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II Dexter Hicks II

                          ❝ ¡A la m*erda también el sombrero…! ❞ Le da una puntada de pie que lo manda bien lejos. Es metafórico. Lo que Dexter querría hacer es patear para echar los problemas que se le aplastan encima. No lo puede negar, ha estado bebiendo más de la cuenta después de que sus compañeros propusieran ir a tomar algo post reunión, y eso solo ha hecho que agravar la sensación de que está fracasando. La Agencia no está ayudando a nadie, la idea de Ona se pierde con su nefasto liderazgo… Ahora que Marie W. ha pasado a manos de la Compañía lo tienen todo perdido. Es cuestión de tiempo que sus agentes no lo quieran.

Y su empresa tecnológica tampoco está pasando por el mejor momento… ❝ El sombrero es mío… ¿Me lo puedes pasar? ❞ Alarga frases y palabras con la verborrea de un ebrio. No ve bien a la persona que se encuentra lejos, podría o no conocerla.

Disfrutaba de ver al líder de la Agencia de ese modo, tan perdido y ¿borracho? Les daba puntos a favor. La falta de un buen liderazgo haría que no tuvieran que preocuparse de sus movimientos. La perdida de Ona había sido demasiado grande y el substituto que habían buscado no estaba dando la talla. Hubiera sonreído gloriosa sino fuera porque debía de mantener la compostura y la máscara intacta. -¿Se encuentra bien? Preguntó mientras se acercaba a recoger el sombrero del suelo, le deberían dar un Oscar por su expresión de preocupación fingida.

-Oui... Ahora mismo se lo alcanzo, monsieur. Acortó la distancia y le tendió el sombrero sin quitarle la mirada de encima. -No debería de haberlo tirado si tenía la intención de recuperarlo...

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II Avery Brandon II

                     La reconoce. Como no hacerlo. Papá querían que llevaran cuidado con los hermanos Lapointe, trabajadores de la compañía. Perfectos, letales. Peligrosos en exceso. No es la primera vez que se encuentra con la francesa… Trata de fingir que no sabe de quién se trata, se acerca solo por la curiosidad… Además hay un lugar libre a su lado y tiene intención de ocuparlo.

Puede obtener información no solo de la compañía sino acerca de su padre, si está en peligro o no por su culpa. Antes incluso de preguntar es la francesa quién se adelanta en su petición. -Gracias… Sí que había pensado en ocuparlo sino tienes inconveniente… Murmura y señala el sitio que ha despejado hace un momento. -¿Es que esperabas a alguien?

Otra vez aquella chica... Le despertaba la sensación de dejavú, como si ya la hubiera visto en otra parte (y que no fuera en otro de sus encuentros). Había algo en ella familiar... Y esa curiosidad impulsaba a Clementine a querer saber más de ella. Si su instinto se estaba activando, es que era por un motivo. Tenía que estar alerta ahora que no podía cometer ningún error frente a Bennet... Que no estaba nada contento con los avances de la compañía.

-Adelante... Ahora es todo tuyo. Susurró sin quitarle la mirada de encima ahora que estaba más cerca. ¿Serían sus ojos...? La sensación de que ya los había analizado, pero de un modo diferente. Mantuvo su expresión indescifrable, calmada y atenta a cualquier movimiento de la castaña. -A mi hermano... Pero no va a poder asistir lamentablemente... Y afortunadamente para ti, ya que de ese modo te ganaste un sitio.

· Movie Night ·

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II Amy Quill II

No le había servido para nada ir con tiempo para encontrar un buen sitio… Un grupo de jovenes que se habían situado cerca de ella, no paraban de hacer jaleo y la pelirroja supo de seguida que iba a serle imposible disfrutar de la sesión de cine. Amy había tratado de llamar su atención para pedirles que se callaran, pero no había servido de nada, por lo que al final había desistido y llevaba un buen rato dando vueltas en busca de un rincón libre… 

Cuando creía que no lo lograría, escuchó la voz de la chica y esbozó de seguida una sonrisa amable.- ¿De verdad? Me harías un favor enorme… -comentó sintiéndose aliviada.- No logro encontrar ningún otro sitio.

