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EXPOSICIÓN ACTUAL:
OPEN Ch.ACO, exposición colectiva y venta online.
27 de mayo – 27 de junio
Booth de Marisol en Artsy
Artistas participantes: Enrique Flores, Javier González Pesce, Javiera Gómez y Paulina Mellado.
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Proyecto Marisol en Feria CH.ACo 2020, versión online vía Artsy
27 de mayo – 27 de junio
Booth de Marisol en Artsy
Los artistas participantes en esta versión de la feria son:
Paulina Mellado, Javier Gónzalez Pesce, Enrique Flores y Javiera Gómez
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EXPOSICIÓN ACTUAL:
Video Club July, exposición colectiva.
Av. Italia 1129, Providencia, Santiago.
Sábado 14 de marzo, 20.00 hrs.
Artistas participantes: Aranzazu Moena, Ash Aravena, Astrid González, Camila González, Camilo Ortega, Carlos Bruna, Catalina González, Cecilia Flores, Claudia Bitran, Cristian Espinoza, Danny Reveco, Diego Carreño, Elena Goddard, Facundo Díaz, Felipe Muhr, Fernanda Aránguiz, Flavia Contreras, Florencia Guevara, Gabriela Calvete, Gonzalo Aguirre, Ignacio Navarrete, Kaeneuve, Leonardo Portus, Leonardo Casas, Lucas Núñez, Luzmaría Fernández, Magdalena Contreras, Manuel La Rosa, Marco Arias, Natacha Cabellos, Nicolás González, Norka Ivanov, Pablo Selin, Paulina Kim Joo, Paulina Silva, Paz Ortúzar, Pía Salas, Rafael Guendelman, Rosario Aninat, Samuel Cortés, Santiago Miranda, Sebastián Salfate, Sofía del Pedregal, Ulises Mazzucca, Valentina Maldonado, Vicente Baeza, Victor Espinoza, Violeta Cereceda, Wilkellys Pirela, Ximena Rojas.
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Video Club July
Exposición Colectiva
Inauguración: 14 de marzo 2020
Video Club July es exposición colectiva en la cual se invitó a más de 40 artistas de diferentes nacionalidades y disciplinas a realizar la carátula ficticia de un DVD para posteriormente armar la situación de un video club en el espacio de Marisol. Video Club July nace por la tienda homónima situada en Genera Aldea, barrio Matta Sur, lugar de impresiones a bajo costo, centro de producciones independientes y punto central para proyectos alternativos.
Como Marisol quisimos hacerle un pequeño homenaje a Video Club July, a Don Victor y tía July; a las resistencia de economías alternativas y al sueño de la colaboración entre personas sin segundas intenciones. La muestra Video Club es un lugar de encuentro y la celebración de un año de funcionamiento de Marisol.
Lxs artistas que colaboraron con su carátula fueron:
Aranzazu Moena, Ash Aravena, Astrid González, Camila González, Camilo Ortega, Carlos Bruna, Catalina González, Cecilia Flores, Claudia Bitran, Cristian Espinoza, Danny Reveco, Diego Carreño, Elena Goddard, Facundo Díaz, Felipe Muhr, Fernanda Aránguiz, Flavia Contreras, Florencia Guevara, Gabriela Calvete, Gonzalo Aguirre, Ignacio Navarrete, Kaeneuve, Leonardo Portus, Leonardo Casas, Lucas Núñez, Luzmaría Fernández, Magdalena Contreras, Manuel La Rosa, Marco Arias, Natacha Cabellos, Nicolás González, Norka Ivanov, Pablo Selin, Paulina Kim Joo, Paulina Silva, Paz Ortúzar, Pía Salas, Rafael Guendelman, Rosario Aninat, Samuel Cortés, Santiago Miranda, Sebastián Salfate, Sofía del Pedregal, Ulises Mazzucca, Valentina Maldonado, Vicente Baeza, Victor Espinoza, Violeta Cereceda, Wilkellys Pirela, Ximena Rojas.
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EXPOSICIÓN ACTUAL:
Besos, vórtices de Constanza Alarcón Tennen
Av. Italia 1129, Providencia, Santiago.
Viernes 10 de enero, 21.00 hrs.
