#hijo de maru botana

[hala2021]

Con mis pies sobre la tierra

Aquí estoy, a oscuras, pisando el pasto con los pies descalzos. Quería pisar la tierra y me dije por qué no venir al club, que tan caro me cuesta. Se ven las luces de los faroles y no hay nadie, pero salí de casa porque ya me invadía la angustia. Me entristece la guerra en Palestina y la situación inflacionaria en la Argentina. Me sentí bien yendo a la mezquita el viernes. Salimos con una amiga a tomar un té. Veo a lo lejos los colectivos y los autos que pasan y me siento en paz. En realidad, no sé qué me depara el futuro, pero lo cierto es que todo lo que planifiqué en mi vida no salió como yo lo esperaba. Mi sueño era llevar una vida simple, casarme y vivir como Maru Botana, con varios hijos. Yo imaginaba diez, pero tengo una sola, hoy fallecida. Y este domingo se festeja el día de la madre. No sé si a ti te pasa lo mismo. Si eres adulto, ¿tu vida resultó tal cual la planeaste? Cuando observo a mi frutilla, que es el apodo que le puse a un cantante surcoreano, me sorprendo de los giros que tuvo en su vida. Jamás pensó que lo tomaran para un grupo musical, porque acompañaba a un amigo para una audición. Y lo tomaron a él. Y el grupo de música resultó ser uno de los más famosos en el mundo. Incluso, lo convocaron, junto con los demás miembros, a la ONU, en Estados Unidos. Y yo, que busqué un amor aquí y allá, terminé sola, sentada el día de la madre en este camastro, que ni siquiera le puse la colchoneta. Sigo, con los pies sobre el pasto, en la total oscuridad de la noche. Las luces a lo lejos me hacen recordar mi niñez, mi adolescencia y esos viajes en ómnibus hacia Paraná, provincia de Entre Ríos. 

En fin... Se me hizo tarde, porque lavé ropa y escuché los audios de coreano. Después, estuve navegando por mis redes sociales. Me gusta mucho Tik Tok, porque me hace reír. No obstante, no me quejo de mi vida, porque otros están peor que yo. Tan solo pensar en todas esas personas sepultadas en Palestina, tanto la tierra de los palestinos, como Palestina ocupada, me da escalofríos. Yo gozo de buena salud; como lo que quiero y puedo disfrutar de las salidas que me hacen feliz. Mañana me encontraré con una amiga, por lo menos esos fueron los planes para mañana. Ella trabaja mucho y su vida es esa, el trabajo, la casa, su perrito, su familia. Seguro de que ella tampoco habrá pensado que su vida sería así, esclavizada con el trabajo y los enfermos. 

Mañana o esta noche publicaré esta redacción de textos. Hoy me siento melancólica. No sé... Me invaden los recuerdos. ¡Mirá que pensar en mi niñez! ¡Qué ocurrencia! Extraño tanto a mi hija. Ella era todo para mí. En aquel tiempo no sabía defenderme tanto como ahora. Tampoco tenía nada de dinero. Ahora estoy mejor económicamente. Y sola. Se escucha el sonido de una moto y el arrastre de un carro de basura que lleva un hombre de limpieza. No sé para qué vine, solo para salir. De alguna forma, deberé adaptarme al cambio cuando me jubile. Ya no quiero trabajar más en los colegios. Los ambientes educativos me han cansado. 

Sigo con los pies sobre el pasto. Según un famoso hombre que hablaba de salud en Tik Tok, decía que era muy importante pisar con los pies la tierra o el pasto, porque favorece la salud. Y por eso vine. Si querés que te dé un consejo, ¿lo vas a cumplir? Si querés mantener una buena salud, no comas harinas. Ninguna comprada. Hazla tú moliendo el arroz o el garbanzo.

Debo irme, me espera una larga caminata. Por hoy, ya escribí bastante.

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Pampita y Maru Botana revelaron cómo superaron muerte de sus hijos En un emotivo programa, Carolina Ardohain “Pampita” y Maru Botana compartieron las claves de vida que les permitieron seguir adelante tras la muerte de sus hijos.

