Conforme pasa el tiempo te vas dando cuenta de muchas veces, una de las más importantes es saber que sentirse mal por culpa de los demás es el peor error que puedes cometer. En la vida conocerás, tratarás a personas huecas, personas que no tienen cosas buenas que destacar, sino pura basura, pura mierda. Entras a la escuela, conoces a personas que jamás deseaste conocer, pero ahí están, después deseas salir de ahí, graduarte y no verles jamás, pero ¿qué pasa?, entras a un trabajo y ahí conoces a más personas así, huecas, con mierda dentro de ellos, y ¿qué se supone que pasará después?.. Yo te diré, conocerás a más gente así, ¿y sabes?… El problema no son esas personas sino nosotros, al darles importancia que jamás se han merecido, ellos podrán hablar pendejadas, cosas sin valor, sin nada importante, y tú estarás allí, superandolos, demostrando que eres mejor que todas esas personas basura, y pronto sabrás que el único objetivo que tienen esas personas en tu vida, es pasarles por encima como cuando vas por la calle y encuentras mierda en la calle, lo único que haces es caminar por encima de esos desechos. ¿Te das cuenta que ahora todo en la vida tiene más sentido? No te preocupes por esas personas que te caen mal, sino agradecele a la vida porque diariamente tienes la oportunidad de pasar por encima de ellos con tu inteligencia, con tu hermoso ser que eres.. No olvides que tú objetivo no es ser escalado sino escalar, porque al final de todo eres el mejor en todo.
Fernando…
Fuiste como un té para mí. El primer día que salimos, estabas caliente, estabas hirviendo, me quemabas cada vez que tocabas mi pecho, cada que metías tu mano en mi pantalón, cada que me dabas un beso.
Tú eras el agua y yo la bolsa de té.
Te empecé a querer. Te serví en mi lugar favorito: en mi cabeza, en mis pensamientos. Sentía que te necesitaba para poder estar completo. Entonces dejé casi todo por ti, porque eras lo único que me importaba, solo quería mezclarme contigo pero tu no cedías. Cuando estábamos juntos, te amaba, te quería, te deseaba. Cómo disfrutaba eso, como cuando la bolsa del té despide un placentero olor al tocar el agua y te acercas a respirarlo, así te quería respirar siempre.
Éramos uno solo (Aunque tu no lo veías, no lo ves todavía).
Me di cuenta que el sabor que tenía, se fue acabando dentro del agua, se fue disipando, diluyendo (Yo ya no estaba). Mis hojas se salvaron de ser insípidas solo por estar remojadas dentro de tu agua. Me estaba ahogando dentro de la taza.
Nos separamos otra vez….
Yo era el bebedor y tú la bebida.
Como una taza de té, el amor o te lo acabas, o se enfría. Aspiré todo tu aroma, y cada vez era menos apasionado. Me quemaste al primer sorbo y ampollas se inflaron dentro de mi boca. Tuve que esperar para poder dar otro trago. Cuando lo hice, ya te habías enfriado ya te habías ido con alguien mas.
Tal vez me hizo falta ponerte leche y dos más de azúcar. Pero regrese, estoy de vuelta y quiero que todo sea igual otra vez.