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AÑO. NUEVO
D I C I E M B R E
El mejor mes para ser nostalgia.
Tengo todo y nada.
Mil cosas que quisiera hacer y no tengo idea alguna de como comenzar, sin perder el aliento constantemente.
Hoy, un día cualquiera, una noche anterior llena de insomnio esperando una mañana helada, yendo directo a una ducha fría sin toallas en casa.
Bien vestida pero sin suficiente gas estacionario.
Independiente pero con deudas.
Siendo un metro y medio de rabia pero caminando horas para llegar a terapia.
En los brazos de mi abuela pero sobria.
Durmiendo sola pero alcoholizada.
Con espacio en casa pero sin desayunos de Mireya.
Descasada pero sin la complicidad de Caro.
Sin el humo compartido…
Con autonomía pero la cuenta vacía.
Funcional pero engañada con posesión del control.
Con un departamento especializado en supuestos.
Experta maestría en escenarios fatalistas.
Condenada a la repetición infinita de los actos del pasado.
Con más energía pero sin poder generar el calor corporal suficiente.
Desorientada pero siguiendo apostando el todo por el todo.
Entendí, que, El día de MI SUERTE, ya esta aquí.
Solo no sé cómo tomarlo, ni como acostumbrarme a la idea de ya no añorarlo.
Que hoy mas que nunca esta claro que, todo tiene su FINAL.
Y solo espero que conforme pasen los años me sea mas sencillo salir a la superficie y flotar los duelos y no ahogarme en apego y recuerdos.
Sigo construyendo un hogar sin parar de trabajar, aunque descubrí que ser un esclavo por decisión propia tiene un tiempo limitado y que la autoexigencia nunca se cansa de asfixiarte.
Y ahora solo trato de re significar todo, todo lo que sale de mis manos, las películas que vi en mi niñez, comenzar a escuchar musica nueva con interés, reintento re significar mi definición tan aprensiva y posesiva de estabilidad emocional.
Reintento re significar el amor, una vez más y… creo que de eso va la cosa.
Intento moldear la culpa para que deje de aplastarme con el pan de cada día.
Estoy cansada de buscarle conformidad a mi perfeccionismo sanguíneo.
Hacer algo que los haga sentirse -X c o n f o r m e s X-
Tener un proceso que salga de mi pecho, sin suponer, sin prejuicios, sin mil espectadores.
Algo que enorgullezca y conecte con la fidelidad que le tengo a la espontaneidad, lo genuino y la transparencia.
He estado viviendo de amores espontáneos por experimentación de la libertad de ser un perro sin su amo.
He experimentado el pavor de vivir sin correa.
Para sentirme querida por las noches y después rematar con un sarcasmo desinteresado.
Disfrutar de una nula responsabilidad.
Solo por el coraje de que nadie me había dicho que esto, se sentía
Tan bien.
Y es cierto, que ahora valoro mi soledad pero aún no la visto bien.
Que sigo sintiéndome mejor con ropa holgada donde quepa la compañía y se esconda mi vulnerabilidad.
Mi salud decae día con día y mi memoria carece cada vez mas de veracidad.
Los problemas, los mensajes, las personas ya no son urgentes.
Y los momentos los cargo mejor con una mente nublada.
Me siento mejor fingiendo amnesia del momento en el que te despediste de mi.
Da igual.
En cuanto pulse play, lo recodaré.
Por mas que lo borres, por mas que finja.
Eso nunca nos falla.
El pasado ya lo archivé y desempolvarlo ya no me molesta.
Tu nombre ya no se siente pesado en mis labios.
Pero las fotos me siguen sumergiendo en nuestra cama por las noches.
Sigo extrañando la parvada de las 6 pm y
aun siento a Ñeñe entre sueños.
Ahora que escribo desde este balcón y me he sometido conscientemente al frío de Diciembre sin tu consentimiento.
Ahora que tengo las manos frías, se que no necesito tu calor para poder escribir.
