pevrcival

[pevrcival]

' al menos antes había mucho más sentido en lo que sucedía. ' o quizá no lo tenía pero no estaban tan cerca de encontrar lo que fuese que necesitaban para enlazar las piezas, ahora qué se enfrentan con la inmediatez de las consecuencias que la noche en la que murió otis melbourne acarrean y es por ello que todo es mucho más preocupante de lo que anticiparían. ríe entre dientes, se siente más relajado. ' ¿tuviste algo que ver? ' bromea, jocoso, por primera vez. ' ¿o solamente me estás presumiendo tus... intereses? '

"¿existe algo de normalidad en este sitio?" con eso se refiere al culto retorcido en el que se metieron, principalmente. humedece sus labios antes de continuar, pero primero se acomoda el gorro en un gesto inquieto, medio ansioso. "nada importante," niega, eleva un hombro y lo deja caer. "¿cuál es tu veredicto? ¿nos van a castigar?" la pregunta es más bien un intento de ablandar la tensión en el aire. ya sabe lo que puede esperar.

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refrena las teorías conspirativas que podrían envolver a uno de los amigos más cercanos de neoyorquino, prefiere la pretensión de una esfera de tranquilidad marcada en ellos, una comodidad que sí bien es complicada, quiere aferrarse a la idea de poder sostenerla con ella, una calma instalada con la ligereza de no tener qué pensar tampoco de manera demasiado consciente en el vínculo sostenido, porque es por vez primera que siente comodidad en no tener todas las respuestas, en aferrarse por un rato. ' ¿sabes algo qué los demás no? ' lo inquiere con cuidado, por su manera de titubear, por el cuidado que instaura en sus palabras. ' no lo sé. ' confiesa, porque a él no puede mentirle, no cuando le lee con la misma facilidad con la que podría leerse a sí mismo. ' sé qué hay cosas que no se dicen, y no sé qué tan bueno sea. ' al final, secretos se habían apilado por una razón, quiere creer qué el equilibrio es fundamental. ' no, no contesta los mensajes. ' murmura, le mira a los ojos tras la caricia, la corresponde en entendimiento efímero, en meñique enlazado con el ajeno que prontamente se vuelve a separar. ' ¿sabes sí gideon sabe algo? '

como él, carmine también sonríe al recibir su positiva. la posibilidad de pasar tiempo con el contrario pese a la incertidumbre del territorio que transitan es suficiente para devolverle cierta calma en el pozo de intranquilidad en el que está. no sabe cuánto le va a durar, mas no se detiene a pensarlo demasiado antes de hacer un movimiento con la cabeza en dirección derecha y comenzar a caminar por el extenso pasillo. ' yo... —no sé. confundido, creo. ' es capaz de admitir. ' peter no tuvo nada que ver, no entiendo por qué... ' frena su discurso. no quiere meterse de lleno en por qué sabe que peter no tuvo nada que ver. por lo menos no en ese instante, así que se limita a carraspear. lo ve de reojo. ' ¿tú cómo estás? ' lo estudia desde su lugar, fijando momentáneamente la mirada en la mano impropia. armándose de un valor que no tiene, y utilizando de excusa el peso de la pregunta que viene después, se anima a buscar el contacto de sus dígitos con los propios. ' ¿todavía no hay noticias de isabel? ' no termina de entrelazar del todo sus manos, pero sí le propicia una caricia leve al tiempo de detener su caminar.

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' mi mejor amiga está desaparecida. ' o quizá se ha cansado de todo y ha decidido irse sin avisar. ' y uno de los tuyos tiene que ver con ello. ' está casi seguro, no puede ser de otra forma debido a la discusión qué publicaron las moiras, aún así encoge los hombros, le vuelve a mirar al rostro, le sonríe, porque no quiere que ella crea que está molesto, no podría, inclusive lo intentaría y sería un fracaso. siempre sucede aquello con hera, es parte natural, asume, de la dinámica que les envuelve. ' podría comer algo. ' distraerse, dejar de estar demasiado en propia cabeza. ' ¿qué propones? '

esmeraldas fijos en cualquier otro punto, apenas habla y está segura que ni siquiera fue del todo comprendible. "nada de lo que nos pasa desde que pusimos un pie en escocia lo es." añade posteriormente, desliza diestra entre hebras doradas para apartarlas un poco del rostro. "te pregunte si tenías apetito." musita, no hay molestia. preocupación bastante marcado en mirar, pese a que maneja una expresión desapegada.

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le sorprende la interrogante, principalmente porque siempre hay un recuerdo vago de media cercanía que hasta esa noche había trazado la importancia de dinámica, titubea por un segundo, porque también considera que ya no existe razón para desconfiar o guardar opiniones que inevitablemente surgen. ' qué es demasiado absurdo. ' confiesa, encogiendo los hombros. ' ¿en qué mundo peter landry le pediría ayuda a albertina solanas para cometer un asesinato? ' ríe entre dientes, niega un par de veces con la cabeza. ' sí él hubiese hecho lo que dicen... se habría salido con la suya. '

"nada lo es." pero tampoco lo fue alguna vez, reconoce, pero no lo dice. profunda inhalación acompaña el acomodarse en silla, cuando extiende piernas frente a él y se cruza de brazos sobre el pecho. "tranquilo." niega con la cabeza, no dijo nada importante tampoco. "¿qué piensas de todo?"

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' quizá era más fácil pretender que sí. ' confesión es titubeada cuando le mira a los ojos, la sonrisa sí bien lo intenta no hace un recorrido tan marcado, se queda suspendida en una media, como casi todo alrededor de ellos. ' sí, claro. ' murmura, asiente, se muerde el labio inferior cuando le mira y presta atención a detalles de rostro ajeno, casi como sí ahí fuese a encontrar respuestas. ' ¿cómo estás? '

"¿alguna vez fue normal?" palabras se deslizan suave por labios, casi a regañadientes, y no porque exista renuencia en hablar con él, sino porque el nudo en la garganta no le permite otra cosa. "estaba preguntándote si quieres acompañarme a tomar asiento un rato." pide. "¿tal vez podemos buscar algo de beber?" cualquier cosa para no pensar.

