Tumgik
#el último esfuerzo y después me “relajo”
deadtothebones · 5 months
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siento que no me entra ningún concepto más en el cerebro, estoy cansada de estudiar solo quiero dormir
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iridiscenter · 4 years
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¿Quién quieres ser?
A mi compañera de vida predilecta, mi amada hermana, a Claudia
« “¡Lo que daría porque el día durará tuviera unas horas más! De a tiro, a veces no tengo tiempo ni para existir yo...” »
Estos días, volviendo a escuchar lo que compartía con mi estimado Martín Pantoja en su último programa del 2020 en Tenemos Que Hablar, estuve meditando en varios puntos interesantes; en especial, aquel momento en el que hago esa pequeña confesión con la que inicio esta refracción.
Wow.
Me escuché y, sinceramente, me quedé helada. No tengo idea de cuántas veces he dicho (de una u otra forma) discursos parecidos. Genuinamente, encuentro simpático que mientras los transcribo ahorita (así: tal y como pasan por mi mente), pienso en lo paradójico, osado e incluso irreverente, que fue de mi parte, sentarme a hablar del valor del instante con esa seguridad sin aplicar esa filosofía 24/7 x 365(+1). 
Al fin humana (después de todo {antes que Lic. en Psicología}).
Lejos de pasmarme, decidí refraccionar usando estas líneas, creando este espacio aquí y ahora, acompañada de los cerros regios mientras me relajo con mi roll-on favorito (el Deep Relief), bebo capuchino de vainilla con leche de almendras y escucho en repetición (infinita) Marry the night de Lady Gaga. Refracciono, específicamente, en el momentito del preludio del vídeo en el que dice (aunque la ignoran {aparentemente}):
Voy a ser una estrella, ¿sabes por qué? Porque no tengo nada que perder. 
Mientras me baña este sol (aliciente perfecto para el nortesito frío del de la ciudad), resuelvo que, más allá de filosofías, pareciera que las personas usamos los calendarios y relojes como un pretexto. ¿Por qué lo digo? Simple (y para ello debo citar la frase más célebre de mi queridísima KYGA): no es novedad que nos obliguemos a agendar las coordenadas exactas para vivir momentos con quienes amamos, esperando poder coincidir al compás de los días, meses y años. No está mal, obvio, pero... ¿te das cuenta que en el proceso pareciera que desenfocamos el hecho de que las semanas se acumulan y, eventualmente, los meses se van como arena entre los dedos? Porque, la verdad es que, cuando menos nos lo esperamos: boom, los años pasaron, se anidaron, en nosotros, en ti, en mí, y no lo percibimos conscientemente (o no de forma plena). 
Así que, ok, la agenda... ¿y luego? ¿En qué invertimos las horas, los minutos y segundos? ¿Realmente coleccionamos lo que nos trae paz, bienestar y plenitud? ¿Construimos equilibradamente nuestras rutinas? ¿Estamos en donde queremos, con quienes amamos, expresamos lo que sentimos? ¿Hacemos lo que nos apasiona?
Visto así, independientemente de las respuestas, ese golpe de realidad tan crudo, me he puesto a pensar que de nada sirve hacer ene mil planes si, al final de la vida, no atesoré los instantes. Porque sí, eso es la vida: una serie de instantes que, al coleccionarse, se transforman en momentos y se transforman en memorias que nutren, impulsan y dan sentido a mi existencia. Cada persona, cada experiencia, cada sensación, lo que sea que atravesemos, nos puede transformar de modo tal que, no sé tú, pero el famoso Síndrome de No tengo tiempo pierde sentido por completo. 
Algo en mi interior simplemente protesta.
Situada aquí, estacionada ahora, escucho desde mi ángulo esa protesta y se fracciona desde este prisma: no tiene nada de sentido “usar el tiempo” y su fórmula secuenciada del año “A”, mes “B”,  día “x”, a las  “y:z hrs.” para ubicar las coordenadas precisas de inversión de.00 invertir adecuadamente nuestra energía en aquello que realmente trasciende y enriquece nuestra existencia. 
No, construir agendas (absorbentes), con horarios que nos organizan (y atascan) las actividades siguiendo la Filosofía tirana de la malpriorización, para alcanzar objetivos (que ni son importantes para ti) es “estar súper ocupado”. Lo siento, pero es definitivo: convencerte (o mejor dicho, autoengañarte) de que el fruto (que ni siquiera recompensa la mitad) del esfuerzo invertido es sinónimo de autorrealización (sino más bien, de autofultiminarte), mucho menos de tener una mejor calidad de vida y comodidades que ofrecerle (a base de ausencias prolongada) lo mejor de nuestra vida a aquellos que amamos (pero también terminamos alejando, “inexplicablemente”). 
Es absurdo.