Ya me han tejido unos guantes y aunque no lo hice yo…
Estoy aquí arriba, entendiendo que no todo esta bien, que mañana seguiré con deudas y el mes que viene no estaré sobria, seguiré decayendo por cansancio, seguiré sin respirar por estrés y mi memoria no mejorará.
Pero diciembre habrá terminado y yo habré superado otro Año Nuevo.

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FUISTE UNA REVOLUCIÓN.
“Nadie nunca me ha visto como tu.”
“Todo es mejor después de esa época horrible”
Mi cabeza ni siquiera dimensiona como hoy, duermo con tranquilidad sin ti.
Cómo ya ni siquiera leo tus 53 mensajes al día.
Lo mucho que ahora me reservo de mi vida… como estoy, donde estoy y los pequeños detalles de la vida diaria.
Porque yo, solo eso, lo hablaba contigo.
Estoy impáctala de recordar el poder de las palabras y volver a sentir el consuelo que me daban, creo fielmente que esto es lo que en realidad me ayuda a sanar y que de alguna forma nací para esto.
Siempre en este escritorio, siempre pegado a una ventana.
Aunque se sienta tan vacío, cada departamento, extraño los sutiles sonidos de fondo.
Salir de esta burbuja y saber que alguien me espera detrás de la puerta.
Antes ni siquiera dimensionaba que podría tener o necesitaba un cuarto mas grande o, un baño solo para mi, pero, para que lo menciono, tu sabes de esas cosas.
Uno aprende a adaptarse, le pertenece a sus recuerdos.
Después seleccionas con lo que quieres quedarte, lo que uno odia y lo que aun se siente acogedor…
Cómo los cuartos pequeños y los baños compartidos.
Tu y yo… compartir, nunca fue un problema.
Darnos espacio, si.
Tu y yo… vernos humanos y sin pudor.
Y cuando ya no se tiene… te das cuenta de
Lo
Grande
Que
Es
Lograr
E N T R E L A Z A R T O D O.
Hoy ni siquiera se, como la gente le nace, añora y lucha por vivir una VIDA ENTERA con alguien.
Ni siquiera se como lo logramos, tan natural y fácil.
El como llenamos ese departamento y el como lo vaciamos de la misma forma.
El como dividimos las cosas… hasta lo que estaba vivo.
Jamás pensé que, el único viaje que disfrutaría a tu lado, fue antes de que fuéramos pareja.
Y algo en mi siempre me dijo que, así lo hubiéramos dejado.
Al mismo tiempo, nunca hubiéramos logrado esta complicidad y empatía inquebrantable.
Era imposible no partir de las Jabalís cada Lunes.
Hoy ya todo me parece estupido e ingenuo.
La parte amorosa de los demás.
Me repele y me repele mas, el seguir deseándolo.
¿Porqué deseamos ello?
Como si fuera lo mas jodidamente importante.
Y luego que sucede con…
El nulo o mal sexo.
Con el tiempo excesivo juntos.
La dependencia y el puto apego.
Con la tierra de las plantas.
Las noches en el sillón.
Las reuniones perdidas.
Con mis días libres viajando a ver a tu puta familia.
Con todos los lugares a los que realmente nunca quisiste ir.
Con las ganas tan grandes de obligarme a
A no decir
No hacer
No expresar
para evitar tus estados de animo y crisis.
Y…. ¿Qué pasa cuando ya no puedo salir de ti?
Sucede…
El llanto
La recriminación de problemas que hubo desde el día 2.
Las peleas banales del dinero.
Otra mujer en la cama.
Los gritos.
Los insultos.
El violento silencio.
El impulso del desahogo.
El empezar de cero.
El insomnio.
La entrega de llaves.
La perdida de las cosas materiales.
La perdida de metros cuadrados.
Dejar la vista de los ventanales y la parvada de las 6 pm.
Tirar la basura.
Y la tierra de tus plantas.
El refrigerador vacío que me regalaste.
Las nulas ganas de comer.
