ojosnovche - Tumblr blog

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hakoda​:

visita al observatorio ( jornada dos, noche )

‘ por un segundo creí que nos iban a tocar solo noches nubladas e iba a entrar en pánico. ’ reconoce una vez llevan un rato en el observatorio, claramente está embobado por ello, esto es lo que ama y se nota en su rostro. ‘ ¿me sacas una foto junto al telescopio? ’ le pregunta a la persona que tiene en frente tras salir de ensueño, luego añade: ‘ luego prometo ayudarte a buscar lo que quieras ver. ’

sonrisa afable se instala en sus labios al percibir la emoción que emana el muchacho, pues le resulta hasta contagiosa. “seguro,” asiente despacito, dando un pequeño paso en su dirección en espera de teléfono o cámara. “la verdad no estoy segura de qué quiero ver, pero tú pareces ser el indicado para resolver esa duda”

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theodore​:

caminata a montaña: ubicación bosque, mañana. 

“¿no es un día estupendo?” pregunta, sonrisa amplia decorando sus facciones, demasiado entusiasta como para alguien que se ha despertado a las siete de la mañana. “no hay mejor manera de empezar el día que con una caminata, ¿no crees?” a pesar de ser él quien ha iniciado conversación, su mirada no parece ser capaz de quedarse quieta mucho rato, queriendo observar el paisaje lo más posible mientras camina. 

asiente un par de veces ante pregunta pronunciada, encantada sonrisa bien plasmada en rosados cuando alza la vista al cielo. “mira lo bonito que se ve el cielo,” acota, perdiéndose un instante en el azul intenso y las esponjosas nubes, justo antes de devolver mirada al contrario. “honestamente, pensé que me costaría un poco más despertar— me alegra que no haya sido así”

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HORA HONESTA

Envía una pregunta y mi personaje deberá responder con total honestidad.

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samara​:

     no sabía cuánto necesitaba cobertor hasta que delgadas piernas sienten calor y arrepentimiento a vestir falda desaparece. vera aparece cual ángel a salvarla contra el frío y de inmediato sonrisa se pinta sobre facciones. “ ¿antropología? ¿y qué haces luego de estudiar eso? ” a pesar de haber compartido cuarto no recuerda haber prestado atención suficiente para enterarse qué tipo de tareas tenía castaña, curiosa de pronto. “ yo no sé — hay muchas opciones para acompañamiento terapéutico pero creo que me gustaría trabajar con gente mayor, ” confiesa revelación que obtuvo días antes de emprender viaje, aire fresco antes de volver a poner empeño en estudios. “ ¿qué especialidad quieres seguir? ”

la pregunta le roba una risita, no porque realmente le parezca divertido, sino porque está acostumbrada a responderlo y ya ha memorizado la respuesta. ríe, sonríe, menea la cabeza con encanto, como si realmente disfrutara de hablar del tema. “docencia, o en áreas de investigación, en el gobierno— mi mamá es investigadora, ¿sabías? solo que ella está en el área de la salud,” desliza otro dato solo para darle carga a algo que no le emociona genuinamente. “mi papá es senador en nueva york. mi idea es ir por ahí,” ah, cómo odiaba entrar en los temas políticos. en contraste con propio futuro, los planes de la menor logran iluminarle la mirada de inmediato. “me encanta, sam,” dice en tono dulce, sonriendo. “ayudar a las personas me parece un trabajo muy honorable. te queda perfecto, además,” ríe brevemente, inclinándose un poquito a un costado para rozar hombro con hombro de manera cariñosa. “hm, ¿quieres escuchar un secreto?” no sabe porqué se atreve a siquiera considerar la opción de decirlo en voz alta ( en realidad, no lo piensa mucho ), pero igual lo hace: “en realidad, a mí me hubiera gustado ser profesora— trabajar con niños, de preescolar, o incluso más pequeños” mirada se desvía un instante, como fantaseando con la idea. “pero... supongo que el máster de antropología política no está mal,” patea a un lado lo confesado hacía un momento y aunque la sonrisa flaquea, permanece ahí, casi tan convincente como siempre cuando devuelve su mirada a ella.

