Tumgik
putalengua-blog · 6 years
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Soy chispas
Soy este bollito de domingo envuelta en un acolchado que pretendo me esconda del caos que el afuera sacude.
Soy en realidad un sinfín de chispas adentro.
Soy este pedazo de chocolate que como fuera de horario, como si su ingesta fuera a liberarme de esta inesperada milonga bailable que desde anoche el corazón reinauguró pero con otras serpentinas que ahora le cuelgan.
Soy en realidad un sinfín de chispas adentro por vos.
Soy este despertar sin entender cómo después de tanto reloj que había corrido, tanto otro amor que por un rato amé de alguna otra forma, tanta bronca y odios entrecomillados que te juré mientras te empujaba a patadas de todos los rincones del cuore y el sexo, cómo carajos es que despierto esta dominical mañana sintiendo que de una forma reciclada, entreverada y ya sin opción de ser empujada, todavía te amo.
Soy en realidad un sinfín de chispas adentro por vos, soy el miedo tamaño mamut a que otra vez me duelas.
Soy este ser humano envuelto en un edredón, envuelto en un montón de recuerdos dolientes que invito a almorzar para que apaguen lo que desde anoche se volvió a incendiar y aun así, aunque recuerde cada vez que hace unos meses me doliste, aun así todo está prendido fuego.
Soy esta horda de ganas que no tengo idea en qué suburbio unicorniano de mi cuerpo se escondieron, estas ganas que desbocadas tienen la urgente necesidad de mirarte y que me mires, de abrazarte, de respirar y suspirarte, de que esta vez todo sea feliz con vos.
Soy esta decisión bizarra de no querer salir a la calle para no experimentar la sensación cinematográfica de querer encontrarte en cualquier esquina, esta agonía tremenda de otra vez esperar que hagas explotar un increíble y terremótico gesto poético y heroico por mí. Este pánico repetido a que una vez más no suceda y me duela. Este miedo a amar, a esperar y a que otra vez te vayas como un loop que promete nuevos insomnios y nuevas curitas.
Soy en realidad un sinfín de chispas adentro por vos, soy el miedo tamaño mamut a que otra vez me duelas, soy otra vez la espera a que el “es” sea aún más mullido, picante y feliz que lo que esta forra esperanza guiona en mi cabeza. Soy el miedo a tu miedo. Soy el miedo al mío. Soy igual un corazón que se despertó diciéndome “Che, vos manejate, pero yo a este señor y aunque te hubieras convencido ilusamente de lo contrario, a este señor lo estoy amando”
Soy todavía y como me jode, los pedazos de estructuras para apagarte que ayer cayeron en pedazos cuando me metí en tus ojos otra vez, cuando volvió la sensación de big bang incontenible de estar sentada al lado tuyo, de que ni siquiera te des cuenta de que el amor en chispas se me escapa por tu culpa cada vez que siento esta cosa extraña y gigante cuando de verdad nos miramos.
Y otra vez mis ganas de manos de Amelié en tu pelo que ahora porta más exquisitas canas, más ganas. Y otra vez el miedo. Y otra vez pensar en aviones, en humos y en todo lo que me quedó por decir, ser y hacer.
Cómo carajos es que otra vez tanta chispa con tu acento me incendia los escudos y me deja la vulnerabilidad desnuda tomando de tu mate y con pánico a mirarte y que leas lo que me está pasando.
Soy este mensaje pedorro que acabo de mandarte, hablándote de cualquier otra huevada banal, que entre letras te manda un “Psst psst, se me están soltando las amarras de lo que decidí encallar hace 8 meses y tengo un miedo absurdo y enorme de todo lo que esté por pasar. Tengo un miedo inconmensurable a que todo este amor desordenado que tiene el sellito de tu nombre por todos lados me duela otra vez
En este domingo soy el no poder parar de pensar en que quiero decirte que soy en realidad un sinfín de chispas con vos.
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putalengua-blog · 6 years
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Me duele Montevideo
Me duele Montevideo y esta pueblerina sensación de cuentagotas suicida que me alerta en cada esquina que te estoy por encontrar.
Me duele la Cumparsita y los atardeceres en tu ventana de rambla. El saxo lejano del semáforo, el ya no saludo de Márquez acomodando las sillas en la vereda del bar,
Me duele Mateo sonando en La Ronda y el señor de la foto que ya no me mira al desayunar.
Me duele el universo que no hicimos y siempre creí que estábamos por hacer.
Me duele entender los sucesos que callaste, me duele el café en tu taza girando, el flan y el morrón al que nunca veré caer.
Me duele Bodoque y no haberte visto, me duele no encontrar la llave de “off” a lo que tengo que apagar, me duele esa niebla cual la de Eco que hasta hoy cegaba la realidad que nunca me animé a mirar.
Me duele tu familia que por un rato se sintió mía, los vinos con campana, las preguntas que no hice y los 6 meses sin ningún cumpleaños con velas para soplar.
Me duele lo que no dije y lo que no dijiste, el sol en el culo pétreo de la estatua, los ñoquis y los Clash, lo en orsai que estaba conmigo y las lágrimas que no paran de interrumpir cualquier evento social.
Me duele lo que sí dijiste aunque ya no lo entiendo, los $1200 de la terapia que cada miércoles me hace para adentro bucear.
Me dolés vos y tu sexo, me duele el mío ahora apagado, chamuscado como un volcán inundado por lo que dolieron las noches en las que entendí que otras ánimas habitaban tus almohadas y tus canciones.
Me duele el mar y los amigos hablándome del soltar, todos los versos que ahora –y por qué no antes?!- vuelvo a escribir, me duele tu remera y Othelo, tus repetidos y ahora entendidos “no”.
Me duelen los mensajes de números que no son tuyos y que no quiero contestar. Me duelen tus ahora Tutes y Linniers porque no es mi ventana la que vienen a golpear.
