Tumgik
#HermanosDeLuna
amateurwriterrandom · 4 years
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Capítulo 7: Un chico confundido.
< Yoongi's POV >
— La belleza de la vida y del arte reside muchas veces en lo que es diferente, en lo que sobresale, en lo extraño. Las mejores obras de arte vienen del dolor, de la pérdida, del sufrimiento... —
"Tonterías" murmuró para sí, mientras intentaba leer algo para la clase de arte muggle. Yoongi sabía que si eso era remotamente cierto, no aplicaba para él. Desde su llegada a Hogwarts se lo habían hecho saber... Incluso desde antes: desde siempre.
Un hogar muggle disfuncional había sido el hogar que lo vio nacer, con un padre ebrio y una madre violenta ¿Qué destino podría esperarle? Uno lleno de alcoholismo también, un trabajo mediocre, una vida que apenas te deja para comer cada día. Una asquerosa vida de mudarse cada mes porque ya no puedes pagar la renta. La vida que había llevado con sus padres.
Pero había un poco de esperanza en ese piano, el de su abuela, el que aquella viejecilla que apenas y podía moverse le había enseñado a tocar hacía tanto tiempo... Solo él era testigo del dolor, de la ira, del terror de seguir viviendo así. Tal vez, cuando tuviera un par de amigos, podría formar su propia banda y podrían ganar mucho dinero y podría salir de esa pocilga. Y de los gritos, y las peleas. Y por fin alguien podría decirle que estaba orgulloso de él.
Aunque su vida dio un giro de 180° aquel día en que una mujer peculiar llamó a la puerta. La historia de cualquier chico muggle que llega a Hogwarts, la sorpresa de ser un mago, la trabajadora de Hogwarts que te cuenta las maravillas de la escuela. Aunque con él había algo diferente, un par de padres de mierda que desean que salgas cuanto antes de su casa y no fueron a dejarte a la estación o a comprar tus útiles, sin importar que te ibas a los 11 años con una extraña que podría venderte en trata de blancas.
Pero a veces el mundo no es tan cruel y te encuentras con buenas personas que prometen pagar por tu educación en Hogwarts y cuidar bien de ti y por primera vez sientes una clase de amor parental. La señora Widow siempre había sido tan amable con él.
Lo que nadie te cuenta de Hogwarts es que vas por un programa de inclusión llamado A.M.I. y que serás de los pocos chicos con ojos rasgados y que no saben hablar inglés dentro del colegio. En cuanto llegó al castillo le obsequiaron un aparato que le traducía lo que otros decían y traducía lo que ellos escuchaban. Aunque muchas veces deseó apagarlo, especialmente en sus primeros días.
< Flashback >
— ¡Hey chino! — un chico rubio, alto, de ojos marrones gritó desde el otro lado del pasillo de Defensa contra las artes oscuras.
— ¿Huh? — Yoongi se detuvo para mirar quien era aquel.
— Sí, chino, tú, quédate ahí.
— No soy chino.
— Sí, sí eres, mírate, tienes los ojos rasgados y apestas a pescado crudo. — Los chicos que iban con él rompieron en carcajadas. — Mi nombre es Sam Bieber y... no me gusta que estés en mi escuela.
Yoongi rodó los ojos alejándose de la escena, que imbécil e inseguro debía ser ese chico para molestarlo por su nacionalidad. Era el siglo XXI, esas cosas eran imposibles. Sintió un jalón en la capucha de su uniforme que lo hizo caer y ese tal Sam lo tomó por la camisa.
— Te estoy hablando, chino estúpido. Sé que no entiendes inglés y solo sabes hablar ching, Chong, chang pero no creo que seas sordo, además tienes ese aparato que te traduce todo lo que digo ¿no? — El idiota rió a carcajadas mirando los ojos de Yoongi. — Eres feo, todos los chinos son feos y tú no eres la excepción pero si eres diferente a ellos en algo ¡Eres estúpido! Te he visto en clase de pociones y no puedes ni medir los ingredientes. — Sam lo dejó ir, estrellándolo levemente contra el suelo. Uno de sus idiotas amigos lo ayudo a levantarse. — Maldito Hogwarts y su maldita inclusión, es un asco tener que convivir con chinos estúpidos... Los extranjeros siempre infestando nuestros países... Haznos un favor a todos y regresa a China.
Yoongi estaba perplejo, quería gritarle, quería irse a los golpes pero ¿Qué haría si lo expulsaban de la escuela? ¿A dónde iría? Demonios. Sam y la horda de imbéciles se alejaron de ahí con un rostro orgullos, como si su odio fuera algo para enorgullecerse. Se puso en pie esperando que nadie hubiera presenciado la escena. Se había dejado maltratar como un verdadero, citando a Sam, estúpido.
< Fin del flashback >
Pero cuando hay adversidades en la vida, cuando hay estúpidos como Sam, debes ponerte en pie, sacudir tu uniforme y demostrarle a todos que eres el mejor aun cuando tu familia es una mierda, cuando no hace tanto te enteraste que tienes magia. Porque aun cuando existe gente como Sam, existe gente como la señorita Widow. Ella fue su mayor cómplice, su tutora de inglés todas las tardes hasta que pudo dejar ese aparato. Nadie se volvería a burlar de él. Y también se encargaría de que todos los Slytherin que vinieran con el programa A.M.I. no sufrieran lo mismo que él.
Sacudió la cabeza notando que se había perdido en la lectura, por pensar en el pasado se había olvidado de la tarea y que en menos de treinta minutos tendría que ver a sus tutorados, los chicos a los que ayudaría ese año donde por fin podía ser prefecto. Y ahí estaba, entrando por el Gran Comedor... El eterno rayo de sol. Jung Hoseok.
Habían estado en las mismas clases desde primer año aunque él era de la casa de los tejones y mucho más inteligente que Yoongi en pociones. Desde que le vio entrar por la puerta el primer día de clases algo en él se movió aunque jamás comprendió que era... Solamente le gustaba verle sonreír, su sonrisa parecía iluminar el aula entera y sus ojos formaban una media luna de la forma más adorable posible. Un compañero más. Hasta que no lo fue.
Un día en el tablón de anuncios de Slytherin apareció un aviso "Se ofrecen servicios de tutoría para las materias de: Cuidado de Criaturas Mágicas, Pociones, Defensa contra las artes oscuras y Encantamientos. Interesados enviar una carta a los prefectos de Hufflepuff". Yoongi sabía que debía mejorar en pociones si quería llegar a ser prefecto alguna vez. Y envió la carta.
< Flashback >
Un par de minutos habían pasado después de lo pactado, solo cinco, pero estaba nervioso ¿Qué tal si el tutor no aparecía? Tendría que pedirle al profesor asesoría y su orgullo estaba en la línea.
— ¡Siento la demora!
Y ahí estaba, con algo de sudor en la frente y la respiración sumamente agitada... Era ese chico, el de la sonrisa bonita. Maldición ¿Y ahora como reaccionaba? Era pésimo en la convivencia humana pero... Justamente con él. Quería ser su amigo ¿no? Lo admiraba de cierta manera, por eso debía estar tan nervioso. Y solamente entró, su corazón se alteró ¿Qué carajo?
— No fue nada... Gracias por venir.
— Así que pociones ¿No?
Yoongi solo asintió, no podía ni mirarle a la cara y un leve color rojizo se extendió por su rostro. Y para hacerlo peor, él buscó su cara para poder mirarlo.
— ¡Hey! No hay nada de qué avergonzarse, no a todos nos gustan las mismas materias. Está todo bien.
— No estoy avergonzado ¿Podemos comenzar la lección?
Parecía que Hoseok le resultaba divertido pues sonrió y comenzó la lección.
< Fin del flashback >
Habían convivido durante más de cuatro meses para prepararlo para los exámenes y cada que el tiempo pasaba, Yoongi rogaba que fuera más lento, que se detuviera. Pero jamás le dijo esas cosas a Hoseok. Jamás le dijo nada además de lo académico. Solo sus amigos sabían sobre sus sentimientos y no los sabían a profundidad.
No sabía si su mirada se había quedado fija en la puerta o en él porque ahora se estaba acercando a su mesa. Tomó rápidamente su libro, fingiendo leer.
— ¡Yoongi-hyung! ¡Hola! ¿Qué tal tus vacaciones?
— Bien, creo. Repase todo así que...
No había terminado de formular la oración cuando el menor le interrumpió.
