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Qué misterio realmente.

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Merecía un adiós al menos...

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Han pasado ya 7 años desde que te fuiste y mi cielo, me duele como el primer día, te extraño tanto como cuando escribí esto para tí y me haz hecho tanta falta estos años que ni siquiera tengo palabras para explicarlo. En mi corazón nunca vas a morir, te sigo amando como cuando dormías abrazado a mi y sigo respirando de ese amor para sentirme viva todos los días. Dónde quiera que estés, espérame, que estaremos juntos de nuevo algún día para que pueda cuidar de ti como yo sé que sigues cuidando de mi desde allá.

No hay nada en lo que tenga más seguridad que en en saber que voy a amarte toda la eternidad, siempre vas a ser mi hijo y el amor de mi vida.

Descansa en paz, mi ángel precioso...

El amor de mi vida

Siempre pensé que el amor de mi vida era aquel chico por el que tanto he llorado, aquél que rompió mi corazón una y otra vez hasta hace unos días. Hasta que de verdad el amor de mi vida se fué para siempre.

Ésta es una historia que probablemente a nadie le interese porque no es sobre un chico. Vengo a hablar sobre mi gato.

El día que supe que nació quise quedarme con él, porque siempre quise una mascota y mi mamá jamás me permitió tener una.

Su mamá vivía en el patio de mi abuela y era tan pequeña y delgada que daba miedo romperla, en su camada anterior ningún bebé vivió…

Pero al nacer él era el único, tan chiquito que parecía un ratón, de color negro grisáceo, la primera vez que lo ví me enamoré perdidamente de él y de sus patitas suaves. La gata apenas podía consigo misma, le rogué a mi mamá que me dejara conservarlo y a ella no le faltó más que verlo para decir sí.

Chencho fue su nombre desde la primer semana, empezó a crecer un poquito y sus ojitos no se abrían, se llenaron de unas feas lagañas. Lo curamos.

Era el gatito bebé más malhumorado del universo, siempre erizando su colita por todo, pero al mismo tiempo tierno, comiendo de una cucharita y bebiendo leche de una jeringa.

Aproximadamente un mes y medio después fué momento de separarlo de su mamá y llevarlo conmigo. La primera noche lloró muchísimo, lo sostuve en mis brazos y lo abracé en mi cama, le prometí ese día abrazarlo a diario hasta el último momento y amarlo todos los días de su vida. Durmió con tranquilidad y yo lo miré la mitad de la noche.

Fueron pasando los días y lo amé más y más. Yo sabía que él también me amaba. Él odiaba a mi mamá.

Recuerdo que era muy agresivo y celoso de mi, no quería estar más que conmigo y no quería que nadie se me acercara. Él pensaba como persona y estiraba sus patitas hacia mi cuando llegaba a casa. Él me decía mamá, aunque nadie me crea.

El salvó mi vida de la soledad, de la tristeza y de absolutamente todo. Recuerdo aquél días que la chapa del baño se atoró y me quedé atrapada dentro, sentí una claustrofobia horrible, lloré con todas mis fuerzas y del otro lado el maullaba desesperado, recuerdo que pensé que me quedaría allí atrapada hasta que mi madre llegara a salvarme por la noche, por encima de mis gritos desesperados escuché un ruido rasgante; era Chenchis haciendo un hoyo por debajo de la puerta para tratar de sacarme, no sé cuánto estuve ahí, pero cuando pasó su patita para que la tomara con mi mano supe que todo estaría bien. Supe que no estaba sola, ni ese día ni ningún otro.

A él le gustaba mirarme mientras cantaba con mi ukulele, se sentaba a mi lado y recargaba su cabecita en mis piernas.

Él limpiaba las lágrimas de mis mejillas cuando estaba triste y nadie lo entendía.

Él llenaba la casa de pájaros muertos y yo odiaba limpiarlo, aunque en el fondo estaba orgullosa de que fuera un excelente cazador. También guardaba todas las tapas de refresco debajo de la estufa, solo porque le gustaban.

Él jamás se dormía antes de que llegaramos a casa. Nos esperaba sentado en la ventana o en la puerta del edificio.

Mi Chenchis nunca me dejó dormir sola en las noches que tenía miedo.

Él creció y creció, y se puso cada vez más precioso con sus pelo brillante y sus ojitos curiosos.

Él arrugaba la nariz cuando llegaba oliendo a cigarro o cuando me acompañaba a fumar. Sé que odiaba el olor, pero jamás dejó de abrazarme.

Le gustaba dormir sobre mi espalda cuando miraba películas en el sillón.

Él rompió todos mis audífonos y los sillones, dejaba entrar otros gatos a la casa, tiraba la basura y me masticó una que otra cosa que dejaba en la sala. Yo le grité millones de veces por portarse mal.

Le gustaba meterse al contenedor de basura del edificio y yo nunca entendí por qué, pero me causaba gracia verlo salir todo lleno de polvo.

