salvajismoo

[salvajismoo]

¡Hola! Bueno, seguramente ya nadie leerá esto, pero si hay interesados en Dexter o en mí como partner, quizás... Pueden encontrarnos aquí @furiasdespiertas.

Buena suerte a todos.

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america-willis‌:

“¿Estás seguro de eso? Porque actúas como un muerto en vida.” Al menos con la actitud que deja ver y esa forma de comportarse que, aunque se empeñe en afirmar lo contrario, es muy diversa a la que vino portando las primeras semanas en las que se encontraron atrapados. Suelta un suspiro, intenta observarlo lo menos posible. Esa manera de hablar, las muecas que hace… de verdad que parece un niño. ¿Qué busca? ¿Irritarle? ¿Utilizar toda esa ironía le hace sentir más importante, más inteligente… menos vulnerable? Nuevamente, en su interior lo único que produce es desagrado y en cierta forma eso también le entristece. Cuando todo se volvió negro y las calles solo daban al bosque él estuvo allí, compartieron ideas, hablaron sobre sus vidas. Ahora es todo lo contrario, como si de un momento a otro algo hubiese despertado en él, algo que definitivamente no es bueno. “No necesito tomarte el pulso, se puede sentir miedo sin un corazón acelerado.” Responde aún sin dirigirle la mirada, fijándola ahora en el frente y pronunciando unas palabras carentes de emoción, como si en realidad fuera un robot. Puede entender que su sangre no bombee y la adrenalina no se manifieste, pero también tiene en cuenta de que el miedo paraliza, que cuando intentas ignorarlo por un momento crees que lo estás logrando, pero no, de alguna u otra forma ese sentimiento logra salir a la luz, en su caso escapando en forma de emociones completamente negativas. En definitiva, sí está aterrado y en eso existen dos opciones: a) o ese miedo le provoca un sentimiento de libertad y así es como decidió ser la versión que él cree que es más auténtica b) ese miedo está haciendo que actúe de manera bastante penosa. De verdad espera que sea la b. “Oh, ¿entonces yo no te conozco pero tú sí me conoces y así de bien?” Ahora también está siendo irónica, le dice que no lo ha descifrado y a su misma vez da opiniones sobre si es o no madura, sobre si lee o no libros, sobre descifró o no su vida, por favor. Por primera vez lo observa, frunce el ceño. “No te conozco porque en vez de hablar conmigo prefieres cargarme y cargar al mundo con tu frustración e impotencia en vez de soltarla contra quien realmente la merece y la ha creado, contra ti mismo.” Si tan solo hablara del motivo por el cual su ira es así de grande, si pudiese decirlo en voz alta, enfrentarlo y enfrentarse a sí mismo, entonces tal vez se perdonaría, tal vez comenzaría un proceso para sanar aquellos agujeros tan grandes en su interior. Se mantiene sentada en el sofá y lo observa desde allí con la misma expresión que antes. “Si hacerte cargo resulta un trabajo muy exhaustivo, entonces no lo hagas, pero ten en cuenta de que terminarás por quedarte solo y te guste o no admitirlo, nadie quiere estarlo.”

