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Hoy me siento agradecido

Tal vez es algo que debería hacer cada día, en parte un acto egoísta, pero que no hace mal a nadie, excepto a quien toca con las heridas del alma lo que escribo.

Es una foto instantánea: puedo caminar y respirar, puedo oír música y bailar en el alma, pienso en mis padres, a quienes puedo decirles aún que los amo. Y sí, soy joven todavía, o es como me siento, y lo que fui es un recuerdo, no existe en mi presente, y soy ese presente. Veo colores, veo a mis compañeros del presente.

Estoy agradecido por lo que tengo y lo que soy, por el hecho de pensar y escribir aquí. También agradezco el hecho de soñar, sea en vigilia o dormido. Por la flor que nace en medio del lugar insospechado, con esa belleza anónima.

Estoy agradecido por todos los que me dan tanto sin pedir nada a cambio, también agradezco al pasado, por traerme hasta aquí.

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No es lo más importante

"La belleza no es tan importante" (una persona bella)

"el dinero no es lo más importante" (un rico)

"la fama no es lo que busco" (persona famosa)

¿Te suenan familiares? Esas frases, dichas por una persona bella o una persona que no tiene que preocuparse por el dinero, o un artista que ya tuvo su trayectoria de reconocimiento, suenan a que no son conscientes de sus privilegios o que han olvidado un poco cómo estás condiciones les permiten decir frescamente esas palabras.

Pero si esas palabras son dichas por personas que no gozan de esas condiciones, pueden caer en el cliché (todo el mundo dice o piensa así porque es bueno pensar así) o decirlo para consolarse a sí mismas de carecer justamente de eso que subestiman.

Tener dinero, belleza o fama (influencia o poder) sí podrían ser importantes o útiles para obtener privilegios. Es la realidad. La pregunta entonces podría mejorar si se cambiara a "¿Qué privilegios tengo o tuve para alcanzar lo que ver logrado?". No quiero desmerecer el valor del mérito, pero no podemos desestimar la suerte, la influencia y esas cosas que pueden ser bien mencionadas en el llamado "círculo de privilegios".

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No cambiarás

Cuando hablamos de clase social, o de condición socioeconómica, el Disney del capitalismo o emprendedurismo nos cuenta historias de éxito, nos dice que con esfuerzo tendrás el mérito de cambiar tu realidad.

"¿Se lo dices tú o se lo digo yo?"

Las hadas y Papá Noel forman parte de las lindas historias que colorearon nuestra niñez. El infierno y el cielo pueden ser metáforas interesantes.

"¿Se lo digo entonces?"

En el mundo de los libros tienen un lugar preponderante los que cuentan historias: las novelas, cuentos y poemas (o literatura artística), y los libros de autoayuda.

Los del primer grupo te cuentan historias que puedes hacerlas tuyas, interpretar, juzgar, recrear en tu mente, o incluso vivirlas como una analogía en tu historia personal. Los del segundo grupo te quieren hacer vivir historias que no son tuyas.

Lo siento. Hubo un tiempo en que amaba también ese tipo de libros. Ahora mi relación es complicada.

Hay otro grupo de libros y también de producción escrita que es más prosaica y la mayoría lee solo porque es obligación si se da el caso: libros de texto, papers o estudios, tesis, etc. Esos te cuentan de forma aburrida que Papá Noel no existe.

"Y bueno, entonces ya se lo voy a decir..."

No. No cambiarás tu situación socioeconómica con tu esfuerzo simplemente. Necesitarás también suerte, esa que es la que tienen los que ganan la lotería. Hay estudios que demuestran que el mérito no lo es todo. Si estás en el nivel X, haciendo un gran esfuerzo lo más probable es que varíes un poco tus condiciones, pero seguirás siendo X, lo mismo que tus hijos o familia. Igual, si eres de familia acomodada y no te esfuerzas tanto, lo más probable es que al final de tus días te hayas quedado en el mismo nivel.

Vamos ahora, los que creen lo contrario, y me quieran contar historias de éxito. Busquen "sesgo del superviviente", y ahí me retiro.

Supongo que igualmente te irás esforzando en la vida, eh. No me culpes. Con esfuerzo se consigue todo.

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Ya no soy el de antes...

Muchos valoramos la capacidad de cambiar, mejorar, transformarse, reinventarse, pero cuando este cambio tiene que ver con opinión sobre ideología, religión o incluso visión ética, tendemos a dejar salir algunos sentimientos:

Desconfianza para con la persona que cambió de opinión o punto de vista. Culpabilidad si eres tú quien cambió de forma de ver el mundo o algún aspecto específico de la vida.

Y sí, a nuestra mente no le gusta tener que cambiar a casa instante; es parte de su programación para sobrevivir: somos seres de hábito, incluso para el pensamiento.

Pero también tenemos derecho a cambiar de opinión según las experiencias y exposición a ideas que tenemos.

Las personas cambian, todo cambia. No eres la misma persona de hace un tiempo (a no ser que hayas fosilizado). Y eso está bien.

Si alguien de tu entorno cambia en algún sentido, no lo juzgues; hay motivos. Normalicemos cambiar sinceramente de opinión.

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Dormir en dos fases

Levantarse a media noche antes no era sinónimo de que amaneceremos con la molestia del sueño interrumpido; antes eso era normal: la hora de vigilia nocturna; momento ideal para conversar, contar secretos o historias, meditar, rezar, hacer el amor, o simplemente contemplar la noche abajo o arriba.

Ese regalo ya hace tiempo fue arrebatado por las luces que los bípedos pensantes han creado para la noche.

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El tiempo y su medida

¡A medir el tiempo, se ha dicho!

¡Un momento! ¿Qué es el tiempo?

De eso es lo último que nos hemos preocupado, pero sí en lo práctico... comencemos por contar cada vez que el astro más brillante pase por nuestro cielo a regalarnos el día.

La luna también cambia de forma cada día, pero regresa a estar plena cada ciertos días, ¿no es verdad? Así nos dimos cuenta de los meses.

Y algunos fueron más detallistas, y vieron las estrellas más brillantes en el cielo, cómo cambian cada noche su posición respecto del día. Sirio nos avisó que el año existe: 365 días.

Y la combinación, no tan perfecta, dio origen a contar el tiempo en días, meses y años.

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TikTok mata tu(s) sueño(s)

Sobreestimulación, alteración del ciclo de recompensas, baja tolerancia a la frustración... todos son efectos de los videos cortos, cada vez más de moda y ubicuos en las redes.

¿Cuántas veces no te ha quitado el sueño, a pesar de estar cansado, y te ha dado un día siguiente sin energía para seguir tus sueños?

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Caminar es meditar

Sea de tarde o noche, o de mañana, al andar las piernas anda la mente si está bloqueada, o desacelera si está agitada. Caminar es meditar.

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Tolerancia

Todo ruido al inicio incomoda, pero luego se hace música de fondo, o cuando menos un ruido de fondo.

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¿Se transmiten los memes como lo hacen los genes?

Hace tiempo había leído algo como eso, y parece tener algo de sentido. No hablo de los memes que andan por toda la internet, sino del concepto "unidad teórica más pequeña de información cultural". Lo que repites y aprendes y está en tu pensamiento porque fue sembrado, porque ha sido programado a veces. Yo digo que incluso ideas simples o frases comunes como: "La hora latinoamericana", "si me conocen, para qué me invitan", o "los gatos quieren dominar el mundo".

Algunos memes han llegado a tu mente para quedarse y también distribuirse entre tus círculos.