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enzo.
Sus avellanas bajan, se instalan un largo instante en el firme agarre que le impide irse, no es partidario de la violencia, pero su mano se cierra en puño y la corriente eléctrica que le recorre le invita a luchar contra el contacto, a librarse e irse cuanto antes. “Suéltame.” Exigencia es la que sale de sus fauces, sus cejas levantadas y el gesto manteniéndose severo. Claro que puede irse, es más: va a hacerlo. ¿Para qué se queda? ¿Para continuar aquella guerra? No. Ya le puso fin, ya tiene que ser el fin, porque a cada momento parece volverse más complicada, parece enredarse con tanto y con todo y dejarle sin muchas salidas, y no quiere agotar sus opciones. La pregunta retumba, pero no pasa ni un segundo cuando ya ha emitido su respuesta de forma mental: no. No puede. ¿O no quiere? Para él no hay diferencia. Pero existe esta pequeña parte rebelde que le señala que sí, que puede hacerlo, que por salud mental debería hacerlo. Que todo sería tan infinitamente distinto si tan sólo se permitiera ver qué pasa sin antes cuestionarse si Grace estaría o no de acuerdo, si aquello heriría a Grace o le haría sonreír. Separa sus labios, pero de inmediato vuelve a juntarlos, no hay palabras que fluyan, por lo menos nada coherente quiere salir, así que simplemente se limita a evitar el contacto visual, sus ojos van a parar al cielo, como si fuese mucho más interesante la nublada atmósfera que les rodea que todo lo que tuviera el ajeno por decir. Y continúa tenso, ya no opone demasiada resistencia ante el agarre que mantienen sobre su brazo, pero tampoco da tanto a ceder. Pero nueva molestia vuelve a instalarse en sus adentros por el control que el ajeno parece poder ejercer sobre él, está molesto por esas palabras que ya no le acusan, que ya no lo señalan y que consiguen llevarlo a cualquier estado anímico donde el contrario quiera tenerlo. ¿Es acaso lo único que necesita para cederse ante el ajeno? ¿Qué muestre vestigios de su humanidad? La idea le frustra, saber que con tremenda facilidad puede obtener lo que quiere, verse como una pieza del tablero de ajedrez que el ajeno va aprendiendo a manipular de acuerdo con gracia y conveniencia, que podría sacrificar en cualquier momento por un bien mayor. Entonces se arma de valor nuevamente y lo encara, sus orbes se sitúan fijas en las ajenas. “¿Por qué no puedes centrarte en la gente que te idolatra? Tienes esta horda de chicas y chicos que bien se desvivirían por tu atención, por una llamada a la media noche o por una cita… claramente no necesitas insistir tanto con alguien que a cada momento que puede te desprecia.” Sus labios se aprietan, su lógica le arroja una única razón por la que lo hace. “Soy tu reto del momento, ¿no? El chico que se hace el difícil, pero eventualmente encontrarás como hacer que caiga.” Porque suena a escena de película gay cliché, a algún nuevo desafío impuesto al surcoreano que podría mantenerlo entretenido durante algunos días o semanas. Va a decir algo más, porque es el rey de los discursos eternos y de las mil y un excusas de porque aquello está podrido y destinado al fracaso, pero las palabras ajenas se le adelantan e instalan confusión en sus facciones, misma que se ve después empapada de adrenalina ante el nuevo contacto, mismo al que apenas un instante se resiste, pero cede. Su cavidad rápidamente amoldándose a la ajena, sus movimientos siguiendo la velocidad impuesta por los ajenos, sus ojos cerrándose y permitiéndole a aquel encuentro tornarse más íntimo, como si después de toda la tormenta esa fuese su calma, su arcoíris. Entonces rompe el contacto. Respiración irregular y corazón amenazándose con salirse de su pecho, mantiene la cercanía con el ajeno, sus ojos se abren de a poco. Ya no sabe si el malestar que se instala en sus adentros es rabia o frustración, si es la imperiosa necesidad es de alejarse del contrario o de quedarse tan cerca como sea posible. Y se permite acariciar la mejilla ajena con su mano libre, un gesto que nunca creyó realizar en favor del hombre que se situaba frente a él. “¿Por qué tienes que hacer todo tan difícil para mí?”
Si en su cuerpo existiera un pequeño rincón que estuviese libre del egoísmo que reina en él, probablemente habría dejado ir al contrario y no lo habría hecho caer en sus encantos una vez más. Evidentemente, no hay manera de que el abogado deje de ser egoísta, aunque sea por un momento, pues siempre está pensando en sus necesidades primero y luego en la de los demás. Su boca aún siente el sabor de los labios ajenos, labios picándole por la necesidad de volver a sentirlos contra los suyos, pero decidiendo esperar. “Pero tú no me desprecias.” Se atreve a discutir, manteniendo la mirada ajena mientras se humedece los labios, anhelando que las cosas fuesen simples para así simplemente poder llevárselo a la cama de una vez por todas. Su cuerpo pide a gritos por más contactos y él, no siendo de los que suelen tener mucha paciencia, se limita a acercar su cuerpo al ajeno, manteniéndolo preso entre la pared y su propia anatomía. “Si realmente me despreciaras, jamás me habrías dado una oportunidad ― no estaríamos aquí ahora, ni habríamos estado de esta misma manera ayer.” No tiene intenciones de mostrar vanidad en esos momentos, sólo busca plantear los hechos e intentar convencer al contrario de que ceder a aquel deseo no es tan malo como él lo hace parecer en su cabeza. Sus dedos, lentamente, dejan ir la muñeca del contrario, labios curvándose en una pequeña sonrisa al sentir el roce de los dedos ajenos contra su mejilla. Desea decir un par de cosas más, pero es lo suficientemente inteligente como para saber que aquel no es el momento y tampoco el lugar adecuado. El muchacho, en efecto, es un reto para el surcoreano, pero no es por eso que está intentando hacerle entender que la química que ambos tienen no es algo que se pueda ignorar con facilidad o superar de una manera rápida. Admite que tal vez está más interesado en el estudiante, más de lo que le gustaría, pero decide mantenerlo en secreto, no deseando exponerse de ninguna manera. “No estoy poniéndote las cosas difíciles, Enzo. Eres tú quien está complicándose más de lo que debería.” Susurra contra la boca ajena, manteniendo una de sus manos sobre la pared y moviendo la otra hasta el cuello del muchacho, rozando la piel ajena con sus dedos y regalándole una pequeña caricia en ésta. “Puedes luchar por tu espacio ― pero no te lo daré tan fácilmente, no soy del tipo que se rinde con facilidad.” Y eso cualquiera debería saberlo, aunque claro, nunca ha tenido que luchar realmente por las cosas, siendo que nació en una cuna de oro. Por otro lado, desde su adolescencia ha desarrollado cierto encanto que no pasa desapercibido, siendo un imán que atrae tanto a mujeres y a hombres, campeón en la mayoría de los torneos que ha participado y siendo uno de los mejores de su clase, está acostumbrado a que las cosas salgan como él desean y duda conformarse con menos. “Tienes algo que me gusta y eso es suficiente como para que pelee por ello.” Termina por decir, dejando clara su postura mientras su boca vuelve a acercarse a la contraria, su lengua deslizándose por el labio inferior del muchacho antes de que sus labios decidieran atacar la mandíbula ajena, besando cada centímetro de ésta hasta bajar por su cuello, atreviéndose a succionar algunas zonas del cuello ajeno antes de volver a subir sus labios hasta los contrarios, atrapándolos con suavidad.