¿Qué parte de que reconocía su actitud mortuoria no quedó claro para ella? No sintió negarlo en ningún momento. Tal parecía que estaba tan montada en sus ideas de sí mismo, que escuchaba únicamente lo que quería. “Nah. No creo conocerte del todo. Existe algo llamado sarcasmo, ¿ajá?” ¿En verdad tenía que subrayarlo? ¡Ah, qué cansancio con toda esa conversación! Dexter poseía un carácter complejo y recordaba habérselo dado a entender desde el principio. Le dijo que no era sociable, a pesar de contar con las herramientas para entablar una conversación. El hecho de que la rubia se dejó envolver por lo superficial y por lo que de inmediato se veía en el pelinegro, no era culpa de él. Fue América quien se confió. “No, no, no.” Pronunció firme, ladeando la cabeza. “¡Aquí todos decidimos qué soltar de nosotros y del pasado! No pretendas que tú no.” Suspiró, encogiéndose de hombros. Porque lo había sufrido en carne propia constantemente, él jamás obligaría a nadie a desahogarse si no se sentía listo o no tenía las ganas, y ello no convertía a dicha persona en cobarde o valiente. En la vida, hay situaciones más complejas de lo que parecen, el umbral del dolor es subjetivo. “¡Todos en este puto mundo lo hacen! Sí, incluso tú.” Giró los ojos, poniéndolos en blanco, como si la sorna en su timbre de voz no hubiera sido suficiente. Si el propósito de la joven fue aconsejarle al principio, no se sintió así. Aunque ciertamente, al muchacho no le gustaban los consejos, lo detestaba. Para él, los consejos sabían a narcisismo disfrazado de buenas intenciones. Lo mejor es quedarse callado y escuchar. “O, ¿por qué el estudio es más importante que poner en orden tus emociones sobre tu familia?” Conste que echar en cara esa clase de detalles no lo disfrutaba, pero ella empezó con ese tonto juego de suposiciones en voz alta. “¿O por qué estás aquí, en una fiesta con un montón de interrogantes sobre ellos, cuando es tan fácil tomar un maldito teléfono?” Con la mano formó una suerte de teléfono y se lo pegó al oído, y después suspiró, cruzándose de brazos, con expresión lúgubre. “Meh. ¿Acaso tú haces esa mierda? ¿Te haces cargo?” Mostró una falsa sonrisita de media luna, achicando los ojos. Ahora resulta que no se hacía cargo, wow... ¿En serio no se dio cuenta en los meses previos que algo no cuadraba con él? Debía ser el más ojeroso en el pueblo, para empezar. Perdía su tiempo. Estaba claro que no se abriría con ella, menos con ese semblante en el rostro. “América, eres tú quien le teme a la soledad, no yo.” Vivía entre las sombras desde que era menor de edad,  así que, ¿cuál era el punto de su sermón? “No deberías. Llegamos solos y solos nos vamos.” Encaró una vez más las facciones de la rubia. “Eres tú quien está aterrada de la oscuridad y yo, yo... ¡yo me la vivo allí! La oscuridad es mi lugar. No recuerdo un solo día en donde estuve ahí.” La oscuridad lo abrazaba, comprendía y no juzgaba. Mostró los blanquecinos, sonriendo ampliamente. “Mira, yo no sé... Si esperas que me disculpe por decepcionarte, mejor quédate sentada.”

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america-willis‌:

“Eso lo dudo.” No lo conoce del todo, están de acuerdo, sin embargo no cree estar tan errada. Él era diferente, cuando estuvieron atrapados su actitud era otra, se alejaba de la oscuridad que ahora expresa… o la escondía, también está esa posibilidad. Si ha generado una imagen de él, una opinión respecto de su persona, es porque Dexter le ha permitido hacerlo. Aunque ahora se comporte como si no tuviese idea alguna de por qué motivo ella está cerca, en el fondo sabe que le abrió la puerta de alguna forma u otra. No fue una sola charla la que compartieron, no fueron algunas pocos minutos y definitivamente no fueron conversaciones vacías. Que ahora finja que nada de eso sucedió le sorprende mucho, le hace sentir que de alguna manera la persona que conoció ha muerto junto al encierro en el que vivieron días pasados. “¿Entonces siempre fuiste esta alma en pena?” Porque aunque él afirme que nunca estuvo tan libre, desde su perspectiva solo está siendo preso de sus propios miedos, de aquellas incógnitas que no puede explicar y que intenta ignorar en esa fachada de hombre despreocupado, desahuciado, que ya ha perdido toda esperanza, y tal vez la perdió, tal vez es eso que le haga actuar de manera tan hosca. “Lo que yo veo es a un niño asustado que finge lo contrario.” Afirma, no le interesa que esté intentando hacerle creer algo que simplemente no creerá, al final del día solo está dejándose llevar por el alrededor, no toma cartas en el asunto, no se comporta como una persona madura y racional. Rueda los ojos ante su burla, si está intentando herirle la verdad es que no lo hace, solo aumenta su descontento respecto a esa aparente nueva y desagradable personalidad. Nadie pretende que lea libros, nadie pretende que le ayude tampoco, de hecho nunca lo ha invitado y con todo lo que está escuchando, tampoco planea hacerlo. “Ya deberías hacerte cargo de tu vida.” Esta es la realidad que le ha tocado, la situación en la que se ha visto atrapado, de nada sirve tirarse a llorar penas en el sofá y ahogarlas en el alcohol y las drogas. Le recuerda a su madre, tanto es el rechazo que siente hacia la misma que decide girar el rostro hacia el lado contrario de Dexter, si lo liga a ella el deseo de no tenerlo cerca aumenta. “Tu sabes muy bien la respuesta, no me vengas con estupideces irónicas, que ya estás grande y no eres ningún tonto, aunque te estés empeñando y haciendo muy buen trabajo en parecerlo ahora mismo.”

