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El hecho de que todos sigan el mismo camino, no significa que sea el correcto.

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Correr con suerte también cansa.

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Sabio.

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Un hogar para el amor

Eran las seis de la tarde ella caminaba o bien casi corría ansiosa y cansada imaginándose a si misma ya en casa disfrutando de una cena no importa que fuera moría de hambre el día había sido largo, cansado, laborioso y por sobre todo cargaba con el mal recuerdo del interludio de ese día, una mañana horrible después de haber tenido una discusión la cual hasta horas después en su mente se convirtió en una estupidez en si, no recordaba ni el tema ni la razón para discutir con aquel a quien ella hace mucho le había dicho por primera vez “te amo” en medio de un bello atardecer y un sol tierno como espectador.

—Como pude ser tan tonta, no recuerdo ni la razón por la que peleamos—. Se repetía constantemente la joven doctora mientras caminaba apresurada a través de la urbe y tapándose con una gabacha blanca con algunos machones que en si poco importaban, no distinguía los rostros de la gente a su alrededor solo eran sombras para ella, el viento húmedo y con una brisa de esas que tienen cientos de gotas tan pequeñas y que caen tan rápido como pequeñas agujas las cuales no la dejaban ver que tenia adelante.

Vagamente comenzó a recordar aquellos momentos felices que su mente parecía restregarle en la cara como si fuera una mala broma y por ratos se le aparecía el recuerdo de su ultima frase, una frase cortante tan punzante que ella misma sentía ese pequeño abismo creciendo en su pecho mientras caminaba.  —¡Te odio! ¡Te odio! ¡Ojala nunca te hubiese conocido! ¡Siempre has sido solamente un estorbo!—. Dijo mientras apartaba a aquel que su furia había invocado trataba de abrazarla.

—Lo peor de todo es que.. En mi cumpleaños, ¿que clase de cumpleaños es este?—. Al llegar al automóvil un bello audi del año que había sido un presente en su ultimo cumpleaños, abrió la puerta entro se sentó y cerro la puerta con la misma velocidad con la que caminaba, tomo una fuerte bocanada de aire para tranquilizarse y agacho su cabeza casi golpeándola contra el timón, suspiro. —Tranquila, tal vez el ya no esta enojado o tal si, todo esto es tan confuso—. Coloco sus manos en el timón encendió el auto y se puso en marcha hacia su casa, ese lugar al cual de alguna manera no quería llegar por miedo a lo que encontraría ahí, pero al mismo tiempo tenia ansias de llegar lo mas rápido posible.

En todo el trayecto hacia la casa pensaba en la razón de la pelea y poco a poco se le aclaraban las fotografías mentales de dicho conflicto. —¿Como pudimos pelear por eso?—. Se repitió varias veces en cada semáforo en camino a casa.

Unos minutos antes de llegar aceleraba menos el auto pero su corazón latía a mil. —Tengo que pedir disculpas, !esto me tiene de los pelos!—. Mientras ya estaba a una cuadra de llegar a lo que por el momento no se podía conocer mas como un castillo tenebroso un lugar al que evitamos como cuando estamos pequeños, como si fuese un cementerio o el mismísimo juicio de Dios, le cae como agua fría el recuerdo. —El ni siquiera dijo una palabra yo simplemente hable y me deje llevar por el enojo, ¿podrida haber sido mas idiota?, no lo deje defenderse lo ataque con mis palabras y reproches como una ráfaga de balas en el “día D”—.

Estando frente a la casa helada por el miedo a que el amor de su vida se haya marchado o simplemente este esperándola para decirle que todo se termino que ya nada tiene solución y que por culpa de ella todo se desquebrajo como el cascaron de un huevo o simplemente se desmorono como un castillo de naipes. —Bien, aquí voy—. pensó mientras salia del coche y miraba a todas las demás casas con sus luces encendidas como si estuviesen en una reunión familiar y la suya aparentaba un velo siniestro, sin luz, casi macabra como si hubiese habido un asesinato en ella.

