yo, su novio.
Dijo un chico de cabello casi castaño y camisa de cuadros abierta.
Lo observé bien y solo solté un pequeño bufido.
-¿Algún problema?
Dijo con una mirada retadora.
-Ninguno, debo irme.
Dije dándole un ultimátum a ambos. Me acerqué al odio de José para susurrarle:
-Haz lo que tengas que hacer con este y ve con Alan, él te ama... más de lo que piensas.
Me fui caminando sin rumbo, escondiéndome de Alan y José, preparando mi próxima intervención benéfica.
POV Jos.
-¿Conoces a ese chico de ojos bonitos?
Me preguntó Bryan
-Sí.
-¿Puedo saber quién es?
-Amigo de Alan.
Dije mientras tomaba su mano y entrábamos al salón para tomar la primera clase de ese casi interminable día.
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Capítulo 21 – La Huida
POV Jos
-¿Han visto a un chico de ojos de color café, casi de mi altura, blanco y con una hermosa sonrisa?
-No.
Y se repetía la misma respuesta, recorrí todo el vestíbulo, el patio trasero, bajé al sótano que no me fue difícil de encontrar mientras preguntaba a los invitados si alguien había visto a Bryan. Me había parecido haberlo visto cuando llegué, pero de ahí nunca más.
Como no tenia nada que hacer, tomo algo de refresco porque no se me daba eso del alcohol y busco un sofá para sentarme y esperar la aparición de Bryan.
POV Bryan.
-¿Por qué te quitas el cinturón?
-Para divertirnos.
Me separo de él y trato de salir por la puerta pero algo lo impedía.
-Déjame salir.
-Lo siento, no podrás.
-¡Ayuda! ¡Sáquenme de aquí! ¡Jos, ayuda!
Comienzo a gritar mientras oigo a Freddy reírse.
-Nadie vendrá a sacarte.
Comienzo a golpear la puerta y grito más fuerte para que alguien me escuchara.
POV Jos.
Reflexionaba sobre lo que me había dicho Alan, pero ¿No acaso ya tenia novia? Eso es lo que dicen y lo que vi pero en ese momento no le importó besarme.
A lo lejos se oyeron gritos pero no me importaron, en ese tipo de fiestas siempre había sexo desenfrenado... pero no eran gritos de una relación sexual sino de una persona desesperada, y esa voz era la de Bryan.
Tiro el vaso y subo corriendo las escaleras y golpeo la puerta de donde venían los gritos.
-¡Bryan!
-¡Jos! Sácame de aquí.
Todo intento era inútil, la puerta estaba atascada.
POV Freddy.
No aguantaba la risa, ver como el ingenuo de Bryan trataba de salir pero todo intento era inútil. Me aburrí y presiono un botón que estaba a lado de mi cama y la puerta se abre, mientras Bryan se lanza a los brazos de Jos llorando.
-¡¿Qué le has hecho?!
Gritó Jos. Yo solo reía, ver a dos idiotas llorar era épico. Jos soltó a Bryan y se acercó a mí, era algo inesperado pero me tomó del cuello y comenzó a asfixiarme.
Jos estaba furioso, sus ojos rojos y su semblante lo demostraban. Mi cabeza se hundía en la cama mientras Bryan trataba de quitarlo de encima de mí.
Estaba casi sin aire, comencé a patearlo pero era más fuerte que yo. Las venas que se marcaban en sus brazos lo demostraban perfectamente.
Bryan convenció a Jos de soltarme y así lo hizo, casi estaba muerto.
POV Bryan.
-Vámonos, Jos.
Ambos salimos corriendo entre la gente hasta que Alan nos detiene.
-¿Por qué lloras Bryan?
-Por nada Alan. Nos vemos mañana.
-Jos, ¿Están bien?
-Debemos irnos.
Jos básicamente ignoró a Alan, ¿No se suponía que lo amaba?
Corrimos por la calle vacía, casi era media noche.
Los minutos se convirtieron en horas caminando mientras tratábamos de llegar al otro lado de Cambridge cuando decido darme por vencido.
-Jos, ¿Y si tomamos un taxi?
-Ya no hay taxis a esta hora.
Bufé, mis pies estaban casi sangrando y me tiro al piso.
-Bryan, vamos.
-Arrástrame, no quiero caminar nunca más en mi vida.
-Deja el drama.
-Mis pies están sangrando.
Dije en broma pero parecía real. Me quité los tenis y era cierto, de alguna u otra forma mis pies habían comenzado a sangrar.