Av. Italia 1129
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Nosotros ya pagamos la tierra
Claudia Lee Guerrero con curatoría de Claudio Guerrero
Inauguración: 11 de septiembre de 2019
Mª Victoria Legido-García, Del bodegón a la basura. Representaciones de alimentos en la historia del arte, 2016:
La relación entre el arte y la comida ha sido intensa durante siglos. Las primeras representaciones de comida aparecen ya en las villas romanas, recibiendo el nombre de Xenia, que representaban la comida que se ofrecía a los invitados como parte del Xenos, una tradicional ceremonia de hospitalidad. En el periodo Helenístico, aparecen curiosos frescos y mosaicos que representan también los restos de los alimentos: comienzan a aparecer frescos y mosaicos que representaban restos de estos alimentos: peladuras de frutas, cáscaras de frutos secos, huesos, espinas, etc. Este tipo de mosaicos fue denominado en la época como asarôtos oikos o suelo sin barrer. En los primeros tiempos de Roma los banquetes eran rituales en los que lo divino estaba unido a lo humano; los difuntos familiares se sepultaban bajo el suelo de las casas y por tanto la presencia de estos se consideraba permanente en la casa. Una creencia muy extendida era que no se podía recoger el alimento que había caído de la mesa al suelo y volverlo a poner en la mesa. Si caía al suelo, automáticamente formaba parte del mundo subterráneo de los difuntos. Por ello es que las decoraciones que incluían estos restos de alimentos, lejos de quedarse en una mera representación realista de los desperdicios generados durante el convivium, o en una casual fantasía del artista, contaba con un considerable sentido simbólico que hacía referencia a la vida humana y a la presencia de la muerte.
Miguel Enríquez, Discurso pronunciado en el acto de homenaje a Moisés Huentelaf. Temuco, el 1° de noviembre de 1971:
La forma en que encontró la muerte Moisés Huentelaf resume gran parte de lo contradictorio y confuso del periodo que atraviesa nuestro país. Como ocurre a lo largo de todo el campo chileno, campesinos pobres, sin tierra, se organizan para conquistar ellos mismos lo que la ley les niega: la tierra. Explotados por décadas, marginados de los beneficios de la sociedad, desarmados, unidos sólo por su miseria y decisión, se tomaron un fundo donde no se explotaba la tierra. Los dueños de fundo, enriquecidos a costa de la explotación de los campesinos, gozando de la riqueza y el privilegio, impunemente, bien armados y organizados, atacaron, dispararon, hirieron a campesinos y asesinaron a Moisés Huentelaf en el fundo Chesque.
El pueblo entregó toda su confianza a la Unidad Popular y se dejó conducir por ella; entendía que al conquistar el gobierno estaba ganando un instrumento que le ayudaría en la lucha por sus intereses en contra de sus enemigos. A pesar de las medidas positivas de este gobierno, de los avances que la Unidad Popular ha hecho, sus debilidades y las concesiones a los patrones y terratenientes, no les dejan otro camino que recobrar una cuota de la confianza entregada y, apoyando las medidas positivas de este gobierno, combatiendo sus concesiones, pasar los trabajadores a definir un camino propio. Nosotros, los militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, a través del Movimiento Campesino Revolucionario, empujaremos estas formas de movilización de las masas y buscaremos asumir su liderazgo.
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Encuentro de Formatos no Convencionales
Actividad en organizada en conjunto con HAMBRE Editorial (Camila González y Daniela Josefina)
Inauguración actividad: 24 de agosto de 2019, 17.00 hrs.
Expositoras de Publicaciones: Claudia Gutierrez, Mini Golf Deportivo, Javiera Barrientos, Fanzinoteca Espigadoras, Fernanda Aránguiz y Archivo HAMBRE.
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Jardines Interiores
Josefina Mellado
Inauguración: 26 de julio 2019
JARDINES INTERIORES//JOSEFINA MELLADO
Hay un cierto placer en construir algo: en tomar los clavos fríos entre las manos, en el vaivén de los palillos, en armar un hermoso arreglo floral.
Hay un cierto placer en el “hacer” algo: en mantener las manos ocupadas, la mente despierta, los sentidos agudos.
Hay, también, un cierto orgullo en el trabajo bien hecho, o en el trabajo simplemente hecho: en el joyero de palitos de helado, en la lámpara reciclada, y los calcetines bien zurcidos.