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peach​:

observa a su acompañante por unos segundos antes de soltar un suspiro y finalmente extender su mano para tomar la manta que le está ofreciendo. “solo porque no quiero morir congelada.” está siendo bastante dramática, pero pocas son las veces cuando no lo son. aprieta sus labios por unos segundos antes de volver a hablar. “¿quieres sentarte?” 

si bien no esperaba respuesta positiva, lo que realmente le sorprende es nueva invitación deslizada. permanece de pie un par de segundos, como si esperara que contraria se retracte. sin embargo, palabras no llegan a sus oídos, y entonces toma asiento junto a ella. “toma esto,” ofrece brebaje cálido que carga en su otra mano. “¿te duele mucho?” 

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the lakes, taylor swift

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samara​:

      se sienta en una de las largas mesas del comedor, ojos se posan en ventanal a través del cual puede apreciar tormenta y por par de minutos, silencio de su parte resulta milagroso. no puede permanecer callada mucho tiempo, en cuanto descubre compañía en mismo salón gesto nostálgico desaparece y sonrisa se tatúa sobre carnosos. “ ¿me harías compañía? ” par de horas atrás eufórico era su tono, ahora se la oye hasta más calma. “ no hay mucho por hacer más que charlar, siéntate conmigo. ¿qué es lo que estudias? ”

como de costumbre, iba de aquí para allá viendo de qué manera podía aportar algo a toda la situación. ya fuera preguntando estado de sus allegados ( y aquellos que no lo eran tanto ), como acercando mantas o bebidas si le quedaba de paso. sonrisa tenue se hace presente cuando escucha palabras de menor y entonces se acerca en su dirección. “claro que sí,” le extiende el cobertor con el que cargaba para que nuevamente puedan compartir. “antropología,” responde. “no me queda mucho para graduarme, y después haré una especialidad,” aunque no suena muy entusiasmada, sonríe. “¿tú qué planeas?”

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peach​:

“no, no me molestes. estoy muy ocupada imaginando que estoy en un lugar donde no duelen los huesos por el frío.” se mantiene con los ojos cerrados unos segundos más antes de soltar un suspiro e incorporarse. “pero no está funcionando.” anuncia. “¿para qué me necesitabas?” 

¿luce como un segundo intento? porque realmente ha sido pura casualidad. no quiere incomodar a contraria después de previo y hostil encuentro, pero ahora que está ahí... “¿vas a aceptar una manta ya?” lo dice extendiendo la extra que carga en su diestra. 

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lux​:

observa como morena se apodera de ofrenda, una sonrisa deslumbrando complaciente ante gesto atisbado mientras se acomoda en asiento, acurrucándose con suma naturalidad. “ estaban al lado del chocolate caliente. ” explica, como si bocadillo hubiese sido situado a su disposición; y con mismo orgullo toma otra pequeña nube, prolija al ingerir. “ estoy muy aburrida, ¿a ti también te duelen los pies? ” siendo que considera a vera extensión de círculo cercano, la ve como uno más del grupo. se alegra de que haya sido ella quien haya decidido caminar, tanto como almendra. “ ¿por qué decidiste caminar al final? ”  y entonces ofrece otro malvavisco.  

la observa con atención mientras habla, en el proceso lengua se asoma ligeramente para recoger cualquier resto de azúcar. ni bien termina, larga una dulce risita y asiente con la cabeza, concordando. “dios, un montón— lo del dolor de pies, quiero decir,” y vuelve a reír. se remueve en su lugar en busca de acomodar más la manta, se acerca otro poco a la menor con la intención de que calor compartido sea más ameno. “no soy muy fan de las alturas,” confiesa, recibiendo en su mano el nuevo malvavisco. “no lo sé, me pareció un poco peligroso, ¿no crees?” 