-Vamos, te cargaré.
Jos me levantó del piso y me llevo cargando. Él también estaba algo agotado.
-Jos, debo confesarte algo.
Se detiene, al parecer a Jos le importaba todo lo que yo decía.
-Alfredo me besó.
-Ese maldito, ¿Por qué no me lo dijiste hace rato para matarlo de una vez?
-Creo que me gusta.
Jos se quedó quieto y me miró a los ojos.
-No vuelvas a decir eso, te lo pido.
-¿Por qué?
POV Jos.
Sin decir una palabra, me lanzo a sus labios entre lágrimas. Me corresponde el beso y decide bajarse de mis brazos y me lleva a la pared más cercana donde los besos se intensifican y poco a poco me quita la camisa.
-Bryan...
Estaba excitado, él sabía como excitarme. Comenzó a tocar y acariciar suavemente mis pezones para luego lamerlos. Se puso de rodillas y comenzó a quitarme el cinturón y desabotonó mi pantalón con sus dientes.
Me sentía en el aire pero a mi mente vino Alan, sus besos, no se si él me quiera pero yo nunca traicionaría a mi corazón.
Las chupadas de Bryan comenzaron y mi mano bajó por instinto a su cabeza, básicamente mi pene estaba dentro de su boca.
Sentí como eyaculé dentro de su boca y Bryan escupió todo mi semen a un lado.
-¿Te encuentras bien?
-No, eyaculaste en mí.
-Por favor, dime que no lo habías hecho antes.
-Es mi primera vez, ¿Te gustó?
-Fue increíble, pero...
Lo alejé de mí y me subí el bóxer y los pantalones para luego sentarme en el suelo.
-¿Qué pasa Jos?
-¿Quieres ser mi novio?
-No, Jos. Se que amas a Alan, tus ojos lo dicen y creo que él también te ama.
-¿Sabias que tiene novia?
-Eso escuché en la escuela, pero no creo que la ame tanto como a ti.
-¿Quieres ser mi novio?
Bryan solo sonrió.
-Está bien, hay que intentarlo, pero si te observo mirando a Alan a cada rato... terminamos.
-Estoy de acuerdo.
Bryan se lanza a mis labios y cambiamos de posición, ahora el estaba contra la pared. Mis manos recorrían su espalda sobre la camisa y torpemente le quito el pantalón, dejando su boxer verde al descubierto.
-Chápamela.
Estaba excitado, nunca antes me había sentido de esa forma y obedecí. Lo observé un momento y me sonrió: lo tomé y me lo metí completo a la boca, las arcadas comenzaron dentro de mí y Bryan solo gemía. Saqué su pene de mi boca y repetí lo que había hecho varias veces, mi otra mano recorría su trasero y un dedo separaba sus nalgas. Cuando mi boca sintió un líquido caliente Bryan dio un fuerte grito, había llegado al orgasmo.
-Ya vámonos. Es tarde.
-Te quiero mucho Jos.
-Yo también.
Ambos nos subimos el bóxer y los pantalones y caminamos tomados de las manos, con las requeridas paradas para besarnos y todo eso, pero el recuerdo de Alan seguía en mi mente.
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En Mi Cama
Saqué un par de corbatas de mi closet, me acerqué a Alan y le abrí la camisa con fuerza, los botones salieron volando y se la arranqué, él suspiró. Lo empujé con fuerza haciendo que se acostara en la cama para quedar encima de él, luego le amarré cada una de las muñecas a cada extremo de la cabecera de la cama. Le quité los tenis y los tines y rápidamente el pantalón y el bóxer. Le puse el antifaz, su cuerpo había reaccionado. Saqué dos corbatas más del closet y amarré sus tobillos a cada extremo de las patas de la cama. Me subí en la cama, me hinqué y tomé su erección en mis manos y la recorrí con mis labios y mi lengua, despacio y suave, a diferencia de la rapidez con que lo había desnudado. Él gimió en respuesta a mis caricias, yo seguí tocando y besando toda su masculinidad, lanzó pequeños gritos de placer y me pedía que no parara, así que yo le obedecía hasta que sentí que casi alcanzaba el clímax, me detuve.
Me levanté y caminé unos pasos alejándome de él. Fui a la cocina por una botella de chocolate líquido, luego saqué del congelador un bote de nieve de vainilla. Regresé a mi cuarto y al ver a Alan, desnudo, amarrado en mi cama con los ojos vendados, mi erección creció más. Saqué de uno de los cajones de mi closet una mordaza de bola rosa. Me acerqué a él y le lamí los labios.