Es muy hermoso ser niña/o y armar un castillo con cajas de cartón, un vestido de princesa con blusas viejas. Esas cosas son también hermosas, pues están hechas con astucia, imaginación, amor y dedicación. Están embetunadas en el alma de sus constructores, con sus clavos mal clavados.
La obra de Josefina nos habla sobretodo del proceso de hacer cosas. De construir y destruir con amor, dedicación y astucia. De las cosas embetunadas de su alma, aunque suene cursi, pero también de un oportunismo propio del artista, del niño/a constructor, y de aquella persona que tiene como pasatiempo arreglar, con sus propias manos, las cosas de su casa. Es una obra que con descaro y orgullo pareciera gritarnos: “Lo hice yo, con sus clavos mal clavados, lo hice yo!
En “Jardines interiores” parecen juntarse tres aristas del cómo se pueden hacer las cosas.
Por un lado Josefina es una arquitecta rebelde construyendo casas imposibles, de materiales imposibles. En sus instalaciones pareciera que siempre están las cosas a punto de caerse. Hay vértigo. Josefina es una arquitecta rebelde, pues en su hacer está muy presente el placer de hacer, de unas noches de desvelo que son dulces y de ensueño.
Por otro lado está la lógica del juego, de colores que apuntan a lo infantil y femenino. Sus construcciones están hechas de materiales encontrados, recolectados, que se usan y rehúsan. Las cajas se transforman en castillo, un día; al otro son cajas o barcos. En sus instalaciones las cosas están vivas, o cobran vida, a través de su uso. Su hacer remonta al trabajo de un grupo de niños que se pasan el día construyendo la casa club en el jardín, con muebles, cojines, frazadas y juguetes. Que la decoran con flores y dibujos. Que nunca la terminan. Llega la noche, momento de ordenar, y al otro día, pués de nuevo.
Finalmente la obra de Josefina nos habla de una forma de hacer transversal. Con astutas herramientas y trucos objetos mundanos se despiertan, respiran, maúllan y se vuelven a dormir. Su forma de hacer es la del aficionado que le arma la más confortable cama a su gato con sus muebles y ropa vieja. Su forma de hacer libera una idea hermosa de que el hacer, y su disfrute es universal. Que con las cosas que ya tenemos, las herramientas que ya tenemos y la astucia que ya tenemos, podemos imaginar, construir (y destruir) todos los mundos posibles.
Paulina Mellado
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Vanguardia Transformer Vol. III
Constanza Giuliani. Artista invitada: Daniela Josefina y DJ Stupid Way. Colaboran: Tomás Brinck y Fernanda Ivanna.
Inauguración: 5 de julio 2019
¿Cuántas somos la bandera?
I. Veo en las obras de Constanza Giuliani que abundan las formas. Formas de colores pasteles, o colores ácidos, mórbidos, nubosos. Formas que se van juntando en masas parecidas a bolitas de algodón, o bolitas comestibles algo putrefactas, fermentadas de tanta azúcar. Masita rosada y masita verde aparecen de pronto, se ven a si mismas solitarias, pero se encuentran y se abrazan. En ese abrazo se conforma una oruga, ésta deviene mariposa, ésta muta a rata y junto a la rata todo su entorno. No sé cómo, pero todas son todo y al mismo tiempo son sólo una mancha en el aire, contenida en la tela. Mancha nubosa que sale del aerógrafo de la artista y que queda impregnada en el tiempo. Empatizando cada vez más con estos personajes salidos de quién sabe dónde, vemos cómo Giuliani les va organizando una zona de comfort construida por objetos de primera necesidad: un celular; un basurero; un libro; un espejo; un bebestible. Imaginamos que son cosas sin las cuales no pueden existir –porque nosotras tampoco podemos hacerlo– y en las cuales pueden sumergirse cuando quieren dejar de hacerlo. Miro los ojos de estas criaturas y creo que están asombradas. Están tanteando terreno, conociendo sus límites y sus bordes. No tienen edad, no tienen género. Sólo intentan sobrevivir. No sabemos hasta dónde van a llegar o qué es lo que pueden llegar a ser, son potencialidad pura. Están en un proceso constante de cambio pero se observan a si mismas a través de espejitos y selfies para comprobarse que sí, que efectivamente, existen. Son amas de ellas mismas y de la tecnología. A veces siento que las conozco, o que soy yo misma o es que quizás yo misma dibujé formas parecidas en el cuaderno de una amiga, hace años atrás. Como las reconozco, me dan ganas de ponerles un nombre y de decir que viven en tal o cual ciudad y comenzar a armar relaciones entre ellas, y sin embargo, se resisten. No quieren que las ande etiquetando por ahí. Son libres. Todas las manchas de Constanza Giuliani pertenecen, aunque algunas de ellas no saben que son parte de algo mayor a ellas, todavía.