Me duele entender que aprender es así. Me duele igualmente extrañar.
Me duele la poesía, casi como duele que se vaya derrumbando la habitación donde hasta este último sorbo de tannat, este patético unicornio que se rehúsa a morir cagaba esperanzas de colores que se fueron amontonando entre los escombros de algo que hace rato se había roto y no supe ver.
Me duelen las fotos, los gritos del incógnito pancito, los pedacitos de libros por terminar y el eco de esa sensación de terodáctilos en la panza en un taxi que terminaba en vos y que volaba por esta misma Montevideo que ahora se encaprichó en no dejar de doler.
Me duele el ya no 003, me duele decidir esta noche, en la cual mi vecina garcha con sonidos de vikingo derrotado y el aire frío del balcón me invita a llenar a tope la copa, que con letras cierro la puerta desde afuera.
Suspiro y esta noche, aunque duela, esta noche, Montevideo me bajo acá.
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putalengua-blog · 7 years
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La inexistencia de lo intangible o el desamor una noche de domingo
Si algún mortal me viera ahora dudaría en creer mi afirmación sobre lo cuanto me cuesta soltar algún paquete de lágrimas por algo que duela.
Soy una extraña construcción repleta de vitreaux de colores, con varias habitaciones inundadas a las que suelo cerrar con doble vuelta de llave y a las que nadie ingresa a menos que el caudal de agua haga ceder la puerta.
Esta noche, con el agua enfriándome hasta la cintura podría con tono chispeante decirle al citado humano que nada malo sucede. Que los arroyos fluyendo por las escaleras de este hogar son tan solo producto de una película española de amores heroicos que acaba de terminar, que es una mera reacción al adefesio musical que surge desde la ventana de mis vecinos, que es una consecuencia de este día mensual de hormonas, que es culpa de lo inevitable del lunes que está por llegar.
La soledad del domingo es a veces muy extraña. Fui en este mismo día adulada, abrazada, aplaudida, agitada a una cerveza tomar. La soledad del domingo tiene ahora una resaca de sonido de una cumbia india que alguien del otro lado de la pared parece extrañamente gozar; tiene eco adentro de mi casa; tiene el sonido de una lata de cerveza que en el casi génesis del lunes oso abrir. Tiene también mirar el teléfono otra vez, en este vicio deplorable de esperar de él un paquetito de palabras conmigo como destino. Tiene entonces también eco digital. Tiene percibir mi cara detrás de una cúmulus nimbus de pelo rojo intentando tapar el gesto de decepción dominical.
Ante una oferta a veces ominosa a la que ya casi ni siquiera doy respuesta, me autoconfieso que evidentemente mis habitaciones vacantes para el amor solo ingresan huéspedes que gustarían de alojarse en otras muy diferentes habitaciones.
Me enamoro del desamor. Me enamoro de pseudo amores con demasiados pasos trancados que terminan sonando en el eco de no dar nada, de no compartir más que un rato de horizontalidad en los rincones de mi cama. Me enamoro de esa eterna despedida latente.
Tal vez sea porque aún es domingo, pero me dio por pensar cuándo fue la última vez que alguien se asumió como enamorado de mí. Son demasiadas páginas de calendarios que pasaron. Son demasiado tristes los recuerdos de lo tóxico que de esos días que acontecían hace casí 1.000 días atrás. Son entonces muy extrañas las nubes de pensamientos que ahora acompañan el cenit de mi cabeza.
Algo no está bien. Algo se me rompió. Algo dejé olvidado en alguna huída de un abrazo que dolía. Algo está funcionando mal.
Una horda de amigas prácticas, hippies, esotéricas y realistas me sacuden la recién formada tormenta que ahora me despeina. Y ya sé que puedo ser feliz sin un ser humano que me redoble los latidos, sin que alguien romántica o bestialmente me diga “Te amo”, sin un abrazo que desborde en telepatía o sin un “Algo” que me haga sentir que del otro lado también soplo las hojas de algún bosque.
Pero sucede que el domingo ya armó su mochila y se va despacito por mi pasillo, mirando el dibujo de las baldosas y sintiendo lo gozable que hubiera sido que sucediera ese mensaje, esa foto, esa canción, esa voz, ese collage de aconteceres de cualquier índole creados para mí, para que mi domingo se llevara en el bolsillo generándole descargas eléctricas en el plexo.
Pero nada sucedió y lo que no es tangible (Aún cuando fuera algo intangible) no existe.
A veces las historias sólo suceden en los rincones de esta casa que cuando recibe luz, las ventanas pintan todo de colores.
A veces simplemente me inundo. A veces simplemente duele.
A veces me voy a dormir con las ventanas abiertas, para que mis rincones mojados se sequen, para que algún feliz ciclón de la existencia entre a enredarme el pelo.
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putalengua-blog · 7 years
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Oh estimat Cosmos:
Si de todo lo que en mis días acontece es pretendido por su soberanía que un algo debo yo aprender... discúlpeme señor Universo pero no lo estaría comprendiendo.
Noto luego de percibirme viviendo en un apenas modificado dejavú constante, que Usted ha de gozar repitiendo casi el mismo patrón de sucesos, tal vez con el fin de enseñarme lo que claramente por esta vía no estaría yo aprendiendo.
Heme aquí nuevamente remendándome el corazón con hilos de cabernet, chocolates y tangos, preguntándome a qué se deberá su evidente disidencia pedagógica para con mi Ser.
Entre hiladas y suspiros analizo entonces su sistemático modus operandi en cuanto a los caballeros que vengo desde hace un tiempo a esta parte, eligiendo situar en el sector siniestro de mi pecho y hallo la clara evidencia de que todos ellos pertenecen a un mismo grupo identificatorio: el de los que “No están” 
Tal vez creyó Ud. que mi mortal percepción no lo notaría... pero sepa que luego de rodar por el piso tras tropezar con el mismo canto rodado en diversas versiones de envase, me es clarísimo que independientemente de su aspecto físico, credo, origen o afición deportiva, TODOS mis últimamente amores comparten la para mi seductora capacidad de la EXTREMA AUSENCIA.  
