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Dudu Quintanilha en conversación con Alfredo AraciL

FANTASÍA CASI SONETO DESPUÉS DE UNA LECTURA DE (DANCE) / Dudu Quintanilha

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Apuntes para una psiquiatría destructiva, Sala de Arte Joven de la Comunidad de Madrid. 

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THIS IS JACKLOPE Nº0

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Entrevistas breves con hombres repulsivos

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Esquizoide (1978)

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EFECTO BARNUM

Irma Álvarez-Laviada, Jorge Perianes

Capilla dela Trinidad, Museo Barjola, Gijón.

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Reunión de hechos: tres apuntes para una nueva figuración

Slowtrack, Madrid.

A3BANDAS 11 de Abril 2015 - 21 de Mayo 2015

A falta de un paradigma o de algún candidato a paradigma,

todos los hechos que pudieran ser pertinentes para el desarrollo de una ciencia dada tienen probabilidades

de parecer igualmente importantes.

Thomas Khun: La Estructura de las Revoluciones Científicas

Reunión de hechos: tres apuntes para una nueva figuración

Las obras reunidas en esta exposición constituyen un acercamiento a la incapacidad de  representar la realidad de una manera unívoca. En ese sentido, evidencian cómo la expresión se entrecruza con la experiencia dando lugar a un tipo de visión marcada por la capacidad del fragmento para significar el todo. Un acercamiento a lo real tremendamente elástico, dónde la separación entre objeto y sujeto ya no parece tan clara. Si bien el registro mimético ha sido la herramienta idónea para la reunión de hechos dispares, hay cuotas de incomunicabilidad que solo la subjetividad puede tratar de volver transparente. El realismo de cada época no es más que el  fruto de la acción conjunta del saber, el deseo y la tecnología.

Reunión de hechos reivindica una idea de figuración que no es necesariamente contraria a la esfera de lo abstracto; participando, en cambio, de una manera concreta de trabajar sobre lo cotidiano que bebe, al mismo tiempo, de la inmaterialidad de la imaginación y del modelado de la materia. Entre el peso de la tradición y la necesidad de inventar el presente, la serie de trabajos mostrados en este proyecto exploran nuestro entorno más cercano, atestiguando de qué manera la división del signo articula un espacio ideal pero también un hecho, una marca o una evidencia. Como el primitivo en su labor diaria de bricolage, las tentativas de estos tres artistas por representar las cosas en sí mismas tienen un carácter procesual. De ellas se desprende una lección que por repeticióntermina siendo aprendida. No responde, así, al resultado de un plan previo, sino al análisis y a la respuesta frente a lo accidental, lo fortuito.

De las esculturas plásticas, casi líquidas, de Teresa Solar, que investigan sobre lo comunicable en los espacios intermedios y las juntas que separan la lengua del gesto, desbordando a su vez la geometría de los sólidos, a los paisajes de síntesis desarrollados por Nicholas Woods, donde el artista, tratando de poner freno a su tremenda habilidad para la pintura, accede a la imitación de la naturaleza a través del uso de negativos fotográficos como modelo, para finalmente llegar a las imágenes de Silvia Cuenca Sanz, donde las herramientas técnicas con las que convivimos tanto en el trabajo como en la vida no-productiva, ordenadores que no solo usamos para comunicarnos, sino con los que también nos comunicamos, exploran su potencial poético en un ejercicio visual que es, al mismo tiempo una exploración lingüística: Reunión de hechos nos habla del creciente interés que despierta en el arte el campo de la ontología, esto es, la necesidad de construir una perspectiva de trabajo no ya de contexto o marco -el cómo conocemos-, sino de lanzar preguntas que interroguen el estatuto mismo de los objetos que percibimos.

Tanto las imágenes veladas de Silvia Cuenca Sanz como las caprichosas formas de Teresa Solar ponen en relieve como el registro de la realidad es, en efecto, con independencia del medio o la estrategia, un ejercicio sobre el cambio, la duración y la permanencia, es decir, sobre el instante capaz de responder a la pregunta de qué es una cosa. A la manera de una lengua sintetiza la totalidad en fragmentos mientras mastica cada palabra, Nicholas Wood, por su parte, convierte los colores y las distintas líneas que nuestro ojo percibe del medio en un código en el que la duración de los fenómenos se mide distintos niveles de oscuridad: es su particular manera de convertir en un cuadro aquello que percibe su mirada.

El lenguaje, en esencia, puede dar forma a un sinfín de lenguas distintas. En la diferencia entre unas y otras, uno no puede más que observar la complejidad del mundo. A pesar de querer decir lo mismo, las palabras, de un idioma a otro, ganan pero también pierden matices. Son siempre mucho más de lo que parecen. Puede que, después de todo, el trabajo artístico no consista en hablar o comunicarse con la realidad sino en saber escuchar para luego dar voz a las cosas. Si una sala de exposiciones pudiese ser algo así como una constelación, cada uno de los tres espacios de la galería Slowtrack que acoge esta muestra serían un universo propio. Tres apuntes para una nueva figuración del mundo, que ganan en matices al ser leídos en conjunto. Una reunión de hechos construida fuera del laboratorio, donde los choques y las analogías no son construidas como una imposición del discurso, sino como una galaxia compartida donde tanto las partes como el conjunto solo adquieren sentido en la experiencia del espectador.