Entonces, si desfragmenté bien las ideas, recapitulo mi refracción de forma simple: en pocas palabras, desaprovechar los instantes que nos regala la oportunidad que implica estar vivo, de atesorar el momento que no vuelve es un lujo rentable. ¡Y sí, lo digo así, en singular! ¡Porque la vida es única, irrepetible! Es el conjunto de los instantes que habitan en esa fracción de tiempo, lugar y espacio que pasa frente a ti, a toda velocidad, consumiendo su combustible a la velocidad de cada fractal, recorriendo la autopista hacia el cielo para escapar de la escalera al infierno (sí era así, ¿no?).
En fin, aunque hoy, por ejemplo, cumplo 5 meses con mi novio (al que amo con todo mi corazón), no necesito que esté la coordenada para expresárselo; tampoco necesito que sea 2 de febrero para decirle a mi hermano que lo adoro y admiro; o que sea 10 de mayo para decirle a mi madre que le agradezco la vida; ni el tercer domingo de junio para externarle a mi padre el amor tan profundo que le tengo.
Creo que, después de todo, Casarte con la noche y ser una estrella porque no tienes nada que perder es, simplemente, una analogía que sirve de manifiesto para invitarnos a tener la valentía de invertir nuestra existencia, nuestra consciencia, nuestro momento, en ir tras aquello que nos hace vibrar, nos inunda de amor propio o nos hace apreciar que teníamos más talento del que pensábamos y cómo podemos compartirlo con otros, a pesar de las adversidades (¿o no, A27?). 
Al final, el día en que termine tu vida, el cómo aprovechas tus instantes, con quiénes compartes lo que reside en ti, lo que eliges priorizar, genera la respuesta a la pregunta con la que encabezo esta refracción. Entonces, ahora te pregunto:
 ¿Quién quieres ser?
a) La estrella que irradia plenitud a base de arriesgarse y exponer sus destellos para trascender
b) Un esferoide más de los millones que jamás experimentaron su propia metamorfosis por miedos y pensamientos innecesarios
Tú eliges.
RB, 2021
P. S. 1: Agradezco al COVID por regalarme la reflexión.
P.S. 2: Repensando, ¿cómo haces tú para no regresarte de más al pasado, estacionarte rígidamente en el presente o dejar de vivir en el futuro?
P. S. 3: Aprender a vivir plenamente es más desafiante de lo que había pensado... ya refraccionaré de eso después.
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ivanrosadx · 4 years
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Una carta de Francisco Gandolfo a Mario Levrero y otra de Mario Levrero a Francisco Gandolfo
en: Mario Levrero - Francisco Gandolfo. Correspondencia, 2015
Rosario, 27 de junio de 1976
Apreciados Mario Levrero (homoerótico)
y Jorge Varlotta (homo sapiens):
Menos mal que te enseñé a mojar la oreja para lograr efectos mentales de reacción paralelos o semejantes a los que definen las leyes físicas. Vos y yo parece que estamos en la pesada porque replicamos con instinto natural tales agresiones. No así otros a quienes terminaba diciéndoles que se jodieran si no me contestaban y optaron por joderse nomás. Y eso que eran poetas como yo. Parece que el visteo se da mejor entre poeta y escritor, aunque debo reconocer que a veces hay bastante poesía en tu prosa.
Ahora bien, en estos últimos meses han pasado cosas de bulto con respecto al manejo social de la cultura, en nuestro limitado círculo personal y rosarino. La dialéctica se me fue a la mierda al comprobar el despelote que era su definición e historia reseñada en un diccionario de filosofía, aunque sigo reconociendo su vigencia práctica. En mi próximo libro, la parte que llamaría marxismo erótico será “Beatitud del sátiro”, título de uno de sus poemas. Supongo que te gustará porque me parece que corresponde con tu actitud en el último carnaval, moj��ndote con chicas, un cura y un ama de casa. Para terminar con mi próximo libro te diré que acabo de recibir la opinión de [Martín] Micharvegas, verdadero amante de la poesía que escribe canciones y se fanatizó con El sicópata. Después de leer tres veces el inédito, me dice que sin menoscabar las virtudes y hallazgos de éste, sigue manifestándose hincha feroz del Sicópata, personaje que a veces le revive a Chaplin. La imagen más persistente que le impone Poemas joviales es la de un circo, y empieza a hacerme una concordancia de todos sus personajes y elementos con mis versos, olvidándose solamente del chocolatinero. Él piensa incluso que pudo haber sido consciente en mí dar esa imagen, y aunque no es así, me agrada que le haya producido ese efecto, porque desde chico he simpatizado siempre con el circo. Muy buena su observación con respecto a un exceso de autobiografía, que me sirvió para eliminar decididamente dos poemas innecesarios, reforzados por nuevos que me parecen mejor logrados. Dudo ahora si su publicación será este año o el próximo, porque nos hemos atrasado con los dos números de la revista que queremos sacar este año y porque es posible que entre en un plan editorial de poetas locales de una institución de Rosario que ya cuenta con la guita para ello. De cualquier manera, algunos “joviales” creo que irán en el próximo número del lagrimal y otros en una antología con que iniciará sus publicaciones la institución que te mencioné1.