— ¡Me alegra que estudiaras en vacaciones! Verás que este año te resulta mucho más fácil esa clase.
— Supongo. No quiero molestarte de nuevo con las tutorías.
— Vamos, no era molestia. Me agrada enseñar y no dudes en llamarme si necesitas mi ayuda. Iré a mi mesa Yoongi, feliz inicio de año.
Yoongi se quedó en la mesa maldiciendo a sí mismo ¿Por qué no podía ser más valiente? ¿Por qué no podía decirle que lo extrañó? Que paso las vacaciones en Hogwarts con la señorita Widow y que hubiera deseado estar ahí con él. No pudo despegar la mirada del chico, ni cuando llegó a su mesa. Y es que verle le llenaba de energía, le hacía sonreír por dentro, le hacía sentir en un hogar que jamás conoció. Cuando estaba cerca de Hoseok sentía que había imitado a Van Gogh y comió pintura amarilla... Se sentía amarillo por dentro, como si un millón de girasoles florecieran en su interior.
— Así que veo que pasaras otro año sin acercarte a Hoseok. — Uno de sus amigos le había sacado de sus pensamientos.
— No es de tu incumbencia, David. Es mi tutor, eso es todo. — Mentira, era una mentira.
— Yoongi, deberías tener el valor de aclarar tus sentimientos acerca de tu... — Sabía perfectamente hacía donde iba esa conversación. Tenía demasiadas ocupaciones, responsabilidades y problemas para pensar en algo tan estúpido como su orientación sexual. No era amor, solo era admiración.
— David, no es un tema a discusión, lo que haga o no haga no es de tu incumbencia. Si no quiero acercarme más a ese chico tal vez es porque no me agrada y eso no debería importarte. Tengo cosas más importantes que hacer.
Y tal vez así era. Tal vez él no le agradaba aunque lo admiraba. Y sus cosas importantes para hacer ya lo observaban desde otro lado de la mesa. Hora del show y a sonreír. Nada había pasado.
— Hola, Kook.
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amateurwriterrandom · 4 years
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Capítulo 1: Un tren extraño, un nuevo comienzo.
El primero de septiembre la estación King's Cross se encontraba más ajetreada, gente que subía y bajaba de los trenes con prisa, algunos niños se apresuraban con sus mochilas para el primer día de clases. Kook no podía creerlo, estaba en otro país dirigiéndose a una escuela de magia... No podía ser cierto, eso no estaba pasando.
Su madre caminaba de la mano de su padre a toda prisa, su atuendo ese día era inmaculado, se había arreglado como si se dirigiera a una ceremonia importante "una mujer nunca podría estar desarreglada" eso le había enseñado su abuela. El empleado de Hogwarts caminaba cerca de ellos platicándoles un poco sobre su trabajo en el castillo.
Kook y su hermano caminaban detrás de ellos empujando las valijas de gran tamaño y una jaula que llevaba una lechuza marrón.
— Dae ¿Crees que me vaya bien en esa escuela? Quiero decir, soy bueno en la escuela pero ¿Una escuela mágica?
— ¿Puedes dejar de pensar esas cosas? Kook, no seas tonto. Edison no era un genio hasta que un día lo fue. Tienes todo para ser grande, una familia que cree en ti y un hermano que te pateara el trasero si dejas a la familia en ridículo.
Ambos hermanos rieron. Kook sabía que su familia no era la familia perfecta, su madre estaba tan preocupada por dejar una buena impresión que a veces olvidaba soltarse y ser feliz, su padre era una persona tan cariñosa pero tenía miedo de demostrarlo por las enseñanzas de su abuelo y su hermano... bueno, su hermano era un buen chico, solamente le faltaba un propósito.
Eran una buena familia a pesar de todo. Siempre había comida en la mesa, paseos los domingos y tardes de películas los viernes, por eso quería honrarlos, por eso quería llevar su apellido a lo alto, no podía fallarles. Bendita carga para tener solo once años.
Por fin se detuvieron entre el andén 9 y 10.
— Bien, aquí es, aquí tomaremos el tren. — Dijo el empleado señalando una columna.
— ¿Qué? ¿Aquí?
Debía ser una broma ¿No? Eso era una maldita columna, en cualquier momento saldrían las personas de un programa de mal gusto de cámara escondida a decirle que todo había sido una broma muy bien coordinada, que todo lo que vio en el callejón no había sido nada más que efectos especiales. Al menos habían ganado un viaje a Inglaterra. Kook sintió como un balde de agua fría... Aquí terminaba todo.
— Sí, aquí es. Esta columna está encantada, solamente debes pasar a través de ella y llegaras al andén 9 ¾.
— Pruébalo.
No quería quedar como un idiota frente a todas esas personas en king's cross, si eso resultaba ser una broma él no sería la víctima, lo sería ese señor tan sonriente, el coordinador de toda esa humillación.
— De acuerdo. — Respondió el empleado.
Claro que ese imbécil no haría lo que le había pedido, era un hombre con una sonrisa de idiota al que pronto se le caería el teatro. Cada vez se acercaba más a la pared y... Lo hizo.
Lo veía y no lo creía, sus ojos no podían creer lo que estaban viendo, el tipo había atravesado la pared sin ningún problema, su mano entraba y salía sin dudar.
— Pero ¿Qué caraj...?
— ¡Lenguaje, Kook! — Lo reprendió su madre.
Su madre estaba tan sorprendida como él pero quería mantener la calma, sabía que esas cosas no pasaban todos los días, una oportunidad así para su pequeño era importante, al menos eso creía, las oportunidades en su familia siempre se veían como cosa del destino. Su padre y su hermano también miraban sin creer, los ojos como platos y las bocas abiertas.
— No, cariño, en verdad ¿Qué carajo?
El hombre se había ganado la mirada de advertencia de su madre, nunca le gustaron las malas palabras y mucho menos si venían de su esposo o sus hijos.
El empleado finalmente salió del andén de nuevo.
— Y bien ¿Ahora me crees?
Kook asintió tragando saliva ¿Podría pasar a través del andén? Tal vez se habían equivocado y él no era un mago, solo un chico normal.
— Bien, es tarde, debemos irnos si no quieres perder el expreso. Lo mejor sería que se despidieran, los muggles no pueden entrar al andén, lo lamento mucho.
Fue como un golpe en el estómago, no esperaba que fuera a ser tan rápido, le hubiera gustado reírse de su madre que querría tomar fotos de él subiendo al expreso pero ese era el momento, Kook debía irse, lo sabía, su familia estaba ahí con esas miradas nostálgicas. Abrazó uno por uno a cada integrante, todos tenían algo que decir.
— Llevas todo ¿Verdad? En la bolsa hay fruta para que puedas comer en el camino, son tus favoritas. Estarás bien ¿No es así? Te extrañaremos muchísimo. No olvides escribirnos.
— No lo olvido madre, gracias por todo.­
Su madre le dio un último abrazo y acomodó sus ropas nuevas, agradecía tanto tener una madre como la suya.
— Hijo estarás bien, eres listo como tu padre y atractivo como tu madre, estoy muy orgulloso de ti, aprovecha esta oportunidad que el destino te está brindando. Tu familia siempre te estará esperando. Te amo.
— También te amo papá, no te voy a defraudar.
Sabía lo mucho que a su padre le había costado decir ese te amo, solamente se lo había dicho en un par de ocasiones, la mayoría cuando su padre se encontraba ebrio, esto valía oro.
— Hermano, lo vas a hacer bien ¿De acuerdo? Si alguien te molesta, recuérdales que tienes un hermano mayor que puede golpearlos. No importa lo que los viejos digan, yo seré el que extrañe más a mi compañero de aventuras...
— Lo haré bien por ustedes, Dae.
— No, Kook. Por nosotros no, hazlo por ti también, se grande para ti y ¡por amor a Dios! No olvides divertirte. Por cierto... Feliz cumpleaños, enano.
Su hermano sin duda era el mejor de todos, le entregó un paquete que contenía sus comics favoritos de Marvel... Extrañaría esas noches en vela compartiendo secretos y jugando videojuegos, incluso extrañaría ser molestado.
La familia se unió en un abrazo familiar que fue interrumpido por el carraspeo del asistente de Hogwarts
— Debemos irnos, en cinco minutos parte el tren.
Todo rastro de nostalgia había desaparecido en su mente, ahora tenía algo más importante en mente ¿Se golpearía como un estúpido en la pared? Aún no se fiaba del todo de ser un mago, era algo totalmente irreal, todo podría ser una broma cruel o una confusión, seguro era la casa de al lado, ese chico siempre había parecido extraño.