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' tu amigo gideon sabe lo que le pasó. ' no lo acusa, no a su hermano, por supuesto, sin embargo es todo aquel grupo de amistades nocivo, que está podrido y aún así no sabe muy bien tampoco. ' yo... podemos ir por algo de beber. ' ofrece, un punto medio, una excusa para moverse y no solo enfrascarse en incomodidad de la estática.

“ nada, percy. ” niega con suavidad, reconoce estado frágil y aunque él también se siente cercano a perder la cabeza por completo, preocupación por su hermano tiene mucho más peso. “ ¿estás bien...? ¿quieres algo? te puedo traer algo de la máquina expendedora. ” ofrece.

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' preferiría una botella con agua. ' admite, la amargura de cafeína probablemente le llevaría a la náusea, a la incomodidad de remembranza enfocada en la sensación que tuvo precisamente aquella noche que sí bien había creído qué olvidaría ahora, en aquel aeropuerto, está en todos lados. ' creo qué lo estoy. ' admite y dibuja una media sonrisa, de aquellas ensayadas, que jamás van a revelar más de la cuenta. ' ¿tú estás bien? '

"¿quieres un café percy? " es cordial, nunca ha tenido un problema real con contrario, aunque también considera que no ha convivido demasiado con el político. " te ves un poco... ausente. " aunque quizá aquella cualidad está en todos, la manera en la que no hay mucha claridad en ningún diálogo, que todo está demasiado ambiguo.

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' deja de mirarme por dos minutos. ' hay una neutralidad marcada en la indiferencia generada por el irlandés, mente se mantiene más enfocada en situación del pasado que de forma incómoda se ha entremezclado en aquella actualidad, cruza una pierna contra otra, carraspea mientras finalmente se levanta, manos ocultas en los bolsillos del pantalón mientras clava la mirada finalmente entre seth y alejandro, relame los labios, carraspea por lo bajo. ' ¿y de verdad hay certeza en que todo lo que digan va a ser cierto? ' la inquisitiva es cuidadosa, tiembla en brevedad de realización de que no hay una respuesta concreta, que pocas veces existe y aún así cede, encogiendo los hombros. ' no importa, hagámoslo. '

@sharbolt

"no sé ustedes—" inicia, inhalación que ha sido profunda y busca serenar cada uno de sus pensamientos antes de hablar. se reconoce más volátil, menos centrado, y esa no es la apariencia que quiere dar al resto, o a cualquiera. "—pero creo no podemos decir que no." está harto, también, de conspiraciones, de señalamientos. "y quiero saber la verdad." de una vez por todas, y porque tampoco cree la información que recibió. re-lee mensaje de las moiras para sí mismo antes de llevar atención al resto. "¿y bien?" alza cejas. "¿lo hacemos?"

@alecheverria , @byrniall , @pevrcival .

[pevrcival]

gira suavemente la cabeza para mirarle, no sonríe, aunque las comisuras tientan con hacerlo en un gesto de reconocimiento, intenta también, mantener la calma que más bien se postula como único mecanismo de defensa que posee y el suspiro que escapa de los labios es trémulo, un tanto débil. ' sí, yo solo... no importa. ' porque el peso de palabras es mucho más denso, porque asegurar que en efecto la mente sigue demasiado perdida en lo que ha sucedido, en no poder localizar a isabel en ningún sitio, a la sensación de poco control que se aferra a ella, le preocupa, más de la cuenta. ' venga vamos. ' accede, porque necesita hacer algo, lo que sea. ' ¿has hablado con alguien más? ' duda, no sabe sí es prudente pero está simplemente brotando de la punta de la lengua.

no hay réplica ante sus palabras porque no lo cree necesario, tan sólo podría mostrarse completamente de acuerdo, porque lo está. sin embargo, también es cierto que la normalidad se escapa de sus manos hace ya un largo tiempo, sentido se deshace. “no, nada… hey, percy —¿estás aquí?” nota ausencia, o al menos eso es lo que percibe en el rostro ; por ello mirada lo recorre con atención. “¿quieres ir por un café?” necesita calmar la ansiedad de alguna forma, y no poder fumar está matándola, más eso no lo dice.

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se suaviza de forma inmediata cuando le mira, es como sí el sistema entero estuviese diseñado para brindar un confort atípico en todas sus demás relaciones, porque se preocupa, porque a pesar de que no tienen absolutamente nada determinado, hay claridad en la importancia, en sentimiento gestado en un titubeante barullo de locomotor que solamente va en aumento, que su cadencia está impuesta por el locomotor tensando todo lo demás y le sonríe, asintiendo ligeramente con la cabeza. ' claro, vamos. ' acata con velocidad, relame los labios y se acomoda los audífonos contra el cuello. ' ¿cómo te sientes con todo lo que ha sucedido? ' inquiere, con cuidado, intentando no prolongar la mirada, la sensación de cogerle de la mano escoce contra la diestra así que se aferra al bolsillo del pantalón.

se interrumpe a sí mismo ni bien lo escucha, y después procede a cerrar la boca. puede ver el abatimiento ajeno. si bien sabe que no puede aportarle mucho, tampoco reúne el valor para esfumarse. sacude la cabeza. ' nada, no— ' toma una bocanada de aire, ordena sus ideas. por fin, le ofrece la mano más hábil, palma abierta. ' acompáñame. vamos por un café. ' propone, esforzándose por regalarle una sonrisa que parezca más o menos genuina. sabe que la única forma de tratar con percy en ese estado es manteniéndolo ocupado, y quiere creer que todavía es capaz de lograrlo.

