Tumgik
#esta semana me está dando una arrastrada ;-;
unpensadoranonimo · 4 years
Text
Cuando Cataluña era el principal foco de atención: ¿tregua temporal o anticipo de una nueva ruptura?
Hasta que la crisis del coronavirus dio síntomas de gravedad, mucho de la vida política española transitaba por Cataluña. El Gobierno, tras haber logrado el apoyo clave de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) para la investidura de Pedro Sánchez, daba pasos para dotar de contenido a la mesa de diálogo con el Govern. Y la oposición, liderada por el Partido Popular, volcaba sus esfuerzos en exigir a Sánchez "transparencia" sobre lo que se iba a pactar en esos encuentros y especulaba con "cesiones".
Hace mes y medio, el 26 de febrero, el presiente del Gobierno recibía a Quim Torra en la Moncloa. Era la primera reunión oficial de esa "mesa de diálogo" a la que el Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos se comprometió en su acuerdo de investidura con Esquerra.
De esta cita salió un comunicado conjunto con cuatro acuerdos. Uno: la mesa se reunirá mensualmente. Dos: las reuniones se celebrarán alternativamente en Madrid y Barcelona. Tres: los presidentes y vicepresidentes habilitaban "a partir de este momento" un grupo de trabajo integrado por una delegación por cada parte y ellos volverían a la mesa cuando fuese "necesario ratificar acuerdos políticos". Y cuatro: "cualquier acuerdo que se adopte en el seno de la mesa se formulará en el marco de la seguridad jurídica".
Pero llegó el mes de marzo, cuando empezaron a conocerse los primeros contagios de coronavirus en España. A comienzos de este mes, Gobierno y Govern alimentaron la posibilidad de una segunda reunión en la semana del día 20, antes de que arrancara la campaña de las elecciones vascas y gallegas. Pero los planes saltaron por los aires después de que los contagios se dispararan, comenzara el cierre de colegios y establecimientos de hostelería y se decretara el estado de alarma. Los comicios vascos y gallegos fueron suspendidos y la mesa de diálogo entre el Ejecutivo central y el catalán ha sufrido un frenazo en seco.
En ninguno de los dos bloques hablan de que ese frenazo en seco suponga una ruptura de lo ya caminado. Pero no se puede negar, porque desde la Generalitat se han esforzado en marcar las diferencias, que la relación se ha erosionado a cuenta de la gestión de la crisis del coronavirus.
Torra se 'borra' del acuerdo de los presidentes autonómicos
El domingo 15 de marzo Pedro Sánchez convocó a los presidentes autonómicos a una videoconferencia para explicarles cómo iba a afectar a sus territorios el decreto sobre el estado de alarma. Torra no fue baja en la cita, lo que se interpretó como un cambio respecto a lo que venía sucediendo años anteriores, cuando los responsables de la Generalitat se borraban de este tipo de encuentros con otros presidentes regionales. Pero después sí se borró de la declaración conjunta que salió de esta reunión. Su principal queja fue la "invasión" y la "confiscación de competencias" por parte del Gobierno central.
Pero lo que más irritó al Gobierno fueron las declaraciones que el president hizo a la BBC asegurando que en España no se estaban tomando medidas contra el coronavirus y las cartas que envió a diversos dirigentes europeos acusando a Sánchez de negarse a seguir las recomendaciones de los expertos. La única manera de parar la pandemia, sostenía Torra, es con el confinamiento total. "No vale todo. Y en este momento Torra está en una fuga hacia delante y ha sido profundamente desleal". Estas palabras de la ministra de Defensa, Margarita Robles, sirvieron para medir el termómetro del enfado.
¿Buscando la ruptura?
¿Hasta qué punto está tocada la relación entre Gobierno y Govern? ¿Va a ser posible retomar las conversaciones en el mismo punto? Partidos de signo distinto y politólogos no se atreven a responder de forma rotunda sobre el futuro de esa mesa de diálogo. Coinciden en que están por verse las prioridades de España cuando acabe el estado de alarma y que el Ejecutivo tendrá que definir por dónde empieza.
Del mismo modo, la Generalitat tendrá que fijar sus prioridades y quizá poner otras cuestiones por delante de su agenda previa a la crisis. Pero, de momento, todas las señales que llegan desde Cataluña anticipan un nuevo choque, dando la sensación de que las críticas a la gestión sanitaria son la excusa, la base, para intentar justificar después sus posiciones ante el Gobierno central. Sirvan como ejemplo estas palabras de Carles Puigdemont desde Waterloo (Bélgica): "Ninguna autoridad competente puede menospreciar la vida de la gente, ignorando y hasta desautorizando medidas que salvan vidas como las que propone el Govern".
La actitud de Torra ha merecido la crítica de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau: "No entiendo que se pase todo el día hablando del confinamiento, y que competencias que le son propias no se estén gestionando con el máximo esfuerzo". En una entrevista a Ràdio 4 recogida por Europa Press, le afeó que su petición al Estado de confinar concretamente Cataluña sea planteada "en términos abstractos y confrontativos".
Cuestión de "priorizar"
Desde el Partido Socialista recurren a una palabra: "priorizar". Las fuentes consultadas por infoLibre destacan que, a día de hoy, la legislatura "se ha partido" por el frenazo que supone de todo lo previsto hasta ahora por culpa de la pandemia. "No es que estemos ante una crisis. Es que estamos ante la crisis con mayúsculas", subrayan.
"En política lo primero es priorizar", insisten. Y, en este contexto, consideran que estamos en un momento en el que plantear cualquier cosa que no sea "frenar la emergencia sanitaria o frenar la crisis económica" es "no saber priorizar". Cualquier reclamación en paralelo a lo que está ocurriendo, será a ojos de las fuentes consultadas no entender nada de lo que está pasando.
En el Partido Popular consideran que si bien la cuestión territorial obviamente ha pasado a un segundo plano en un contexto de grave crisis sanitaria, Sánchez no va a aparcar el asunto porque sigue convencido de su hoja de ruta, de que la solución "vendrá por el diálogo".
"No se baja de esa hoja de ruta y la prueba está en que el tema de los indultos es extemporáneo", defienden.
Hace unas semanas, el Boletín Oficial del Estado recogió una orden por la que el Ejecutivo reanudaba todos los procedimientos para solicitar y conceder la gracia del indulto a pesar del estado de alarma.
El Ministerio de Justicia decidió reactivar por "razones de interés general" los indultos que estuvieran en tramitación con fecha de 14 de marzo —día en que entró en vigor el estado de alarma— o que se hubiesen iniciado o fuesen a iniciarse con posterioridad a dicha fecha.
En todo caso, consideran que en una situación tan crítica como la que estamos atravesando y todo lo que vendrá después, los independentistas van a tener menos fuerza y el Gobierno va a tener de su lado de la balanza el argumento de que "hay otras urgencias".
Ciudadanos es a día de hoy el principal partido de la oposición en el Parlament. Fue la fuerza más votada en las últimas elecciones autonómicas. Consultada por este diario, esta formación rechaza pronunciarse sobre el fondo del asunto por la gravedad de la crisis del coronavirus: "Una situación que va a hacer mella, no solo en la salud de los españoles, sino en la economía y en el empleo". "Ahora es momento de estar juntos", resumen.
Si la pandemia ha frenado las elecciones en Galicia y País Vasco, en Cataluña el panorama electoral es todavía más incierto porque, hasta el momento, nunca se ha hablado de una fecha más allá de especulaciones.
Una agenda imposible, según los expertos
El politólogo Pablo Simón considera que la actitud actual de Torra puede entenderse en el contexto de reivindicar que Cataluña habría reaccionado mejor a una crisis como esta de lo que lo está haciendo el Gobierno central. "Es una forma de insistir en sus demandas", considera. Recuerda que desde el Govern están ahora en el discurso de que no les gusta la "retórica de guerra" que se emplea desde el Gobierno central para referirse a la pandemia, ni el "despliegue del Ejército" y destaca que ERC está quizá viéndose arrastrada a seguir en esa línea dura. Como muestra de ello cita que los republicanos se hayan abstenido en la prórroga del estado de alarma pidiendo medidas más severas. "Una forma de distanciarse del Gobierno", comenta.
Simón, profesor en la universidad Carlos III de Madrid, no cree que una vez que termine el estado de alarma el tema catalán pueda volver con la intensidad a la que estamos acostumbrados. "La cuestión territorial va a bajar. La gente estará con sus problemas laborales. Ya se habla de despidos, de Expedientes de Regulación de Empleo Temporales (ERTE)... Los independentistas no tienen el viento a favor para su discurso", considera.
Esto no es ningún inconveniente, dice Simón para que desde sectores del independentismo se siga alimentando a su parroquia con su discurso tradicional. "Pero sobre una base sobre la que nadie va a poder construir una agenda en España", considera.