– Me enloqueces como nadie lo había hecho Jos...
– Shhh. Regla número uno, no nombres – dije poniéndole un dedo en los labios.
– Guapo desconocido.
– Así es más excitante, hermoso y sensual desconocido. Pero ahora viene lo mejor, abre tu hermosa boquita.
Alan abrió la boca y lo amordacé con la bola, amarré las correas de la mordaza lo más fuerte que pude por detrás de su nuca. Con una mano empecé a masturbarlo y Alan sólo gemía. Después de un rato con una cuchara tomé un poco de nieve y lo unté en su miembro, absorbí por completo su erección para saborear su masculinidad cubierta de nieve de vainilla. Alan gemía muy excitado mientras yo absorbía su miembro cada vez más rápido. Después de quitarle por completo el helado, jugué con la punta de su erección con mi lengua.
Rato después con una mano volví a masturbar a Alan y sentía como su masculinidad crecía cada vez más, Alan gemía cada vez más fuerte y excitado.
Después de un rato me paré de la cama y me quedé mirándolo detalladamente, no podía creer que mi mayor fantasía estaba siendo cumplida con el niño del cual estaba perdidamente enamorado. Alan se veía verdaderamente hermoso, desnudo, amarrado y amordazado en mi cama y verlo así me excitaba bastante.
Tomé el bote de nieve y en esta ocasión unté una cantidad exagerada en su miembro. Pasé mi lengua por toda su erección una y otra vez hasta que no quedó rastro de nieve. Luego tomé la botella de chocolate líquido y unté una buena cantidad en la punta de su erección, luego la absorbí por completo. Alan no paraba de gemir y sus gemidos me excitaban más.
Un rato después hice un camino de chocolate sobre Alan y con mi lengua probé cada centímetro de su cuerpo. Cuando llegué a su miembro jugué con mi lengua en la punta de su erección, después la absorbí mientras Alan gemía verdaderamente excitado.
Después de un rato me dirigí a sus pezones y los empecé a morder suavemente, con forme mis mordidas iban siendo más fuetes los gemidos de Alan aumentaban. Rato después con una mano volví a masturbarlo para después volver a absorber por completo su deliciosa masculinidad. Volví a tomar el bote de nieve y esta vez bañé por completo su erección con vainilla, mi lengua jugaba con su miembro de todas las formas posibles hasta que quedó completamente limpio.
Absorbía y masturbaba con una mano la masculinidad de Alan cambiando de una a otra. Alan se retorcía sin dejar de gemir verdaderamente excitado, rato después llegó al orgasmo. Embarré una de mis manos con su semen y la limpie en la mordaza de bola para que Alan lo pudiera probar. Con mi lengua limpie el semen que quedaba en su cuerpo y después le quité la mordaza de bola.
– ¿Algo que decir antes de dormir, hermoso y sensual desconocido?.
– Nunca me habían hecho algo así, no fue muy cómodo ni me gustó mucho pero debo admitir que fue muy excitante – dijo Alan con la voz entre cortada y todavía excitado.
– Te tendrás que acostumbrar porque yo lo disfruté como un loco y estoy dispuesto a volverlo a repetir.
– Y sí que estás loco, guapo pervertido.
– ¿Algo más que decir antes de dormir?.
– ¿Piensas dejarme así toda la noche?.
– Parte de la fantasía – lo besé en los labios y poco a poco el beso fue subiendo de intensidad.
– Sólo porque se trata de ti – me dijo cuándo me separé de su boca.
– Buenas noches, hermoso y sensual desconocido – le dije tomando la mordaza de bola para volverlo a amordazar.
–Buenas noches guapo pervertido – Alan apenas alcanzó a decirlo antes de que lo amordazara con la bola.
Me acosté muy junto a él, mi almohada fue su pecho y lo abrasé. No supe en que momento me quedé profundamente dormido.
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Capítulo 20 – El Primer Beso
POV Bryan
-Hogar, dulce hogar. Hasta mañana Bryan, descansa.
Me dijo Jos a los ojos mientras me dejaba en la puerta de mi casa.
Se acercó poco a poco dejándome entre su cuerpo y la puerta, sus ojos brillaban y miraban mis labios. Tragué saliva, pues era obvio lo que venia, pero cuando pensé que sucedería decidí evitarlo.
-No puedo, Jos. Lo siento.
-No quise incomodarte, soy un idiota. Lo siento.