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₊˚ 🧷 .⋆˚☆   ────── análisis del vestuario de 𝗣𝗘𝗥𝗖𝗬 𝗚𝗥𝗜𝗚𝗦𝗕𝗬 en el aeropuerto de edimburgo, escocia.

( @pomonascraps )

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' no es normal lo que está sucediendo. ' brinda una opinión más o menos evidente, porque se siente desconectado de lo demás, la preocupación por ausencia de isabel está marcado en líneas de expresión y sin embargo no la nombra, porque hacerlo se siente como invocar algo. ' lo siento, ¿qué dijiste? '

[pevrcival]

' no soy de los buenos. ' murmullo es entendido en aquella ciega creencia de su propia naturaleza, de sus propias habilidades de funestos avances cincelados en aquel desliz en el cual se considera a sí mismo criatura detestable, porque es astucia política orillada a una necesidad de no ser él mismo transmutada también en su capacidad de auto-convencimiento que todo es válido para llegar a los medios de un fin y que, al final del camino, siempre terminará sacando aquella naturaleza más bien incendiaria. la idílica idea de la mente en blanco se postula como lo que más añora, esa necesidad de no pensar, de que la funesta decisión de los padres de aura, los millones que prevalecen por encima del bienestar de quien es su sangre, quiere aferrarse con la fuerza que tiene a aquella idea de mejora, de idealización bizarra y prolongada en la cual no tiene porque pensar de más en su existencia, en su idea caótica, en su fantasma que no ha abandonado la habitación por más que quiera esforzarse en que así sea, no le importa tampoco la prisa con la que locomotor se acelera en el momento que carmine se anida justamente en el punto de pulso en la manera trémula en la que acaricia las hebras sueltas que aterrizan contra la nuca y la risa que le lleva más allá con un revoleo de ojos y la evocación de visual que se antoja como cúlmine de un placer qué más bien no cree que ha tenido la oportunidad de desarrollar. ' lo vas a hacer bien para mi. ' le besa la curvatura de la oreja muerde el lóbulo de esta misma. ' casi tan bien cómo la última vez qué lo hiciste. ' el recordatorio todavía hierve la sangre, punzada atraviesa el vientre bajo y la exhalación gutural es privado indicador de lo que se revoluciona en el sistema. ' sí, claro qué quiero. ' aunque no haya franja temporal, aunque todo, en ese punto sea más bien una moneda al aire.

' claro que sí carmy. ' murmura despacito, porque no encuentra un minuto, un escenario, una situación en la que sí él vuelve, no esté con los brazos abiertos, con la ansia de volver a tenerle, con la certeza de promesa de un prolongado y no de minutos robados como había sido hasta ese momento. ' cuando sea el momento. ' y dice cuando y no sí llega a ser porque certezas no se dan de manera tan sencilla en mente de grigsby y aún así ahí está manifestando e invocando un escenario, una situación cargada de posibilidades que quiere enfrentar a su lado. se pierde en su boca, es famélico buscando alimento, consuelo. le besa de maneras que pocas veces había besado antes, una mezcla de despedida y de saludo, una certeza indeleble y un cántico más bien acompasado en la idea de sí mismo, le delinea la boca con la lengua, presiona esta misma cuando tironea de él y la fricción de caderas se vuelve perdición, porque lo siente en todos lados y es hambriento, aún así no apresura, no quiere acabar el momento, lo disfruta, deja que este mismo bordee y se saboree como sí fuese un vaivén más bien dulce. le escucha gemir y sonríe, succiona suavemente el dedo índice, le mira a los ojos en todo momento antes de dejarle continuar con la tarea, de hipar ante sus besos, ante mordidas, en ese contacto que solamente les pertenece a ellos. ' por favor, mi amor. ' no lo evita, no le avergüenza, gime por atenciones ajenas, mueve la pelvis en esa súplica cuando echa el cuerpo entero hacia atrás, cuando le mira suplicante y ríe entre dientes. le coge suavemente de la nuca para guiarle contra sí mismo, no le importa la presión ejercida en la zona, la manera en la que guía de a pocos y mueve la cadera para encontrarse con boca ajena. ' nadie me toma mejor que tú. ' gime, por lo bajo, sin dejar de mirarle, quiere guardarlo en la retina.

tal vez tontamente, o quizá pecando de atrevido, se anima a preguntar: ' ¿y en el presente? ' refiriéndose a si todavía está enamorado de él. si bien lo mira al hablar, las palabras salen con extrema dificultad. son silenciosas. no se cuelan con el descaro de siempre, ese que aparece con una sonrisa tranquila porque sabe que recibirá una positiva. todo lo contrario: es temeroso, titubeante. vergonzoso, incluso. quiere borrarlo tan pronto lo dice, pero sabe que no puede. carraspea para disipar su propia incomodidad. se queda viéndolo, o más bien admirándolo. sonríe casi sin querer cuando lo escucha, aún si sabe que el discurso es todo menos optimista. ' oh, vamos. no todo está podrido. ' rebate, y genuinamente lo cree así. ' tú eres de los buenos. ' lo reconoce porque sabe que él no lo es, que él está del otro lado del espectro. ha aprendido a hacer las paces con ello, con el hecho de que su círculo más reducido también lo está. se muerde el labio inferior, frunce apenas el entrecejo. la idea de que sus propios padres quieran matar la noticia lo descoloca por un momento, pero al poco tiempo recuerda que fue exactamente así cómo se dio lo de alfred. que con esa misma seguridad es que los buchanan buscaron el silencio en los pasillos. y en su momento no había entendido lo erróneo de aquello, pero ahora, en retrospectiva, el mal sabor le inunda la boca de inmediato. reprime cualquier comentario. tampoco sabe si puede aportarle mucho. así que, tal y como se lo pide, se limita a quedarse con él. se mueve unos centímetros en su dirección, reposando brevemente su cabeza sobre la curvatura de su cuello, sin mirarlo. se carcajea. ' bueno, no sé si se me da tan bien como a ti. ' responde, siguiendo la misma línea cómica. ' puedo darte una demostración y me dices qué tal —— con propósitos científicos, obviamente. ' entonces sí recobra cierta seguridad, o falsa seguridad. sea como sea, es capaz de sonreírle con sinceridad, sintiéndose de a pocos cada vez más cómodo en su compañía. si bien la posibilidad de adentrarse en el terreno del futuro parece hacer flaquear esa pretendida certeza, logra atajarse a tiempo, intentando que su cuerpo no reaccione negativamente ante el peso de la incertidumbre. ' ese es el plan, sí. ' gira apenas el rostro hacia él. ' si tú quieres. ' porque puede hacer todo lo que esté en sus manos por ser mejor, por ser digno de él, pero de nada servirá si es percy quien ya no lo quiere. y él, aunque le cueste, está dispuesto a aceptar un no como respuesta.