La distorsión.
El que tus amigos satanicen mi persona por tu llanto.
El que ganes siempre en tristeza y desgracia.
Viene la puta lastima de todos hacia ti.
El hacer que no pasa nada.
¿Qué pasa con los boletos de los conciertos que compramos?
Después Viene…
La resignación de dejarnos ir.
El intento ingenuo de los meses de terapia.
La intensidad de rascar heridas.
Escribir y hablar.
Los flechazos en el pecho.
No hablar hasta la siguiente sesión.
Las pastillas para dormir.
La carga en el pecho.
El maldito enojo que provoca recordar para arreglar.
Y hacer como si tuviera todo bajo control al levantarme de esa silla que estaba frente a la tuya.
Convencerme que nada ha cambiado en tres años y mi vida sigue segura y bajo un control inexistente y obsesivo de mi cabeza.
Dentro de los “limites” que me aprobaban.
¿Para que quisimos esto?
¿Para que quiero esto?
Si desde el día que me besaste y tomaste mi mano.
Fue
Una
Constante
PERDIDA
DE
NOSOTROS.
Y esa persona que conocí en el 2018
Llegando al mismo edificio amarillo en la Roma jamás estará de vuelta.
Nos dimos todo cuando pensábamos que no teníamos nada que ofrecernos.
Y nos quedamos….
Vacíos.
Y viene…
En aprender a hacer todo sin ti.

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No este año.
Quiero escribirte esto, se que es una ocasión especial.
La verdad no se si podré estar presente el día de tu cumpleaños.
Trato de olvidar... pero no puedo, no estoy diseñada para ello.
Dueles en el alma y solo espero desesperada el momento en el que dejes de hacerlo.
Y comprendo que ahora no escribo como antes, porque, me he vuelto fría, directa, indiferente, porque todo cambia y nada se mantiene igual.
Y este año es tan distinto al anterior.
Donde
Todo
Comenzó.
Donde empecé a escribirte, añorarte, disfrutarte y más que desearte, amarte.
Fuiste alguien tan “especial”.
Y se me hace imposible, el que tu, no nos recuerdes.
Y se que nadie lo entiende, pero es suficiente con que yo lo haga.
Por mi, no por los dos.
Comprendo que seguirás en lo mismo de siempre, es deprimente pensar en ello.
Rezaré por ti, porque alguien lo hizo por mi, cuando me dejaron atrás.
Y así funciona, creces y le deseas lo mejor a las personas que fueron parte de ti de forma infinita.
Yo solo fui una más de la lista y, aunque una parte de mí se negaba a creerlo, la verdad es que puedo vivir con eso.
Éramos felices en pequeños momentos.
Y se que hoy, esta noche.
Lo eres con alguien más.
Las fotos, las palabras, esa cara no puede mentir.
Lo siento por ti.
Y ahora solo dejo este terror inmerso en mi, porque no se puede bailar con el diablo en la espalda.
Porque en realidad ya no te extraño, pero siempre encuentras una forma de seguir hiriéndome.
Comprobándome una y otra y otra y otra vez, que no te intereso y no signifique absolutamente nada en tu absurda vida.
Y esta bien.
Eres un demonio del cual me enamore profundamente, en cuerpo y alma.
Y ahora pago mis consecuencias.
Pero estoy cansada de sentirme, pequeña, vulnerable, insignificante e invisible.
Me trataste tan despectivamente, rechazaste tantas veces todo lo que di por ti, que creí, que era eso, que tú me hacías sentir.
Estoy cansada de ocultar que me dueles en el alma y de ocultarte como si fueras algo trascendental en mi.
Porque no lo mereces.
Yo no merezco ocultar mi valor al enfrentar el dolor.
Pensé que te debía algo, pero en realidad, jamás terminarías de pagar y no sabrías con que saldar todas estas heridas que hoy, reparo completamente por mi cuenta.
No merezco reprimirme y creer que jamás llegará algo mejor.