#― i’ll give you a hidden thrill ┋ interaction.#― i’ll give you a hidden thrill ┋ with enzo.#no tengo gif de besos#malditos coreanos#ah mentira ;__; los amo
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enzo.
“No, no. Es cierto, no has sido tú. Lo hice yo mismo, por micuenta. Pero como dije anteriormente: cometo errores.” Énfasis a las últimasdos palabras, por supuesto que era un error, pero sería uno peor seguiralimentando falsos escenarios. No era el tipo de persona que hacía cosas queestaban mal, por lo menos no cuando estas podían herir a terceros, aún cuandoesta tercera persona lastimada ya se encontraba varios metros bajo tierra. Y allíestaba el otro problema: no sabía superar. No podía, no quería. Su vida parecíaregida en ser complaciente, en cumplir con esta imagen de lo que Grace hubiesequerido o esperado, y después frustrarse y reclamarle a su tumba porsimplemente irse. Claro que no podía permitirse agregar a la lista de cosas que le quitaran el sueño al hombre parado frente a él. Y tiene un punto, porque sólo hay una persona a la quecondena y señala como lo está haciendo con él, pero las dimensiones del dañopsicológico que el otro masculino había causado en la fallecida eran por muchomayores a las del que se encontraba frente a él. Más palpables, señalables enllantos que no se fueron al pasar de unos cuantos meses. Entonces, ¿por qué losseñalaba por igual? ¿Por qué condenaba tanto y tan duro al surcoreano? No podíaexplicarlo, no estaba seguro. Simplemente era un sentimiento que se habíaanidado a sus adentros y justo ahora se encargaba de hacerle saber que lospensamientos que cruzaban en su psique eran erróneos, que propiciar o permitir cualquieracercamiento de índole íntimo con él pecaría de incorrecto, de doloso. Entonces niega un par de veces con la cabeza,una pequeña risilla escapa, entonces volviendo a enfocar su mirada en el rostroajeno. “Es tanta tu soberbia que realmente crees que no podré superarte.”Porque, aunque habían sucedido una serie de eventos mal organizados y todosdirigidos en la misma dirección desde la noche anterior, previamente jamás sehabía visto envuelto en algo semejante. Simples veinticuatro horas donde nohabía podido sacarse al ajeno de sus pensamientos no podía significar gran cosa,no cuando competía con años de recelo y pésimas referencias contra supresencia. “¡Ya lo sé, carajo!” Palabras que salen a los gritos, frustraciónliberada a pesar del estado de pasividad en el que las drogas lo sumergen. “Yasé que no eres tú, ya sé que no es tu culpa, ¿cuántas veces tengo que decirlo?Sé que el puto problema soy yo.” Pero eso no va a hacerle cambiar de rumbo, quede pronto decida mandar a la mierda todo su sistema de creencias y opiniones,volviendo a caer en garras ajenas. “Y también sé que la maleza se tiene quearrancar de la raíz, así que se acabó. Estoy fuera. Todo esto se va a la mierdadesde la raíz.” Le ha estado dando demasiadas vueltas al asunto desde lamadrugada pasada, claro que sí. Y eso le molesta, porque siente que le estábrindando demasiada importancia, demasiada energía, y una parte de sí mismosabe que no es recíproco, que no fluye en ambos sentidos la preocupación y elinterés en dicho tema, así que más se frustra. Tener que discernir que estáviendo florescencias donde sólo hay putrefacción no le hace bien. “Táchalo de cobardíasi eso te hace sentir mejor, no me importa.” Se encoge de hombros, realmente letiene sin cuidado, quiere convencerse a sí mismo de que está determinado, queno va a caer, que ese es el fin de algo que ni siquiera comenzó. “Soy unestúpido, sí. No creo que sea algo demasiado difícil de ver.” Su voz comienza acalmarse, la agitación que antes le caracterizaba la abandona de a poco, lepermite disipar lo nublado de sus pensamientos y buscar una mejor selección depalabras, ponerle un punto final a todo, uno que no deje espacio a otros dossuspensivos. “Pero por lo menos me esfuerzo, me esfuerzo muy duro para no caeren situaciones, en personas, que me dejen más jodido. Porque realmente no puedocon mi mierda como para sumarle todavía más.” Suelta una risa ácida, alegríaauditiva que no alcanza a iluminarle la mirada. “Y no creo que haga falta decirmás para que entiendas porque te estoy sacando de mi vida.” Ya no quiere soltarpalabras hirientes, crudas o venenosas, no más. Realmente siente el cansanciode toda la situación acumularse e instalarse en sus hombros, y no busca extenderlamás, no lo necesita. “Así que retiro mi oferta de anoche, no pienso volver ahacer esto. Buenas noches, Seongmin.” Concluye, entonces guardando sus manos enlos bolsillos de su pantalón, dedicándole una última mirada, pesarosa, como siquisiera decir mucho más, pero simplemente optando por alejarse de la escena.
Por un momento, se queda en silencio y le da la oportunidad al contrario a soltar todas aquellas palabras que parece haber tenido atascadas en la garganta. Su cuerpo se tensa mientras entreabre los labios para decir algo, pero es incapaz de pronunciar palabra alguna, pues no tiene idea cómo reaccionar en momentos como eso, principalmente porque jamás ha tenido que hacerlo. Acostumbra a lidiar con muchachas heridas que creen que él puede ofrecerles más que una noche de sexo, teniendo que convencerlas de que no es el tipo de persona que merece el amor que ellas están dispuestas a darles, pero… ¿algo como lo que está sucediendo en esos momentos? Jamás. Cuando por fin se atreve a decir algo, el contrario vuelve a interrumpirlo, como si aquel discurso no tuviera fin. “Enzo ―” Aprieta los labios con fuerza, sus manos cerrándose de golpe para formarse en puños que comienzan a doler por la fuerza que está utilizando, deseando poder descargarse con algo o con alguien, pero sabiendo que aquello no ocurrirá hasta ya adentrada la noche. Da un paso hacia el contrario cuando lo ve alejarse, estirando su brazo para coger la muñeca ajena y sujetarla con la suficiente firmeza para evitar que pudiera seguir alejándose de él. “No puedes simplemente irte después de haber soltado todo ese discurso y no escuchar lo que yo tengo que decir.” En realidad, no tiene mucho qué decir considerando que aún está intentando procesar la información que el contrario ha soltado en su cara sin ningún tipo de filtro, pero si hay algo que sabe con total certeza es que no quiere que el contrario se aleje. No ahora. No en ese momento. “¿No puedes dejarlo estar, aunque sea un momento?” Pregunta de repente, fijando sus ojos en los ajenos como si estuviera intentando adivinar qué tipo de cosas están pasando por su cabeza en aquel momento. Da un paso hacia adelante, dedos manteniéndose aferrados a la muñeca ajena mientras busca hacerlo retroceder, volver a tenerlo en una posición que lo pusiera en ventaja a él y en desventaja al contrario. “Yo ― no creo que estés jodido.” Se fuerza a decir algo más porque está intentando ordenar sus pensamientos para así encontrarle un sentido a sus acciones y a sus palabras. “Creo que tienes que dejarlo ir, ¿sabes? No puedes mantenerte aferrado al pasado, Enzo. Simplemente no puedes.” Y quizás lo dice por beneficio propio, porque esa es la única razón que hace que el contrario tenga un debate consigo mismo; elegir entre alejarse del abogado o quedarse y dejar que las cosas fluyan entre ellos. Hay algo en el contrario que le interesa y es por eso que no puede dejarlo ir, no así de fácil. Sus labios se entreabren, lengua deslizándose por estos para humedecerlos cuando sus ojos se posan sobre los labios ajenos, su mano libre apoyándose sobre la pared mientras se inclina lentamente hacia él. “Si crees que voy a dejar que te alejas de mí fácilmente… estás muy equivocado.” Y es que preferiría declararle la guerra antes de dejarlo ir y, al parecer, eso es exactamente lo que está haciendo. Susurro es seguido por un nuevo acercamiento, sus labios volviendo a atrapar los contrarios, bocas colisionándose como si hubiesen pasado siglos desde la última vez que se tocaron. Su lengua no tarda en entrar en aquel juego que hace que la temperatura de sus cuerpos suba y que el agarre de sus dedos se suavice levemente, aunque no lo suficiente para soltarlo.
