Hola mi nombre es Rodolfo Neftali Galván Mercado, aunque casi todos me conocen como Neftali. "Neftali-Tláloc" se debe al gusto por las culturas del México antiguo, el culto a los cerros y las deidades del agua en Mesoamérica. Actualmente soy pasante en la licenciatura en arqueología de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Soy coordinador del Proyecto Arqueológico Tecuhnenenque y coordinador de la agencia de viajes Arqueoviajes.
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Los Mayas en San Ildefonso Historias de la Infancia. Parte V

Rodolfo Neftali Galván Mercado
En 1999 ya tenía un gusto muy fuerte por las culturas del México antiguo, pero aun no estaba seguro si me dedicaría a ser arqueólogo, aun así, empece a tener mi pequeña colección de libros y revistas sobre el tema. Un día de septiembre mi papá llega con la noticia de que en el Antiguo Colegio de San Ildefonso estaba una exposición temporal sobre los mayas y que habían piezas de todo el territorio que ocuparon los mayas en México y además de los países de Guatemala, Belice y Honduras. Recuerdo que luego luego de escuchar la noticia les dije a mis papas que fuéramos el fin de semana.
El Antiguo Colegio de San Ildefonso ocupo los tres pisos del edificio para exhibir esa muestra de gran envergadura. Al entrar al museo y ver su primer patio, casi se me cae la boca al ver las estelas de Calakmul, de Piedras Negras y un Chac Mool de Chichen Itza dando la bienvenida al museo y a la exposición.
En nueve salas el publico conoció a profundidad la historia de la cultura maya con piezas de cerámica, piedra caliza, basalto, madera y metales de gran belleza.
La primer sala, El hombre y la naturaleza se mostraron diferentes piezas como platos, ollas, vasos y esculturas, de la flora y fauna de la región maya. Las que me impactaron fue un plato con tapa con cabeza de jaguar de Tikal, la cerámica plumbate con la imagen de un perro, etc.
La segunda sala La Ciudad, se mostraron los diferentes elementos arquitectónicos como esculturas, remates decorativos, relieves, dinteles, estelas, etc. Como las esculturas de serpientes o los guerreros de Chichen Itza, la escultura del dios murciélago de Copán, la Reina de Uxmal, el Rey de Kabah, por mencionar solo algunos.
La sala 3, Tejido Social, se mostraba las clases sociales mayas, desde la gente de pueblo, seguido por guerreros, sacerdotes, la clase noble, hasta el poderoso Ahau o señor maya. En este lugar se mostraba la colección de las figuras de Jaina, collares de jade y mascaras de funerarias de Tikal, Calakmul y dos figuras de barro con la representaciones de dos gobernantes mayas de Copán.
La sala 4, Los Grandes Señores se explicaba la importancia de los gobernantes mayas, conocidos como Ahau o Halach Uinic. En la sala se exhibieron esculturas como la serpiente bicefala de Copan, el respaldo de trono de Dos Pilas, la urna funeraria del gobernante de Tikal Chan Kawil, el Dintel 26 de Yaxchilan, etc.
La sala 5, Escritos para la eternidad, se mostró el fascinante desarrollo de la escritura, el computo del tiempo, el sistema calendarico de los mayas y su evidencia en códices, esculturas, piezas de cerámica, piedra y demás onjetos. Piezas como los marcadores de juego de pelota de Toniná, relieves de Pomoná y Palenque. La sala mostró las reproducciones de los tres códices mayas, como el Madrid, Dresde y París.
La sala 6. Los Vecinos, se hablo de los diferentes contactos que los mayas tuvieron con otras culturas de Mesoamérica como la Olmeca, la teotihuacana, las culturas del centro de Veracruz y la Tolteca. Piezas como el vaso y la figura huésped tipo teotihuacano de Becán, las piezas recuperadas en el cenote sagrado de Chichen Itzá, figuras olmecas con procedencia de Guatemala por mencionar solo algunas.
Sala 7. Vida Cotidiana, en este espacio se mostró la cerámica de uso cotidiano tanto de la clase humilde como la clase noble, donde en esta se mostraba escenas de ceremonias, caza de animales como el venado, restos de textil maya de hace más de 1000 años, metates, etc.
Sala 8. El Hombre y los Dioses. En esta sala, una de las más grandes de la exposición se mostró la cosmovisión de los mayas, los dioses de la vida, la muerte, el maíz, el comercio, la guerra, entre otros. Piezas de gran belleza como los portaincensarios de Palenque, el disco de Chinkultic, urnas funerarias, imágenes del dios murciélago, cráneos del Tzompantli, etc.