resopla. ' lo sé. sé que no me culpas. ' y eso es lo que más le duele de todo el asunto, que las penitencias se mantienen al mínimo, incluso cuando sabe que merece un mayor escarmiento. intenta hacer a un lado la sensación que lo invade cuando escucha esas palabras en boca ajena: no vamos a volver. no le gusta que suene tan tajante, incluso si él lo ha dicho primero. hace lo que puede por no enfocarse en ello, ni en lo que le sigue. invocar a terceros parece el peor de los planes en esos momentos, ya sea de su lado o del de percy, así que decide no hacerlo. a lo siguiente, asiente una única vez. ' ¿me tomarás cuando sea distinto? ' inquiere aun así. no necesita una positiva para querer ser diferente, para querer limpiarse, pero de cierta forma, el creer que podría esperarle lo reconforta. sabe que besarlo no será respuesta suficiente. por el contrario, el contacto no hace más que generar aún más preguntas entre ambos, pero son preguntas que acalla. por lo menos por esa noche. ataca sus labios como si llevara años sin hacerlo, indiferente a que sean apenas unos días desde la última vez. no se espera la confesión que brota de sus propias cuerdas vocales, mas no se detiene a sobreanalizarla más de la cuenta, no cuando él parece acatar a su pedido. gimotea tras verle llevarse sus dígitos a la boca, y le ayuda con la tarea de deshacerse de su prenda superior. cuando sus pieles vuelven a tocarse, todo le sabe a paraíso. se toma su tiempo para llevar a cabo su recorrido sobre el torso impropio, mordisqueando uno que otro rincón inconexo antes de retornar a sus labios. se deja besar. permite que él lidere la cadencia en la parte superior mientras él se encarga de desabrochar los pantalones del contrario. cuela sus manos en su entrepierna, pero el toque no es brusco, ni apresurado. masajea la zona por debajo de su ropa interior con cierta parsimonia, acelerando su ritmo de a pocos mientras continúa besándole. después pasa a desabrocharse sus propios pantalones, quedando en iguales condiciones que el más alto. tras un breve contacto de sus erecciones, se separa apenas con la intención de hablarle. sin embargo, al mirarlo, cualquier palabra que tuviese en la punta de la lengua se disuelve ahí. con la mano libre, le acaricia una mejilla. ' vaya, tantos años y sigues siendo el hombre más hermoso del mundo. ' ni siquiera se trata de una línea. es la honestidad en su estado más puro, más vulnerable. le deposita un beso sonoro y casto en la boca. después se separa un poco más del contrario, moviéndose hasta quedar a la altura de sus piernas. se acerca a su zona pélvica. agacha la cabeza, comenzando a tantear la idea de su miembro con la punta de la lengua. al cabo de unos segundos, se frena. lo mira desde ahí como quien busca una confirmación. pero no espera, no realmente. quizá porque, en cierto grado, cree conocer la respuesta. así que se lleva su erección a la boca, introduciéndolo de a pocos en su interior.

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le deja aprisionarle, cede aquel control en una mirada cargada de significado cuando ha hecho las paces con indeleble hecho de que jamás podría negarle nada a ella, la forma en la que le mira desarma, siempre lo ha tenido claro y no tiene suficiente fuerza como para negarlo en aquel momento, deja que todo fluya, que la situación se vaya dando y sonríe, de manera lenta antes de tironear de ella para acercarla sin poder resistir magnetismo vivo entre ambos. ' ¿nunca lo has pensado? ' tienta en un murmullo. ' todo lo qué podríamos hacer, lo qué yo podría hacer por ti. ' sonríe de lado, sin poder evitarlo, incisivos se clavan en el interior de la mejilla cuando revolea los ojos, la sonrisa a medias perdiéndose entre las comisuras. ' eres cruel. ' acusa con gracia, no se atreve a generar una molestia genuina porque en realidad no la siente, no en realidad, disfruta del tiempo con ella y disfruta de la manera en la que pueden estar en aquellos sitios más o menos ambiguos sin perder la cabeza en el proceso. suspira en el tacto, le mira la boca de manera ansiosa. ' lo que tú quieras darme es suficiente. ' confiesa, cede y la deja ganar, tampoco le avergüenza, no con ella. revolea los ojos, ríe entre dientes. ' me considero un buen crítico, eso es todo. ' acusa con humor. ' depende, ¿vas a invitarme a ver alguna? '