Dos respuestas para "canalizar el miedo"
Lluis Orriols, profesor y vicedecano de estudios de Ciencia Política de la Universidad Carlos III de Madrid, advierte de que, a día de hoy, es muy difícil conocer cómo va a evolucionar esta crisis, qué consecuencias va a tener. Es una especie de "bomba atómica" que va a generar cambios en las coordenadas políticas en nuestro país y en el mundo.
En la articulación de una crisis como la que estamos viviendo, subraya Orriols, se genera inestabilidad política, económica y una serie de miedos. "La pregunta es cómo van a ser canalizados esos miedos". Plantea dos opciones, dos posibilidades. Una: "En torno a la ley y el orden, el cierre de los Estados nación". Y dos: "Que ese miedo acabe en la demanda de mayores Estados de bienestar". Será, pues, "un miedo más nacionalista, de ley y orden. O de cobertura, de cubrir las contingencias, de protección". "No podemos saber cómo se van a canalizar estos miedos", insiste.
"Tomos somos muy conscientes de que esto es un fin de una etapa, el fin de una era. Un punto y aparte que va a tocar muchos factores", resume Orriols al tiempo que añade que van a cambiar las prioridades de los ciudadanos y las respuestas de los políticos.
"Ya se verá si el Gobierno juega ambas cartas"
Aplicado el contexto de los "miedos" de los que hablaba anteriormente al caso catalán, Orriols pide ponerse en el supuesto de que la crisis del coronavirus tenga como respuesta ese miedo de "contingencia" y que se llegue a demandar a los gobernantes "más estado de bienestar". "Si esta es la deriva, entraríamos en un proceso más expansivo, de mayor gasto, que son competencias de las comunidades autónomas".
Así, "las autonomías podrían acabar teniendo mayores cuotas de autogobierno efectivo y esto rebajaría una tensión que inflama al movimiento independentista". Es "una vía", sugiere. Pero si se va a otra vía, se exacerbarían, dice, fenómenos de la última época como los populismos y los extremismos. "No sé por cuál de las vías apostar", insiste. Pero sí apunta a que si la sociedad se encamina hacia la vía de la contingencia social, estaríamos ante un cambio "sustancial".
El papel de Ciudadanos
Pablo Simón considera que el Gobierno se juega mucho también en la gestión de la post crisis. "Si es capaz de poner los raíles de un estado social, le irá bien. Si no, se lo llevará por delante". Y, en esto, también se la juegan los partidos que acompañen, o no, al Ejecutivo. Considera Simón que Ciudadanos puede ser clave, arrancando compromisos a Sánchez que después pueda vender a sus electores, y dando pie a esos "presupuestos de emergencia" ofrecidos por Inés Arrimadas hace unas semanas. Esto, a su vez, dejaría en un papel menos relevante a ERC, que hasta hoy ha sido la formación puente entre el Gobierno y el Govern y uno de los sostenes de la investidura de Sánchez.
"Ya se verá si el Gobierno juega ambas cartas", señala Simón, que cree que ERC también estaría ante una situación delicada porque el hecho de que tumbase unos Presupuestos "muy sociales" chirriaría.
Con unos Presupuestos sociales, que Simón vería ya para 2021, Sánchez tendría prácticamente garantizado agotar la legislatura. El debate territorial en Cataluña seguirá, sin duda, "pero el Gobierno estará más en el tema social".
Fuente: Yolanda González
1 note · View note
ochoislas · 4 years
Text
Tumblr media
Pensé en cómo había pasado la Nochebuena con mi hija una semana antes. La recogí de la guardería por la tarde y tomamos el tren sin pasar por casa, bajándonos tres paradas más adelante de la circular, en unos grandes almacenes. Como ya habían cerrado, subimos directo a los restaurantes de la última planta. Siendo la noche de Navidad, estaban todos atestados. Pero me agradaba la aglomeración, deseaba esa promiscuidad: mi hija y yo no éramos los únicos seres vivientes en esta ciudad.
Tras gastar unas cuantas monedas de cien yenes en el salón de juegos de la misma planta, probamos en un restaurante chino. No tenían mesa libre, había que compartir. En la mesa había sentadas dos cincuentonas con llamativos pendientes y anillos. Mi hija las miró un instante y su entusiasmo decayó de repente.
Mí brioso: «¡A ver! ¡Hoy vamos a tirar la casa por la ventana! ¿Qué te apetece?», se topó con un cansino: «Me da igual», dicho con la cabeza gacha y un hilo de voz, sin levantar apenas los ojos. Poco a poco mi jovialidad se volvió demasiado esfuerzo, así que me bebí mi cerveza dejando la vista vagar por el ajetreado comedor.
Aunque mi intención era recrearme un poco, después de lo que nos había costado sentarnos, mi hija picoteó el menú especial y luego empezó a insistir en volver a casa.
—Come un poco más, ¿está rico, no?
—No me gusta. Vámonos a casa.
—No hay nada de comer en casa. Come ahora o luego vas a tener hambre.
—Ya no quiero más. Vámonos. No me gusta esto.
—¿Ah no? A mí sí me gusta.
Se puso furiosa y tiro el plato medio lleno al suelo, que se hizo trizas con estrépito.
—¡Será posible! ¡Niña mala!
La reprimenda provocó un berrido que se oyó en todo el restaurante: «¡Quiero irme a casa! ¡Quiero irme a casa!».
Tuve que cogerla y llevármela a la carrera. Nada más fuera —paradas frente a los ascensores— ya estaba risueña y ansiosa por salir a trotar a la calle. Era enervante; pero, sin dejar de fulminarla cuando se debatía por soltarse de mi mano, pensé que, después de todo, éramos las únicas personas que hubieran querido volver a aquel apartamento.
Cuando enfilamos la calle principal tras bajar del tren, me sale con que quiere hacer lo otro.
—Aguanta, ya casi hemos llegado. Aquí en la calle no puede ser.
Me aligeré, tirando de ella bruscamente. Pero enseguida lloriqueó: «¡Ya me lo hice!». Estaba demasiado incómoda para dar un paso más. Qué iba a hacer: busqué un sitio fuera de la vista, le quité las braguitas, le limpié el culo y le puse las otras que llevaba en el bolso. Cuando me incorporaba con un suspiro, vi a un hombre que venía tambaleándose en nuestra dirección. Mientras mi hija y yo lo observábamos, se desplomó dejando escapar un sonido que resonó en la calle: no sabría decir si llanto o gemido.
—Ese hombre está llorando —susurró mi hija, apretando fuerte mi mano.
—Es que se siente mal. Se siente fatal —le respondí en un susurro también.
—Alívialo, mami.
—¿Yo?
Asintió sin apartar la mirada de la indistinta figura en la calzada.
La miré y me mordí los labios, luego tiré las braguitas sucias que tenía en la mano en un tanque de basura cercano y me acerqué al hombre. Flotaba un olor a vómito. El descuido de mi hija también había dejado un tufillo en mi nariz y sentí algo de nauseas. Me agaché junto a la figura.
Empecé a frotar la espalda del doliente, que gruñía bajito. El hombre sólo estaba ebrio, pero su espalda era ancha y caliente. Era un cuerpo sólido, compacto. Tenía las orejas tan rojas que parecían a punto de salir ardiendo. Mi hija se acercó también y frotamos juntas a cuatro manos. No llevaba abrigo ni jersey; aparentemente había salido así de algún sitio. Concentrada frotando la espalda de un extraño, me vi arrastrada a una especie de celo ardiente, como si rezara pidiendo un milagro. Me pareció que frotaba mucho tiempo, pero probablemente fueron unos instantes.
Estábamos tan embebidas que cuando la espalda se sacudió y el cuerpo se irguió nos cogió completamente por sorpresa. El hombre se había puesto en pie. Lo miramos marcharse, boquiabiertas: se encorvó dolorido y se fue dando tumbos hacia la estación. Nunca llegamos a ver su rostro.
—Se ha puesto mejor. Se sentía fatal y ahora está mejor —murmuró mi hija. Parecía contenta.
Tiré de ella y respiré hondo. Todavía sentía el hedor: «¡Menos mal!».
Echamos a andar de la mano. Sentíamos las manos ardiendo como brasas de tanto frotar vigorosamente.
Distinguí algunas estrellas titilando en el cielo y exclamé: «¡Estrellas!». Cuanto más frío hace, más claras se ven, fue lo que me vino a la cabeza.
Pasado Año Nuevo volví a sentarme en la sala de mediación. Tenía ante mí los mismos rostros de la otra vez, uno al lado del otro. Esperé diez minutos, un cuarto de hora, mirando los edificios altos que se veían por la ventana. El cielo era azul aquel día también y la sala estaba sofocante y cargada.
