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PSORIASIS
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omgyoryio-blog · 6 years ago
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Psoriasis
Descripción general
La psoriasis es una enfermedad frecuente de la piel que acelera el ciclo de vida de las células cutáneas. Hace que las células se acumulen rápidamente en la superficie de la piel. Las células cutáneas excedentes forman escamas y manchas rojas que causan comezón y, a veces, dolor.
No existe una cura para la psoriasis, pero los síntomas se pueden controlar. Las medidas relacionadas con el estilo de vida, como aplicarse crema humectante, dejar de fumar y controlar el estrés, pueden ser útiles.
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Síntomas
Los signos y síntomas de la psoriasis son diferentes para cada persona. Los siguientes son signos y síntomas frecuentes:
Manchas rojas en la piel cubiertas con escamas gruesas y plateadas
Pequeños puntos escamados (comúnmente vistos en niños)
Piel seca y agrietada que puede sangrar
Picazón, ardor o dolor
Uñas engrosadas, picadas o acanaladas
Articulaciones inflamadas y rígidas
Tipos de psoriasis 
Psoriasis en placa
Psoriasis en gotas
Psoriasis del cuero cabelludo
Psoriasis inversa
Psoriasis de uñas
Psoriasis pustulosa
Psoriasis eritrodérmica
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Cuándo consultar al médico
Si sospechas que puedes tener psoriasis, visita a tu médico para que te examine. Además, habla con tu médico si la psoriasis:
Causa molestias y dolor
Te dificulta la realización de tareas habituales
Te preocupa por el aspecto de la piel
Causa problemas en las articulaciones, como dolor, inflamación o incapacidad para realizar tus tareas cotidianas
Si los signos y síntomas empeoran o no mejoran con el tratamiento, busca asesoramiento médico. Es posible que necesites una medicación diferente u otra combinación de tratamientos para controlar la psoriasis.
Causas
No se conoce por completo la causa de la psoriasis, pero se cree que está relacionada con un problema del sistema inmunitario con las células T y otros glóbulos blancos del cuerpo llamados «neutrófilos».
Normalmente, las células T se desplazan por el cuerpo para combatir sustancias extrañas, como virus o bacterias.
Infecciones, como la amigdalitis estreptocócica o infecciones cutáneas
Lesiones en la piel, como un corte o raspón, la picadura de un insecto o una quemadura solar grave
Estrés
Tabaquismo
Consumo excesivo de alcohol
Insuficiencia de vitamina D
Ciertos medicamentos, como el litio, que se receta para el trastorno bipolar, los medicamentos para la presión arterial alta, como los betabloqueantes, los medicamentos antipalúdicos y los yoduros
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                                     fuente: Portalfarma
                       https://www.youtube.com/watch?v=O_pydKECQIc
Factores de riesgo
Antecedentes familiares. Este es uno de los factores de riesgo más importantes. El hecho de que uno de tus padres tenga psoriasis aumenta el riesgo de que contraigas la enfermedad, y si tus dos padres tienen psoriasis, el riesgo se incrementa aún más.
Infecciones bacterianas y víricas. Las personas con VIH tienen más probabilidades de contraer psoriasis que las personas con un sistema inmunitario sano. Los niños y los adultos jóvenes con infecciones recurrentes, particularmente, amigdalitis estreptocócica, también pueden correr un riesgo mayor.
Estrés. Ya que el estrés puede afectar tu sistema inmunitario, los niveles elevados de estrés pueden aumentar el riesgo de desarrollar psoriasis.
Obesidad. El exceso de peso aumenta el riesgo de presentar psoriasis. Las lesiones (placas) asociadas con todos los tipos de psoriasis a menudo se presentan en los pliegues y en las arrugas de la piel.
Fumar. Fumar tabaco no solo aumenta el riesgo de padecer psoriasis, sino que también puede aumentar la gravedad de la enfermedad. Fumar también puede interferir en el progreso inicial de la enfermedad.
                               DIAGNOSTICO Y TRATAMIENTO 
Diagnóstico
En la mayoría de los casos, el diagnóstico de psoriasis es bastante sencillo.
Exploración física e historia clínica. Por lo general, el médico puede diagnosticar la psoriasis con tu historia clínica y examinándote la piel, el cuero cabelludo y las uñas.