No ose argumentar que a mi camino ha lanzado en paracaídas a más de un caballero que traía en sus bolsillos la capacidad innata de latir en mi presencia o de sentir al menos por un rato que el verbo amar era de mi talle en el probador del shopping de sus vidas.
Mire Usted: en alguna de las páginas de su manual de estudio, tal vez olvidó resaltar el párrafo que versaba sobre la funcionalidad bilateral de los amores exitosos. Tal vez derramó una viscosa bebida universal sobre las carillas que explicaban que la alquimia en estos ámbitos se produce cuando la aceleración de latidos, la localización del otro en canciones pedorras y el protagonismo de las sonrisas que se escapan en soledad cuando uno camina por la calle, deben darse de ambos lados para garantizar la felicidad efervescente de sus generalmente dos participantes.
A ver... no me tome a mal, agradezco cada una de las tantas veces en las que me ha convidado a sentirme enamorada de los previamente citados rodados señores. Agradezco así las canciones, las pinturas, las escenas y los textos que han germinado gracias a ellos… pero tal vez estaría Ud. excediéndose con este temita de la unilateralidad del suspiro, que casualmente siempre cae de este lado de la cancha a segundos de que un juez amatorio pite y me permita devolver al menos el pelotazo, quedando el juego en un mero y hasta a veces reincidente intercambio de camisetas.
Así están las cosas: Llego a su ventanilla con este formulario de reclamos con un tremendo temor a ni siquiera recordar que sabor tenía lo que le estoy reclamando. Una terrible amnesia sentimental se va llevando de los cajones de lo “Lindo pa recordar” la sensación de ser abrazada por un abrazo que tenga deseos de ser tal, el suspiro que suene a mi nombre, el generar ese tsunami de terodáctilos en la panza queriendo salir a revolotearme sin que les enreden las alas. 
Mi salita de ser amada se excede en telarañas y polvos. Cada tanto es sacudida y reorganizada por el amor propio. Cada tanto le abro las ventanas para que sea resoplada ante la llegada de un nuevo amor que en mi late... pero que obviamente -y por ello este extenso reclamo- no late por mí ni por mi universo.
Si hay algún rincón de verdad en lo que me dijeron en estos pasillos y ante la mera solicitud tras invocar su nombre, lo requerido se apresta a suceder, solicítole entonces Sr. Universo que por esta vez y con ÉL, tan efervescente y caóticamente feliz sea de amores el juego, que la partida no sólo suceda en mi lado del tablero, que compartamos la gozadera de jugarnos, de encontrarnos, de sentir amor sin pánico a nombrarlo, saludable, no invasivo, pasional, lúdico, no repetido y vertiginoso. 
Agradezco su tiempo mientras termino de pintar de otro color este rinconcito de mi salita y mientras veo los reflejos que entran por la ventana que hace un ratito abrí, empiezo a no recordar por qué lo hice... mientras me abrazo entre pinceles voy terminando de cantar una canción en otro idioma y ya casi no recuerdo por qué. Ya casi no o recuerdo. Ya casi no lo... bona nit.
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putalengua-blog · 8 years
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Te extraño
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https://youtu.be/53YOlBhY7BU
Extraño tus besos aunque casi solo tuvieras uno de hola y uno de adiós.
Extraño tus abrazos aunque no los dieras, tu pánico a besarme en cualquier lugar fuera de tu jardín, tus no fotos ni siquiera solo para nosotros, las veces que en la calle te escondiste en tu capucha gris.
Extraño tu estadía aunque tu charla siempre fuera el encontrar las mil formas para irte, el huir de este suelo que te hizo mierda los pasos, el mismo suelo en el que también yo pisaba, pero sin la fuerza suficiente para sacudir la escarcha que te abrazaba.
Extraño el dolor de la noche de burdel en la que de un papel rojo leí que te quería y aunque no esperaba nada a cambio, la única respuesta entre vasos fueron tus gritos pidiendo otras piernas.y el verte abrazarlas, tu lápiz dibujando primero tus miedos y tu necesidad de algo más, justo esa noche, justo en ese lugar.
Extraño mentirme en las madrugadas de lágrima que todo acontecía porque tu Ser era ser así. Fue extraña la noche en la que me choqué con el resto de la oración: Tu Ser era ser así SOLO CONMIGO.
Te extraño no sabiendo mentir pero intentándolo. Te extraño subestimando mi forma de creerte. Extraño tu evidente necesidad de llenarte de personas de estadías fugaces, para no escuchar el ruido de la soledad de un silencio sin papeles.
Te extraño doliéndome todavía ahora con tu venganza de feliz cumpleaños. Tus no 5 minutos para pensar un regalo. Tu caminar a 6 cuadras de mi fiesta. Tu no entrar.
Extraño la inconmensurable energía por esconderme o disimularme, tu entonces evidente convicción de que había afuera algo mejor que no querías perder, tu sumarme a tus ideas para después arrepentirte.
Extraño las mil veces que hablé y no me escuchaste, tu aturdidor desinterés por mis textos, mis fotos, mis te quieros, tus no respuestas.
Extraño tus silencios, tus desapariciones, tu inmovilidad en mi silla, tus eternos días de no querer desnudez, tu regreso que nunca fue igual, tus no masajes, tus no mimos, tus no fines de semana... aunque con cualquier otro ser vivo tus respuestas jugaran en el terreno del sí. 
Por qué ninguno de los dos huimos de tus tantos no?