Tsushima Yūko
2 notes · View notes
jihoonho · 6 years
Text
flashback, jihoon x zara
participantes: Kang Ji-Hoon y Jung Zara.
marco temporal: noche del 14 de Febrero, fiesta de San Valentin. 
***NOTA: Se trata de la continuación a esta conversación.
J: Tanto Cyan como Zara parecían estar conectados, ¿es que ambos iban a insistir en cuanto a la princesa? Al escuchar a la asesora de imagen hablar, el príncipe de Nueva Asia no pudo evitar rodar los ojos—. Descuida, el desagrado es mutuo —y esperaba que no fuese capaz de idear un plan tan estúpido como aquel, además no tenía pensado aceptar dicho destino. El siguiente tópico que la menor había decidido tocar en su conversación no era su favorito, mas estaba agradecido que dejasen de hablar sobre la princesa. Jihoon se cruzó de brazos y observó un punto fijo por unos minutos, pensando en qué debía responder—. Podría decirse que una vez, cuando tenía diecisiete años… —confesó, recordando entonces el rostro de la muchacha—. Era una persona muy dulce y demasiado torpe —bajó la mirada, dejando que una sonrisa divertida se dibujase en su rostro—. Supongo que me enamoré de su calidez, de la forma en la que siempre intentaba cuidar de los demás y con suerte podía no tropezarse al caminar —sin darse cuenta, rió un poco. Seguía apreciando a esa muchacha, mas su corazón había dejado de alborotarse con cada vez que su rostro cruzaba su mente tiempo atrás—. Por ella dejé de luchar un par de meses, solía llorar cada vez que volvía con heridas en mi cuerpo y no era agradable verla así —recordaba perfectamente cada una de esas escenas, la menor esperándole con lágrimas en sus ojos al ver que, otra vez, había salido lastimado. Jihoon suspiró y se medio giró hacia su acompañante—. Pero es una historia aburrida, no creo que quieras saber todo… ¿Cómo estará ella ahora? —preguntó al aire, dando a entender que había pasado un tiempo ya desde que no le veía.
Z: Decidió dejar el tema atrás, buscar una tregua en el futuro ya que en ese momento no había mucho más contenido qué decir, sobretodo porque ella analizaba las cosas en una manera poco realista; En una que servía sólo para remover el mal humor en el príncipe. Su mirada parda se pierde en el paisaje ofrecido por esa fiesta, el anonimato de sus participantes y telares coloridos, todos ellos no dejaron pasar de largo su respuesta. Imaginaba esa clase de respuesta, una espina que había sido incrustada en su férreo corazón y qué, parecía, estar cicatrizada pero como toda herida; Esta ahí, lista para ser revuelta en cualquier momento. Zara podría tener una carrera exitosa, ser muy bella, tener carácter y el dinero suficiente como para distraer su mente pero la travesía que el amor traía era un camino que todavía no había recorrido. Su madre se había encargado de incrustarle en la cabeza aquél raciocinio, demostrándole qué era amor de las formas menos convenientes y dejarla fuera de su ala como un ser extremadamente álgido, con imposibilidades de sumergirse en la felicidad genuina. Envidiaba que el joven hubiera tenido su propia historia de amor, una pizca de lo que veía en aquellas películas románticas que tanto le desagradaban, muy lejanas a su realidad.  Había sido querida, empujada por las olas de la afición pero de alguna forma u otra escapaba, huía porque no era conveniente, porque de alguna forma u otra le temía. Inspiró, alejando sus cavilaciones, procurando que no regresen por un buen tiempo, y decidió hablar de una vez por todas;─Bueno, a mi parecer es…peculiar tu historia, ¿peleas callejeras, dijiste?─Reitera, captura esa imagen en su cabeza; ¿qué grande es la tormenta que llevaba dentro el joven? A su parecer él era mucho más relajado, algo infantil pero con un aura diferente a la que le había mencionado.─Quizás cuando regreses puedas averiguarlo, no lo sé, son suposiciones.─Se encogió de hombros, restándole importancia cuando, siendo franca, rezaba para que su consejo no le llegara a traer consecuencias.─Al menos que hayas enterrado el pasado.─Se corrige, rogando que el hemisferio que trazaba con los demás no sea disuelto con una pregunta clave que bajaría su guardia al instante.
J: Recordaba a la perfección a quien había sido su primer amor. Era un par de años menor a él, mas no lo parecía. Al recordar la calidez propia de la muchacha, Jihoon sonreía. Sin duda alguna, era un buen recuerdo. La voz de Zara le hizo volver al momento en el que estaba viviendo, alejándose nuevamente de los recuerdos—. Peleas callejeras —repitió, asintiendo con la cabeza—. Solía participar con frecuencia en mi adolescencia… Eran un ingreso extra —creyó necesario agregar, pues, si bien el boxeo le gustaba, no había comenzado a participar en dichas peleas por gusto. Por aquel entonces el trabajo de su madre iba de mal en peor y era difícil mantenerse con sus diferentes trabajos de medio tiempo, ¿qué más podía hacer? No estaba orgulloso de todas las cosas que había hecho en todos sus enfrentamientos, mas tampoco se avergonzaba por haber participado con dicho fin—. Lo que menos quiero es enterrar todo lo que he vivido, no quiero olvidarme de lo que viví ni perder quién soy —era por este mismo pasado que intentaba cambiar las cosas, crear conciencia tanto en quienes se encontraban en la cima de la pirámide social y de los que estaban muy por debajo. Era por todo lo que sabía que hacía todo lo posible para arruinar la imagen del Rey de Nueva Asia y por lo que hacía muchísimas cosas más—. Pero tampoco creo buscarla, no quiero ocasionarle más problemas… —siempre se había considerado un gran problema para ella, especialmente en las primeras semanas después de la muerte de su madre.
Z: Visualiza, con poca imaginación, la violencia a la que fue arrastrado el joven heredero. Las historias que llegaban a sus oídos rozaban casi la ficción, la reina tenía una lengua bastante filosa y su madre no tardaba en sacar esos tópicos a la hora de la cena. Claramente podía imaginar a su primogénita pegando el grito en el cielo cuando supiera con quien se había vuelto cercana en su estadía en el palacio, aquél diablillo que le desagradaba sin ninguna razón coherente. Mordisqueo su labio inferior sin saber qué decir, temiendo cruzar líneas que podrían ser sensibles para el muchacho.─Te veo incapaz de matar a una mosca honestamente.─Admitía que tenía un aura intimidante, cuando se encontraba serio parecía tener murallas a su alrededor pero una vez que se lo conocía podía verse todo lo contrario; Un ave con el ala rota que insistía en querer volar. Justo allí pudo encontrar un punto en donde no congeniaban; Zara estaba desesperada por olvidar su pasado, Illéa era el comienzo pero cada vez parecía ser arrastrada a la tormentosa relación que tenía con su madre. Intentaba ser más amable, abrirse un poco más con los demás pero al final del día siempre se encontraba sola, en el mismo punto.─ Me refería a tu relación con ella.─Comenta, sabe de todas formas que en general es difícil soltar algo que marcó tu vida.─¿¡Tú!? ¿¡Un problema!?─Se permite bromear, cambiar la vibra de la conversación o al menos hacerla un poco más llevadera. Sabe que no era querido por la gente de su palacio, era una carga pesada que parecía hacerse más grande con el pasar del tiempo pero a sus ojos no lo veía tan mal.─Estás muy lejos de eso, al menos para mí.─Podía ser molesto pero no se comparaba con su madre.─
J: Al escuchar a la muchacha, Jihoon volvió a sonreír. Sabía que su madre, quien odiaba verle volver a casa con heridas de diferentes gravedades en diferentes partes de su cuerpo, estaría muy feliz de haberle escuchado a Zara decirle aquello. Gracias a la gran red de mentiras que el Rey había elaborado, eran muy pocos quienes conocían la historia de aquel joven que de la noche a la mañana se convertía en miembro oficial de la familia real. Solo aquellos que le conocieron por aquella época eran capaces de reconocer cuán duro había trabajado para sobrevivir, cuánto había sacrificado—. Nunca he matado a nadie, pero mentiría si te dijese que jamás dañé a nadie de gravedad —no era una faceta que le agradase mostrar a alguien como Zara, mas tampoco le gustaba la idea de ocultar quién había sido. Aprovechó la cercanía de uno de los camareros y tomó de su bandeja dos copas, una de ellas destinada a ser ofrecida a la asesora de imagen—. Fui criado por una madre soltera que había perdido su trabajo y le era difícil encontrar uno nuevo… No podía darme el lujo de elegir para sobrevivir —un plato de comida frente a él era algo que agradecer y el techo sobre su cabeza algo más bien incierto, nunca se sabía cuándo las cosas volverían a empeorar. A diferencia de sus medio-hermanos y los príncipes de otras naciones, Jihoon había tenido una infancia y adolescencia sin lujos. La mayoría de sus ropas eran sacadas de la caridad y creía haber tenido uno o dos juguetes en toda su vida, los cuales había tenido que vender ni bien su adolescencia llegaba—. Los sentimientos cambian con el tiempo, creo que ambos hemos logrado superarlo —si bien no había cruzado palabra con la muchacha por años, creía conocerla lo suficiente como para saber que no viviría en el pasado y seguiría adelante. Escuchó la broma de su acompañante y no pudo evitar reírse, llevándose a continuación su copa a los labios—. Eso es porque me agradas, puedo ser un gran dolor en el trasero si quiero —soltó, divertido.