Sala 9, El Hombre. En está ultima sala se muestra diferentes obras maestras con la representación del hombre maya. Los mayas se considera como un pueblo humanista, que, a diferencia de las otras culturas de Mesoamérica los mayas representaron al hombre en todos los ámbitos, tanto cotidianos, como religiosos. La exhibición muestra diferentes rostros mayas traídos de Comalcalco, Jaína y Palenque, esta ultima con las bellas cabezas de estuco del gobernante Pakal.
Al final la exposición me cautivo de tal manera que recuerdo que la vistamos cuatro veces, a pesar de las grandes filas que había para ver la exposición, era un gusto poder apreciar todos estos tesoros. Pero fue en esa exposición donde me impresiono la manera del hallazgo de la tumba del rey Pakal de Palenque por el arqueólogo Alberto Ruz, que tome la decisión en ese momento de estudiar arqueología mexicana, entrar a la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y convertirme en ese entonces en arqueólogo mayista.
Ya tenía una meta y sueño fijo, pero en poco tiempo el Museo Nacional de Antropología me daría otra gran sorpresa que cambiaría mi vida...
¡La aventura continúa!
Exposición Temporal Los Mayas, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso. De agosto a diciembre de 1999.
Fotografías: Archivo Rodolfo Neftali Galván Mercado
1. Póster de la exposición temporal.
2. Estela 51 de Calakmul
3. Sala El Hombre y la Naturaleza
4. Sala La Ciudad.
5. Figurillas de Jaína en la sala Los Grandes Señores.
6. Respaldo de Trono de Dos Pilas, Museo Amparo.
7. Marcador de Toniná en la sala Escritos para la eternidad.
8. Fragmento de vasija tipo teotihuacana en la sala Los Vecinos.
9. Vasijas antropomorfas de Jonuta en la sala Vida Cotidiana.
10. Portaincensarios de Palenque en la sala El Hombre y los Dioses.
11. Cabeza de estuco del rey Pakal de Palenque en la sala El Hombre.
Vídeo de la exposición Los Mayas. CONACULTA, INAH 1999.
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La primeras zonas arqueológicas que conocí. Historias de la Infancia. Parte IV

Rodolfo Neftali Galván Mercado
Después de conocer el Museo Nacional de Antropología me quede con las ganas de seguir conociendo más sobre los mayas, los mexicas y sobre los teotihuacanos. Mis papas se dieron cuenta que me estaba gustando demasiado estos lugares, así que un día hablamos e hicimos un trato, que yo siguiera teniendo buenas calificaciones en la escuela y como recompensa los fines de semana, en especial los domingos iríamos a conocer los diferentes museos y zonas arqueológicas que hay en el Distrito Federal y sus alrededores. Me encanto la idea y acepte la propuesta de mis papas.
Desde ese entonces mis papas y mi hermanito que tenia tres años, empezamos a conocer las zonas arqueológicas y los museos de la ciudad, desde los arqueológicos hasta los de arte moderno y arte contemporáneo. Mis papas siempre me mostraron su apoyo y cariño por impulsar este nuevo gusto que tenía de conocer la cultura de México y cada fin de semana toda la familia aprendíamos cosas nuevas. Los lugares que me marcaron y que poco a poco crearon el amor y el deseo de ser arqueólogo fueron estos sitios:

1. Zona Arqueológica y Museo Templo Mayor
La primer zona arqueológica que visite fue el centro del mundo, según la cosmovisión mexica, el Templo Mayor. Fue realmente increíble ver que a un lado de la Catedral y de edificios coloniales se encontraban los restos de otra antigua ciudad debajo de la moderna y que lo que se veía a la vista era un sinnúmero de escaleras y cabezas de serpiente decorando el edificio. Me impacto conocer a la diosa Coyolxauhqui y conocer su leyenda gracias a la explicación de un maestro del Museo del Templo Mayor que con el tiempo se volvió mi profesor y gran un gran amigo, Martín Lara Alvares.
