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junseokkie‌.

“¿Ayudarte?” su duda queda plasmada sólo en aquella palabra. Junseok bajó la vista hacia la mano, luego la subió. Tenía las cejas ligeramente arqueadas.

“¿Tan loca suena la idea, Junseok? Sería bueno para pasar algo de tiempo juntos. No nos hemos visto demasiado desde nuestra cita en ese hotel. La cita que ganamos. ¿Crees que no te hecho un tantito de menos?”

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fnnvgirl‌.

“Yo diría que luzco como una persona que va en camino a tomar la siesta,” un puchero se instala en sus labios, “pero que podría hacer una excepción por ti. Ya sabes, por tu carita linda y todo eso.”

“¿Interrumpirías tu siesta por mi?” la pregunta sale de sus labios como si fuera lo más lindo que podían hacer por él, aunque se lo toma más como un juego. “No me podría tomar el atrevimiento de quitarte así como así tus horas de belleza. Pero puedo darte algo a cambio, si me ayudas. Lo que sea.” 

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soom-parker‌.

Humedece sus labios y permanece atenta.— Claro, me encantaría — Observa a la menor esperando su reacción, la mira hacerse del objeto ofrecido y levantarse para caminar hacia la mesa de su altura. Expresa con algo torpeza por la inexperiencia.  Mira a Reuben, casi entra en pánico por no entender. Le causó demasiada ternura la forma en la que los pies pequeños avanzaron con ese balanceo corporal hacia la zona. No puede evitar reírse — Creo que hay un set de doctor por allí — Dice avanzando hacia la niña — ¿Crees que tenga que disfrazarme? Por favor no lo — Se ruboriza con una risa nerviosa — Tomes del otro sentido — Pide con temor a que haya sido ella quien dejara la idea de la idea.  — ¿Está rico el té, pequeña? — Pregunta dudando si estaba bien lo que hacía pero tenía miedo que la niña se cayera para atrás de su sillita — ¿Es segura esa silla? ¿No le pasará nada? — Persiste en su propia desconfianza abarcada en miedos.

La niña toma de su tacita como si hubiera verdadero té en ella, y Reuben agarra un pastel de plástico. Mirando de reojo a Soomin, le sonríe con apenas una pizca de picardía. “Ni se me había pasado por la cabeza pensar tal cosa ¿Qué imagen tienes de mi?” finge la ofensa así como finge comerse el pastelito, y pronto se sienta en el suelo. Es demasiada la diferencia de alturas, y lo mejor era acortarla lo más posible. “Esperemos que no le pase nada, de seguro está acostumbrada a su sillita. Y si no, pues tendremos que cuidar que no se golpee. ¿Cierto amiguita?” pero la niña no responde nada, sólo los mira y luego se pone a jugar, como no queriendo que se salgan de sus personajes. “Tal vez, en ese caso tengas que hacer de doctora,” y procede a beberse el té de mentiras. 

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Reuben fijaba su mirada en la nena, y la sonrisa no se podía borrar de sus labios. Lo cierto es que no tenía una respuesta a la pregunta de su compañera, o al menos no una dirección dada por los profesores. “¿Supongo que hay que jugar con ella?” asume, acercándole a la niña una tacita de plástico que ha recogido de la mesa de niños. “Hay juguetes, la tenemos a ella--- imagino que se animará si nos mostramos interesados en lo que sea que quiere. ¿Te gustaría asistir a una fiesta del té, Soomin? ¿O tal vez algo de roleplay?” 

La actividad no le entusiasmaba demasiado, no entendía demasiado el comportamiento de menores, no existían tanto niños en su familia, y el trabajar en una florería tampoco era un espacio concurrido por menores. Les había tocado de dos años, la pequeña que tenía el chupón en su boca y balbuceaba palabras que Soomin no entendía. — Realmente no traen subtítulos — Intenta reírse y deja a la menor en el suelo — ¿Qué hay que hacer con ella? — Pregunta arrodillada al lado de la niña con cierta sonrisa en los labios, estaba sorprendida de lo pequeña que era y lo inquieta. ( @rbnmaki / @theoneact )

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“Tú luces como que podrías ayudarme en algo,” con su mano rozándole el brazo, le pregunta a quien tiene más cerca. 

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 “Podría ser. Tal vez vimos mal mapa,” y a pesar de su voz tranquila, tal vez se puede percibir algo de frustración en su cuerpo. De todos modos, se encuentra relajado. “Siempre dicen que los hombres son buenos leyendo mapas, pero lamentablemente soy la excepción de la regla. ¿Qué dices?” le muestra el mapa en la forma que lo estaban leyendo, mirando a su alrededor con duda, tratando de imaginarse el lugar en su cabeza. “Se supone que estamos aquí. ¿O deberíamos estar acá?” 

prueba semanal: treasure map. ( @rbnmaki​ / @theoneact​ )

“aquí tampoco está” sentenció con decepción, después de ingresar a una de las tantas salas de la embarcación. una alfombra marrón, la lista de objetos a buscar indicaba en primer lugar, y había sido ilusa en pensar que su encuentro sería fácil. no obstante, hasta el momento sólo se había topado con áreas cuyas alfombras eran de distintos colores menos el pedido, o, en todo caso, carecían de una. “¿crees que estemos en la cubierta equivocada?” consultó con el contrario, ya no queriendo perder más tiempo. 