El otro fato de bulto se dio a nivel grupal, en el seno del GER (Grupo de Escritores Rosarinos). Le pediré a Elvio que te lo aclare porque él trabaja con la conciencia. En cambio yo trabajo más con la subconciencia, así que sólo puedo darte la siguiente síntesis: el año pasado se armó el GER con tres o cuatro grupos de revistas literarias y algunos escritores independientes que simpatizaban con lo que iniciamos, y se abrió un quiosco en una plaza céntrica para la venta de obras de escritores locales. Nos turnábamos para atenderlo a mediodía y a la tardecita, y más o menos funcionó. Terminamos el año organizando en diciembre una semana del escritor con cuatro actos consecutivos (uno por cada grupo) en sala facilitada por Amigos del Arte, a los que concurrió mucho público. Este año se presentó el problema de que teníamos que comprar el quiosco a su dueño si queríamos seguir con el mismo. Juntamos la plata y lo adquirimos. Solucionado esto, se decidió hacer una mesa redonda de escritores también en Amigos del Arte, que estuvo interesante, hasta que uno de los grupos desplegó la lectura de un manifiesto interminable de solución angélico-político-internacional de toda la cultura del planeta. Esto creó una gran tensión posterior de ira con ese grupo, por ingenuo y desubicado. Se citó a una asamblea donde se leerían los estatutos y la proposición de suspender por tres meses a dicho grupo, por votación. Un alcahuete les pasó el dato y se fueron a la asamblea con una gran barra y el ideólogo que los dirige para gritar fuerte. Pedimos que se retiraran los no escritores y se negaron. No nos retiramos nosotros para hacerles conocer los estatutos, la decisión de expulsarlos y el gusto de tratarlos de infantiles en sus publicaciones. El ambiente se caldeó al rojo, pero alguien propuso y se eligió un presidente que calmó los ánimos y empezó a hablar uno de ellos quejándose como una Magdalena. Le siguió en la palabra otro que parecía un teócrata por su contenido y entonación. Yo empecé a bostezar y quería irme pero esperé la decisión de nuestro grupo. Como el sacerdote que estaba hablando no terminaba más y lo iba a seguir otro que ya había pedido la palabra, se levantó [Eduardo] D’Anna que había expuesto nuestros puntos y lo seguimos todos los que estábamos de acuerdo mientras oíamos a la barra de rejuntados que nos gritaban “mercenarios, mercenarios”. Fuimos a un bar y en una larga mesa nos divertimos un rato. Dejaremos las cosas un par de meses en reposo, después veremos qué se puede hacer con el GER y el quiosco. Esto nos ha venido bien para meterle a la revista que se nos atrasó con tantos despelotes. Elvio estaba podrido de dispersar el tiempo, así que el relajo llegó justo. Como ves, políticamente somos una élite mercenaria. Quizá nuestro próximo objetivo sea una misión en África o Camboya.
Aparte te mando dos Sicópatas, uno azul dedicado y otro amarillo para prestar. Y que la vida te siga siendo como es la poesía que sirve para despejar la mente, con un saludo reverendamente cordial.
                                                                                                         Francisco
1 El Instituto de Estudios Nacionales, que publicó la antología Poesía viva de Rosario (1976) y la Obra poética de Felipe Aldana, compilada por Elvio E. Gandolfo y Eduardo D’Anna (1977).
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Montevideo, 24 de julio de 1976
Estimado best seller:
Nótese que una carta no polémica es mucho más difícil de contestar; será que uno funciona por desafíos. Por otra parte tuve unos días de intensa fiebre, virus mediante según creen los médicos –aunque tengo fuertes motivos para pensar en razones parapsicológicas. Ahora que pasó la fiebre me encuentro con baja temperatura, sin poder alcanzar aún la normal de 36 ½ axilar, aunque hoy llegué, no sin esfuerzo, a 36. Los datos clínicos sirvan como justificación de mi demora en contestar su amable carta.
Me alegro que haya abandonado los berretines dialécticos, aunque nadie niega su vigencia práctica, dado que un mundo tridimensional puede resolverse perfectamente dentro de la lógica binaria. Eso sí: cuando lo trascendente –y la poesía lo es o no es poesía– mete la cola y la realidad se desdobla en múltiples dimensiones, la lógica debe reconocer, como el gallego del cuento que va al zoológico por primera vez y ve un elefante, que “ese bicho no existe”.