Otro lugar que me dejo impresionado y es una lastima que ya no este en el Museo del Templo Mayor era un pasaje obscuro para conocer las esculturas de barro de Mictlantecuhtli. Uno tenía que pasar por un pasillo donde había fotografías del hallazgo de las piezas encontradas en la Casa de las Águilas y de repente, con gran sorpresa uno se topaba con las dos esculturas en una sala obscura junto con la representación de las banquetas de guerreros en procesión, una escultura de una serpiente enroscada y los dos braceros del dios Tláloc llorando. Era algo fantástico, lastima que mucha gente se espantaba al verlos así.
2. Teotihuacan, Estado de México
La segunda zona arqueológica que visite de niño fue la ciudad de los dioses o Teotihuacan. Recuerdo que un día después de comer con mis abuelitos mi tío Raúl Galván escucho de las salidas que mi papas y mi hermanito hacíamos los fines de semana y un día nos dijo que si un domingo nos íbamos en su auto a conocer Teotihuacan lo cual me emocione demasiado, recuerdo que ni dormí una noche antes del viaje.
Lo primero que recuerdo al llegar a la ciudad es que estábamos en el auto y de repente surgiendo de una espesa neblina se asomaban las dos grandes pirámides del Sol y la de la Luna. Al llegar a la ciudad se encontraba vacía y pudimos subir a las dos pirámides, cada una de ellas me dejo impactado y ver desde sus cimas el tamaño que la ciudad tuvo en su época de esplendor y los templos que aun faltaban por descubrir.

Ese día recuerdo haber subido la Pirámide de la Luna hasta la cumbre, hoy solo se puede hasta el primer cuerpo. Tuve la fortuna de conocer el conjunto del Quetzalpapalotl, el Museo de Sitio, La Ciudadela con el Templo de las Serpientes Emplumadas, que al verlo se me hizo una obra de arte. Ver las cabezas de serpiente y de reptil decorando la fachada del templo y que todavía conservaba restos de su antiguo color me dejo intranquilo y con muchas preguntas. Al final el tiempo nos gano y ya no pudimos ver más de la antigua ciudad, pero que con el paso del tiempo he tenido muchas oportunidades de volver y visitar por completo los espacios de esta antigua ciudad.

3. Xochicalco, Morelos
En una visita a la casa de mis tíos que viven en Cuernavaca, mi familia estaba hablando para saber donde sería bueno pasear y disfrutar los días de vacaciones; mi tío Jorge sugirió visitar la zona arqueológica de Xochicalco, lo cual baile de la alegría. Al llegar a la ciudad se me hizo algo sorprendente ver que estaba construida en la cima de dos cerros de gran tamaño. Al caminar y ver sus plazas, juegos de pelota, palacios, templos y un observatorio subterráneo me dejaba sin palabras, cada paso que daba me imaginaba la gente de la antigua ciudad construyendo sus edificios o participando en las grandes fiestas, esperando al gobernante para dar su discurso.
Conocer el Templo de las Serpientes Emplumadas de Xochicalco fue algo fuera de serie. Ver las representaciones de la serpiente emplumada rodeando los cuatro lados del templo y más todavía ver personajes parecidos a los mayas sentados a un lado del reptil fue algo intrigante, y preguntarme ¿Qué hacían los mayas en un lugar tan lejano como el estado de Morelos? ¿Por qué este lugar veo elementos arquitectónicos parecidos a Teotihuacan, Monte Albán, o Palenque en esta ciudad? Fueron preguntas que de niño me surgieron de esta ciudad.
Pero lo que me dejo congelado y que mi familia y yo tuvimos el gusto de conocer y presenciar fue el paso cenital en el observatorio de Xochicalco. Entrar a una especie de cueva artificial y de repente ver a mucha gente pegada a la pared de una cámara circular y que en el centro había un has de luz que pasaba por un tiro y ver que de repente la luz se intensificaba fue algo sorprendente. El guardia nos explico el lugar y el fenómeno astronómico que justamente ese día ocurría en el sitio y en otras ciudades prehispánicas.
Esas son las tres primeras zonas arqueológicas que conocí y que durante más de un año mis papas y mi familia me llevaron a conocer. De 1998 al 2005 mis papas y mi hermanito siempre visitábamos los museos de la ciudad y en especial a mi hermano y a mí nos gustaba las vacaciones de verano porque había una actividad del CONACULTA llamada “Guardianes de la historia” donde en el MUNAL te daban un libro donde tenías que visitar más de 20 museos de la ciudad para darte una recompensa. En cada lugar se daban actividades para completar y al final te sellaban tu cuaderno para saber que realizaste la actividad.