Se apartó de su familia con el carrito que llevaba sus cosas, carajo, sus manos estaban sudando y tenía miedo de que el resto de su cuerpo también ¿Qué iban a pensar de él? Peor aún ¿Qué iba a hacer si no atravesaba la pared?
—Bien Kook, lo único que debes hacer es caminar a través de esa columna y ya está, pasarás a través de ella. Puedes correr un poco si estás nervioso. Contaré hasta tres para que entres...
¿Nervioso? Claro que estaba nervioso ¿Qué clase de escuela te hace correr hacía una columna para probar que eres mago? Maldita sea ¿No podían ser como la gente normal y tomar el tren en la estación?
—Uno...
Tomó aire, se preparó a correr. Mierda.
— Dos...
Tomó con fuerza el carrito.
—Tres...
Seguro que la gente que pasaba por ahí pensó "¿Quién ese ese mocoso que grita como si fuera a participar en la escena de This is Sparta?" De todos los gestos que pudo elegir tuvo que elegir cerrar los ojos y gritar.
Escuchaba bullicio, bien, seguro no había pasado esa maldita pared y estaba en el mismo lugar de antes haciendo el papel de su vida. El instinto le decía que abriera los ojos pero no quería, en verdad se sentía idiota.
— Kook, abre los ojos y ve hacía allá, debes subir al tren y elegir un lugar. Dame todas tus pertenencias, yo las llevaré a donde deben ir. Esto sería todo por mi parte, seguro te adaptas bien al colegio. Bienvenido. — Dijo el asistente
¿En verdad estaba en otro lugar? Abrió sus ojos acostumbrándose a la luz. Mierda, sí estaba en otro lugar. Maldición, sí era un mago. Carajo, tenía que subir al tren. Doble carajo, el asistente se había llevado sus cosas, incluso la bolsa de fruta... Bien.
Avanzó a donde se le había indicado y hacía donde veía chicos subiendo ¿Qué debía hacer? Dios, estaba abrumado. No podía procesar todo lo que estaba pasando, era un mago, iba hacía una nueva vida, debía hacer nuevos amigos. Podía desmayarse en cualquier momento.
Los chicos eran muy parecidos a los que vivían en casa, parecía un autobús escolar pero mucho más grande y elegante... Un tren escolar, sí, eso. El expreso era como lo había descrito el empleado, compartimentos para aproximadamente seis personas, piso de alfombra color verde, un papel tapiz color hueso con franjas verdes.
Algo le pesaba... Estaba solo, se estaba dando cuenta de eso, daría todo por estar con su hermano en el tren, la mayoría parecía tener amigos ya, objetos volaban de un compartimento a otro, algunas personas se abrazaban. Solamente esperaba que nadie lo viera, al menos hasta que él supiera que decir o que hacer, hasta había olvidado como caminar correctamente.
Como si un milagro le hubiera caído del cielo, encontró un vagón casi al final del tren que se veía vacío, era casi obvio, estaba muy cerca del vagón de prefectos ¿Quién querría estar cerca de los prefectos? Ese parecía el lugar perfecto para él, podría mantener un perfil bajo y evitar a gente indeseable, no le tenía miedo a los bullies, más bien a la gente estúpida.
Tomó asiento justo a tiempo, el tren empezaba a avanzar, debería tomar una siesta, eso podría ayudarle a despertar de ese sueño en el que estaba, era una tortura no entender lo que pasaba a su alrededor, tenía miedo de no pertenecer ahí, los pensamientos viajaban al mil por hora, no le habían dicho lo suficiente sobre el estilo de vida mágico. Quería callar todas las dudas durmiendo.
Un estruendo al lado de su compartimento lo hizo saltar y voltear. Dos chicos con corbatas rojas con amarillo reían sin parar, otro chico con corbata verde los tomaba de las mangas, no quiso escuchar mucho pero los gritos del chico de color esmeralda eran muy fuertes.
— ¿Cuántas veces tengo que decirles que no pueden estar en el vagón de prefectos? Cada año se repite, desde primer año lo intentan y nunca tienen suerte ¿Cuántas humillaciones más tienen que recibir? — Reprochaba el chico de verde. —No quiero más problemas de ustedes dos, si no Gryffindor comenzará el año con menos 100 puntos ¿Estamos claros?
¿Gryffindor? ¿Qué carajo es un Gryffindor? Demonios, no quería ni saberlo, tal vez era un insulto para los maleducados o algo así, tampoco entendía a qué se refería con cien puntos. Los otros dos chicos parecían idiotas, no dejaban de reír. Decidió apartar la mirada, no quería ser parte de los chicos de ese tipo.
La puerta del compartimento se abrió. Qué manera de empezar el año. El chico de uniforme verde le miró con frialdad, se veía realmente molesto.
— Lamento molestarte, supongo que eres de primer año, por la falta de color en tu uniforme. Estos chicos serán tus acompañantes en el camino. — Indicó el chico con corbata verde
Kook suspiró con fuerza, estas cosas siempre le pasaban, asintió y observó a los que le saludaban descaradamente. Idiotas.
— Me disculpo por la situación pero debo cuidarlos, comprenderás que es más fácil si los tengo cerca de los prefectos ¿no? juro compensarte, dame tu nombre y me aseguraré que la señora del carrito te de los dulces que quieras a mi nombre.
—Mi nombre es Jeon Jung-kook.
Observó a los chicos entrar a su compartimento y tomar asiento. Qué mal.
—Hola, Jung-kook. Min Yoongi, prefecto de Slytherin. Gracias por comprender la situación. Ahora, me retiro. Y ustedes dos deben aprender a comportarse, no es posible que los de primer año se comporten mejor que ustedes.
¿Slytherin? ¿Qué demonios eran todos esos nombres? Una clasificación, eso le quedaba claro, pero no entendía para que o porque. Debía esperar a llegar al castillo para obtener respuestas, ni estando loco hablaría con ese par.
—Ya no más problemas, hasta luego, amigo. — Dijo uno de los recién llegados.
—Yo no soy tu amigo.
El mayor cerró la puerta del compartimento dejando a Kook con esos dos, solo.  
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Introducción
El colegio Hogwarts de magia y hechicería abrió sus puertas el 20 de enero de 990 en Reino Unido. Un castillo que ha albergado a una comunidad remarcable de magos y brujas que han obrado para el bien y para el mal.
Después de que la segunda guerra mágica llegara a su fin en 1998, la directora Minerva McGonagall estipula que debe existir más instrucción para los jóvenes del mundo mágico por lo que, en acuerdo con los ministerios de magia de diversos países, se decide que abrirán espacios para jóvenes magos y brujas de diversas partes del mundo con el fin de que tengan acceso a las escuelas mágicas aunque no correspondan a sus zonas geográficas, contando con la participación de Ilvermorny, Beauxbatons, Koldovstoretz, Mahoutokoro, Uagadou, Castelobruxo, Durmstrang y, por supuesto, Hogwarts.
El programa A.M.I. (Acuerdo mágico para la integración) entró en acción en el año 2003, seleccionando cuidadosamente a los alumnos que asistirían a las instituciones. No hubo distinciones, ni discriminación, podían ser hijos de muggles, hijos de magos, mestizos...
Kook era tan común como lo eran los chicos de su edad, le gustaba salir a jugar, se enorgullecía de ser un buen jugador de todos los equipos en los que estaba. El día que esa persona llamó a su puerta estaba desconcertado, no sabía si una carta para un equipo universitario era lo mejor para sus once años, su madre se veía igual de desconcertada.
— ¿Mago? ¿Un hijo mago en la familia? ¡No puedo creérmelo! ¿Cómo paso? ¿Somos especiales?
—Bueno, así es, señora Haru. Permítame explicarle, normalmente los hijos de muggles...
— ¿Muggle? ¿Qué es un muggle?
— Tiene razón, debí explicarlo antes. Es el término que utilizamos en el mundo mágico para referirnos a las personas sin magia.
Su madre asintió abrazándolo, Kook aún no terminaba de entender todo lo que estaba pasando ¿magia? Nunca había hecho nada realmente impresionante, algunas veces cuando se enojaba parecía que controlaba las cosas con la mente pero podía ser una simple coincidencia, como en esa película "Matilda", al menos eso pensaba él. Pero no, estaba pasando, su protectora madre hacía preguntas, él realmente podía poseer el don de la magia.