Me gusta eso de la beatitud del sátiro. A todo esto, mi guía espiritual, aquel del agua en carnaval, ahora está empeñado en pellizcarle el traste a la mujer de Ricardito.
Mi conversión, debo confesarlo, se acelera a pasos agi-gantados. Discrepo con el señor que asocia al sicópata con Chaplin. Chaplin es un niño perverso a quien le dijeron que era un genio y se sintió obligado a posar de tal. En el sicópata hay pura bondad, más del Gordo y el Flaco, si usted quiere mantenerse en la línea de los símiles de la comedia. De todos modos intuyo que coincidiré con el tal crítico en la comparación entre ambos libros, no por querer formarme un prejuicio sino porque El sicópata tiene algo de la obra cumbre de un tipo. Para superarlo debería dejar de ser usted mismo, lo cual no siempre se recomienda. Pero también intuyo que el nuevo tendrá su jugo. Ojalá pueda salir pronto.
Recibí sus dos Sicópatas; apreté el dedicado pero el otro ya voló. Espero rescatarlo porque la persona es devolvedora, y no quisiera dárselo porque si ya no le hizo efecto –que no le hizo, porque está cada día más cerrada en su neurosis obsesiva–, no creo que lo vaya a hacer más adelante. En mí sigue obrando maravillas aunque prefiero dosificarlo sin abusar.
Aquí, por fortuna, no hay nada parecido a ese grupo de escritores y sus consecuentes despelotes. Ni siquiera hay escritores, con el cual el aire se vuelve más nítido y liviano. Todo grupo, especialmente en arte, suena justamente a grupo. Cosa mediocre. El escritor, en especial, es un jodido solitario o no es escritor. El talentoso queda siempre afuera justamente por ser un fuera de línea y de serie. Que no es necesariamente un mérito, lo anoto como fenómeno real. Acá se formaban, en los viejos tiempos, grupos de tipos que querían y no podían. Hoy parece que sólo subsiste penosamente la gente de [la revista] Maldoror, y justamente porque el pobre Carlitos –a quien estimo a pesar de todo– aprovecha su carencia de testículos, es decir el tiempo libre que le deja su impotencia creativa –en todo terreno– para promover la cultura. En fin: parezco un resentido pero no lo soy, incluso sólo debo agradecimientos a este muchacho. Simplemente informo de una realidad con mi criterio –Dios me libre de otros criterios– subjetivo.
Lo que no me gusta es que me cargue con el asunto de la teocracia. Un cura tradicional no es un teócrata ni este último hace discursos penosos. La teocracia es libertad dentro de una jerarquía natural (anarco-monarquía), y más que con discursos tiene que ver con pellizcarle las nalgas a una gorda (cuestión de gustos; no es mi caso) y con provocar cortocircuitos neuronales estilo zen o Jesucristo. O estilo psicópata.
Bueno, el asunto del papel celeste-verdoso y la cinta nueva1 viene porque he recibido ofrecimientos bonaerenses y belgas de pesos y dólares a cambio de mis cuentos. Es una vieja trampa en la que siempre caigo alegremente, y no deja de ser una buena manija para que desempolve mis inéditos y los acaricie con ternura, lo cual me hace bien. Después de todo, quién le dice que un día no sea cierto y yo también llegue a best seller. Si llega a publicarse algo y si llego a cobrar algún peso o dólar, por chiquito que sea, tal vez retome la pluma –como dicen los gansos. No es que me haya vuelto mercenario como ustedes –soy facho por naturaleza– sino que fama y gloria han dejado de ser motivaciones y hoy pienso seriamente en que mejor me vendría un poco de dinero. Llegando a cierta edad se siente la falta de la Presencia Femenina Estable en la Casa, y ya tengo experiencia de que las millonarias, pobres, tienen de por sí, sin quererlo y sin saber cómo liberarse, la obligación de ciertas coordenadas que a uno le cagan la existencia. Así que me estoy preparando, la verdad sea dicha sin mucho apuro, para una vida de trabajo honesto y remunerado, especialmente remunerado. Todavía estoy en el círculo vicioso de que no aparezca la percanta que me haga vibrar la glándula del sacrificio ni el sistema respiratorio o psíquico o muscular que haga vibrar la glándula del sacrificio [sic] para que después la percanta caiga por la emanación parapsicológica, pero sólo es cuestión de paciencia y perseverancia. El psiquismo tiene sobre la ruleta la ventaja de que uno puede apostar a todos los números; la otra parte, complementaria, es la confianza cada vez más acentuada en que Dios no permitirá que esta vez se canten letras.
Bueno: encantadísimo de haber dialogado nuevamente con usted. Que no se corte. Saludos cariñosos a la patrona y a toda la descendencia. Agradezco su gentil envío, espero cartas (¿nada de Elvio, todavía?), lagrimales, versos, postales camp y todo eso que es mejor recibir que dar.
