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Capitulo 6

¿No te has preguntado qué es el amor? 

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Estar juntos era como una bomba a punto de explotar, pero me da miedo la idea no poder soportar el impacto. Estar junto a ti era sentir que el mundo dejaba de importar y solo nos quedábamos en medio del vacío, aun cuando las cosas no parecían tener rumbo siempre mandas una señal para que no me desviara, para que no dejarás de importarme. 

Con las salidas en medio de la noche, con los helados en aquella esquina, con los abrazos antes de despedirnos. Acelerabas mi corazón, tan rápido y fuerte. Sin embargo nada es perfecto y amarte empezaba a doler. 

“No puedo Jungkook.”

Y todo empezó a importar aun cuando antes no lo hacía. 

“¿No puedes Taehyung?” 

No, no puede. 

No puede porque su cordura se lo impide, porque en casa no está solo. Porque cuando aquella chica lo recibe sale de un sueño que me lastima.

“Esto está tan mal.” 

No es correcto, va en contra de nuestros principios. 

“Tienes razón Taehyung, esto que no es nada está tan mal, pero sabes a veces pensarlo no tiene sentido, aun cuando digo que te quiero pareces desvanecerte. No puedo Taehyung.”

La nieve pintaba de blanco las calles, tú y yo parados al frente de mi casa y mis lágrimas cayendo. 

“¿Jungkook?” 

Suspire y llore más fuerte, porque pensé que lo nuestro si funcionaria, las flores se marchitan, el sol se esconde y los finales llegan. 

“No puedo Taehyung, siento que el tiempo pasa muy rápido. Tal vez fue absurdo pensar en quedarme cuando me hacías daño.”  

Y por primera vez me miró, parece que cada uno vive en diferentes espacios cuando cruzamos miradas.

“No quiero despertar si puedo pasar mas tiempo contigo” 

Su voz, la que tantas veces me dijo lo bonito que era ahora parecía romperse. El amor da miedo porque no tiene un significado en específico, porque son muchas cosas a la vez. 

Nuestro amor que pasó de ser un “compra cuadros” a un “quédate conmigo” se rompió con las mentiras. No lo vimos venir, la mente humana nace como un lienzo y las personas vienen a colorear en ella, me abalance a colorear tanto por el que olvide las cosas que realmente importaban. 

Los sueños fueron el principio de algo que no nos haría bien, mi nuevo yo se basaba en él, mi soledad se transformó en dependencia y mis cuadros dejaron de tener a aquella chica para convertirse en su silueta. 

“¿Nuestros recuerdos fueron especiales?” 

Si fuera cierto entonces porque parecía desecharlos en casa cuando se iba.

“Por favor, no me dejes.” 

Todo es tan raro, todo tiene que estar tan bien pensado para que las escenas de un dar y no recibir fueran tapadas con palabras bonitas. 

“¿Te gustan las estrellas? dijiste que en mis ojos se reflejaban las que guardabas en tu corazón.” 

Entonces por qué parecía ser este el final.

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Capitulo 5

Nada. 

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Cuando algo malo sucede tienes miedo de que se vuelva a repetir, así era yo en el amor. 

Tenía miedo de que el daño que aquella chica había causado en mi corazón se volviera a repetir, no quería crear los mismos recuerdos con el chico de sonrisa cuadrada porque temía sentir lo mismo.

El chico de sonrisa cuadrada me dijo que las personas a mi alrededor eran diferentes, sentían de manera diferente y creían cosas diferentes. Sin embargo yo los veía de la misma manera, con sus palabras arrogantes y sus miradas frías. 

El estudio tenía un ambiente nostálgico, como si el abandono fuera parte de él, pero eso no me detuvo a seguir pintando. La pinte a ella porque cuando fui al mar no pude evitar pensar en el viaje que realizamos como escape de nuestras mentiras, me pregunté si realmente los recuerdos que habíamos creado se quedaron ahí, en las olas del mar. Desvaneciéndose, como las huellas de sus pies al tocar la arena. 

Tal vez solo corrimos por miedo a no esperar nada del otro. 

Ella existia solo en papel 

pero ese papel se rasgó 

y todo se terminó yendo. 