II. Vamos marchando detrás del lienzo y una a una cantamos las rimas que nadie nos enseñó pero que sabemos de memoria. Saltamos mientras avanzamos motivando a nuestras amigas para llegar hasta el escenario final. La tela se mueve igual que nosotras al subir y bajar mientras nos aferramos a los palos que la mantienen tirante y la sentimos volverse una más de nosotras mientras se nos pega al cuerpo cuando insistimos
en avanzar. Es este el lienzo en donde inscribimos nuestra consigna y depositamos nuestras intenciones. Es a través de este mecanismo que los demás pueden hacerse parte de lo que pensamos. Escogemos hacer de eso una bandera que nos representa. Pero no es una bandera cualquiera de Estado, de Patria o de algún equipo, porque nosotras no necesitamos pedir ese tipo de autorización. Y es que aquí “bandera” es sólo un término que podría ser reemplazado por la palabra “piel” o por “capullo de seda” o por “manta” o por “techo”.
Las banderas que genera Giuliani desafían, desde el comienzo, el acto básico de cualquier bandera: flamear al viento. Y es que la materia que las conforma les impide alzarse y ondear, ya sea porque son demasiado grandes o demasiado pesadas y así no funcionan, podría decirse que están mal pensadas. Y cuántas veces a nosotras también nos han asociado con tales adjetivos intentando hacernos calzar con lo que se espera que seamos o que sea tal o cual cosa. Pero quizás sea por eso que vemos estos telones con cierta simpatía, porque no son sólo los personajes que contiene, sino que es la tela misma, en su totalidad, la que se vuelve un eco de nosotras. Imperfectas y sucias las queremos de nuestro lado, con manchas e intentando mantenerse de pie. Queremos que nos representen cuando las desplegamos y queremos abrazarlas cuando ya no podemos más. ¡Me gusta que no se alce tan por encima de nosotras, me siento cómoda estando a su lado! Todas, y con ella también, conformamos esa vanguardia transformer.
III. Reunión inter-especie. Rata abraza a Oruga. Oruga saluda a Gatita. Gatita comparte una cerveza con Ratita. Todes bailan a un lado y al otro siguiendo un mismo compás. Oruga decide que es tiempo de irse, se saca una selfie con sus amigues y decide partir. A medida que Oruga cruza la puerta de salida, se encuentra con uno que aún no es parte del despliegue. Éste, llamado por la curiosidad, decide participar del encuentro y pasa a ser uno más. No podemos evitar los cambios, sólo podemos hacernos parte de ellos.
Javiera Gómez
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Después del solsticio. Encuentro de lectura poética.
Agustine Zegers+Javiera Gómez, Tomás Barrera y La Eminencia de una Montaña (Fernanda Ivanna+Daniel Klauser)
Inauguración: 22 de junio 2019
Sesión de lectura poética y performance organizada por Marisol y ejecutada en LOCAL Arte Contemporáneo. La actividad consistió en realizar tres actos que integraban los conceptos de afecto, invierno y sobrevivencia.
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De desechos y polvo
Natacha Cabellos
Inauguración: 22 de junio 2019
Muestra de la artista nacional Natacha Cabellos en donde continúa su investigación sobre la relación que existe entre sujeto y naturaleza y el distanciamiento de estos producto del desarrollo tecnológico que el ser humano ha alcanzado. Con esta muestra, Natacha reflexiona sobre el control que se ejerce sobre la naturaleza para mantener el orden de una ciudad, dejando fuera todo acto espontáneo.