Un abrazo fraterno
                                                                                                     Jorge (Mario)
1 Alusión al papel y la escritura de la carta.                      
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tumtum-hawking · 5 years
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Atty: -Verte reír me gusta pero, ver que se te colorean las mejillas antes de hacerme esa pregunta, me lleva a pensar si habré metido la pata. Relajo mis brazos abiertos, en los que tengo una sensación rara, como si hubiese abrazado el aire frío, que me ha dejado las manos entumecidas. Me quedo mirándote, pensando en mi hermana y levanto el labio superior arrugando el ceño.- No le digas que te lo he dicho. -Te pido porque ya te dije una vez que le encantabas y tengo la sensación de que no le gustaría del todo que te diga cosas de ella que ella no te dice. Agarro la barandilla de nuevo y me echo hacia delante asomándome al río.- Si supiera que no me iban a sacar de aquí, pasaría la barandilla al otro lado. -Te miro.-
Walt: -No dejo de mirarte, mientras el viento me envuelve, abrazándome. Es una sensación dulce, mágica, placentera… Y tú mejoras cualquier sensación. Río al ver tu gesto pero sobre todo al escuchar lo que dices-. Tranquila, no diré nada. Palabra de Collins. -Bromeo, por lo que después me aguanto la risa apretando los labios sin dejar de mirarte. Veo lo que haces y río por lo que dices, antes de mirar por encima de mi hombro izquierdo-. Inténtalo. -Digo y vuelvo a mirarte-. No te quedes con las ganas de hacer algo, nunca. -Bajo los brazos y me humedezco los labios-.
Atty: -Río por cómo me prometes que no dirás nada.- Palabra de Collins. -Afirmo.- Vale. No me falles, superman. -Digo y, cuando me empujas a hacer lo que acabo de decir, te miro sin poder creer lo que acabo de oír.- ¿Me estás hablando en serio, ricitos? -Pregunto porque me acabas de empujar de cabeza a hacer lo que me de la gana. Y a mí me falta poco para lanzarme a cualquier cosa. Así que… Miro por encima de mi hombro para ver a la gente que pasa por el puente y humedezco mis labios.- Creía que estaba loca, Walter Collins. -Levanto la pierna derecha por encima de la barandilla sin ningún esfuerzo gracias a mi elasticidad y flexibilidad corporal y, cuando me quedo con una pierna a cada lado de la barandilla, me agarro a esta fuerte con las manos. No miro hacia abajo porque ya siento vértigo y no estoy mirando. Así que, cruzo la otra pierna y quedo de espaldas al río y de frente al puente y a ti, aunque estás a aun lado. Rompo a reír.- ¡Madre mía!
Walt: -Ríes conmigo y yo río contigo. Pocas cosas hay mejor en la vida que reír junto a alguien que ríe contigo-. Tranquila, no te fallaré. -Digo negando con la cabeza y cuando escucho tu pregunta, río-. Ricitos… -Digo repitiendo la manera en que me has llamado y me humedezco los labios-. Pues claro que hablo en serio. -Digo viendo como miras por encima de tu hombro, antes de mirarme a mí-. Estar loco es de valientes. -Sonrío y veo lo que haces con tu pierna, asegurándome de que a cualquier paso en falso, yo podré ayudarte. Lo consigues en cuestión de segundos, como seguramente harás con todo lo que te propongas. Río mirándote escuchando lo que dices, y miro hacia detrás humedeciéndome los labios antes de mirarte-. Cuidado que va Superman. -Digo y me agarro a la barandilla, pasando después la pierna derecha. Siento vértigo y un vuelco en el estómago, al ver el río Támesis debajo de mí cuando me impulso sobre la barandilla con cuidado. Me muerdo el labio inferior guardando el equilibrio y me agarro con fuerza a la barandilla, para sacar la otra pierna. Meto bien los pies y te miro, aún sintiendo vértigo-. Vivir sin riesgo no es vivir.
