pamelimarmolejo - Tumblr blog

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A dry forest toad [Incilius coccifer; formerly Bufo coccifer] sporting an unfortunately well-fed tick on it’s neck. These toads can be found in southern Mexico and southeast Central America. Toads will eat ticks if given the chance, but ticks as just as happy to feed on amphibians. And for those wondering, no, you cannot drown a tick. Images by Anita E. Shaul. 

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I am THRILLED by some facts I have finally learned. Look at this helpless, goofy creature. The way it moves is adorable. It is very very bad at it. Does this look like something capable of tunneling through flesh?? This is a scabies or “mange” mite and all I heard all my life is that they “burrow” into skin, but I’d always wonder how this animal does such a thing. It’s a fat blob with little soft feet and a teeny, tiny mouth. You hear that something burrows in flesh and you imagine something pretty sleek and bladed and sinister, not a chubby sweet potato!!!

Somehow the details of the process managed to elude me my entire life, maybe the whole question just slipping out of my mind before I’d look any further into it, but today I finally found a scientific paper with this beautiful juicy explanation:

“Mites placed on the skin secrete a clear fluid (presumably saliva) that forms a pool around their body. It appears that the stratum corneum is dissolved (lysed) and the mite sinks into a depression in the skin. As it sinks, legs I and II seem to move in a tortoise like fashion (digging, crawling/swimming motion). The action of the legs propels the mite forward as a tunnel-burrow in the stratum corneum is formed.”

Who would ever JUST call that “burrowing” and call it a day!? They don’t burrow into skin they MELT into skin!!! They melt skin and they waddle their way through the melting with their dumb little wiggle legs ““like a tortoise!”“ That’s so whimsical! It’s also terrible but that makes it even more whimsical! Horrible, sleepy potatoes just leak acid and dissolve into your body! It isn’t even the burrow per se that causes itching and pain, people can get actual wounds that don’t feel as shitty as a mange mite; the reason it feels like torture is your immune system freaking out around it, especially as the mite keeps laying eggs and pooping in there. The little potato monsters melts into your skin and lives in there and eats the skin soup but also poops in it. Nature made that! There are several species so nature thought she should make that more than once. I think she hates you but at least she’s funny!

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COOL MAGGOT FACTS:

1) Under normal conditions, fly maggots are always what eliminates most of an animal carcass on land. The recognized stages of decomposition are dependent on their presence.

2) Many humans find everything about a maggot abhorrent, but it wouldn’t be such an efficient scavenger if it differed in any way. They are pure utility, stripped down to the bare minimal anatomy for scavenging!

3) Blowfly maggots can technically be considered “aquatic,” as they will spend most of their life submerged head-down in the fluids of decaying meat. Like water-dwelling insects, they breathe by “snorkeling” through pores near their anus!

4) Maggots have a pair of tusk-like hooks to help get a grip on rotting tissues, but no means of biting or chewing. Like adult flies, they secrete a digestive enzyme and suck up the liquefied food.

5) Maggots actually greatly reduce bacterial levels around them, as they are competing with the microbes for food.

6) Most insects still have six true legs even as larvae, sometimes just greatly reduced. Not so for fly maggots, who lack even an internal trace of appendages.

7) Not only do they lack jaws or limbs, but fly maggots are among the only insect larvae without “head cases.” Other insect larvae have fully developed heads and jaws, protected by a skull-like exoskeleton similar to the head of an adult insect. Except for its hooks or barbs, a maggot is squishy and naked from end to end!

8) Maggots function like organic drills. Cone shaped, with the mouth at the small end, their undulations work them corkscrew-like into meat.

I’ve posted this photo before and I’ll probably post it again. It was the first time I ever got to see what a maggot’s face actually LOOKS like, and I fell in love instantly. I mean, I already liked maggots, but that was before I knew they were hot-dog walrus puppet monsters in parkas. That’s also a bacterium hanging out in the upper middle - the entire maggot head that we’re seeing here is barely visible to the naked eye.

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I’ve posted before about how elephant lice have their own little trunks like some straight-up cartoon logic but I was still not aware those trunks were actually flexible and wiggly until today!

It is because they live on a mammal with one of the world’s thickest skins and you have to respect a parasite willing to put up with bullshit like this for a single meal:

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Letanía de mis defectos

Soy vanidosa, déspota, blasfema; soberbia, altiva, ingrata, desdeñosa; pero conservo aún la tez de rosa. La lumbre del infierno a mi me quema.

Es de cristal cortado mi sistema. Soy ególatra, fría, tumultuosa. Me quiebro como frágil mariposa. Yo misma he construido mi anatema.

Soy perversa, malvada, vengativa. Es prestada mi sangre y fugitiva. Mis pensamientos son muy taciturnos.

Mis sueños de pecado son nocturnos. Soy histérica, loca, desquiciada; pero a la eternidad ya sentenciada.