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Fábrica de nubes y la marcha de los cangrejos
Exposición de Juan Portillo, curaduría de Paola Nava
Inauguración: 7 de junio 2019
“La montaña que me abriga, me recoge. Fabricamos escondites con cigarrillos y catálogos de Avon. Espiamos a la vecina, jugamos metras y trompo. Miles de intentos seguidos a “pisisaque” que nunca saqué. Semillas de café bajo la lengua, robamos caña de azúcar, hacemos jugo con limones salvajes, dibujo niñas a las que nunca hablé de mis amores, jugamos a volar zapatos y nos torturamos con cuentos de asusto. Coleccionábamos corales en frascos de mayonesa y dormíamos en alfombrados de pomagas al norte un punto distante, punta cardón y el pecado de la sopa de tortuga, las fábricas de nubes vía punta brava, volver a nacer en La Guardia y quedar marcado por El Caribe”.
J. Portillo
Pensar en cómo nos aproximamos a nuestro entorno es pensar en lo que nos distancia de él. Usualmente, este acto de pensar la distancia se genera desde lo que podemos o no alcanzar. Pensamos en nuestras manos, que en el acto de extenderse se vuelven finitas, cortas y dependientes de la movilidad de nuestro cuerpo. Desde aquí, trazamos líneas rectas –imaginarias o no– entre un punto de inicio y un lugar de llegada.
Durante los últimos años, Juan Portillo (Trujillo, 1989) ha realizado una serie de trabajos que toman como punto de partida su relación con el entorno, indagando desde la intuición la forma en la que observamos, nos relacionamos y nos sentimos próximos o ajenos a lo que nos rodea. Estas indagaciones han dado como resultado un conjunto de obras que ensayan, a partir de la pintura, nuevas formas de acercarnos a los elementos y experiencias que forman parte de nuestro paisaje y, por ende, de nuestra cultura como venezolanos.
Fábrica de nubes y la marcha de los cangrejos se presenta como una exhibición que abre preguntas en torno a la voz de un territorio perdido, un tra��nsito continuo, extendido a través de una imagen agitada por el recuerdo, una imagen que se nos presenta como un destello en el presente, ahora transformada, resignificada por la distancia existente entre el paisaje y el documento que lo guarda.
Sin embargo, intentar construir una bitácora en torno a los aspectos que forman parte de una cultura no resulta sencillo y remite inmediatamente a un contexto histórico; es aquí cuando en vez de abordar estas obras como representaciones gráficas de rememoraciones visuales, el artista emprende una ruta alterna y las atiende a partir de sus propias anécdotas y experiencias sensibles.
A través de este texto, quisiera destacar y ejemplificar brevemente tres aspectos relacionados con las experiencias sensibles a considerar en la muestra, en donde el primero sería la intención de volver a ver, el segundo la remisión a la imagen a partir del sonido y el tercero la elaboración de situaciones que escenifiquen una experiencia sensitiva.
Siguiendo ese mismo orden, la obra “Aleteo”, una pintura elaborada a partir de la reflexión en torno al vuelo de un pájaro, en la que el artista ensaya modos de lo que sería volver a ver el paisaje a partir de la estela del vuelo y del movimiento.
“Cuerpos celestes que yo admiro desde mi prisión, todos son míos”
Círculo de los tres soles
Rafael José Muñoz
Otros ejemplos sobre esta aproximación serían las obras “Machete” y “Cauchera”, las cuales no se despegan de esa cualidad sensorial, sin embargo, añaden un nuevo factor: el sonido al que remiten estos objetos al ser activados, apostando ahora no solo a lo que convocan como imagen sino también a la sensación auditiva de adentrarnos en el paisaje y los sonidos que configuran nuestra experiencia al aire libre. Invitándonos a sentir la imagen como una experiencia capaz de convocar todos nuestros sentidos.
“Cómo hacen las hachas?
-Hacen pazzzzzz, como si fueran espíritus que andan maullando por los aires”
Celestino antes del alba
Reinaldo Arenas
Por su parte, obras como “Escondites” y “Coralita”, convocan a transitar a través de situaciones elaboradas desde el paisaje y para el paisaje, escenificando su recorrido en torno a la voz de un territorio que se percibe como inestable.