Fue así que empezó el gusto por conocer la cultura de mi país, pero fue gracias a una exposición temporal en el Antiguo Colegio de San Ildefonso que hizo que naciera el sueño de ser arqueólogo...
¡La aventura continúa!
Fotografías: Archivo Rodolfo Neftali Galván Chávez
1. Templo de la Serpiente Emplumada, Teotihuacan. Estado de México. 1998
2. Zona Arqueológica del Templo Mayor. Ciudad de México. 1998
3. Calzada de los Muertos, Teotihuacan, Estado de México. 1998
4. Cumbre de la Pirámide de la Luna, Teotihuacan, Estado de México. 1998
5. Plaza de la Estela de los Dos Glifos, Xochicalco, Morelos. 1999
6. Templo de la Serpiente Emplumada, Xochicalco, Morelos. 1999
7. Observatorio, Xochicalco, Morelos. 1999
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El museo que cambio mi vida: Museo Nacional de Antropología Historias de la infancia. Parte III
Rodolfo Neftali Galván Mercado
Recuerdo que un domingo de septiembre de 1998 mis papas nos llevaron al Museo Nacional de Antropología. Muchos pensaran que fue por tarea de la escuela, pero fue por la inquietud de conocer este lugar y ver los tesoros que alberga el museo.
Llegar al lugar y ver que su guardián era un “gigante de piedra”, me quede congelado de la impresión. Vi con admiración la gran escultura de Tláloc o Chalchiuhtlicue de Coatlinchan, rodeado por una fuente e invitando a propios y extraños a internarnos en este enigmático lugar.
La impresión que tuve al visitar el museo fue decisiva, ver en sus 23 salas sobre las diferentes culturas del México prehispánico y los grupos étnicos fue intrigante, en cada sala me surgían muchas preguntas sobre la gente que hizo esas esculturas, vasijas, sus dioses, sus ritos funerarios, la construcción de las pirámides, por mencionar solo algunos.
Recuerdo que en esa visita no tuve el gusto de visitar la sala mexica, ya que se encontraba en remodelación y solo tenían en la entrada una televisión, donde mostraban en un vídeo las obras maestras de la sala, como: La Piedra del Sol, la Coatlicue, La Piedra de Tízoc, el monito de obsidiana, la reproducción del penacho de Moctezuma, etc. Lo que pude visitar de la cultura mexica fue un basamento que fue rescatado de su sitio original y colocado en el patio de la sala mexica y con algunas esculturas en bulto, un altar y un Chac Mool.
En la sala Culturas Costa del Golfo pude conocer dos cabezas colosales olmecas de San Lorenzo, Veracruz y fue impactante ver su volumen y tamaño, además de ver directamente las piezas que vi al principio en mi libro de texto de la primaria.
Pero sobre todo, la sala que más me gusto fue la maya. Entrar al lugar y me sorprendí al ver el gran territorio que ocuparon, ver después una enorme pantalla de casi 8 metros de altura donde proyectaban un documental llamado “Mundo Maya” del INAH, en el se mostraban las ciudades de Yaxchilan, Bonampak y Palenque, lo cual se me hizo increíble ver esas antiguas ciudades en medio de la selva y que alguna vez habitaron miles de personas fue algo magnifico. Lo que recuerdo que me dejo sin habla fue bajar al subterráneo de la sala y conocer la reproducción de la tumba de Pakal y sus joyas, leer como fue el hallazgo fue algo sorprendente y en ese recinto supe sobre la arqueología y la función de los arqueólogos, esto, hizo que me quedará con una idea de que tal vez eso era lo que me quería dedicar.
A las 4 de la tarde mis papás nos dicen que hay que irnos para ver a los abuelitos, lo cual no quería porque aun faltaban salas por recorrer, pero fue ese día que las culturas prehispánicas me cambiaron y nació una chispa por conocer las evidencias materiales que dejo el hombre prehispánico. El Museo Nacional de Antropología fue el primer museo que conocí y también fue el origen del gusto por la arqueología y el México antiguo. No pasaría mucho tiempo para que este museo me diera otra sorpresa y que cambiaría mi vida.
¡La aventura continúa!
Fotografías: Rodolfo Neftali Galván Chávez
Vídeo: Mundo Maya. INAH 1994
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El primer acercamiento a las culturas del México antiguo Historias de la infancia. Parte II

Rodolfo Neftali Galván Mercado
Después de renunciar al sueño de ser maquinista de trenes me encontraba con la duda de que hacer con mi vida y que sería bueno ser de grande. A mis ocho años me encontraba con ese dilema.