Z: Eran vidas paralelas obviamente, dos mundos casi opuestos que se habían topado por casualidad del destino y más extraño aún es que se llevaban bien, o al menos hasta ahora. Escuchar su versión de la historia era más que interesante, mostraba la otra cara de la moneda que parecía haber sido enterrada, sin oportunidad de salir al exterior. Comprendía porque el Rey parecía desesperado por ocultar esa matiz oscura de su historia pero por otra parte lavarse las manos simplemente no era la solución final, ni la más favorable.─Imaginaba que sí, de eso no tengo dudas.─Admite tratando de restarle importancia a la confesión difícil de digerir, no quería que el se sintiera mal pero tampoco quería pretender que todo le daba igual, era fácil ir por la última opción para Zara pero esta vez no era lo correcto. Tomo la copa ofrecida, distrayéndose por unos segundos del hilo de conversación que estaban manteniendo. Da un sorbo, oyendo con atención la historia que le estaba contando, muy diferente a la suya pero al fin y al cabo el cariño era algo que Zara no pudo tener, tardo varios años en darse cuenta que sin aquello los demás privilegios que podría tener no valían nada. Nuevamente se encontraba en la enredosa situación de no saber que decir, cuales serían las palabras indicadas para poder sobrellevar ese tópico tan personal (y seguramente doloroso para el muchacho).─Hiciste lo que tenías que hacer, nadie puede juzgarte por ello.─Ni siquiera ella, quien no tardó en convertirse en todo lo que odiaba de su madre una vez que fue creciendo, tuvo suerte de que su terapeuta pudo cortar ese destino marcado pero aún los fantasmas rondaban a la vuelta de la esquina.─¿Ni siquiera ser amigos?─Insiste con picardia, era típico de ella querer buscar algún tipo de flaqueo aunque sabe que no encontraría la información que quería. La copa juega entre sus dedos, oyendo al castaño con una de sus cejas alzadas.─¿Es una clase de amenaza?─Bromea, doblega sus dichos a su manera ya que sabe que el castaño comprendería.─Podría lidiar con eso, aguante cosas peores…─Un suspiro acalla su frase, por su bien prefiere no tocar ese terreno, quizás porque era un tanto vergonzoso contar a los cuatro vientos que su fantástica vida en realidad no era tan mágica como solía pintarla frente a los demás.
J: Había escuchado cientos de rumores sobre quién había sido antes de llegar al palacio, rumores que fueron propagados con el fin de esconder su verdadera historia. Un gran porcentaje de la población de Nueva Asia creía que no era más que un muchacho maleducado y desagradecido con su padre, creyendo en las mentiras que se les había contado. Jihoon fue un niño con una buena infancia, jamás le faltó un techo ni un plato en su mesa e incluso había tenido una gran educación (la cual, por supuesto, no había sabido apreciar)… O al menos eso decían las historias propagadas por el mismísimo Rey en público. El príncipe extranjero se medio giró hacia su compañera y mantuvo una sonrisa sincera en su rostro—. Quizás haber venido hasta aquí no haya sido tan malo, agradezco haber conocido a alguien como tú —no estaba acostumbrado a que las personas estuviesen de su lado y si bien no era una experiencia nueva, sí una que rara vez se daba. Volvió su mirada al frente, bebiendo de su copa. No volvería a tocar el tema de las peleas callejeras con Zara a menos que ella fuese quien quisiese hacerlo, podía notar su incomodidad y prefería evitarle el mal rato—. Si fuésemos amigos, podría volver a enamorarme de ella y eso sí sería un problema —soltó, dejando escapar una carcajada. En realidad dudaba de poder volver a enamorarse de aquella muchacha, sus sentimientos habían quedado en el pasado y parecían no ser capaces de volver. Al escuchar el comentario de la asesora de imagen, enarcó una de sus cejas—. Si tu madre es como la Reina, apostaría lo que fuese a que así es —tenía entendido que eran amigas y Jihoon tenía la teoría que nadie con buen carácter, ni corazón, podía tener tal relación con la bruja mayor.
Z: Conoce a la perfección las historias que nacían en ese palacio, ecos que se escuchaban en cada rincón del país, buscando tapar algo tan simple y complicado a la vez. Dudaba que algún ciudadano, en su raciocinio, buscara la otra versión de la historia, de hecho creía que ninguno tenía las agallas para exponer al mismísimo Rey, a excepción de Jihoon claro. La confesión del castaño cae como un baldazo de agua fría, provocando dudas e incluso la intención de pedirle que se retracte pero de alguna forma u otra se mantuvo callada por unos cuantos segundos.─¿Molesta? ¿engreída?─Busca bromear,  agregar un tinte diferente a dicho tópico, quizás porque nunca había oído algo así. Era típico de ella dar una mala impresión, tarde o temprano sus demonios salían al exterior y transformaban todos sus procesos en cenizas. No sabía en que punto llegaría la hora de decepcionar al joven príncipe pero sabía que ese destino ya estaba escrito.─Uhm, ya veo.─Comenta al pasar, sin ánimos de volver a tocar el tópico ya que parecía enterrado, y hasta cierto punto ella podía ser insistente. Da otro trago, siendo el último de su copa y luego vuelve la mirada al castaño, no sabe que información podría dar de ella. ¿Qué tal si ella pierde el trabajo por su culpa? Claramente no llegaría con vida a su casa, y es por eso que con un simple asentimiento da una respuesta algo certera.─No es exigente con el arroz pero con otras cosas sí.─Por ejemplo: Los trabajos que hacía Zara, sus comienzos son casi inexistentes ya que su primogénita se encargaba de romperlos, delante de sus ojos y sin ápices de arrepentimiento. Carraspea, intenta dejar el sabor amargo de aquél recuerdo atrás:─Debo volver a mi trabajo, los demás príncipes me necesitan.─Se excusa, apoyando su copa vacía en la mesa que decoraba el salón.
J: Rió por lo bajo, dejando una sonrisa en el rostro. Quizás se estaba volviendo loco, soltando demasiado sentimentalismo por todos lados—. Me refiero a alguien en quien creo poder confiar, es fácil hablar contigo —explicó, hablando con seriedad. A pesar de no conocer del todo a Zara, creía poder confiar en ella. Incluso se había planteado el contratarla como asesora de imagen personal cuando todo se acabase, buscando no perder contacto. Bebió lo poco que quedaba en su copa, escuchando con atención lo que la muchacha tenía que decir—. Espera —soltó abruptamente, bajando la copa hasta la mesa y tomándole por la muñeca para evitar que se fuese—. Has hecho un gran trabajo, me atrevo a decir que es el mejor traje que he usado —alagó, dedicándole una amplia sonrisa en lo que soltaba su muñeca.
Z: No se calificaría como alguien fácil, de hecho con el paso del tiempo se volvía mucho más enredosa pero comprendía a la perfección a lo que se refería. Tenía la costumbre de acallar todos sus pensamientos y guardárselos, soltando algunas mentiras que podrían sonar bonitas aunque hasta el momento su sinceridad con el heredero era pura, quizás porque no tenía problemas al oír lo que ella tenía para decir.─Tal vez.─Supone con un misterio forzado, estaba claro que no sería capaz de traicionarlo principalmente porque era muy individualista, no soltaría información de él por ahí, suficiente había hecho el Rey. Estaba lista para perderse nuevamente entre el amontonamiento de gente pero nuevamente es detenida, es el príncipe quien detiene su andar y la obliga a observarlo con curiosidad.─Lo sé, si fuera malo no estaría aquí.─Suelta socarrona, usualmente cuando entregaba su trabajo no solía recibir el reconocimiento que merecía como en Nueva asia, algo que lastimaba su ego pero era demasiado orgullosa para decirlo.─Una pena que no los uses seguido, te ves guapo.─Acota antes de desaparecer de la escena.
5 notes · View notes
Text
Loser
De McJobs & Otras Tragedias.