—Prosiga entonces. — Dijo la mujer.
—Bien. Cómo le iba diciendo, los hijos de muggles suelen heredar la magia de algún antepasado lejano pero, por alguna razón, han perdido conocimiento de su legado mágico. La magia suele resurgir inesperadamente muchas generaciones después.
— ¿Es seguro? El castillo ¿Es seguro?
— Lo es, soy graduado de la institución e hijo de muggles y los recuerdos que más atesoro son los que hice estando ahí; además es una oportunidad brillante para su hijo, muchos hijos de muggles han sido magos extraordinarios. Confíe en mí.
— Sobre los útiles escolares ¿Dónde debemos conseguirlos? Verá yo no conozco ninguna tienda de varitas en Corea.
— Claro, es mi deber llevarlos al callejón Diagon para que el chico compre sus cosas.
Su madre, la señora Haru siempre había sido así, siempre hablaba mucho, más cuando estaba nerviosa. Su padre, el señor Il-Gook, al contrario, la observaba callado, no porque no le interesara más bien podría ser que estaba preocupado, su pequeño iría a otra escuela en otro país ¿Podía llorar? Su padre se lo había repetido mil veces "Los hombres no lloran", que difícil vivir así.
— ¿Tú quieres ir allá, hijo? — Intervino el padre.
La mirada de todos se dirigió a él. No podía negar que estaba emocionado por las maravillas que se estaban hablando de aquel lugar pero la pregunta lo hizo entrar en razón ¿Necesitaba más? Era de los mejores en el equipo de atletismo en la escuela, era popular entre las chicas (situación que muy poco le importaba pero eso le daba popularidad), no iba tan mal en calificaciones ¿En verdad era necesario ir a un nuevo mundo y dejar todo eso atrás?
— ¿Yo? Realmente no lo sé.
— Ve. — Exclamó su hermano.
— Piénsalo, podrías darle honor a nuestro apellido en el mundo mágico. Eres mejor que todos los chicos de allá. Yo creo en ti, nuestros padres confían en ti ¿Qué más necesitas?
— Dale una oportunidad, hijo. Vayamos al callejón, si te gusta irás, si no te gusta daremos las gracias ¿De acuerdo? — Intervino de nuevo la madre.
— De acuerdo.
Kook asintió y siguió escuchando la conversación con mucha atención, no podía ser mágico, no lo creía, debía haber algún error.
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Capítulo 6: Ahora te tenemos.
Sabía que sería un día pesado si lo habían citado a las 07:30 a.m., suspiró. En su primer día habían pasado tantas cosas ¿Qué pasaría en los siguientes 7 años? ¿Todo seguiría siendo tan emocionante como había sido hasta ahora? Probablemente solo debía acostumbrarse a ese nuevo estilo de vida y todo sería tan normal como siempre lo había sido. Quería llegar a su habitación para dormir bien antes de un día lleno de clases.
— ¡Hey, Kook!
Conocía bien esa voz, era esa chica de nuevo. Suspiró profundamente, tal vez no le desagradaba tanto como al principio pero quería llegar a su cama. Se detuvo esperando que fuera un error pero la chica se puso frente a él.
— ¿Cómo estás? ¿Te hicieron daño?
— ¿Eh? ¿De qué hablas?
— Vamos, Kook, lo vi todo. Noté que no estabas con nosotros y vi a dos chicos arrastrándote detrás de una columna, tuve que avisar al prefecto más cercano.
No sabía cómo sentirse al respecto. Si no hubiera sido por ella probablemente no habría pasado toda la situación entre Yoongi y sus amigos pero, a decir verdad, también se habría perdido de información importante. No hubiera podido entrar a su sala común y podrían haberle regañado.
— Gracias, Andy. Eran un par de amigos... Solamente querían hablar.
— Uff, es un alivio. Pensé que querían hacerte daño. Recuerda que estoy aquí si alguien te molesta. Las serpientes debemos mantenernos unidas.
Kook asintió, el silencio lleno la habitación. Ambos miraban para cualquier lugar menos sus rostros.
— Bien, Kook, debería ir a dormir, mi tutora me citó a las 07:30 a.m., espero que todo salga bien con tu tutor. Suerte.
La chica estiró la mano. Él estiró la mano también dándole un suave apretón de manos, ambos sonrieron, era como un "tratado de paz". La chica se dio la vuelta dejando a Kook al fin dirigirse a su cama.
Maldito despertador. Maldita vida. Maldito todo. Odiaba despertarse temprano, el desayuno decente debía ser hasta las 10 de la mañana, lo demás era una tontería. Tomo una ducha rápida para estar decente en su primer día. Algo que le hizo sonreír era que efectivamente esa chica tenía razón, el verde le iba muy bien. No podía mentir, sentir que perteneces en un lugar es un buen sentimiento para iniciar.
Ahora... el Gran Comedor no debería estar muy lejos, solamente debía subir un par de escaleras ¿Por qué su sala común estaba tan cerca del salón de castigos? Ya no es usado pero, maldita sea, no ayuda nada a la reputación de Slytherin. Encontró a muchos chicos de la casa Hufflepuff en su camino, probablemente porque su sala común estaba muy cerca de la de ellos. Murmuraba un poco para él mismo leyendo el mapa que habían dejado sobre su cama.
— Una vuelta más a la derecha, un poco más y...
Había llegado al Gran Comedor sin perderse mucho, afortunadamente su tutor ya estaba ahí aunque no estaba solo, un chico de la casa amarilla estaba sentado frente a él, Yoongi parecía no estar muy interesado. Se acercó lentamente quedando sentado lo suficiente alejado para no interrumpir nada aunque si lograba escuchar algo.
— ¡Me alegra que estudiaras en vacaciones! Verás que este año te resulta mucho más fácil esa clase.
— Supongo. No quiero molestarte de nuevo con las tutorías.
— Vamos, no era molestia. Me agrada enseñar y no dudes en llamarme si necesitas mi ayuda. Iré a mi mesa Yoongi, feliz inicio de año.
El chico se alejó sonriéndole al prefecto. Incorporándose a su propia mesa saludando a todos los que ya se encontraban en ella. Estaba a punto de acercarse a Yoongi cuando otro chico de su casa se le acerco.
— Así que veo que pasaras otro año sin acercarte a Hoseok.
— No es de tu incumbencia, David. Es mi tutor, eso es todo.
— Yoongi, deberías tener el valor de aclarar tus sentimientos acerca de tu...
— David, no es un tema a discusión, lo que haga o no haga no es de tu incumbencia. Si no quiero acercarme más a ese chico tal vez es porque no me agrada y eso no debería importarte. Tengo cosas más importantes que hacer.
David negó con la cabeza y se alejó de allí. Era muy difícil leer a Yoongi, de vez en cuando parecía ser una persona agradable, otros momentos parecía que no tenía interés en ser agradable. Su mirada chocó con la de su tutor, Yoongi sonrió y se acercó a Kook.
— Hola, Kook.
— Hola. Lo siento... No escuché nada, esperaba el momento oportuno para acercarme.
— No te preocupes ¿Has dormido bien?
— ¡Lo hice! Las camas son muy cómodas. De verdad me sentí muy tranquilo y era cierto lo del agua golpeando las ventanas.
Otro de los tutorados llegó después, le gustaría decir que estuvo poniendo atención a todas las cosas que ambos decían pero la llegada de Tae y Jimin al Gran Comedor comenzaron a distraerlo... Tenía miedo de que pudieran estar enojados con él pero tendría que hablar con ellos en otro momento. Honestamente tenía un poco de miedo de perder a esos dos, no los conocía hace mucho pero... Lo entendían por alguna razón. Finalmente llegó el último tutorado, diez minutos después de lo pactado.
— De acuerdo, chicos, ya lo saben, soy Min Yoongi, soy el prefecto menor en la fila de prefectos pero el más estricto de todos. No tomen eso a mal, solamente me preocupo por el bienestar de todos en nuestra casa. Para mí Hogwarts es el hogar que me acogió cuando nadie más quiso ayudarme, así que detesto cuando le faltan el respeto a la institución. Lo más importante que deben de saber es el horario de clases y de la escuela...
La gente de Kook viajaba a diferentes lugares, no podía concentrarse en muchas cosas, aunque las anotaba para darle un repaso rápido cuando tuviera tiempo. Jimin conectó su mirada con la de él, le saludo animosamente. Bien, algo menos de lo que preocuparse, al menos no estaba enojado con él.