“Un alma en pena implica estar muerto. Desafortunadamente, yo no morí.” Se limitó a decir rápidamente; y sin virar hacia ella, se encogió de hombros, suspirando. La interrogante de porqué a él sí le perdonaron la vida y no recibió un disparo, ciertamente fue algo que había cargado por años. Y aunque juró más de una vez que fue enterrada junto con el cuerpo de la señora Varnham, si una mentira es pronunciada con tanta frecuencia, para quien la dice, también se convierte en una verdad. Se cruzó de brazos y sin poder frenar, expulsó un sonoro bostezo de entre sus labios. Como era usual, las horas de descanso fueron pobres la noche anterior. En otras circunstancias, habría bromeado con ella de su situación, pues en teoría recordaba más a la de un vampiro, una criatura maldita, que a la de un fantasma. Pero no era el momento y además, a esas alturas, no podía estar seguro si la rubia toleraba el humor negro. Frunció la boca, en un puchero forzado, y finalmente sus orbes reencontraron el oliva de los ajenos. No tardó en negar rotundamente en respuesta a sus suposiciones. Dibujó una sonrisa ante lo divertido de verla intentarlo y quebrarse la cabeza. Había que admitir que resultaba admirable la seguridad en su voz, a pesar de lo poco que Dexter expuso de sí mismo y su vida familiar en conversaciones previas. “Me puedes tomar el pulso o escuchar mis latidos, no estoy asustado.” Pestañeó, con gesto cansino. No ver a su familia o morir de hambre... Quedar allí atrapado, realmente no le asustaba. En el fondo, se trató siempre de su falta de normalidad y del autocontrol, alterado por el caos. Entonces le preocupaba quedarse sin fármacos y que se le escaparan por completo las cabras, pero llegado el día, no fue tan terrible. Se mantenía de pie y creía sentirse mejor. Suspiró, irritado, poniendo los ojos en blanco. “Sí, bueno... Ya te desahogaste y ya te escuché. Buen intento.” Se tapó un nuevo bostezo con la diestra y se puso de pie, echándole un breve vistazo a la joven y después a las jardineras cercanas a su posición. “A propósito, no eres tan madura tampoco. No te queda regañar ni dar cátedra, ¿sí?” Hizo un mohín, tallándose la barbilla poblada. “Si no puedes ni descifrar tu vida, ¿de dónde sacas que descifraste quién soy y cómo me siento? ¡No lo entiendes! No sabes ni mierda de mí. No realmente. Esto va más allá de este pueblo y sus problemas.” Pestañeó. “Yo no podría asumir con esa... ¡con esa seguridad, América! De solo pensarlo, ya me cansé.”

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bcllchantx‌:

Observó la conversación de lejos, con sus celestes siendo atraídos por el comportamiento tan inusual de cada uno de los chicos que la habían acompañado en aquella aventura, como prefería llamarle, intentando descifrar que era lo que debía hacer, conflictuada por las emociones que el ver los rostros de sus padres y de los del chico faltante, le traían. Sin embargo, al ver como el castaño comenzaba a girar no pudo hacer más que apresurarse hasta su lado, fallando en su intento de atraparlo mientras que un par de miradas curiosas se posaban sobre ellos. — ¡Oh, mi dios, Dexter!, ¿qué estás haciendo? ¿te pegaste muy fuerte? ¿estás bien? — Comenzó a preguntar al mismo tiempo que se colocaba de cuclillas a su lado intentando encontrar alguna herida externa más que el fuerte golpe que seguramente se había proporcionado.

“¿Pegarme? ¿De qué hablas?” Si bien su cuerpo aterrizó con brusquedad sobre el sofá, no había dolor y de haberlo, era lo de menos. Su complexión atlética prometía una pronta recuperación de cualquier golpecito. Bah, ese tipo de incidentes le tenían sin cuidado. “Ya basta, ¿sí? Solo estás transformando algo sin importancia en un maldito circo.” Giró a ver a la rubia y después, con el ceño fruncido, encaró al par de testigos que los veían desde una considerada distancia. “No: no estoy ebrio.” Decidió aclarar por milésima vez, con voz monótona. “Estoy bien.”

