rayodeluna21 - Tumblr blog

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Tengo que dejar de marcarme metas imposibles,

de embarcarme en acciones más kamikazes

que saltar al vacío sin cuerda.

Será un camino largo, lo presiento.

No aprendo ni a tiros que amenazan con volar mis ideales,

ni a golpes de talonario que es lo que algunos llaman suerte.

Tengo que dejar de buscar en el diccionario

una palabra que defina con precisión tu esencia,

tu presencia, tus miserias, tus manías y aquello de lo que careces.

Aunque yo eso no lo vea.

Resulta curioso, ¿no crees?

Pues mira si brillas e iluminas, que las estrellas ya no reinan en el firmamento.

Como un faro diseñado para evitar el naufragio,

como el reloj que da cuerda a un corazón ya dormido.

Que me da igual si ya mi brújula no señala al norte,

porque todos los caminos se llaman felicidad.

¡Y menos mal que te cruzaste por sorpresa!

De lo contrario, aún seguiría encerrada en ese laberinto sin salida.

Y sin tener aliados como Teseo.

Y sin tener un ovillo que me conecte a ese sitio mágico,

al que me he acostumbrado a llamar hogar: tus brazos.

Tengo tantas cosas que contarte, tal vez ya sean demasiadas

para esta corta vida que nos brindan.

Voy a dejarme pues de “dejes” para brindar con mis versos,

por todo aquello que aviva mi pluma.

No es que quiera abandonar la lucha

que muchos libramos a través del papel.

Es que ya me pesan las alas,

me han dicho que en breves romperá a llover.

Así que vamos, alza el vuelo,

que yo ya estoy exenta de cicatrices

y me alzo libre,

saboreando esa sensación tan dulce que siempre dejan tus caricias.

Así que vamos, que somos libres,

ovejas negras, nómadas que van buscando amor.

Emigraremos como aquellas golondrinas

que tras los meses de canícula vuelven a evitar sentir el frío,

esperando en su pequeño paraíso

el ciclo sin fin de una vida iluminada por la llama más intensa,

aquella que se enciende solo con pasión.

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Cerezos en flor

Secando tus lágrimas de tinta, aflora mi ambición por expulsar a esos fantasmas que siempre me rondan. Es demasiado grande lo que tenemos entre manos como para no creer en ello, como para dejarlos pasar. Libres y enteros, con las mismas alas que hacen que nos tachen de intensos. Únicos, eternos, yo ya no tengo dudas:quiero llenar mis noches con tu aliento. Que los días sepan a ese helado que saboreas con ansia el primer día de verano. Demasiadas son las razones, los años que nos arrastran siempre a la misma orilla. Aceptemos que en nuestro mundo no hay lugar para el miedo, pues todo lo llenan las ganas (que nos tenemos). Y resulta paradójico, quizás suene a chiste: atreverse sería la solución más sencilla. Para que así podamos dejar de actuar, para echar a un lado a la pena y al llanto, para que solo suspires recostado en mi almohada. Si somos incapaces de empezar de cero, continuemos transitando sin descanso ni remedio los mismos caminos de siempre. Aquellos que nos han visto ganar altura, perder las formas, dejando por una vez al orgullo abandonado en el arcén. Compañero de desvelos, ya conoces el camino. Vuelve a tocarte tirar de la cuerda. O tal vez sea en realidad mi turno y te arrastre hacia mí la valentía. Que nos domine a uno de los dos un día cualquiera, sin previo aviso. Porque juntos valemos más que cualquier tesoro, provocamos terremotos que evocan generaciones, resplandecemos más que los cerezos en abril. Ya lo dijo el gran Neruda, voy a hacerlo contigo. Me costará la vida, pero valdrá la pena. Aún no sé cómo pero saldremos de esta. Floreceremos entre la escarcha, vis a vis, cualquier diciembre.