Biopsia de piel. En raras ocasiones, tu médico puede tomar una pequeña muestra de piel (biopsia). Es probable que primero te administre anestesia local. La muestra se examina con microscopio para determinar el tipo exacto de psoriasis y descartar otros trastornos.
Tratamiento
Tratamientos tópicos
Si se usan solas, las cremas y los ungüentos que aplicas en la piel son eficaces para tratar la psoriasis leve a moderada. Cuando la enfermedad es más extensa, es probable que las cremas se combinen con medicamentos orales o fototerapia. Los tratamientos tópicos para la psoriasis comprenden:
Análogos de la vitamina D. Estas formas sintéticas de vitamina D desaceleran el crecimiento de las células cutáneas. El calcipotriol (Dovonex) es una crema o solución recetada que contiene un análogo de la vitamina D y se utiliza para tratar la psoriasis leve a moderada junto con otros tratamientos. El calcipotriol podría irritar la piel. El calcitriol (Vectical) es costoso, pero puede ser igualmente eficaz y posiblemente sea menos irritante que el calcipotriol.
Antralina. Este medicamento contribuye a desacelerar el crecimiento de las células cutáneas. La antralina (Dritho-Scalp) también puede eliminar las escamas y suavizar la piel. Sin embargo, la antralina puede irritar la piel, y mancha casi cualquier cosa con la que entra en contacto. Generalmente, se aplica durante un período breve y luego se retira con agua.
Ácido salicílico. Disponible en la modalidad de venta libre (sin receta), el ácido salicílico promueve el desprendimiento de las células muertas de la piel y reduce la formación de escamas. En ocasiones, se combina con otros medicamentos, como los corticoesteroides tópicos o el alquitrán de hulla, para aumentar su eficacia. Para tratar la psoriasis del cuero cabelludo, el ácido salicílico está disponible en champús medicinales y soluciones para el cuero cabelludo.
Cremas humectantes. Las cremas humectantes no curan la psoriasis por sí solas, pero pueden reducir la picazón, la formación de escamas y la sequedad. Las cremas humectantes en una base de ungüento son generalmente más eficaces que las cremas y lociones más ligeras. Se deben aplicar inmediatamente después del baño o la ducha para que retengan la humedad.
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                            fuente: Clínica Universidad de Navarra
Medicamentos orales o inyectables
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Retinoides. Si tienes psoriasis grave que no responde a otras terapias, este grupo de medicamentos relacionados con la vitamina A puede ser de ayuda. Los efectos secundarios pueden comprender inflamación de los labios y caída del cabello. Y dado que los retinoides, tales como la acitretina (Soriatane), pueden provocar defectos congénitos graves, las mujeres deben evitar el embarazo durante al menos tres años después de tomar el medicamento.
Metotrexato. El metotrexato (Rheumatrex) se administra por vía oral y ayuda a la psoriasis al disminuir la producción de células cutáneas y reducir la inflamación. En algunas personas, también puede desacelerar la progresión de la artritis psoriásica. Generalmente, el metotrexato es bien tolerado en dosis bajas, aunque puede causar malestar estomacal, pérdida de apetito y fatiga. Cuando se usa durante períodos largos, puede causar una serie de efectos secundarios graves, que comprenden daño hepático grave y disminución de la producción de plaquetas y glóbulos rojos y blancos.
Ciclosporina. La ciclosporina (Gengraf, Neoral) inhibe el sistema inmunitario y su eficacia es similar a la del metotrexato, pero solo puede tomarse durante un corto plazo. Al igual que otros medicamentos inmunodepresores, la ciclosporina aumenta el riesgo de contraer infección y padecer otros problemas de salud, incluso el cáncer. La ciclosporina también te hace más sensible a problemas de riñón y presión arterial alta; el riesgo aumenta con dosis más altas y la terapia a largo plazo.