Te extraño hablando de la utopía feliz de lo que antes tuviste y fuiste con otros, tu antes Ser... y lo que dolió la madrugada que entendí que entonces esa no era tu esencia: tu Ser sólo no era conmigo. Tu Ser conmigo nada sentía más que el punto de referencia desde donde huir.
Te extraño no teniendo idea de cuántas veces doliste, de cuantos ratos fueron de inundar ojos y de esta puta lengua pasiva que jamás te contó lo demasiado que fuiste de auch.
Me extraño a mi misma amando sin tanto muro, sin tanto “no” repetido, sin tanto no amor del otro lado del abrazo.
Te extraño en los besos de velas y vinos cantando las canciones que te regalé, extraño tu cama en la que éramos 6, mis ganas de hacer mucho más de lo que vos querías, las épocas en las que amabas haciendo alquimia en tu sartén, el rato que te gusté.
Extraño no tener tanta bronca y quiero gritar que no te amo, pero aunque me llene de odio hacia mi estupidez, no amarte es una mentira.
Entonces pienso... si aún luego de sentarme frente a este resumen de lo que más machucó en estos 9 meses, sigo aún sintiendo que amo.... creo que lo que me estaría faltando es algún paquetito de amor propio...
Say no more...
Auch...
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putalengua-blog · 8 years
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Fuck a la vida que a veces me pierdo por no hablar
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Tal vez porque vaya escuchando a Camarón camino a mi casa, danzando pasos solitarios entre la garúa de esta noche de martes y las averías de una vereda Montevideana que ya debe estar a varios kilómetros de vos; o tal vez porque hace minutos me pareció verte al doblar una esquina y al cruzarlo nada de vos tenía este decepcionante señor.
Tal vez porque entonces pienso en mi estúpido e innecesario pánico a algunos “No” del Ser Humano... a esa diferencia abismal entre todos los capítulos de esta serie de la cual últimamente sos protagonista en mi cabeza y la realidad en la que probablemente jamás voy a meter mis dedos en tu pelo como Ameliè en las lentejas.
Tal vez entonces por todo o por algo de ello, se suma a mi caminata este impulso de escribirte lo que nunca creo te voy a decir.
Le dedico algunas cuadras de caminar inconsciente al “Darme cuenta cómo me gusta esa última imagen que guardé de vos”, esa del desorden de tu ya nombrado pelo y de los aires de 3 países que allí, en ese ingobernable caos anti estilistas conviven. De tu cuaderno llenándose en la esquinita de un bar con los trocitos que le pedís prestados a un libro y de tu cara de poco buen sueño, de las ganas meticulosamente disimuladas que esa noche sentada frente a vos sentí de hacerte dormir después de un rato de masajes-caricias.
Me tropiezo con lo real de esta quebrada vereda y descubro que el impulso camina empujando mis pasos, diciéndome que quiero escribirle a la pequeñez de tus manos, a tu tendencia a los licuados, a tu monedero y a tu entonces 6, a cada vez que sabiendo que pisamos el mismo suelo se me disparan los capítulos en los que imagino los sucesos al realmente cruzarte en una esquina, a tus remeras obligadas a ser musculosas, a la molestia que me genera el cliché de que guste tu habla tan solo por su sonar, a lo que igualmente me sacude que me hables al menos de Star Wars o de tabacos que no fumo... al extraño momento en el que me dí cuenta que después de ser “Una presencia que bien podría haber continuado siendo un potus en un cada tanto verte en mi vida”, habías entrado por la puerta de lo no obvio y te estabas quedando a dormir en algún rincón de mi cabeza, como un okupa despertador de sensaciones activando tormentas eléctricas por otras zonas de mi sorprendido cuerpo.
Perdón… no tengo idea de cómo sucedió. De verdad intenté que abandonaras el estado de sitio a mi Ser pero ha comenzado a gustarme esta electricidad que acontece cada vez que lo Vasco de tu nombre se me cruza en los pasos y he decidido finalmente golpear el suelo del ring.
El impulso se sentó ahora en mi cama y mientras mira orgulloso mi colección impulsiva de máscaras que cuelgan de mi pared, es ahora él quien escribe, convencido de que es autor de un manifiesto que algún día logrará que mi boca enuncie. Muero de miedo escondida bajo mis sábanas pero aún así, con la sensación de tu imagen sitiando cada uno de mis rincones, lo dejo que escribirme.
Fuck a todo, fuck al helado que no me animé a invitarte, a las mil películas que quiero ver mientras hago una maestría de lo que siente tu cuerpo, fuck a esta lengua que no dice, fuck al miedo terrible de que alguien me vea mirándote, de que alguien descubra lo inevitable que me es sonreírle al pasar por al lado de tu foto en ese pasillo. Quiero que otra vez me preguntes sobre lo rojo de mi pelo, sobre sexo, sobre juegos, sobre tantos universos nerd que son parte de mi Ser. 
Fuck a los besos que no doy y a los que quiero dar, fuck a la vida que a veces me pierdo por no animarme a hablar, fuck a que en el rincón del mundo en el que ahora estés, no tengas idea lo mucho que aún así estás en mi cabeza, en algún suspiro que ridículamente se me escapa, en los rojos confines de mi cama, en las ganas de vos y con vos que tengo. Fuck ...fuck polite.
https://youtu.be/MrUWtOtfwDw
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putalengua-blog · 8 years
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De Quereres Bajo La Luz Roja De Una Noche
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No quiero sitiar tu baño con mi cepillo de dientes,
No quiero que planifiques conmigo un paquete de calendarios decadentes.
 No quiero recordar fechas de inicios, reencuentros o despedidas,
ni que seas el responsable de sanar mis heridas.
 No quiero flores muertas ni que memorices mi agenda.
Le temo más a los sobrenombres sosos del cliché amoroso que a las noches de vino en la soledad de mis rincones.
 Quiero que conozcas la constelación de mis lunares, mi fascinación por el chocolate, los tambores y la luna.