mentiría si no aceptase que dermis reacciona a la cercanía, que órgano rey se acelera un poco más de la cuenta y que se impregna rápidamente de las posibilidad. de la forma en la que la mira, el cómo ese secretismo seguía siendo el magnetismo entre el par. accionar no pasa desapercibido, de hecho, le permite el contacto hasta que en respuesta como reflejo diestra aprisiona muñeca contraria, como si de esta forma pudiera retomar algo de control en la situación. "adorable." vocablos son suaves, casi un susurro, pero todavía cargados de ese filo que la describe a la perfección. reacción claramente le agradaba, le gusta ponerlo en aprietos, presionar botones en busca de una reacción y pese a que no dice nada realmente al principio ; cierta satisfacción vislumbra esmeraldas. "darte una velada completa." asiente, arqueando ambas cejas, tiene de cierta forma presente con quién comparte habitación y no se piensa pisar los pies a sí misma tampoco. "¿qué hay de divertido en eso, huh? es mejor limitar el tiempo, no se puede tener todo siempre." desliza con facilidad, incisivos atrapando sólo un par de segundos rosáceo inferior. "¿no es suficiente para ti, percy?" esboza un falso mohín, acercándose un poco cuando suelta su muñeca y diestra va a su mentón para dar un ligero apretón. sólo dura un par de segundos, porque se vuelve hacía su lugar como si aquello no la hubiese afectado también. "qué pretencioso eres, eh." acusa con una risita. "¿no te gustan las películas?"

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' yo no voy a convertirme en carnada de fantasmas el día de hoy, ellen. ' la advertencia es juguetona, se da con una suave carcajada, con una sonrisa extendida y un guiño cómplice es fácil perderse en la narrativa casual de un orden de las cosas más paranormal antes que enfrascarse en la situación más obscura que tienen por delante, la situación trabajosa y complicada, incómoda por demás porque no sabe hasta donde podrían llegar pretendiendo y sin embargo hace un esfuerzo sobrehumano para hacerlo. ' además, creo que sí le decimos a hami qué hacemos un programa de fantasmas no vaya a hacernos nada por la oportunidad de hacerse famoso. ' eso es rebuscado, sabe que no sucederá así y aún así no puede más que juguetear con la idea antes de reír entre dientes, de mirarle con cejas arqueadas y revoleo de ojos más bien juguetón. ' prometo ser el mejor cuaderno andante qué hayas tenido. ' promete con un guiño. se enfoca de manera súbita en la conversación femenina, en la manera en la que enuncia todo con cuidado, las resistencias, asiente de cuando en cuando para hacerle saber que sí está escuchando todo. ' ellen, de verdad que no lo creo. ' confiesa finalmente pero tampoco puede hacer nada con manera de pensar femenina, no lo intenta, tampoco, porque cambiar su manera de pensar no es lo que busca. asiente, comprende un poco de donde surge todo y suspira bajito. ' el interés no se mide de la misma forma que en una conversación. ' acota con dulzura, con mucha calma también. ' y la experiencia tampoco lo hace todo sí no estás con alguien con quien conectes. ' y eso lo sabía él, por supuesto. ' además, no creo qué tenga problema alguno en enseñarte un par de trucos. ' le guiña el ojo antes de reír entre dientes. ' sé qué después de una mala experiencia todo el asunto da...miedo, pero, no tienes porque enfocarte en lo malo. ' murmura, le dedica una sonrisa. ' solo se tú. '

"es mi única referencia confiable, percy." se justifica, tono danzando en lo entretenido mientras sonrisita toma lugar en labios. "oh, estoy segura de que los tiene." no necesita escucharlo de su boca para tener la certeza. "así como, no sé, esas películas de terror donde el cuidador tiene como acuerdos con las entidades para que lo dejen en paz a él específicamente." no puede recordar ningún nombre en específico, pero hay imágenes en su mente que está casi segura no son invención suya, sino de una reproducción vista. "—y que traen personas extras para alimentarlos en consecuencia." frunce el ceño, entorna la mirada, y decide después de un momento que es mejor pensar en otra cosa. "eres el verdadero mastermind." concede, sonrisa cómplice. "bueno, percy, lo tendré en cuenta cuando necesite tomar notas mentales." asegura, certeza en asentimiento que sólo es una broma más... a medias. memoria para ella no era la mejor, mucho más selectiva, cosas tan puntuales que vienen a ella de hace años y cosas del día anterior se daban por perdidas. sabe que no tiene absolutamente nada de malo sentirse así por alguien, lo complicado es todo lo que envuelve cuestión. "en él de esa forma." entonación adquiere cierta inflexión, esa que parece que está sugiriendo algo distinto, más profundo, como su comentario anterior sobre los tapones para los oídos. "bueno, puede besarme y seguir viéndome de forma platónica." experiencia se lo ha dejado saber, después de todo. mirada se desvía a él nuevamente, presionando labios entre sí en un gesto pensativo. "me da miedo todo." reconoce, regresando la mirada al frente. mano libre se resguarda en los bolsillos del abrigo. "no soy muy interesante en ese ámbito." y eso ya lo había aceptado. "y él tiene... toda esta experiencia, ¿sabes?" intenta elaborar. "una que yo no tengo." eleva apenas los hombros. "en general, en realidad. tengo muy mal ojo para los romances." decide revelar, sonrisa más taciturna. "y está bien, supongo. no quiero pasar por todo eso otra vez." la imagen de sage parpadea en mente. no todo fue malo, no todo fue bueno, sólo era demasiado complicado. "no me cierro," aclara, "pero me sigue dando miedo igual."