La francesa asintió despacio, de todos modos aquel sitio no iba a ser ocupado por nadie más y el parque era de uso público. Le daba igual tener un poco de compañía, era buena ignorando lo que no le interesaba. Se centraría en la película que era lo que había venido a ver y ya está... Suspiró cansada, al menos así dejaría de pensar en la ausencia de su hermano. -De nada... Ya veo que apenas queda sitio para la gente.

No se había parado a mirarlo al detalle pero dada la cantidad de gente que se arremolinaba como podían es que no había mucho cent��metro libre. Sonrió amable, colocándose su máscara de buena ciudadana. -Que suerte que yo haya liberado este sitio... Y que tú estés sola. Será el destino. Bromeó. No creía en ello ni tampoco en las casualidades... A lo mejor era su oportunidad de sacar algo con aquello.

· Movie Night ·

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· Movie Night ·

Extrañaba a su hermano... Hacía mucho que no salían juntos y pasaban tiempo como allí en Francia. Ni siquiera se habían juntado para contarse que tal les iba con las misiones en la Compañía. La Lapointe tenía la esperanza de que hubiera aceptado su invitación de venir a la sesión de cine de Boston, pero parecía que no iba a tener suerte tampoco esta vez... Suspiró resignada, era una tontería estar guardándole sitio cuando era obvio que no iba a aparecer.

Movió sus cosas y se dio cuenta de que alguien pasaba por allí. -Oui, el sitio está libre... Por si deseas ocuparlo.

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II Felipa Morales II

Felipa soltó una pequeña sonrisa por cortesía. No se fiaba de la rubia y como hacerlo si su actuar era muy parecido al propio, conocía bien esa mirada y sabía cuando alguien fingía interés, claro que ignoraba por completo la razón de tanto misterio por parte de la contraria. —No te preocupes, pronto llegará mi asistente con el auto— comentó la congresista. No quería quedar expuesta por el poco control que tenía de sus poderes, ese virus en su sistema se estaba volviendo un problema. —Yo… yo estoy bien— agregó un tanto insegura.

En ese momento su mano izquierda comenzó a cambiar, en frente de la extraña. Primero cambió su color de piel y luego su aspecto. Felipa ocultó su mano rápidamente esperando pasar desapercibida, pero era una imagen difícil de olvidar, no siempre ves como la extremidad de alguien cambia de forma así de la nada.                

¿Acababa de ver lo que acababa de ver? Su instinto nuevamente no le estaba fallando. Aquella mano había cambiado de color y forma, una habilidad realmente interesante... y peligrosa, sobretodo cuando se mezclaba con política. -Que bueno es constar con los recursos de una congresista. Murmuró, acercándose un poco más. Lástima que esos recursos no fueran a encontrarla. Se había convertido en su presa... Y esta vez no la iba a dejar escapar.

-Nunca hubiera esperado que alguien que defiende tanto una ley anti evolucionados... Sea precisamente uno. Afirmó sin tener una confirmación más allá de aquel cambio en su mano que rápidamente había retirado de su vista. -Es una pena que su carrera política vaya a acabar tan pronto. Va a tener que venirse conmigo, le guste o no, señora Morales.

manifestación anti-evo

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II Felipa Morales II

—Para ser sincera, no… no me siento nada bien— respondió la congresista a la voz de una extraña que la observaba un par de metros más allá. De hecho, Felipa se sentía tan mal que poco le importó lo sexy que era la rubia, eso podía esperar, ahora mismo estaba más concentrada en no morir. —Imagino que es una gripe o quizás me pasó la cuenta el no desayunar hoy— musitó mientras se secaba un par de gotas de sudor de la frente. Rápidamente escondió su mano al recordar que había adoptado la forma de un hombre de tez blanca, de seguro se vería raro con el resto de su forma femenina normal. —No es nada del otro mundo, solo necesitaba descansar un poco y reponerme— comentó tratando de aliviar la curiosidad de la contraria, no era bueno que comenzara a indagar más y terminara dándose cuenta que el mayor rostro anti-evo era en realidad uno.

