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Con el cabello amarrado.
Desde que era adolescente me gustaba tener el cabello largo, aunque eso implicara una lucha constante contra la sociedad, aunque suene exagerado. Crecí en un sistema público donde los estereotipos marcaban la guía de vestimenta y apariencia física, además de mi color de piel y talla física tenía que competir contra esos estereotipos. Cuando era joven no me interesaba, simplemente cortaba el cabello y esperaba que volviera a crecer, al pasar los años y empezar mi vida profesional, el estereotipo de que los hombres no deben usar el cabello largo incremento, ya no obtenía reportes en una libreta, simplemente era excluido de diferentes puestos y convocatorias. Al salir de la secundaria, al hacer el servicio militar, al comenzar a buscar trabajo, cada comienzo iba acompañado de un nuevo corte de cabello, solamente al entrar a la universidad, tuve esa pequeña libertad que te brinda la educación superior, la libertad de poder expresar y aprender sin importar las apariencias, sin embargo un “error” mío fue estudiar psicología y además enfocarlo a la educación, vaya pecado.
En México se piensa que el cabello largo solo puede ser utilizado si te dedicas a cosas creativas, si eres FreeLancer o si de plano eres un desempleado, pareciera que el cabello influye en tus capacidades cognitivas, pareciera que por tener el cabello largo pierdes toda clase de respeto y que nadie estará dispuesto a aprender o laborar contigo si no traes un corte de pelo más “decente”.
Parece que mi país continua en el siglo pasado, donde el cabello largo era una especie de acto rebelde contra en sistema opresor.
Me da tristeza que al buscar un nuevo empleo tenga que cambiar radicalmente mi aspecto para poder encajar en un sistema que me niega el sentirme cómodo con mi apariencia, porque aunque ya nadie me lo dice frontalmente, sé que he perdido la oportunidad de obtener un par de trabajos por mi apariencia física y todo por tener el cabello amarrado.
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Citas sin contexto
“La soledad no se toca el corazón para humillarme”, así comienzo este texto después de reflexionar por días lo difícil que es continuar. Más allá de la ausencia, queda esa sensación de que algo falta, una necesidad extraña de llamar, de escucharte, aunque ahora ya no es tan fácil. Sigo pensando si fue lo correcto, mi afán por querer estar bien, por no lastimarte me hizo tomar la decisión más madura de mi vida, jamás creí que fuera tan complicado.
“¡Separarse de la especie por algo superior, no es soberbia es amor”, PUM! Jamás creí que entendería esta frase, sin duda es el amor el que me hizo alejarme, ese amor que creció durante estos nueve años y medio, ese amor que me enseñaste a cuidar, de verdad te agradezco lo mucho que me ayudaste a crecer, no lo habría logrado sin ti.
Aunque pienso en todos los posibles escenarios, sigo firme en mi decisión, por contradictorio que parezca, contigo todo era especial, a tal grado que me olvide muchas veces de mí, siempre estaba pendiente de lo que tu querías, aunque la última vez dijiste que no, “estaba en mis 20 y no quería perderme eso, pero ¡me lo perdí ¡y querías todo tan rápido! ¡Ni siquiera quería casarme! hay tantas cosas que no hice.” Y te amaba y no quería perderte, aunque el que se terminó perdiendo fui yo.
Ahora en la desintoxicación me siento tan jodido, que “qué otra cosa puedo hacer, si no olvido moriré y otro crimen quedara sin resolver” así de extrañas son mis noches. Experimento sensaciones, me invaden los recuerdos, siento que te quiero y a veces que te odio, mi cabeza está hecha un nudo que intento desenredar. No planeo borrarte, aunque quiera no se puede, vivirás en mi memoria toda la vida y no me molesta, te ganaste ese lugar.
Por último, quiero decirte que siempre estaré para ti, si me necesitas estaré dispuesto a ayudarte, estaré en deuda contigo, no cambiaría nada de lo que vivimos, de lo que dijimos, de lo que sentimos. Gracias por todo.
“nunca dejare de amarte, aunque ya no tenga sentido”.
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Hoy, firme el acta de divorcio. Se siente extraño, esa es la palabra, extraño.