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Maru Botana dejó un conmovedor mensaje, a diez años de la muerte de  su pequeño hijo Facundo, quien falleció en 2008 cuando tenía apenas seis meses. La cocinera más popular de la TV usó una tierna foto y dedicó unas palabras al niño en esta fecha tan especial. “Mi lindo Facu, nunca entendi el por […]

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REFLEXIONES EN CUARENTENA DÍA 41 (29/04/20)

Día 41 de la cuarentena, o como ya le digo con cariño, “el infierno en vida”. En casa el horno no está para bollos. Pero sí está para panes, budines, muffins, galletas, cupcakes tortas etc. Celíaco que pasa por la puerta, celíaco que cae muerto. Por suerte los recolectores de basura siguen trabajando. Pero los ánimos están caldeados. Las reacciones son desproporcionadas. Le niego el celular a mi hijo menor porque lo necesito para trabajar y me grita furioso que me va a internar en un geriátrico. No en 30 años. Ahora. En el de avenida De los Incas. Googleen.

Hablando de pastelería, hice mi mejor budín de banana desde que empecé a hacer budines de banana. Húmedo, dulce, esponjoso, con el sabor de la fruta presente pero no de manera excesiva. Una locura. Una delicia. Me dieron ganas de llevármelo a la cama. Para seguir comiéndolo ahí, que nadie piense porquerías. Tan bien me salió que pasó Maru Botana a pedirme la receta. No la recibí, claro. Me parece una inconsciencia que ande dando vueltas por la calle con tantos pibes que tiene. Tan rico me salió que me llamó César “Banana” Pueyrredón para ser la cara del budín si lo empiezo a vender. Le dije que no, pero que quiero ser su amigo. Me cortó. Pero me dejó pensando. Quizás me tenga que dedicar seriamente a esto. No a la pastelería en general. A los budines de banana. Solamente. Especializarme. Hacer un master. Un posgrado. Estuve viendo que hay varios: “El budín de banana a través de la historia”; “Las muy maduras no las Descartes: budín de banana y filosofía”; “Budín de banana vs. pan de banana: ¿dos nombres distintos para una misma cosa? Sí”. Este último es cortito. Pero bueno, ya veré. No sé si me va a alcanzar para mantener a mi familia. Por lo que me dijeron, plátano hay.

Veo fotos de miles de judíos ortodoxos reunidos en la calle en Brooklyn, por el funeral de un rabino muerto por coronavirus. Todos pegados, amontonados, sin respetar ningún tipo de protocolo sanitario. Estético sí, porque están todos vestidos iguales. Algo es algo. Si Adolf viviera, estaría aplaudiendo. O quizás puteando porque le están sacando laburo. Y hoy por hoy una pyme como la suya no llegaría a fin de mes. No sobrevivimos al Holocausto para esto, muchachos. Media pila. Bueno, YO en particular no sobreviví al Holocausto, pero se entiende. Jamás hubiera podido sobrevivir, por otra parte. En primer lugar, si hubiera estado en una situación tipo Anna Frank, me hubieran atrapado a los veinte minutos. Hago mucho barullo. Bostezo fuerte, tengo el andar pesado, mastico con ruido, y justo ahora ando con gases. Los nazis también andaban con gases, pero mejor no ahondar ahí. El punto es, nada justifica amontonarse en estos momentos. Pero la gente se está empezando a relajar. No los judíos ortodoxos, a ellos nunca se los ve relajados. Y menos ahora que salió esa serie que no los deja muy bien parados. ¿Cómo se llama? Ah, sí, “Breaking Bad Mitzvah”, esa de un rabino con cáncer que para sostener económicamente a su familia se pone a fabricar un matzá que genera adicción, se llena de dinero y enloquece de poder. Polémica y fuerte. De todos modos, yo apenas soy judío de familia. No sigo ninguna costumbre, ningún rito, no celebro los días sagrados. Y estoy bien así, pero envidio las comilonas que se mandan. Cuando se termine todo esto, voy a pedir que me inviten a una. Y llevo un budín de banana. Voy a quedar como un duque. Si hay hasta una canción que celebra la fruta. “Banana gila banana gila banana…”, ¿o no? No puede fallar.