#1: Acadia
La gente siempre habla estupideces, piensa Acadia. Siempre lo hacen. Pero no sabe en realidad qué es lo peor de todo esto; si las idioteces que puedes llegar a escuchar en una conversación tan rutinaria e intrascendente en un asado de una noche de sábado cualquiera, o el hecho de que fingimos a muerte de que realmente nos interesan todas esas conversaciones inútiles y sin sentido.
Cuando todos sabemos que, en realidad, no es así.
Como ahora, mientras escucha como Vicky habla sin parar; no puede evitar pensar porque pretende que su monótona charla sobre su “rebelde” juventud campesina, llena de establos y vacas, más un leve e inocente flirteo con el lesbianismo, en un pueblo perdido del sur le es mínimamente interesante; si es de por sí un tema aburrido, tan aburrido que lo único que hace es llevarla a un estado de ánimo que le es demasiado parecido a la rabia.
Frustración.
Casi puede sentir como la lata cerveza se entibia lentamente en su mano, mientras neuronas mueren dentro de su cabeza, en una lenta y tortuosa agonía. Pero lo peor de todo, es que Vicky es plenamente consciente de que su charla irrelevante es aburrida y que en realidad no le interesa a absolutamente nadie que esté en este semicírculo, ya que cada dos o tres frases, suelta algún chiste estúpido referente a una situación anexa para no parecer tan soberanamente monótona, para después bajar la mirada hacia sus manos, seguramente sudadas, para ocultar lo que Acadia piensa que puede ser alguna clase de vergüenza.
La mira, y no puede evitar pensar que su risa está llena de una desesperación enfermiza.
“Conchetufuckyou” Se dice Acadia a sí misma, mientras contempla esa sonrisa, que en realidad no es una sonrisa, sino una desesperada llamada de atención, que la hace pensar inevitablemente en esas mujeres suicidas que, con el lápiz labial corrido y el rímel cayendo por sus mejillas como sendas lágrimas negras, con la cabeza y estómago llenos de Alprazolam y vodka, llaman por teléfono a las tres de la mañana a familiares y “amigos” que la han ignorado por años y que daban por sentado que ese inevitable Accidente, terminaría por ocurrir.
Más temprano que tarde.
Acadia trata de entender por qué siempre le ha caído tan mal Vicky. Trata de buscar en su cabeza ese argumento que justifique todo ese aborrecimiento, desprecio y condescendencia con el que suele tratarla cada vez que se la topa en el casino del trabajo, mientras esperan por un microondas que se desocupe; busca ese algo que le permita decir “Vicky me cae mal porque es media puta y arrastrada para sus cosas”.
O algo así.
Pero solo le cae mal.
Sin explicaciones ni teorías ni nada.
Solo la detesta.
Aunque, pensándolo bien, todo ese desprecio que puede llegar a sentir por ella, de una forma u otra, puede estar ligado a esa puta condescendencia que tiene hacia los demás y, sobre todo, consigo misma. Una asquerosa condescendencia con la que llena su ser; esa manía de querer a todos, de justificar a todos, seguramente esperando que la quisieran y, de vuelta, también la justificaran a ella y sus acciones.
Es una maldita y puta obsesión por caerles bien a todos.
Es como si estuviera gritando con todas sus fuerzas “Quiéranme”.
“Por favor, por lo que más quieran... solo quiéranme”.
Pero ahora, que ve las cosas un poco más claras, lo que realmente le aterra es pensar en porque todos fingen que les interesa su charla inútil y sin sentido.
Es decir, si es tan aburrido, ¿no es más fácil darle la espalda y salir caminando hacia algún otro rincón?, ¿entrar a la casa o simplemente irte rápidamente?
Entonces, ¿Por qué fingir que nos importa algo cuando evidentemente no es así?
Quizás la gente finge para que les finjan de vuelta.
Nosotros les mentimos a los demás, para que ellos nos mientan a nosotros también.
Lo que es algo triste, cuando lo piensas bien. Y tétrico. Muy tétrico.
Así que Acadia decide entrar a la casa. Volver a la fiesta.
Por eso, después de excusarse con esa fingida amabilidad que te da la experiencia, se da la vuelta y camina nuevamente hacia a la casa, pensando en temas muchos más importantes de su propia vida.
Camina, mientras su mente se desliza lentamente hacia Roberto, pensando en la historia que se han creado juntos; y que le gusta que así haya sido. Eso es lo que se supone que deben hacer las parejas, crecer juntos, armar una historia en conjunto para convertirse en una sola persona.
Aún trata de determinar qué es lo que realmente le gusta de él. No lo sabe todavía. Pero lo que sí tiene claro, es cuál fue el momento en el que se convirtió en algo más que un simple amigo de la universidad.
Fue un día de invierno, en el que la lluvia obligó a cancelar cierta Asamblea, de esas en la que sólo comunistas, anarquistas y fascistas disfrazados de tipos de Centro-Derecha discutían por horas acerca de temas inútiles y a las que la gente iba más motivada por el ocio y escapar de clases que por el afán de cambiar algo en un sistema que ya se sabia inutil.
Mientras compartían un vaso plástico lleno de café barato y un cigarro, él le regaló una chapita que tenía escrita la frase “God Is Gay” en ella, justo el día después que ella le comentara que Nirvana era una de sus cinco bandas favoritas de todos los tiempos, junto con Stones Roses,Danzig, Pantera y Misfits.
- Ayer dijiste que te gustaba Nirvana, y justo encontré esta chapita en la feria artesanal de la Pepsi, y me acordé de ti - Le dijo, con un brillo en sus ojos que no había visto en ningún hombre desde aquel dia en el que Gaspar se le declaró en el Parque San Borja, mientras tomaban cervezas a escondidas en una mañana de martes de cimarra.
- Para que la uses en tu bolso...-
Ese fue el momento.
De ahí en adelante las cosas se fueron dando solas, sin que nadie las forzara. Un primer beso en el Forestal, frente al Museo de Arte Contemporáneo, después de fumarse un joint de Critical Jack mirando el Mapocho. Hacer el amor por primera vez en su departamento, en el sillón, escuchando un compilado de Trip Hop de los 90s, mientras su compañero de Departamento estaba de vacaciones en la playa, salidas a cenar, a fuentes de soda y cines los domingos en la noche para gastar los fines de semana juntos.
Ya han pasado cinco meses desde aquella tarde en el Parque Forestal.
No sabría de forma exacta definir qué es lo que realmente siente.
Piensa que podría ser amor.
¿Por qué no?
Amor
La palabra en si suena demasiado grande. Le asusta un poco.
Amor
Pero suena bien.
Es entonces cuando entra en la casa y se arrepiente al instante de haberlo hecho. Porque piensa que podría haberse ido al patio delantero para llamarlo. Ahora. Porque después de todo, ya no le importa que sean más de las doce de la noche de un sábado y que algunas latas de cerveza comiencen a aturdir las neuronas dentro de su cerebro.
De hecho, es la excusa perfecta para poder hacerlo.
¿Pero eso no la haría parecer demasiado desesperada?
Se sienta en un sillón, mientras bebe un último trago de cerveza tibia. Observa cómo cierta gente baila canciones electrónicas que ella pensaba que ya habían sido olvidadas para siempre. Todos intentan hacerlo sin parecer ridículos. Algunos lo logran, la mayoría fracasa miserablemente.
Tal como todo en la vida.
Quiere un cigarro. En su bolso, ve la cajetilla con su último cigarro dentro de ella.
Entonces arma en su cabeza un plan. Un pequeño y perfecto plan para este instante. Primero, debe de buscar a Jessica, para que la acompañe a comprar cigarros y una botella de Vodka antes de que la botillería cierre. Entonces, una vez que ya tenga los cigarros y el vodka y regresen a la fiesta, tomará un vaso de la cocina y lo llenara con Hielo y Vodka. Con ese vaso en su mano y el cigarro encendido, llamara a Roberto, de sorpresa. De todas formas, ella sabe que el estará despierto, haciendo el turno de noche en el Call Center de Entel, el trabajo que tiene mientras termina su carrera de Ingeniería Comercial con mención en Comercio Internacional.
- Es el trabajo más aburrido del mundo... - Le dijo una vez - ...Atiendes a gente, peleas con esa misma gente, los insultas de forma que no sean capaces de entender de qué estás riendo de ellos, pero la mayor de parte del tiempo la pasas conversando temas que te aburren con tus compañeros, o navegando en internet con la clave robada a un supervisor -
Una llamada sorpresa, de cariño, una llamada de esas que nunca molestan a nadie. Para demostrarle que piensa en él, que se acuerda de él y que sepa lo mucho que le gustaría que estuviera con ella en ese momento, los dos juntos, tratando de bailar música electrónica de los 90’s sin verse demasiado patéticos o simplemente burlandose de Vicky y su conversación sin sentido.