Medicamentos que alteran el sistema inmunitario (biosimilares). Para el tratamiento de la psoriasis moderada a grave se han aprobado varios de estos medicamentos. Estos comprenden etanercept (Enbrel), infliximab (Remicade), adalimumab (Humira), ustekinumab (Stelara), golimumab (Simponi), apremilast (Otezla), secukinumab (Cosentyx) e ixekizumab (Taltz). La mayoría de estos medicamentos son inyectables (el apremilast se administra por vía oral) y, normalmente, se usan en personas que no han respondido a la terapia tradicional o que tienen artritis psoriásica asociada. Los medicamentos biológicos deben usarse con precaución, ya que tienen efectos intensos en el sistema inmunitario y pueden ocasionar infecciones que ponen en peligro la vida. En particular, las personas que siguen estos tratamientos deben someterse a una prueba de detección de tuberculosis.
Otros medicamentos. La tioguanina (Tabloid) y la hidroxiurea (Droxia, Hydrea) son medicamentos que pueden usarse cuando no pueden administrarse otros.
Consideraciones de tratamiento
Aunque los médicos eligen tratamientos en función del tipo y la extensión de la psoriasis y las regiones de la piel afectadas, el enfoque tradicional radica en comenzar con los tratamientos más leves —cremas tópicas y fototerapia con luz ultravioleta— en los pacientes con lesiones de la piel típicas (placas) y luego progresar hacia los más potentes, solo si es necesario. En general, los pacientes con psoriasis eritrodérmica, pustulosa o asociada con artritis necesitan tratamiento sistémico desde el comienzo. El objetivo es encontrar la manera más efectiva de desacelerar el recambio celular con la menor cantidad posible de efectos secundarios.
Posibles tratamientos futuros
Hay una serie de medicamentos nuevos que actualmente se están investigando y que pueden mejorar el tratamiento de la psoriasis. Los tratamientos se dirigen a distintas proteínas que trabajan con el sistema inmunitario.
Medicina alternativa
Existen distintos tratamientos alternativos que afirman aliviar los síntomas de la psoriasis, como dietas especiales, cremas, suplementos dietéticos y hierbas. No está comprobada la eficacia de ninguno de estos tratamientos. Pero algunos tratamientos alternativos se consideran, por lo general, seguros y pueden ser útiles para algunas personas al reducir los signos y síntomas, como la picazón y la descamación. Estos tratamientos serían más adecuados para las personas con la enfermedad más leve, en placa, pero no para aquellas con pústulas, eritrodermia o artritis.
Aloe vera. La crema con extracto de aloe, tomado de la planta de aloe vera, puede reducir el enrojecimiento, la descamación, la picazón y la inflamación. Puede que debas usar la crema varias veces por día durante un mes o más para notar mejorías en la piel.
Aceite de pescado. Los ácidos grasos omega-3 que contienen los suplementos de aceite de pescado pueden reducir la inflamación causada por la psoriasis, aunque los resultados de los estudios no son concluyentes. Tomar 3 gramos o menos de aceite de pescado por día suele considerarse seguro y puede ser beneficioso.
Uva de Oregón. La uva de Oregón, también llamada «bérbero», tiene aplicaciones tópicas que pueden reducir la inflamación y aliviar los síntomas de la psoriasis.
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omgyoryio-blog · 6 years ago
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Trastorno bipolar
Descripción general
El trastorno bipolar, antes denominado «depresión maníaca», es una enfermedad mental que causa cambios extremos en el estado de ánimo que comprenden altos emocionales (manía o hipomanía) y bajos emocionales (depresión).
Cuando te deprimes, puedes sentirte triste o desesperanzado y perder el interés o el placer en la mayoría de las actividades. Cuando tu estado de ánimo cambia a manía o hipomanía (menos extrema que la manía), es posible que te sientas eufórico, lleno de energía o inusualmente irritable. Estos cambios en el estado de ánimo pueden afectar el sueño, la energía, el nivel de actividad, el juicio, el comportamiento y la capacidad de pensar con claridad.
Los episodios de cambios en el estado de ánimo pueden ocurrir en raras ocasiones o muchas veces por año. Aunque la mayoría de las personas presenten síntomas emocionales entre los episodios, es posible que algunas no presenten ninguno.
Aunque el trastorno bipolar es una afección de por vida, puedes controlar los cambios en el estado de ánimo y otros síntomas siguiendo un plan de tratamiento. En la mayoría de los casos, el trastorno bipolar se trata con medicamentos y apoyo psicológico (psicoterapia). 