Él salía por la ventana de la sala en las madrugadas y golpeaba la mía para que lo dejara entrar.

También irrumpía en casa de la vecina, tuvimos que pagar macetas y comida un par de veces.

Me rasguñaba las piernas sin razón y me mordía el día que tocaba bañarlo.

Le gustaba comer helado de crema, en realidad era amante de los lácteos. Jamás voy a olvidar el primer día que probó el queso y luego rogaba porque le diera más. Aunque también le gustaban las aceitunas y los brócolis congelados… Oh Dios, era perfecto. Él dejó de ser mi mascota desde el principio para pasar a ser mi bebé y convertirse en el ser que más amaba.

Hace unos días una persona mala lo arrebato de mi lado. Lo pateó sin razón y hundió sus costillas, él apenas respiraba.

La veterinaria me dijo que era urgente que le tomaran una radiografía, lo tomé en mis brazos y caminé a casa de mi papá para que me llevara.

Él se retorcía y jadeaba…

Mi papá vive a solo una calle de dónde estaba. Nunca en toda mi vida había sentido esa calle tan larga.

Él ni siquiera llego allá. Me miró por última vez y luego dejó caer todo su peso en mis brazos. Yo sabía que ya no estaba conmigo, pero me aferré a llegar con mi papá.

Al entrar me senté en ese horrible sillón que hay en el patio y lo moví todo lo que pude, lo llamé, pero el vacío en sus ojos me daba la respuesta que yo me negaba a aceptar. Mi bebé murió en mis brazos, mi bebé me regaló su último aliento y luego me dejó para siempre…

Oh mi amor, tu siempre cuidaste de mí y yo no pude hacer más por tí. Mi amor, perdóname por darte por hecho todos los días, porque yo juraba que serías eterno.

Mi vida, cumplí mi promesa y te abracé hasta el último segundo de tu vida, y te voy a amar hasta el último día de la mía.

He tenido un año horrible, lleno de decepciones, tristeza y pérdida. Pero tú me ayudaste todos los días a afrontarlo, nunca me dejaste sola y te puedo jurar que nada que me pueda suceder duele más que tu partida.

He llorado sin cesar todos los días y me has hecho mucha más falta de la que creía.

Mi mamá dice que yo salvé tu vida cuando naciste, pero nadie entiende que fuiste tú quien salvó la mía, tu rompiste muchas cosas en ésta casa, pero fuiste el único que jamás rompió mi corazón, tu sola existencia me sanaba todos los días.

Mi mamá también dice que fuí la persona que más amaste en tu vida, que se notaba todos los días. Y qué tal vez para tí morir a mi lado fué lo mejor. Dice que si hubiera sido tú habría querido dejar éste horrible mundo así, en los brazos de la mujer que más amaste y de la que más te amó a tí. Ella cree fervientemente que el amor que sentimos uno por el otro te dió la paz que necesitabas para irte y tú me regalaste tu calor por última vez.

Yo también quiero creerlo.

Cuando volví a casa te envolví en ese suéter de cuando era pequeña que usabas para dormir calientito y te puse en una cajita de cartón como las que te gustaban.

Antes de llevarte a cremar te canté un par de canciones de despedida, parecía que dormías justo como cuando tocaba música y te acurrucabas a mi lado y cerrabas tus ojitos.

En el camino canté para ti por última vez “te quiero” ¿Recuerdas? La que te cantaba para que dejaras de llorar cuando te ladraban los perros de los vecinos. Espero que me hayas oído.

Mi bebé, dónde estés ahora, espero que todo sea bonito y que estés lejos de todo lo malo del mundo. Espero con todo mi corazón encontrarme contigo de nuevo algún día y que te sientes en mi regazo para que te acaricie las orejas.

Te amo, y te voy a amar toda mi vida. Siempre vas a estár en mi corazón y en mi piel porque recuerda que llevo un tatuaje tuyo en mi pecho.

Gracias por ser el ángel en mi vida y por permitirme ser tú humana.

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Literalmente mi historia con mi novio 🤍

Quién pa conocernos una mañana en una fiesta en enero ennoviarnos en marzo y que el compromiso vaya en serio.

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Elena Poe

Literatura Mundial

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Redescubriendo

Me encuentro en un sueño curioso, en un universo donde no soy la yo qué había conocido por tantos años. Me veo a mi misma sonriente, divertida y enamorada, me veo haciendo planes a largo plazo, me descubro guardando videos en Instagram de cosas para hacer con alguien y me siento genuinamente feliz con la simple idea de continuar en este camino por todo el tiempo que me sea posible.