Así que comienza a dar vueltas por la casa, buscando a Jessica, que sabe que debe de estar en algún lado. Bailando; probablemente coqueteando con alguien. De preferencia algunos años menor que ella. Un tipo con bíceps marcados, camisa ajustada de marca que no ocultaría ningún musculo, exceso de gel en el cabello y un perfume demasiado dulce que lo acercaría de una forma peligrosa a un perfil demasiado gay.
- No tendría problemas en tirarme un Vedetto... - Le dijo una vez, mientras le comentaba acerca de una despedida de Soltera a la que había acudido - ...Son ricos; flacos y musculosos, la mayoría de ellos la tienen grande y te apuesto a que deben de tirar como los dioses... ¿O que?, ¿solo los hombres pueden soñar con tirarse minas flacas y  tetonas y es nuestro deber hacer caridad sexual con panzones cerveceros?... estan locos...-
¿Cuántas personas pueden caber en una casa de un barrio suburbano perdido en Maipú donde todas las casas son iguales?
¿Cuántos rincones poseen estas casas para que la gente se pueda esconder?
Nunca hubiese pensado que fueran tantos.
Pero lo son.
Demasiados rincones oscuros.
Da vueltas por la casa.
Y las cosas pasan. Solo así. De la nada.
“Es divertido pensar cómo funciona la vida” Se dice a sí misma Acadia. Es decir, lo seguro que se puede estar de las cosas un momento, para que un minuto después, todo se desarme y te des cuenta de que todo ha sido prácticamente una mentira.
Se siente engañada. Idiota. Estúpida.
Pero lo peor de todo, ingenua.
Huye. Porque no sabe qué otra cosa puede hacer. Corre, como si eso le sirviera de algo. Sabe que es algo estúpido, pero que sin embargo continúa haciendo.
Ladridos de perro.
El sonido de sus tacos golpeando el asfalto rompe el silencio de la noche.
Se acuerda de su tía abuela Olga. La amargada, la fanática religiosa que odiaba a los hombres, la que se quedó sola y eventualmente se volvió loca porque nunca se follo a nadie apropiadamente. Se acuerda de los eternos monólogos que se veía obligada a escuchar, cuando por lastima su mamá la forzaba a visitarla, el último domingo de cada mes, en el hogar de ancianos donde la fueron a botar cuando dejó de ser útil a sí misma y se convirtió en un estorbo para la familia.
Pero ahora solo una frase es la que llena su cabeza, la que repite como un mantra enrarecido mientras corre y su corazón comienza a bombear ácido a través de sus venas.
Solo una frase, una sola, de todas las frases que le escuchó decir en todos esos años de visitas por lastima: “Mijita’, los hombres son todos unos animales. Nunca confíes en ellos.”
Se rompe el taco de su zapato izquierdo, con un chasquido que es casi imperceptible.
Cae.
El contenido de su bolso se esparce en el suelo ruidosamente.
Intenta levantarse, pero el dolor en sus rodillas la hace llorar aún más.
Se limpia las lágrimas con la manga de su chaqueta, que se ensucian con rímel negro.
Y la ve. Entre el lápiz labial y la billetera. La chapita.
“God Is Gay”
La toma en sus manos y piensa que la vida es una gran sarcasmo. Que después de todo, ese dolor que ahora la quema por dentro haya comenzado con un simple gesto, de regalarle un simple detalle en un día lluvioso.
Para terminar en la calle, con las rodillas y las manos rasmilladas; con el alma rota en miles de pequeños trozos.
Llorando.
Porque, después de todo, ¿Cuántas posibilidades existen de que encuentres a tu “Pololo” siendo arrastrado a una pieza, por una mina con pinta de puta cafetera desquiciada, en una fiesta en la que nunca te menciono que iba a estar?
No demasiadas. Tienes más chances de ganarte el Loto.
Santiago no es una ciudad tan grande como lo había pensado, después de todo.
Acadia se levanta lentamente, mientras trata de calmar su respiración. Se promete no llorar más, pero sabe que para eso necesita un cigarro. Recoge todas sus cosas, excepto la chapita, que decide botar por una inmunda alcantarilla.
- Hijo de puta..- Murmura - ...Hijo de la Gran Puta.-
Los perros aún siguen ladrando. Detrás de rejas, protegiendo lo que nunca ha sido suyo.
El final perfecto para esta historia de mierda.
0 notes
diostehabla · 7 years
Text
Efesios 6:13-15
Regresamos hoy, amigo oyente, al capítulo 6, de esta carta a los Efesios y vamos a comenzar considerando este importante versículo 13. Pero antes quisiéramos retroceder a los dos versículos anteriores para situarnos en el contexto del pasaje. Nos encontramos en este último capítulo del libro que nos habla de la Iglesia como un soldado de Jesucristo.
El apóstol acababa de pedir a los cristianos que se fortalecieran en el Señor y en su fuerza poderosa, y entonces escribió el versículo 11, que dice:
"Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo"
¿De qué estaba hablando Pablo aquí? Pues sobre la maldad espiritual, de aquello que es satánico. Acercándose ya al final de su epístola, el apóstol dijo; "Por último, fortaleceos en el Señor y en su fuerza poderosa". Usted no puede derrotar al diablo con sus propias fuerzas. El Señor es el único que puede proporcionarnos el poder necesario. Dice el versículo 12:
"Porque no tenemos lucha contra seres humanos, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes."
Pablo continuó diciendo que el enemigo contra quien el cristiano tiene que luchar no es humano. El enemigo es espiritual, y la guerra es espiritual. Es por este motivo que necesitamos un poder espiritual. Es bueno observar que la naturaleza carnal del creyente no es el enemigo contra quien hay que luchar. El creyente debe considerar muerta a esa naturaleza y rendirla a Dios. El camino que conduce a la victoria sobre la naturaleza carnal está expuesto en Romanos 6. El luchar contra esa naturaleza, conducirá a la derrota, y Pablo registró tal experiencia en Romanos 7.
Sólo la armadura de Dios puede resistir la estrategia y ataque de Satanás, quien dispone de toda clase de armas que, por su efectividad, podrían compararse a los modernos misiles. Necesitamos un sistema defensivo eficaz si hemos de vencer en esa lucha. Es por ello que es tan importante reconocer que él no lucha contra un enemigo humano. No tenemos que luchar contra otros seres humanos, porque el enemigo, como dijimos, es espiritual, así como la lucha. El diablo es el enemigo de cada creyente en Cristo y aquel contra quien hay que luchar. El camino hacia la victoria sobre el diablo es obedecer la orden de colocarse toda la armadura de Dios, y resistir, como leímos en el versículo 11.
Así que nos encontramos en una batalla espiritual. El diablo tiene en formación de batalla a sus fuerzas, organizadas por categorías. Se nos dice que luchemos contra ellas. Esta lucha nos habla de un combate cuerpo a cuerpo con las fuerzas de la maldad espiritual. El versículo 12 de otra versión dice: "Porque no estamos luchando contra gente de carne y hueso, sino contra malignas fuerzas espirituales del cielo, que tienen mando, autoridad y dominio sobre este mundo lleno de oscuridad". Ésta es nuestra guerra, que se desarrolla en la actualidad.
Hay un mundo demoníaco alrededor nuestro y que se está manifestando en nuestro tiempo. Si hubiéramos dicho esto en otras épocas, podrían habernos respondido que estábamos dando lugar a la imaginación y a la fantasía. Sin embargo, en la actualidad, el demonismo es un tema popular que se expone abiertamente en los medios de difusión. Hay sectas e iglesias Satánicas en varias ciudades y en esos grupos suceden fenómenos muy extraños. Algunos oyentes a veces preguntan si tales fenómenos son reales o no. Si usted no cree en esos extraños sucesos, abra bien los ojos para ver lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. Hay personas que están siendo atraídas y atrapadas en toda clase de actividades demoníacas. Es que hay fuerzas espirituales actuando en el mundo, fuerzas malignas actuando contra la iglesia. Están obrando contra el creyente, contra Dios y contra Cristo. No trate usted de minimizar estos hechos. Están ocurriendo y usted y yo, humanamente hablando, no estamos a la altura de ellos.
El hecho de que hay un enemigo espiritual que vencer está bien ilustrado en el capítulo 10 del libro de Daniel. Daniel había estado orando durante tres semanas. Dice en Daniel 10:2-3, "2En aquellos días yo, Daniel, estuve afligido por espacio de tres semanas. 3No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con perfume, hasta que se cumplieron las tres semanas". Finalmente vino un ángel y le tocó diciéndole, como vemos en 10:11-12, "Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que he de decirte y ponte en pie, porque a ti he sido enviado ahora. Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando. 12Entonces me dijo: Daniel, no temas, porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido". Si esto fue cierto, entonces Daniel tenía todo el derecho de preguntarle: "Entonces, ¿dónde has estado durante estas tres semanas?" Escuchemos lo que el ángel continuó diciéndole, según el versículo siguiente, el 13: "13Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia". El ángel estaba en conflicto con un demonio, y tuvo que regresar por refuerzos. Estaba teniendo lugar una batalla espiritual, y nosotros tenemos hoy una lucha similar.