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“Los hombres tienen que entender que ya no mandan más“

Por Fernando Gomez Dossena Lanza nuevo disco, se anima a una película dramática y debuta como jurado de un show de talentos internacional. La revolución “Lali” llegó y promete, como siempre, dar que hablar.

Encontrar un minuto libre en la agenda de Lali es una misión casi imposible. Más aún este año que está repleta de proyectos. Cuentan que se juntan casi 12 personas, entre representantes, agentes y productores, para arreglar y armar el croquis de actividades que incluyen conciertos, lanzamientos, grabaciones, prsentaciones de prensa y decenas de etcéteras más. Sucede que a la estrella pop de 26 años se le ocurrió volver con todo: lanza su disco Brava, debuta como jurado de Talento FOX (a partir del 21 de agosto a las 21:30) y presenta la película Acusada, en donde interpreta a una joven sospechada de matar a una amiga. Este filme, aparte de mostrarla en una nueva faceta dramática, la llevará a una competencia internacional: el Festival de cine de Venecia.

-¡Estás en todos lados -Sí, hay miles de Lalis dando vueltas. Lo mío ya es casi demencial, soy una ezquizofrénica de ley (risas). Se me juntó el ganado al nivel creativo, pero todo lo que emprendí lo hice con una gran convicción. Todo es tan diverso que cada una tiene su espacio. De todas maneras, la película la hice el año pasado, a principios de 2017 me llamaron para el casting…

-¿Hiciste casting? -Desde ya, es así cómo tiene que ser. Necesito hacer una audición porque puedo creer que soy la elegida para ese papel, pero no así el director. Yo no puedo decidir si soy perfecta para la película de otro.

-¿Te sigue dando nervios un casting? -Claro, me hace ponerme a prueba. La situación me estresa y me doma el ego. No entiendo como los actores no hacen castings en Argentina, en el exterior se estila un montón aunque seas Meryl Streep. Al ego hay que dormarlo siempre. Y las audiciones son una buena forma de entrenarlo.

-La película es bien dramática y poco tiene que ver con vos y tus últimos trabajos, ¿en qué te interpeló? -La peli me hizo bajar 300 mil cambios, porque yo tengo siempre un cohete en el culo. Estuve obligada a estar en un lugar tranquilo y a bajar decibeles al máximo, necesité estar mentalmente en otro registro para poder ponerme en la piel de Dolores.

-¿Te identificaste en algo con ella? -Por suerte no. Lo interesante fue comprender -y no quiero ponerme en solemne- que el actor es una herramienta para interpretar algo. Este fue el personaje que más me hizo flúo de cómo es nuestro oficio. La gente de la producción tenía miedo de proponerme de usar ojeras, y yo estaba chocha. ¡Transforménme en un culo!, les respondí. Estaba interpretando a una chica acusada de matar a su amiga. No podía estar súper arreglada claramente.

-Por otro lado, lanzás tu disco Brava, que es puro ritmo, color y alegría… -Sí, ahí no hay nada de ojeras (risas).

-Es mucho más “Lali”… -Una Lali auténtica y perdón que hable en tercera persona como el Diego (risas). El musical es el único ámbito en el que soy yo, por eso me puse de nombre artístico Lali y no Claudia Roldán. Este disco me entusiasma muchísimo, porque estoy haciendo música nueva con una exigencia natural del mundo latino. Desde ese lugar me reinventé.

-¿En qué sentido? -Empecé a componer y me di cuenta que no tenía nada personal para escribir. Se ve que ando bien (risas), entonces me concentré en producir algo bien original: ritmos latinos, pero que tengan mi impronta. Voy a decir algo medio Karina Jelinek, pero quise reflejar cómo se para la argentinidad frente a lo latino. Nosotros lo somos, pero siempre están presentes las influencias españolas e italianas. No puedo disfrazarme con una banana en la cabeza y salir a cantar, porque no tiene nada que ver con nosotros, con nuestros abuelos que bajaron del barco. Entonces paré la pelota y pensé qué tenía para ofrecer y que no haya en el mercado. Y ahí se me ocurrió reflejar esa fusión. Por eso elegí lo barroco, lo italiano, lo exagerado, lo sensual… Soy como la Cicciolina de las cantantes latinas (risas).