[pevrcival]

es extraño encontrase en aquella situación, principalmente porque aunque naciente amistad con interlocutora le ha parecido una novedad interesante hasta ese punto, no esperaba lo que sucedería a continuación, la manera en la que le rodea con ambos brazos, la manera en la que él termina correspondiendo y se queda en silencio por el paso de unos minutos, aprecia la cercanía, la comodidad, la facilidad con la cual está enfrentándose a ese momento con sonrisa un tanto cohibida en el momento que no se aleja demasiado, sin embargo lo suficiente para mirarle torciendo una sonrisa entre agradecida y un tanto avergonzada. ' no suelo ser así. ' explica, con cuidado, casi como sí fuese mandatorio. ' normalmente intento ser la persona más estoica de las habitaciones. ' al menos en momentos de crisis, en esos momentos que nadie sabe qué hacer y percy vive para dar las soluciones. ' pero...gracias bree, por estar. '

Ella es la persona menos indicada del mundo entero para ofrecer consuelo. No es sensible, ni empática, mucho menos sabe dar palabras de aliento y realmente no sabe cómo actuar ante vulnerabilidad ajena que no sea quedarse en estado de shock, o en el peor de los casos, responder con hostilidad, error que ha cometido docenas de veces con Jules. Se muerde la lengua para no decir no shit, sherlock, ante las últimas palabras de Percival, quién puede notar está al borde del colapso. Docenas de cosas pasan por su mente en un segundo, ninguna parece adecuada. Sus ojos se topan con los cerúleos, y, sorprendiéndose incluso a ella misma, da un paso en frente para abrazarlo, algo dubitativa, con la incertidumbre de alguien que suele rehuir el contacto físico.

[pevrcival]

' no soy así. ' revelación de una información que podría acarrear a la decepción a la tristeza ajena, pero es parte de naturaleza, asume, aquel silencio más o menos decretado como un dogma de promesa de parcial entereza, no regalar más de lo que puede, no brindarse a sí mismo esperanza vacía en el parpadeo de una realidad que no comprende en su totalidad, porque a final de cuentas quizá es neoyorquino quien se encuentra frente a sí, brindando una calidez inusitada, porque la relación siempre había sido anhelo, ira, deseo, entremezclado con melancolía de su pronta terminación, de la posibilidad de funestos desenlaces. ahora cuando le mira a los ojos no piensa en aquello, no piensa en heridas cicatrizadas o en vacíos ambiguos que indican un retroceso, simplemente está ahí, suspensión temporal de espacio tiempo. no lucha, tampoco, porque jamás aprendió, porque, en la inevitable biografía significa constante pérdida. sonríe, despacio, revolea los ojos, suspira su aroma, añora más cercanía a pesar de poder distinguir el cambio de temperatura de dermis a dermis. ' te odiaba porque no toleraba seguir enamorado de ti. ' confesión no es idílica, está prendada de contrastes amargos pero le brinda una verdad, una realidad inmutable e impersonal acarreada por la sentencia viva de que odio y amor dentro de su narrativa han sido siempre un compás. pensar en aura es doloso, un fatalismo le invade, una impotencia irreconocible hasta el momento que hizo las pases con la idea de que no podría nunca tolerar la perdida apelmazada con la incertidumbre, con la idea predispuesta y preconcebida de que estaban ahí purgando pecados tanto propios como ajenos. ' siempre quise cambiar al mundo, hacer lo correcto. regresamos aquí y me di cuenta que somos lo que está mal. ' millonarios jugando a ser dioses, pretensiones de grandeza y dolores que no cesan, relamen los labios de a poco antes de asentir, porque lo sabe, reconoce y aún así todo aquello es duelo e incertidumbre. ' estoy seguro de que los pizarro van a querer enterrarlo todo. ' añade en un susurro. ' y no soy nadie para no dejarlos lidiar con su duelo de la manera en la que lo consideren. ' porque es familia, es perdida y es ausencia de una hija, cierra las puertas de esa conversación con un gesto cansado, una negativa impresa. ' quédate un rato conmigo. ' no hay nada, absolutamente nada más que pueda desear en ese momento.

' no sabía que te gustaba tanto montar. ' pique lo entiende como una brevísima salida, una oportunidad de calma, un momento esclarecedor en el que pueden bromear porque no existe nadie ni nada más que ellos en un espacio tiempo. le observa en silencio, escucha y el corazón se acelera, la boca se curva en sonrisa breve, en una promesa indeleble que se queda prendada en la parte más profunda del locomotor, aquella haciendo mella, prevaleciendo en su gesto cuando le toma del mentón. ' bien, el plan entonces es mejorar y volver el uno al otro. ' asiente suavemente con la cabeza, está convencido de que puede tomar años o puede tomar meses, no le importa la espera, no en lo absoluto, mucho menos sí es con él, sí hay una promesa del otro lado. lleva manos entrelazadas contra la boca, deja una caricia de labios en nudillos ajenos antes de suspirar por lo bajo. la carcajada es limpia amena, revolea los ojos. ' bien, porque en este momento no tengo ninguno, por cierto, no pretendo tampoco gestionarlo en el futuro cercano. ' porque ha lastimado demasiado en el proceso y no está dispuesto a perpetuar una herida más grande cuando sabe que la duración es ambigua, que su propia volatilidad está sentenciada a la catástrofe. asiente, guarda el comentario entre los labios, no opta por la contestación inmediata sino que le observa, con atención, como quien analiza pieza de arte, quizá mística aparición que podría evaporarse. ' no lo sé, carmy, no te culpo por enamorarte de alguien más, tampoco me debes explicaciones. déjalo estar. ' porque hablar de niall es incómodo y se saborea como una culpa mezclada con la indiferencia de tenerle cerca, de que no importa nada más. ' ya lo sé, no vamos a volver. ' no lo busca tampoco, no en lo absoluto, no en ese momento, no con tantas puertas abiertas, con tantas ambigüedades marcadas. encoge los hombros. ' no tengo una relación formal con nadie. ' admite. ' no pienso tenerla tampoco. '