-Entonces no le conviene estar por aquí si necesita descansar... Murmuró tratando de fingir toda preocupación, pero no era una emoción que Clementine supiera expresar dado que pocas veces la sentía. Nada le preocupaba, nadie era lo suficientemente importante para merecerlo. Se acercó a ella, más movida por la curiosidad de qué estaba escondiendo. Había bajado del escenario justo cuando todos la alababan, si se hubiera encontrado mal desde un principio no hubiera acudido... ¿Qué sería entonces lo que la había hecho abandonar tan de golpe? -No tiene aspecto de encontrarse muy bien... Permítame que la acompañe hasta un taxi para que la lleve a casa. Más tiempo significaba más oportunidades de averiguar que estaba sucediendo.

manifestación anti-evo

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II Felipa Morales II

—Esto es el inicio de una crisis, ciudadanos de Boston— la voz de la morena se podía oír desde el pequeño escenario que se armó para que diversas voces anti-evo pudiesen hacer sus descargos o exponer sus ideales. Claramente Felipa Morales iba a estar presente. —Y para eso me han elegido como su congresista… Yo les prometo que pararemos esto de raíz— agregó con énfasis. Las voces del público se agitaban, los aplausos no se hicieron esperar y con ello la seguridad de cada día ir ganando más y más apoyo en su carrera en ascenso al poder. 

Felipa tenía más de su discurso preparado, pero entonces fue que notó su mano. Luego de secar un poco de sudor de su frente, la morena notó como la contextura y color de piel cambiaban. La escondió rápidamente. ¿Qué diablos le estaba pasando? Hace unos días que se sentía fatal y ahora esto. No era la primera vez que le pasó, de hecho anoche, en una reunión de negocios, la mujer tuvo que abandonar a escondidas uno de sus propios hoteles al verse sin poder controlar bien su habilidad evo.  —Joder, no, ahora no— murmuró antes de dirigirse a su asistente y darle indicaciones para que la excusara por una emergencia familiar. 

La morena salió como pudo del lugar buscando un espacio seguro. No podía dejar que alguien la viera transformarse y con ello arruinar su carrera y prestigio. Debía mantener el rostro de otra persona, pero no podía, su poder no era estable ahora mismo, sin contar que se sentía bastante débil para intentar controlarlo. —¿Qué demonios está pasándome?— musitó asustada antes de apoyarse en un muro y luego sentarse en un murete que sobresalía. Tendría que refugiarse en un callejón oscuro hasta que no hubiese peligro de ser descubierta.      

Escuchaba a uno tras otro a los ciudadanos que tenían algo que exponer acerca de los EVO. Quién sabe, puede que hubiera alguien interesante para llevar a la Compañía (aunque esa no fuera su función). Aún no estaba segura de que aquel odio y resentimiento les fuera a ayudar en su tarea de librarse de esos seres, puede traer consecuencias importantes en la sociedad. La francesa se mantenía apartada del montón de gente, cerca de uno de los callejones cercanos que permitía perfectamente una visibilidad óptima, además de escuchar perfectamente cada discurso.

Algo... O más bien alguien le llamó la atención. La congresista Morales no acabó su discurso, sino que bajó del escenario dirigiéndose al callejón dónde Clem estaba recostada. Su instinto le dijo que la siguiera (y su instinto nunca fallaba).

-¿Qué le sucede? ¿No se encuentra bien? Se acercó a ella aunque se detuvo a una distancia prudencial, debía de ser cauta también. -Con lo interesante que estaba resultando su discurso... ¿Qué ha sucedido para que no lo pueda acabar?

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let her be everything because she is everything. ( insp. )

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II Christopher Bennet II

“Lamentablementemadame Lapointe sus acciones de los últimos días me han provocado un grandesconcierto, nunca pensé que usted me iba a decepcionar y que decir de Elliot.Si le soy honesto podría esperar tal mediocridad de otros agentes pero deusted, debo de admitir que por ahora no estoy de humor ni siquiera paraconversar con usted mon chéri” seacercó cuidadosamente y le toco la mejilla con un cuidado como si un movimientoen falso pudiera dañarla.

Pero aun con el terrible desempeño de los últimos días eltenia cariño a Clementine a veces se sentía responsable de ella por eso elaspiraba excelencia de su parte, era lo mínimo que ella debía hacer.

Cual niña consentida, a Clementine no le gustaba que le echaran en cara la decepción que podía ser. Por mucha razón, en este caso, que Christopher tuviera. Borró la sonrisa de la cara, implantando una mirada rabiosa hostil, no se preocupaba de tener frente a frente al mismísimo magnate de la compañía. El puesto y la jerarquía no le importaban. Ya había matado antes a un superior, la ética no iba con ella. Aún así, no deseaba ganarse problemas... Ni para ella, ni para su hermano. -Excuse-moi, monsieur Bennet... Puede que no haya traído a ningún invitado, pero ello no significa que no esté trabajando para llenar cada una de las habitaciones.