-¿El título Brava hace referencia a vos? -Claro, por mí y porque la cosa se puso brava. Las chicas estamos más bravas que nunca y eso me encanta. Quiero cortar con el chiste de la música latina que muestra a todos los chabones haciéndose los cancheros y cogiéndose a todas; y a las minas bailando y mostrando el culo al lado. Yo como mujer quiero mostrar que podemos hacer lo que queremos y que ellos no mandan. Yo si estuviera soltera saldría con quién quisiera, lo dejaría y así iría por la vida. Me puse brava para defender la imagen de la mujer.

-¿En algún aspecto no sos brava? -¡No! Yo soy tremenda en todos los aspectos. Soy cabrona, cualidad que a veces me viene bien y a veces me hace derrapar mal. Cuando me doy cuenta del lío que hice, reculo y pido perdón.

-¿Alguien puede aunque sea bajarte un poco? -Sí, mi novio. Me baja diez cambios. Él es bravo también, entonces tengo que tranquilizarme para que no se arme un tole tole. Tengo claro que en muchos temas no va a pensar como yo y no voy a poder convencerlo. En esas situaciones prefiero no salir al choque en vano.

-¿Fue un dílema exponerte en la lucha por la legalización del aborto sabiendo que muchas fanáticas podrían dejar de seguirte porque piensan distinto? -No tuve dilemas. Soy un mini ejemplo de que no me meto en las cosas que no tengo ganas de meterme, ni tampoco opino. Me pongo a opinar en un asado en donde soy una ciudadana más, no en público. Los argentinos hablamos de todo y a veces hay que bajar el ego y pensar: ¿por qué opino yo? Sino sé tanto al respecto. Creo que es mejor muchas veces dejar que hablen los especialistas.

-¿Y qué fue distinto con este tema? -Tengo una seguridad total porque conozco casos de mujeres que abortaron. Hay temas en los que no se trata qué hacer con tu vida, sino en ponerse en el lugar del otro. Siento que se confundió mucho cuál es el foco de la discusión. El aborto no es re lindo, ojalá nadie tuviera que pasar por eso, pero esa no es la discusión. Tiene que ver con visibilizar que esto es una causa de mortalidad de mujeres. La cuestión es encontrar la empatía y entender que es un tema de salud pública. Hay que acompañar el crecimiento social de la mujer, por suerte ya no somos lo que eran nuestras abuelas.

-Cambiando de tema, sino fueras famosa, ¿qué te gustaría hacer? -Ni idea. Me es re difícil imaginarlo porque tengo muy instalado quién soy, nunca imaginé otra vida. Me gusta mucho trabajar con otra persona y charlar. Capaz digo una burrada, pero la psicología es un tema que me atrae, que me es familiar.

-¿Hiciste terapia? -Nunca.

-¿Nunca se te cruzó por la cabeza? -Miles de veces, pero no tengo tiempo. Está bueno a veces hacerse la boluda, pero juro que en algún momento voy a probar (risas).

-¿Qué hacés cuando no estás a full? -(Piensa), ¡qué difícil! Mi tiempo libre se traduce en micro segundos y siempre elijo compartirlos con mi familia o mis amigas.. Sino estoy de gira voy el domingo a comer asado con mis viejos, mis hermanos y mi sobrino. También paso tiempo con mi novio.

-¿Cómo hacés para congeniar tu vida híper popular con el perfil bajo de Santiago Mocorrea? -Creo que lo lleva bastante bien, además, él ya me conoció así. Cuando se enoja siempre le digo: No me hubieras invitado a salir, yo nunca mentí, siempre fui este combo explosivo. Todo depende de la inteligencia emocional de las personas y él es muy piola. Por empezar me quiere mucho y sabe diferenciar la personaje del personaje público.