Como un cuerpo
que crece lentamente
se desmaya de repente
un instante siempre
se va instantáneamente
Agora aquí ninguém precisa de si
Arnaldo Antunes
De tal forma, Fábrica de nubes y la marcha de los cangrejos, puede entenderse como un proyecto que nace como la construcción de una fábula o la reinvención de una historia, una especie de viaje al interior de una Venezuela, en particular –la de la memoria del artista– en donde se dejan entrever vestigios de tradiciones populares y documentación de los bordes de nuestra cultura. Así, las pinturas aquí presentadas intentan darle voz a un imaginario inscrito en la tradición infantil venezolana, entretejer memorias, visibilizar la imagen que ha quedado suspendida entre el recuerdo y el reconocimiento, haciendo del espacio expositivo una suerte de contenedor de este relato sin noción lineal del tiempo.
Así, al recorrer la muestra, podríamos apelar a nuestra intuición para ir trazando puntos de encuentro entre lo que conocemos, lo que rememoramos, lo que vemos y lo que finalmente sentimos cuando nos colocamos ante estas imágenes.
Paola Nava
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MACHACA. Desfiguraciones del borde costero.
Camilo Ortega (ZARVO)
Inauguración: 23 de mayo 2019
Investigación permanente en torno a la costa norte de Chile, específicamente de la ciudad de Iquique.
Estas observaciones me han permitido configurar un imaginario sobre el territorio local, produciendo visiones del paisaje costero a partir de sus diversas contradicciones e ironías relacionadas a las historias del poder.
Camilo Ortega
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Construcción
Maricruz Alarcón
Inauguración 10 de mayo 2019
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Lo Malo es Breve, Aquí Estoy Yo
Diego Santa María
inauguración: 19 de abril 2019
En la era pre-internet escuchábamos música a través de la radio. Escuchábamos voces y melodías que eran interrumpidas por otras voces y después otras melodías y luego otras voces comentando esas melodías y así sucesivamente podíamos pasar todo el día escuchando cosas sin parar. Escuchábamos voces que nos llamaban más o menos la atención, escuchábamos voces que nos hacían sentir más o menos emociones. Digo antes, porque quizás ahora también escuchamos radio pero la experiencia es completamente diferente. Antes se podía no conocer el rostro de nuestros amados cantantes, o de nuestros apasionados locutores o ni siquiera saber el nombre de una canción o de quién la can- taba pero lo que sí sabíamos era que si sonaba esa melodía que tanto nos gustaba sí conocíamos la letra, conocíamos la intensidad con la cual cantar esa canción, esa vibra con la cual resonar.
Las obras que Diego Santa María presenta en la exposición Lo malo es breve, aquí estoy yo cristaliza este mar de emociones en el cual nos vemos sumidos cuando escuchamos esas canciones que nos hacen sentir cosas cuando las escuchamos. Muchas veces solos las tarareamos, estamos en medio de algo y no podemos parar a cantarla frente al espejo, así que simplemente nos envolvemos en esas sensaciones que éstas nos entregan y continuamos. Las pinturas parecen actuar como canciones en donde el texto que aparece en ellas hacen de marco emocional marcando el tono en el cual debemos cantar la melodía que la materia nos indica. En ese sentido, cada pintura es una partitura que debemos aprender a escuchar con el corazón. La exposición de Santa María debiera entenderse así, entramos en ella y debemos aprender a escuchar esa colección de canciones que el artista nos entrega. Así es como esta exposición pareciera tener una playlist atmosférica que está cuajada en cada uno de las temas que componen estos cuadros.
Sin embargo, no todo es pulsión efímera, esa difusión del aerosol es pasada por un stencil, tiene márgenes, bordes y nos indica hasta dónde podemos perdernos. De esa forma, las palabras en ellas nos tienden una mano y nos vuelven a la realidad real, esa en donde el tiempo está ordenado en días de la semana y los sonidos están ordenados en lenguajes que nos ayudan a relacionarnos con los demás. Al final, no podemos vivir sólo de las emociones y de las canciones, tenemos compromisos, horarios, responsabilidades. No sólo de pan duro vive el hombre. Así cada pintura va adquiriendo capas y capas de momentos trabajados en donde lo real no existe y sólo funcionamos en lo efímero y volvemos a despertar con algún tipo de reloj que nos marca la hora y nos hace volver a casa para sacar cuentas y mantener la fe en lo que uno hace. Quizás sea por eso que admiramos tanto a los poetas y a los cantantes, porque parecieran no estar definidos por esas malditas rutinas que nos cortan el deseo de perdernos eternamente. Parecen ser los verdaderos revolucionarios de la misión artística. Incluso sin conocerlos, quizás sea porque en realidad no los conocemos, nos otorgan esa ficción en la cual arte y vida son una sola y nos dan la esperanza de que se puede permanecer en ese tono sin importar nada más.