Mi adicción a los abrazos y al cabernet, mi colección de botones encontrados, la cajita de música que heredé.
 No quiero un sexo aprendido, siguiendo los pasos de una receta repetida que un día te funcionó.
Quiero que aprendas el arte de no apurarte.
Quiero hacerlo en la cocina, en el baño, en el jardín, en el placard.
Quiero dejar de contener estas ganas volcánicas de extraditar cada uno de tus botones cuando te escucho cantar, cuando tus dedos me rozan al pasarme una pitada, cuando mis hormonas perciben el preciso instante en que es para mí tu mirada.
 No quiero que le temas a las mochilas fugaces sin destinos, ni a los silencios compartidos, ni a las palabras escritas, dichas, susurradas.
 Le temo tanto a los finales así como tanto los creo necesarios.
No confío en quereres planeados a muy largo plazo, pero hoy y por este rato quiero ser tu puta, tu geisha, la que aparezca en lo mejor de tus placeres solitarios.
 Y no tenés idea CUANTO quiero que VOS también quieras…
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putalengua-blog · 8 years
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Aquella noche de mi Varieté bizarra de antología sexual
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Tras un par de vibraciones, su pulgar masturba ahora la pantalla de su celular.
Como una Ansina de la marihuana intento pasarle la última pitada, mientras perfumo con el humo la madrugada de este cuarto invernal.
La conversación continúa vibrando en sus manos y la ceniza de este epílogo narcótico cae a su lado sin que él lo note.
Me detengo a observar la comisura de sus labios, lo largo de sus brazos y de sus dedos largos, el tsunami de su pelo desordenado que parece sobrevivir cada vez en menos cantidades a las tormentas de sus ansiedades, la aparente tristeza añeja que lo hace estar callado esta noche.
Decido poner en estado de sitio al silencio con un blues con sonido a vinilo y mientras me inundo la boca con el primer trago de una cerveza negra, una de las artísticas manchas de humedad del techo me hipnotiza.
Por qué nos cuesta tanto estar en silencio?
Empiezo a ver como si estuviera creando mi propio documental post mortem imágenes de algunas de las distintas camas donde también fumé y personas que en mi cama me tuve que fumar.
Toman la escena como en una varieté bizarra y poco recomendable de recordar, el casi menor que para mi sorpresa me confesó entre sábanas que gustaba de cuerdas, nudos y pequeñas dosis de torturas nudistas; el modelo que perdió la partida la noche que me solicitó me hiciera pasar por su madre; la decepción a toda fantasía generada en ámbitos laborales que protagonizaron dos de mis jefes; mis noches que pretendieron ser de rock en hoteles; el adicto; el salvavidas que le hablaba a mis partes como si vida tuvieran; los actores; el bailarín; los músicos; el murguista; la mujer; los que se enamoraron demasiado rápido, los que no lo hicieron.
Vuelvo queriendo huir de este terrible repaso de la parte más patética de mi historial, a la tenue luz amarilla de este cuarto ajeno en donde soy hoy.
Jamás pensé que una musculosa blanca a lo atuendo doméstico de gangster me iba a erotizar tanto, pero aquí estoy, sintiendo unas ganas increíbles de arrancarla, de sentirlo vivo adentro mío, de llenar el frío con gemidos compartidos.
Subo por sus piernas, me detengo en su sexo que en breve va a ser protagonista de mi placer, veo como su pecho se expande y llego a la tranquila imagen de su rostro, donde espero encontrar esos ojos que son tan parecidos a los míos.
Está durmiendo.
Suspiro.
Apago las luces.
Lo abrazo.
 Sin que jamás se entere, acabo.
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putalengua-blog · 8 years
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Si, Simulando
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Símil Pelirroja
Símil Amante
Símil Actriz de cabaret
 Símil Sensual
Símil Nerd
Símil como un Nikolo queriendo ser chocolate,
como ganar un partido por penales después de un empate.
 Símil Bisexual
Símil Hija y Hermana
Símil Madre de un animal
 Vivimos simulando entender cómo es este juego.
Jugamos como si supiéramos cuánto va durar nuestra partida,
cuanto finalmente nos va a durar jugar a la vida.
Y así  postergamos decisiones, viajes, palabras y abrazos de “hola” o de despedida.
Jugamos a contarnos la mentira de que mañana vamos a tener una chance mejor, 
aplazándonos como si hubiéramos firmado un contrato con vencimiento en futuros demasiado lejanos al hoy.
Cuántos minutos más creés que vas a estar jugando?
 Símil optimista
Símil Poeta
Símil adicta al THC
Símil como un placard de compensado queriendo simular ser un mueble,
como una película nocturna de ISAT queriendo ser triple equis.
 Símil feliz de a ratos
Símil sin idea de a dónde voy
 Por qué es tan placentero esto de andarnos simulando?
Por qué postergamos tanto el ya?
Por qué no abracé a tiempo?
Porqué no hablaste cuando era el momento?
Por qué no le dije de los amores que sentía por como cantaba mal las canciones o por cómo ordenaba sus condimentos?
 Hasta cuándo voy a seguir diciendo “mañana empiezo”?
Hasta cuando, Ser humano vas a jugar como si te sobrara el tiempo?
Hasta cuándo no te vas animar a ser hoy?
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putalengua-blog · 8 years
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Soy puta, hereditariamente Puta.
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Soy esta fémina valuada que prostituye más de uno de sus ratos y sus rincones ante la más mínima oferta de un buen rato entre los brazos de quien tenga la osadía de prometerlos… o al menos de insinuarlos.
Soy esta puta amante meretriz de tu oratoria. Me excita mucho más lo que tu boca enuncie que lo que con tu boca hagas.