Aunque eso es fácil, si hablamos de ti.
Tus lagrimas no mentían.
Tus besos...
“No te encuentras a una Paola Velázquez dos veces en la vida”
Vaya lo fácil que soy de remplazar.
Y lo mucho que yo creía en ti.
Pasa un feliz cumpleaños, con quien tu decidas estar, con la que esté en turno.
Disfruta una vez más, unas horas, fuera de tu realidad.
Espero que no te sientas igual de vacío al despertar.
Remplaza una vez más, quien se recostará en aquella almohada rosa.
Cuida bien a Maya y Mía.
Soy y seré la mujer que siempre lamentaras, haber dejado ir.
Felices 23 Morgue.
Te odia.
Paola Velázquez.

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Esperándote del 1 al 6 para llegar al 10.
Tu idea era más que suficiente para salvarnos un poco.
Tu, no habías llegado y ya estaba todo perfectamente idealizado.
Un futuro hogar.
Que no teníamos, que no pudimos construir pero, ahí estaba...
Tu mirada, tu carácter, tus aficiones, tus rasgos y las fotos familiares.
Porque creo que eso era lo que buscábamos ambos... familias.
Resumiéndolo; amor.
No
Estar
Más tiempo
Solos.
Buscábamos un pretexto, una razón lo suficientemente fuerte para mantenernos unidos, porque, las razones correctas, nunca fueron suficientes para poder “amarnos” sin miedo.
Nos gustaba la idea de que, podíamos crear algo juntos.
Que, él mismo poder que teníamos para destruirnos era tan fuerte, que si,decidíamos cambiar el sentido, podíamos crear algo... increíblemente perfecto.
Y ahí estabas tú... o la idea de ti.
Que nos mantenía
Fieles,
Fuertes,
Firmes,
Unidos.
Nos manteníamos queriéndote.
Los días después de ti fueron; son, difíciles.
Marcaste nuestra historia y cambiaste la forma que ahora tenemos al mirarnos.
Inclusive la forma en la que nos miramos a nosotros mismos.
Siempre te soñé y no puedo creer que pude tenerte tan cerca.
Contigo, con nosotros.
Contigo en nuestros brazos.
Una pequeña sirena, vampiro de orejas grandes y alma verde.
Reservada y con gran carisma.
Caprichosa, pero perseverante y fuerte.
Ojos verdes, nariz pequeña.
Verde y negro.
Águila o sol.
Sabíamos que eras sol.
Simplemente... te sentíamos.
Y siempre quedarás.
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Boicot, 27 de la noche a la madrugada.
Oh cielo, hemos atravesado tanto juntos.
Y no pienso en nada más que escribirte y decirte, que esta cama también te habita y que no consigo conciliar el sueño sin esa almohada que guardaste para mi.
Que si pudiera, me haría más pequeña para caber, tal vez, en algún lugar de tu corazón donde no sientas temor.
Y sientas
Que todo
Va a estar bien.
Que, ojalá te hubiera conocido cuando éramos niños para invitarte a dibujar conmigo y mirarte mucho antes de que fueses lo que crees que es correcto y no lo que deseas ser.
Que mi amor, la vida no tiene porque ser tan complicada.
Y no se puede simplemente guardar.
Ojalá, pudiera besarte tanto y hacerte sentir que cuando tomas mi mano, la presión en tus hombros se desvanece y se olvida al mirarnos.
Ojalá, pudiéramos cambiar el desayuno siempre después de escribir mis poemas en tu cuello.
Ojalá mis ganas fueran tus ganas y compartiéramos pasión y fuerza por gritarle al mundo lo que sentimos y el universo que somos cuando hablamos con el sabor del mismo café en nuestros labios.
Que mis planes nunca funcionan cuando se trata de ti.
Y tu necedad de mantenerte a salvo me tiene en pausa, con una necesidad inexplicable de abrazarte.
Que mi música huele a ti.
Y el sonido es tan inestable como el dueño mismo.
