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armatofu · 3 months
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EL PRIMER ZAR PSICÓPATA, IVÁN EL TERRIBLERUSIATorturó a sus súbditos y mató a su hijo y heredero
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Lo encerraron y humillaron de niño y se vengó con un sadismo desbocado. Se hizo coronar como Zar, el título de los césares, y levantó un imperio a sangre y fuego, torturando sin piedad a sus súbditos. Uno de sus últimos actos de crueldad: matar a su propio hijo y heredero.
POR JOSÉ SEGOVIACompartir
Tiempo de lectura: 7 min
No le tembló el pulso cuando ordenó que escaldaran a sus enemigos en agua hirviendo o que inscribieran a fuego en su piel la frase: «Sin un terror semejante, no es posible la justicia en el mundo». El zar Iván IV se jactaba de haber violado a mil vírgenes y de haber sacrificado a los hijos que tuvo con ellas. Después de una pequeña siesta solía visitar las mazmorras para asistir al suplicio de algunos presos. Sentía un placer inmenso en la visión de la agonía.
En una ocasión se encontró en palacio con su nuera Elena, a la que golpeó por vestir de manera inapropiada. Las protestas de su hijo enfurecieron tanto a su padre que lo mató de un brutal golpe en la cabeza con su bastón de hierro. Aunque era un monstruo sin remordimientos, nunca se sobrepuso al asesinato de su propio heredero.
Encerrado y perseguido en la infancia
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Años después, en una carta dirigida al príncipe Kurbski, el zar recordaba sus aciagos años de infancia: «Muchas fueron las ocasiones en que no me trajeron la comida a su hora. ¿Y qué decir del tesoro paterno, que me correspondía por derecho? Lo saquearon… ¡Los hijos de los boyardos robaron el tesoro, lo fundieron para hacer vajilla de oro y plata y grabaron en ella el apellido de sus padres como si se tratara de un bien hereditario!».
Iván IV Vasílievich, más conocido como Iván el Terrible, era hijo de Basilio III, príncipe de Moscú, y de Elena Glínskaya. Antes de morir, su padre lo nombró su sucesor en el trono cuando solo tenía 3 años y lo puso bajo la tutela de su madre, quien falleció un lustro después, probablemente envenenada por los boyardos.
La desaparición de Elena dejó sin autoridad al país y avivó las intrigas entre los grandes clanes boyardos, los Glinski, Shuiski, Belski y Obolenski, que siguieron considerando al pequeño príncipe como un estorbo. Cuando cumplió 13 años, el joven urdió un plan para vengarse. Convocó a palacio a los miembros de la familia Shuiski, a los que reprendió por haber abusado de él cuando apenas tenía 3 y 4 años.
Con solo 13 años, ordenó que una jauría de perros hambrientos devorara a su gran enemigo, el príncipe Andréi, ante la mirada horrorizada de los nobles
El odio acumulado le infundió valor para hacer lo que se proponía. A una señal suya, los guardias atraparon al líder de la familia Shuiski, el príncipe Andréi, y lo arrastraron a la calle, donde habían dispuesto una jauría de perros hambrientos que lo devoraron ante la mirada horrorizada de los nobles. Pese a todo, los boyardos siguieron acosando a Iván hasta que cumplió 17 años.
En sus aposentos del Kremlin, el joven príncipe había leído libros sagrados que daban el título de zar a los reyes de Babilonia y a los grandes líderes y emperadores romanos, como Julio César y Augusto. Para Iván, la palabra 'zar' gozaba del prestigio de la Biblia y de los grandes Imperios antiguos, como el babilónico y el bizantino. Pensaba que el que fuera coronado con ese título sería el heredero de esos emperadores y el forjador de la Gran Rusia moderna.
El cabeza de la Iglesia moscovita, Macario, conocía el sueño imperialista del joven Iván y apoyó sin fisuras su ceremonia de coronación como zar, que tuvo lugar en la catedral de la Asunción en Moscú el 16 de enero de 1547. Poco después se casó con Anastasia Románovna, quien influyó en muchas de las decisiones de su marido en los años venideros.
Unos ojos azules penetrantes
Iván era un tipo alto, con nariz aguileña y la cara prolongada por una barba pelirroja. «Fascinaba a sus interlocutores con sus ojillos azules y penetrantes, hundidos en sus órbitas», señala Henri Troyat. Este miembro de la Academia Francesa y biógrafo del monarca ruso desvela que «bebía demasiado y que el alcohol le alteraba los nervios, ya destrozados por una infancia desdichada y constantemente amenazada». Pese a su carácter violento y sus constantes paranoias, el joven zar potenció las artes y las letras, introdujo la imprenta en su país. Además, era un cristiano devoto que cumplía escrupulosamente con los rituales de la Iglesia ortodoxa, aunque no le temblaba el pulso cuando ordenaba ejecutar a algún clérigo que le había sido desleal.