-¿Qué te enamoró de él? -No puedo responder esa pregunta porque es algo muy íntimo (risas)… Su inteligencia me cautivó. Es difícil encontrar a alguien especial y él lo es. No es igual a un montón de chicos que uno se cruzaba cuando estaba soltera. También tengo que reconocer que está más bueno que feriado puente…

-Pero vos no tenés feriados puente… -Pero soy empática con lo que sí los tienen (risas).

-Hace un ratito mencionabas tu sangre y herencia italiana, ¿te pesa el rol de tu familia y la tradición de formar la propia? -(Piensa). No me veo Maru Botana con 2 mil hijos, pero seguramente en algún momento de mi vida sea madre. No es un deseo que tenga todo el tiempo rondando en mi cabeza, quizá porque no asuma la edad que tengo (risas). Ahora estoy tan metida en mi trabajo y pienso que ser mamá sería un caos tremendo. Sé que en un futuro- varios años- espero, seguramente vaya a querer si estoy al lado de alguien que amo. Sería un lindo proyecto de a dos.

http://luz.perfil.com/2018/08/12/los-hombres-tienen-que-entender-que-ya-no-mandan-mas/

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Fuerte carta de Maru Botana tras manifestarse en contra del aborto: "Perder un hijo es un dolor que no podés soportar"... Haga clic aquí para ver más..

[hala2021]

¿Cómo se puede tener tanto y no tener nada?

Cuando veo esas familias que son pura apariencia, de los cumpleaños felices, de los autos impecables y de los hijos amados, tipo un sueño como el de Maru Botana, no sé por qué no me creo el cuento. Yo viví ya cincuenta y siete años, y no es poco. En todos esos años yo observé un montón de cosas y sufrí y disfruté de un sinfín de experiencias. Sí, yo puedo entender que hay familias felices, pero muchas veces las apariencias engañan.

Hay gente que aparenta tenerlo todo, fama, dinero, amigos, todo, pero sin embargo no tiene nada. Es la mentira de este mundo. Aunque no lo creas, seguir a mi cantante favorito, apodado «V», me hizo entender mejor al mundo. De alguna manera, me di cuenta de lo solo que está ese muchacho. A simple vista, pareciera que lo tuviera todo: fama, dinero, felicidad, amigos, parientes, autos de alta gama, las mejores prendas de marca, custodia, etc. ¡Nada le falta! Pero las famosas «Army», que no son otra cosa que las fanáticas que lo siguen, muestran la otra cara de la moneda.

En varias escenas de los vídeos que publican las fanáticas de V, se lo ve desplomarse en el escenario y a sus amigos que lo ayudan para levantarse. Entre bambalinas, le suministran oxígeno, porque muchas veces cae debido al ejercicio extremo. Pero indagando más sobre su triste vida, fue abandonado por los padres, debido a la pobreza de ellos, y lo dejaron al cuidado de su abuela. En una palabra, jamás vivió lo que es tener una familia todos los días de su vida.

En cambio, mi hija en apariencia no tuvo nada, con una madre pobre, alterada de los nervios y cansada. Pero sin embargo mi hija lo tuvo todo. ¿Y por qué? Porque mi hija me tuvo a mí siempre. Llegaba del trabajo y la iba a buscar, cansada. Hasta iba con ella a las clases de Inglés y la sentaba, con el permiso de la profesora, a mi lado, en el banco contiguo. También, salíamos juntas para buscar trabajo, siempre de la mano, siempre unidas.

A Dios no le puedes mentir. Dios sabe muy bien que V no tiene nada, aunque lo tenga todo: tres autos, ropa de la marca Gucci, Fila, Louis Vuitton, etc.

¿Te das cuenta qué es para Dios tener y no tener? No obstante, en apariencia, yo no tengo nada y V lo tiene todo, pero yo aprendí en la vida que la imagen es solo una fantasía. Yo no vivo de la imagen ni mucho menos de la apariencia.