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A sabiendas de que sé demasiado

Esta es tan solo una de tantas. Una noche más en la que me entra el complejo de filósofa. Y me pongo a divagar por caminos que jamás han sido transitados. Vuelvo a aquellos lugares que tantas veces me han visto perder la cabeza, ganar altura. Aquellos viejos rincones en los que empecé las más cruentas batallas, para luego acabar rindiéndome con gusto y avaricia. Sed de venganza. Sed de paz. Sed de la vida. Y entre tanto viaje astral, gobernado por tanta incertidumbre, por esa pura inconstancia que resulta incluso rutinaria, allí, a la deriva, está a punto de naufragar mi única certeza. Tanta belleza, cómo evitarla? Como el hecho de reconocer que estoy irrevocablemente enamorada de ese alma que me llena. Tan afín a mis demonios, tan ansiosa de que me ayude a rozar el cielo. Sentada en la orilla todo se ve con claridad. El reflejo de una gran historia, mil y un detalles que me delatan. Enamorada por la velocidad de mis latidos, por tantas noches en vela soñando despierta. Por esa tímida sonrisa que nace en mí al dibujar en mi mente tu rostro. Y ya ni hablar de si lo veo en directo! Por pensarte, desgastarte, idealizarte, odiarte. Más de lo que debería, con las yemas de mis dedos, en todos mis torpes versos, siempre que me abres la herida. Porque aunque​ no pierda el apetito, siempre me puede la impaciencia. Y las ganas de verte. Puede parecer que sé más de amor que cualquier antiguo griego, que de la vida sé demasiado. Y quizás sea cierto, ya que en torno a un quizás gira toda mi existencia, porque tal vez se traten solo de lágrimas de tinta transformadas en inútiles palabras. Porque tal vez esta historia jamás haya existido y yo, realmente, no sepa absolutamente nada.

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Me preguntan qué es felicidad y tus dedos ya están llamando a mi puerta Un nimio detalle, la enormidad todo lo que te define como única respuesta.

“  Everyone's filling me up with noise, I don't know what they're talking about. You see all I need's a whisper in a world that only shouts”

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Empecé el año en un antro cualquiera, lleno de botellas de dudoso contenido. Con ilusiones renovadas y poco dinero en la cartera. Andando descalza por las calles empedradas, dedicándole una oda a lo prohibido. Aquel amanecer no lo contemplé contigo pero la brisa consiguió estremecerme, se disfrazó de ti para poder susurrarme al oído. Como siempre hacías en los días más tristes para el cielo. ¿Para que esperar a que estalle la tormenta? Si podemos provocar hasta el más fuerte terremoto. De epicentro, mis latidos; cargados de electricidad tus labios.

Ayer estuve en un lugar maravilloso, por todas partes colgaban sueños. Tímidas sonrisas se escondían bajo espuma de cerveza. Alguien, a lo lejos, recitaba versos realmente hermosos. Era el templo de los amantes del diseño, el sitio perfecto para perder la cabeza. El nombre parecía sacado de uno de los textos que no podías evitar escribir al escuchar ‘Never mind’. Pero a mí me importaba demasiado. Tanto, que pensé en robar esas luces de colores, para que no pudieras evitar llamar hogar a mi pequeño refugio y no descubrieras que se había apagado la mía para siempre, junto con parte de la esperanza. Porque aún sigo dentro del túnel.

Abril trajo consigo experiencias fascinantes. Un sueño cumplido, el mundo a mis pies. Castillos de leyenda, ciudades que nunca duermen. El miedo a volar sola y no verte nunca más, el reencuentro en tierra firme que nunca se produjo. Qué guapos eran los chicos holandeses, me recordaban tanto a ti. Como las luces que se encienden cuando Polonia duerme y el gran Pete Doherty alza la voz. Tú desvariando en tu habitación, bailando al compás a tu vida acorde. Yo y mi litro de Glückwein en un rincón, bebiendo pa tener fresco el recuerdo de tus dedos recorriendo el reborde de mis labios. Húmedos. Sedientos. Implorantes.