Soy esta percanta averiada que promete inútilmente y una vez más, que no será de amores lo que a “este o a aquel señor” le entregue… y que termina llorándole más de una madrugada de tangos sombríos al citado caballero, casi igualmente que con el anterior, casi igualmente que con el que vendrá.
Soy la que inevitablemente pisa siempre la baldosa suelta del amor y tropieza con este continuo querer historias que nunca son.
Tengo la exquisita y eternamente doliente incapacidad de poder enamorar a un ser de mi misma especie. Soy esta cortesana discapacitada del amor humano.
Así que tranquilos señores, pasen y vean, acuéstese Usted con mis palabras y suelte sus monedas en mi cama, que aunque yo quisiera su corazón aquí no peligra, más si tal vez su billetera.
Si ha de animarse, pase Usted entonces, seremos vírgenes el uno del otro, vamos a mentirnos amores por un rato y mañana con el sol tal vez nos olvidamos.
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putalengua-blog · 8 years
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“Necesito”
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“Me estoy quedando triste y ciega” pensé mientras cruzaba la calle entre una nube de smog, mientras se cruzaban en mi cabeza el entender si me sentía tan vacía, tan vaciada porque ÉL no me había abrazado ni se había acercado en toda la noche o porque yo me había generado la falsa necesidad de su abrazo.
¿Quién era el culpable de mi tristeza? ¿Quién se iba a hacer cargo de esta nube gris que pululaba entre mi pelo enredadamente rojo, entre los reflejos del primer día de sol después de muchos mojados, que apenas me estaba dejando disfrutar?
Esa mañana al abrir los ojos, estuve a punto de decirle que había soñado con el fin del mundo por consecuencia de sus kilómetros de distancia aunque estuviera durmiendo en mi cama… pero no le dije nada, una vez más.
Entro a la panadería a elegir lo que más me venda felicidad momentánea y arrepentimientos posteriores.
Saludo simpáticamente al portero, intentando disimular la nube que cada vez es más grande y que dejo afuera del local gourmet, atadita como a un caniche que espera.
Con la nariz frente a la góndola donde sólo veo merengue, chequeo el teléfono unas tres veces. Espero un mensaje de quien se acaba de ir. Espero al menos una palabra barrilete que me haga sentir que estás ahí aunque la nube me ladre desde afuera que no estás estando.
Ya en mi hogar, todas mis alarmas internas del tipo “Libro de autoayuda” intentan apalear ahora a la nube monstruo que poco se parece a un domésticamente pequeño can.
Suenan los Redondos y siento que me encantaría poder llorar, pero no puedo. Pienso en lo tremendamente bizarro de la imagen de una persona llorando frente a un plato de lasgna recién salido del microondas y me río.
Mi gata maúlla al sol. Entiendo que no entiendo su forma de estar sin abrazar. Entiendo que tal vez no sea algo que deba pasar por los confines del entender. Entiendo que necesito maullar.
 Necesito salir a caminar al sol.
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putalengua-blog · 8 years
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Una vez fui el peor de los hombres
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En una fiesta carente de señores que me generaran algún mínimo torbellino erótico estaba ella.
Siguiendo de forma inconsciente el cliché de la belleza made in Disney, me pregunté -más con la cabeza que con mi sexo- cómo sería sexualizar con la rubia de ojos azules que bailaba frente a mí y con un vestuario particularmente bello, que en varios momentos de la noche me detuve a pensar que me hubiera gustado fuera parte de mi placard.
Las canciones bizarras se fueron amontonando, así como los vasos de vino que compartimos con esta señorita -portadora además de un italiano nombre artístico- en un sillón destartalado de una terracita repleta de humos y charlas ajenas.
Los labios color violeta Cabernet y el perfume del cigarro de miel y guaco que prendió me terminaron de convencer, casi como si tuviera a un Pepe Grillo cachondeador parado en mi hombro.
En medio de las interrogantes lanzadas por lo poco que quedaba de mi racionalidad sobre cómo sería “levantar” a una mujer y los beodos análisis que intentaban manifestarse en mi mente sobre los roles de género en estas instancias, le robé un beso ante la mirada desconcertada de mis amigos, así sin preguntarle nada, pateando una puerta y llevando a cabo todo un copamiento de líbido invasiva.
Si señoras y señores, me había chuponeado a la rubia más linda de la fiesta y no tenía idea de cómo seguir...
En menos de una hora, la botella de vino que me recorría el cuerpo, el miedo de ser la peor brindadora de placeres lesbianos, la imagen aterradora de la cara de mi madre si se enteraba, ella y yo subimos a su auto y llegamos a su bellísimamente decorado hogar.
Lo que siguió: Como un Hulk etílico me convertí en el peor de los señores. Un sexo paupérrimo en el que creo que me caí y dormí, yo balbuceándole innecesariamente un “Es la primera vez que me GARCHO a una MINA” y los mensajes de los días siguientes que nunca le contesté o que respondí con las evasivas random más utilizadas en cualquier huida cobarde.
Tal vez si alguna vez lee esta ensalada de recuerdos confusos y declaraciones avergonzadas pueda enterarse que en el momento en que me desperté para ir zigzagueando hacia el baño, me quedé mirándola dormir y sentí que era la mujer más bella e intenté despertarla con una caricia para que me brindara las coordenadas donde se encontraba el necesitado W.C.
Como hombre fui el peor de su especie: El que más odio, de esos que cruzan la calle para no saludar, de esos que desaparecen, de esos que ni si quiera se animan a pedir PERDÓN.
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putalengua-blog · 8 years
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La Soledad Húmeda de un Sábado a la Noche
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Empecé a tener imágenes empañadas y carajié a un clima inexistente. 
De a poco empecé a darme cuenta que la garúa nada tenía que ver con la escena por la que caminaba y que los charcos crecían en mi propio escenario visual: los ojos se me habían llenado de goteras en pleno 18 de julio, de espaldas a un 103 que se lo llevaba a él, como un rehén pasivo del transporte colectivo.