Ahora que sabemos que en realidad la industria musical poco tiene de soñada y los artistas actuales revelan sin tapujos la manera en la que trabajan y se trabajan a ellos mismos en conjunto con un gran grupo de personas para lograr sus cometidos, es que hay quienes se siguen cobijando en las muertes tempranas de artistas como Nino Bravo, Gilda o Kurt Cobain para seguir creyendo en esa pasión eterna. Sin embargo, Santa María parece saber que hoy en día el oficio del pintor y el del trapero están más cercanos que nunca y alejados de ese sueño de ser eternos, se tornan kamikazes para entregarlo todo y ser famosos o morir en el intento. Es esta confusa transición la que Santa María logra captar mejor en sus obras, la de estar entre esa nostalgia por el sentimiento absoluto y el deseo de querer conquistarlo todo ahora, ya. Entre la ensoñación del poeta y la decisión del revolucionario, los músicos de hoy ven en las cosas tangibles los avances de su trabajo, los pintores también. Más allá de todo, la cantidad de reproducciones de mis canciones o los likes que recibo en las obras que subo a redes sociales me hacen sentir que tengo un eco entre las demás personas, ya no estoy sola. Siento que tengo un espacio en la sociedad. Esto me refuerza la idea de que podría estar perdida para siempre, pero lo malo es breve, y yo aún sigo aquí.
Javiera Gómez
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MEJOR QUE AYER, PEOR QUE MAÑANA.
Colección del Instituto Tele Arte
inauguración: 29 de marzo 2019
Cuando niños coleccionamos láminas, tapitas de botellas, lentejuelas, cordones de zapatos, figuritas, bichos y quizás qué otra cosa que nos llamara la atención. Miramos nuestra colección y suspiramos por querer hacerla cada día más grande, más compleja, mejor. Queremos que nuestros amigos también la admiren. Que nuestros papás no las entiendan. Que nos pregunten por qué coleccionamos eso que nos gusta tanto y que tengamos una explicación razonable pero no tan lógica de por qué esto es así. Luego crecemos y mantenemos estas colecciones o las cambiamos por otras que se ajusten a nuestros nuevos intereses. Conocemos personas que tienen colecciones peores que las nuestras. Mejores que las nuestras también.
Diferente a coleccionar figuritas hechas de anónima procedencia, en el campo del arte muchas veces tenemos acceso a conocer a quiénes producen las obras que son coleccionadas por terceros. Si nos gusta la obra de alguien podemos preguntarles por sus procesos, conversar, e invitarlos a exponer. A veces nos dicen que no, otras veces nos dicen que sí. Este grupo de obras surge de esas veces en que nos dicen que sí.
Proyecto MARISOL se alegra de presentar su primera exposición colectiva titulada Mejor que ayer, peor que mañana. Colección del Instituto Tele Arte. En esta primera muestra se recolectaron todos esos rezagos, regalos, recuerdos e intercambios que quedaron como vestigios de otras muestras o como cristalizaciones de vínculos que se generaron a través del proyecto Instituto Tele Arte desde el año 2016. En este ejercicio de revisión nos permitimos reunir a un grupo de artistas que tienen como factor común haber expuesto según una misma línea editorial para preguntarnos por la manera en la que pensamos los espacios de exposición, la manera en la que nos reunimos y por los procesos de colectivización que se generan a través de arte. No sabemos si obtendremos respuestas, sólo queremos seguir mejorando todos los días.
Artistas participantes:
Ash Aravena – Nicolás Rupcich – Claudia Gutierrez – Diego Santa Maria –Constanza Giuliani – Nicolás Astorga – Javier Gonzalez – Danny Reveco – Javiera Gómez – Julie Magnenat – Lino Divas – Domingo Martínez – Bernardita Aris – Javier Mansilla – Paulina Mellado – Mario Scorzelli – Raimundo Edwards – Freddie Rojas
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