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america-willis‌:

Escucha su pregunta y frunce el ceño, descolocada. De alguna forma el muchacho ha perdido el eje, puede notarlo. “No me hables de esa forma, estoy intentando poner lo mejor de mí desde que llegamos.” Y de alguna forma comienza a sentir que es la única que lo hace. La mayoría está feliz por volver con sus familias y quienes no, se han dejado tomar por la desesperación, angustia y confusión. Ella forma parte del segundo grupo pero intenta controlar su enojo con el mundo pues cree que existe una meta mucho más importante: vencer a lo que sea que esté causando esto. “Además, yo no he organizado todo esto y si estoy aquí es pura y exclusivamente porque no tengo otro sitio en dónde estar. ¿de acuerdo?” Habla con voz firme y no lo mira, teme que de hacerlo vaya a levantar su voz, vaya a expresar toda la ira que tiene dentro y volcarla al muchacho tal cual y como él está haciendo ahora con ella. No pagará con la misma moneda. “No planeaba relevarles el cargo.” Por supuesto que no espera que sean los demás quienes logren algo, entiende, tiene ojos, puede darse cuenta de la situación, de que nadie toma en serio el regreso o incluso el período en el cual estuvieron atrapados. Planea tomar cartas en el asunto, hacerlo por cuenta propia. Pensó que podría contar con Dexter y su inteligencia, ahora sabe que las posibilidades de que así sea son muy reducidas. “Tú eres el único que ha regresado siendo una versión extraña, Dexter.” Dice sin más, quitándose las ganas de hacerlo y girando el rostro para enfrentarse con los ojos masculinos. Todos sus dichos lúgubres, su pesimismo acerca de lo que están viviendo, no hace más que seguir alimentando la desdicha en su interior, le impulsa a tomar el mismo camino que el chico, no está potenciando nada bueno en su interior y puede notarlo. Si bien lo que dice es verdad, solo escucha preocupaciones y no soluciones, lo cual le hace sentir muy abrumada. “¿Qué pasa contigo últimamente?” Pregunta ya resignada y ante el último comentario que el chico emite, suspira. A estas alturas diría que tiene razón, que no tiene seguido intentar seguir razonando con él y que es una batalla ya perdida.

¿Por qué la mujer se lo tomó tan personal? ¿Será que su tono de voz se escuchó más golpeado y receloso de lo usual? Si Dexter generalizó la falta de interés y responsabilidad hacia los pasados eventos no fue para echarle la culpa directamente a ella. Sin embargo, no habría sido congruente de su parte soltar una crítica al resto de los jóvenes cuando ellos también mostraban ser parte del rebaño asistiendo a esa fiesta, independientemente de sus razones. Torció la boca mientras se cruzaba de brazos. Para reaccionar de esa forma, la rubia debía estar sugestionada, presa de la confusión y frustración de comparar el caos de las semanas previas con la supuesta normalidad que los envolvía esa noche. Pero lejos de pronunciar una disculpa o esclarecer el sentido de sus comentarios, aguardó en silencio. Giró los ojos. Estaba lejos de sorprenderse por esa actitud de arrogancia, o lo que sea que se había apoderado de su interlocutora. América era una joven con gran conocimiento y una intelectualidad bien estimulada como la de ella era capaz de oscurecer a cualquiera con una idea de tener siempre la razón. Forzó los labios a sonreír, ahogando unas risillas una vez que escuchó lo siguiente en la palabrería femenina. “No sé de qué estás hablándome. Si esta versión la desconoces, probablemente es porque te formaste un perfil erróneo de mí.” Frunció la boca, mirándole casi con la misma extrañeza que ella despedía en sus ojos. “Lo que respecta a mí... Nunca fui tan genuino y libre en toda mi puta vida, como lo soy ahora.” Suspiró de nuevo, dejándose resbalar desinhibido por el sofá hasta caer sentado en el piso, y con un suave movimiento, recargó la cabeza en el asiento. “No sé si viste en mí a un compañero de biblioteca...” Soltó una risita, burlesco. “Yo te lo dije, desde el principio, leo porque a veces las noches son largas para mí. Pero soy un hombre de acción. Hay más sangre que títulos literarios entre mis recuerdos.” Balanceó la cabeza de un lado a otro, en busca de tronarse el cuello. “¿O debería llamarle conciencia?” Enarcó una ceja, alzando el mentón para ir al encuentro de las facciones ajenas. “Tú dime, cerebrito.”