#― i’ll give you a hidden thrill ┋ interaction.#― i’ll give you a hidden thrill ┋ with enzo.#estoy sufriendo con esto#espero que lo sepas *se va a seguir escuchando música emo*
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chelsea.
Silencio sepulcral cae en insólito escenario ; en medio de él, dúo de orbes consabidos se observan en mudo accionar, permitiendo que vocablos masculinos resuenen gloriosos en el fuero interno de fémina presente. Segundos que en letargo pasan, y es vislumbre efímero de retórica sonrisa la que se lee sobre comisura izquierda. “ Por todos los cielos, querido. No intentes proyectar tus dudas en mí. ” hilo verbal de satírica naturaleza, aquella que tan arraigada está en propio comportamiento. “ Creería que me conoces suficiente como para saber que jamás he pensado que soy el problema. ” verídica es su respuesta, que en férrea entonación desembarca de carnosidades pecadoras / venenosas. En ella no existe ápice de duda, está consciente que empezar a vacilar sobre su naturaleza traería más problemas que soluciones. Caída del cielo, o renacida en el infierno, no existe ni el mínimo de incertidumbre sobre propio ser. “ Es tan simple como el hecho de que no soporto la estupidez en general. Y lamentablemente para todos esos allá afuera, su existencia está dirigida por impulsos ridículos que simplemente los hacen ver como patéticas criaturas que buscan aceptación del resto. ” prismáticos ambarinos que descienden a punto de conexión, el mismo que cálido como fuego infernal roza su delicada tez. Pero guerrera de armas tomar no da paso atrás, y rompiendo estándares se mantiene. Son dactilares entrenados para provocar los que siguen muñeca foránea ; uñas rebeldes que rozan piel pálida, manteniendo el toque del mismo diablo sobre su piel. Es un reconocimiento decadente, donde respiraciones alcoholizadas se entremezclan en una atmósfera eléctrica, y es ahí, donde dúo de pétalos impíos dejan escapar en juguetón tono: “ Nunca estás de humor… No es algo que cambie realmente. ”
“ En realidad, creo que es completamente al revés, Chels. Siempre eres tú la que termina proyectándose en mí, ¿por qué es eso? ¿Sientes algún tipo de admiración por mí o―? ” No finaliza la pregunta, deseando que ella sea la que dé la respuesta. Evidentemente sus palabras no van dirigidas en serio, son simplemente una excusa para llegar a los nervios de la contraria. Su relación siempre ha sido así de tóxica, siempre intentando sacar la peor imagen del otro. “ A veces pienso que eres tú la que me causa el mal humor, pero luego lo pienso bien y ― definitivamente, no eres tan importante como para afectarme así. ” Sonrisa burlona se plasma sobre los labios del surcoreano, sus dedos manteniéndose firmemente alrededor de la muñeca femenina, no dejándola escapar. Y es que por alguna razón la cercanía de la muchacha lo hace mantener la poca cordura que le queda, habiendo tenido una noche demasiado dramática para su gusto. “ Mi humor podría cambiar si decidieras cerrar esa boquita tuya y hacer lo que ambos hemos deseado desde que nos conocimos. ” Porque puede que ambos hayan acumulado odio hacia el otro, eso no se puede negar, pero mientras lo hacían, también se acumulaba aquel deseo que ninguno de los dos se ha atrevido a cumplir, pues una vez que lo hagan… no habrá vuelta atrás. “ ¿Sería tan grave si decido besarte esta noche, mm? ” Inquiere, humedeciéndose los labios y fijando su mirada en las facciones ajenas, su cuerpo tan cerca y, a la vez, tan lejos del de ella. La pregunta parece haber sido dirigida hacia ella, pero en realidad, es una pregunta que se hace a sí mismo. ¿Qué tan grave podría ser?
#― i’ll give you a hidden thrill ┋ interaction.#― i’ll give you a hidden thrill ┋ with chelsea.#los amo y odio al mismo tiempo...#kjakjd nice
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victoria.
Intentaba con todas sus fuerzas no hacer tan obvia la diversión que aquello le causaba. “Los accidentes pasan… estabas en el lugar equivocado” Se encogió de hombros.”aunque quien sabe, tal vez no fu un accidente” Lo molestó, pues en realidad no lo era, tenía que hacerlo para cumplir el reto. “Eso sería grosero de tu parte, deberías invitarme una bebida, porque tu camisa se ha quedado con la mía” Dijo finalmente sonriendo por aquello. “No te molestes, se secará” Dijo relamiendo sus labios para después sonreír de nuevo. “Entonces, ¿me invitaras la bebida?”
No suele ser bueno soportando aquel tipo de bromas, menos cuando dañan su ropa pues la vanidad del surcoreano no parece conocer límites. Su boca se mantiene torcida, dejando ver el disgusto que aquella situación le causa. “Lo que es grosero es que no te hayas disculpado y que planees que te compre una maldita bebida después de haber arruinado mi camisa.” Bufa, dejando los ojos en blanco y sacudiendo su camisa, intentando despegarla de su cuerpo. “No, no lo haré. ¿Me comprarás una camisa nueva?” Inquiere, alzando una ceja como si ambas cosas se tratasen de lo mismo. “Dudo que te alcance, seguramente no tienes idea de cuánto cuesta una prenda como esta.”
#― i’ll give you a hidden thrill ┋ interaction.#― i’ll give you a hidden thrill ┋ with victoria.#no se preocupe:3#seongmin: el ser más desagradable de la tierra parte 2
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kayley.