Mientras caminaba hacia la casa y subía cada escalón del patio sentía como si fuese a cumplir la pena de muerte y el momento en que esa puerta se cerrara seria el momento en que la guillotina de la culpa le arrancaría la cabeza de un solo golpe, limpio y en silencio.

—¿Pero que es esto?—. Dijo al notar que la puerta principal estaba abierta, apresuro el paso y llego a la entrada, llamo a su amado varias veces pero no hubo respuesta podría ser que su temor mas grande se había vuelto realidad, se habría marchado sin despedirse y dejándola sola hundiéndose en el pantanoso bosque de la culpa y tristeza. —No puede ser—. Se decía a si misma mientras escucho un cierto murmullo en el segundo piso en su habitación, al subir cada escalón era como un peso mas a su miedo y angustia sobre lo que sucedía y al llegar a ese pasillo que ni siquiera reconocía con tanta obscuridad pudo ver la puerta entrecerrada de su habitación de la cual emanaba una luz suave a la vista.

—¿Estas ahí?—. Pregunto en voz alta, pero no hubo respuesta alguna, en el interior de la habitación se alcanzaba a escuchar una canción River flows in you, y mientras ella abría la puerta casi con su corazón en la mano encontró algo que la dejo atónita, algo que nunca hubiese esperado, algo que simplemente le saco una lagrima al instante.

—No puede ser—. Dijo con una voz quebrantada.

A sus pies habían 2,280 rosas azules, todas hermosas llenaban el dormitorio de un color azul tan majestuoso que cualquiera quedaría perplejo ante tan bella imagen era como un pequeño mar escondido en su habitación, en su cama había una cajita larga como en las que vienen los collares de perla y una carta sobre en ella, tomo la carta y la abrió.

“Amada mía se que te e fallado en incontables oportunidades, se que muchas veces rompí esa promesa de no hacerte llorar, se que hoy no fue un inicio anhelado para ti en especial siendo un día tan especial, no escribí una carta para que te enamores de mí o para opacar el desagradable incidente de hoy, escribí esta carta para decirte que por mas que falle, por mas que no pueda cumplir mis absurdas promesas como preparar el desayuno todos los días, quiero que sepas que nunca voy a dejar de amarte, nunca voy a culparte de nada, nunca voy a permitir que algo nos separe y mas ahora que e comprendido que no puedo vivir sin ti, así como en las películas de amor quiero estar contigo pase lo que pase y ahora que tengo una razón mas para amarte y estar a tu lado, pronto sabrás a que me refiero.

Siempre te e amado y nunca lo dejare de hacer, cada rosa es la representación de cada uno de los días que me concediste el gran honor de cuidar de tu corazón, de tomar tu mano, de besarte y de corresponder a un te amo de tus labios.

La razón por la que e dejado esta carta se encuentra en la caja, en unos minutos volveré a casa y espero ver esa bella sonrisa que a iluminado mi vida durante todos estos años.

Te amo.”

Lagrimas caían de su delicado rostro al terminar de leer la carta, rápidamente tomo la caja y la destapo, cayendo de rodillas al suelo y tapándose la boca con su mano apenas y podía creer lo que miraba pues sus lagrimas nublaban su vista.

—Entonces, ¿que dices?— Dijo el a sus espaldas mientras se agachaba poniendo su mentón en el hombro de ella mientras acariciaba suavemente la blanca piel de los brazos de su querida, aquella piel que era tan suave como el algodón egipcio.

—Si, claro que si—. Dijo ella mientras sus lagrimas caían suavemente sobre su mejilla lagrimas no de tristeza mas ahora de felicidad infinita, felicidad con la que podría pintar un arcoiris alrededor del mundo entero mientras tomaba entre sus dedos la mano de el.

—Te tengo una pequeña sorpresa mas—. susurro el en su oído.