Como aquellos momentos que no significan nada.

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Capitulo 4

¿Error? 

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No todo sale bien. 

Increíblemente me doy cuenta de las cosas que pensé, mis cuadros manchados de vino me miran con egoísmo y no puedo hacer nada más que bajar la mirada. 

No porque mi nuevo yo no fue lo que imaginé, ni porque acepte mis errores. Los nuevos comienzos dan vértigo, no quise cambiar nada porque todo me traía recuerdos. Fueron en esos instantes en los que me di cuenta de algo: 

Estaba atrapado en el pasado. 

Tratando de vivir lo mismo para no decaer, tratando de pintar mis pensamientos de color purpura. Incluso sentí pena por mi porque si dejara todo atrás me quedaría sin nada. Sin recuerdos, sin esperanza. Yo era todo aquello que estaba bien, con mi sonrisa, con mis ganas de vivir cada segundo como el último pero ahora me pregunto, ¿Quien soy?. 

Los días pasaron, el chico de sonrisa cuadrada me visito cada sábado y siempre repetía la misma pregunta:

“¿Cuando volveras?” 

¿Volver a donde? 

¿Cuándo las cosas dejaron de tener sentido? 

Los suspiros me tragan, en pequeños pedacitos, tirado en la sala y con lágrimas empapando mi rostro. Porque la soledad no es lo que antes era, creí que estar solo era mejor que estar acompañado, lo que no sabía es que ya no habrían personas cruzando aquella puerta, ni voces recordándome no ser un desorden. 

Tuve sueños, en cada uno de ellos aparecía la misma persona distorsionada. No era ella, ni mi madre, ni mi padre, ni yo. 

El chico de sonrisa cuadrada me miraba con un ramo de flores apretujadas en sus manos, me sonreía y repetía las misma palabras: 

“Los errores nos hacen personas”  

Y en todos esos sueños lloraba, cuando la noche llegaba y se tenía que ir trataba de buscar cualquier excusa para que no cruzara la puerta pero jamás funcionaba porque cuando sus pasos se hacían mas suaves susurraba un “Adios” y parecía que la casa se volvía de negro. 

Mis sentimientos me golpean tanto y tan rápido que no sé si lo que siento es miedo o soledad. Pero la presión sigue intacta, mis sollozos son más fuertes y la música más triste. Me extraño pero no se que hacer para no dejarme ir, siento que me miro desde atrás, fijamente mientras veo en lo que me convertí a causa de las pérdidas. 

¿No soy lo suficientemente fuerte? 

Aburre sentirse así siempre, mirando a la nada, sintiendo que el vacío que está en tu interior solo se hace más grande, entonces la pregunta me sigue atormentando, porque no soy capaz de vivir solo, necesito a alguien en mi vida que sepa como sacarme sonrisas. 

Que me haga reír, que coma conmigo y que duerma conmigo. Extraño a mamá porque siempre sonreía y me miraba con dulzura. 

Extraño a papá porque bailaba conmigo en la sala de estar. La extraño a ella porque sus caricias siempre supieron tranquilizarme. 

Y me extraño a mi, porque fui el único que supo cómo recomponerse aun cuando las cosas parecían ir de mal en peor, extraño ver las nubes, al atardecer, el café, el agua salpicando en mi cara en las mañanas, las pinturas, el sillón de segunda mano. 

Tal vez extraño las cosas que estaban dentro de mi pero que ahora no son suficientes. 

Las personas a mi alrededor ponen su mirada en las cosas que tengo y juzgan lo que soy sin embargo no puedo hacer nada más que aceptar sus opiniones porque con el tiempo deje de pensar en lo que mi interior me convertía para convertirme en lo que la gente quería. 

¿Es absurdo?.

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Capitulo 3

Renacer. 

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La mañana era tranquila, me sentía cómodo junto a él, de repente todo se volvió significativo: la música de fondo, el improvisado desayuno que hice, nuestras miradas entrelazadas y las pequeñas risas que compartimos. 

“Me gustas Jungkook.”

Sentí como miles de emociones me inundaron: miedo, emoción, nostalgia, alegría y pena. 