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america-willis‌:

Escucha su maldición y sonríe sin poder evitarlo, sucedió de forma tan espontánea que realmente logra arrancarle una falsa alegría, una que en realidad no tiene pero que es exteriorizada en esa expresión, casi como si estuviese allí. Dura pocos segundos, los suficientes que tardó en pensar la respuesta que en realidad es más impulsiva que otra cosa. “¿Eso es algo bueno o algo malo?” A estas alturas ya ni siquiera lo sabe, cuando estaban atrapados al menos podía contar con que todo ese conocimiento serviría de algo, todos esos libros leídos y el tiempo invertido en los mismos encontrarían su utilidad. Ahora ya no está segura de que se considere como una ventaja. Suelta un nuevo suspiro, ya es ¿qué? ¿el cuarto de la noche? Y al parecer vienen muchos más. Deja ir la mano contraria, ha percibido que su reacción a aquel toque no es bien bienvenida y a pesar de que no entiende demasiado el por qué, decide no indagar al respecto. Ya es mucho que estén hablando, que esté compartiendo parte de sus sentimientos y pensamientos, si necesita su espacio puede comprenderlo, tampoco ha sido su intención invadirle. Abraza nuevamente sus piernas, vuelve a enfocarse en el cielo. ¿Será el mismo que los vió padecer por tantos días? ¿Qué fue testigo de un suicidio? Qué presenció como todos perdían las esperanzas y que ahora ve a algunos recuperarlas y a otros no encontrar el camino correcto. “¿Tú crees que ellos puedan tener una explicación para lo sucedido?” De todo lo que ha dicho desde que se reencontraron aquello parece lo más descabellado. Ni por un segundo pasó por su mente el ir corriendo hacia su madre pidiendo respuestas. Tampoco a los demás ciudadanos o al mismísimo alcalde, desde su punto de vista están igual o incluso más ciego que ellos. “No lo sé, Dexter, si me lo preguntas te diría que son perfectos ignorantes, no tienen idea… dudo que logren evacuar nuestras dudas.” Nadie ha pedido su opinión pero ahí está de nuevo, dispuesta a darle y dispuesta a seguir formulando teorías. “Si me lo preguntas, no creo que nadie vaya a darnos respuestas, creo que si queremos saber eventualmente tendremos que ser nosotros quienes develemos el misterio.” Algo le dice que quienes están detrás de todo esto (si es que hay alguien detrás o se trata de… otra cosa) no dejarán que la verdad se conozca tan fácilmente.

Había comenzado a pegar con suavidad su cabeza contra el respalde, con ojos cerrados. Escuchaba con atención la voz de su interlocutora, sintiéndose ligeramente molesto y decepcionado por su réplica. ¿Acaso ni siquiera pasó por su mente que los recién aparecidos en el pueblo tuvieran mínimo una idea de lo que sucedía? ¡Por un demonio, fueron ellos los ausentes! Tragó saliva. “Entonces, ¿el plan es ir de fiesta en fiesta hasta que alguien más termine muerto o qué onda?” El sarcasmo era bastante notorio, incluso en la sonrisa que a continuación asomó en el rostro. No obstante, no tuvo interés de abrir los ojos y mirar a la de rubia cabellera. “Formamos grupos. Peleamos entre nosotros por el territorio y los edificios. Intentamos salir de este maldito pueblo por semanas y no pudimos. Y ahora aquí estamos, como si nada.” Llevaba horas pensando que la fiesta se trataba de una distracción, como la mayoría de las fiestas, excepto que esta guardaba un motivo siniestro. No veía posible regresar a la normalidad de sus vidas, no con todo lo que ahora sabían y habían sufrido. “¿Nosotros? ¡Ja! Solo mira este lugar... Apesta a marihuana, alcohol, vomito y sexo. Con cualquier cosa nos distraemos. ¿Cómo se supone que resolvamos un misterio así?” ¿Los demás habrían podido conciliar el sueño después de volver a ver a sus amigos y familia? ¿O sufría a solas, una vez más, producto de su propia ansiedad? Gruñó quedito y finalmente se ánimo a entreabrir sus orbes, subiendo la atención al cielo. “¿Y cuánto más crees que seguiremos escondiendo lo de Jacob? Si sus padres son sus padres y no una versión extraña como la de mi papá y mi hermano, ya habrán notado que su hijo no está en casa. O detectado el hedor a muerte que desprendió su cadáver. Tardamos en encontrarlo y sacarlo de allí, ¿recuerdas?” Se cruzó de brazos y expulsó un profundo suspiro, con aspecto resignado. Si las decisiones dependieran únicamente de él, ya habría ido a la residencia de esa familia y dicho todo, en espera de una reacción. “Te lo dije, hay que pasar de tema.”