Y cuando el paso del tiempo tiña de plata mis cabellos, cuando en mi rostro se refleje la huella de penas y alegrías, solo entonces, cuando la memoria ya no sea de fiar, volveré a desempolvar esas viejas cartas que te escribía cuando no me dejabas cerrar los ojos, esa foto que me diste porque te veías guapo, aunque yo solo tuviese ojos para ti, aunque solo me importase el fascinante mundo que se escondía tras tus pupilas. Porque en toda una vida no podré olvidarte, espero que puedas quedarte. Porque ningún día dejaré de soñarte, y ya ni hablemos de las noches. Porque todas las cosas llevan tu nombre. Porque solo con mirarme alteras mis desorden.

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Te he dedicado líneas sin sentido, incluso para el vanguardista. Y creo que ha llegado la hora de hacerle justicia, a esa historia que se halla enredada en mis versos.

Nada más te vi, ya sentí haberte conocido. Ojos de aguamarina, veloz tu latido. Incluso para el mejor pianista. Cabello ensortijado, sonrisa casi ficticia. Por santuario una playa, en tus sueños inmerso.

Año impar, muchas desgracias. Y alguna que otra carta por escribir para aliviar las penas que trae la soledad consigo, para leer desde tu casa en el árbol, cuando tal vez yo ya no esté contigo.

Año par, vuelta a las andadas. Mi corazón se harta de por ti latir. De que solo podamos contar un par de estrellas las noches de verano, entre frutas maduras y botellas.

Madrugadas en los portales, amanezco entre tus sábanas. Peleas infantiles, caricias estudiadas. Me pierdo en tus miradas y tú lanzas misiles.

Brújula imantada que dejó de ser mi norte. No la horma de mi zapato, sí la piedra en el camino. Hablamos de amistad, de amor en el colchón, de despedidas. Y tan solo nos faltó probar nuestra propia medicina.

Vuelves a mi vida, se acciona el resorte que agita mi corazón, muy escamado ya con el destino. Nueva oportunidad, el mundo en mi habitación. Sin destruirnos. Escondías un secreto, susurraste tus desvelos. Después de tanta adrenalina...

Es algo fabuloso ver crecer a la persona amada. No en altura ni tamaño, ver como le afectan los daños, como madura año tras año. Esa alegría desenfrenada, esa locura que da la vida, que se convierte en cordura realmente hermosa.

Y me gustas así, siempre tú. Sencillo, alocado, herido, tranquilo o precioso. Sin algo que ofrecer o dando sonrisas a cambio de nada. Más valiente que mis labios, al besar nada tacaño.

Qué quieres que te diga, no puedo vivir sin ella. Sin esa luna que eclipsa a todo un firmamento. Sin intentar decirte todo lo que siento.

Y esperaré, aunque las noches se me hagan eternas. Aunque en mi piel se dibuje el paso del tiempo. Porque no solo quiero volver a tenerte entre mis piernas. Porque te quiero y quiero sentir tu aliento, dentro. Contento. Sentirte a ti.

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Look at you kids with your vintage music Comin' through satellites while cruisin' You're part of the past, but now you're the future Signals crossing can get confusing It's enough just to make you feel crazy, crazy, crazy Sometimes, it's enough just to make you feel crazy

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Callas con la precisión de un mudo.  Mientes como lo hacen los amantes.  Huyes ágil como los ladrones.  Dejas mi alma hecha jirones,  cargada de razones.  Fría como un vendaval de nieve.  Dura como las piedras del camino.  Diva casi más que los cantantes.  Torpe hasta para despedirte.  Maldigo el día en que viniste.  Este caminar hacia tu ombligo,  esta zancadilla del destino.  Este gato callejero en celo  que te echaba de más y ahora de menos.  Esos labios que no dan calambre,  este malvivir sobre tu alambre.  Este no saber ni lo que escribo,  este no dormir si no es contigo.  Posas y a la vez te autorretratas.  Falsa como la fe de los ateos.  Firmas ordenando este deshaucio.  Cruel, dices que ya nos veremos.  Descuida, ya te vendrá el invierno.  Este caminar hacia tu ombligo,  esta zancadilla del destino.  Este gato callejero en celo  que te echaba de más y ahora de menos.  Esos labios que no dan calambre,  este malvivir sobre tu alambre.  Este no saber ni lo que escribo,  este no dormir si no es contigo.  Esta nieve en plena primavera.  Este: "te me marchas con cualquiera"  Esta boca que ahora se desdice  de lo que prometiste.  Este caminar hacia tu ombligo,  esta zancadilla del destino.  Este gato callejero en celo  que te echaba de más y ahora de menos.  Esos labios que no dan calambre,  este malvivir sobre tu alambre.  Este no saber ni lo que escribo,  este no dormir si no es contigo.

