Tumgik
posatro · 1 year
Text
Escribo como método de conexión, para recordar, para no olvidar lo que se sintió nuevamente en aquel lecho estar. Recuerdos fugaces de la incertidumbre. Memoria muscular. Familiaridad. Nuevas aperturas, el vértice donde dos cuerpos a la deriva se juntan y no queda espacio para preguntar cómo llegamos acá.  Me permito el disfrutar. Gozo y danzo entre paredes que se sienten mías solo con presenciar un segundo y no más. Gozo y bailo en un entorno co-creado. “¿Sólo ves mi superficie? No” Por mi parte no sé que veo, sólo que me quiero quedar aunque sea unos minutos más, recopilar para la eternidad estos instantes absolutos y efímeros. Eternos y fugaces. Sólo bastará con cerrar mis ojos y recordar.  Aún así, escribo para no olvidar.
4 notes · View notes
posatro · 2 years
Text
La arquitectura de mi condición humana. El sismo que acarrea tu mirada, la sabia naturaleza en su forma más libre desmoronando aquello que creíamos como inamovible.  La esencia que florece, las raíces que aún invisibles generan redes, conectan y liberan.  Tu abrazo, tu ternura... todo el espacio...
2 notes · View notes
posatro · 2 years
Text
La ternura de tus ojos, el caos bajo tu mirada, el descontrol que yace en mi piel y todo el amor que pareciera no encontrar raices.
¿Aún así sentís amor?
Aún así sentís amor.
0 notes
posatro · 2 years
Text
¿Qué se hace con tanta bondad? Criatura corrompida por la ignorancia de aquellos en su misma situación. El ciclo que terminará por extinguir el amor.
¿Qué hace con tanta ternura... si aprendió del dolor y es más familiar un moretón que una caricia? ¿Se mira a los ojos a quien sangra la herida por sanarla? ¿Es su condición igualitaria a quienes repiten la acción por simple coacción? ¿Se admira a quien sostiene aún sabiendo que su carne se desgarra?
Sus ojos se encuentran y el silencio se llena se sabiduría, más ellos nacieron entre el bullicio... Sus pieles se reconocen y la tranquilidad toma acción, más la mente no deja espacio sin espasmos...
Lo inevitable y lo impreciso del amor en tiempos de dolor.
0 notes
posatro · 3 years
Text
La incertidumbre y la desilusión. El miedo y el temblor. La lágrima que ilumina mi piel. La gravedad que imanta.  La madurez y el coraje que implica dejar ir aquello que supo darte calidez. La soltura de la inocencia. El valor que conlleva la responsabilidad.
¿Y si nos hacemos mal? ¿Qué pesa más... todo aquello nuevo por explorar, o lo conocido que nos va a anclar? El límite. Las reglas. La exigencia.  El descontento. Las ataduras.  El deseo. El silencio.
1 note · View note
posatro · 3 years
Text
la distancia y el frío // el miedo y la desilusión / los meses pasan y aún no sé quién soy /// ¿que constituye tu visión? / la subjetividad de una observación... la validez de la variación
////
quiero estar ahí
0 notes
posatro · 3 years
Text
las miradas que no son hacia mí, lastiman la atención que no me traspasa, refuerza mi coraza sumergida en mi refugio
me pregunto...
si la libertad de tus ojos atenta contra mi insomnio
¿se extirpa el órgano por conveniente, o al portador por insolemne? ¿se traga la angustia o se escupe el veneno previo al efecto?
0 notes
posatro · 3 years
Text
maybe you don’t get it but i get everything
and that sucks :’)
0 notes
posatro · 3 years
Photo
Tumblr media
de mi, para mi
0 notes
posatro · 3 years
Text
la necesidad de crear // la creación del amor // el amor como necesidad
0 notes
posatro · 3 years
Text
Tumblr media
0 notes
posatro · 3 years
Text
escribo para no morir
0 notes
posatro · 3 years
Text
intenté leerte dos veces, dos veces que no llegaron a ningún puerto, mas que a mi silencio el cual acepta que tal vez no sea tan interesante escucharme
intenté leerte dos veces, y no se a quien culpar, si a tu inquieta mente que se ramifica sin parar o a mi costumbre de no saber priorizar
0 notes
posatro · 3 years
Text
presa de la indecisión // la mente de alguien más
¿listo para endulzar? ¿hoy toca empalagar o va a faltar un poco más?
el té hirviendo y amargo
0 notes
posatro · 3 years
Text
0032
Me tomo medio vaso de cerveza y pierdo mi visión en un punto, mentalmente contemplando la realidad, las posibilidades. Preguntándome por qué no contestás, por qué no me preguntás cómo estoy. Tal vez la marihuana sea una buena razón, pero hoy no me sirve de excusa ni de perdón. Sigo pensando qué escribir, qué describir, qué puede sonar inteligente e introspectivo para que al momento de publicarlo alguien diga: "wow, qué profundo y expresivo". Ja, como si alguien me leyera. Tal vez sí y no lo dicen, tal vez sí y no piensan nada, siguen deslizando la pantalla. Y está bien. Capaz vos también, deslizás para olvidar que de este lado hay alguien con una cerveza en la mano intentando dar razón a tu silencio, a tus charlas con mucha tos.