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evnsc‌:

Decidida a tomar un poco de aire salió al jardín, para su pesar no era la única allí. “¿Estás ebrio?” Cuestiona ligeramente divertida al ver el accionar del contrario. “Supongo que mañana puedes enviar una petición para cambiar el nombre de este lugar.” Agrega como si realmente le hubiera tomado el comentario en serio.

Mostró sus blanquecinos, sonriendo ampliamente, y emitió una risita irónica. “Qué tierno que pienses que estoy ebrio.” No fue la primera que se lo preguntó esa noche, lo cual si lo pensaba bien, le otorgó una especie de ventaja sobre los demás. En resumen: si algo resultaba mal, podría salir impune del problema. Extrañado, negó con la cabeza. “¿Por qué enviarla yo cuando puedes hacerlo tú?” Hizo una suerte de puchero y lentamente fue estirando una sonrisa ladina. “Tu idea.”

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sircnvs‌:

los zafiros se clavan en un punto muerto. ha sonreído, ha abrazado y ha fingido durante la mayor parte de la velada. ¿qué pasa si su psique se ha inventado todo? el miedo la carcome ante la posibilidad de que todo sea un sueño y al despertar, vuelva a la traumatica realidad ; ellos alejados de todo rostro querido y conocido. se ahoga en pensamientos cuando colisión de cuerpo ajeno contra aquel sofá a escasos pasos de su cuerpo. “ ¿no es muy temprano para estar ebrio? ” expresa en un susurro, arcos elevándose con sorpresa.

“El tiempo es relativo.” Miró hacia la dueña de aquella femenina voz, rostro quien no resultó desapercibido en su memoria, y esbozó una discreta sonrisa. “Pero no estoy ebrio.” Qué más quisiera estarlo y responsabilizar al alcohol de sus impulsos caóticos y falta de filtro en el interior de su cráneo. “Puedes hacerme la prueba del alcoholímetro si no me crees.” Terminó de acomodarse en el sofá, estirando bien las piernas, y entrecerró sus orbes, mirando el manto nocturno.

[salvajismoo]

katzelias‌:

Elías se corre hacia el brazo del sillón automático, robótico. Lo miró y lo escuchó sin acotar nada, supuso que el chico estará ebrio y hablará solo (la suposición tomó más peso cuando se puso a dar vueltas, pero a Elías le trae sin cuidado, no le causa gracia ni le molesta, sobretodo porque él borracho, de verdad borracho… por favor. Y además está drogado y con sueño, por favor, qué va a hablar). —No te acomodes —dice, devolviendo la vista al cielo oscuro. Una pausa, toma aire. Aspira su propio olor a porro. —El sillón te succiona y no dan ganas de levantarse luego.

“¿Y cuándo mencioné que quería levantarme?” A propósito, ¿alguna vez lo había querido? Bueno, hubo una época que ir a la escuela era importante y aún más, terminar una licenciatura universitaria. Dos meses fueron suficiente para que sentir en carne propia lo efímero que era todo en la vida. ¿Se suponía que tocara puertas y repartiera curriculums vitae como si la muerte de Jacob fuese parte de un mal sueño? Suspiró, incómodo; y pegó la espalda en el respalde del sofá. No percibió al otro muchacho minutos antes, creyéndose solo. “Y dime, ¿cómo se siente...?” A pesar de que no consumía, el aroma a cannabis era peculiar como para no reconocerlo. “¿Buscar que la cabeza te de vueltas intencionalmente?”

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hrtbreakprince‌:

“¿no te gustan las fiestas?” pregunta absurda debido a la situación en la que están. llevaba rato tratando de entender lo que estaba pasando, pero por otra parte no quería desaprovechar el momento, en caso de que fuese un sueño o algo así. de todas formas, se ha alejado en un intento de respirar. “¿estás intentando matarnos a todos?” comenta, señalando con el mentón el cigarrillo en una posición peligrosa.