Atty: -Me siento ahora más libre que antes. Pero tengo que asegurarme de que nada me haga perder el equilibrio ahora porque, cualquier paso en falso, me haría caer al Támesis. Agarro la frío barandilla deseando que mi piel soporte el frío y no me haga soltar los dedos por mucho que tenga sensación de quemazón. La risa que me entra cuando dices que va Superman, es mucha, pero estoy atenta a tus movimientos.- Cuidado. A ver, pasa una pierna y luego la otra. No tengas prisa. No hay prisa. -Me fijo en ti, que miras abajo.- ¡No mires abajo! -Exclamo con la adrenalina a mil. Respiro aliviada  cuando te colocas bien y, al escuchar esas palabras, sonrío.- Tengo la sensación de que has arriesgado mucho en tu vida… -Digo y, con cuidado, suelto la barandilla con la mano derecha, haciendo mucha fuerza con la izquierda, para girar sobre esta contra mi espalda, igual que si fuera un poste de ballet. Entonces quedo más cerca de ti y con un pie girado, apoyado ahora por el talón, hasta que coloco los dos en la misma posición y mis brazos quedan hacia atrás. El Támesis, ante mis ojos.- ¡Wow! -Exclamo y te miro.- De pequeña no podía dormir en la litera de arriba. -te cuento riendo.-
Walt: -Tu voz me alienta a no dar ningún paso en falso y aunque me haces reír cuando me gritas que no mires abajo, no me desestabilizo demasiado. Trago saliva al escucharte dejando de mirar hacia debajo, aferrándome bien con los dedos a la barandilla. Me dices que tienes la sensación de que he arriesgado mucho en la vida y yo me humedezco los labios sonriendo-. Solo un poco… -Respondo mirándote antes de guiñarte uno de mis ojos. Veo lo que haces y como te giras con destreza hasta quedar de frente al Támesis y de espaldas al puente. Río al escuchar ese “wow” lleno de adrenalina, pero sobre todo río por lo que me cuentas al mirarme-. ¿Te daban miedo las alturas?
Atty: -Ese “solo un poco” me deja que pensar. La mayoría de las veces los “solo un poco” son “mucho”. O nuestra manera de esconder las cosas para que los demás no las sepan.- ¿Tan poco como los 18,2 millones de libras que costó este puente? -Pregunto aunque se me ocurre una mejor ++ forma de preguntarte y entenderte pues, la música, entiende a la música.- ¿Cuántas canciones con “solo un poco”? -Asiento con la cabeza.- Sí… Hasta que empecé a caerme mientras practicaba bailes y ya me importó muy poco caerme. -Me alzo de hombros. Tenso los brazos y hago fuerza con los pies, inclinando mi cuerpo hacia delante hasta conseguir quedar inclinada al otro lado de la barandilla del puente, de cara al Támesis. Es en ese momento, cuando escucho murmullos atrás. Pero no me importan.-
Walt: -Río al escucharte y me humedezco los labios, pero cuando me haces esa pregunta a modo de canciones, trago saliva, y miro hacia el frente, viendo gente pasar, gente que nos queda mirando, algunos de mala gana, otros riéndose, otros simplemente no nos miran, y otros solo pasan de largo. Me llevo arriesgando toda la vida, porque mi vida en sí es un riesgo, por eso sonrío con tenuidad sintiendo mis manos cada vez más frías, provocando que yo sienta más frío, mientras el viento me despeina. Me humedezco los labios-. No lo sé… -Digo y te miro sonriendo con tenuidad-. Tendría que hacer un cálculo por escrito. -Digo asintiendo a lo que me cuentas. Río por lo que dices pero dejo de hacerlo al ver lo que haces, y me humedezco los labios-. Cuidado… -Digo escuchando murmullos-.
Atty: -Te veo mirar hacia la gente mientras yo miro hacia el río. Parece que tienes que buscar muchas canciones en el disco duro de tu memoria. Y eso no es buena señal… Si tienes muchas canciones con las que contar el tiempo que es “solo un poco” en los riesgos de tu vida, es porque has arriesgado mucho y has descubierto lo valiente que es estar loco. Es algo que compruebo con tu “no lo sé”. La respuesta que me das me pone un nudo en la garganta. Yo miro al río. No tengo miedo a las alturas y creo que tú tampoco. Me pides que tenga cuidado.- ¿Te da miedo? -Pregunto y me vuelvo para mirarte de nuevo.- ¿Le tienes miedo a algo? -Pregunto pensando si esas tantas canciones que tienes que poner por escrito, te han ayudado a superar muchos miedos.-
Walt: -No me dices nada sobre lo que te digo de las canciones, y cuando escucho tu pregunta, trago saliva. Miro por encima de mi hombro, y aunque me da miedo, deja de dármelo, por lo que giro el brazo despacio a la vez que el cuerpo para quedar de espaldas a la ciudad y de frente al río Támesis. Siento vértigo, sí, pero también mucha paz dentro de mi acelerado corazón, una paz que al ser bombeada desde allí, se extiende por todo mi cuerpo. Mis ojos se llenan de lágrimas pero sonrío mirándote-. Ahora mismo tengo miedo de que te caigas. -Digo sin dejar de sonreír, pues me da más miedo que le pueda pasar algo a las personas que quiero, que a mí mismo. Quizá sea porque vivo sabiendo que puede pasarme algo a diario y que cualquier día de mi vida, podría ser el último-. Así que, agárrate fuerte.  -Te guiño uno de mis ojos-.