Vaya... y es que rendirse por luchar es tan absurdo.
Y
Es que
Carajo,
volví a tocar y cantar desde que todo era constante.
Tu eras la constante y el factor.
Y ahora mis manos duelen por no tener tus besos.
Las ojeras se desvanecen.
Y todo es tan pacífico...
Supongo que, está bien.
Estamos bien...
Ojalá te sintieras más cerca de ti para no alejarte de mi.
Ojalá fuera menos valiente para quedarme callada y no escribirte.
Pero mi amor, nunca pude decirte de esa forma, “Mi amor”.
Y no por posesión, si no, porque se que nos sentimos nuestros a pesar del tiempo y las estupidas diferencias minúsculas.
Que cobarde tenernos y no tomarnos.
Que estupida fue la espera, que monótonas las consecuencias.
Ven y pintémonos las rodillas cariño.
Y encontrémonos en zoteas nocturnas.
No tiene caso despedirte.
Porque ya lo hiciste.

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Después de las 6 pm.
Tenia mucho en realidad, que no te escribía.
Es curioso, porque tu recuerdo siempre llega después de las seis pm.
Y mi mente se desploma y se ilusiona esperando ver tu auto frente a mi hogar, esperando por mi.
Mientras la brisa me trae el aroma de la loción que solo usas en ocaciones especiales.
Tus maneras absurdas de actuar al saludarme y de contestar las llamadas.
Por qué vaya que llamabas...
Y al encontrarme sola, dentro de los momentos, es, cuando recuerdo que viajo y exploro hoy, por mi cuenta.
Que ahora tengo que secar mis propias lagrimas y ser la entusiasta de cualquier situación.
Porque no importaba lo pesimista que fuera, siempre te enfrentabas a las inmensas olas de mis pensamientos y es que nunca te dio miedo saltar en ellas, por más alto que estuviera.
Es por ello, que llevo un poco de valentía de más, puesta.
Y es raro pensar en las veces que cocinamos juntos, las diminutas cosas que tuve que aprender sobre cardiología, lo poco que maneje tu auto, lo mucho que escuchábamos las mismas canciones y la cantidad de alcohol que bebimos en reuniones provocadas para solo poder mirarte.
Mi corazón se congelaba cuando bailábamos
Y podría decir el tiempo exacto que pasamos ocultando que nos queríamos en esos pasos y tragos de más.
Nunca fuiste buen bailarín, pero vaya, lo viva que me hacías sentir.
Tu y yo, piloto y copiloto.
Todo se fue y no te guardo rencor alguno.
Valoro tanto el haber podido ver la vida desde tus ojos y sentir la velocidad con la que huías de ella y mejor aún, que me llevaras contigo.
Ya era tiempo de preparar mis propios cafés del éxito.
Regresar sola a casa en las madrugadas.
Lidiar con el estrés de mi no rutina.
Ir a otro medico.
Curar mis moretones.
Fumar sin culpa.
Manejar un auto distinto.
Escuchar nuevas canciones.
Encontrar motivación sin tus palabras.
No me arrepiento de saltar, no me arrepiento de estar nadando, en la tormenta que se veía tan diminuta, si tu flotabas conmigo.
No me arrepiento de que tus ojos, para siempre sean mis favoritos en el mundo.
Con esas pestañas podrías conquistar cualquier cielo, cualquier mundo.
No lo olvides.

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28 al 25.
Soy esa clase de persona rutinaria, supuestamente inquebrantable.
Contabilizando sus crisis superadas en la puerta o en mi piel.
Aquella, comiendo 5 veces al día para mantener la temperatura corporal estable y no morir de frío emocional.
Creo que no ha quedado claro, después de todos los agujeros registrados, sigo colgando mi vida al hilo de un impulsivo y necio vacío estomacal.
Vacío en un pecho, aunque yo misma me lea, estoy cayendo.
“Haz lo que tienes que hacer y deja de hacer lo que no tienes que hacer”
Y aún la luz no llega.