Jamás este señor se enterará de los centímetros cúbicos que se me cayeron sin intención alguna, llegando a la esquinita de Paullier, ni de las ganas de que ESE beso polar hubiera sido un abrazo de temperaturas más cercanas al Hades, ni de las palabras que se me amontonaron al despedirlo y que mi lengua casi catapulta, pero que se disfrazaron de un mero buen augurio artístico, disimulando burdamente lo que me era necesario enunciar. Mi “Feliz Noche” y su “Que te diviertas” fueron casi como una mala traducción en la portada de una película trucha comprada en la feria por $50. 
En el breve camino a la puerta que mis llaves abren, 3 señores dispersos en 3 puntos diversos me balbucean palabrejos sobre la belleza de la que aparentemente esta noche soy portadora... pocas cosas se sienten tan odiables como CIERTAS palabras sonando en bocas equivocadas. Si tan sólo 10 minutos antes estas mismas expresiones hubieran sido emitidas por ESA BOCA…. pero no.
Jugándole un serio a las baldosas sueltas llegué al silencio montañés de mi casa. La gran paradoja hogareña: Tantas palabras por decir, gritar o cantar que se me caen de los bolsillos y tanta oposición sonora doméstica en esta oscuridad de bombitas que se quemaron hace días y nadie aún reparó.
La soledad húmeda de este sábado me abraza, al igual que yo abrazo con mis labios el pico de esta petaca de grappamiel que ya casi tiene tanto espacio vacío como con contenido bebible.
Suena “Dream a little dream on me” y me da por pensar de qué me disfrazaré en sus sueños. Tal vez allí sí me animo a bajar en su parada y lo despido con un beso de sensaciones lisérgicas, tal vez allí él también tenga palabras por decir... o tal vez yo ni siquiera haya quedado en el casting de sus actrices oníricas.
A ver… ya lo sé: Ni esta noche ni las que vienen NECESITO a alguien… pero sucede que ESTA noche me siento sola de palabras-caricias, de vinos, de canciones y de abrazos. Y aunque los mensajes ofreciéndome rubros similares y afines van cayendo en este horario que parece ser el de definir el matiz del sábado para muchos masculinos, sucede que ninguno llega desde SU número. Dejavú: otra vez las palabras que quiero escuchar pero en los seres erróneos.
La botella es ya un homogéneo vacío. El sábado se va acercando a transmutar en domingo.
Suspiro lo que no dije.
Tal vez sea mejor dormir.
Puta lengua que una vez más te abrazaste al silencio.
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putalengua-blog · 8 years
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Mi panza no es mía
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A ver… si, está en mi, pero es como una mochila donde guardo de forma desordenada -como en cualquiera de mis mochilas- mis frustraciones llenas de grasas trans, mis placeres ingestos, las pastillas que ayudan a calmar los no placeres y un montón de minutos en los que no tengo idea qué hacer y entonces por aburrimiento engullo cualquier fantasma que habite en mi heladera, como un pacman con un ataque de ansiedad.
Jamás nunca sentí amor al verla, ni la contemplé con el cariño de imaginarla con un habitante potencialmente humano dentro de ella. Más bien mis ojos se comentan el uno al otro lo innecesariamente desagradable de esa redondez sobrante.
Pero en fin, es parte de este kharma de lípidos que debo pugnar y me la banco… pero si hay algo que realmente no soporto es que otros la conozcan.
Me avergüenza que me acompañe a momentos de importancia en mi vida social, como el ir a la playa, salir con alguna prenda con al menos una carga mínima de licra en sus tejidos o al sexualizar con otro ser humano.
Si hiciéramos una lista de los 10 factores dispersadores que hacen que yo en ESE momento me distraiga y no llegue a tener un orgasmo digno o siquiera uno medio pelo, en el primerísimo lugar estaría ELLA, oronda y redonda.
No importa la posición o la índole de sexo que esté teniendo: ella en su omnipresencia blanduzca SIEMPRE está.
Tampoco importa la técnica de respiración –o de falta de ella- que aplique: en el primer movimiento o inhalación en los que pierda mi concentración de monje de la figura, este sector de mi cuerpo delata mi falta total de ejercicios abdominales en una gran bola existencial y perceptible por todos.
Si googleo “Panza” (Si, es algo que hago bastante seguido cuando estoy aburrida, busco la raíz y la historia de las palabras) lo primero que leo es “Nombre Femenino” O sea: Panza… LA panza… LA
Entonces pienso... la panza en cierto modo es mujer. 
Es parte de los rincones de mi femineidad, de esos rincones que como en las casas, difícilmente se les piense una bonita idea decorativa mirando por la ventanilla de un 60 destino Portones, pero que es tan parte como el resto de todas las partes del hogar-cuerpo.
Tal vez me atemorice que sea un reflejo visible de algo más que no quiera mostrar... tal vez de mi parte blanda, no recta, movible, hundible, vulnerable en un abrazo, capaz de perder la dureza con algo tan simple como una risa robada o una caricia.
Entonces sí... definitivamente y aunque me cueste asumirlo SOY… soy mi PANZA.
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putalengua-blog · 8 years
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Somos Ratos
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Hace unos días mi abuela Delmira -que llevaba ese nombre impreso en su cédula en honor a ESA Delmira- dejó de canturrearle tangos a la ventana que le mostraba ese mismo pedacito de mundo exterior que veía desde hace algunos años.  
Ni idea de a donde emprendió viaje ni en qué estado de Ser se encuentre ahora. Creo desde hace un tiempo que lo que haya después del rato de vida que nos toca jugar en este tablero está muy por fuera de nuestro entendimiento… por lo que imaginarla en la pasividad de leer lo que los vivos le escribamos en Facebook, vestida de blanco tras haber atravesado un túnel de luz me parece bastante pobre y aburrido, casi como una película bíblica de bajo presupuesto, de esas que pasan en canal 4 en cada Pascua. 