“Me gustas Taehyung.”

Entonces me pare de la mesa y le tendí mi mano, la acepto y tropezó quedando a centímetros, nuestro aliento se juntó y nuestras miradas se volvieron cálidas pero sentí una presión.  

De repente el miedo se apoderó de mí y no pude hacer más que fruncir el ceño.

“Me gustas mucho Taehyung” 

Me miró, como si estuviera admirando las cosa mas hermosa del mundo, quise llorar porque me sentía débil ante él, su mirada parecía traspasar cualquier sentimiento. 

“Me gustas mucho Jungkook, pero no te quiero, ni te amo.” 

Estaba confundido, nos gustamos sin embargo no nos queremos. ¿El gustar no es lo mismo que querer?. 

Me llevó al sillón, nos sentamos y me miró a los ojos. Y en el silencio de aquella habitación me sonrió e incluso me abrazó. 

“Jungkook, no te conozco. No sé de qué van tus sueños, tus metas, tus miedos o de que se trata tu corazón, no puedo enamorarme de una persona que no conozco.”   

Asentí, porque yo tampoco lo conocía, ni siquiera sabía cuántos años tenía ni si tenía trabajo.

“Lo sé, aun así tu presencia me causa paz.”

Me inspeccionó y como acto natural nos abrazamos, tal vez él también había sufrido por amor. No pude evitar que lágrimas bajaran por mis mejillas, empapando mi rostro, porque me dolía, muy al fondo de mi corazón aun dolía. 

Incluso en las mañanas cuando veía mi reflejo en el espejo, cuando miraba a las parejas pasar en san valentín o cuando escuchaba música.   

¿Por qué las personas lloran?.

¿Si las personas dejaran de llorar, tendrían sentimientos?.

Incluso ahora me pregunto, porque llorar me da miedo. Me da miedo quebrarme y perder mi brillo, no ser nadie aun siéndolo todo. Me da miedo decir cosas sin sentido incluso si me causa gracia. 

El miedo es natural, no lo quise admitir antes porque pensé que no era correcto, porque pensé que la gente me miraría raro pero con el tiempo abrace mi miedo, me consolé y supe que llorar no me hacía ni más ni menos que los demás. 

Y el chico de sonrisa cuadrada me acompañó: desayunamos juntos, almorzamos juntos y cuando la noche llegó dijimos adiós. Tal vez llore un poco cuando la puerta se cerró, tal vez tomé una copa de vino y dormí en el piso de mi cuarto pero valió la pena porque cuando desperté sentí que era otra persona. 

Sentí que era yo.

 Las diferentes facetas en las que nos encontramos, aquellos recuerdos pasan por mi mente y siento que me traslado a otro mundo. Años atrás me aterraba la idea de estar sin ti, creía que moriría si no respiraba el mismo aire que tu, pero ahora puedo estar bien solo. 

La semana pasó tan rápido como las corridas alrededor del parque en las mañanas y la semana siguiente tan lento como la noche junto a las estrellas.  

Mi ausencia en el estudio se sintió tan pesada que recibía llamadas todos los días, la mayoría preguntaba si estaba bien pero aun así mi casa se sentía tan sola y fría. El silencio es aterrador. 

Las cosas cambiaron desde aquella visita porque ahora no necesitaba que Luisa preparará mi desayuno en las mañanas, ni que en el estudio todo fuera tan perfecto. Ahora todo era  más hermoso si me gustaba, no tenía que ser monótono, incómodo, brusco ni mucho menos perfecto. Entendí que si me sentía cómodo no tenía que haber una explicación, pensé mucho en las cosas que no eran importantes y me lastimé, pero ahora me río de mi impertinencia, todo parecía ir bien. Todo era más simple.  

Porque me encontré.  

Porque con el paso del tiempo nos encontramos a nosotros mismos.

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Capitulo 2

Tan bonito que duele.

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Eras mi sueño, eras aquello que quería para mi pero con el pasar del tiempo el pensamiento solo se deterioró. 

Cuando la noche terminó y tomamos calles diferentes, cuando nuestro nosotros dejó de existir me quebré. Lloré, grité y me quebré otra vez, incluso después de unos meses cuando vi las flores en aquel campo me acordé de ti o en el tren, cuando el sillón de enfrente estaba vacío. 