El año de su coronación como zar, un incendio destruyó buena parte de Moscú. La ciudad estaba casi completamente construida en madera, por lo que era muy vulnerable a las llamas. Por sus calles corrió el rumor de que los culpables habían sido los boyardos. El zar aprovechó el caos para consolidar la administración central y reducir el poder de los grandes nobles.
Su entrada triunfal en Moscú
Su reino, el principado de Moscovia, tal y como entonces se llamaba Rusia, estaba rodeado por una serie de estados tártaros (kanatos) que frenaban su expansión y constituían una amenaza permanente. Los más importantes eran Kazán, en el curso medio del Volga, Astrakán, en el curso bajo de ese mismo río, y Crimea, al norte del mar Negro.
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Cuando hizo su entrada triunfal en Moscú, Iván IV lucía una indumentaria azul sobre la que portaba una brillante armadura plateada. Tras llevar tres siglos subyugados por los tártaros, los rusos mostraron su agradecimiento a su señor, cuyos ejércitos habían «destruido al dragón en su madriguera», tal y como destacó el arzobispo Macario.
Algunos historiadores señalan que fue a partir de entonces cuando el zar comenzó a ser conocido como Iván el Terrible, un sobrenombre que se ganó a pulso. Dos años después de su gran gesta contra los tártaros de Kazán, lanzó a sus ejércitos contra el kanato de Astrakán, cuyos líderes se rindieron tras una breve campaña militar. Aquellas victorias añadieron casi un millón de kilómetros a los dominios de Rusia, un país que comenzaba a transformarse en una gran potencia.
Enardecido con la idea de construir un inmenso Imperio, el zar invadió Livonia, una pequeña y rica nación ubicada en la costa del mar Báltico (parte de cuyos territorios corresponden a las actuales Letonia y Estonia). Pero aquella aventura le salió bastante cara, ya que tuvo que soportar una larga guerra de 25 años contra Lituania, Polonia y Suecia que quedó en tablas y mermó sus arcas.
La construcción de un imperio y el primer KGB
En aquellos años murió su amada esposa, Anastasia, lo que le sumió en una profunda paranoia. Estaba convencido de que nobles boyardos y sus propios consejeros la habían envenenado. Pensó que, si Dios había permitido que sus enemigos le arrebatasen a su mujer, tenía derecho a comportarse de nuevo como un loco sanguinario. Creía que por horribles que fueran sus excesos serían bien vistos por Dios, que en su infinita sabiduría apreciaba las naturalezas violentas frente a tibios y timoratos.
Creó la Opríchnina, una policía que sembró el terror y fulminó el poder de los boyardos, cuyas posesiones pasaron a la Corona
Movido por su afán de venganza, creó la Opríchnina, una policía que sembró el terror y fulminó el poder de los boyardos, cuyas posesiones pasaron a la Corona. De aquella depuración surgió una nueva burocracia y grandes latifundios que quedaron en manos del zar. El pueblo comprendió que ya no gobernaban los altaneros boyardos, sino el propio zar a través de sus agentes.
Los rusos comenzaron a temer la violencia extrema y el sadismo de los 6000 miembros de la Opríchnina, cuya represión en Nóvgorod, donde mutilaron hasta la muerte a centenares de personas, fue recordada durante siglos. Gracias a esa guardia pretoriana, Iván el Terrible se deshizo de sus enemigos, incluida la Iglesia, a la que metió en cintura para frenar su vertiginoso enriquecimiento.
Se instauraron tribunales que ordenaban torturar sin piedad a los sospechosos. «El mero rumor permitía al juez comenzar la desarticulación y rotura de los huesos, lacerar el cuerpo con latigazos y quemar a la víctima», afirma el escritor ruso Benson Bobrick.
En sus últimos años, Iván IV envió expediciones militares para conquistar Siberia. Murió el 18 de marzo de 1584, se creía que de sífilis. Pero analizaron sus restos en 1960 y encontraron altas dosis de mercurio, por lo que no se descarta que fuera envenenado. Fue enterrado al lado del hijo al que había matado en un ataque de furia demente. Su otro vástago, Teodoro, de mente perdida y constitución débil, se apoyó en su ambicioso cuñado Borís Godunov, quien pronto gobernaría Rusia en su lugar.
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huellas-poeticas · 10 months
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Arte de Valery Kopnyak🦋
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Valery Andreyevich Kopnyak nació en 1982 en Penza. Se graduó en el Penza Art College K.A. Savitsky. También estudió en la Academia Rusa de Pintura, Escultura y Arquitectura I.S.Glazunov, donde se graduó en el taller de paisaje bajo la dirección de A.P. Afonina. En 2007 ganó la exposición "Patrimonio cultural de Rusia". En 2009, recibió una medalla del Fondo del Patrimonio Cultural por su talento y habilidad en la pintura. Vive en Penza.