Casi indiferente, llevó su atención hacia el pasto y frunció los labios, pensativo. “La idea suena tentadora.” Sacudir un poco a los presentes, hacerles recordar su sinsentido, y autodarse un par de golpes a través de dicho acto, ¡pero bah! “Pero es una noche húmeda.” El rocío se apreciaba con notoriedad en el jardín. “Ya ves, hoy no triunfó el mal.”

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america-willis‌:

Frunce el ceño tras escuchar la respuesta del muchacho, tan concisa que puede darse cuenta de que no es la única que se encuentra transitando un momento de desolación y desorden mental puro. Ya se venía anticipando, en los últimos días Dexter se había aislado de su persona y nunca entendió por qué. Tampoco quiso agobiarlo y esa es la razón por la cual decidió darle su espacio. Es la primera vez que hablan en días y lo que tiene para decir le sorprende. “A mi me gusta cuando piensas.” Admite y por supuesto, está intentando hacer que se sienta mejor, pero no lo hace a través de una mentira. Con el chico, estando atrapados, ha tenido las charlas más interesantes, le ha confesado cosas privadas, pensamientos que no pensó que estuviesen hechos para decirse en voz alta. Él nunca la juzgó y por eso cree que es alguien que vale la pena, incluso si ahora ninguno de los dos se encuentra en su mejor momento. “El alcohol solo hará que tus emociones se vuelvan más intensas que antes, puede que logres callar las voces, sí… pero puede también que se vuelvan incluso más altas que antes.” Las drogas suelen ser impredecibles y la bebida está catalogada como una. Tampoco intenta decirle que hacer, simplemente le recuerda que su plan puede tener el efecto contrario y terminar rebotándole en la cara. Endereza su cuerpo cuando él se mueve y observa su rostro cuando dice aquellas palabras. Entiende su punto. Estira el brazo y logra alcanzar la mano del muchacho, coloca la suya encima, queriendo calmar cualquier pensamiento negativo que se haya suscitado en su mente, no era su intención alterarlo más de lo debido. “Lo sé, sé que ellos se preocupan.” Quiere incluirlo a él pero realmente no lo sabe pues también es impredecible. Sin embargo durante el período en el cual estuvieron sin comunicación con el mundo exterior logró afianzar lazos, como con Percy o Birdie, quienes llorarían su perdida (de eso está segura). “Me refiero a mi familia, yo… no sé si es más fácil o más difícil el saber que no les importo, el llegar y que nadie te reciba.” Si bien creyó ser un tema superado, ver a los demás con sus familiares, abrazados, riendo, celebrando, provocó cierto sentimiento de nostalgia en su pecho.

Se limitó, aguardando en silencio. Generalmente los pensamientos del joven iban a un lugar más allá de lo permitido. No quería preocupar a la rubia, o espantarla. Porque si le decía que consideró tronarse los sesos durante varias veces en su maldita vida, ella comenzaría a verlo diferente, y lo que nunca había buscado causar es lástima. Giró en busca del rostro de la joven, enarcando una ceja, irónico. “Maldición, mujer. Eres como un libro con piernas.” No pudo evitar comenzar a reír, formando una amplia sonrisa conforme subía el color de sus pupilas al manto nocturno. Había vivido desde que era un niño de la mano del concepto de pérdida, dolor y trauma, y por mucho que cualquier droga fuera una especie de tentación, por prescripción médica fue obligado a tomar fármacos más intensos. Estaba seguro que el alcohol no significaría nada, pero representaba un riesgo para arruinar sus, de por si estropeados, neurotransmisores. Estaba quebrado, pero no idiota. Frunció el ceño tras sentir el contacto de la mano femenina sobre el dorso de la propia. ¿Por qué...? Hizo un mohín, incómodo. ¿En verdad daba impresión de ser un cachorrito herido? Aunque consideró zafarse y moverse de su sitio, en el fondo sabía que ella no lo hacía con malas intenciones. La rubia no merecía un mal gesto de su parte. Suspiró hondo, guiando la vista en sus zapatos, y después metros adelante, hacia el verde del jardín y las plantas que lo adornaban. “Pues yo no me creo el cuento.” Admitió finalmente, encogiéndose de hombros. “Si todo este rollo es para desquiciarnos...” Rió brevemente por lo bajo, negando. “Cometieron un pequeño error conmigo.” No por su rebeldía, terquedad y hambre por criticar a su alrededor y las circunstancias que los aquejaban sino porque nunca se trató de un individuo totalmente cuerdo. “Bah. Ya ni deberíamos hablar de esto. No vale la pena.” Frunció los labios, en una clase de puchero. “Sé que no pasará nada. Somos un montón de cobardes que nos aterra encarar a los adultos y pedir explicaciones.”