Quiso interpretar aquel contacto como una señal de que no iban tan mal como parecía. Le sonrió ligeramente antes de hablar cuando se hubo separado. -A veces se necesita paciencia para cazar al pez más grande.

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“I  H A T E  guns.”

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II Amy Quill II

Hacía tiempo que la pelirroja no había podido disfrutar de su hobbie favorito como era debido, por lo que aquel día había decidido permitirse el capricho de dedicarle el tiempo que hiciera falta sin pensar en nada más. Nada de preocupaciones, solo gozar de un buen rato pintando. Cargada con todo el material necesario, Amy se dirigió hacia el parque que ya empezaba a visitar de forma habitual y se situó en un rincón apartado para no molestar a nadie. 

Por si no estuviera ya totalmente inmersa en aquel lienzo, estar escuchando música para buscar inspiración tampoco le servía de mucho para estar atenta a su alrededor. Por lo que no pudo evitar dar un sobresalto al creer ver a alguien por el rabillo del ojo, girando de inmediato sobre sus talones.- Lo siento, ¿habías dicho algo? -preguntó apurada a la vez que sonreía un tanto nerviosa, dejando el pincel y los acrílicos a un lado para poder sacarse los auriculares.- Estaba totalmente distraída… 

Había salido a dar una vuelta en la hora de descanso del almuerzo, normalmente pasaba ese tiempo con su hermano Elliot pero últimamente éste se encontraba algo indispuesto (y no se ajuntaba con ningún otro miembro de la compañía, era más bien del tipo solitario). Con su té en mano paseó por el parque más cercano al edificio Primatech, disfrutando de aquel paisaje primaveral.

Detectó entre todo el verde de los árboles y matorrales una cabeza pelirroja que destacaba sobre el resto. La francesa la miró con curiosidad y se percató entonces que estaba dibujando algo. Movida por interés, aunque no fuera una gran fan del arte, se acercó a ella para ver el resultado. -¿Te importaría que echara un vistazo? Preguntó con amabilidad... Pero no llegó a ser escuchada, la joven tenía los cascos con música puesta.

Esperó hasta que captó su atención, la francesa le sonrió. -Que fácil es perdernos en algo que tanto nos gusta, ¿verdad?

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II Christopher Bennet II

Chris recorría el sótano de Primatech molesto al ver tantasceldas vacías, el había considerado que los recientes atentados cometidos porlos mutados aumentarían los prisioneros pero era notorio que sus empleados eranmás que deficientes ni siquiera los que sus mejores agentes (Lapointe) habíanlogrado otra cosa que gastar recursos y disculparse tras fallar, el ya noaguantaba el saber que esos fenómenos andaban libres era tiempo de visitar a suvieja amiga.

A diferencia de la compañía, Ona había construido su edén enel centro de la ciudad si se le permitía ser sincero la agencia podría habercambiado el mundo si hubieran visto lo la realidad. El tiempo no fue nada para él,se quedó quieto mientras observaba el edificio solo giro la mirada cuando vio aalguien acercase “Ten cuidado con tusiguiente movimiento, no estoy de humor para parloteo sin sentido”

A decir verdad, Clementine lo había estado siguiendo sin que se percatara. Lo había visto salir de Primatech y automáticamente se tomó la libertad de vigilarlo de cerca. Lo había observado mientras caminaba por el nivel 3, tantas y tantas prisiones que podrían estar llenas... Pero olvidaba que a veces no era tan importante la cantidad como la calidad. La francesa no tenía miedo a ninguna reprimenda, estaba segura de que era buena en su trabajo (aunque no había tenido éxito en sus últimas recolectas).

Cuando decidió que era el momento a exponerse, se acercó al líder la compañía con total naturalidad y una sonrisa surcando el rostro. Nada más falsa. No le temía. De momento guardaba su fidelidad... Mientras no la decepcionara... -Oh, monsieur Bennet, ¿no está de humor ni siquiera para mí?