Las fanáticas «Army» compran de V el producto, lo que él vende, esa imagen de ganador, de triunfador, de «idol». Pero yo sé muy bien que V llega a la noche para compartir su sueño con uno de sus compañeros del grupo o con su perrito llamado Yeontan. Por eso, yo me pregunto: ¿cómo alguien que lo tiene todo no tiene nada? Y eso es este mundo: el mundo de la fantasía, de lo virtual.

Pues, no por nada las redes sociales están creciendo, alimentadas por gente sola que ya no disimula lo poco que tiene, como amigos descartables o amores fugaces. ¡No! Las redes sociales muestran lo marginal de este mundo: la necesidad de exhibir una vida feliz, tal cual el cuento de Maru Botana, de exponer una alegría que ni se siente, detrás de una máscara. Como la escena de V, que se coloca una y la arroja al piso del escenario.

Aunque no lo creas, yo no estoy tan sola como está V, con todo lo que tiene. Y eso es este mundo, venderte humo, algo que parece que tuvieras, pero que en realidad no lo tienes.

Yo me resisto a vivir una vida de fantasía. Prefiero ser ante los demás una perdedora, una fracasada, pero vivir algo real y no un cuento.

¡No! No quiero la soledad de V, de abrazar a su perro, para después escuchar los gritos de millones de «fans» que mueven como locas sus luces blancas. Prefiero mi soledad, la verdadera, la que se expone, la que se siente.

Es peor caer de una fantasía armada por este mundo, que caer de una realidad cotidiana que vives todos los días. Porque la caída de V puede ser mucho más fuerte.

Claro, mi «frutilla», que es el apodo con el cual yo llamo a V, todavía no se da cuenta de lo poco que tiene. ¿Y por qué? Porque el engaño de las luces de colores, del dinero y de la fama es tan grande, que encandila y engaña a cualquiera. Pero cuando llegue a mi edad, entenderá que esa fantasía fue todo una mentira.

Claro, se vive igual, como en un campo de concentración, en soledad, en la pobreza o envuelto de un lujo vacío de contenido, tal cual lo víve V.

¡No! Yo no busqué a Dios en vano. A mí me enseñaron muchas cosas las religiones y los libros sagrados. De alguna manera, yo puedo ver mucho más allá de lo que ve cualquiera. A mí no me venden el cuento de Maru Botana o de V. Tampoco de aquellos que publican el feliz cumpleaños en las redes, porque también tenemos religiosos que viven de la apariencia, como vivía mi exesposo, que se esforzaba por mostrarle a la comunidad de nuestro matrimonio feliz, cuando en realidad solo fue la convivencia de un infierno en el hogar.

¡No! A mí no me encandilan las luces de colores. A mí no me compran con dinero ni tampoco me venden el cuento de Maru Botana. ¿Y sabes por qué? Porque yo busqué toda la vida a Dios y mi Creador me enseñó la basura que se esconde debajo de la alfombra. Es aquella suciedad que nadie quiere mostrar, que da vergüenza, pero que ya todos empezamos a percibir a través de las redes sociales.

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Claudia Piñero atacó a Maru Botana por estar contra el aborto

Claudia Piñero atacó a Maru Botana por estar contra el aborto

Argentina.- La participación de la cocinera Maru Botana en el vídeo “Cuidemos las dos vidas” generó una ola de comentarios. Sin embargo, la periodista Claudia Piñero le “echó en cara” la muerte de su hijo a la conductora. Lo que generó que la gente apoyara a Botana pese a estar contra el aborto.

Botana no fue la única que participó en el audiovisual, doce personas famosas así lo hicieron. El…

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Maru Botana dejó un conmovedor mensaje, a diez años de la muerte de  su pequeño hijo Facundo, quien falleció en 2008 cuando tenía apenas seis meses. La cocinera más popular de la TV usó una tierna foto y dedicó unas palabras al niño en esta fecha tan especial. “Mi lindo Facu, nunca entendi el por […]

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REFLEXIONES EN CUARENTENA DÍA 24 (12/04/20)

Me pongo a escribir con cumbia psicodélica peruana de fondo. También le dicen “chicha”. Es encantadora, sobre todo si estás drogado. Pensándolo bien, esa frase se podría aplicar a un montón de cosas de la vida:

La pizza: Es encantadora, sobre todo si estás drogado. La película de Bandana: Es encantadora, sobre todo si estás drogado. Majul: Es encantador, sobre todo si estás drogado. Trámites de la AFIP: Son encantadores, sobre todo si estás drogado. Resonancia magnética: Es encantadora, sobre todo si estás drogado. Y así.