Dijo mientras corría a su casa con su bicicleta. No quise ir por él, tal vez solo estaba algo confundido por todo lo que pasó hoy. Abro la puerta de mi casa y no encuentro a mi mamá, mi hermano mayor estaba en el trabajo así que decidí ver algo de televisión para sacar y desconcentrarme en todo lo que pasó hoy.
No porque estuviera confundido, sino que no estaba listo para el mundo de los adultos.
POV Alan.
-Contesta, mierda...
Estaba tratando de llamar a José pero este no contestaba, sé que cometí un gran error y quería pedirle perdón... Tal vez dejar las cosas como estaban también era una opción para sanar las cosas.
Me dispongo a salir de mi casa a la casa de Metzli, habíamos quedado de ir al cine después de la escuela y así fue, pero no vimos la película, tuvimos sexo dentro de la sala con la adrenalina al máximo por si alguien nos encontraba.
Me vine dentro de ella y metí mi mano en su boca para ahogar el grito de su orgasmo.
Cuando todo acabó, la llevé a su casa. Quise ir a casa de José pero no me atrevía, preferí ir a descansar y eso hice.
•2 DIAS DESPUÉS•
POV Bryan
-¡Llegaron por ti!
Gritó mi mamá desde las escaleras que daban a todas las habitaciones. La fiesta de Freddy era esa noche y mi mamá accedió a darme permiso sin pensarlo dos veces, ella decía que necesitaba conocer a gente nueva.
Me puse un pantalón de mezclilla negro ajustado y una playera blanca, algo de lo que siempre vestía.
-Hola Freddy.
-Bryan.
Dijo con una sonrisa de oreja a oreja cuando me vio bajar las escaleras.
-Pásatela bien, hijo.
-Gracias mami.
Le di un beso en la mejilla a mi madre antes de subirme al deportivo azul de Freddy. Freddy se subió y me observaba de reojo cada vez que podía.
-¿Jos vendrá?
-Dijo que nos alcanzaba, no quería venirse con nosotros.
Freddy comenzó a reírse, yo no entendía la gracia de mi respuesta.
-¿Qué dije?
-Nunca lo entenderías.
No repliqué, solo me quedé callado hasta la próxima pregunta.
Cuando llegamos a su casa, o lo que yo consideraba mansión, vi a Alan en la entrada con un iPad. Freddy dejó su carro y un señor se lo llevó al sótano.
Ambos caminamos hacia una puerta con luces donde Alan estaba.
-Hola Alan.
-No le hables a los plebeyos.
Interrumpió Freddy.
-Lo siento.
Entramos y la casa estaba repleta de gente bailando al son de la música, chicos con chicos, chicas con chicas... era una locura.
-¡He vuelto!
Gritó Freddy y todos le aplaudieron.
-Ven, necesito presentarte a unos amigos.
Me dijo al oído mientras me tomaba de la mano e íbamos del otro lado de la mansión a la piscina.
-¡Danilo, trae a los chicos!
Un chico en traje de baño llamó a otros que rápidamente llegaron a donde nos encontrábamos.
-Danilo, Gerardo, Alejandro, León, les quiero presentar a Bryan... mi novio.
Sentí un aire frío en mi espalda cuando oí eso, Freddy me estaba presentando como su novio sin mi consentimiento.
-Sí, soy su novio.
Dije con una sonrisa en mi rostro, siguiéndole el juego.
-¡Felicidades Freddy, por fin encontraste a alguien que te ame!
Dijo el chico que supuse era Danilo. Los demás aplaudieron y cada uno de ellos me dio un abrazo.
-Cuidadito, él es mío.
Los chicos se reían, Freddy fue por algo de beber y uno de ellos me habló en voz baja.
-¿Ya tuvieron sexo?
-¿Cómo?
-¡¿No han tenido sexo?!
-Eres el indicado, tal vez no tengamos que decirte esto pero Freddy nunca ha tenido un novio.
Los chicos ven a Freddy acercarse y dejan de hablarme, supongo porque le tenían miedo o respeto.
-Toma.
-No tomo alcohol.
-¡Solo una!
Sus amigos me alentaban al igual que Freddy y decidí darle solo un trago a la cerveza que me había dado.
-Sabe horrible.
-Te acostumbrarás.
Dijo Gerardo. Los chicos se fueron y Freddy me tomó de la mano para ir a saludar a los invitados, con todos me presentaba como su novio.
Ahora todo mundo me conocía y eso se sentía bien, no me sentía el bicho raro de la fiesta después de todo.
Freddy me puso a bailar con él, yo no sabia pero él me decía y me tomaba para enseñarme, nuestras manos nunca se soltaron hasta ese momento... en el que vi a Jos entrar.