0 notes
posatro · 3 years
Text
Tumblr media
she lives in daydreams with me
0 notes
posatro · 3 years
Text
plastilina
Mi psicóloga me sugirió que escriba. Más bien, que siga escribiendo. Más bien, que no deje de escribir. Un post en facebook sobre un niño de 14 años en un taller de escritura me dió el impulso para retomar algo que, a mis 14 años me abrazó mucho. Seguir escribiendo. A veces me olvido que es fácil. A veces los conceptos se me cruzan, se tuercen y se mezclan entre sí formando algo con un resultado muy extraño y poco esperado, como cuando juntás toda la plastilina y pensás que te va a quedar un super color y termina siendo un pedazo de marrón bastante desagradable que ya no va a servir para mucho más. Porque sí, es plastilina pero ese color ya no me gusta y como no es lo que esperaba, lo dejé a un costado sin desechar, desplazado pero no botado, porque tiene que estar ahí para recordar cómo se verá la próxima vez que decida la plastilina mezclar. Cuando era chica me gustaba mucho jugar con ella, hace poco le dije a mi novio que tenía un aroma similar. Creo que es la simpleza de aquel material tan maleable que me bridaba mucho placer y felicidad. Recuerdo las tardes de juegos solitarias y silenciosas porque el abuelo dormía la siesta, mientras mamá veía las novelas o simplemente estaba acostada tejiendo o andá a saber qué cosas tan extrañas y ajenas que hacen los adultos cuando somos niñxs. Recuerdo las tardes llenas de muebles y cositas diminutas hechas en plastilina, para mis muñecas, para mi imaginación. Jamás voy a olvidar la forma en cómo admiraba mi creación, un par de minutos eran suficientes para conocerme todos los aciertos y defectos. Un par de minutos eran suficientes para no querer más, aburrirme, aplastarlo y guardar de nuevo aquellos trozos de masa colorida. Algunos volvía a utilizarlos si lograba guardarlos de una manera en la que, a la mañana siguiente no se hubieran convertido en una piedra rígida de color. Ahí ya no lo usaba mas, ¿cómo iba a crear formas y cositas lindas con algo duro, con olor a mano de niñx? Ahí le pedía a mamá que me compre más. Y yo creo que siempre algún reproche o reto encontraba. Pero mamá siempre fue buena conmigo y me dió hasta lo que no había. Me dió toda la plastilina que se podía. Hasta una vez me compró unas super raras de colores re fluorescentes. Ahora creo que deben ser muy comunes, y capaz en su momento también lo eran... Pero jamás voy a olvidar cómo me encandecían de sólo mirarlas.   No recuerdo en qué momento dejé de crear formas. En qué momento dejé de crear sin importar el resultado, aún sabiendo que luego destruiría todo para volver a empezar. No logro dar con el momento justo en el que mis manos dejaron de oler a plastilina. No puedo recordar cuando fue la última vez que creé aquella masa aforma de muchos colores, esperando que el resultado fuera diferente al que una y otra vez, sabía que iba a obtener. Tal vez entendí que no iba a tener algo diferente a lo que ya conocía. Tal vez fue un acto de rebeldía dejar de usar plastilina, porque siempre era igual, maleable y se podía destruir rápido cualquier resultado que ésta me diera. Tal vez dejé de encontrar la plastilina fluorescente, tal vez nunca me cuestioné si había algo más rígido como la porcelana, que me permitiera crear y guardar. O capaz ya comprendía que la porcelana era más difícil, y que se podía romper en mil pedacitos en un descuido y eso me daba mucho miedo. Eso me da mucho miedo. ¿Y si creo algo con mucho esmero y se rompe? ¿Y si el proceso de creación no era tan manipulable como creía? ¿Y si ya no depende de mí, la creación y la destrucción? ¿Qué haré con tanto material que me aburre, cuando se vuelve descolorido y resistente?
Creo que sin darme cuenta, cabé muy profundo. Me pone contenta haberle hecho caso a mi psicóloga. Suelo ser muy dura conmigo misma. Le tengo tanto pánico al fracaso que no me permito ni intentarlo. Pero fue divertido recordar aquellas tardes llenas de creatividad. Seguro esa niña sigue dando vueltas, haciendo poco silencio a la hora de la siesta, hablando con sus muñecas, anhelando que algún día aquella masa marrón se convierta en un nuevo color.
0 notes