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Capitulo 1:
Hace un año que empezó, solo unos segundos, un par de miradas, sonrisas nerviosas y un par de fotos después; nos quedamos mudos un rato, solo así, perteneciéndonos, anhelándonos, destinados a serlo todo.
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Mi abuela dice que adopte otro gatito para que no esté solo. No sé cómo volver a hacerlo, cómo volver a no sentirme solo. Yo ya tenía tres gatos.
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Uno, de joven, idealiza el amor pensando que su pareja le amará incondicionalmente, por siempre y para siempre. Con el tiempo la vida te va enseñando que quizás el amor es más un pacto, una negociación afectiva de convivencia. El amor parece un perro pero es un gato.
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Resistir para no dejar.
Resistir para no olvidar.
Resistir para no perder.
Resistir a pesar de todo.
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De vuelta a casa.
De vuelta a casa, ella me acompañó en forma de lluvia ligera, de aire fresco, atardecer naranja y hasta en forma de arcoiris. Ahora todo tiene sentido.
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Me dieron ganas de escribir.
Siempre me ha encantado la lluvia, es tan fuerte e imponente, jamás había visto llover tanto en mi vida, después de ver las inundaciones que está provocó, la sigo amando, me muestra la fragilidad y lo vulnerable que puedo ser. Mi casa no sufrió grandes daños y me solidarizó con todas las personas que si han perdido todo. Está ocasión el daño es emocional, literalmente llueve sobre mojado. Los grises en el cielo, la humedad en la calle, cada día me siento más cansado y se que parezco funcional pero me está costando, escribirlo me ayuda. Entrenó mi cuerpo porque no se que demonios venga mañana, solo quiero estar listo, aunque ayer me di cuenta que no se puede, ojalá la mente se entrenará tan fácil como el cuerpo, me cuesta el triple. Llegué al momento dónde extrañar ya no me parece extraño (barras) escribo incoherencias y hablo barbaridades solo para distraerme y no es que no tenga nada que hacer, simplemente no quiero quedarme quieto, siento que me apago. Hay cosas que son mucho peores que estar solo, lo sé, pero está es mi trinchera y me sigue lloviendo.
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Si un día me pides que te bese hasta el amanecer, cubrire todas las ventanas. No volveremos a ver la luz del día.
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Te extraño.
A veces te hecho de menos, mañanas, tardes o noches, nunca hay un horario establecido. A veces solo llegas de imprevisto y te quedas. Te quedas mucho tiempo, cómo ahora y me encanta, aunque no es lo mismo, te extraño, como hace mucho no extrañaba a nadie, necesito verte y sentir tu aroma. El reloj se detuvo el día que te fuiste, eso parece, no puedo acelerarlo, me vuelve loco. Lo único que me calma, es saber que hábito en tu mente, como tú en la mía.
Te extraño.
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El gigante.
Como un gigante somnoliento, tratando de apartar las ganas, las ganas de todo, lo que sea. Especulando todo el tiempo, sacudiendo las piernas, aguantando sobre la espalda toda la distancia y la razón, casi llegando a la locura.
Latiendo fuerte el corazón, resistiendo la ausencia, imaginando tu presencia, esperando.
Aún con las piernas adoloridas, el gigante se resiste, se levanta, intenta correr, con miedo y sin el, apostando a la valentía, pues el miedo con la estupidez se calla.
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Y me odiaras cuando me veas y ni siquiera me miraras. Probablemente te reirás, siempre te ha gustado interpretar... 😔
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En esta casa
En esta casa había tres gatos.
En esta casa había una mujer.
En esta casa existía yo.
Ella se fue, se llevó a mis gatos, me dejo a mí.
En esta casa, solo quedo yo.
En esta casa ya no queda nadie.
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Astronauta 🌙
Ella era su universo, sus lunares eran constelaciones, el se volvió astronauta, no tenía que salir de la habitación.
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Compartir la vida. La soledad es entre otras cosas una gran lección, un gran aprendizaje para saber lo mucho que nos importan los demás y como los necesitamos o como ellos nos necesitan.
Una semana menos.
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