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Su mayor amenaza y su único amigo

El muchacho horrorizado por su entorno y los ajenos nauseabundos que le hicieron daño, decidió en su interior diseñar su propio veneno, uno tan corrosivo que lo rompiera en mil pedazos y no hubiera manera de recuperar los escombros dejados... Y así, se embarcó en una travesía para hacerse invulnerable... haciendo que no hubiese nada más que vulnerar, pues pensó: Si esta vida... si los demás me quieren acabar, entonces me destruiré yo mismo y así no tendrán nada más que mancillar.

Tal decisión desencadenó en él una introspección profunda que lo llevó a adoptar a la duda como su nuevo principio, rechazando a todo aquel que quisiera sonar demasiado amable o se destacase por agresivo. Y se convirtió él mismo en su mayor amenaza y su único amigo.

No hay manera de salvar un alma que por voluntad propia se sumergió en la pena.

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Relaciones

Que se lleven su paradigma insensato a otro dócil becerro y no a este fiero carroñero fiel a el amor verdadero. No me fío de ningún bastardo y su plan embustero, solo veo nihilistas del cariño y el aprecio sincero; te lo venden si quieres, la verdad no esperaba menos porque tocan fondo y empiezan a picar el suelo, ya no hay veracidad en palabras de ningún ajeno, solo ambición por lo material a cambio del efecto placebo dado de mentiras evidentes y algún que otro halago traicionero.

No digo que sea el caso de cada uno de los humanos, ni tampoco que sea culpa de todo hipócrita de media, pues incluso el consumidor consciente de tal ardid, termina por recurrir al estafador y su fraude con algo que conseguir. Lo entiendo, comprendo la idea de alguien tan lamentable, buscan aliviar su soledad aunque sea con un fraudulento cambalache, no lo juzgo, que haga lo que quiera el pobre cobarde que quiere matar a la solitud incluso con métodos repugnantes.

Y ahora tenemos al que dice amar e intenta enseñar afecto, pero después de unos meses muestra un terror delirante y un débil fundamento: —¡Es que soy inseguro, ¿no lo entiendes?, creo amarte aunque no debo! — Llévate tu drama de telenovela a otra esquina donde los patéticos confundidos compartan su algarabía, y se muestren su descaro burdo con una sucia osadía juzgándose o no entre ellos, de cualquier forma se delata su hipocresía.

Me importa una mierda que mis palabras sean despectivas y mi mente esté totalmente encerrada, al menos la verdad de mis escritos no sufre una precariedad amarga que lleva cada vez más a conclusiones sucedáneas, si imito a alguien será a el Eduardo anterior, y el pasado yo es la copia del que alguna vez fui yo, siendo por lógica yo mismo mi único y real predecesor en esta trayectoria de la escritura y su inmutable expresión.

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De la arrogancia a la vagancia

Ya no hay manera de apagar mi locomotora, y por más que cese el llanto mi escritura aún me vanagloria. ¡Mi altivez es tan densa y vasta como la noche, y a pesar de tanto ímpetu en mis textos de reproche, mi arrogancia no se agota ni se amilana ante un fantoche!

Mis manos son maestras de la fluidez cuando escribo, y mi mente se desconecta de este cuerpo y sus fastidios. Tanto amo componer que hasta me emociona el seguir vivo para continuar plasmando experiencias en mis escritos.

Se me infla el pecho, quizá de orgullo o de despecho, cuando pienso en lo expuesto y lo que no ha visto el mundo entero; tanto dolor que he puesto bajo tierra y tantas artimañas que he hecho, y solo el verbo me ha acompañado en este largo y oscuro trecho. — ¡Tan oscuro como tu alma!— Ya..., no debías recordármelo, sigo siendo Eduardo y lo tengo presente a cada rato. A veces hablo conmigo mismo, me dejo algunos comentarios, tú lo entiendes, otro síntoma típico del egocentrismo humano.

No quiero ser aclamado o llamado por excelencia, pues escribo pura mierda y es tanta que me consterna, ya que implica nuevamente que a mi mente se le ha roto la cisterna, y este cúmulo de pensamientos atorados siguen atormentando mi serena y aburrida vida de vagar a la deriva con pequeñas metas.

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Hasta que se me acabe el calendario

De tantas sandeces que digo se me empieza a pudrir la boca, el oxígeno al entrar en contacto con mi aliento se convierte en una niebla tóxica, tiene la bondad o la crueldad de asombrarte o repugnarte, pero me importa una mierda porque de cualquier forma sé que mi veneno se esparce.

Desde los insultos rebuscados que en mis textos he plasmado, hasta el llanto ahogado que ofuscó la mayoría de mis relatos, todo hace parte de Eduardo, y estoy tan cansado de mi propia existencia que si pudiera me habría borrado. No compito con mis escritos ni debato por lo que cuento, no busco ser reconocido o que me den la razón por generar algún estruendo, no seré más de lo que son los diablos, no seré más que un engendro. Estoy plagado de lamentos y verbos que parecen sintonizar cuando más me extiendo.

Mis objetivos estaban hacia donde apuntaban mis cigarros, y si ahora ya no fumo es porque vago perdido como si me hubiese ido voluntariamente al naufragio, no hay solución para un alma que en resignación cesó su arrebato.

Es que es mi calvario el que me sirve como tinta, bolígrafo y vocabulario, seguiré plasmando en textos mis pensamientos hasta que a mi vida se le acabe el calendario.

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Bella escritura sin alma

Que sigan los fantoches en sus vidas deplorables, presumiendo ser infames con su dolor inefable, su derecho inalienable a sufrir es tan estable como el humor que manejan en sus relaciones entre farsantes. Y yo calmado, fluyo como un río sin estorbo, ni altercados aunque en mi camino sigan habiendo mis escombros, pero el herrumbre crudo de mi alma y fulgor pasado no alteran ni postergan mi distanciamiento emocional del ser humano, con un pan en mano, mientras mi cerebro elabora más escritos más lejanos del entendimiento mundano, pues como dicen algunos ajenos en celosos regaños, a pesar de estar despierto, vivo en la luna a cada rato.

Y ahora mi ego goza de abundante y densa perfidia, pues todos hacen parte del cúmulo sucio que aborrezco, a excepción claro, de el amor de mi vida que se posa a mi lado, sonriente y desalmado, enamorado e inhumano, voy avanzando adonde nadie más ha llegado.