“Porque…yo….pues…”Carraspea nerviosa por la pregunta y mueve sus cabellos tras su oreja buscando evitarle la mirada al ajeno unos segundos antes de continuar “Porque puedo” No, no podía obligar a su gemela algo así, asco no le haría más no estaba cómodo para ninguna jugar a esas cosas, era una mera broma “Y te la pasas mejor con ella que conmigo, es oficial” La sentencia del final se escapó de sus labios ebrios, aquella sentencia que fijaba con su gemela cuando algo era ya indiscutible.”Ahora no estoy segura de querer aceptar entonces” Aferra la ofrenda entre sus falanges y lo devuelve al contrario “¿Todo de ti tiene un precio?” Arquea una ceja, no sabía si podía estar preparada para alguien de su reputación, de su experiencia, se inhibía “Algo así, ahora me he quedado sola esperando a mi hermana ¿Tú te diviertes?” Lo mira.
“Tengo curiosidad por saber qué es lo que te ha hecho llegar a semejante conclusión.” Dice, observándola con interés mientras se cruza de brazos y mantiene fija su mirada en ella, no teniendo intenciones de desviarla hacia otro lado cuando percibe perfectamente el nerviosismo ajeno. Quizás si se tratase de otra persona, le costaría más adivinarlo, pero ella parece ser demasiado expresiva para su propio bien. “Por supuesto, ¿acaso tú ofrecerías todo gratis?” Le pregunta, con una ceja en alto, como si no existiese otra respuesta válida para la pregunta que ha escapado de los labios de la fémina hace un par de segundos. Probablemente debería ir un poco más lento, quizás hasta más suave con la muchacha, pero aquello no suele ser el estilo del surcoreano y, hasta ahora, le ha funcionado bien. “Me estoy divirtiendo, sí ― aunque me divertiría más si aceptaras jugar conmigo.” Se atreve a agregar, no lanzándoselo como indirecta, pues considerando el tema de conversación anterior se puede intuir perfectamente hacia dónde se apuntan las palabras del abogado.
#― i’ll give you a hidden thrill ┋ interaction.#― i’ll give you a hidden thrill ┋ with kayley.#no tenga miedo... seongmin será cuidadoso ahr#discúlpeme usted la demora :((#he tenido un par de días ocupaditos
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reiko.
“No” sencilla e implacable respuesta “Es más ¿recuerdas la frase… echando a perder se aprende? Tu eres un intento y yo soy la perfección” sonrisa de oreja a oreja acompañada de un pequeño guiño hacia el masculino. “Oh vaya, qué amable Seongmin” voz irónica y gestos que evidencian amabilidad fingida “Está bien. Me gusta observar como pierden la decencia para obtener aunque sea un poco de tu atención” vocablos que finalizan en risas “No…” le susurra al sentir sus labios sobre su mejilla “Piensas irte, pero antes cerciorarte de que nadie se acerque ¿o que?” lo conoce y puede asegurar que el masculino juega bastante sucio como ella, e incluso disimularlo muy bien. “Shhh” se lleva el índice a sus labios para hacer el gesto de guardar silencio “Ellos no quieren ser salvados, ellos me quieren a mí” comenta con aires de grandeza “Si no saben leer entre líneas, no es mi problema” se encoge de hombros, quitándose toda culpa con aquel gesto “La tienes ahora, aprovéchala. É un caballero e invítale un trago a tu mejor amiga ¿si?” ladea la cabeza acortando distancia entre ambos
“Claro que sí. ¿Cuánto tiempo llevas repitiéndote eso para convencerte de que es así?” Le gusta jugar con ella, sobre todo porque ambos entienden perfectamente el humor del otro y ninguno termina ofendido en aquellas discusiones que pueden tardar días en resolverse. “Ah, ¿por qué te ríes de la gente así? Tú también fuiste una de esas muchachas que se desvivían por mi atención.” Bromea, pues nunca fue el caso entre ambos. La conexión que tuvieron cuando se conocieron fue instantánea y, si bien, considera que la japonesa es increíblemente atractiva, jamás ha tenido la necesidad de ir más allá con ella ― no porque no quiera, sino porque realmente aprecia aquella amistad y sabe que una vez que las cosas se arruinan, no vuelven a ser las mismas, incluso cuando a la gente le gusta fingir que sí. “Por supuesto que te quieren a ti, ¿quién no te querría?” Y lo dice completamente en serio, aunque claro, mantiene la sonrisa burlona para quitarle seriedad al asunto. Se apoya sobre la barra, justo al lado de la muchacha para que ambos brazos se rozaran ante cualquier movimiento. “¿Qué quieres? Pide lo que quieras, yo invito esta noche.” Sonríe levemente, dándole un pequeño golpecito sobre el brazo con el propio y alzando su otra mano para así llamar la atención del camarero.
#― i’ll give you a hidden thrill ┋ interaction.#― i’ll give you a hidden thrill ┋ with reiko.#las personas menos cutes del pueblo...#son los más cutes cuando están jntos#nice nice
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seungjun.
ligero bochorno tiñó mejillas de rojo, aunque lo que se arremolinaba en su garganta era tanto vergüenza como ganas de reír por su propia torpeza. acostumbrado a terminar en el lado menos positivo de la balanza, a pesar de su disposición a aceptar cualquier competencia, alardear de habilidades que en el fondo necesita aun pulir. y aunque no había mentido sobre su resistencia al alcohol, siempre era difícil no sentir el placentero mareo de la ebriedad cuando mezclaba diversos tipos de licor en su sistema, el camino más directo al abismo. “ estuve cerca… ” murmuró, apenas una queja a la que le siguió un puchero, dejando sobre la barra el pequeño vaso cuyo contenido se encontraba manchando piel y tela, más que su paladar. la cercanía contraria, aunque en principio súbita, fue bien recibida; pero fue una inhalación aguda de aire la que recibió contacto contra su piel, un escalofrío recorriéndole de inmediato. sus manos volaron a los hombros ajenos, aferrándose allí mientras la delicada zona de su cuello era atendida por el contrario, robando otro sonido de sorpresa que pronto fue acallado por dientes sobre su labio inferior cuando su lengua viajó a aquellos puntos más sensibles. ni siquiera había notado que sus párpados se encontraban cerrados hasta que tuvo que obligarse a abrirlos ante la aparición de la voz del muchacho. “ ¿deberíamos— buscarte una recompensa por ganar? ” incapaz de no dejar entrever la afectación en sus palabras, o en el tono bajo empleado al momento de hablar, guiándose más por instintos básicos al negarse a romper cercanía.
complacido por la reacción ajena, mantiene su cuerpo cerca, no queriendo que la cercanía que ahora comparten se acabase tan pronto. labios se mantienen levemente curvados hacia arriba, formando una sonrisa de pura satisfacción. “ mm, depende. ¿qué tipo de recompensa me estás ofreciendo? ” inquiere, alzando una de sus cejas como muestra del interés que siente por la situación y por las futuras acciones que el ajeno podría tomar. jamás pensó que estaría compartiendo un momento como ese con el surcoreano, pero el exceso de tequila y el calor de su cuerpo han borrado cada uno de los pocos límites con los cuales se rige el abogado, siendo experto en aprovechar las oportunidades que la vida le ofrece y luego preocupándose por las consecuencias que éstas podrían traer. “ deberías recompensarme por dos cosas, ¿no crees? por ganar y por ayudarte a limpiar el desastre que has causado. ” haciendo referencia, obviamente, a cómo su lengua se había deslizado por la mandíbula ajena para limpiar los rostros de tequila que habían caído por ésta. “ me lo merezco, ¿no? ” susurra, inclinándose hacia el contrario nuevamente mientras se humedece los labios, cuerpos estando demasiado cerca como para poder ignorar el la subida de temperatura e intensidad del momento compartido.