Hemos dicho que estos poderes están organizados. En nuestro pasaje de Efesios 6 los principados son los demonios que tienen una supervisión o vigilancia sobre naciones. Corresponderían con los generales de un ejército. Las potestades serían demonios a nivel individual que quieren poseer a los seres humanos. Los gobernadores de las tinieblas de este mundo serían los demonios que están a cargo de los asuntos terrenales de Satanás. Y las huestes espirituales de maldad en las regiones celestiales serían los demonios en la esfera celestial que están a cargo de los asuntos religiosos.
Satanás tiene entonces un grupo bien organizado y jerarquizado para manipular acontecimientos del mundo. El sufrimiento, el dolor y las tragedias de la vida forman parte de su obra en la sombra. Satanás es la causa de los grandes problemas del mundo actual.
No somos conscientes que se está llevando a cabo una guerra espiritual y de que las personas necesitan estar fundamentadas en la Palabra de Dios. Hay una manifestación demoníaca que es evidente en el hecho de que tantas personas sean arrastradas por toda clase de cultos y sectas con creencias falsas. Como resultado de esta situación confusa, la Palabra de Dios parece descender a un nivel de insignificancia en algunos círculos y organizaciones cristianas. Y esto es evidentemente la obra del enemigo espiritual.
Leamos ahora el versículo 13, que inicia el párrafo que concreta:
La protección del soldado "Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo y, habiendo acabado todo, estar firmes."
Habiendo identificado al enemigo, Pablo procedió entonces a identificar el arsenal que está disponible para la defensa. En ninguna parte se le urge al creyente a atacar y a avanzar. La clave en toda está sección es el verbo resistir.
Usted sabe que en la Biblia se habla de los creyentes como peregrinos. Como peregrinos nosotros tenemos que andar a través de este mundo. La Biblia también habla de nosotros como testigos, y con tal misión tenemos que llegar hasta los confines de la tierra. También se nos compara a atletas, que corren la carrera, debemos correr con los ojos fijos en el Señor Jesucristo. La epístola a los Hebreos 12:1 y 2 nos anima a correr con perseverancia la carrera que tenemos por delante fijando la mirada en Jesús, que es el iniciador y perfeccionador de nuestra fe. La Biblia también habla de nosotros como luchadores y dice que como tales, debemos resistir. Francamente, yo preferiría mucho más resistir y permanecer firme, que tomar la iniciativa en una lucha.
Hace muchos años, un gran predicador llamado Billy Sunday, atrajo mucha atención al decir que allí en el estrado o plataforma en que él predicaba estaba luchando contra el diablo. Creemos que había una gran parte de verdad en ello, porque su mensaje formaba parte de una lucha espiritual. La batalla tiene lugar en cualquier lugar en el que la Palabra de Dios es proclamada y se comunica el mensaje del Evangelio. Allí se encuentra el frente de batalla. Allí es donde el enemigo está trabajando, y no tanto en los antros de perdición.
Personalmente, yo nunca sentí que tuviera que llevar a cabo por mí mismo, esta batalla. Es decir, que yo tuviera que tomar la iniciativa en el ataque. El mandamiento es resistir. Es el enemigo quien va a atacar. La orden recibida en este pasaje consiste en que, una vez que uno se haya colocado la armadura, debe mantenerse firme.
Ser capaces simplemente de resistir y permanecer firmes en esta época de maldad, constituye una victoria para el cristiano.
Nos gustaría expresar nuestra admiración por tantos pastores y dirigentes espirituales de las iglesias que están en el frente de esta batalla espiritual. Por otra parte, hay algunas comunidades cuya asistencia y membresía ha disminuido porque no fueron conscientes de que la batalla se estaba llevando a cabo precisamente donde ellas se encontraban.
Por ello los cristianos debemos orar por nuestros dirigentes espirituales. ¿Ora usted por aquellos que tienen la máxima responsabilidad al frente del pueblo de Dios? Ellos necesitan nuestras oraciones por encontrarse en primera línea en la lucha, enseñando y proclamando la Palabra de Dios. Es como si estuviéramos sosteniendo sus brazos, como en los tiempos del Antiguo Testamento, en el episodio relatado en Éxodo 17:11, Aarón y Ur sostuvieron los brazos de Moisés, alzados hacia Dios en intercesión a favor de los israelitas, que estaban luchando en una batalla.
Leamos a continuación los versículos 14 y 15 de este capítulo 6 de la epístola a los Efesios:
"Estad, pues, firmes, ceñida vuestra cintura con el cinturón de la verdad, protegidos con la coraza de justicia y calzados los pies con el celo por anunciar el evangelio de la paz."
Aquí tenemos nuevamente el mandato de estar firmes. Ésta es la cuarta vez que el apóstol Pablo transmitió esta exhortación al creyente y en esta ocasión estaba hablando con toda claridad y directamente, como si fuera un sargento. En una ocasión anterior, en el capítulo 4 versículo 1, se había dirigido a sus lectores diciéndoles: "Yo, pues, preso en el Señor os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados". Mientras que aquí les estaba ordenando resistir. Pero no sólo debemos mantenernos en una posición de resistir, sino que también tenemos a nuestra disposición cierta armadura para protegernos. No hemos de ser burlados por las artimañas del diablo. Tenemos que estar preparados para sus ataques.
Observemos que en el versículo 14 también dice ceñida vuestra cintura con el cinturón de la verdad. En la ropa de aquella época, el cinturón mantenía en su debido lugar todas las partes del uniforme del soldado. Y era esencial. Si se perdía el cinto, se perdían los demás elementos; quedarían sueltas la ropa y los pantalones. En una comedia o película puede hacer reír el ver a un hombre tratando de correr o huir con los pantalones caídos. Pero lo que resulta gracioso en la ficción, no sería cómico en una batalla. Hemos oído que una gran batalla del pasado se ganó porque un general ingenioso ordenó a sus hombres que cortaran los cinturones de los soldados enemigos mientras éstos dormían. A la mañana siguiente, las tropas estaban tan ocupadas en sostener sus pantalones que no pudieron disparar sus armas a tiempo y, en consecuencia, perdieron la batalla. En este pasaje que hemos leído se nos dice que debemos mantenernos ceñidos con el cinto de la verdad ante el enemigo. Y la verdad es la que mantiene unido y en su lugar todo lo demás. ¿Y cuál es la verdad? Es la Palabra de Dios.
Necesitamos a personas que comuniquen la Palabra de Dios, y que la proclamen y enseñen tal como fue dada; personas con convicciones firmes, revestidas de la verdad, que conozcan bien la Palabra de Dios.
Realmente, cada elemento de la armadura habla de Cristo. Estamos unidos a Cristo en las regiones celestiales, y deberíamos revestirnos de Cristo aquí en nuestra vida en la tierra. Esto es lo que el apóstol Pablo nos dijo, que le colocáramos a Cristo en nuestras vidas.
A veces hay personas que al convertirse a Cristo cuentan a los demás su experiencia anterior y como llegaron a sentir la necesidad de la conversión. Pero hay testimonios que parecen honrar más al individuo que a la persona de Cristo y, en ese caso, no deberían darse. Algunos comienzan a hablar destacando lo que eran antes, la posición que ocupaban, y los talentos que tienen y que ahora se dedican a la obra de Cristo. En estos casos parecen implicar que Dios debería estar muy satisfecho de tenerlos formando parte de Su pueblo. Cuando la realidad es que son ellos los afortunados por tenerle a Él. Quizás Dios no obtuvo mucho cuando nos consiguió a usted y a mí. Pero parece que vivimos en un tiempo en cual el ser humano no tiene mucho que decir y sentimos la necesidad de aparecer importantes ante la sociedad en la que vivimos. Y no debería ser así. Necesitamos mantenernos ceñidos e íntegros en la verdad para poder dar un testimonio público de nuestra fe que de honra y gloria al nombre de Cristo. Cristo es la verdad. Y sólo la verdad puede enfrentarse al error.