- Pita Amor

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Llovimos tanto que me ahogué

Hablamos tanto de la lluvia que un trueno acabó atravesándome la garganta y tuve que escapar. Tu vida o tu corazón, me dijo alguien, quiero pasar mi vida en el suyo, le dije yo, pero eso no era posible, era tan imposible como un amor platónico cumplido, como tú y yo cumplidas, como tú, como pedirte que te quedaras después o vinieras antes, como mantenerte encendida al otro lado de la calle viéndote por la noche sin poder tocarte y no consumirme en el esfuerzo de querer tu imposibilidad al lado de mi almohada, como negarte a ti y no negarme a mí en el intento, como olvidar tu pelo, como fingir que no estás detrás de cada palabra que me perturba, como pretender saber no echarte de menos y conseguirlo, como asentir creyendo que es cierto eso de que es el frío el que hace las ausencias más largas cuando ahora la única que existe es la tuya en medio de este incendio de cenizas. Te acabas de ir y tus ruidos ya se escuchan por las noches. Era tan imposible —tan imposible como pedirte que te quedaras conmigo—. La tormenta me sorprendió contigo atrapada en la mirada, lanzando botellas al mar llenas de besos que nunca llegaban, que se extraviaban, que se equivocaban de puerto, que se rompían intentando llegar a mi boca y confundían mis barcos y me llenaban de cristales los labios que, pegados a la ventana, congelados, solo esperaban verte aparecer. Y entonces un día me dejé vencer, olvidé dónde buscarte, comencé a despegar tus nudillos de mis pulmones, me eché la sal de tu sudor perdido en los ojos, prohibí tu olor en mis domingos y escribí todos los antónimos de tu nombre en mis ventrículos, si no te olvido a ti no les olvidaré a ellos, y al final lo único que quedó fue un miedo tan inmenso como inconfesable y un deseo, solo quería marcharme de ahí y dejar de esperarnos, irme lejos, pensando que lejos es donde no estás, sin darme cuenta de que donde realmente estás es en mí, y que no te irás hasta que yo lo decida. Pero empezaba a tener frío y tú no venías a curármelo, así que tuve que pedirte sin decírtelo que me volvieras a dejar en tierra y siguieras con tu vuelo, pero antes quise hablarte del cielo que te rodea, de que cuando hablas realmente creo que los relojes carecen de sentido si no es para pararlos y escucharte un rato más —solo un ratito más, lo juro—, que tuve todos los continentes en mis bolsillos después de tu abrazo porque cuando tú respiras el mundo, a veces, se paraliza, y otras, en cambio, se tambalea, pero eso es algo que solo entendemos los que hemos visto a la poesía perder las comillas, que tu risa astilla las penas y que aunque nos encontráramos en medio de una guerra que por no querer luchar terminamos perdiendo, encontré la paz en tus maullidos, y fuiste algo así como volver a casa por primera vez después de perder mil batallas en la espalda. Quise decirte que mi papel siempre se redujo a contemplarte desde lejos y volverte tinta, que pudimos y aunque no fuimos siempre seremos —ojalá entiendas eso—, que nos hicimos el amor una noche que llovimos y por eso te llevaré conmigo siempre. Que ojalá la huida hubiera sido de tu cama a la mía, que ojalá la lucha se hubiera reducido a morderte las caderas y no a este cansancio lleno de ojeras mudas, que ojalá volviera a verte cada invierno de mi vida y vieras que contigo nunca tuve prisa porque conocerte es viajar y besar dulce y lento un día de invierno llenas de frío por fuera y de amor por dentro. Y que ojalá sonrías y no te culpes ni te castigues: tú cambias vidas, pero no destinos.

-Elvira Sastre 

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Quise ser hombre

Una vez quise ser hombre para casarme con mi hermana que ya lleva tres divorcios. Para amar a mis amigas que en cada relación mueren un poco. Quise ser hombre para fecundar sus vientres, no de hijos, sino de poesía, vino tinto, relojes parados, unicornios azules. Para decirle a Josefina cuanto admiro su forma de entregarse. Para escribirle a Rosi esas cartas que no llegan nunca. Llamar por teléfono a Pilar que espera tantas tardes. Llenar de caricias prolongadas el espacio de Beatriz, que vive sola y le tiene miedo a los temblores. Quise ser hombre, para amarlas a todas y no sentir más el frío de sus lágrimas en mi playera, ni mirarlas apagarse, ni presenciar sus funerales en sus ataúdes de treinta años. Quise ser hombre para invitarlas a volar el periférico, a bailar descalzas porque el América le ganó al Guadalajara, para llevarlas del brazo hasta una cama donde no tengan que fingir orgasmos. Pero soy mujer y, aunque puedo compartir con ellas la poesía, escribirles cartas, llamarlas por teléfono, llenarlas de caricias prolongadas, volar el periférico, bailar descalzas, secar su llanto, tocar su alma… No es suficiente. No les alcanza. Porque, desde niñas, aprendieron que los hombres son un premio al que hay que amar, sin importar si ellos las aman.

- Rosa María Roffiel

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