#― i’ll give you a hidden thrill ┋ interaction.#― i’ll give you a hidden thrill ┋ with seungjun.#yo no me hago cargo de lo k pase después
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alice.
Burla azotó sus carmines cuan cincelar de risas eran emitidas, vocablos lanzados al azar sin ninguna pretensión al respecto, poco conocía al de facciones asiáticas, no obstante, no podía negar la intriga que ocasionaba en su persona. Acercarse había sido una elección propia, abriendo camino a la verdadera Fiore. “¿No se trata de eso? Tomarnos las cosas en serio.” aclaró, desde el aspecto realista; así era como trabajaba su mentalidad, dejando de lado sus palabras anteriores, aquel era su pensar. “Además, no creo que el hecho de ser tuya me llevé por mal camino, ¿o si?” incógnita denotó la curiosidad de prosas masculinas, diversión aunada a una conversación amigable. Mantener un estado de embriaguez no era parte del esquema de la fémina, al momento de asistir a un evento siempre era parte del escenario, pocas eran las ocasiones que se mantenía del lado de la barra deleitándose del alcohol, brebaje que satisfacía su pesar. “Ya estoy aquí, ¿qué prosigue?” cuestión entonó el adentrar de posibilidades a canales auditivos. Evitó consumir el siguiente shot, dejando de lado el vaso. “No, en verdad no quieres verlo.” negó mostrando su dentadura con gracia tras recordar la última ocasión en la que se vio envuelta en ese estado.
Es difícil no sonreír ante las palabras ajenas, sonrisa llena de secretos que probablemente acabarían llevándolo al infierno, a las peores cámaras de éste. “El hecho de ser mía te hace ir por muy mal camino, preciosa ― ¿es que no has oído los rumores?” Sonríe burlón, dando un paso hacia ella mientras se humedece los labios y mantiene su mirada fija en los ojos ajenos, como si estuviese buscando alguna señal en ellos. “Depende de ti, ¿quieres mantener las cosas divertidas como están o darles un poco más de intensidad?” Inquiere, alzando una de sus cejas. Usualmente no suele tomarse ese tipo de libertades con las personas que le caen bien, pues sabe perfectamente separar a las personas que se encuentran dentro de su vida, categorizándolas como futuras amistades o como simples cosas de una noche y, sin embargo, ahora se encuentra mezclando ambas categorías y admite que resulta ser increíblemente interesante. Su mano viaja lentamente hacia el rostro de la muchacha, removiendo un mechón de su cabello para ponerlo tras su oreja, atreviéndose luego a deslizar su dedo pulgar por los rosados y apetitosos labios de la muchacha.
#― i’ll give you a hidden thrill ┋ interaction.#― i’ll give you a hidden thrill ┋ with alice.#holissss#perdón por la demora !!
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jiyoung.
Los segundos avanzan; ángel sustituido por demonio, demostraciones que incitan más allá de lo que facciones angelicales, permanentemente adornadas por una sonrisa, venden al mundo. Ápices de una nueva sensación apropiándose de su cuerpo y el despertar de su personalidad encerrada, estirándose dentro de sus entrañas hasta lograr la conciencia absoluta en un cosquilleo que recorre cada centímetro de su piel, especialmente carmines atrapados en una guerra exquisita que no desea terminar. Húmeda lengua busca hacerse de todo el néctar que pueda extraer en la unión de sus fauces, saboreando y enredándose en movimientos suaves y profundos, evidentemente motivados por un deseo del que no sabe tener control. A ese punto de la noche su conciencia se ha visto completamente nublada por las sensaciones provocadas por el mayor que lo retiene contra la barra, quien tal parece disfruta del momento tanto como él incluso cuando vocablos expedidos por su aterciopelada voz profesen lo contrario. El riesgo parece lejano, una advertencia que sus sensores auditivos envían directamente a la parte que apenas se mantiene cuerda de su mente. Aquel rincón en el que los arrepentimientos más tarde tomarán color y vida, pero que justo cuando su boca es saboreada por la ajena no tiene lugar a existir. Cierra sus ojos, meneando su cabeza de lado a lado apenas, sin permitir al más alto que abra una distancia en ellos por tercera ocasión. Lo mantiene cerca, ojos que se enfocan en él con una determinación inmensa y un brillo que no logra desaparecer, sino que aumenta, denotando que para ese punto de su contacto físico ya no hay manera en que pueda volver atrás. No quiere y tampoco lo desea. “Debería…” Inicia, ronca voz que brota lo suficiente audible para que Seongmin pueda receptar sus palabras. “Pero no quiero.” Planta su deseo, desviando irises marrones de ojos feroces y pesados hacia la boca que sigue a centímetros de la suya. Relame sus propios carmines, ansiando un nuevo contacto que su mente comienza a mecanizar hasta que la siguiente propuesta es recibida y percibida por la delicada piel de su oreja, arrancando de aquellos labios presionados por sus dientes una sonrisa complacida. Privacidad es un término al que no se puede negar, algo que con su mano puesta sobre pecho ajeno se hace cargo de hacerle saber. “Vamos.” Acepta, empujándolo solo un poco para liberarse de la prisión humana que ha creado con su cuerpo. “Vamos a donde tu quieras.” ¿El lugar? No importa, lo único que sabe es que quiere seguir sintiendo.
Sonrisa no tarda en plasmarse sobre su boca, no pudiendo evitar sentir una gran satisfacción cuando oye las palabras ajenas, no sorprendido de que el menor cediera ante la tensión del momento y el deseo que puede vislumbrarse fácilmente en sus ojos. Asiente con la cabeza, dando un paso hacia atrás y cogiendo suavemente la mano del contrario, no como un gesto romántico, sino para no perderlo en aquella multitud que parece venirse encima cuando comienza a cruzar aquel lugar. “No te vas a arrepentir luego, ¿no?” Enarca una ceja, desviando su mirada hacia él para así poder ver su expresión. Una vez que se encuentran en el pasillo que dirige hacia los baños, se encarga de mirar hacia los lados para asegurarse de que nadie estuviese atento a los movimientos que ambos hacen aquella noche que parece ser prometedora para ambos. Después de asegurarse de que el baño de hombres estuviese vacío, tira de la mano ajena para así entrar a aquel reducido espacio con él, cerrando la puerta con seguro, sin preocuparle las consecuencias que aquello podría suponer para otras personas. Labios no tardan en buscar los ajenos, manos volando hacia las mejillas del contrario para sostenerlo mientras su boca vuelve a colisionar contra la ajena, sus pies dando un par de pasos hacia adelante para hacer retroceder al menor, logrando que terminara chocando contra el lavabo y su cuerpo. “Eres jodidamente adictivo.” Murmura contra la boca del menor, una de sus manos deslizándose hacia la nuca ajena para presionar sus dedos contra su piel mientras la otra baja por su espalda hasta terminar apoyada contra el lavabo mientras su cuerpo está semi inclinado hacia el cuerpo ajeno. Se queda observando los ojos del muchacho por unos segundos, sonrisa no tardando en volver a aparecer en su boca para después borrarla al enterrar sus propios dientes sobre su labio inferior. Son sólo unos segundos los que se queda observando la belleza ajena, pues luego se atreve a inclinar su cabeza, posando sus labios sobre la piel del cuello ajeno para entonces comenzar a repartir pequeños besos en ésta, atreviéndose a succionar un poco y dejar pequeñas marcas que no tardarían en borrarse ― o quizás sí lo harían, quién sabe.