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Síntomas
Existen distintos tipos de trastorno bipolar y de trastornos relacionados. Estos pueden consistir en manía o hipomanía y depresión. Los síntomas pueden causar cambios impredecibles en el estado de ánimo y el comportamiento, lo cual da como resultado un gran sufrimiento e importantes dificultades en la vida.
Trastorno bipolar I. Has sufrido al menos un episodio maníaco que puede estar precedido o seguido de un episodio hipomaníaco o un episodio depresivo mayor. En algunos casos, la manía puede provocar una desconexión de la realidad (psicosis).
Trastorno bipolar II. Has sufrido, al menos, un episodio depresivo mayor y, como mínimo, un episodio hipomaníaco, pero nunca tuviste un episodio maníaco.
Trastorno ciclotímico. Has tenido durante al menos dos años —o un año en el caso de niños y adolescentes— muchos períodos con síntomas de hipomanía y períodos con síntomas depresivos (aunque menos graves que la depresión mayor).
Otros tipos. Estos comprenden, por ejemplo, el trastorno bipolar y los trastornos relacionados inducidos por ciertos medicamentos o bebidas alcohólicas, o debidos a una enfermedad, como la enfermedad de Cushing, la esclerosis múltiple o un accidente cerebrovascular.
El trastorno bipolar II 
no es una forma más leve de trastorno bipolar I, sino un diagnóstico diferente. Mientras que los episodios maníacos del trastorno bipolar I pueden ser graves y peligrosos, las personas que tienen trastorno bipolar II pueden estar deprimidas durante períodos más largos, lo cual puede causar un deterioro importante.
Si bien el trastorno bipolar puede aparecer a cualquier edad, generalmente se diagnostica en la adolescencia o poco después de los 20 años. Los síntomas pueden variar de una persona a otra y pueden cambiar con el paso del tiempo.
Manía e hipomanía
La manía y la hipomanía son dos tipos diferentes de episodios, pero tienen los mismos síntomas. La manía es más grave que la hipomanía y causa problemas más notorios en el trabajo, la escuela y las actividades sociales, así como dificultades en las relaciones. Además, la manía puede provocar una desconexión de la realidad (psicosis) y requerir hospitalización.
Tanto los episodios maníacos como los hipomaníacos comprenden tres o más de los siguientes síntomas:
Episodios anormales de optimismo, nerviosismo o tensión
Aumento de actividad, energía o agitación
Sensación exagerada de bienestar y confianza en sí mismo (euforia)
Menor necesidad de dormir
Locuacidad inusual
Frenesí de ideas
Distracción
Tomar malas decisiones, como hacer compras compulsivas, tener prácticas sexuales riesgosas o hacer inversiones absurdas
Episodio depresivo mayor
Un episodio depresivo mayor consiste en síntomas que son lo suficientemente graves para causar dificultades evidentes en las actividades cotidianas, como el trabajo, la escuela, las actividades sociales o las relaciones. Un episodio comprende cinco o más de los siguientes síntomas:
Estado anímico depresivo, como sentirse triste, vacío, desesperanzado o tener ganas de llorar (en niños y adolescentes, el estado anímico depresivo puede manifestarse como irritabilidad)
Marcada pérdida del interés o de la capacidad para sentir placer en todas —o en casi todas— las actividades
Adelgazamiento importante sin hacer dieta, aumento de peso, o disminución o aumento del apetito (en niños, la imposibilidad para aumentar de peso según lo esperado puede ser un signo de depresión)
Insomnio o dormir demasiado
Agitación o comportamiento más lento
Fatiga o pérdida de la energía
Sentimientos de inutilidad, o culpa excesiva o inadecuada
Disminución de la capacidad para pensar o para concentrarse, o indecisión
Pensar en el suicidio, planificarlo o intentarlo
Otras características del trastorno bipolar
Los signos y síntomas del trastorno bipolar I y II pueden comprender otras características, como depresión ansiosa, melancolía, psicosis u otros. De acuerdo con el momento en que ocurren los síntomas, estos pueden tener etiquetas de diagnóstico tales como «de ciclos rápidos» o «mixtos». Asimismo, los síntomas del trastorno bipolar pueden presentarse durante el embarazo o cambiar de acuerdo con las estaciones del año.