No quiero terminar encerrada buscándola, anhelando la vida de nuevo.
¿Por dónde seguir?
A pesar de lograrlo una vez ¿porqué tiene que ser diferente esta vez?
¿Enserio necesito ser vista?
¿Está mal necesitar la mano de alguien mas?
¿Porqué nunca pude hacerlo sola?
¿Desesperada?
Tal vez solo ahogada en el peso de mis expectativas.
Llenar vacíos
Volver a llenarlos
Una
Y
Otra
Vez.
Creí ingenuamente haber vivido lo sufiente y quizás un poco más de lo que alguien tuvo que afrontar a mi edad.
Y después de eso, poder afrontar lo que sea.
Y no me lo dijo una, si no todas las personas que vieron como me reparaba con el tiempo, con los años.
Todos y cada uno de los que se fueron aún “permaneciendo”.
Mi familia, ya está con otra familia haciendo lo que temo, sea mi destino.
Rompiendo sueños, convirtiéndote en lo que juraste nunca convertirte.
Momentos en los que todo tiene claridad y al momento de intentarlo todo se rompe en segundos.
Solo dime
¿Qué es lo que está tan mal?
¿Cómo puedo arreglarlo?
¿Cómo me regresan a la persona que era iniciando este año imposible?
Regrésenme a las personas que tenia tomadas de la mano en fin de año.
Brindando por lo que venía.
Prometí, pensé, me juré. Nunca regresar a los 15.
Pero ahora todo ese pasado se siente tan pequeño.
Que no quiero estos 20 llenos de soledad.
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Siendo Velázquez en Octubre
Creo que ya es tiempo de tomarme de los tobillos.
De pensar por mi cuenta, más allá de lo que me enseñan.
Más allá de lo que les pueda gustar o me puedan reconocer.
Porque, la razón del porque empecé hacer esto, fue porque creí que tenía algo más que ofrecer que unas líneas bien hechas y un diseño trascendental, si no, una conexión.
Inicie esto, para poder sanarme, ayudando a cerrar ciclos y cubriendo cicatrices, cómo yo encontré a cubrir las mias.
No para intoxicarme con reconocimiento absurdo, desesperada a que me digan lo que deseo escuchar.
Pues eso no me dice que soy la mejor, si no cobarde.
Y la carga de ser la mejor viene con mi apellido. Aquel que algún día pondré en alto, más alto, pues lo porto con orgullo desde el día en que decidí seguir el camino contrario a todo lo que me imponían o decían que hiciera para asegurar un futuro o un empleo.
Por lo que decían que se veía bien en mi o no, por lo que se supone que tiene que estar haciendo una mujer con mis características a sus 20 años.
Creo que ya es tiempo de apostar por mi, como lo hacía desde que dibujaba con crayolas y era la mejor de mi clase, por lo menos en eso.
Y no era porque fuera la octava maravilla, si no porque lo disfrutaba como nadie más y si hubo algo que me acompañó en mi niñez, fueron los dibujos.
Porque me recordaba que el hacerlo me hacía un guerrero, porque el mejor, me lo enseñó.
Y la necesidad extrema de gritar todo lo que pensaba y sentía.
Con fuerza, sin miedo.
En las paredes.
En el papel.
En la piel.
Tiempo de fumar en aquel jardín aislado de la ciudad donde me desarme.
De dormir en aquella litera donde pase las noches más oscuras y los días más gloriosos.
Tiempo de escribir 20 mil palabras al día, tratando de buscar respuestas, hasta que mis manos no puedan, porque sin ideas, jamás me quede.
Octubre descubrió, que si dejó eso atrás, si me olvido de lo plasmado en mi vida, pierde sentido lo que llevo en la piel y el verde de mi alma.
Que se necesitan agallas y un chingo de apellido, no para quitarte el miedo, si no para reconocerlo y agarrarlo del cuello.
Al final esto es lo que siempre fui y cuide de mi.