#― i’ll give you a hidden thrill ┋ interaction.#― i’ll give you a hidden thrill ┋ with jiyoung.#lamento la demora bb :(#tuve un par de días pesados *cries*
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¡hola bbs! me disculpo un montón por no haber estado estos días, pero hace poco tuve una crisis y... bueno, no me sale rolear a seongmin emo *cries*
intentaré ponerme al día con todo <3.
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#― i’ll give you a hidden thrill ┋ visage.#mañana termino de responder todo lo que debo :(#perdónenme gente#pero se me hizo tarde de repente#les dejo esto de regalito ;);)
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enzo.
Sigue de cerca los pasos ajenos, simplemente ignorando todo el marullo que le rodea y concentrándose en salir de aquel recinto. Finalmente es golpeado por el frío del exterior, pero también se manifiesta la calma, el ruido y las múltiples voces no han quedado como más que un ruido sordo, que se encuentra atrapado tras la pared a sus espaldas. Entonces, se permite recargar todo su peso en dicho muro, centrando toda su atención en el rostro ajeno, y una risilla efímera y fácil brota de sus fauces. Luce tan atractivo así de molesto y… no. Alto. Sabe a dónde va ese desvarío de pensamientos y no lo necesita, no cuando los pensamientos que se acumulan en su psique distan de admitir cualquier virtud que el surcoreano pudiera poseer a sus ojos. “Voy a cederte parte de la razón,” Comienza, relamiendo sus labios. Joder, necesitaba agua, y es que fumar yerba siempre le daba esta sequedad en los labios. Como sea, podía conseguirla después, vamos, necesitaba mantener su enfoque. “quizás si soy más ‘valiente’ cuando estoy ebrio, en todo caso, considero que soy más limpio. Porque, bueno, sobrio me dejo nublar mucho por mi lado racional” Mismo que tenía un peso impresionante en el vasco, claro que sí. “así que no es que no me atreva a decirte las cosas sobrio, es que no puedo hacerlo.” Para él, estaba clara la diferencia entre ambas posturas. Así que no creía necesitase rondar más en el tema. “Y eres bastante atractivo, y todas estas cosas que seguramente estás muy acostumbrado a escuchar y que no voy a enlistar porque mi objetivo no es alimentar tu ego.” No cuando caería en inflarlo para después tronarlo de golpe, claro que no. “Sin embargo no miento cuando digo que no quiero nada de ti. Bueno, vale, quizás está mal empleado, quizás sí quiero o deseo algo de ti, pero no lo necesito, ni lo busco, tampoco es como que entre en mi top 5 de anhelos.” Las palabras fluyen con tremenda facilidad, nuevamente obviando la falta de filtro cerebro-labios que reina en aquel estado del masculino. Sólo espera no olvidar tanta palabrería -y sinceridad- empleada en ese momento apenas se manifieste el alba. “Mi mejor amiga está muerta. Y no dudo que una de las muchas razones que la llevaron a cometer suicidio seas tú, ¿en qué clase de persona me convertiría simplemente dejar pasar por alto aquello? ¿Fingir que no es gran cosa y que lo he superado y que puedo ir por allí besándome o acostándome contigo?” Suelta un bufido, sus ojos pierden cierto brillo. Una risilla de tintes amargos fluye. “No necesito algo así de tóxico en mi vida. No cuando he visto en primer plano la capacidad que tienes para pasar de alguien cuando ya no te resulta útil o has conseguido lo que buscabas.”
Mantiene su expresión neutra no queriendo demostrar absolutamente nada de lo que siente en sus facciones porque detesta mostrar vulnerabilidad o algún tipo de debilidad que le permitan a una persona tomar ventaja sobre él. Se mantiene cruzado de brazos, su cuerpo poniéndose más tenso a medida que las palabras llegan a sus canales auditivos y logran traspasar, en cierta forma, el muro que ha creado a su alrededor. Ese muro ha funcionado sin ningún tipo de falla durante toda su vida, pero ahora parece que se han formado ciertas grietas en él, grietas que ha olvidado reparar y ha logrado que las palabras ajenas le dieran cierto golpe de realidad. “¿Acaso te he obligado yo a besarme? ¿Te he obligado yo a sentir deseos de acostarte conmigo?” Replica, mirándolo con fijeza mientras sacude la cabeza, harto del asunto. “¿Condenas así a toda la gente que alguna vez le hizo daño a Grace? ¿Los condenas así tal como lo haces conmigo? Porque no soy el único, ¿sabes?” Sonríe levemente, aunque no es la típica sonrisa que se forma en los labios del surcoreano, no es la típica que no refleja más que burla en ella. Es una sonrisa diferente, una que demuestra cierto cansancio, pues los dedos siempre lo señalan a él cuando, en realidad, quizás sea el menor de los males. “Perfecto, entonces. ¿Qué quieres que haga? ¿Qué me aleje de ti? Dalo por hecho, Enzo. Pero eres muy ingenuo si crees que eso acabará con lo que sientes o deseas.” No piensa negar las cosas por las que se le acusan. Sabe que es culpable y carga con aquellas letras en su frente con orgullo porque, a diferencia de todas las personas que lo rodean, él es sincero consigo mismo y sólo se oculta bajo una máscara durante el día, para evitar decepcionar a padres que lo quieren demasiado y que morirían al saber lo malo que puede llegar a ser el hijo que ambos criaron. No lo criaron perfectamente, lo hicieron ser una persona egoísta, vanidosa y demasiado competitiva, tanto que no le importa pasar por encima de otras personas para alcanzar lo que quiere. “Puedes decir lo que quieras, puedes hasta maldecirme si eso te hace sentir mejor, pero, ¿sabes algo? No he sido yo quien te ha generado esos sentimientos de deseo o como quieras llamarlo, quizás resultaste ser igual que tu mejor amiga ― te atrae la oscuridad, pero cuando estás en ella, te asustas y sales corriendo.” Niega con la cabeza, dando un paso hacia él y alzando una de sus manos, apuntando el pecho ajeno con su dedo índice, acercándolo lentamente, pero sin llegar a tocarlo. “Tú también eres tóxico, ¿es que no te has dado cuenta? Una persona no tóxica jamás habría fijado sus ojos en el monstruo que mató a su mejor amiga ― indirectamente, por supuesto.” No hace falta decir más, sus venenosas palabras ya han escapado y el veneno ahora se encuentra recargándose para otro ataque. Porque así es como funciona el surcoreano cuando se siente atacado, no se defiende, sino que lanza más veneno y le resulta bastante bien, considerando los resultados históricos.
#― i’ll give you a hidden thrill ┋ interaction.#― i’ll give you a hidden thrill ┋ with enzo.#there's curiosity in your eyes; you've already fallen for meeeee#eso le canta seongmin a enzo lmao#JAJAJDAJK NO MENTIRA ES K AMO ESTA CANCIÓN#me re inspira con seongmin
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enzo.