Pensaba que a lo mejor la astronomía era lo mío, pero al ver que eran demasiadas matemáticas, que en ese entonces no me gustaban para nada, mejor pensé en otra cosa. Empece a ver si el Futbol Américano podría funcionar ya que mi papá fue por un tiempo coach de las Águilas Blancas del Instituto Politécnico Nacional y cuando tuve ocho años mi padre me empezó a llevar cada domingo a entrenar un rato al Bosque de Aragon, pero sinceramente este deporte me gusta ver los partidos en televisión, pero no jugarlo, además que en ese momento no me gustaba para nada el deporte.
Un día de 1994 (En ese momento tenía cuatro años), en mis vagos recuerdos después de regresar del preescolar recuerdo que mi mamá le ayudaba a limpiar su habitación. Me gustaba en ese lugar acomodar el cajón central donde en el interior, mi papá guardaba una colección de libros pequeños con temas variados sobre medicina, química, física, historia, geografía, etc. Pero entre todos ellos me llamaba la atención tres revistas de fondo negro que al abrirlos recuerdos vagamente imágenes de personas muy coloridas, cuevas, edificios de piedra, cabezas muy grandes de roca, personas colgadas y dando vueltas alrededor de un tronco de madera, me intrigaba en verdad, pero no le tomaba mucha importancia.
En el 2005 cuando mis padres se separaron volvía abrir ese mueble y cual fue mi sorpresa en descubrir estas tres revistas y mi sorpresa creció al ver que los dibujos y las fotografías que tenían en su interior eran sobre las culturas del México prehispánico, que en ese momento ya tenía un gusto y amor por estas. Creó que por estas tres revistas fue la primer chispa para estudiar las culturas prehispánicas, pero que no había tomado en cuenta hasta ese día.

Estas fueron tres revistas de la serie titulada “México de carne y hueso” de la revista ¡Extra! Contenido del año de 1978. Cada número de las tres revistas hablan de los tres periodos de las culturas Mesoamericanas con tres titulos:
De la cueva a la pirámide
La época de esplendor
Cortes VS Moctezuma
Las ilustraciones de estas revistas fueron tomadas del artista Iker Larrauri.

Pero el libro que cambio todo fue en 1998 cuando ingrese a cuarto año de primaria y me dieron varios libros de texto gratuitos, entre todos ellos, el de historia me cautivo. La maestra nos enseño en dos clases una introducción a la prehistoria y el concepto de Mesoamérica, lo cual me maraville de las historias que nos contaba. Un día terminando la clase me acerco a mi maestra y le pregunte ¿En donde puedo ver estas esculturas, vasijas y piezas de oro y jade? Lo cual me responde: Si te interesa esto, te recomiendo que visites con tus papas el Museo Nacional de Antropología que se encuentra en el bosque de Chapultepec.
Nunca imagine que esa decisión cambiaría mi vida para siempre...
¡La aventura continúa!
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El tren y el metro antes de la arqueología Historias de la Infancia parte I
Rodolfo Neftali Galván Mercado
En la vida uno a muy temprana edad encuentra sus sueños y metas, pero antes de tener el gusto por la arqueología mexicana, tenía un sueño muy diferente.
Recuerdo que cuando tenía tres años me gustaba jugar en el jardín de la casa y en las tardes siempre se llegaba a escuchar el tren acercarse, en ese momento corría al taller de mi padre y le decía que venía el tren. Mi padre me llevaba en ese momento corriendo o me cargaba en los hombros para alcanzar a ver la maquina llevando sus vagones. Para mí era impresionante ver que una sola maquina tuviera la fuerza para jalar tantos vagones, pero sobre todo imaginar al conductor que tiene que recorrer grandes distancias para llevar su carga a su destino. Desde ese momento nació la chispa de conocer el mundo, pero en ese momento abordo de un tren.

Recuerdo también que cada sábado visitábamos a mis abuelitos a su casa y teníamos que viajar en el metro del Distrito Federal. A mi me encantaba poder viajar en el vagón de adelante (En ese entonces aun no existía la división de los tres vagones para las mujeres y menores de edad) y poder asomarme a la ventanilla para ver al conductor y ver como manejaba el metro, observar cuales eran los botones de abrir y cerrar puertas, tocar el timbre de aviso para el cierre de puertas y la palanca de velocidades para manejar la maquina. En ese momento me había decidido que mi sueño sería ser de grande maquinista de un tren o del metro del Sistema de Transporte Colectivo Metro.