Por qué mi pasión más allá de mi talento, es lo que me trajo hasta aquí.
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A veces solo hay que entender que no somos los que estamos mal.
-Hope
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Viajando, recordé aquella canción que pusimos al salir por primera vez de la ciudad.
Aquella que suena en mi cabeza cada que quiero desconectarme de la vida.
Viajando,recordé los centros de las ciudades a los que llegamos y la tradición que hicimos de besarnos en los quioscos.
Las iglesias en las que indebidamente paseamos por las noches y las quinientas pizzas del mismo sabor que probamos.
Todas aquellas pieles que tatúe con un solo propósito ,escaparnos solo tu y yo.
Viajando, recordé tu piel y lo suave que es tu pecho, tus dedos deformes y cada uno de los cabellos que forman tus cejas.
Tu olor, en las noches en las que reinábamos Polanco y en las noches trágicas bebiendo vino amargo.
Viajando, me di cuenta de que la vida me hizo tan pequeña, justo para caber en la cuenca de tu pecho.
Que mis manos son del tamaño ideal para quitar las lagrimas y contener esos complejos tuyos, qué haces ver tan pequeños.
Viajando, me di cuenta que nunca pasamos bien aquellos días en tercias, qué tal vez necesitábamos números pares.
Que, vaya, el mes once, nunca fue nuestro mes, ni este año, ni ocho años atrás.
Viajando, recordé lo que era sentirte cerca, lo viva que me sentía al acurrucarme a tu lado.
Lo bien que escuchabas mis canciones nuevas cada día, y lo mejor, que ya sabias las que siempre ponía.
Y... ahora, me doy cuenta que mirar esos cafés ojos tuyos, son mi viaje favorito.

Y si algo me dejaste en esta vida, son las ganas de viajar.
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“Y no necesito que nadie lo entienda. No necesito contarle a nadie que sigues aquí aunque te hayas ido.”
— Elvira Sastre - Aquella orilla nuestra
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Aquellas noches nuestras.
Tengo que decirte adiós.
Dejarte ir en todo este caos y dejar de idealizart… nos.
Que las cosas no saldrán como están en mi corazón explotando en impulsos contigo.
Que las cosas no saldrán como las piensas, como nos piensas.
Días juntos, noches desveladas sin importar el mañana, nuestras manos entrelazadas en la madrugada.
Mirándonos, comprensivos, transparentes hasta en algún punto te impregnes tanto en mi, qué abraces mis días y pensamientos grises, mientras yo te bese al despedirnos y tome tu mano, incluso hasta la de otro pequeño ser.
Te lo dije, no quiero acercarme a algo que sé, que no podré dejar ir.
Porque cariño, yo podría ver la vida a travez de tus orejas y el pequeño espacio qué hay entre tus dientes, porque incluso sin psicoanálisis, sé que me entiendes.
Que me encanta cuando acaricias mis mejillas y dices que mi cabello siempre es suave y mi corazón enloquece de nervios cuando siente tu aroma cerca.
Pero qué más da pensarnos… si estoy tan rota, dejando un rastro con cada uno de mis pedazos y siendo realistas no estás dispuesto a recogerlos o, siquiera conocerlos.
Y no es tu deber mi amor, muchos tantos lo intentaron hasta lograrlo y yo solo decidí alejarlos y seguir dejando el rastro por la vida.
Y vaya que la vida nunca juega a mi favor en ese aspecto, solo me demuestra con cada tormenta qué pasa, qué debo terminar escuchando poesía en las noches para poder calmar el insomnio y comenzar a aceptar la soledad que viene con cada noche.
Inseguridades, dramas, vacíos, solo yo conmigo y los múltiples cigarrillos.
Sin ti, sin nadie más, pues amor… esto comenzó como un caos, y yo desde hace tiempo atrás… ya lo era.
Y lo nuestro, conmigo, es una mala ecuación.
Perdona amor, a pesar de que nunca pude llamarte así, tengo que decirte adiós, para salvar mi vida
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