Síntomas en niños y en adolescentes
Los síntomas de trastorno bipolar pueden ser difíciles de identificar en niños y en adolescentes. Con frecuencia es difícil poder decir si esos altibajos son normales, si son el resultado de estrés o de un trauma, o señales de un problema de salud mental en lugar de trastorno bipolar.
Los niños y los adolescentes pueden tener episodios diferentes de trastorno depresivo mayor o de manía o hipomanía; sin embargo, el patrón puede apartarse del de los adultos con trastorno bipolar. Y los estados de ánimo pueden cambiar con rapidez durante los episodios. Es posible que algunos niños tengan, entre los episodios, períodos en los que no presenten síntomas relacionados con el estado de ánimo.
Los signos más notables de trastorno bipolar en niños y en adolescentes pueden comprender cambios importantes en el estado de ánimo que se diferencian de sus cambios anímicos habituales.
Cuándo consultar al médico
A pesar de los extremos anímicos, las personas que padecen trastorno bipolar a menudo no reconocen hasta qué punto su inestabilidad emocional altera su vida y la de sus seres queridos, y no reciben el tratamiento que necesitan.
Además, si eres como algunas personas que tienen trastorno bipolar, quizás disfrutes de la sensación de euforia y de los ciclos de ser más productivo. Sin embargo, la euforia siempre viene seguida de un bajón emocional que puede dejarte deprimido, exhausto —y hasta quizá con problemas económicos, legales o de relaciones—.
Consulta al médico o a un profesional de salud mental si tienes algún síntoma de depresión o de manía. El trastorno bipolar no mejora solo. Recibir tratamiento de parte de un profesional de salud mental con experiencia en trastornos bipolares puede ayudarte a controlar los síntomas.
Cuándo pedir ayuda de urgencia
Los pensamientos y los comportamientos suicidas son frecuentes en las personas que tienen trastorno bipolar. Si estás pensando en hacerte daño, llama de inmediato al 911 o a tu número local de emergencias, dirígete a una sala de urgencias o cuéntaselo a un familiar o amigo de confianza. También puedes llamar a una línea directa de prevención de suicidios. En los Estados Unidos, comunícate con la National Suicide Prevention Lifeline (Línea Nacional de Prevención del Suicidio) llamando al 1-800-273-TALK (1-800-273-8255).
Si tienes un ser querido que está en peligro de suicidarse o ha intentado hacerlo, asegúrate de que alguien se quede con esa persona. Llama al 911 o al número local de emergencias inmediatamente. O bien, si crees que puedes hacerlo de forma segura, lleva a la persona a la sala de urgencias del hospital más cercano.
Causas
Se desconoce la causa exacta del trastorno bipolar, pero este puede implicar varios factores, entre ellos:
Diferencias biológicas. Las personas con trastorno bipolar tienen cambios físicos en el cerebro. La importancia de estos cambios aún es incierta, pero con el tiempo puede ayudar a identificar las causas.
Genética. El trastorno bipolar es más frecuente en personas que tienen un familiar de primer grado (como hermanos o padres) con esta enfermedad. Los investigadores están buscando genes que puedan intervenir en el origen del trastorno bipolar.
Factores de riesgo
Los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer trastorno bipolar o que pueden actuar como desencadenantes del primer episodio son:
Tener un pariente consanguíneo (como padre o hermano) con trastorno bipolar
Períodos de mucho estrés, como la muerte de un ser querido u otras experiencias traumáticas
Abuso de alcohol o de drogas
Complicaciones
Si no se trata, el trastorno bipolar puede provocar problemas graves que afectan todos los aspectos de la vida, como:
Problemas relacionados con el consumo de alcohol y de drogas
Suicidio o intentos de suicidio
Problemas legales o financieros
Relaciones dañadas
Desempeño deficiente en el trabajo o en la escuela
Afecciones simultáneas
Si padeces trastorno bipolar, es posible que también tengas otra afección que se deba tratar junto con este trastorno. Algunas afecciones pueden empeorar los síntomas del trastorno bipolar o hacer que el tratamiento tenga menos éxito. Por ejemplo:
Trastornos de ansiedad
Trastornos de la alimentación
Trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
Problemas de drogas o alcohol
Problemas de salud física, como enfermedades cardíacas, problemas de tiroides, dolores de cabeza u obesidad
Prevención
No existe una forma de prevenir el trastorno bipolar. Sin embargo, recibir tratamiento tan pronto aparecen los primeros signos de un trastorno de salud mental puede ayudar a evitar que el trastorno bipolar u otras enfermedades de salud mental empeoren.
