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Narusasu

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ナルト  c o l o r f u l     オディオ O  D  I  O

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ナルト c o l o r f u l  Part one of 2  20 piece card set exclusive to Japan Fest Atl 2019  オディオ O  D  I  O

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🌞🌻Van Gogh🌻🌞

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　　　　　　　 　[ ♡ ]

　　　　　　　　　 ʷʰᵎᵖˡᵃˢʰ : 神は女性です 。

　　　　　　　　　    start? 　　　　　　　　　 y͟e͟s͟ | no

No hay voz para contar algo que nunca debe oírse por los demás.

Desde la manera insana en la que el encaje negro cubría sin vergüenza la seda propia de su desnudez hasta cómo el perfecto lápiz labial quedaba corrido alrededor de aquella dulce boca, siendo ella se trataba de una obra de arte en cada pequeño detalle obsceno que nuestros cuerpos enmarcaron delirando ante el tacto hirviendo del otro.

Ambos tan destruidos y sin nada que perder ahora, nos entregamos como las ruinas de algo que creció tanto como el orgullo y la monotonía lo hicieron.

No era correcto mantenerse consciente cuando el movimiento marcado y sutil que provocaban sus caderas encima mío me guiaba directo por el camino del infierno que las uñas perfectamente pintadas trazaban al encajarse sobre la piel de mi espalda. Estaba perdido y condenado por la agudez con la que llamaba mi nombre e invocaba lo peor de mí mientras sus cálidas palabras sin forma se impregnaban alrededor de mi cuello quitándome la respiración y ahogándome en la devoción por la delicadeza singular que poseía en cada milímetro de su anatomía.

Ni siquiera existía un ‘nosotros’ al drenarse la oscuridad por las pupilas ajenas reflejando el éxtasis imprimiendose en las galaxias que nacían en un universo tan vacío. Era tan mundana y extraterrestre la simplicidad que su mirada tomaba descifrando los secretos de mi ser en busca de encontrar algo que ya tenía en sus manos, tenía todo de mí en ese instante.

La música perdió el sentido y las luces neón sólo remarcaban la perfección encarnada recorriendo con descaro toda la extensión de lo que en ese momento concebía mi esencia como un manojo de deleite y placer consumiéndome. No era capaz de pronunciar algo distinto a la manda de maldiciones que conjuraba embriagado del sabor a gloria que la sencillez con la que arrebataba mis sentidos para teñirme en un aura de gozo inigualable.

(  . . .  )

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　　　　　　 　　 [ ♡ ]

　　　　　　　　　 ᵈʳᵉᵃᵐ ᵎᶰ ᵃ ᵈʳᵉᵃᵐ : アンドロメダ座 。

　　　　　　　　　    start? 　　　　　　　　　 y͟e͟s͟ | no

Desde que era pequeño creí que no existía un lugar como el cielo o el infierno que nos arrebatasen lo que más adoramos en ésta vida sin dolor. Para mí, las personas nacen de una estrella caída de la Vía Láctea para iluminar la vida de otras personas con su brillo tan único cuando nos ahogamos en la oscuridad, y en algún momento esa estrella se debe apagar y volver a casa para guiarnos cuando nos perdamos entre los mares oscuros y miremos hacia el firmamento con esperanza de que todo será mejor.

Todas las noches me acostaba mirando a los pequeños puntos brillantes del cielo y les pedía que cuidasen a aquel chico que me hacía llegar a otra galaxia con simples palabras que provenían de otro planeta, quizá de Saturno o Venus, quizá nisiquiera era pronunciable su nombre.

La luna me acompañaba cuando desperté en medio de aquel gélido vacío, donde podías tocar la nebulosa colorida y te hacías invisible al lado de los cometas corriendo con desespero, donde era posible mirar a las estrellas extinguirse y nacer miles más, todo estaba cubierto por colores que ni el mejor pintor puede crear sobre un lienzo infinito en el que podías morir y renacer.

No sé cómo llegué, no sé dónde estaba ni por qué lo hice, pero aquella luz sobresaliente de todas las demás me llamaba. Un verde resplandeciente enmedio de la nada y una melodía encantadora que te sumergía en lo más profundo de aquello desconocido para todos, el río de los anillos de algún planeta que parecía lleno de vida con aquel color de la esmeralda que lograba sedarte en cuestión de miradas.

Y ahí estaba él. Tan hermoso y lleno de vida como el día que lo conocí, con el semblante sereno siendo la morfina que se inyecta en mis venas y el cabelo de oro cayendo sobre sus hombros, los ojos del mismo tono que todo a mi alrededor y aquellos labios que tanto buscaba en mis recuerdos más tristes. Un momento tan irreal con el que la realidad te golpea cuando sientes el frío de la soledad que su partida dejó en tu pecho.

No quería morir en ese momento, pero deseaba poder verlo un segundo más.

Aquel lago profundo que se teñía del color del bosque en la noche y que en el dejaba reflejar las constelaciones que jamás alcancé en verdad, parecía ser la entrada sin salida a la Andrómeda donde él se escondía. No sentí miedo ni desesperación cuando el agua entró a mis pulmones y las estrellas caían sobre mi rostro, los rayos de mi compañera golpeaban con desesperación a mis ojos hasta que todo dejó de existir.

( . . . )