No es lo que hubiese querido para nosotros, esperaba más, tal vez mañanas de risas o una familia, las personas suelen decir que lo que buscas no es lo que te espera sin embargo esperaba que fueras tu la indicada aun si el destino no lo hubiese querido de esa forma. 

“Jungkook te esperan afuera, al parecer quieren comprar tu cuadro.”

Era casi de noche, el atardecer fue lo primero que vi cuando crucé la puerta. Londres siempre fue uno de mis lugares favoritos en el mundo. 

“¿Jungkook?” 

Aquel pelinegro, con su mirada seria y su tan peculiar sonrisa me saludo y compro mi cuadro. Una hermosa mujer, con flores blancas a su alrededor y un gato negro colandose entre ellas. 

“Volvere, aun si tengo que cruzar el mundo entero para poder comprar tus cuadros, lo haré.” 

Me prometió comprar todos los cuadros que podía, y cada atardecer cuando parecía que el sol estaba apunto de irse él aparecía, me sonreía y prometía volver al día siguiente. 

No quise admitirlo hasta ahora, que cuando el día comenzaba lo primero que hacía era pensar en qué cuadro compraría pero siempre hay una piedra que te impide seguir, tuve miedo de que el amor fuera así. 

Al principio vería lo hermoso de esta historia pero con el tiempo terminaría descubriendo que desde el principio la parte horrenda termina apoderándose de lo que sería una hermosa historia de amor. 

¿Es eso el amor?

Pasión tal vez, ambición, peleas o miradas sin sentimientos. 

Tenía miedo de sentir que nada de lo que hacía valdría la pena, que mis esfuerzos o la manera en cómo me veía en el espejo solo sería parte de una ilusión creada por mi mente, pero tal vez nada de eso tenía que ver con el chico de sonrisa cuadrada. 

Tal vez ese chico solo pensaba en mí como un simple pintor, tal vez cuando sus manos tocaran a la mujer que amaba sus ojos brillaban y desprendía confianza. 

Sin embargo no me permití sentir de más, porque el sentimiento de pérdida aún se encontraba presente en el fondo de mi corazón como una cicatriz tan delicada que podría corromperse en cualquier segundo. 

“Vengo a ver cuadros.” 

“Perdone pero el joven Jungkook no se encuentra en su estudio el día de hoy, podría dejar un mensaje y con gusto se lo comunicaría.” 

Asintió y con palabras suaves le susurro aquel mensaje que tal vez cambiará mi vida como aquella noche. 

La mañana siguiente cuando el sol se coló por las ventanas, cuando el aire que entraba por la ventana acarició mis mejillas supe de alguna manera que hoy sería un día especial. 

Aquel departamento en el que vivía hace ya más de 3 años de repente me dio la sensación de estar cada vez más viejo y eso me gustaba aun cuando había la posibilidad de que algún día se cayera. 

“Buenos días” 

Le tengo envidia, porque ella si es capaz de reír, si es capaz de ser feliz con las personas que tiene a su alrededor y aunque solo me prepare el desayuno y trabaje conmigo en el estudio siento que la conozco de toda la vida. 

“Buenos días Luisa.”

“Hoy no se ve de buen humor, ¿pasó algo?.” 

Me acerque hasta la mesa y me senté, tomé un poco del té que estaba ahí y la mire. 

“Todo esta de maravilla, tal vez solo un poco cansado.” 

Asintió y se fue. 

Me pregunté si todo lo que había hecho tendría sentido alguna vez, deje Corea para vivir en Londres, no veo más seguido a Jimin, mis padres fallecieron. Dejé a la mujer que pensé podría ser la madre de mis hijos, dejé mi carrera y ahora pinto cuadros. 

Todo tiene más vida ahora, cuando la pintura cae sobre el lienzo, cuando las ideas se plasman en pequeñas figuras. Cuando el sonido de los carros es más fuerte y el sol alumbra las calles hacen que mi corazón revolotee. 

El sonido de la puerta me saca de mis pensamientos y rápidamente me paro para ver quien toca la puerta. 