Si te han diagnosticado trastorno bipolar, algunas estrategias pueden ayudarte a evitar que los síntomas leves se conviertan en episodios maníacos o depresivos completos:
Presta atención a las señales de advertencia. Tratar los síntomas de forma temprana puede evitar que los episodios empeoren. Es posible que hayas identificado un patrón en los episodios bipolares y qué es lo que los desencadena. Si sientes que estás a punto de entrar en un episodio maníaco o depresivo, llama a tu médico. Pídeles a tus familiares o amigos que también estén atentos a las señales de advertencia.
Evita las drogas y el alcohol. El consumo de alcohol o drogas recreativas puede empeorar los síntomas y aumentar las probabilidades de que regresen.
Toma tus medicamentos exactamente como se te indicó. Es posible que te sientas tentado a suspender el tratamiento: no lo hagas. Si dejas de tomar el medicamento o reduces la dosis por tu cuenta, es posible que sufras efectos de abstinencia o que los síntomas empeoren o regresen.
Diagnóstico
Para determinar si padeces trastorno bipolar, tu evaluación puede comprender:
Exploración física. El médico puede realizarte una exploración física y análisis de laboratorio para identificar cualquier problema médico que pudiera estar causando los síntomas.
Evaluación psiquiátrica. El médico puede derivarte a un psiquiatra, quien hablará contigo acerca de tus pensamientos, sentimientos y patrones de comportamiento. Es posible que también completes una autoevaluación psicológica o un cuestionario. Con tu permiso, les podría solicitar a tus familiares o amigos cercanos que brinden información sobre tus síntomas.
Llevar un registro del estado de ánimo. Es posible que te soliciten que lleves un registro diario de tu estado de ánimo, los patrones de sueño u otros factores que podrían ayudar con el diagnóstico y a encontrar el tratamiento correcto.
Criterios para el trastorno bipolar. El psiquiatra puede comparar tus síntomas con los criterios para el trastorno bipolar y trastornos relacionados que se describen en el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5), publicado por la American Psychiatric Association (Asociación Estadounidense de Psiquiatría).
Diagnóstico en niños
Aunque el diagnóstico de trastorno bipolar en niños y adolescentes comprenda los mismos criterios aplicados a los adultos, sus síntomas suelen tener patrones diferentes y es posible que no se ajusten exactamente a las categorías de diagnóstico.
Asimismo, a los niños que padecen trastorno bipolar a menudo también se les diagnostican otras enfermedades de salud mental, como trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) o problemas de conducta, lo que puede hacer que el diagnóstico sea más complicado. Se recomienda la derivación a un psiquiatra infantil con experiencia en trastorno bipolar.
Tratamiento
La mejor persona para guiar el tratamiento es un médico especializado en diagnosticar y tratar enfermedades mentales (psiquiatra) que esté capacitado en el tratamiento del trastorno bipolar y otros trastornos relacionados. Es posible que cuentes con un equipo de tratamiento que también conste de un psicólogo, un asistente social y un enfermero psiquiátrico.
El trastorno bipolar es una afección de por vida. El tratamiento está dirigido a controlar los síntomas. De acuerdo con tus necesidades, el tratamiento puede comprender:
Medicamentos. A menudo, deberás comenzar a tomar medicamentos para equilibrar de inmediato tus estados de ánimo.
Tratamiento continuo. El trastorno bipolar requiere tratamiento con medicamentos de por vida, incluso durante los períodos en los que te sientas mejor. Aquellas personas que se saltean el tratamiento de mantenimiento tienen un mayor riesgo de que reaparezcan los síntomas o de que los cambios menores en su estado de ánimo se conviertan en episodios completos de manía o de depresión.
Programas de tratamiento de día. Es posible que el médico recomiende un programa de tratamiento de día. Estos programas brindan el apoyo y la terapia que necesitas mientras mantienes los síntomas bajo control.