Atty: -Miras por encima de tu hombros como si quisieras asegurarte de que no puede pasarte nada. Es ver que te mueves con intención de darte la vuelta, y sentir un salto dentro de mi pecho.- Ten cuidado… -Pido. Escucho voces detrás de mí. Seguramente se piensen que somos dos locos suicidas y pronto tendré que decirles que no se preocupen, que solo estamos jugando. Pero a lo mejor ni nos creen. Entonces me dices que tienes miedo de que me caiga y las lágrimas se agolpan en mis ojos. Pero me guiñas uno de tus ojos y disimulo mi emoción riendo.- ¡Vamos, Walt! -Exclamo.- Si me caigo, me coges, que por algo eres Superman. -Te guiño un ojo sonriendo aunque siento preocupación dentro de mí porque no me gusta pensar que tienes que poner por escrito tus canciones para saber cuánto es “solo un poco”. Sin embargo, me quedo con una cosa: ninguno de los dos vamos a olvidar este día.-
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hobt-escrito · 7 years
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La noche “tranqui”
Tuvimos la noche más reveladora e increíble de todas y sin tener que tomar ni una sola gota de alcohol! Solo se necesitaba 1/4 de un rico ácido para empezar la noche en la que me daría cuenta de múltiples elementos que habían estado presentes en mi vida y que no había podido percibir hasta ahora. Desde mi ex novio con el que todavía tenía muchos conflictos pero que aún amaba y muy dentro aún lo deseaba, hasta el camino que puede estar llevando mi vida.
Todo comenzó con un momento en el coche en el que iba en un silencio incómodo con mis papás, sin música ni pláticas de algún otro momento, ellos solo empezaron a mencionar ciertos eventos horribles de homicidios y otros asuntos de corrupción en que habían sucedido en el país. 
Al final terminaron dejándome en la casa de la mejor amiga de mi hermana, porque era su cumpleaños y el de su prima, al principio me senté entre todas esas caras conocidas que había visto en fiestas pasadas cuando ellos todavía iban a la prepa y eran gloriosos en la noche. Siempre se veían bien y se la pasaban muy bien y nunca nadie se cuestionaba la cantidad de bebidas o fumadas que hubieran tenido esa noche. Ahora solo veía algunos rostros hambrientos y encerrados en sus propios problemas, ansiosos de revivir una etapa de la que apenas habían salido. Los recordaba muy claro, pero solo eran caras de relleno en mi vida y que me hacían sentir incómodo. El ácido me empezaba a pegar y tenía ya un plan maravilloso para llevarla cool el resto de la noche sin hacer nada malo. Todo ya estaba planeado y muy claro con todos ellos. 
Entró una llamada a mi teléfono y la contesté, era André, que venía con otros de mis amigos y venían ansiosos de fiesta. Fue entonces que llovía muy duro y todo se estaba apagando de un modo deprimente. Ellos entraron muy gloriosamente y se unieron conmigo. Hicieron un pequeño desastre e hicieron que algunos se asustaran o se sacaran de pedo en algún momento, pero fue hermoso tenerlos conmigo. Miky con su vestimenta entre queriendo ser clásico pero un poco pasado de moda, Ilia un poco extraña, con sus mechas verdes en las raíces y unas botas de tacón enormes que se veían hermosas. André siempre en su mismo estilo entre rockstar frustrado y una actitud hermosa. Kathy solo llegando con su estilo post-punk y unas mechas rubias que se iban desvaneciendo como el rastro de una etapa distinta en ella que había dejado una marca y que ahora solo quedaban los restos.
Fue en ese entonces que me empecé a divertir de verdad, yo bailaba y ellos buscaban algo distinto, sentían que algo le faltaba a la fiesta y es que yo estaba tan cómodo en este espacio que sentí que podía quedarme muy bien ahí sentado sin hacer nada por el resto de la noche. Recibí algunos mensajes del chico con el que estaba saliendo ahora y que me trae loco por él y de mi mejor amiga que quería venir a la fiesta pero no podía dejarla venir porque su mamá ya me había platicado antes que iban a tener algo sorpresa para ella porque no pudo ir a nuestra graduación. Fue Kathy quien insistía en ir a algo más grande y André dijo que él nos llevaba a donde quisiéramos. Yo dije que fuéramos a Zona Rosa y quedó acordado el plan, puesto a que era sábado por la noche y seguro iba a haber algo que nos gustara o un poco de ambiente en todas partes. Miky sacó el último blotter que traía y lo partieron en cachos pequeños de 1/4. Uno fue para André, otro para Kathy, otro para Lina y el otro para mí. En ese momento sentí una adrenalina enorme por hacer algo que no hacía con nadie más que con ellos. Nos escapamos de casa de Lina lo más rápido posible antes de que se diera cuenta del desastre que acabábamos de crear. 