— Bien, chicos, vayan por su desayuno. Kook ¿Podríamos hablar a solas un momento?
Kook asintió volviendo a la realidad. Seguramente se percató de que no había estado poniendo atención. Demonios.
— Kook, sé que no puedo decirte con quien y con quien no debes hacer amistad. Confío en que eres un chico listo y que sabrás tomar la decisión correcta cuando llegue el momento... Solamente ten cuidado con esos chicos Gryffindor. Sé que yo tengo la culpa de todo esto, fui yo quien los metió al vagón en donde estabas pero mi intención no era que se hicieran tan cercanos.
— ¿Puedo saber por qué tanta urgencia en que me aleje de ellos?
Por fin había podido hablar, sintió como el color rojo iluminaba su rostro, no había querido sonar grosero pero... Al final habían sido los primeros chicos en acercarse y en ayudarle ¿Qué podía ser tan malo? Yoongi se cruzó de brazos y puso un semblante más serio de lo común, luego se acercó más a Kook.
— Bien. Hogwarts es un lugar seguro siempre y cuando sigas las reglas ¿De acuerdo? Taehyung y Jimin no creen en eso. El año pasado los detuve, en diversas ocasiones, intentando escapar al Bosque Prohibido. Puede parecer una exageración pero... Algunos chicos desaparecieron el año pasado en ese lugar y aparecieron meses después... La versión del ministerio es que fue un ataque de acromantulas pero no sabemos que paso realmente. No creas que no me preocupo por ellos... Al contrario, creo que el potencial que tienen deberían utilizarlo para cosas útiles y no para sus tontas travesuras. Son muy inocentes para ver los problemas en Hogwarts, no solo es cuidarnos de las criaturas, también de otro tipo de bestias que aún creen en el racismo.
Kook lo observo en silencio. El colegio no parecía tan seguro como el asistente les hizo ver a él y a sus padres. Los otros chicos llegaron con su comida, Yoongi se alejó de la mesa sonriendo de nuevo.
— Ven, vayamos por comida.
Se levantó a la par de Yoongi para tomar algo de toda la comida que estaba sobre la mesa, no sabía que pensar de toda la situación. Tal vez lo mejor era regresar a casa. Pero Dae lo había dicho, solamente debía honrar el apellido y podría ser amigo de Tae y Jimin siguiendo las reglas. Tenía todo arreglado.
El desayuno transcurrió con él en modo silencio, tenía que comer bien para no desmayarse en media clase, defensa contra las artes oscuras era la primera... Dios, ni siquiera sabía a qué demonios se referían esas clases.
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amateurwriterrandom · 4 years
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Capítulo 5: Cuidado
¿Qué debía hacer? ¿Gritar? ¿Alertar a todos los de su casa? Por alguna razón tenía ganas de llorar. No sonaba al mejor inicio de año. Las figuras frente a él comenzaron a reírse primero en voz baja, después de forma escandalosa, ambas personas revelaron su identidad.
— ¡Tae! ¡Jimin! ¡Chicos, casi me matan del susto!
Ambos leones reían con todas sus fuerzas. Tae fue el primero en hablar.
— ¡Debiste ver tu rostro! ¡Estabas a punto de llorar!
Kook se unió a las risas de ambos, se sentía aliviado, al menos no le iban a patear el trasero el primer día de clases. Las carcajadas poco a poco empezaron a cesar, Jimin puso el brazo derecho sobre el hombro derecho de Kook.
— Así que ahora tenemos un amigo serpiente ¿Eh?
El rostro de Kook se tornó serio.
— Así parece... Hablé con el sombrero pero no le importó mi opinión ¡Le dije que quería ser un Gryffindor como ustedes! Pero empezó a decir cosas sobre la familia y asentí, es decir, amo a mi familia... Yo... ¿No están molestos conmigo?
Tae y Jimin se miraron sorprendidos, sonriendo inmediatamente después. Agradecía tanto haber conocido a Jimin, parecía que siempre sabía que decir.
— Kook... No podríamos estar molestos por la casa en la que estés, sabemos que lo harás bien en donde sea. Somos tus amigos, no nos molestaríamos por algo así, el sombrero toma sus decisiones por algo y estoy seguro que vio algo en ti para brindarle a esa casa.
Tae alborotó un poco su cabello.
— Sí, es bueno que hayas quedado en esa casa ¡Al fin alguien de esos aburridos me cae bien! Y no dejaremos que te vuelvas aburrido como los demás. Jimin y yo conocemos un montón se pasadizos en el castillo, lugares geniales para visitar ¡Podríamos dar una vuelta al bosque prohibido de vez en cuanto! No le creas a McGonagall sobre lo peligroso que es, son puras calumnias.
— Yo no creo que sea así.
Una voz desconocida se había unido a la conversación, la sonrisa de los tres desapareció de pronto. Entre la oscuridad se podía observar una silueta que poco a poco salía a la luz. Era el mismo chico del tren, el de uniforme verde. Tae sonrió y fue hacía él.
— Yoongi, querido amigo, ven aquí, únete a la conversación.
El mayor mantenía un semblante serio y apartó el brazo de Taehyung de su cuerpo.
— Te he dicho muchas veces que no soy tu amigo. Vengo por el estudiante que han secuestrado.
— Vamos, Yoongi, secuestro suena muy serio, solamente queríamos platicar un poco con él antes de que ustedes lo llenen de sus ideas extrañas.
Yoongi rió sarcásticamente, Kook no podía estar más asustado, ese chico daba miedo, no parecía una mala persona pero... Parecía que lo mejor era no meterse con él.
— Nuestras ideas extrañas mantienen a los de nuestra casa a salvo. Kook, vámonos.
Kook tragó saliva, parecía que el mayor sabía su nombre. Jimin observaba la escena sin hacer mucho, soltó a Kook y le sonrió asintiendo, una señal de que podía irse. Taehyung no parecía pensar lo mismo.
— Vamos, Yoongi, no arruines la diversión, solamente intentamos que el chico se sienta en casa, no estábamos haciendo nada malo.
Yoongi parecía comenzar a molestarse, su respiración comenzaba a oírse más pesada. Kook se acercó a Taehyung dando una palmadita en su hombro, señal de que se iría para no causar más problemas. El mayor no pudo guardar silencio.
— No me interesa lo que creas que estás haciendo por él, Taehyung, te prometo que en Slytherin nos aseguraremos de que se sienta en casa y conozca el lugar de forma inteligente. Si de verdad quieren ser sus amigos, manténgalo alejado de problemas, no lo lleven a ellos, no le puedo prohibir que se acerque a ustedes pero demuestren que saben ser buenos amigos.
— Sabemos lo que es ser buenos amigos, no te preocupes Yoongi. — Jimin intervino en la conversación, su semblante era oscuro, se notaba molestia en sus palabras. — Kook, ve con cuidado ¿De acuerdo?
Kook asintió con la cabeza baja. Yoongi lo tomó de los hombros suavemente.
— Slytherin lo cuidará bien, no se preocupen por él. Ahora vayan a su sala común a ocuparse de sus propios "cachorros".
El ambiente era tenso, se podía cortar la tensión con un cuchillo. Jimin tomó a Tae por los hombres jalándolo a su sala común, los ojos de Tae y Yoongi no se despegaban, parecía que querían jurarse la guerra con la mirada. Jimin lo jalaba con fuerza hasta que ambos leones desaparecieron de la escena. Yoongi carraspeó.
— Ahora tú y yo vayamos a donde, se supone, deberíamos estar.
El camino a las habitaciones de Slytherin fue muy callado, no sabía si debía pedir perdón, Yoongi tampoco decía mucho, de vez en cuando saludaba a chicos que se encontraban por los pasillos y... ¿Sonreía? Hacía una mueca parecida a una sonrisa. Llegaron a la entrada de la sala común en poco tiempo, los chicos de primero recién entraban, Kook quería seguirlos pero Yoongi lo detuvo.
— Lamento lo que paso hace algunos momentos, soy una persona que sigue las reglas y es necesario que los chicos de primero permanezcan juntos. Por ejemplo ahora te has perdido de la información de la entrada a la sala común, debes decir una contraseña.
El mayor carraspeó y esperó a que la puerta se cerrara para acercarse con Kook a ella.
— Ironbelly.
Al decir esto, la puerta de piedra se abrió poco a poco. Yoongi le indicó que entrara, entregándole un papel que tenía escrita la palabra que acababa de decir. Estaba escrita en coreano y debajo la pronunciación correcta en inglés. Estaba tan confundido, no sabía cómo sentirse respecto a Yoongi, tal vez solo era necesario no meterse con él.