POV Jos.
Cuando bajo del taxi, aún estoy en la decisión de no entrar pues vi a Alan en la entrada pero recuerdo que Bryan estaría solo allí adentro.
-José, necesito hablar contigo.
-¿Estoy en la lista?
-Claro, pero necesito hablar contigo.
Simplemente quería ignorarlo pero me tomó del brazo y me jaló hacia él.
-Suéltame, necesito entrar.
-José, por favor... Perdóname. Necesito que me perdones.
-Ya es tarde, Alan, y dime Jos.
-Está bien, Jos. Soy un idiota, no tuve que haber dicho lo que dije, pero... es solo que yo te...
Por un momento pensé que Alan diría que me amaba y en mi desesperación terminé besándolo entre lágrimas, lo extrañaba demasiado. Respondió a mi beso, un beso muy largo y sincero. Sentía que me amaba, pero ambos estábamos sufriendo.
Puso sus manos en mis caderas y rodeé su cabeza con mis brazos. Ambos estábamos llorando.
-Jos, no quiero perderte.
-Me perdiste desde hace tiempo, sólo que no lo sabias. Debo entrar.
Le dije mientras me secaba las lágrimas y entraba a la mansión.
POV Freddy.
Su nombre encajaba perfectamente con el mío y no sólo eso, la inocencia que derrochaba me atraía, era un ángel y una buena persona.
-Bryan, acompáñame.
Ambos subimos las escaleras y entramos a la parte más grande de mi casa: mi cuarto.
Estaba pintado de azul eléctrico con un blanco en las columnas que resaltaba los cuadros que se encontraban ahí. Una pantalla de 70 pulgadas frente a mi cama para 2 personas, un librero con todos los libros que uno podría imaginarse y una puerta secreta al sótano.
-Esto es maravilloso.
Dijo sonriente Bryan.
-¿Quieres ver mi closet?
Asintió con la cabeza y haciendo una seña con las manos, la pared desapareció mostrando un sin fin de ropa colgada en ganchos que giraban a 360 grados. Playeras, camisas, trajes, pijamas, pantalones, etc. Dentro, había un estante con más de 50 pares de zapatos y tenis. Bryan tocaba y miraba maravillado cada una de las cosas que se encontraba ahí dentro.
-Ojala yo fuera como tú.
-No te gustaría ser como yo.
-Pero tienes todo el dinero y las cosas que quieres.
-Pero no tengo amor, no tengo nada entonces. Puedes llevarte lo que quieras, conozco tu situación.
-¿Quién te lo dijo?
-Soy el hijo del rector, leeo las solicitudes de cada uno de ustedes, incluso... convencí a mi papá de que te dejara entrar y te conseguí una beca del 70%.
-¿Por qué lo hiciste?
Mi corazón empezó a latir fuertemente y el sudor dentro de mi ropa no se hizo esperar.
-¿Quieres un poco?
Le dije para sacarlo de la conversación mientras tomaba de mi bolsillo una bolsita con 30gr de MDMA.
-Eso es... ¿Droga?
-MDMA.
-Sé que es. ¿Es tuya?
-Sí, incluso la vendo.
-Debo irme de aquí.
-¡No!
Grité mientras corría a la puerta y evitar que saliera.
-¡Ayuda!
-Cállate Bryan. Te irás cuando la pruebes.
Cuando logré tranquilizarlo, le extendí la bolsita mientras le enseñaba como hacerlo: solo debía meter su dedo húmedo en el polvo y chuparlo.
-Te toca.
POV Bryan.
-No lo sé Freddy.
-Todo estará bien, te lo prometo.
Freddy tomó mi dedo índice y lo pasó por su lengua, luego lo metió al polvo, por ultimo abrí la boca para que mi dedo fuera introducido y probar esa mierda.
-Sabe horrible.
-Te acostumbrarás, ahora... Observa.
Freddy sacó la lengua de su boca y puso un poco de polvo sobre ella y sin avisar tomó mi cabeza y metió su lengua dentro de mi boca, vació lo poco que tenia de polvo allí dentro y sus labios se unieron con los míos en un beso que no pude dejar pasar. Sus manos dejaron mi cabeza pero se depositaron en mi espalda, así que hice lo mismo con las mías.
Caminamos lentamente hacia la cama, nos besábamos de lado pero cuando vi que sus manos trataron de quitarse el cinturón que sostenía sus pantalones decidí terminar con mi primer beso.
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