“¿Disculpe usted es el joven jungkook?” el señor me mira con curiosidad. “Un chico lo viene a ver, dice que usted lo conoce y espera verlo afuera si es posible.” 

Asiento y cierro la puerta. 

Me dirijo a mi cuarto, cambio mi ropa por unos pantalones y una camiseta. 

Miles de preguntas pasan por mi mente mientras bajo las gradas del edificio.

Incluso al llegar a la puerta me río de mi mismo por mi nerviosismo pero admito que esperaba de todo menos ver al chico de sonrisa cuadrada y mirada seria.

“Jungkook, es un placer volver a verte” 

Entonces lo pienso mejor.

Su presencia es todo lo que está bien.

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Capitulo 1

Te quiero tanto que me da miedo no ser capaz de dejar de quererte.

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Brillantes lágrimas aparecieron en mi rostro. Todavía me da miedo el amor, creo que las historias aún son parte de mi. De niño siempre me enseñaron que uno debe amarse a sí mismo por sobre todas las cosas pero siempre pensé que nunca me sería necesario y ahora en esta habitación oscura sin una sola luz extraño el amor que hasta ahora no pude darme. 

“No te lastimes más, no volverá. Se feliz con otra persona.”

La voz resonó por todo el cuarto. Vi como las luces poco a poco alumbraban el lugar y por un momento me sentí lleno al ver a la persona que estaba recargado en la puerta, pude ver como todo mi interior se sentía en paz.

“Oh Jimin, ¿que te trae por aquí?.“ 

“Nada en particular, solo quería asegurarme de que estuvieras bien.” 

Somos amigos desde hace 4 años y aun no me acostumbro a que aparezca tan repentinamente pero aprecio después de todo que aun este para mi. Amigos como él no se pueden encontrar tan fácilmente. 

“Estoy bien, no te preocupes, poco a poco el dolor se irá.” 

Dije mientras me paraba a darle un fuerte abrazo, hace un mes se fue de viaje y supuestamente regresaba mañana supongo que es por eso que me sorprendió un poco su visita. 

“Sabes te extrañe mucho, siempre sueles aparecer de forma repentina.” 

“Perdón, siempre olvido mandarte un mensaje aunque aún guardo una copia de las llaves de tu casa.” 

Me senté en el sillón y miles de recuerdos pasaron por mi mente pero los ignoré para concentrarme en la conversación que tendría con Jimin. 

“¿Cómo te fue en tu viaje de negocios?.” 

Vi como buscaba comida en la refrigeradora que estaba junto a las repisas en una pequeña cocina. Mi casa nunca fue lujosa ni mucho menos admirable pero era lo suficientemente cómoda. Al entrar estaba la sala y la cocina en diferentes espacios pero sin una pared que los separara, más a la derecha se encontraba mi cuarto, un baño y un pequeño armario donde guardaba las cosas que podría necesitar al salir de casa.  

“Oh Dios, no tienes nada de comida, ¿deberíamos ir de compras?.” 

Realmente se veía preocupado. Siempre fue muy sensible con la comida pero aun así está en forma. Es de esos hombres que disfrutan la comida pero siguen siendo guapos y apuestos, lo admiro aun cuando es un poco dramático. 

“No te preocupes, ven siéntate conmigo me interesa saber si ya conseguiste a alguien con quien pasar tus días en vez de preocuparte por si tengo comida o no.” 

“Aún no he encontrado a nadie. ¿Quién encuentra a una chica en un viaje de negocios? Hay que ser muy suertudo y yo no tengo ese tipo de suerte, y aunque la tuviera no creo estar interesado en una relación.” 

“Siempre me dices lo mismo, es hora de que encuentres a alguien que te haga feliz.” 

Las palabras de Jimin siempre fueron muy sabias y aunque a veces no las comprendía siempre trataba de poner en práctica los consejos que me daba.

“Solo vine un rato aun tengo trabajo que hacer pero fue un placer verte de nuevo Jungkook” 

“¿Por qué la formalidad?. Vamos Jimin tu y yo sabemos que ese trabajo no te hace bien, te sobrecargas.” 