Así fue que empece a participar en concursos de dibujo para niños que realizaba la oficina del cultura del metro para poderse ganar la oportunidad de viajar con el conductor todo una linea y que te enseñara a manejar la maquina y ver todas sus funciones. Además desde los cuatro años por mis padres, abuelitos y tíos ya sabía leer y escribir y me encantaba leer la historia de los ferrocarriles, trenes y del metro. Gracias a mi familia empece a crear mi pequeña biblioteca sobre los trenes.
Pero todo cambio un día cuando una noche de 1998, mi padre estaba viendo el televisor, recuerdo bien que era el recién creado Canal 22 y en ese instante mi papá me aviso que estaba saliendo una caricatura sobre el metro, lo cual me fui corriendo a la sala para ver de que se trataba. En ese momento recuerdo que los dibujos eran muy grotescos con una música de un silbido que te daba escalofríos y que representaba las escenas que cotidianamente se llegan a ver en el metro como la gran cantidad de gente que hay en los andenes, el estrés, las peleas, etc. Lo que me impacto fue que un señor esperaba el metro para llegar a sus destino cuando ve que una mujer quiere aventarse a las vías, la quiere salvar pero no lo logra y la chica termina suicidándose.
El cortometraje me dejo sin aliento, recuerdo que esa noche me dio mucho miedo y no dormí, principalmente en pensar de la impotencia y el impacto de ver a hombres y mujeres aventarse a la vías y el conductor no puede hacer nada al respecto que solo mirar y seguir adelante. El cortometraje se llama “El Héroe” de Carlos Carrera. 1994.
Después de ese suceso tome la decisión de dejar el sueño de ser conductor del metro o maquinista de trenes, pero nunca pensé que un nuevo sueño estaba por llegar y que cambiaría mi vida totalmente.
¡La aventura continúa!...
Imágenes:
Escena “El Heroe” de Carlos Carrera. 1994.
Maquina de tren Nacionales de México.
Metro en la estación San Lázaro de la Linea B del Metro.
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(vía Aztec Tlaloc Heater by Blender Books - download 3D model)
El causante de las lluvias en esto días.
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(vía Stone figure of Xiuhcoatl (Fire Serpent) by The British Museum - download 3D model)
Escultura de la serpiente de fuego de Texcoco.
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El patrimonio cultural en México y el uso de nuevas tecnologías para su conservación
Rodolfo Neftali Galván Mercado
La arqueología es la ciencia que estudia el comportamiento humano, interpreta las formas de vida por medio de las evidencias materiales realizadas por el hombre, para darle luz al pasado. Desde 1939, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se ha encargado de investigar, conservar y difundir la gran riqueza histórica, arqueológica y cultural que posee nuestro país.
En la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), a lo largo de 78 años a formado antropólogos e historiadores de gran renombre y gracias a sus diversos intereses se han encargado de investigar y de recuperar pequeños trozos de nuestra historia, que nos llevan a encontrar el origen y desarrollo de cultos, formas de vida y tradiciones que nos definen conocido como patrimonio cultural.
El patrimonio cultural lo conforman los bienes tangibles e intangibles, dando como resultado la definición de una sociedad, con sus propias riquezas y diferencias. Es por ello que cada país debe proteger y conservar su patrimonio cultural.
A pesar de los grandes esfuerzos que se han llevado a lo largo de todos estos años, desgraciadamente somos un grupo muy pequeño de investigadores encargados de investigar y conservar los miles de sitios arqueológicos e históricos, además de estudiar los diversos grupos sociales que hay en México.
En las últimas décadas, con el crecimiento descontrolado de la mancha urbana en diversas ciudades del país, conflictos sociales, la ignorancia, y el desconocimiento de la gente de sus raíces, entre otros factores, han ocasionado día con día el abandono y destrucción de este patrimonio arqueológico e histórico que poseemos.
Con la globalización y las nuevas tecnologías tenemos una gran gama de posibilidades de mostrar la cultura con gran realce, desafortunadamente aún no se aprovecha estos medios al máximo para poder divulgar de una manera clara y sencilla el pasado prehispánico de México. Unas opciones que se podría implementar para la divulgación del patrimonio arqueológico son:
1. Realizar libros impresos y digitalizados sobre el patrimonio arqueológico de una manera sencilla y entendible.
2. Crear comerciales sobre la protección del patrimonio tanto en medios de comunicación, como se hacía hace varios años en canales como el Once y el 22. A la vez de dar este tipo de anuncios en las distintas redes sociales como Facebook, Twitter, YouTube, etc.