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Quise dedicarte un par de versos sin sentido, grabar tu nombre en una casa en ruinas, dibujar en tu mente un retrato de mi alma. Para que solo tú pudieses sacarles la miga, para que veas hermosura en lo decrépito, para que no sigas escuchando aquella vieja canción, que anuncia el fin. Pero querer y poder no son sinónimos perfectos, más bien hacia la antonimia van rectos. No es lo mismo volver que nunca haberse ido, hundirse en el mar que coronar la cima, saltar hacia el vacío que añorar la calma. Porque puede que no tengas interés en lo que diga, porque las lágrimas de tinta no son ya nada inédito, porque siempre quieres ser mi abrigo pero a la hora de compartir camino, te vas al otro confín. Hermosa contradicción, tu mirada me atraviesa, siento vértigo del bueno. Como cuando juega en el parque una niña traviesa y le da igual que llueva, nieve o caigan truenos. Tremenda adicción, a verme enredada entre tus piernas, un par de tardes de incendio. Como dos exploradores con sus linternas, que ante un gran hallazgo gastan todas su luz, clavados sin remedio. Triste indecisión, la de tu cruel corazón. Hoy le ruego que se despida y me deje continuar mi vida o que quite el cerrojo de esa puerta que anuncia un futuro prometedor. Una verdadera unión entre los dos, donde no corra el aire y nos quedemos sin respiración, pero seamos un único latido, hasta perder el sentido.

Poderte querer, querer no poder…

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Cada vez que nuestras miradas se cruzan O el roce con tu cuerpo se hace inevitable Buscando una razón para soltar el lastre Aumentan mis deseos de pedirte un tiempo extra (ordinario) Rabia, dolor, frustación, se funden en un sinsentido Derramando lágrimas en vez de palabras Escondiendo inútilmente las ganas de que no abandones este juego.

Todos aquellos que de acrósticos sepan podrían intentar echarme un cable, descubrir el gran desastre, que huye del valor a diario Quizás tú no seas de esos, tal vez no lo he merecido Quizás esté aquí esperando a que me abras la puerta Cuando yo ya te he cerrado la ventana para no arder en tu fuego.

Qué gran torpeza la de mis labios Urdiendo planes sin juntar palabras Enredados en los tuyos sin remedio Desnuda entre mis sábanas, cosida mi boca Ardiendo en deseos de asestarte el golpe Traicionero sentimiento que me acalla Espléndido vacío si te pierdo.

[rayodeluna21]

Solo bastaría una promesa

para llevarme contigo al fin del mundo,

para que el sol nos dé su bendición,

para empezar a contar todas las estrellas del cielo.

Solo necesito una garantía

que demuestre que el mundo se equivoca,

que la mayor bendición es sentirte cerca,

que puedo unir las estrellas dibujadas en tu espalda.

Solo exigiría una razón

para saber, si me voy, me quedo, o me hundo

para que empiece a desempolvar nuestro colchón

o, por el contrario, deje que lo cubra el hielo.

Solo bastaría una señal

que me ablande, me destruya, o me haga roca

por la que merezca la pena no ser terca

o luchar por tenerte sin bajarme la falda.

Solo necesito una mirada

cargada de sinceridad, de miedo a fallar

y a querer

A partes iguales

Solo exigiría una sonrisa

cargada de futuro, de planes por trazar,

y de presente.