A la tarde hice un apple pie, o tarta de manzana. Pienso en la palabra “pie” y no puedo evitar imaginarme una manzana tallada con esa forma. Después me imagino un cuerpo entero tallado en manzana. Muy arte contemporáneo todo: la manzana se oxida y se va pudriendo y así esta obra nos habla de lo efímero de la existencia, de lo fugaz de nuestras vidas, de lo absurdo de nuestros sueños, anhelos y objetivos, pero sobre todo de que la manzana se oxida y se pudre bastante rápido. La tarta en sí me salió bastante bien, por ser un primer intento. Fue un proceso largo y tuve un momento de zozobra con la masa: las medidas provistas no me generaron material suficiente como para hacer base y tapa, y me enojé mucho con la receta. Pero mucho, eh. Pegué gritos. Mi mujer se asustó, mi hijo menor se puso a llorar, mi perra ni se inmutó pero porque estaba colgada recordando una vida pasada en la que fue guitarrista de una banda de música surf que murió ahogado en una pileta (o al menos eso transmitían su mirada y sus orejas caídas). Si hubiera tenido ahí al lado al que armó la receta y la subió a internet, le hubiera volcado las manzanas calientes en la espalda. Sí, ya sé, suena excesivo, pero hoy por hoy lo único que nos queda para intentar ponerle dique a la locura del encierro es la repostería casera. Y lo digo en el nombre de Maru Botana, de todos sus hijos y de la espátula santa. Amasen.

Estuve un rato largo buscando por toda la casa un marcador permanente que tenía, pero desapareció. Me siento estafado.

Entre mi mujer y mi hijo mayor intentaron poner un disco en mi tocadiscos. Ninguno de los dos me sabe decir bien qué pasó (o se cubren mutuamente, lo más probable), pero dejó de andar. No les echo la culpa ni les deseo una eternidad de sufrimientos infernales. Eso ya lo hice cuando lo vi roto. Ahora estoy más calmado, y pienso que todo pasa por algo. El Señor no quiere que ponga más discos. Y cuando digo “El Señor” me refiero al vecino, que no aguanta más escuchar rock sinfónico al palo. Estoy más calmado pero igual me quiero morir. Optaría igual por una muerte agradable, hundirme en crema movediza podría ser. Mis vinilos eran una gran válvula de escape a la hora de soportar la cuarentena. Ahora solo me queda mi otra gran válvula de escape: jugar con el dinosaurio que salta cactáceas cuando se cae internet. No sé a dónde va corriendo tan alocadamente, pero siento que tengo que ayudarlo. Quizás esté escapando del meteorito que está por hacer desaparecer a toda su familia y amigos. O se enteró de que estrenaron la nueva Jurassic Park. No importa el motivo, él corre porque tiene que correr, intentando superar todos los obstáculos en su camino y sobrevivir. Es una gran metáfora de nuestra vida. Salvo por lo de correr, ahora no podemos correr para ningún lado. Y él sí. Maldito dinosaurio hecho de píxeles. La próxima dejo que te choques con el primer cactus y a la mierda. Quién te crees que sos. Extraño mi tocadiscos. Pero alguien me dijo alguna vez, “no hay que aferrarse a las cosas materiales”. Decíselo a la de Titanic, que si no se aferraba a la puerta se moría congelada en el mar, como Di Caprio. Hay gente que dice muchas boludeces.

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Fuerte carta de Maru Botana tras manifestarse en contra del aborto: "Perder un hijo es un dolor que no podés soportar"... Haga clic aquí para ver más..