La sala común era muy diferente a como se la había imaginado, en realidad solamente tenía la referencia de la sala común de Gryffindor, pero vaya que era muy distinta a como lo había pensado. El lugar estaba iluminado por lámparas de techo de color verde y un espacio para sentarse con sillones de cuero negro, además un espacio con sillas y mesas de madera tallada cubiertas de elaborados manteles, no pudo evitar abrir un poco los labios de la impresión. El lugar se sentía frío por alguna razón, parecía que la sensación térmica había bajado.
Los chicos de los últimos grados les indicaban que tomaran asiento, parecían ser personas agradables contrario a los rumores que todos habían esparcido por todo el castillo. Kook tomó asiento aun mirando todo lo que le rodeaba. Algunos chicos pasaron al frente y todo quedó en silencio.
— Buenas noches, chicos y chicas, soy la prefecta Olivia Farley de séptimo año y me complace darles la bienvenida a la casa Slytherin.
Nuestro emblema es la serpiente, la más inteligente de todas las criaturas. Los colores de nuestra casa son el verde esmeralda y el plateado. Nuestra sala común es la más preciosa del castillo, a mi parecer, tal vez la noche o la miopía no les permitió ver pero las ventanas de nuestra sala común dan a las profundidades del Lago Negro. A menudo vemos al calamar gigante nadando rápidamente y, a veces, criaturas aún más interesantes. Nos gusta pensar que nuestro lugar de reunión tiene el aura de un misterioso barco hundido. —
Kook levantó su cabeza un poco al igual que un par de chicos intentando buscar a alguna de las criaturas que la chica había dicho, algunas siluetas podían ser percibidas pero no eran lo suficientemente claras por la oscuridad.
— Esta reunión es importante para nosotros, los mayores, porque sabemos que corren rumores en el castillo sobre lo que somos y lo que no somos. Puede que hayan oído rumores sobre la casa de Slytherin, que todos estamos interesados en las Artes Oscuras y que solo hablaremos contigo si tu tatarabuelo era un mago famoso, y tonterías como esa. Bueno, no tienen que creer todo lo que oyen de las otras casas. No niego que hemos producido una buena cantidad de magos oscuros, pero también lo han hecho las otras tres casas, solo que no les gusta admitirlo.
Siguiendo con la deconstrucción de los mitos, sí, tradicionalmente hemos tendido a recibir estudiantes que venían de largas líneas de brujas y magos, pero hoy en día hay mucha gente en la casa Slytherin que tiene al menos un padre muggle, así que no teman.
¿Qué sí es Slytherin? ¡La casa más genial y fantástica de este colegio! Jugamos para ganar, porque nos preocupamos por el honor y las tradiciones de Slytherin. También contamos con el respeto de nuestros compañeros. Aunque claro, parte de ese respeto puede estar un poco mezclado con miedo, por nuestra reputación de lado oscuro, pero ¿saben qué? También puede ser divertido tener la reputación de ir un poco por el lado un tanto salvaje. ¿Me equivoco Yoongi? —
Los mayores estallaron en risas, Yoongi también rió un poco encogiendo sus hombros
— Vamos, Oli, solamente cumplo con mi trabajo de mantener a todos a salvo. No me teman, chicos, no deberían si cumplen las reglas. Como consejo para que los chicos no se metan con ustedes tiren un par de indirectas sobre su acceso a una amplia colección de maldiciones y a ver si alguien se atreve a meterse con ustedes. —
Las risas cesaron lentamente, los menores comenzaron a reír un poco. Kook empezaba a relajarse. No todo podía ser tan malo, los prefectos se veían agradables... Yoongi también. Olivia retomó la palabra.
— Pero no somos mala gente. Somos como nuestro emblema, la serpiente: elegantes, poderosos y frecuentemente incomprendidos. Algunos de ustedes pueden preguntarse ¿Por qué Slytherin? ¿Por qué el sombrero me enviaría aquí? Y les tengo la respuesta ¿Saben lo que Salazar Slytherin buscaba en su estudiantes elegidos? Grandeza. Han sido elegidos para esta casa porque tienen el potencial de ser grande en el verdadero sentido de la palabra. Si el Sombrero Seleccionador los puso aquí, hay algo grande en ustedes, así que no lo olviden.
Ah, sí, tal vez se percataron de una presencia en nuestra mesa durante la cena. El fantasma de nuestra casa es el Barón Sanguinario. Si le caes bien, a veces te hará el favor de asustar a la gente por ti. Pero no le preguntes como se manchó de sangre, no le gusta.
La contraseña para la sala común cambia cada dos semanas. Échenle un ojo al tablón de anuncios de vez en cuando. Nunca traigan a nadie de otra casa a nuestra sala común, ni les digan nuestra contraseña. Ningún extraño ha entrado en la casa durante más de setecientos años. Estoy segura de que les gustarán nuestros dormitorios. Dormimos en antiguas camas con dosel y cortinas de seda verde, y las colchas están bordadas con hilo de plata. Tapices medievales mostrando las aventuras de famosos Slytherin cubren las paredes y lámparas de plata cuelgan de los techos. Dormirán bien, escuchar las aguas del lago golpeando las ventanas por la noche es muy relajante.
Por último, antes de que puedan retirarse a sus dormitorios, nosotros los Slytherin cuidamos de los nuestros, somos como hermanos. Además de ser el mayor grupo de nerds que hayas conocido jamás, nos preocupan nuestras calificaciones y a menudo tenemos las mejores de todo el castillo. Los corredores de Hogwarts pueden esconder muchas sorpresas para los que no estén preparados, y les alegrará tener a las Serpientes a su lado mientras recorren los pasillos del colegio. En lo que nos concierne, una vez que te hayas convertido en serpiente, eres uno de nosotros, uno de la élite. Es por eso que tendrán a un "tutor" esta primera semana, han ingresado 18 nuevas serpientes y somos 6 prefectos, en el tablón de anuncios encontrarán quien será el tutor que les ayudará a no perderse, las reglas de la escuela y les ayudará a sentirse en casa ¡Bienvenidos! —
La sala común estalló en aplausos y todos comenzaron a levantarse. Kook se sentía un poco abrumado por toda la información que acababa de recibir, suspiró ¿Estarían molestos Tae y Jimin? ¿Quién sería su tutor? Todos parecían ser amables y... Ahora todos esos chicos eran sus "hermanos" ¿No?
Se acercó al tablero de anuncios y revisó cada una de las listas. No lograba leer su nombre.
Lista de Min Yoongi... Jacob Andrews, Roy Bluebell y Jeon Jung-Kook. Suspiró de nuevo. Debajo de la lista había una nota:
"Nos vemos a las 07:30 a.m. en el Gran Comedor para desayunar y conocernos mejor. No lleguen tarde.
Min Yoongi."
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amateurwriterrandom · 4 years
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Capítulo 4: Una nueva serpiente
Parecía que una especie de piloto automático había sido encendido en su cuerpo, no se había dado cuenta en que momento se había bajado de aquel banco para sentarse con sus nuevos compañeros. Fue recibido inmediatamente entre muchos bienvenido y algunas personas se habían tomado la molestia de decirle sus nombres, claro que no iba a recordarlo, no sabía cómo se iba a relacionar con tantas personas y su inglés no era tan bueno. Le habían dado una especie de aparato encantado para traducirle a su idioma pero, honestamente, se sentía ridículo utilizándolo.
— Miller, Andy.
Oh no, era turno de esa chica ¿Qué pasaría si perteneciera a otra casa? Seguro se sentiría muy molesta, pero ¿Qué pasaría si fueran compañeros? Tendría que soportarla durante siete años de su vida, no sonaba a algo que pudiera alegrarle demasiado, aunque la escuela era muy grande. Tenía a Jimin y a Tae, iba estar bien, debía estar bien.
— ¡Slytherin!
No lograba entender cómo era posible que alguien como ella pudiera estar en la misma casa que él. Él no era ni de cerca parecido a ella, no era tan insoportable, condescendiente, engreído. No entendía la decisión del sombrero.
Y sí, como si de una película de mal gusto se tratara, Andy se sentó junto a él. Aunque ella se veía mucho más segura que él, saludaba a todos con una sonrisa, sacudía sus manos, parecía uno de esos políticos que quieren conseguir muchos votos al parecer simpáticos. Sintió un golpe suave en su hombro. Oh no.