Mientras ella aun observaba aquella caja que contenía un anillo de compromiso, bajo enseguida encontrando con asombro algo que hizo que sus lagrimas dejaran de fluir y una sonrisa como el sol naciente se levantase en su rostro pudo divisar un pequeño coche para bebes con una pequeña camisa azul que decía en ingles It’s a boy.

—Acabo de regresar del hospital y pues parece que..—. Un beso, un beso no de pasión mas bien un beso de gratitud, un beso que llevaba en el cariño, amor, paz y felicidad combinados.

A pesar de todo el tiempo que estuvieron juntos, ese día, ese mismo día ambos sintieron en su corazón un lazo inexplicablemente mas grande que el amor. Algo que de alguna manera habían dejado a un lado, la paz recorrió aquella casa en la cual solo se escuchaba un suave sonido de piano, una casa que por fin se había convertido en un hogar para el amor.

- Alejandro J. Acosta -

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Mi querida

Mi diosa,

Mi vida,

Dibujo tu silueta con mis manos,

deseo extaciarme con tus labios y

en lo mas profundo de tus ojos perderme

para que tus labios me encuentren.

Tus ojos,

ojos que brillan como la vía láctea

ojos que desnudan mi pobre y humilde alma.

Mi amor,

mi vida,

tu dulce y amada mía,

tuyas son las letras de mi vida.

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Noches.

Déjame regresar de noche,

Ser la sombra de tu camino

bajo la luz de la dulce luna,

Quizás extraviamos el corazón,

la noche es de los que callan..

Noche de rotos buscando descosidos.

Toma mi mano, te mostrare las estrellas

y nuestros latidos se convertirán en gritos

en medio del silencio.

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Hojas en blanco,

tinta pero no pluma,

versos sin letras,

café sin taza,

barrotes de papel

inquebrantables son,

pesadillas en tinta,

sueños en blanco son

temores de un escritor.

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Cassie. Skins UK.

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La poesía, dulce y querida poesía. Siempre presente cuando se le necesita, siempre dispuesta a escuchar, que haríamos sin tu suave tacto, sin tu dulce voz, podríamos a caso encontrar algo mas profundo que el significado de tus versos. Siempre oculta, siempre misteriosa, siempre hermosa.. La poesía, es la dama que encierra dentro de su mirada el lado oculto y mas profundo de cada humilde corazón.

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Desgracia y afecto.

Ahora entiendo todo,

A cada insomnio le llega su noche.

Colgados de un sueño,

se columpiaban mis versos.

A veces no escribo yo, lo hace mi corazón.

Y ahora que es de noche,

extraño el sol para poder besar tu sombra.

Mas ahora busco en mi espejo, el reflejo de tus ojos.

Solo me queda la noche, quien testigo predilecto es

de lo mucho que te amo.

Desgracia y afecto. Eso soy.

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No le temas a la perfección, nunca la conseguirás.

Salvador Dali

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Sin la música este mundo seria un lugar insípido y marchito en el cual no podríamos encontrar verdaderas pasiones y viviríamos bajo el tormento de una realidad monótona y vacía.

Ólafur Arnalds - Full Performance (Live on KEXP) (por kexpradio)ld

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…Quiero que seamos una historia sin un final, con muchos capítulos de una vida contigo, que sea infinita como mi amor; escribirla juntos; tú siendo la tinta y yo la pluma, ambos diferentes pero nuestros finalmente.

Alexandrave, Diarios (via alexandrave)

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Si pudiese amarte eternamente, sin duda alguna lo haría.

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Un escritor enfrenta los demonios de su interior cada día, se arma de valor y se sumerge en un mar de tinta, lucha contra toda laguna mental y aclara sus penumbras con la luz de su humilde espiritu. Ser escritor es algo mas que plasmar palabras en papel, ser escritor es plasmar el alma en papel a través de la tinta.