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peach​:

“mas sencillo aún, no tenemos que hacer esto nunca.” en realidad lo prefiere, no considera que haya mucho de que hablar. las cosas quedaron bastante claras cuando la contraria decidió desaparecer. “sí, sí tengo frío.” toma un respiro y considera sus opciones por unos segundos. “pero prefiero quedarme aquí. gracias.” 

traga con fuerza cuando la culpa se mezcla con desilusión y se transforma en un nudo que se instala en su garganta. ¿qué era lo que esperabas, vera? “peach...” la llama luego una pausa tras recibir tajante respuesta. mirada va a un costado, donde descansa otro par de mantas bien dobladas. “no hace falta compartir,” corrige previa invitación, extendiendo ahora una manta que podría utilizar ella sola. aun así, el espacio a su lado seguía disponible. “no pases frío. te puedes enfermar”

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carter​:

hasta cierto punto le reconforta saber que no ha sido el único que decidió no subir al teleférico al no verse como algo completamente seguro. “el clima no parecía bueno para subirse.” es lo único que añade antes de asentir tras escuchar su pregunta. “vi que tenían chocolate caliente, ¿sabes si hay café? preferiría eso.”

mirada se pasea por los alrededores en busca de las bebidas ( y si se detiene unos segundos sobre cierto par, lo disimula ), pero termina volteando en dirección al ojiazul cuando escucha su pregunta. “ugh, justo eso necesito,” hay cierta satisfacción en la afinidad que encuentra con masculino, y por un instante se pregunta por qué rayos dejaron flotando aquella pasada oportunidad. barre pensamientos y lo guía hasta la mesa donde visualiza alimentos y bebidas. “¿no sientes que hay muchísima gente?” pregunta con curiosidad, a pesar de estar acostumbrada a multitudes, y a la vez entrega taza recién servida.

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electra​:

“ ¿no deberían estar ya aquí? pésima organización ” niega en lo que hace un sonidito con los labios, nada en contra del par (o si) pero esperar no era lo suyo “ por el sendero, el teleférico parecía suicidio seguro ” vuelve la mirada a contraria y risa corta abandona carmines “ ¿tú? ”

no puede evitar soltar una breve risita ante lo que percibe como una queja, pero se guarda cualquier comentario. no quiere exponer pensamientos respecto a los mellizos. “uf, me alegra saber que no soy la única que lo pensaba,” ya había escuchado varias veces que juzgaban a los que tomaron el camino largo. “también caminé. digamos que no ha sido mi momento favorito hasta ahora”

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polaris:

mirar se mantiene fijo en la fémina, recorre manta, como si estuviera buscando asegurarse de veracidad en palabras dichas por vera. le trae recuerdos, no lo puede negar, sin embargo evita mencionarlo en lo que avanza hacía ella, sentándose con cuidado. “a mí me gustó.” admite, encogiéndose de hombros, sin tomar la manta. “es completamente tuya, vera, de verdad, creo que tú la necesitas más.” asiente. “¿no quieres chocolate caliente? puedo conseguir para ambos.”

labios se presionan entre sí y evita mirarlo, pues a pesar de que reencuentro sucedió hace tiempo, todavía hacen algo de ruido los años ausentes. se remueve en su sitio y, en contra de dudas masculinas, termina haciendo par de movimientos hasta conseguir que manta descanse sobre los hombros masculinos. cercanía resulta extraña y familiar en partes iguales. “necio,” musita. ¿él o ella? la respuesta era cuestión de perspectiva. cuando ofrece brebaje, morena voltea en su dirección, alzando mirada para poder verlo mejor. “eso... estaría bien, sí,” asiente despacito, observándolo por un par de segundos.

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samara​:

      pero para ella sí lo es, no sólo por cuánto suelen costarle sus despistes sino porque, de alguna forma, nunca conoció realmente amor donde cuidarse mutuamente fuese lo primordial. carcajada brota natural como si junto a castaña experimentara cierta familiaridad, semestre compartiendo cuarto bastándole para otorgarle confianza ciega. “ ya tomé una taza, vera. ¿crees que el dulce nos ponga hiperactivos? ” no puede evitar mirar infusión de reojo, autocontrol quedando en segundo plano cuando deseo se cuela al ver chocolate humeando. “ bueno, igual estamos lejos de casa… podríamos descontrolarnos, ¿no? ” ahora se ríe, ironía colándose en insinuación.