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“No me digas que te tomaste la molestia de hacernos regalos a los tres,” le dedica un semblante lleno de incertidumbre, una suave media sonrisa curvando sus labios. No esperaba recibir nada de sus compañeros, si era honesto, por lo que la pulsera entre sus dedos le llenaba de cierta calidez interior. “¿Siempre buscas feedback de los regalos que das? Normalmente puedes leer si no les gusta en los rostros de quienes reciben el regalo, pero---“ se amplía su sonrisa mientras con una mano señala a su cabeza como invitándola a estudiar su expresión. “Ahora necesito sabes cuándo es tu cumpleaños.”

     La surcoreana se presentó frente al hombre con una sonrisa en la faz, extendiendo el pequeño presente entre sus dígitos con la esperanza de que lo tomara de buen agrado. “He oído que es tu cumpleaños, al igual que el de otros dos compañeros” acotó, resultándole curioso aquel detalle. “Así que quería hacerte un regalo. Si no te gusta puedes decírmelo, no me molestaré” pronunció confiada. En el interior del paquete descansaba una pulsera de cuero y acero. @rbnmaki

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“Creo que quien tenía en mente ya consiguió a alguien,” se lamenta, como si no hubieran al menos diez personas más como opción, viéndolo todo desde una perspectiva general, amplia, con todas las posibilidades en display. “¿Por qué? ¿Planeabas invitarme? No te puedo asegurar que estaré dispuesto a besarte el trasero en un día como San Valentín.” 

     una idea fugaz, pequeño hilo de pensamientos inconexos y no estudiados, inunda su mente con un escenario que le hace detener sus pasos en seco. se mantiene allí por un segundo, masticando y tragando su descabellado plan hasta finalmente digerirlo; cuando finalmente lo logra, detiene a la primera persona que se cruza en su camino. “eh, tú.” le llama, moviendo una mano en el aire. “¿ya tienes pareja para la fiesta?”

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Evitar sonreír cuando el otro estaba siendo su adorable persona era imposible. “Es gracioso que disfrutes de tu helado cuando luego te cuestionas si podría estar envenenado. ¿Debería asumir que tienes tendencias suicidas?” una arruga se forma en su entrecejo de la mano con el pensamiento oscuro, su mirada fija en el contrario. “¿O tal vez las señoras bajitas son más propensas a convertirse en homicidas? Yo creo que sólo lo hizo por cortesía. Tal vez la gente de Guam tiene buen corazón, y es amable con los extranjeros como incentivo para que vuelvan.” 

“¿Puedes creer que una señora pagó por esto? Era muy bajita. Muy bajita.” La inocencia que desprende es vergonzosa. Se contradice con la muequita que trae en el rostro, temeroso de que sus intenciones para con él hubiesen estado manchadas. Eso no lo detiene, sin embargo, de disfrutar su helado. “No quería que lo hiciera, pero insistió e insistió después de que me hizo tirar el primer cono que compré. ¿Qué tal si tiene veneno?”

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aedanseo‌.

        ❝ bueno, ❞ comienza a argumentar, sus manos dentro de los bolsillos cuando levanta la mirada ante aquel lujoso traje. lo encuentra la definición perfecta de desgracia mundial, pero esta vez decide mantener los labios sellados y no emitir ningún juicio. no vaya a ser cosa que el contrario se enfurezca tanto que lo abandone y pierda por segunda semana consecutiva. ❝ la esperanza es lo último que se pierde y de eso tengo mucho. ah, bueno, sabes mi nombre. ❞ se sorprende un poco, asintiendo suavemente con su cabeza antes de comenzar a caminar. ❝ qué bueno que no entramos a esa tienda, los trajes parecían ser sacado del circo. ❞ pausa. ❝ ¿vas a decirme tu nombre o tendré que preguntar a alguno de los camareógrafos? ❞

“Claro, si en los circos se visten con gusto. ¿Los camarógrafos se saben mi nombre? Tal vez con uno de ellos debería participar para tener una chance de ganar,” bromea al final, mirando superficialmente las tiendas por algo que le llamase a gastar dinero. Lamentablemente, no andaba muy con ánimos de andar comprando, pero al parecer en eso se estaba convirtiendo el día: una oportunidad de comprar algo. Cualquier cosa. “Dime algo de ti. ¿En qué ciudad naciste? ¿Qué año? ¿Tienes hermanos, mascotas?” 

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junseokkie‌.