' está bien, no tienes que darme explicaciones. ' asiente suavemente, le acaricia con parsimonia los muslos, le mira hacia arriba como quién observa apariciones y se pregunta sí la fe un poco se siente como lo que en ese momento transita por la anatomía, esa indeleble creencia de que todo va a estar bien, de que va a encontrar el camino de retorno. ' no tienes que cambiar por alguien más, hazlo por ti. ' y cuando esté listo, porque no quiere ser motivación y tampoco anclaje, no sabe muy bien como diluir o distinguir aquellas sensaciones todavía e intentarlo más bien se sentiría como una pérdida significativa, como un vacío legal que se va prolongando hasta el hartazgo, no va a aprovecharse de aquello a lo cual sacarle provecho sería un sacrilegio. le besa con hambre y con entrega, con aquella misma necesidad que se impregna en cada accionar, en cada momento juntos, en cada caricia breve y realizada en un andar más bien trémulo, le explora la boca con ansias, con la sed de quien sí bien le reconoce jamás le había tenido así, jamás había estado tan seguro de lo mucho que la necesidad afloraría de nueva cuenta cuando le recorre la columna vertebral, la cara interna de muslo derecho presionando a la cercanía, empapándose de lo que conoce y lo que se siente como terreno inexplorado. le escucha y se queda paralizado, le mira a los ojos pero acata la petición, le besa dactilares que están contra la boca, desliza la lengua de uno a uno con el fin de indicar distracción marcada. no dice nada mientras se deshace del suéter con premura, mientras también busca arrancar el contrario en esa cadencia marcada entre dactilares con una delicadeza que no había conocido en un encuentro desde hacía tanto tiempo, presiona la cadera opuesta con yemas, traza la columna vertebral cuando vuelve a aterrizar con besos abiertos en la boca opuesta. exhalación es pesada, echa todo el cuerpo hacia atrás y lo estira, le observa con pupilas dilatadas, con labios entreabiertos y solamente le toma de la mandíbula para besarle con premura.

la verdad ajena cae como baldazo de agua fría. lo lleva a frenarse antes de confesar algo más, de regalarle una pieza que tal vez debería llevarse a la tumba. finalmente, resuelve que no tiene mucho caso hacerlo. no cuando lo ve a los ojos y se deshace frente a él. ' quería que lo hicieras. ' la admisión sale a modo de susurro vergonzoso, duro de aceptar. tiene que resguardarse casi al instante. ' tampoco importa mucho ahora mismo, supongo. ' desmerece como si hubiese confesado a un crimen, y es que un poco se siente así. la culpa crece en su interior. no puede silenciarla con nada. intenta decirse que no están haciendo nada, que en cierto grado es verdad, pero en el fondo sabe que no es por falta de deseo. sobre todo, no es su caso. tiene que evadirle la mirada e inhalar una buena bocanada de aire en la dirección opuesta de su rostro, pensar en lo que pone en juego con solo estar ahí, acostado a su lado, confesándole una cantidad de cosas que tendría que haber enterrado por el bien de su relación. la aclaración respecto a aura lo devuelve a tierra, aún si es de manera momentánea. se ríe sin mucho esfuerzo. ' las mejores personas lo hacen. ' replica, poco ofendido. lo observa de reojo. ' tú, por ejemplo. a ratos. ' recuerda bien una de sus primeras conversaciones en la casa de los buchanan meses atrás: me quieres, te pongo, te quiero, nos odiamos después. y carmine también había sido sincero por aquel entonces: él nunca lo odiaba, eso era unilateral. se pregunta qué tanto ha cambiado el panorama con el paso del tiempo, si ha cambiado en lo absoluto. se esfuerza por enfocar su atención en la tercera, la mirada que vuelve al techo porque, como él, está resignado a la vida que les toca desde el llamado del círculo. ' creo que tienes más poder del que te atribuyes. poder real. legal, quiero decir. ' se atreve a fantasear aun así. lo cree así desde la primera vez que estuvieron juntos, cuando todavía eran estudiantes y pensaba que percy cambiaría el mundo. ahora no cree que el mundo pueda ser cambiado, pero sí mediado, desafiado. y sospecha que percy es de los pocos que podría hacerlo si tuviera el verdadero deseo de llevarlo a cabo. se apresura a corregirse: ' no en este país, pero, en casa... ' hay un leve encogimiento de hombros que no se aprecia del todo debido a su posición, pero tampoco necesita sobreexplicarse para darse a entender. no con él. tampoco busca ponerle el peso de una investigación sobre los hombros. todo lo contrario: quiere quitarle de encima cualquier carga externa. ' si puedo hacer algo, solo pídemelo. ' ofrece, tal vez en un gesto un tanto débil, pero honesto.