“No te preocupes, después de todo la paga no está nada mal” 

Vi como salía por la puerta, volví a quedarme solo, a veces siento que me estoy volviendo loco, todo ha cambiado desde que se fue, arruinó los corazones de todas las personas que conozco. Solo necesito tomar un respiro.

Hacía frío, los copos de nieve poco a poco empezaban a caer en mi ropa, el invierno siempre me gustó, visitaba a mi familia días antes de navidad. Las calles iban un poco vacías, el viento se hacía más fuerte y las gotas de lluvia empezaban a caer. 

Y la vi.

Llevaba una camisa negra y unos pantalones ajustados a la cintura. Cabello suelto y largo. Su típico abrigo de lana y tenis blancos.  

No pude evitar acercarme a ella. Me atraía como un imán. Era hermosa, como una flor que deleitaba a todos y digo “era” porque ahora ya no la reconozco. No es la chica de la que me enamore. 

“No des un paso más Jungkook” 

“Por favor vuelve, puedo ser mejor persona por ti.” 

Su fría mirada terminó creando sentimientos raros en mi interior. Lo odio, odio como después de tantos años de amor solo hay una chica delante de mí, como una desconocida más en todas esas calles. 

“No puedo Jungkook, yo ya encontre a alguien que me hace feliz, mucho más de lo que tu lo hiciste y bueno después de todo lo que pasamos quiero darte las gracias por poder experimentar contigo el amor por primera vez.” 

“Te he extrañado, más de lo que pensé. Aún estoy en casa, cuando quieras puedes ir a visitarme.” 

“Jungkook tú tienes que triunfar y yo, yo tengo que sobrevivir.” 

“No quiero triunfar si no es contigo.” 

Me miró, con esos ojos tan oscuros, tal vez creí que las cosas cambiarían, que aquellos momentos en los que me sentía feliz volverían, tal vez creí que podía ser otra persona o cambiar lo que soy ahora. 

“Sabes por momentos creí que eras como un ángel, que brillabas tanto y solo para mi, que sin importar la opinión de los demás tu y yo seguiríamos juntos, que seguirías creyendo que mi sonrisa era hermosa o que en las noches seguiría acariciando tu cabello pero nada de eso real y aunque no lo quiera admitir aun te quiero, cada mañana al despertar me siento un poco vacía, sin tus cafés o la forma en como hacias pucheros al no querer despertarte pero me dueles, dueles tanto que no quiero seguir a tu lado.” 

Y entonces lo pensé, quise llorar porque tu también me dolías, dolías cada mañana, tarde y noche pero me encantaba la sensación que tenía cuando tus brazos me envolvían o cuando me contabas chistes absurdos, pero no quería hacerte daño. 

La abrace por última vez y sentí como sus lágrimas se impregnaban en mi camisa, la lluvia mojaba su cabello y el mío, sus brazos me apretaron fuerte y escuche un sollozo.  

“Ahora que no estamos juntos, me doy cuenta que la luna siempre fue ese escape en mi mente para darte las gracias por todo aquello que nos quisimos dar y no pudimos.” 

Entonces se terminó.

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Introducción.

Este sutil ruido del aire acondicionado se siente tan familiar. Tan solo escucharlo me recuerda a ti. Como después de cada comida me sentaba en frente tuyo. Como tu sonrisa cautivaba todos mis sentidos. Como mi nombre sonaba tan bien solo cuando salía de tus labios. Tu voz tan sutil terminó creando sonidos familiares.

Quería quedarme hasta el final.

“Las promesas siempre se rompen.” 

Fue lo único que escuche cuando te vi salir de aquella casa. Nuestra casa. Después de todo solo quedé yo y unos sonidos aterradores que dieron paso al nuevo habitante de una habitación casi vacía. 

Termine escuchando nuevas voces, mirando una luna solitaria sabiendo que el mañana llegaría alguna vez.

“Aún estaré contigo” .

Las palabras que dijiste. Los recuerdos. Los atardeceres se sienten tan familiares, volver al lugar donde empezó todo. Un nuevo comienzo, nuevas lágrimas y risas aparecerán detrás de todo lo que alguna vez fuimos y nunca más seremos.