El versículo 14 finaliza diciendo protegidos por la coraza de justicia. Cristo es la justicia para el creyente. Sin embargo, creemos que aquí se incluye la justicia práctica del cristiano. Pero es importante aclarar que nuestra propia justicia, la que surge de nuestra propia naturaleza caída e impura, la hipocresía, puede compararse a los trapos de inmundicia, como bien dijo el profeta Isaías en 64:6. Y esa justicia resulta inútil como coraza para la lucha espiritual. La justicia que esa lucha requiere es la que surge de detrás de esa coraza, de un corazón sincero y de una conciencia que está en una relación de armonía con Dios. Sólo la justicia de Cristo puede capacitar al cristiano para resistir y permanecer firme ante las demás personas, y ante Dios, pero el corazón que ha de ser protegido por esa justicia divina tendrá que ser un corazón que no condene al creyente. Es una condición lamentable tener pecado en la vida cristiana mientras estamos intentando participar en la batalla espiritual. De esa manera, es imposible alcanzar la victoria, como ya hemos visto en algunos ejemplos de las batallas perdidas por los israelitas en la tierra de Canaán.
El versículo 15 dice y calzados los pies con el celo por anunciar el evangelio de la paz. Los zapatos son necesarios para la actitud, la postura, para la estabilidad. Nos hablan del fundamento. Necesitamos un fundamento bueno y sólido, y la preparación es esencial para el fundamento. Aquellos que han recibido instrucción militar han sido enseñados que en un combate cuerpo a cuerpo los pies deben estar bien afianzados en tierra. Estimado oyente, ¿están sus pies apoyados en la Roca? Cristo es para usted el fundamento en este mundo. El apóstol Pablo nos recordó en Primera de Corintios 3:11 que nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
Estimado oyente, vivimos en un mundo oscurecido por la confusión espiritual, maldad y la corrupción. Nunca antes habíamos oído repetir esta última palabra, "corrupción", con tanta frecuencia. Teniendo en cuanta la inestabilidad y la inseguridad que rodea al cristiano en la sociedad actual, en la cual cada vez abundan más las personas que carecen de convicciones firmes, y en la que la verdad ha pasado a ser un concepto relativo, subjetivo y circunstancial, necesitamos revestirnos de Cristo. Le necesitamos absolutamente, y permanentemente. Si usted no tiene una relación con Dios, si no ha aceptado por la fe la gracia de Dios revelada en la obra de Jesucristo en la cruz, le invitamos a hacerlo. Ese acto de fe le provee una relación personal con el Señor, que le permitirá resistir en las luchas de la vida y permanecer firme, alcanzar la victoria y, una vez terminada la vida misma en esta tierra, le permitirá disfrutar de una eternidad con Dios y todos los redimidos. Y ésta no es nuestra conclusión, ni nuestra deducción, sino la afirmación categórica de todo el mensaje de la Palabra de Dios.
Copyright © 2001-2017 ( TTB - Thru the Bible, RTM - Radio Transmundial, EEA - Evangelismo en Acción). Todos los derechos reservados - Condiciones de uso
1 note · View note
Text
Un martes más
¿Ya no me vas a querer después de esta borrachera no? -Noup, si te querré si que sí. ¿No vas a llegar a casa, me vas a bloquear y vas a desaparecer no? -No Clau, no tengo tus manías -digo riéndome- aparte sabes donde vivo.
Clau se ríe y me muerde el hombro izquierdo. Le digo que está un poquito más loquita que hace una semana, que no sé si es el vino, la chela o sus clases ya la estaban desequilibrando. Le dije que a pesar de sus tecnicismos de psicóloga (que no termino de entender), hago mi esfuerzo. La música, bailarla, cantarla le hacen super bien (y todos sus artes, uff ), esas escapadas al centro nos hacen mejor, esas reflexiones subjetivas que nos metemos y no nos entienden del viaje en el vamos. Me acuerdo aún la cara de su mejor amiga cuando empezamos a hablar de chistes internos.
¡BENDITO METROPOLITANO!- Gritó en media Plaza San Martín y daba vueltitas con los brazos abiertos y una botella de vino en una mano. Siempre los arranques arrebatados, como con el taxi. Al final yo me reí un poquito y le dije que sí. Que bendito Metropolitano, Línea C, último paradero.
Nos tomamos un par de fotos, le tomé un par de fotos (que nunca salieron), me tomó un par de fotos. Siempre con sus poses exóticas, sí porque no hay otra palabra que calze mejor con esta mujer. Exótica. 
Y al final más borrachitas que sobrias, me volvió a decir todo lo que me escribió horas antes. Y me volvió a tocar el alma, el ser. Habló de mi escritura, la volvió a elogiar y le volví a decir que no estaba preparada aún, le dije que está había sido mi manera de sanarme y que publicarme desde mis adentros es raro, acepté el miedo y ella me dijo que admira que lo acepte. La idea de la editorial sigue en pie para cuando decida intentarlo, finalizó. Me quedé un poquito muda, corta de palabras, no esperaba llegar a este momento de la vida. Dijo todo lo bueno que deseaba para mí y como si el tiempo corriera, era hora de dejarme en casa. 
Unos minutos más tarde un poco más calmada y mientras luchaba contra el sueño y mis ganas de ir a trabajar en unas horas, me dejó un audio. Uno medio drunk, con palabras arrastradas, con un “bebé” de por medio (aunque lo odio, prefiero el bbcita y ella a su vez también lo odia, ja). En el audio dijo: Bendito Metropolitano, Bendita Lima, Lima me está dando lo mejor, me esta dando a ti. 
Y así me dormí, pensando en Lima y mi re-descubrimiento claudial.
0 notes
cubaverdad · 7 years
Text
Dama de Blanco denuncia violenta golpiza de la policía política
Dama de Blanco denuncia violenta golpiza de la policía política Luis Felipe Rojas "Me iban dando patadas, me llevaron arrastrada", afirmó la opositora Yamilé Garro Alfonso, detenida este jueves cuando intentaba llegar a la sede del movimiento femenino. A golpes. "Fui arrastrada. Me llevaron hasta una patrulla, pero en el camino me iban dando patadas, me llevaron arrastrada y me iban dando golpes", así describió la dama de blanco Yamilé Garro Alfonso la detención de la que fue objeto en la mañana de este jueves. Horas después del arresto, Martí Noticias pudo contactar con Garro Alfonso y la misma explicó como "unos cinco policías, hombres y mujeres", la interceptaron antes de llegar a la sede del movimiento Damas de Blanco, ubicado en el barrio de Lawton, del municipio "10 de octubre", en La Habana. "Yo no me había percatado de que ya estaba el operativo policial, y ya justo en la reja de la sede se me abalanzó un oficial de la Seguridad del Estado con cuatro policías uniformados de la PNR (Policía Nacional Revolucionaria)", señaló la mujer. Según el testimonio de la disidente, fue llevada a una unidad policial ubicada en la intercepción de las calles Zanja y Dragones, en Centro Habana. Allí intentaron achacarle una acusación por agresión a los policías, "pero el (oficial de la) Carpeta preguntó quién se haría cargo de la denuncia, y como ellos no sabían qué hacer… llamaron a su superior, y este dijo que no, que me liberaran", detalló la Dama de Blanco. Garro Alfonso inició en la oposición hace un lustro para exigir la libertad de los presos políticos, y desde entonces ha sido detenida en decenas de ocasiones. La iniciativa #Todosmarchamos ha contabilizado más de 90 semanas consecutivas en que las fuerzas represivas impiden a las mujeres ir a misa en la iglesia de Santa Rita. Garro Alfonso está incluida en una lista que la Junta directiva de las Damas de Blanco hizo llegar a Martí Noticias. En la misma aparecen los detalles de 22 activistas multadas por motivos aparentemente desvinculados de las motivaciones políticas como desorden público, deterioro de documento de identidad, impedir la labor de seguridad ciudadana y otras. ¿Qué hay detrás de las multas? El movimiento femenino ha señalado que las multas son una estrategia del régimen para acorralarlas y disminuir su activismo. En el mes de febrero del año en curso, al regresar de un viaje a España, las autoridades aeroportuarias en La Habana detuvieron temporalmente a Garro Alfonso. ¿El motivo?: una multa de $800 pesos. A Garro Alfonso le informaron "que estaba circulada a nivel nacional", pero finalmente fue liberada sin más implicaciones. Algunas de las multas impuestas a estas mujeres opositoras ascienden a miles de pesos en moneda nacional, y como se niegan a pagarlas han ido a parar a prisión. Recientemente la Dama de Blanco Lismery Quintana, madre de dos niños y enferma de Hepatitis B, fue condenada a seis meses de privación de libertad y llevada a una cárcel de mujeres en Sancti Spíritus, al centro de la isla, tras un juicio sumario por el supuesto impago de multas. Siga a Luis Felipe Rojas en @alambradas Source: Dama de Blanco denuncia violenta golpiza de la policía política - http://ift.tt/2nhP1q5 via Blogger http://ift.tt/2o7Yhfi
0 notes