Ahora me parece gracioso pensar como siempre estuve enamorada de la idea de amar, porque soy una romántica sin remedio, y el hecho de que aunque no estuviera buscando una relación desde hace mucho tiempo, siempre quise que alguien me amara y me ofreciera todo eso que veía en películas, qué leía en libros, qué escuchaba en canciones. Y resulta que sí, si es posible sentirte así, porque un día me encontraba perdida entre un montón de emociones confusas, entre mucho llanto, dolor y decepción, y al siguiente choqué de frente con el amor sin buscarlo, sin pensarlo, siquiera imaginarlo. Y también me parece curioso que el amor no se parecía en nada a lo que yo siempre imaginé, pero es justo lo que siempre deseé.

El amor es divertido y me hace reír todo el tiempo, el amor también me mira con esos redondos ojos castaños y me dice que soy preciosa aún en mis peores días. El amor me prepara el desayuno y lava los trastes mientras canta desafinado. El amor me enseña juegos y me cuenta cosas de las que nunca había escuchado, el amor me abraza todas las noches y me da besos todas las mañanas, el amor me incluye en todos sus planes. El amor adora a mi Waffle, aunque ella lo rasguñe todo el tiempo. El amor siempre me da la porción más grande de comida aunque sepa perfecto qué va a terminar comiéndose lo que yo ya no pueda, el amor arregla mis aretes y siempre dice que todo tiene solución. El amor me prepara nuggets desde cero solo porque me encantan, el amor nunca deja una discusión sin resolver, el amor siempre sabe donde están mis pastillas, aunque jamás encuentre sus propias cosas, el amor nunca deja que esté vacía la botella de agua, y se asegura de bajarme todo de las alacenas. El amor usa la ropa que sea y no le interesa lo que otros piensen, el amor siempre me toma la mano y me consiente, el amor habla dormido y ronca súper fuerte, el amor grita mucho cuando se emociona y llora cuando está muy feliz, el amor me cuida cuando me enfermo y sabe cual es mi chocolate favorito, el amor se lleva bien con mis amigos y me manda mensajes bonitos cada vez que no estamos juntos, el amor baila conmigo, y me carga a la cama cuando estoy muy cansada, el amor come mi comida aunque pique muchísimo y se preocupa porque mis pies no se enfríen. El amor no puede mover la nariz, pero mueve muchísimo la cejas, el amor siempre se ensucia cuando comemos y hace pucheros cuando quiere parecer enojado. El amor se ríe fuerte y siempre me toca el culo descaradamente en la calle. Cada vez que el amor habla me hace sentir el ser vivo más importante del mundo, porque el amor me apoya, me cuida y me adora como yo a él.

Hoy, por primera vez en mi vida, el amor es mi prioridad y yo soy la prioridad del amor.

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Nuevo comienzo

Hoy es uno de esos días en los que me detengo a pensar en todo y en nada al mismo tiempo, es uno de esos días en los que busco respuestas a preguntas que nadie me ha hecho aún y por lo tanto es uno de esos días donde intento evocar recuerdos con la mayor cantidad posible de detalles.

Y hoy me di cuenta de que tengo la cabeza inundada de tí, porque por más que lo intento no encuentro nada que no me recuerde de alguna forma un poco a tí, incluso las cosas que nada tienen que ver contigo y no sabes lo mágico que me parece notar como estoy cada día mas llena de tí, de tu energía, tu buena vibra, tus ganas de crecer, de tu risa y de todas esos ingredientes maravillosos que componen la receta de tu existencia y que llenan mi vida de nuevos sabores.

También me he dado cuenta de que cada vez tengo más ganas de hablar contigo o de hablar de tí si no estas cerca, quiero gritarle a todo el mundo lo feliz que soy y dejar que mi corazón explote de tanto amor, quiero besarte la frente y tomar tu mano con la firmeza de mis convicciones, quiero embotellar todo lo que siento cada vez que me tocas y colgartelo en un dije para que nunca se te olvide. Quiero enumerar tus pecas y tomar el tiempo para elegirme una favorita, quiero despertar todos los días entre tus brazos y ver como luchas por abrir los ojos, quiero hacerme unos aretes con nuestros "cinco minutos más" para llevarlos a todas partes, quiero llenarte de todas las cosas bonitas que me hacer revoloter, porque has hecho que incluso las cosas que ya amaba sean aún más especiales.

Quiero contarte que plantaste una semillita en mi corazón aquella primera noche, que la has regado y cuidado todos los días desde entonces, ahora ha echado raíces en mi cuerpo y ha germinado en un "te amo", que crece a diario buscando la luz del sol que vive en tus ojos.

Por fin hoy quise escribir para ti todo este cúmulo de metáforas, porque te mereces saber cuán enamorada estoy de tí y no encontré mejor forma de expresartelo.

Eres el comienzo nuevo que no sabía que necesitaba, que ni siquiera sabía que quería, llegaste a mi vida sin avisar, e iluminaste todo como una vela en un apagón.

Te amo solecito, quédate conmigo todo el tiempo que sea posible y te prometo que conmigo tu corazón siempre va a estar a salvo.

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nunca había sentido la necesidad de no ser temporal para alguien hasta que llegaste

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Cariño, tu lo sabes perfecto

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