Mientras íbamos en el coche, vi que las hermosas luces de la calle con todo lo que me gustaba ver en este viaje de 1/2 de ácido se iban desvaneciendo en un paisaje más crudo, más pobre y que me hizo sentir miedo el siquiera dejar las ventanas abiertas. Fue un viaje que terminó por aterrizarnos a 1 cuadra de la verdadera fiesta de lo que es La Zona Rosa. Caminamos todos y veía pasar algunas caras bonitas de ciertos hombres, sus cuerpos tan bien formados, pero al final solo eran lo que tenían por fuera y pues no había nada más que ofrecer, porque dentro de una coraza superficial y llena de belleza, están vacíos por dentro. Caminamos un rato y luego nos dimos cuenta de dos cosas que ya sabíamos y que dejamos de lado hasta el último segundo: 1 Mis papás ni siquiera sabían que yo ya no estaba en casa de Lina y 2.Miky e Ilia nunca habían entrado a un antro de peda porque NO TIENEN ID. 
Fue en este momento de crisis que me empezaron a llegar los mensajes de mi papá insistiendo a pasar por mí a casa de Lina y el estar corriendo buscando bar para que entráramos todos sin que nos pidieran ID. Fue un desastre y que culminó en una sex shop cuando que decidimos retirarnos a Pedregal de nuevo para ya no fallarle a los papás de alguien más. Miky ya había dado un toque de un heater en la fiesta de Lina y estuvo todo el camino viajándose en su propio ser. Ilia iba ya muy alterada después de todo lo que se había peleado con su papá. Kathy iba frustrada porque quería una fiesta enorme a la que nunca llegamos. André solo nos iba a llevar porque él siempre iba a estar con nosotros apoyándonos aunque a veces no nos diéramos cuenta de lo esencial que es en estos momentos.
Caminamos hasta el Ángel de la Independencia y pedimos el Uber de regreso a casa, con algunos ya muy cansados y otros aún con la fiesta esperando a nacer de esa pequeña probada que tuvimos unos momentos antes. Nos subimos y cantamos nuestra canción clásica para terminarla oficialmente, y fue cuando me di cuenta que Kathy no era de nuestro grupo en realidad. Lo estuvo antes, pero ahora era algo distinto que perdimos y que en cierta forma lo queríamos de vuelta, pero al mismo tiempo, sabíamos que había momentos en los que ella no nos convenía.
Fuimos todos juntos en el mismo coche en distintas versiones y no fue hasta que llegamos a la casa de Ilia y Miky en Pedregal que todos llegamos al mismo punto de realidad en una casa que no era de ninguno, en donde sí había reglas muy estrictas y que no podíamos armar un relajo como en el coche o en la casa de Lina
A partir de aquí es donde todo se pone confuso porque ya no sé que pasaba en la realidad y qué era parte de mis alucinaciones. Pero si me puse a pensar en esto. André, Miky, Ilia y Kathy son la ruptura que tuve en mi momento de más grande depresión en la cual ellos me sacaron de un ambiente miserable y horrible con muy poco futuro. Me animé a hacer algo loco y extraño que al principio me lo imaginé como algo que se vería cool pero luego llegó la realidad a golpearme para mostrarme que en todas partes hay de todo un poco y en mi camino iban a haber momentos de carencias y otros de fiesta. Llegamos y vimos pero aún no podíamos tocar nada porque aún no éramos unos adultos completamente. Mis papás, que simbolizan mis responsabilidades adultas, ya me llamaban para tomar en cuenta que había otras cosas que atender después de la fiesta y que yo no había visto. Kathy solo ha llegado a nuestros grupos siempre a rompernos; primero fue al dividir a Ever, Miky y Jorge, luego llegaron todos los problemas y todo se fue al carajo. Ahora llega y me invade a mi y a André para hacernos ver que sin Ilia y Miky hay más fiesta. Ella nos invita a algo distinto y luego nos rompe y juega como si no se diera cuenta. Es como una semilla mala que nos envenena lentamente para rompernos. Primero es dulce y tierna para después divertirse sin límite hasta que ya nadie quiere seguirla. Lalo, el chico con el que he salido, me ha dado tan pocos buenos momento y siempre le exijo mucho más porque no se como empezar de 0 de nuevo con alguien nuevo. Creo que es momento de soltar mi relación basada en el cuerpo y la imagen para llegar a algo más puro. Quiero llegar a tener esa emoción y una conexión especial con él. Me esfuerzo tanto por hacerlo muy bien con él. En estos momentos están volando las ideas por mi cabeza.
Al final todo se concluye con que ya vi todo lo que puedo tener de fiesta y diversión, pero tengo que responder a mis responsabilidades primero para disfrutarlo todo cuando estén bien las cosas.
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