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Análisis de Populorum Progressio respecto al caso

Teniendo en cuenta aquello, el Magisterio realiza una invitación a promover la fraternidad de los pueblos: ayudar a los países en vías de desarrollo con un papel muy activo de los países ricos. Y es ese papel activo, que es lo que se resume y es útil en este texto, lo que Iglesia desea para lograr un desarrollo integral y pleno de todos los hombres responsables unos con otros; es decir, no actuar indiferente frente a la situación del otro, sino promover su propio desarrollo con el del afectado.

Para analizar la explotación laboral en China y del mismo modo la indiferencia de la sociedad moderna, es pertinente resaltar un documento del Magisterio: Populorum Progressio.

Este documento tuvo como objetivo presentar a los países en desarrollo como los beneficiarios de las acciones que se deben emprender para lograr su desarrollo con apoyo de las potencias económicas. Sin embargo, en este documento, a su vez, se puede observar en ciertos “artículos”  algunos planteamientos que son posibles de relacionar con el caso estudiado.

Para empezar, en el documento se menciona que las aspiraciones del hombre, tales como alejarse de la miseria, la salud, entre otras, se vuelven ilusiones truncas en un mundo como el actual en el que ellos están condenados a vivir. Y este mundo moderno está caracterizado, según Pierre Hadot, por ser gobernado por la tecnología científica e industrial, y por evaluar todo en función de su rentabilidad y utilidad. El hombre moderno considera importada sus preocupaciones, sufrimientos, angustia y perspectiva de muerte. Todo relacionado a él mismo, indiferente a lo demás mientras no le afecte o no se entere por medio de la televisión.

Teniendo en cuenta aquella descripción del mundo contemporáneo,  es conveniente mostrar cómo la Iglesia se pronuncia respecto al desarrollo en los “artículos” 13 y 14. En el primero de estos muestra una actitud decidida a tomar una decisión firme contra la situación actual del mundo; es decir, refleja el compromiso de la Iglesia para darle solución al contexto actual. Del mismo modo, el artículo 14 nos presenta la visión de la Iglesia respecto al desarrollo y ahí se pone el primer escalón, pues se manifiesta que el desarrollo no es solo económico, sino que debe ser integral al hombre y alcanzar a todos los hombres. Es así como en un caso como la explotación en China, en la que los trabajadores cumplen su función en condiciones precarias y sin el mayor respeto hacia ellos, y en la que la sociedad contemporánea conoce de aquella situación, pero no hace algo firme para solucionarlo, la Iglesia logra transmitir el mensaje de que el desarrollo deseado abarca a todos y no simplemente a unos cuantos que pueden vivir cómodamente mientras no atienden los problemas de los que no se encuentran así. Es así como los artículos 17,18 y 19 aportan al mensaje de la Iglesia que otorga un mensaje para el caso estudiado, puesto que si el desarrollo debe alcanzar  a todos los hombres, del mismo modo, el desarrollo debe ser responsabilidad de todos con los demás. Es decir, no se basa en el desarrollo único, sino que debe ser un desarrollo en la medida que uno es responsable del desarrollo del otro (medir las consecuencias de mis acciones y cómo afectarían a los demás, por ejemplo). Asimismo, este documento expresa la necesidad de no alterar la escala de valores; es decir, no alterar el deseo de codicia volviéndolo lo primordial en la vida al punto que el deseo de poder se acrecienta, en unos pocos, y aplasta a la mayoría que es presa de aquel poder.