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II Jude Brandon II

El bar estaba muy animado… Pero él no. No encontraba un motivo por el que pasarlo bien, ni siquiera habiendo tomado ya varias cervezas. Notaba la boca pastosa y la cabeza obnubilada, pero nada más. Tenía muy presente lo que le llevaba a estar decaído… Y para recordárselo, precisamente se encontraba en el bar dónde ella trabaja. Pero Liz aún no había aparecido, no la veía por ningún lado -era probable que no hubiera empezado a trabajar.

Suspiró tras dar un trago… Y rodó los ojos al notar que alguien se acercaba. -Sino quieres amargarte, te aconsejo que no te acerques a mí.

Clementine había acudido a aquel bar siguiendo la pista a uno de los EVOs que tenía bajo amenaza, el chico invisible que le había prometido interesantes beneficios si lo dejaba en libertad... Sin embargo aún no había visto aparecer ni una sola parte del trato y empezaba a impacientarse. ¿Y si, en cambio de esperar algo que seguramente no iba a llegar... lo encerraba a él directamente en el nivel 3? Solucionaría su últimamente escasez de éxito.

No hizo caso de su comentario y se acercó con toda naturalidad al joven de ojos claros. -Que mal consejo, mon ami, ¿pero a qué viene esa cara tan larga?

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II Natasha Klementieff II

Podía dar gracias a que aquel evento se realizara al aire libre… Sino de bien seguro que le hubiera sido más complicado poner un pie allí dentro solo de pensar en lo agobiante que le resultaría. Aunque el objetivo de la Klementieff no era precisamente el de divertirse, sino el de recopilar información. Un poco de alcohol de por medio y con suerte más de uno se iría de la lengua, esperando así dar con algo que pudiera servirle a La compañía la Agencia.

Adoptando una faceta amistosa, Natasha se dirigió al primer asiento libre que vio en una de las mesas de aquella carpa.- ¡Hey, hola! -saludó antes de tomarse la libertad de sentarse.- ¿Puedo hacerte compañía un rato? Este sitio es tan grande que no se ni por donde empezar.

Si tenía suerte... El alcohol soltaría algunas lenguas y ayudaría a que algunos poderes/habilidades salieran a la luz. Aquello era por lo que Clementine rezaba para el Aprilfest, lo que esperaba obtener para la compañía (que últimamente estaba en horas bajas). Por ese motivo la francesa se encontraba cerca de las mesas dónde los bebedores se reunían para estar más cómodos... Ella apenas había probado su cerveza, pero estaba atenta a cada una de las conversaciones presentes.

Hasta que, de repente, una persona se dirigió directamente a ella. Y reconocía esa voz, aunque para muchos debía de seguir siendo una desconocida.

Alzó la mirada para posarla en el topo que la Compañía tenía dentro de la Agencia. No había mejor informadora que Natasha en ese momento... ¿Tendría buenas noticias? ¿Era el momento de darle la vuelta a la tortilla y plantar cara a esos que tan equivocados estaban? -Oui, puedes sentarte junto a mí. Le ofreció un lugar. -O si prefieres caminar, también estaría dispuesta a ello... Mientras charlemos, que importa el lugar o la posición.

Girls just want to have... fun? { Aprilfest }

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II Layla Volk II

“ La cosa va así ” empezó a explicar a su interlocutorx, a la vez que tomaba uno de los vasos entre sus manos. “ Tú tomas del Bierstiefel, luego yo lo hago, luego tú y luego yo, y así sucesivamente hasta que casi al llegar al final salgan burbujas. El que haga que burbujee, tiene que pagar la siguiente ronda ” era algo así como jugar a la papa caliente, pero con cerveza, y le recordaba a cuando era una adolescente. “ Normalmente se hace en grupos más grandes, y con como… seis litros, pero como sólo estamos tú y yo, no importa si nos tardamos más ” se encogió de hombros y le ofreció el vaso al contrarix. “ ¿Jugamos? ” 

Embriagarse no formaba parte del plan de la francesa, quién se encontraba en el Aprilfest únicamente para recopilar información (y con un poco de suerte se encontraría con algún EVO con la guardia baja). Por lo que al recibir aquella propuesta sonrió con cinismo. Lo mejor hubiera sido apartar la bebida... Pero, por otro lado, podía tentar a la alemana de que se emborrachara y obtener de ella la información. -Oui. Aunque le había extendido el vaso a ella, la francesa lo deslizó hacia el lado de la contraria. -Pero empieza tú, después de todo ha sido tu idea.

aprilfest.