Deja los utensilios de lado por un momento. Busca una servilleta, en ningún momento mirando a Reuben, y justo cuando limpia sus comisuras escucha aquello último. Cree que la información entra por un oído y le sale por otro pero al mismo tiempo sabe que no lo hace, pues la idea queda zumbando en algún lugar de su cerebro incluso minutos después. “Mis padres nunca fueron de viajar mucho. En el colegio tampoco organizaron gran cosa” y a la universidad, como tal, nunca fue. Teniendo en cuenta eso y que vivía dedicado a su trabajo, no le quedaba mucho tiempo para otras diversiones. “Ojalá sea una primera vez digna de recordar” musita de último, cargándose con una nueva bocada. Le gustaría deshacerse del nerviosismo que se le encajó desde el reto del fin de semana, así podría ver a Reuben a los ojos sin tener que recordar lo que había hecho… Pero no lo hacía. Desde entonces que le había costado bastante dar la cara.

Quisiera asegurarle que será una primera vez digna de recordad, pero no quiere ser quien decida eso. El lugar mismo y su propia compañía lo harían decidir más tarde, aunque una parte de él cree fielmente que será así. Reuben se lleva comida a la boca también, entonces, vistiendo una sonrisa. No sabe exactamente cómo interpretar el nerviosismo que puede sentir viniendo desde el contrario. Lo más importante para él es identificar si es alguna reacción positiva o negativa, pero en vez de seguir dándole vueltas, prefiere dejar fluir lo que sea que estuviera pasando. “¿Alguna vez habías estado fuera de Corea?” le pregunta, picando la ensalada y llevándosela a la boca. Entonces lo mira, esperando que su mirada fuera lo suficientemente atrayente como para que le permita encontrarse con sus ojos. “Si tuviera que adivinar, diría que no.” 

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Reuben lo observa mientras habla, a la vez manteniendo cierta atención puesta en lo que se servía. No fuera a ser que se ensucie sólo por distraerse mirando al contrario cual enamorado. “Estuve en uno un par de veces,” contesta picoteando algo en su plato. “La primera vez, cuando era muy niño, junto a mis padres. La segunda fue con un compañero de universidad, que creyó que hacer una fiesta en un lugar de lujo e invitar a toda la generación era buena idea para hacer amigos en la escuela de leyes.” Se sirve un poco de su bebida. “Pero esta es la primera vez que estoy en uno con alguien de mi interés. ¿Te gusta el lugar?”

El restaurante del hotel le pareció bastante bueno. No sólo la comida estaba muy bien preparada, el trato de los mesoneros era excelentes y el ambiente general, entre el decorado y la suave música que les acompañaba, le hacían sentir cómodo. O quizás aquello era producto de un Junseok que se enfocaba demasiado en los detalles de un lugar completamente nuevo. “Nunca me imaginé visitando un Lotto… Ni siquiera en Corea” comenta en voz baja a modo de iniciar la conversación. Ya había consumido más de la mitad de su plato pero le pareció un buen momento para charlar. “¿Alguna vez habías ido a un hotel de cinco estrellas?” ( @rbnmaki )

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Contiene una risa, sus manos dentro de sus bolsillos de manera casual. Mira a su compañero por un par de segundos, y su mirada se distrae de inmediato con la tienda más cercana al oír las palabras que escaparon de sus labios. Se dirige en esa dirección, donde un maniquí lucía un traje lujoso que llamaba su atención. “Dios mío, estamos jodidos,” suelta casi en un murmuro, una sonrisa divertida ocupando su semblante. “¿No te sabes ni mi nombre y piensas que podemos ganar una competencia así? Que lindo. Ven, Aedan, no perdamos el tiempo. Mejor veamos qué hay interesante por estos lados.” 

@theoneact ft. @rbnmaki !!

        con el sabor de la derrota pasada aún en su paladar, desciende del vehículo y se mantiene frente a las puertas de un centro comercial, cierto deje de decepción sobre sus hombros. con su mirada, busca a su compañero y le hace una seña para que se acerque. ❝ no sé ni tu nombre. ❞ es lo primero que escapa de sus labios, sin siquiera una pizca de vergüenza que debería tener al ya haber pasado un par de semanas. ¿cómo es tan difícil memorizar los nombres de un poco más de veinte personas? ❝ supongo que será difícil, pero espero que tengas gustos comunes y corrientes. así, si la jodo pronto, cabe la posibilidad de que no la joda tanto si tus gustos son genéricos y puedo inventar. ❞

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junseokkie‌.

“Cerrando los ojos” su petición es una guillotina, completamente certera y al grano. De ese modo no pensará en lo muy extraño que se sentirá lo que hará a continuación. “Tú cierra los ojos y confía en mi…” esta vez habla más bajo. Con el pulgar remueve la tapa del frasco. Él suspira, casi imperceptiblemente. Por dentro se cuestionaba si esta era la clase de aventuras que Reuben esperaba encontrar.

Reuben no es realmente alguien quien cierre los ojos ante cualquiera, desconfiado del mundo quien siempre tiene un puñal listo para clavarte en la espalda. Pero le hace caso de todos modos. Y es más, hasta vistiendo una sonrisa, dejándose llevar nada más que por el sonido de su voz. Suspira profundo cuando un nudo parece estar formándose al interior de su zona abdominal. En ese minuto, usar sus palabras estaba de sobra.