3. Capacitar a estudiantes para realizar videoconferencias y mostrarlas en cedes educativas, y culturales con el propósito de enseñar la riqueza, el cuidado y la conservación de nuestro patrimonio tangible e intangible de México.
En este Taller Internacional Capacitación para el registro del Patrimonio Cultural 3D" abre una nueva puerta a los arqueólogos tanto de la ENAH, la UNAM y otras sedes la oportunidad de tener nuevas herramientas para la difusión del patrimonio arqueológico en México y que podamos implementarlas en nuestra formación académica.
27/06/2017
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Un poco de mi vida
Hola mi nombre es Rodolfo Neftali Galván Mercado, mejor conocido como Neftali. Nací el 4 de mayo de 1990.
Actualmente soy pasante en la licenciatura de arqueología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Coordinador del Proyecto Arqueológico Tecuhnenenque y Coordinador del la agencia de viajes “Arqueoviajes”.
Mis pasión además de la arqueología es el montañismo, la espeleología, la natación, el teatro, y el Shotokan Karate-do.
Desde hace 19 años nació mi gusto por la arqueología gracias a dos clases en cuarto de primaria, pero sobre todo a mis padres y hermano que siempre me apoyaron en seguir mis metas y mis sueños, el cual es ser arqueólogo.
Gracias a los libros, cursos de verano y las conferencias con los arqueólogos e historiadores afirme el amor y pasión por estudiar las culturas prehispánicas.
A la edad de 9 años, gracias a la ayuda del maestro Felipe Solís Olguin, me volví guía altruista del Museo Nacional de Antropología, conocido en el museo como “niño guía”, desde el año 2000 al 2012.
En 2002 a la edad de 11 años, gracias al apoyo del arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma y el director del proyecto “Voluntarios” fui guía voluntario del Antiguo Colegio de San Ildefonso por dos años.
Gracias a ello el ser guía de turistas ha sido una forma de ofrecer al publico mis conocimientos y el gusto por difundir nuestra cultura, a la vez de ser como un segundo trabajo en mi vida.
Desde el año 2014 hasta el 2017 fui guía de la agencia de viajes “Visitas Arqueológicas de México”. Desde febrero del 2017 junto con Quintín Hernández Gómez y Fernando Flores trabajo como coordinador y presidente de la agencia de viajes “Arqueoviajes”.
En el 2005 fue mi primer acercamiento al trabajo de campo en la arqueología gracias al arqueólogo Luis Alberto Martos en el sitio arqueológico Plan de Ayutla, Chiapas. Desde ese momento he participado en varios proyectos como:
2005 Plan de Ayutla, Chiapas.
2009 Restauración del Templo de Ehecatl, Pino Súarez, STC ,Metro.
2009 Proyecto Arqueológico Monte Tláloc
2013 Programa de Arqueología Urbana
2015 Proyecto Teteles de Ávila Castillo, Puebla
2016-2017 Museo Arqueológico Xochimilco
2016 Salvamento Arqueológico Tula de Allende, Hidalgo (Actualmente).
Desde el 2013 junto con cuatro amigos y compañeros de tres generaciones de la licenciatura de arqueología de la ENAH creamos el proyecto estudiantil “Proyecto Arqueológico Tecuhnenenque”. El objetivo es actualizar la información de las zonas arqueológicas y museos de tema arqueológico que hay en la Ciudad de México. El resultado final es realizar el Atlas Arqueológico de la Ciudad de México para el publico en general tanto en texto como en formato digital.
Metas a futuro es terminar la licenciatura de arqueología, seguir con el posgrado y el doctorado. Seguir trabajando en diferentes proyectos arqueológicos en diferentes áreas de la república. Seguir trabajando en las visitas guidas en Arqueoviajes y donde pueda ofrecer mis servicios. Ser docente en alguna preparatoria o en la ENAH o la UNAM.
Y sobre todo seguir investigando, conservar, difundir y divulgar el patrimonio arqueológico e histórico de México.
También me pueden buscar con mi nombre en Facebook, Twitter, Instagram, Youtube, Arqueoviajes y ahora en tumblr.com
Estoy a sus ordenes.
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