Porque quiero tenerte aquí y ahora. Porque nunca es tarde para empezar a querer, pero tampoco pronto para dejar de hacerlo. Porque nos necesitamos, porque tenemos esa suerte y esa desgracia. Porque ya es hora de reconocerlo, de hacerlo bien, a nuestra manera. Sencillamente complicado. Sin palabras comprensibles para el resto, utilizando todas las balas que cargan nuestro diccionario.

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Qué sensación tan agradable supone hablar con desconocidos. Con esa chica del pupitre de al lado de aire risueño que vive a más de 100 kilómetros y que está allí sentada luchando por cumplir un sueño, con la persona que te roba el mejor asiento existente en un vuelo transoceánico porque va a reencontrarse con un viejo amor. Qué buenas vibraciones desprenden esas personas que antes de juzgar te escuchan. Y qué gran paz poder desempolvar los recuerdos sin que alguien los haya modificado a su manera. A veces quiero escapar de la ciudad porque no me vale con cerrar los ojos. Y aunque tenga el cuerpo hecho a prueba de mediocres, hasta la persona más cercana te acaba juzgando. Nadie es inmune al veneno del áspid cuando está al borde de la muerte. Piénsalo, quien no querría huir en una situación así? Y todavía les extraña que pase los días en mi mundo, que viva con complejo de pájaro enjaulado. Bonito recorrido, no crees? Están los que aún te pueden sorprender, los que venderían hasta su alma por sorprender a los demás y después.. Aún​ no sabes lo que viene después? Los amigos verdaderos? Quizás, aunque esos los cuente con los dedos de una mano. Pero mi mente siempre proyecta la misma película. Aquella que tú protagonizas. Por último estás tú, diferente a todo. Como una maldición que en cambio a veces me redime. A ti, que amas adentrarte en territorio peligrosamente desconocido, que tienes un corazón cerrado a cal y canto que sin embargo, en el momento adecuado tiende a desbordar por su infinita bondad. A ti que prefieres ser la oveja negra que perderte entre el tumulto, y que a la vez sabes apreciar la magia de la soledad (que vale mil veces más si estás frente al mar). A ti que la cagabas, que me escuchabas, que te sincerabas, que me destruías por completo para después volver a subirme a los tejados. A ti, de ti, por ti, contigo. Tantas preposiciones para al final decir lo mismo: hoy (y siempre) tengo ganas de hablar contigo, de cosas nuevas, de lo de siempre. Desde que salgan las estrellas hasta que nos salude el sol. Y vuelta hasta alcanzar la luna.

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Me conoces. Ahora y entonces. Soy un desastre, no me lo tengas en cuenta. Soy una chica con mucho carácter y muy intensa, sé que puede parecer que esté loca. Pero no soy solo un desastre: soy el desastre que tú necesitas. No puedo escuchar a nadie cuando te fijas en mí. Soy perfectamente imperfecta, sí, espero que lo notes. Dime que lo notas. Porque sé que has estado pensando en ello.

No te vayas. Desconecta tu mente y deja que tu corazón respire. No necesitas preocuparte. Tal vez jamás consiga poner en orden mi mierda. Pero no habrá nadie que te quiera mejor que yo.

No te vayas. Lo que tenemos aquí es irreemplazable. No cambiaría esto por nada.  Tal vez jamás consiga poner en orden mi mierda. Pero no habrá nadie que te quiera mejor que yo. Más que yo.

En una habitación llena de gente, si estás tú, no veo a nadie más. Cuando nos peleamos y tú tienes razón... Lo siento, hago que sea más difícil.  Pero no soy solo un desastre: soy el desastre que tú necesitas. No puedo escuchar a nadie cuando te fijas en mí. Perfectamente imperfectos, cariño, eso somos nosotros. Cariño, eso somos nosotros. Porque sé que has estado pensando en ello.

Sentados en la salita. Me miras, yo te contemplo a ti. Veo la duda, veo el amor que tengo. Y es todo para ti. Deja que me envuelva a tu alrededor, cariño. Déjame decirte que lo eres todo, lo eres. Las palabras se me escapan, no sé por donde empezar...

