Tumgik
#despuesdelbloqueo
Text
La Danza
Doy vueltas una y otra vez mientras suena de fondo una canción que me hace sentir como si fuera un alma libre. Una canción que me hace sentir viva, después de mucho tiempo. Solo llevo puesto un enorme camisón y sin ningún calzado que moleste a mis pies pisar tierra nuevamente al moverse al ritmo de la música. Soy una bailarina profesional ahora mismo, y no me hace falta que los demás me crean porque soy yo quien está disfrutando del momento, tanto así, que me puedo permitir ser quien yo quiera.
Poco a poco me voy quitando el camisón y quedo con un sostén que empieza a estorbar y mis bragas que tienen un dibujo infantil en ella. La sala solo se encuentra un poco iluminada por la bombilla de la cocina que se conecta con esta, y el resplandor de la luna que se puede apreciar a través de la gran ventana, que me muestra los grandes edificios de la ciudad. Y yo soy la reina de esta ciudad.
Cierro los ojos sin dejar de danzar y sonrío al sentirme infinita. La felicidad que me produce dejarme llevar por algo tan hermoso como la música es un regalo que me concedo cada cierto tiempo. No se confundan, si fuera por mí lo hiciera cada día, sin embargo algo me lo impide y me frustra demasiado. Me siento presa en mi propio cuerpo. Pero de repente llega un día en el que sin siquiera yo tener un aviso de que va a suceder, soy libre.
Empiezo a reír por los ridículos pasos de bailes que empiezo a hacer y que cada cierto tiempo se vuelven peores. Qué bueno que estos pequeños placeres que me doy de manera inconsciente, siempre suceden cuando estoy sola ¡Imaginen si alguien me viera! Me tildarían de loca, pero ¿saben qué? Quizá no me importaría, amo esta locura.
No presto atención al hecho de tener el volumen de la música muy alto, las personas deberían respetar y entender los momentos de alivio de un alma que muy pocas veces encuentra la paz que tanto necesita. Y entonces empiezo a saltar, tan alto que creo que puedo tocar el cielo, incluso cuando se interpone un techo sobre mí. Salto, doy vueltas, sonrío, me río de mí, todo una y otra vez. Mi respiración se vuelve agitada pero continuo hasta que mis pies empiecen a pedirme que pare. Y yo les rogaré para que resistan un poco más.
No sé cuánto tiempo pasa hasta que por desgracia me dejo caer en la gran alfombra bajos mis pies y poco a poco comienzo a respirar con normalidad.Y entonces pasa lo que en ocasiones no puedo evitar y que al igual que el regalo que viene sin avisar, me invade. Una lágrima se desliza por mi mejilla y cierro mis ojos con fuerzas porque sé exactamente lo que se avecina y no quiero perderme de nuevo. Pero ya es demasiado tarde. Mas lagrimas comienzan a salir y lo que antes era un llanto silencioso, pronto deja de serlo.
Abro los ojos y veo al vacío. Ya casi no puedo escuchar la música porque mis oídos de alguna forma se las han empañado para solo escuchar de lejos lo que suena a través de las cornetas. Mi reinado ha culminado.
0 notes