libera el aire que reprime en un resoplido corto. supone que, de ser más inteligente, se habría visto venir el cuestionamiento impropio frente a sus palabras. este tipo de oraciones siempre venían con un poco de eso, con un desacuerdo sobre merecimientos y el acto enaltecer. es una batalla que carmine da por perdida antes de empezar, así que ni siquiera se detiene a pelearla. ' en realidad, prefiero estar arriba. pero no me quejo. ' responde de manera infantil, socarrona. y antes de que pueda reprochárselo, le deposita un beso en la mejilla como quien pide perdón por una fechoría menor. en ese momento, que el aire entre ellos no se llene de tensión ya le sabe a victoria. que parezcan dos jóvenes carentes de todo el bagaje que de hecho existe entre ellos es más bien un lujo. así que se siente en la suficiente comodidad para dar rienda suelta a lo que de verdad piensa, a lo que el corazón anhela. ' no, no es el plan. ' eso sí: no lo mira cuando lo dice. mira el techo, la pared en frente, incluso la puerta a la distancia. cualquier cosa que entre en su vista periférica con tal de no enfrentarlo. ' el plan es... mejorar, valer la pena... —y volver por ti. ' lo último lo dice en un volumen apenas menor, como si con eso fuese a lograr que no lo escuche. en el fondo, tiene ganas de gritárselo. de que la promesa sea tan ruidosa que se torne imposible de no cumplir. por fin, se atreve a verlo apenas. entrelaza su anular y meñique con los de él. ' y cuando eso pase, puedes decirle adiós a tu harén, porque no tengo intención alguna de perderte otra vez, ¿me oíste? ' pues es en la comicidad que oculta la desgracia de saber que es un estado utópico que nunca podría alcanzar del todo, por más que lo intentara en esta vida y la siguiente, y en todas las demás. sigue con la vista el accionar ajeno sobre su propia piel, y solo se detiene a entrecerrar los ojos cuando escucha lo que tiene para decirle. ' por favor, detente. ' es agrio, es doloroso y es todo es su culpa. lo sabe, sabe que acciona mal, está tan al tanto que oírlo de los rosados contrarios no hace más que generarle una ola de odio hacia sí mismo que es incapaz de tolerar en esa posición. ' sé que estás intentando ayudar, pero él no es... —no eres... ' tú, reprime. se guarda el final de la oración porque no aporta nada. por el contrario, ensucia, oscurece. hace de aquello un encuentro vil. quita el elemento del enamoramiento y lo transforma en algo cruel, en algo indigno, que es lo que carmine nunca quiso. nunca quiso herir a nadie con su indecisión, generar expectativa o dependencia. suspira cansado. ' y yo no puedo engañarme por más tiempo, ni a él. ' se pasa la mano libre por el lagrimal, anticipando la posibilidad de una vulnerabilidad a la que todavía no se permite acceder en esas condiciones. ' no te equivoques, con eso no quiero decir que voy a correr a tus brazos como si nada. sé que tú y yo no vamos a volver. ' advierte de antemano, porque lo último que necesita es que percival retuerza sus palabras y se esfume de su vida. ' ahora mismo prefiero no ser el problema de nadie más que mío. ' que es, en esencia, lo que quiere en lo más profundo de su ser: que lo dejen en paz. que le permitan arreglar su vida a solas, sin quedar en el camino, pues inevitablemente se tornan en daño colateral. su ceja se alza con la alusión a la sureña. ' tal vez tú deberías hacer lo mismo. ' se le ocurre sugerir desde un lugar, por supuesto, egoísta; pero también desde la más genuina preocupación a que termine replicando sus propios comportamientos más nocivos sin siquiera darse cuenta.

evade su mirada cuando la amonestación se cuela en el ambiente. ' lo sé. lo sé. ' enfatiza, porque el corazón es pesado y la cabeza es un laberinto de un profundo autodesprecio. ' tampoco fue mi primera vez. ' admite, intolerante del silencio, de la posibilidad de un prejuicio. ' hace unos años, cuando terminamos... —no le dije a nadie. solo malena y melodía lo sabían. ' y, por consecuencia, sus padres y su hermana. la vergüenza que sintió en aquella ocasión — desconoce si alguna vez había sentido algo similar, si lo sentiría de nuevo. pesaba más el bochorno que el miedo a morir. sin verlo, agrega: ' lo siento. si pudiera ser de otra forma, lo sería. ' que es, tal vez, la única oración que permanece en su psique y no se modifica con el pasar del tiempo. es curioso cómo el deseo puede ser tan feroz y no dar ningún resultado aun así. irónico, incluso. el trago amargo, como todo lo áspero, se deshace en la unión de sus bocas. se pierde cuando la rutina florece y se vuelve un ritual puro, casi divino. por más que no lo parezca, por más que todo pueda verse ensayado desde afuera, lo cierto es que carmy nunca sabe cuándo será la próxima vez que besará a percy. contrario a lo que puedan pensar terceros, contrario a lo que él mismo le ha dicho en reiteradas ocasiones, el neoyorquino no da por sentado que volverán a los brazos del otro. en cambio, siempre se prepara que el encuentro actual sea el último. por eso es tan difícil dejarlo ir cuando lo tiene, porque teme no volver a tenerlo nunca más. se deja hacer a su voluntad, afirmándose encima suyo con los codos sobre el colchón y los dígitos rodeando el cuello ajeno. jadea cuando lo siente descender en la extensión del propio, mordisqueándose el labio inferior en respuesta. no quiere que el contacto cese. lo necesita cual enfermo terminal a la máquina que lo mantiene vivo. ' ¿cómo puede estar mal cuando te amo tanto? ' la respuesta es automática, brota desde lo más profundo de sus entrañas. no se da cuenta de lo que dice sino hasta medio segundo más tarde. abre bien los ojos, los posa en los de él. ' te amo, percy —— espera, no digas nada. ' se interrumpe a sí mismo, colocando el índice de la mano más hábil en el centro de la boca contraria. en el breve segundo de silencio, puede escuchar cómo el corazón late como si fuese a salírsele del pecho. pero no hay verdadera sensación de ansiedad o desasosiego. hay, para su sorpresa, una profunda calma. alza su mano hasta acunarle la mejilla. ' por favor, solo— déjalo estar. ' pide en un susurro antes de volver a besarlo. aunque su cadencia aumenta, continúa siendo un contacto en extremo gentil. también la forma en que la zurda retoma su camino por debajo de la tela de la prenda superior opuesta es suave, es comedida. lo incita a levantar brevemente el torso del colchón para retirarle el suéter. no acelera nada. el roce de sus pieles llega de la mano con esa parsimonia que emplea carmine cuando le besa el principio del torso, tomándose su tiempo para reconocer cada rincón de una dermis que ha visto un sinfín de veces y que, sin embargo, hoy parece ser nueva una vez más. desde su posición, lo mira. le sonríe. y lo vuelve a besar.