slumber-sober

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Blanco y negro

Estaba recostada en la cama en sentido contrario que mi cuerpo no entraba completamente y mi cabeza estaba a punto de colgar por el borde. Por mi recorría una mezcla de agotamiento mental, decepción y esa sensación de la ausencia de alguna parte de mi que podría encontrarse en el centro de mi interior, que al parecer hace que abras bien los ojos, crea una mueca de satisfacción en los labios, hace que te levantes y hagas lo que tengas que hacer cada día. Esta no estaba se fue corriendo, se la llevaron o me la arranqué, solo sentía que sin ella me aburría mucho y mis ojos entrecerraban como si tuviera un dolor abdominal intenso. Creí que leer uno de los cuentos del libro que con indecisión compré en la feria del libro me haría sentir mejor, pero un final triste y aburrido otra vez no me llevó a nada, además sentí que la redacción de las emociones de los personajes era demasiado insípida.

En fin, de repente me encontraba en lo que parecía ser el segundo piso de una vieja casa en la que todo era de madera, de mas oscura (casi negra) y desgastada eran los marcos de dos ventanas medianas que se extendían detrás mío por donde entraba luz blanca pálida pero que alcanzaba iluminar toda la sala ya que igual era muy pequeña, una madera mas frágil e inestable daba forma a la baranda de las gradas que se dirigían en espiral hacia abajo, rodeada de una pared vacía cilíndrica que se extendía hacia a bajo y mucho mas hacia arriba, estaba a punto de quebrarse, llena de polvo y telarañas, el ambiente era oscuro, frio y seco, se podía sentir una corriente subir desde el piso de abajo, al mismo tiempo la casa era muy anticuada y lúgubre como si todos los que vivían ahí hubieran muerto de manera repentina y la casa se hubiera quedado abandonada y dejada con la puerta abierta mucho tiempo. Yo estaba sentada en un sillón anticuado (raramente cómodo) con los brazos a los lados, dichas gradas yacían a mi derecha; traía un atuendo muy aburrido, un pantalón de tela de color oscuro y una polera, mi cabello estaba recogido en una simple cola, lo que me hacia parecer una señora desarreglada, insulsa, con poco interés por su apariencia y deprimida. Levante la mirada y caí en cuenta que toda la escena y todo a mi al rededor estaba en blanco y negro a excepción del piso de parquet, desprendía brillo como si recién hubiera sido encerado, se veía tan reluciente que daba la impresión de que rechinaría o te resbalarías al dar el primer paso en él. Frente a mi había una mesa redonda de 4 patas muy bajita y detrás de ella estaba sentado un hombre mayor, pálido como un muerto y muy delgado, sus ojos eran muy grandes, descansaban en hoyos profundos y oscuros, traía un saco y pantalón de tela que lo hacían ver mucho mas delgado todavía, lo huesudo de su cara resaltaba sus pómulos, pero aun así tenia un rostro completamente inexpresivo y el cabello le saltaba de la cabeza, parecía uno de esos personajes terroríficos de "Coraje, el perro cobarde"; estaba despreocupadamente concentrado pintando o... dibujando lo que parecía ser un objeto mas o menos circunferencial que todavía no logro identificar, mientras lo sostenía con una sola mano (esa imagen estaba muy distorsionada, sentí miedo e incertidumbre). Empieza a hablar; con desinterés y desdén mientras sigue ocupado hace salir palabras de su boca y rara vez levanta los ojos para dirigirse hacia mi, hace pausas pero dice cosas sin sentido, sé que estaba diciendo cosas que no me importaban pero aun asi su lenguaje corporal era tan sensato y con tal menosprecio que era irritante y desesperante. Pero... no puedo escuchar lo que dice, veo que sus labios hacen formas pero el sonido no llega a mis oídos, se escucha como si se antepusiera una barrera y solo siento leves vibraciones; de repente, la interferencia se va y se aclara el sonido,

-Tu hermana no es más que una burla, un desperdicio, una infamia, aun así no podrás como ella, dijo con mucha calma.

Nunca había sentido tanto odio dentro de mi, sentí como se me aceleró el corazón bruscamente, sentí cómo una energia potente se acumulaba dentro de mi dando vueltas velozmente sin parar sino hasta que explotara. Las palabras invadieron mi mente: Por qué me esta diciendo eso? Quién es este maldito hombre para hablar asi de mi hermana? No sabe nada sobre mi, nunca en mi vida lo he visto. Me levanté del sillón sin decir ni una palabra, con tal rapidez y con tal fuerza que balanceé mi brazo derecho hacia atrás y a la izquierda para terminar dándole un puñetazo en la cara y pueda callarse de una vez.

El impacto fue muy fuerte, sentí como todo ese odio, todo ese enojo, toda esa energia acumulada de tantas veces, de tanto tiempo, explotó en un solo momento. El hombre apenas reaccionó al dolor, sintió el golpe pero me miro con una mezcla de compasión e indiferencia. Luego desperté.

Mi yo de la vida real nunca hubiera reaccionado asi, me hubiera gustado reaccionar así antes en diferentes ocasiones, pero a veces de verdad tengo tantas ganas de reaccionar cómo me siento, de decir lo que siento en ese momento; aguanto para tener la mínima aprobación de los demás, o al menos de los que me importan, para sentirme aceptada, porque me han enseñado que el amor es condicional, sé que con una mala actitud alejaré a los demas de mi incluyendo a los que me aman, no tolero la idea de recibir su indiferencia, su falta de cariño o que se alejen de mi, peor aun sin saber qué hice mal. Pero a veces es tan agotador tener que ser educada todo el tiempo y una vez mas tener que ser suficiente para todo aquel que a ver si decide darte su aprobación o no y que te califiquen si fuiste lo suficientemente de su agrado o no, y si no es asi nos hacen creer que somos los culpables. "No puedes ser ni uno ni el otro, tienes que ser como cada uno quiera"

No tengas miedo de recibir la desaprobación de los demás, que te digan irrespetuoso o maleducado, pocos se merecen tu valiosa consideración, úsalo en las personas correctas. No tienes que agradarle a todo el mundo.