“Porque vine por agua, tengo sed.” Alza ligeramente su vaso, obviando la escena. Y no miente, en todo caso, porque no creyó encontrar al ajeno allí para esas horas, porque era observador, y sabía que siempre se iba de los recintos bien acompañado, mucho antes que la buena mayoría y en santa cautela que evitaba el despliegue de escándalos. Le da otro trago a su agua mineral, quedándole todavía la mitad del contenido. “Shhhh.” Invitación a bajar el tono, que continúa con su índice diestro rozando los labios ajenos, haciendo el típico ademán de guardar silencio. “No queremos armar una escena aquí, ¿cierto?” Aquellas palabras salen motivadas por las utilizadas por el ajeno la noche previa, la intención de evitar que terceros pudieran vislumbrar un numerito entre ellos dos. Sus palabras continúan melifluas, arrastradas por basta tranquilidad que le inunda a causa de la mezcla de depresores del sistema nervioso que se instalan en su torrente sanguíneo. “Es que no quiero nada de ti.” Comenta, las palabras salen seguidas de efímera risilla, de negación con la cabeza que hacen parecer que sólo busca tomarle el pelo al contrario. Entonces suspira, busca recobrar temple y claridad mental donde no la hay. “No estoy jodiendo, lo juro.” Explica, ahora su tono es más neutral, no como antes que daba la impresión de estar flotando entre nubes. “¿Quieres hablar? Hablemos. ¿Pero puede ser afuera? No me concentro…” No miente, seguir allí provocaría que dos minutos después la claridez se esfumara por alguna luz brillante que captase atención vasca. Bebe el resto de contenido del cristalino recipiente y arquea una ceja, como esperando la respuesta ajena.
Está realmente preparado para soltar un puñetazo en contra del contrario, pero el público a su alrededor se lo impide. No es que por las noches le preocupe su imagen, pero jamás ha sido realmente fanático de ese tipo de escenas, pues siempre prefiere solucionar sus problemas en privado. “¿Por qué no te largas, Enzo? ¿O es que tengo que hacerlo yo?” Y es que no sabe qué hacer porque jamás se ha sentido tan frustrado y enojado con alguien, al menos, no lo suficiente como para estar a punto de perder la última pizca de auto control que le queda. Usualmente sus facciones siempre se encuentran relajadas y serenas, no dejando que nada ni nadie perturbarse aquella burbuja de tranquilidad ficticia, en la que se encierra para que nadie pueda ver sus verdaderos sentimientos. Se pone de pie de forma rápida, mareándose un poco ante aquel repentino movimiento, pero no tardando en recobrar la compostura para hacerle un gesto al contrario de que caminaran hacia una de las salidas del lugar. Prefiere ir hacia la delantera, pues sabe que en la trasera encontrarán a un par de parejas besándose apasionadamente y quizás a un par de personas drogándose. En ese tipo de fiestas, donde la oscuridad de cada uno escapa sin control, es fácil imaginarse ese tipo de situaciones que no son cotidianas en aquel ‘tranquilo’ pueblo. Una vez que sale por la puerta, se cruza de brazos y se gira para mirar al contrario. “No quiero hablar, pero quiero escuchar lo que tienes que decir. Una vez que lo hagas, dejamos todo, ¿de acuerdo?” Su paciencia está al límite y debe admitir que, en parte, es culpa de todo el alcohol que ha ingerido aquella noche, no encontrándose del mejor humor.
#― i’ll give you a hidden thrill ┋ interaction.#― i’ll give you a hidden thrill ┋ with enzo.#sdkdjsdkj literal están así#pobre mi bb tiene que soportar semejantes cosas
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sieger.
“¿Quieres apostar?” decidió poner sus manos al fuego, en ese momento el miedo a quemarse resultaba inexistente, claro que no estaba capacitado para pensar en qué condiciones habría estado su, ahora, compañero de tragos todos los años universitarios. Su entrecejo se arruga con ligereza cuando el puño aterriza en su hombro, la cantidad de alcohol en su sangre le impedía distinguir dolor, por lo que no se enteraría del mismo hasta el día siguiente, sin embargo, su estómago pareciera hervir, quizá por el golpe, por el empujón, por llamarlo infantil o por los años separados, era difícil saberlo cuando su sangre cargaba tanta ponzoña etílica. “¿Yo infantil? Tú comenzaste, pero tú eres idiota, en realidad. Ni siquiera sé por qué intenté hablarte en primer lugar,” reclamó en voz baja, negando con la cabeza una sola vez antes de vislumbrar el abandonado vaso de whisky, tomándolo en su diestra y vertiendo el espeso contenido sobre los pies del mayor; acto seguido, se voltea para abandonar el sitio. A paso lento y algo torpe, claro, el alcohol no le permite más.
“Pero, ¿qué mierda te pasa?” Espeta de repente, no esperándose el ataque que el contrario tiene bajo la manga hasta que sucede. Sus ojos se abren aún más, labios se entreabren y su expresión deja ver la sorpresa y lo desprevenido que aquella acción lo ha logrado pillar. “¡Sieger, ¿qué demonios?!” Exclama, moviendo sus pies para sacudir el líquido de sus caros zapatos, porque ninguna prenda que el surcoreano utiliza es barata; todo es de marca y de los gustos más refinados, porque así fue criado. Se levanta del asiento de golpe, dando un par de zancadas y no demorando en alcanzar al contrario, cogiéndolo fuertemente del brazo y tirándolo mientras camina hacia la salida, negándose a soltarlo hasta que ambos salen del recinto y son libres de la moleta música y de la muchedumbre que se atasca allá adentro. “¿Qué mierda ha sido eso? Sólo estaba bromeando, no tenías para qué ponerte así de grave.” Claro que llevan tanto tiempo sin hablar que, al parecer, las cosas no son como antes y la confianza para hablar sin preocupaciones ya no se encuentra presente en la relación que comparten. “El imbécil eres tú.” Dice finalmente, molesto. “¿Quién mierda se enoja por ese tipo de bromas? Sólo tú, idiota.”
#― i’ll give you a hidden thrill ┋ interaction.#― i’ll give you a hidden thrill ┋ with sieger.#vergüenza aJENA TOTAL#oye omg ksjfksj wtf sieger ctm#estoy llorando jajaajaja de la risa jajaajaj obvio
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hayley.
Fue una risa, risueña y divertida, la que acompañó a suandar en dirección a la pista, agarre que por supuesto no fue rechazado (y nopor la docilidad que le brindaba su estado beodo, sino porque sencillamente noencontraba razón para repudiar el contacto). “Pues, a ver” Antes de siquierajuzgar se permite saborear el contenido del vaso (acción que la despoja de unentrecejo fruncido debido a alcohol que acaricia garganta), en eso que susoídos son deleitados con la palabrería foránea, con el tacto que la invita amover caderas suavemente. “Wow… esto es muy fuerte, ugh” fue entonces cuando sintiócomo sus orbes se enrojecían con las lágrimas que había provocado el consumo dela intensa bebida. “¿cómo bebes esto?” fue entonces cuando realmente secuestionó si debía ir por una cerveza o no, mas, con otro sorbo decidiósimplemente dejar ir la índole / se había entretenido dejando que su mano libreencontrase lugar sobre el hombro foráneo, acortando distancia y siguiendo elritmo de la vivaz melodía “Esta bueno después de como… dos o tres tragos ― y, mira, no te he derramado ni una gota. Tedije que soy virtuosa” Amenidad es compartida sin mas, en eso que su longitudse extiende hacía el muchacho con toda intención de devolverle el vaso, decompartir lo que sea que entonces había probado.
