Parques Nacionales Naturales de colombia
Usted podría escapar en esta temporada de vacaciones a estos escenarios. Si desea huir de la ciudad, el tráfico, la congestión, la tecnología y el estrés no habrá un destino mejor.
1. El río de los cinco colores: La Macarena
Puede ser uno de los lugares más míticos del país. Este río permite ver en sus aguas un degradé de amarillo, rojo, azul, negro y verde debido a la coloración de las algas y los lechos rocosos.
El parque, de 630.000 hectáreas, se ubica en una sierra que, siendo una formación montañosa aislada, recibe 456 especies, entre ellas el 27 por ciento del total de las aves de Colombia. Entre estas selvas húmedas vagan búhos, caimanes y monos.
Aquí, gran cantidad de fauna rodea al visitante. "De alguna manera los animales saben que la gente viene a hacer turismo y no a cazarlos Cuando salimos con muy buenas vibraciones vemos muchos más", comenta Faber Ramos, el parquiano o funcionario de Parques Nacionales que coordina el programa de Ecoturismo en la Sierra de la Macarena .
Este territorio ha sido testigo de la violencia del país, pero esto no le quita su belleza. "La Macarena es un paraíso, es una región rara y diferente", dice Ramos. Si bien es posible disfrutar durante todo el año de sus atractivos turísticos, hay que tener en cuenta que en tiempo seco no se permite bañarse en el sector de Caño Cristales. Actualmente, no hay cargo alguno para ingresar a Caño Cristales y otras actividades. Sin embargo, los que visitan y no residen en el municipio de La Macarena deben pagar el impuesto turístico al Ayuntamiento. Además, todos los visitantes deben tener seguro de asistencia de viaje.
Para visitarlo, desde Bogotá por tierra debe llegar a Villavicencio y luego a Granada, donde funciona el centro administrativo de este parque. O, puede tomar la carretera de Neiva, seguir Florencia y San Vicente del Caguán, para terminar en La Macarena, en un viaje de aproximadamente 16 horas. O puede viajar por avión entre Bogotá, Villavicencio y La Macarena. Si sale de San José de Guaviare la vía acuática es otra opción: aguas arriba por el río Guayabero hasta La Macarena (sólo en temporada de lluvias, entre marzo y diciembre).
2. La llanura de inundación: Amacayacu
En el Trapecio Amazónico, al sur del departamento de Amazonas, se encuentra Amacayacu, el primer refugio natural, declarado en 1975 área protegida. El bosque inundado y la selva de la tierra viven en medio de este Edén. El parque está a sólo una hora en barco en Leticia y no hay necesidad de quedarse a dormir para saberlo. Ir a esa capital es la manera más fácil de conocer la verdadera selva con las comodidades de la ciudad.
Cualquier turista puede ver delfines rosados y monos churucos. En ese lugar habitan 150 especies de mamíferos y más de 468 de aves. Anacondas, tortugas y boas forman parte de este parque que cuenta con el mayor número de reptiles del país.
"Amacayacu es el hechizo de la selva, cuando entra y sale del parque usted es una persona diferente", dice Carolina González Delgado, ecologista que desarrolló su tesis allí. "Kurupira, el dios de la selva, te da una energía diferente, por eso cambias tu manera de ver la vida una vez que has tenido contacto con esta región", añade. Los indígenas cocamas, ticunas y yaguas viven aquí y protegen la zona.
En Amacayacu, que significa "ríos de hamacas" en quechua, parece que la luz del cielo, el agua y los árboles estaban dispuestos a jugar entre ellos, dando lugar a puestas de sol inimaginables. Actualmente, las comunidades indígenas de Mocagua y San Martín de Amacayacu prestan servicios de ecoturismo.
Para acceder a este paraíso amazónico tienes que tomar un avión, de Bogotá, a Leticia, vuelo que dura una hora y 45 minutos. La entrada al parque tiene un valor de 17.000 pesos para adultos (nacionales o extranjeros residentes en el país) y niños (de 5 a 12 años) de 9.000 pesos.
En Leticia, también es posible visitar el Parque Santander, el zoológico Francisco José de Caldas, los lagos Tarapoto, la isla de los monos (donde se puede interactuar con estos animales) y la Reserva Natural Flor de Loto.
3. Tuparro: "la octava maravilla del mundo"
Durante siete años, Wilson Villalba trabajó como guardaparque en Tuparro y sólo lo dejó una vez cada 12 meses. "Para mí este parque es el más hermoso del país", dice. "Vivir allí es un sentimiento de tranquilidad, de paz, de ver la creación de Dios en su máxima expresión", añade este hombre que hoy es un educador ambiental.
Tuparro es el único área protegida en Colombia que cuenta con ecosistemas representativos del Orinoco y las llanuras orientales. Es un parque libre de la presión del hombre, donde especies como el tigre de mariposa, el mono aullador, el zaino, el tapir, el delfín rosado y la nutria, dentro de las 74 especies de mamíferos que habitan allí. Con ellos, 325 especies de aves, 17 reptiles y 26 peces.
Espléndidos ríos de aguas cristalinas que sostienen el río Orinoco acompañan bosques, llanuras y tepuyes (afloramientos rocosos de 3.000 millones de años). "Cuando llegas a Tuparro encuentras algo muy poderoso: la creación perfecta de Dios", dice Ana María Rocha, también educadora ambiental de la Dirección Territorial Orinoquia de Parques Nacionales. "Estar allí es precioso, sentarse en uno de los tepuyes y visualizar el atardecer te permite estar en paz consigo mismo, te llena de tranquilidad, de alegría ... Si me preguntas, eso es Edén en la tierra", añade.
Uno de los principales atractivos de la Tuparro es el arroyo de Maypures, declarado por Alexander von Humboldt la octava maravilla del mundo en 1800. Es uno de los brazos del Orinoco y es el hogar de una roca que se llama el rockero porque No se mueve, no importa cuán fuerte sea la corriente. Caño Lapa es también un gran destino: aguas transparentes cuyas plantas le dan un color verde. Y por la noche, es posibile admirar las estrellas - que a veces ofrecen espectáculos de explosiones estelares - como en ningún otro lugar. Pero como afirma Wilson Villalba "son cosas que no se pueden describir si no las vives".
Para visitarlo, desde Bogotá y Villavicencio hay que tomar un vuelo a Puerto Carreño o desde Villavicencio directo al Parque en avión ligero. Por tierra, la ruta es Bogotá-Villavicencio-Puerto Gaitán-La Primavera-Puerto Carreño, seguida de un recorrido por el río Orinoco. Otra opción es recorrer Bogotá-Yopal-Paz de Ariporo-La Hermosa-La Primavera-Puerto Carreño-Casuarito-Garcitas, continuando por el río Orinoco. En temporada alta se puede disfrutar de una ruta fluvial desde Puerto Gaitán hasta Puerto Carreño, seguida por Cazuarito, Garcitas y el Parque. La entrada cuesta 14.500 pesos para adultos y 9.000 pesos para niños.
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