“oh... bueno, no creo que sea tan grave,” luego de tantas noches en las que se aseguraba que frío no fuese a colarse bajo sus sábanas, y posibles malestares fuesen curados con remedios y atenciones, había palpable cariño y sentido de protección por la menor. si el dulce hacía de las suyas, vera se aseguraría de que samara no fuese a accidentarse en medio de aceleración. le entrega la taza y le dedica sonrisa cómplice. “pues hemos venido a divertirnos,” concuerda, asintiendo despacito. “¿dónde está lux? pensé que estarían juntas” 

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ferris​:

asiente con la cabeza mientras auxilia a contraria con subida que parece particularmente empinada, risa escapando de entre los labios mientras se asegura de que terreno no presente más irregularidades. ❛ descuida, creo que no lo pusieron en el folleto del viaje. ❜ bromea entre jolgorio sincero, le mira de reojo mientras guarda ambas manos en bolsillos de chaqueta y asiente con la cabeza. ❛ eso espero, debo de decir que el teleférico letal no fue un grandioso recibimiento. ❜

sonoro suspiro escapa de sus labios, aunque el mismo representa alivio por haber conseguido avanzar ( aunque fuese con ayuda ) aquella parte complicada. risita se entremezcla con aliento ante broma del más alto y asiente un par de veces. “un poco de publicidad engañosa, sí,” acota, y en el proceso sacude un poco sus prendas, como si buscase acomodarlas.  “soy vera, por cierto,” se presenta luego de tomar la decisión de continuar con el trayecto, aunque no se aleja mucho del castaño. “prometo que no te voy a dificultar más el resto del camino”

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emilija​:

     “no se diga más” responde y sonríe en lo que barbilla se mantiene en alto. no tarda en ocupar lugar al lado de la azabache, rostro que pronto se ladea para poder observarle. “dime la verdad” exige de manera simpática “¿estás siendo así de generosa porque eres una buena persona o porque soy increíblemente bonita?” el tono es divertido en sus palabras, por lo que se puede ver el aire bromista, pero si acaso se trata de su indiscutible belleza, quiere saberlo.

alza las cejas y mira en su dirección cuando atención es captada por sentencia. está comprometida con resolver cualquier duda, mas le toma por sorpresa inquisitiva, robándole una risotada que busca disimular repentino nerviosismo. “eres muy bonita,” concuerda ( es mejor ser honesta y amigable, ¿no? solo está conviviendo ), meneando la cabeza ligeramente. “pero me gusta pensar que soy buena persona,” añade. “¿no se pueden ambas?”

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bitta​:

       “ ¿siempre le abres tu manta a extrañes o es que soy especial? ” sin importar los motivos detrás del ofrecimiento se acerca, rompiendo distancias bajo la promesa de una calidez capaz de contrarrestar los vientos de tormenta que aun se ciernen sobre el paisaje, a pesar de las horas desde la llegada a piz lad. “ siento que es mi deber advertirte sobre abundancia de confianza y lugares recónditos como este, pero por ahora me conviene, así que por favor no cambies. ” cierra los ojos brevemente, disfrutando del nuevo peso sobre sus hombros y el calor de la fogata cercana. “ bitta, por cierto. ”  

larga risita ante palabras femeninas, meneando ligeramente la cabeza en negación. era cierto que vera a veces pecaba por exceso de confianza ( y por eso se metía en situaciónes desastrosas ), pero no se daba cuenta hasta que era demasiado tarde. “¿qué tan malo puede ser compartir una manta?” intenta excusarse ante futuras advertencias. mirada se dirige hacia ella cuando se presenta, y sonríe. “sé quien eres,” suelta sin filtros. no que lo sepa exactamente, pero es muy observadora. “soy vera, estoy en el consejo estudiantil de lucerma—” añade entonces, asumiendo que eso explica el porqué recuerda áureas hebras de los pasillos que varias veces ha visitado. “además, si no me equivoco, vamos a estar durmiendo juntas,” tono jocoso envuelve información que había memorizado ya tras indagar un poco. “me gusta tu nombre,” añade con aquella amabilidad que la caracteriza, dedicándole nueva sonrisa.