Carcajada escapa de los labios del surcoreano cuando ve la expresión de la muchacha, no pudiendo evitarlo. Su boca se mantiene curvada en una pequeña sonrisa mientras su cuerpo se mueve al ritmo de la música, manteniendo un ritmo constante con el de la muchacha. “Es whisky, pero no es tan malo, ¿verdad? Una vez que te acostumbras…” Comenta, humedeciéndose los labios y volviendo a tomar el vaso entre sus dedos. “Lo eres, sí. Entonces eso quiere decir que escogí una buena compañera de baile.” Dice, mirándola con fijeza antes de beber un sorbo del líquido ambarino contenido en el vidrio, labios curvándose en una sonrisa mientras mantiene sus movimientos. El ritmo de la música hace que sus dedos se presionen con suavidad en la cadera de la muchacha, atrayéndola hacia su cuerpo, pero dándole la oportunidad de alejarse si aquel acercamiento le llega a parecer incómodo. “Bailas bien ― otro punto que tienes a favor.” Admite en un pequeño susurro, inclinándose hacia ella para que así la muchacha fuese capaz de escucharlo. Se aleja lentamente, deseando poder deshacerse del vaso que aún descansa en una de sus manos para así poder rodearla con sus brazos y poder bailar más cómodamente.
#― i’ll give you a hidden thrill ┋ interaction.#― i’ll give you a hidden thrill ┋ with hayley.#skjdaksdj hasta cuáaaaando#seongmin merece un apodo decente y normal
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enzo.
Se ahorra la respuesta a la interrogante que le es planteada, principalmente porque no tiene una respuesta para dar. Le entregan su vaso de agua y entonces centra su atención en el ajeno, sus avellanas fijasen el rostro que no le observa, que luce fastidiado ahora con su presencia. “Tengo a alguien que quiere arrastrar mi borracho culo a casa.” Corrobora. O algo así. Es que ya había hablado con varios de sus amigos respecto a cómo volverían, y había con seguido ofrecimientos de llevarle o acompañarlo, sí, pero dudaba que para ese momento de la noche la oferta siguiese en pie más que nada porque la mayoría compartían un estado de consciencia tan similar al propio, sin embargo,no le afectaba en demasía, total, se encontraba también su hermana en dicho recinto. ¿O acaso había dicho aquellas palabras con intención de darle un doble significado? Sembrar la duda de que quizás tenía alguien para pasar la noche y… debía dejar de darle vuelo a su alcoholizada -y drogada- mente, porque no traería nada bueno. Además, ¿por qué querría darle información de esa índole al ajeno? ¿Qué conseguiría? Entonces, toma asiento a la zurda del contrario. “¿Tú quieres ignorarme?” Cuestiona, su tono es tan relajado, contrastando infinitamente con el hablar que utilizó pocas horas atrás en su encuentro previo.
Una de sus cejas se alza por un segundo, sus labios entreabriéndose para soltar un ácido comentario, pero se cierran de golpe. Por ese momento, no busca una discusión, sólo busca alejar al contrario de sí mismo, pues no sabe durante cuánto tiempo más podrá mantener su auto control. “¿En serio?” Dice, sonriendo ligeramente, falsa simpatía plasmándose en cada una de sus facciones. “¿Por qué no te vas, entonces?” Estando lejos de sus padres y con la máscara de chico ejemplar dejada en casa no tiene por qué comportarse de manera cortés con el contrario. De hecho, ¿alguna vez lo ha sido? Lo duda. Su relación únicamente se basa en ataques sutiles hacia el otro como si no tuvieran otra cosa más que hacer. Se toma el whisky de golpe, decidiendo que aquel trago sería el último de la noche en cuanto oye las palabras ajenas y sus dedos se cierran con fuerza alrededor del vaso, teniendo que soltarlo por miedo a quebrarlo. “¿Qué quieres, Enzo? De verdad, ¿qué mierda quieres?” Suspira pareciendo realmente agotado. “No tengo tiempo para esta mierda, ¿sabes? Así que --- ¿por qué no aprovechamos el hecho de que estás borracho y me dices qué es lo que quieres? porque evidentemente tus agallas sólo se presentan cuando estás en este estado.” Y esta vez, la falsa amabilidad se ha esfumado por completo. Sus ojos fijándose en el rostro ajeno mientras sus labios se tuercen, formando una evidente mueca de disgusto.
#― i’ll give you a hidden thrill ┋ interaction.#― i’ll give you a hidden thrill ┋ with enzo.#las cosas que tiene que aguantar el pobre
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chelsea.
Recelo es el primer instinto que conquista intravenosa ; cualidad desconfiada que la de hebras nocturnas tiene bien amaestrada. “ No soporto los lugares aglomerados. Hay demasiadas personas. ” parcial mentira desembarca de carmesí curva. Es el fantasma de una extraña verdad, y es que, ¿ cómo puede hablar de aquel espectro de culpa que a ella embarga a cada instante ? La ambición al caer el sol, era perder consciencia. Anhelaba descender en el vórtice del olvido, donde solo la ambrosía líquida y aquel humo idílico, eran compañía necesaria de delirios felices e inalcanzables. “ Como sea, este lugar ya está contaminado. Hay demasiado estúpido rondando… ” y ahí estaba, el desprecio frecuente que de ella escapaba. Aquellos eran los muros que habían mantenido la cordura en su vida durante infinidad de lunas, y aunque encerrada en una jaula ( de oro ) estuviese, fémina no tenía ni la mínima intención de romper viejos hábitos, que de maravilla habían funcionado.
“ Si tú lo dices. ” Se encoge de hombros, desviando la mirada hacia otro lado, aunque no hay muchos lugares hacia dónde mirar en aquel espacio reducido. Da un paso hacia ella, con intenciones de acercarse a la puerta, pero las palabras de la contraria lo hacen detenerse de golpe, girándose hacia ella nuevamente para enfrentarla. “ Quizás no es la gente quien está contaminando el aire, quizás eres tú ― ¿no lo has pensado? ” Dice como si realmente estuviese planteándose eso en su cabeza y es que no es difícil hacerlo considerando la personalidad de la contraria. Usualmente logra soportar sus comentarios ácidos sin ofenderse y sin molestarse, pero en aquellos momentos el surcoreano no se encuentra con el mejor de los humores. “ Tal vez deberías evaluarlo, quizás te darías cuenta de muchas cosas. ” Sugiere como si fuese un amigo aconsejando a otro, dedos atrapando la muñeca de la fémina para sujetarla y hacerla dar un paso hacia él. “ No estoy de humor, Chels. Tenlo en cuenta. ”
#― i’ll give you a hidden thrill ┋ interaction.#― i’ll give you a hidden thrill ┋ with chelsea.#quizás hasta una serpiente de verdad#para que no se sientan solos#se puso intensa la cosa or is it me
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