Creo entonces en el actual y total noentendimiento de lo que haya del otro lado, tanto como creo una idiotez humana la palabra “pésame”, las flores y los velorios, el ir a visitar lápidas y cajones de maderas lustradas, las publicidades nefastas (Valga la redundancia) de Parque del Recuerdo queriendo convencernos de que una persona y su historia están ahí, 3 mts bajo el nivel de donde crece el pasto, pasto perfectamente verde para que los recuerdos de dicha persona sean casi tan perfectos solo dentro de esos confines pagos. 
Pero me encanta encontrar paquetitos de mística entre tanta cotidianidad recta, como por ejemplo este pañuelito verde que apareció en el bolsillo de mi saco negro, saco que hasta la semana pasada colgaba en las perchas de mi abuela, pañuelito que se había convertido en la obsesión de búsqueda en el último tiempo por una inminente pérdida, hallazgo reciente en mi mano derecha metida en un bolsillo al ponerme su saco negro.  
Jamás en la vida de este pañuelo verde fue imaginado un final tan glorioso. Jamás creyó él, en su breve pero arduo camino de pérdidas y encierro en roperos, que iba a terminar siendo guardado como un tesoro inigualable, encontrado en el momento justo, abrazado como si en ese pedacito de tela pudiera haber de alguna forma rebuscada una persona que ya no.   
Y mientras todos mis costados racionales se ríen de cómo un ser de 1.73 mts. se hace un bicho bolita alrededor de un breve pañuelito arcaico, tiendo a preguntarme quiénes y con qué objetos insólitos me recordarán a mí cuando sea mi game over. Miro a mi alrededor y me imagino a diversas personas abrazando mi vasito de grappamiel, mis pantuflas compradas en El Clon por $100 y que sin lugar a dudas ambas fueron confeccionadas para el mismo pie, mi burbujero, mi lata de botones encontrados, mi frasco de vidrio con bolitas, mis fotos colgadas con palillitos de colores, mi cajón peruano que poco suena a cajón y mucho ha de servir de mesita de luz.   
Somos ratos y absolutamente ninguno de nosotros puede llegar a tener una idea de cuantos minutos más nos queden de este lado del Es. Tal vez por esa conciencia de lo fugaz que todo puede llegar a ser es que nunca me salió bien el proyectarme a largo plazo en ningún terreno. Puedo tal vez ser un segundo más, un año, una década, una fracción equivalente a lo que ya he vivido.   
Pero si de algo estoy segura parada en este momento del reloj, es que quiero ser en el lapso que quede, un montón de ratos que valgan la pena ser recordados, así como mi abuela hoy es esta canción, es el cuento de Micita y Micito (Gatos que perdían los guantes en el relato que se repetía todas las noches según mi demanda de hija única) Es la bufanda de colores que tejió hace más de 10 años y que era mi lanudo símbolo de rebeldía en un liceo con un monocromático uniforme azul marino, es el gusto a la torta Terremoto, proclamada así por nosotras mismas al ver como el merengue quemado que la cubría abría grietas separadoras de continentes dulces,  es el perfume “Alma de Flores” y la que me bancaba la cabeza cuando no quería comer, es ese montón de libros que leyó y me dejó para leer, es la autora de que para mí, los jazmines sean olor a Navidad, es el ruido de la máquina de coser Singer que funcionaba a pedal y que no paraba de rodar en los días previos al desfile de Carnaval, para cuando tenían que estar prontos los disfraces más increíbles que una abuela casi sacada de un cuento podía crear.  
Es un montón de sonrisas, de abrazos de muchos ratos y “te quieros” dichos de distintas formas, aún cuando en algunos momentos las palabras no le salieran como ella quería y los recuerdos le armaran otros puzzles.    
Si, somos ratos... pero yo también quiero ser ratos así, llenos de gustos, perfumes, colores, canciones, abrazos y muchos, muchos más “Te quieros”
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putalengua-blog · 8 years
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Feliz no cumpleaños! 4.380 días de Insulina
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Doce años de tener una enfermedad crónica serían suficientes para tener además, un postgrado en el tema… o al menos una tecnicatura… o un decálogo pragmático que me sirviera de tutorial para transmitir a otros o asimilar yo.
 Nunca escribí una sola palabra sobre el tema. Un nuevo silencio. Un secreto de Estado… de mal estado.
Han sido 12 años además, de haber conocido a MUCHOS seres de túnicas blancas, de sonrisas guasónicas, de gestos que me hicieron elegirlos y de rechazos explosivos.
Intento pensar cuántas fueron las diabetólogas que tuvieron mi carpeta sobre sus escritorios, o afuera de cuántas puertas con cartelitos de apellidos diferentes estuve esperando, con ese nervio incómodo que nunca se fue, mientras cualquier música grita en mis auriculares parar tapar las tantas conversas míticas sobre una enfermedad que todos ahí compartimos pero que tan distinto vemos. Tan distinto los veo. Tanto lo que no quiero ser como ellos…
¿No hay acaso diabéticos lindos, fornidos y en mi misma franja etaria que estén justo leyendo un buen libro en esta sala de espera y que además tengan ganas de hablar justo de ESA página que casualmente habré leído?
¿No hay acaso otro programa para poner en esa cuadrada y armatóstica tele que funciona casi sin volumen, colgadita en un rincón?
¿No habrá jamás alguna promotora voluptuosa vestida del color de la Stevia regalándonos algún elixir Light?
 ¿No inventará nadie algún día una puerta de salida para que no tenga que volver?
 Tal vez es momento de callar momentáneamente a esta Nina Simone que me miente un “And Im Feeling Good” y empezar a escucharlos… tal vez sea momento de empezar a decir.
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