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v-julieta‌:

“¿Es sarcasmo por lo animada que parece la fiesta?” Pregunta divertida mientras observa al muchacho que acababa de caer (literalmente) junto a ella en el sofá. “No sé qué haya sucedido pero al menos la mitad de los asistentes no ve la hora de irse…” algo decepcionante, pues había esperado algo mucho más animado para una fiesta de bienvenida.

“Meeh. Para mí todas las fiestas son lo mismo: promiscuidad y drogadicción bajo una máscara de sana convivencia.” Si lo pensaba bien, el comportamiento de la mayoría de su generación era predecible. “Así que es poco lo que me interesa si en la fiesta hay buen ambiente o no.” Localizó el cigarrillo entre la hierba y se puso de pie rápidamente para recogerlo, y meterlo de nuevo a los labios. “No quería estar en casa.” Comentó antes de expulsar el humo y tomar el cilindro con sus dedos. “¿Cuál es tu excusa? Por favor no digas que para divertirte, esa nunca es la verdadera razón.”

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covrtncymumu‌:

“¿en serio? no sabes lo feliz que me hace ¡haber llegado al objetivo de mi vida!” musitó con una sonrisa ida. honestamente, nunca le importó lo que la gente pensara de ella y menos en boca del muchacho “pues tendrás la memoria mal esparcida, corazón, he hecho más cosas durante el tiempo de cautividad” esbozó una mueca y luego regaló otro chupito sin tocar al moreno “baja la defensa, hombre”

“¡Y ese soy yo!” Rió con falsa efusividad, mostrando los blanquecinos. “¡El padrino de los sueños de las causas perdidas!” En el fondo, la retórica de la muchacha no le provocaba malestar. Con el paso del tiempo, aprendió a lidiar con ella y el choque de temperamentos entre los dos. “Beber de distintas marcas y botellas no cuenta como más cosas.” Subrayó con propósito de fastidiar, haciendo comillas con los dedos. “Solo digo.” Frunció los labios y miró hacia el cielo, moviendo los hombros con naturalidad. “Nah. Bájala tú.”

[salvajismoo]

darkmumuboysxrp‌:

Sean iba pasando por ahí y vi la acción del ajeno y se acerco rápidamente, para pisar la colilla, así apagar el cigarro y evitar un accidente. “Deberías tener mas cuidado. No sería lindo que una fiesta termine en un gran incendio.” Comentó amablemente mientras subía la mirada de su pies al chico y se lo quedo viendo con extrañeza. “¿Cómo te va?” Preguntó curioso.

Sin intención de enderezarse, giró el rostro hacia el muchacho. “Han pasado peores cosas.” Era consciente de la razón en sus palabras, mas el contexto probablemente no era el indicado. Aunque sí tenía más sentido correr todos por sus vidas que festejar por el simple hecho de hacerlo. “Super-duper.” Pronunció sarcástico, y comenzó a negar con la cabeza, riéndose quedito. “¿Y a ti?”

[salvajismoo]

                               --------- Dex Varnham’s outfit in the Surprise Welcome Party!

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gclvxia‌:

Burla se apoderó de carmines tras obtener la respuesta del masculino. “Vaya, no sabía que te considerabas tan diabólico.” arrojó toda crueldad sobre el impropio. Anatomía fémina se disponía a emprender un camino hasta el sofá ya ocupado mientras dejaba caer todo su peso sobre el mismo y así poder mantener contacto cercano al ajeno. “Buen intento,” le devolvió el cilindro, arrugando su nariz con diversión. “soy Elena, Lena. Pero, creo que eso ya es sabido” creyente de su jerarquía en el pueblo.

“¿Cómo lo sabrías si no me conoces?” Achicó los orbes, transmitiendo ironía al cruzar miradas con ella. Se preguntó si ella lo ubicaba de alguna parte porque él no. Frunció los labios indiferente, queriéndose reír, y movió los hombros. Realmente escupió los primeros nombres que se le ocurrieron, no lo había pensado tanto. “¿Qué? ¿Sabido por quién?” Enarcó una ceja. “¿Se supone eres famosa o... algo?”