Tratamiento del abuso de sustancias. Si tienes problemas de consumo de alcohol o drogas, también necesitarás un tratamiento para el abuso de sustancias. De lo contrario, puede que sea difícil controlar el trastorno bipolar.
Hospitalización. El médico puede recomendar la hospitalización si estás teniendo comportamientos peligrosos, si tienes pensamientos de suicidio o si te sientes desconectado de la realidad (en estado psicótico). Recibir tratamiento psiquiátrico en un hospital puede ayudarte a mantenerte calmado y seguro, así como también puede estabilizar tu estado de ánimo, ya sea que estés teniendo un episodio maníaco o depresivo mayor.
Los tratamientos principales para el trastorno bipolar consisten en medicamentos y terapia psicológica (psicoterapia) para controlar los síntomas, y pueden comprender grupos de apoyo y de educación.
Medicamentos
Se utiliza una serie de medicamentos para tratar el trastorno bipolar. Los tipos y las dosis de medicamentos se recetan según los síntomas en particular.
Los medicamentos pueden comprender:
Estabilizadores del estado de ánimo. Generalmente, necesitarás tomar medicamentos estabilizadores del estado de ánimo para controlar los episodios maníacos o hipomaníacos. Los ejemplos de estabilizadores del estado de ánimo comprenden el litio (Lithobid), el ácido valproico (Depakene), el divalproato sódico (Depakote), la carbamazepina (Tegretol, Equetro u otros) y la lamotrigina (Lamictal).
Antipsicóticos. Si persisten los síntomas de depresión o manía a pesar del tratamiento con otros medicamentos, puede resultar útil añadir un medicamento antipsicótico como olanzapina (Zyprexa), risperidona (Risperdal), quetiapina (Seroquel), aripiprazol (Abilify), ziprasidona (Geodon), lurasidona (Latuda) o asenapina (Saphris). El médico puede recetarte algunos de estos medicamentos solos o junto con un estabilizador del estado de ánimo.
Antidepresivos. El médico puede añadir un antidepresivo para ayudar a controlar la depresión. Debido a que, en ocasiones, los antidepresivos pueden desencadenar un episodio maníaco, por lo general, se recetan junto con un estabilizador del estado de ánimo o un antipsicótico.
Antidepresivo-antipsicótico. El medicamento Symbyax combina el antidepresivo fluoxetina y el antipsicótico olanzapina. Funciona como tratamiento contra la depresión y como un estabilizador del estado de ánimo.
Medicamentos para la ansiedad. Las benzodiacepinas pueden ayudar con la ansiedad y mejorar el sueño, pero suelen utilizarse a corto plazo.
Encontrar el medicamento adecuado
Encontrar los medicamentos adecuados para ti probablemente requiera un poco de prueba y error. Si alguno no funciona contigo, hay otros que puedes probar.
Este proceso requiere paciencia, ya que algunos medicamentos tardan de semanas a meses en hacer efecto por completo. Por lo general, solo se modifica un medicamento por vez, para que el médico pueda identificar cuáles son aquellos que alivian los síntomas con la menor cantidad de efectos secundarios molestos. Quizás también sea necesario ajustar los medicamentos a medida que cambian los síntomas.
Efectos secundarios
Por lo general, los efectos secundarios leves mejoran a medida que se hallan los medicamentos indicados y las mejores dosis para ti, y tu cuerpo se adapta a la medicación. Habla con el médico o el profesional de salud mental si tienes efectos secundarios molestos.
No hagas ningún cambio ni dejes de tomar los medicamentos. Si dejas de tomar los medicamentos, es posible que sufras efectos de abstinencia o que los síntomas empeoren o regresen. Esto puede causar mucha depresión, pensamientos suicidas o un episodio maníaco o hipomaníaco. Si crees que necesitas hacer un cambio, llama a tu médico.
Medicamentos y embarazo
Existen varios medicamentos para el trastorno bipolar que pueden asociarse a defectos de nacimiento y que pueden pasar al bebé a través de la leche materna. Hay ciertos medicamentos, como ácido valproico y divalproato sódico, que no deben consumirse durante el embarazo. Además, los medicamentos anticonceptivos pueden perder efectividad cuando se toman junto con ciertos tipos de medicamentos para el trastorno bipolar.