— Así que no eres un león después de todo.
— Así parece.
De nuevo esa mueca que quería ser sonrisa.
— Pues creo que el verde te va mucho mejor que el rojo.
— ¿Cómo sabes cómo se me ve el verde?
Y de nuevo parecía que se burlaba de él, se rió algo fuerte, parecía que esperaba que todo mundo se diera cuenta que no sabía muchas cosas, Andy le mostró su corbata. No entendía para que le enseñaba el color de su uniforme ¿Eso que hacía de diferencia? Lo estaba hartando.
— Hm y mostrarme tu corbata me ayuda ¿Por?
— Kook... Mira tu corbata.
Y entonces se percató. Su uniforme no era gris como cuando había llegado. Le asustaba lo extraña que era la magia ¿Cómo había cambiado de color sin que se diera cuenta? La chica se echó a reír de nuevo. Tuvo que reír con ella también. No le agradaba del todo pero debía admitir que era chistoso no notar un detalle así.
— ¿Ves? La vida es mucho mejor cuando sonríes. Ahora puedes estar tranquilo, ya sabes a donde perteneces, no hay nada que temer.
Sonrió tranquilo. Tal vez Andy tenía razón, a final de cuentas, si eran verdad todos los rumores de que los Slytherins eran malos chicos podía seguir con la finta y ser un "chico malo" para evitarse problemas con otros alumnos. Sí, no todo podía ser tan malo y tal vez ella no era tan mala, pero eso se sabría con el tiempo.
— Atención alumnos, por favor.
Una mujer de edad avanzada, la que parecía ser la directora, estaba parada frente al pódium y demandaba la atención de todos.
— Bienvenidos a todos a un nuevo año escolar, espero que este año adquieran tantos conocimientos como les sean posibles y sus vacaciones de verano hayan resultado agradables. Primero que nada, quiero darle la bienvenida a los alumnos de nuevo ingreso, sé que cada uno de ustedes tiene algo que ofrecerle a la casa en la que han sido asignados, les recuerdo que hay áreas de la escuela que están prohibidas para los alumnos y que existe un reglamento en la institución, mismo que deben seguir si no quieren tener problemas. El reglamento se encuentra en sus salas comunes, hay una copia para cada estudiante, así no pueden decir que no lo sabían.
Bueno, al menos ahora había un reglamento que seguir, esperaba conocerlo de inmediato para estar mucho más tranquilo y saber que no rompía alguna regla al hacer alguna cosa que hiciera en casa.
— Siguiendo con este discurso, me gustaría hacerles saber que los rumores sobre desapariciones en el castillo son totalmente falsas, los alumnos están en sus casas sanos y salvos recuperándose después de escapar de un ataque de acromantulas en el bosque prohibido, ya que parece que el nombre no se los deja lo suficiente claro debo recordarles que no pueden ir ahí bajo ninguna circunstancia. Y bien, no me queda más que darles la bienvenida de nuevo, espero que este año sea fructífero para cada uno de ustedes. Disfruten el banquete.
Tenía múltiples preguntas.
1. ¿Quién demonios tuvo la idea de construir una escuela al lado de un bosque lleno de monstruos?
2. ¿Cómo que desapariciones en la escuela y porque todos parecían tan tranquilos al respecto?
3. ¿Por qué todo se veía tan delicioso y cómo es que había aparecido así como así en la mesa?
Antes de que pudiera reaccionar, el chico a su lado puso algo sobre su plato.
—Es una empanada de calabaza, cómela, te gustará.
Podría dar detalle de todo lo que estaba comiendo, daba una mordida por aquí y por allá, pero es que realmente no lograba compararlo a nada de lo que comía en casa, no sabía si era simplemente la diferencia cultural o era comida mágica de la que no estaba enterado, de cualquier manera, percibía mucha calabaza en el menú.
La cena transcurrió mucho más rápido de lo que podría saber, muchas personas creaban conversación, se sentí afortunado de no estar en una casa donde todos permanecieran en silencio. Memorizó algunos nombres, estaba Privel de primero, Charlotte de segundo, Jim de segundo, Andy de primero y Augustus de primero, ahora el problema era recordar sus rostros en días posteriores.
Una especie de campana dio fin a la cena, estaba asustado de nuevo ¿Cómo luciría su sala común? Realmente no era un chico exigente pero tenía miedo de que fuera un lugar horrible. Los Slytherin comenzaron a levantarse para dirigirse a ese lugar. Estaba muy nervioso, tenía que admitirlo. Escuchaba los gritos de uno de los chicos que se sentaban al final de la mesa, alguien de séptimo probablemente.
— ¡Los de primer año, síganme!
Kook se levantó de inmediato, aunque guardó unas varitas de regaliz (al menos así le habían dicho que se llamaban) en sus bolsillos, quería comer unas pocas cuando tuviera antojo. Quería tumbarse en su cama cuando tuviera oportunidad, con suerte no les harían algún tipo de iniciación que lo mantuviera despierto. Vaya día había tenido.
Un jalón en su capa le hizo reaccionar y luego una mano sobre su boca. Genial, el primer día y ya tenía que lidiar con ese tipo de cosas. Sintió su cuerpo levantándose del suelo, pataleaba con todas sus fuerzas, solamente quería liberarse de quien fuera que lo estuviera "secuestrando". Lo estaban llevando detrás de una columna, probablemente para que nadie viera la golpiza que le iban a meter. Y lo soltaron, un par de figuras con el rostro cubierto con la capa del uniforme estaban ahora frente a él.
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amateurwriterrandom · 4 years
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Capítulo 2: ¿Gryffindor?
¿Qué demonios debía hacer en esta situación? Bien, observándolo con detenimiento, podía hacer una lista de pros y contras. Pros de esta situación: 1. Parecían mayores y podrían ayudarle con sus dudas sobre el colegio. 2. Podrían ser sus amigos provisionales mientras hacía buenos amigos. 3. No tuvo que buscar personas, llegaron a él. Contras: 1. Parecían ser unos verdaderos chicos problema. 2. Su imagen podría ser manchada por ese par y nadie querría acercársele. 3. Repetir el punto uno. Una solución bastante lógica podría ser responderles únicamente si le hablan ¿No? Y no hacerles creer que es su amigo, solamente sacar un poco de información para no verse tan mal al llegar al castillo. — Así que… Primer año ¿Eh? Mucho gusto, Kim Taehyung, tercer año, Gryffindor. Ciertamente le estaba hablando a él, uno de los chicos estiró la mano, tenía el cabello verde, se veía algo gracioso pero eso no debía de saberlo. Kook le dio un apretón de manos un poco inseguro, ojalá no estuviera metiéndose con la gente equivocada. — Jeon Jung-kook. — Bonito nombre. Lamento lo que paso hace un rato. No creas que somos malos, solamente nos gusta molestar a los Slytherin, especialmente a Yoongi. — Tae tiene razón, tenemos la teoría de que solamente está amargado y necesita divertirse un poco para dejar de ser tan… delator. — Intervino el otro con una risa. — Park Jimin, tercer año, Gryffindor también. El otro chico también se veía gracioso, su cabello era rosa y tenía unas mejillas regordetas. Ambos daban la impresión de Cosmo y Wanda de los padrinos mágicos ¿Conocerían el show? Lleva mágicos en el título después de todo. — ¿Qué es Gryffindor? — Kook en verdad quería saber. Ambos chicos se miraron extrañados, parecía que nadie le había hablado del sistema de casas dentro del colegio. — ¿Gryffindor? La mejor casa de la escuela si me lo preguntas. — dijo Tae. — Creo que igual no entiende tu referencia, tonto, deberíamos explicarle de que se tratan las casas ¿Alguien te explico el sistema de casas del colegio, Kook? Jimin parecía una persona amable, más cachorrito que persona, Taehyung era como un cachorro de labrador… Algo entusiasta para el gusto de algunas personas. Kook negó varias veces para responder la pregunta.   — De acuerdo, verás, Hogwarts fue fundada por 4 personas muy importantes: Godric Gryffindor, Helga Hufflepuff, Rowena Ravenclaw y Salazar Slytherin. Cada uno de ellos propuso los ideales para el tipo de estudiantes que buscaban. Gryffindor buscaba a los que demuestran valor, coraje y justicia, Hufflepuff a los leales, trabajadores y pacientes. Ravenclaw a los sabios e inteligentes y Slytherin busca a los ambiciosos, a los astutos y determinados… — Tonterías, Jimin, estás haciendo todo muy teórico. Mira, Kook, en Hufflepuff están los chicos que no encajan en ninguna otra casa aunque son muy amables siempre y vaya que tienen gente muy guapa en sus filas, en Ravenclaw están los chicos bastantes extraños, son muy nerds y no son muy sociables, Slytherin es lo peor: son presumidos, se creen mejores que todos… Son gente que quería ser Gryffindor y no pudo. — Por ese tipo de comentarios es que empiezan las guerras entre casas, Tae. Todas son buenas. — Lo son, pero Gryffindor es la mejor. Kook reía viendo a ambos chicos, no parecían malos después de todo. —Ten cuidado del examen Kook, sino quedarás en Slytherin. — Advirtió Tae. — ¿Examen? ¿Hay un examen? Ahí estaba, ahí acababan sus posibilidades de entrar a esa escuela, el rostro de Tae ahora era tan serio, tan sombrío. Genial, no le habían dicho del examen y no había estudiado nada, probablemente quedaba en Hufflepuff, Tae había dicho que ahí quedaban todos los que no encajaban. Taehyung explotó en risas después de recibir un golpe en la cabeza por parte de Jimin. — Eres un idiota, no lo asustes así. Es mentira, Kook, no hay ningún examen. El sombrero seleccionador es el que decide para que casa eres bueno, habrá una ceremonia de selección y ahí el sombrero determinara tu futura casa… Taehyung no paraba de reírse, se sentó su lado. Aún quería mantener la guardia en alto, no sabía si lo estaban molestando o solamente querían hacerlo sentir seguro con las bromas. — Lo lamento Kook. Pero es cierto… El sombrero es el que decide, pasarás frente a toooda la escuela para saber tu casa. Pero no te preocupes, Jimin y yo estaremos ahí, puedes buscarnos con la mirada por si te pones nervioso. — Gracias chicos, lo tendré en cuenta. Se sentía justo como si estuvieran en el jardín de niños, se hicieron amigos al ser ellos mismos. Seguía nervioso pero era su momento para preguntar cuántas cosas quisiera sobre el mundo mágico. Los chicos no podían cerrar la boca sobre sus aventuras en el colegio, se mostraban emocionados por la salida a Hogsmade, un pueblo mágico cerca de la escuela. Demonios ¿Sería bueno quedar en Gryffindor y juntarse con ellos? Así podía evitar estar nervioso en sus clases, aunque no sabía si tomaría clases con ellos o no.   —Bien, ahora preséntate, Kook. — Dijo Tae — ¿Presentarme? ¿A qué te refieres con eso? —Ya sabes ¿Quién eres? ¿De dónde vienes? ¿Qué te gusta? ¿Qué hacen tus padres? Todas esas cosas. De nuevo guardaba silencio, esas preguntas siempre le habían resultado difíciles de responder, sobre todo porque tendría que explicar algunos términos probablemente, eran dos formas de vivir muy diferentes. Parecía que Jimin había leído su mente o era muy buen lector del lenguaje corporal porque no tardó en tomar la palabra, haciéndolo sentir mucho más tranquilo. — Comenzaré yo ¿De acuerdo? Mi nombre es Park Jimin, nací en Busan, Corea del Sur, el 13 de octubre de 1995. Mi familia está conformada por mis padres y mi hermano menor, Park Jihyun, tiene tu edad, debe estar por ahí… Tengo la sospecha de que será Hufflepuff. Respecto a mis padres, mi padre es jefe del sector de relaciones muggles en el ministerio, y mi madre es herbologista, me crie en el mundo mágico toda mi vida aunque conozco un poco del mundo muggle por el trabajo de mi papá. Respecto a mí… Supongo que me gusta ser feliz y quiero pertenecer al equipo de quidditch, este año pienso hacer pruebas. — ¡También soy de Busan! Aunque espera ¿Qué es Quidditch? — De nuevo, un término que Kook no comprendía. — Oh, es un deporte mágico. No te preocupes, lo entenderás después… Primero concéntrate en aprender a volar, yo puedo ayudarte si llega a interesarte, los chicos de Busan deben de permanecer juntos. Genial ¿Deportes mágicos? Eso sí que le interesaba. — ¡Mi turno! Kim Taehyung de Daegu, Corea del Sur, nací el 30 de diciembre de 1995 y tengo la misma edad de Jimin, creo que por eso nos convertimos en mejores amigos aquí. No te dejes engañar, era un chico tímido, creo que aún lo es, pero yo le he ayudado.  Aunque él también me ha ayudado mucho, es mi soporte, mi pilar, mi mejor amigo… ¿Qué sentimiento era el que estaba sintiendo? La escena era enternecedora, Tae daba pequeñas palmaditas en la cabeza de Jimin. Kook de pronto deseaba ser su amigo, nunca había tenido amigos realmente cercanos, su vida entera había girado en torno de ser amigo de su hermano, nunca había notado eso. Trató de retomar la atención al chico, no quería parecer grosero. — Pero eso no era lo que debía contarte. Bien, mi familia está conformada por mis padres y mis dos hermanos menores, mis padres son aurores, ahí fue donde se conocieron y se enamoraron. Honestamente, no tenemos mucho dinero pero somos muy felices… Más feliz soy cuando voy con mi abuela que es granjera. Me interesan la magizoología y el club de duelo. Fin de la historia. Ahora sí es tu turno, Kook. ¿Quién eres? — Bueno… Soy Jeon Jung-kook como dije anteriormente… Mi cumpleaños es hoy, nací el 1 de septiembre de 1997 en Busan, Corea del Sur. Mi familia es una familia normal, creo. Mi padre es un excelente dentista y mi madre es manager de varios famosos… Trabajo un tiempo con Coldplay. Me gustan los deportes ¿Muggles? Correr, futbol, todas esas cosas. Ambos lo miraron como si de una celebridad se tratara, no entendía porque las miradas, tal vez estallarían en risas por su vida tan común. — ¿Me disculpan? Debo salir un momento. Jimin salió del compartimento un tanto rápido, ahora solamente quedaban él y Tae. Seguro lo había arruinado, tal vez había dicho un insulto y él no tenía manera de saberlo. Tae lo miraba con una sonrisa… Su sonrisa era linda, parecía un rectángulo. — Tengo muchas preguntas ¿Qué es un dentista? ¿Qué es Codpey? — Un dentista es una persona que arregla los dientes y los revisa en el mundo muggle, es como un doctor de los dientes. — ¿Doctor? ¿Qué es un doctor? Supongo que es como nuestros medimagos ¿No es así? Esto iba a ser más difícil de lo que él pensaba ¿Era válido sentirse agobiado por las preguntas? Tenía miedo de responder alguna tontería. Había sido salvado por la campana, Jimin abrió el compartimiento de nuevo con las manos en la espalda, miró a Tae muy serio y no dijo nada, la situación lo aterraba… Seguro era ahora cuando lo atacaban y le jugaban una broma, una iniciación, estaba preparado, cerró los ojos esperando lo peor. — Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños querido Kook, feliz cumpleaños a ti. Espera ¿Era eso la canción del cumpleaños? ¿Eso estaba pasando? Abrió los ojos lentamente. Mierda, lo era y delante había una especie de pastel con una vela… La mirada de Kook cambió, sentía ganas de llorar, no sabía si era porque extrañaba a sus padres y a su familia y esto significaba un cambio de vida o solamente porque no esperaba un gesto así en su primer día en el colegio. — ¡Vamos Kook, pide un deseo! — Lo animaba Jimin — Está bien, lo pediré. No podía decir su deseo en voz alta, eso cancela la magia pero deseaba con todo su corazón que las cosas funcionaran en su nueva vida. Jimin sacó una caja. — Grajeas de todos los sabores del mundo, sí, todos los sabores, hasta los más asquerosos están ahí. Es un regalo de nuestra parte ¡Debiste decirnos antes que era tu cumpleaños! — Exclamo Tae — Bueno, no lo vi necesario, es otro día más — ¡No lo es! Es un día importante, Kook. Ahora que somos tus amigos tendrás muchos festejos de nuestra parte. Ya eres parte de la manada, me agradas ¿No es así, Jimin? — Sí, es un chico agradable. Cuidaremos de ti. No entendía que demonios le estaba causando esta situación, la palabra amigo resonaba en su cabeza, tenía amigos… Parecía que tenía amigos que no eran su hermano. Era demasiado pronto para hacer juicios pero tal vez podría tener con quien comer durante los almuerzos.
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