[rayodeluna21]

Resaca a base de recuerdos

Ya hace tiempo que capté la ironía

con la que juega el destino (llamémoslo casualidad)

cuando menos me lo espero, cualquier día

cuando no te necesito, te pone en mi camino (apelo a la piedad).

Un detalle en una fecha señalada (llamémoslo cicatriz)

inapreciable para muchos, crucial para mí

una estocada a base de palabras dada (apelo al aprendiz)

veo una foto tuya y pienso ¿qué será de ti?

¿Qué será de aquellos momentos que compartimos?

enfureciendo al cielo, levantando un vendaval (y un aroma tormentoso)

¿Qué será de las vías, los cruces de caminos?

los mil y un fantasmas, tu instinto animal (pero hermoso)

¿Que será de todo aquello que destruimos?

cuando aún no habíamos colocado los cimientos (y de un hilo pendíamos)

¿Que será de los bosques, los cobertizos derruidos?

tus miedos tan adentro, los míos descubiertos (pero resistíamos).

Año nuevo, vida nueva

eso dicen los que pretenden llegar lejos

pero ellos no te conocen, ni han pasado por la prueba

de tener que olvidarte, sufriendo la persecución constante de tu reflejo.

[rayodeluna21]

Soy consciente de que son las 4 de la madrugada, pero las almas atormentadas siempre llegamos tarde a nuestra cita con Morfeo.[Y ya ni hablar de los corazones rotos] Soy consciente de que tal vez nunca leas esto, sencillamente porque no me atrevo a hacértelo llegar. Pero necesitaba plasmar esta historia a partir de recuerdos, de imágenes difusas, de objetos que tienen el don de ver, oír y callar. [Y es que a la inspiración no es bueno echarle el freno] Recuerdo con nostalgia el banco en el que me atreví a rechazarte, el momento en el que pensé en ti mientras me entregaba a otro, las palabras que me hicieron sentir como en casa cuando estaba perdida. Añoro las noches de confesiones bajo las hogueras, la tarde en la que me reí de ti por friolero, las excusas que ponía para verte más rato, las cervezas a medias, los iconos que siempre te daban más suerte que cualquier talismán. Revivo cada día el primer beso, bajo los restos de la biblioteca, tan pefecto, con la luna como único testigo. Y también el segundo, hasta que perdí la cuenta. Y todo lo que me perdonaste, con ese corazón de oro que parecías tener por bandera. Me arrepiento con frecuencia de no haber podido ser más práctica, una mujer sencilla y sin viejos fantasmas con los que cargar. De la noche en la que perdí el temple y dejé al descubierto un ser que no se corresponde absolutamente con el mío propio. Consideré la posibilidad de empezar a rezar el día en el que decidiste perdonarme. Y luego volvieron las tímidas miradas cargadas de ese "algo más". Y volvió a suceder. Y en la pista de baile me sentía la reina pero solo quería ocupar tu trono. Y te besé como nunca nadie jamás lo haría desnudándote hasta el alma. Y de repente todo se rompió. Y mi mente dibuja la valla que pateé aquella última noche de verano, las palabras hirientes e incomprensibles, las lágrimas que no cesaron en días enteros y que aún se hacen de rogar alguna que otra noche. Impotencia, tristeza, orgullo, decepción, coraje. Todo uno. Quizás fue el miedo a perder, el más puro terror a enamorarse, la inmadurez más absoluta. Pero no sé si lo sabré algún día. Ojalá que las calles vuelvan a gritar tu nombre y que sea a modo de respuesta, al traer el viento el mío propio recitado por tus labios. Que no dudes en abrazarme para calmar tus miedos, que te molestes en seguir conociendo a la chica a la que un día soñaste con besar, que me puedas perdonar algún día si he pecado de egoísta, impaciente o soñadora. Y sobre todo que te puedas perdonar a ti mismo por todo lo que sigue dentro de ti impidiéndote volver a sentir sin temor. Mientras tanto te espero en el beso de siempre, en nuestra lucha cuerpo a cuerpo, nariz contra nariz.