Si es posible, habla con el médico acerca de las opciones de tratamiento antes de quedar embarazada. Si tomas medicamentos para tratar el trastorno bipolar y crees que puedes estar embarazada, habla con el médico de inmediato.
Psicoterapia
La psicoterapia es una parte fundamental del tratamiento para el trastorno bipolar y puede realizarse en forma individual, familiar o grupal. Existen varios tipos de terapias que pueden ayudar. Estas comprenden las siguientes:
Terapia interpersonal y de ritmo social. La terapia interpersonal y de ritmo social se centra en la estabilización de los ritmos diarios, como dormir, despertarse y comer. Una rutina regular permite controlar mejor el estado de ánimo. Las personas con trastorno bipolar pueden beneficiarse si establecen una rutina diaria de sueño, dieta y ejercicio.
Terapia cognitiva conductual. La atención se centra en identificar creencias y comportamientos negativos y poco saludables, y reemplazarlos por otros que sean positivos y saludables. La terapia cognitiva conductual puede ayudar a identificar qué desencadena los episodios bipolares. También aprendes estrategias eficaces para controlar el estrés y enfrentar situaciones angustiantes.
Psicoeducación. Obtener información sobre el trastorno bipolar (psicoeducación) puede ayudarlos a ti y a tus seres queridos a comprender esta enfermedad. Informarse sobre lo que sucede puede ayudar a obtener el mejor apoyo, a identificar problemas, a elaborar un plan para prevenir recaídas y a respetar el tratamiento.
Terapia centrada en la familia. El apoyo familiar y la comunicación pueden ayudarte a respetar el plan de tratamiento y pueden servir para que tú y tus seres queridos reconozcan y controlen los signos de advertencia de los cambios en el estado de ánimo.
Otras opciones de tratamiento
Según tus necesidades, pueden añadirse otros tratamientos a la terapia para la depresión.
Durante la terapia electroconvulsiva, se aplican corrientes eléctricas a través del cerebro para desencadenar a propósito una breve convulsión. Al parecer, la terapia electroconvulsiva provoca cambios en la química del cerebro que pueden revertir los síntomas de algunas enfermedades mentales. La terapia electroconvulsiva puede ser una opción de tratamiento para el trastorno bipolar si no mejoras con los medicamentos, si no puedes tomar antidepresivos por razones de salud, como un embarazo, o si corres un alto riesgo de suicidarte.
Se está investigando la estimulación magnética transcraneal como opción para quienes no responden a los antidepresivos.
Tratamiento en niños y adolescentes
Por lo general, los tratamientos para niños y adolescentes se deciden de acuerdo con el caso, según los síntomas, los efectos secundarios de los medicamentos y otros factores. Generalmente, los tratamientos comprenden:
Medicamentos. Por lo general, a los niños y adolescentes con trastorno bipolar se les recetan los mismos tipos de medicamentos que a los adultos. Existen menos investigaciones sobre la seguridad y la eficacia de los medicamentos para el trastorno bipolar en niños con respecto al trastorno bipolar en adultos, por lo que las decisiones de tratamiento se suelen basar en las investigaciones sobre este trastorno en los adultos.
Psicoterapia. La terapia inicial y a largo plazo puede ayudar a evitar que regresen los síntomas. La psicoterapia puede ayudar a los niños y a los adolescentes a vivir con sus rutinas, desarrollar la capacidad de enfrentar desafíos o situaciones, abordar dificultades de aprendizaje, resolver problemas sociales, y fortalecer la comunicación y los lazos familiares. Y, si es necesario, puede ayudar a tratar los problemas de abuso de sustancias que son frecuentes en niños mayores y adolescentes con trastorno bipolar.
Psicoeducación. La psicoeducación puede consistir en conocer los síntomas del trastorno bipolar y la manera en que difieren de la conducta relacionada con la edad de desarrollo de tu hijo, la situación y la conducta cultural adecuada. Comprender el trastorno bipolar también puede ayudarte a brindarle apoyo a tu hijo.
Apoyo. El trabajo conjunto con maestros y terapeutas escolares y el apoyo de familiares y amigos puede ser útil para identificar los servicios necesarios y lograr el éxito.
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