En 2006 y 2007, expuso en San Petersburgo en el Manege. También en 2007, se realizó una exposición personal en la escuela K.A. Savitsky. Los paisajes de Kopnyak son notables por la pureza y apertura de los colores. Los temas principales de su trabajo son paisajes de sus lugares de origen, calles tranquilas y acogedoras con casas bajas, huertos y caminos rurales. Es el sucesor de los maestros de pintura de Penza I.S.Goryushkin-Sorokopudov, Aristarkh Lentulov, Moscovita Konstantin Korovin, nativo del antiguo Mozhaisk Sergey Gerasimov... Sus obras se encuentran en colecciones privadas en Rusia, China, Francia, Inglaterra e Italia.
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jgmail · 2 months
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Las fases históricas de la ortodoxia rusa
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Por Alexander Dugin
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
La conversión a la ortodoxia por parte del Gran Duque Vladimir de Kiev es considerada como el punto de partida de la historia del cristianismo en Rusia, una historia que sin duda abarca prácticamente todos los períodos de nuestra existencia histórica con excepción del período soviético y la época de las reformas liberales. Esta historia sin duda es compleja y multidimensional, por lo que sería un error considerarla simplemente como una penetración gradual y unidireccional de la cultura bizantina ortodoxa que iría reemplazando poco a poco las creencias populares precristianas (“paganas”) del pueblo ruso. Por el contrario, resulta mucho más preciso hablar de varias fases que culminaron en una síntesis del bizantinismo con la civilización de Deméter predominante entre los eslavos orientales. Cada una de estas fases fue determinada por las diferentes correlaciones entre las estructuras principales de la sociedad, especialmente el bizantinismo que predominaba en las élites, y la recepción del cristianismo por parte del pueblo. Teniendo en cuenta todo lo anterior, podemos distinguir diez fases de la ortodoxia rusa de acuerdo a las configuraciones que se desarrollaron entre estos dos polos:
El comienzo de la síntesis y la formación de un núcleo único que caracterizaría la percepción ruso-cristiana del mundo (siglos X-XII, donde predominaba Kiev);
Diferenciación y formación de la tradición ortodoxa rusa debido a la parición de varios polos provocados por la fracturación del mundo ruso (siglos XII-XIII);
Formación de dos polos diferentes de la tradición ortodoxa durante el dominio mongol: la Rusia de Vladímir (Moscú) y el Gran Ducado de Lituania (siglos XIII-XV);
Formación de la ortodoxia moscovita: Moscú como la Tercera Roma (siglos XV-XVI);
Intentos de “purificar” la Ortodoxia de las capas “paganas” que aún conservaba (círculo de los Amantes de Dios), seguido de la modernización y el cisma (siglo XVII);
Triunfo de la Ortodoxia modernista, aumento de la influencia occidental en Rusia y aparición de los Viejos Creyentes dentro del Imperio ruso (siglo XVIII);
Aparición de los eslavófilos y el conservadurismo ortodoxo, renacimiento de los staretz (ancianos) y del bizantinismo (finales del siglo XVIII-XIX);
Nacimiento de la Sofiología, búsqueda de los principios religiosos por parte de los principales representantes de la Edad de Plata y proyectos de la Unificación de las Iglesias (finales del siglo XIX y principios del XX);
Persecución y marginación de la Iglesia durante el periodo soviético (1917-1991);
Desplome del ateísmo oficial y retorno parcial a la ortodoxia durante las reformas liberales y las primeras décadas del tercer milenio.
Cada una de estas fases históricas tiene su propia semántica y estructura al interior de la historia rusa. Además, podemos decir que en cada una de estas fases cambia la importancia de la religión popular o la ideología oficial dependiendo de cual de las dos sea dominante, lo que ha crea una configuración particular al interior de la ortodoxia rusa en cada uno de estos períodos históricos.
La primera fase se caracterizó por una correlación bastante laxa entre el cristianismo y el paganismo, ya que las élites – incluido el sacerdocio ortodoxo que era dirigido por el episcopado bizantino y más ampliamente por los maestros griegos – fueron en general tolerantes con las creencias populares y únicamente reprimían los levantamientos de los paganos que atacaban directamente a la nueva religión o pretendían volver al politeísmo. Tal actitud permitió que surgiera al interior de la ortodoxia rusa una serie de estructuras profundas que se correspondían semánticamente con las tradiciones indoeuropeas – en su mayoría de carácter campesino – que conservaban elementos de la antigua religión eslava mezclados con el cristianismo bizantino.
En una segunda fase esta visión del mundo se desarrollaría en líneas generales alrededor de la Rus de Kiev, la cual comenzaría a fragmentarse más o menos siguiendo los patrones de la división geográfica y política de los príncipes. Sin embargo, a nivel religioso y político se mantuvo una unidad parcial y relativa que comenzaría a erosionarse con el tiempo debido a la influencia del catolicismo en la Rus occidental (Galitzia-Volinia y Polotsk), el creciente poder de la Rus oriental (Rostov-Susdal y más tarde Vladimir) y el aislamiento de la Rusia septentrional (Novgorod y Pskov). No obstante, ya en esta época se empieza a producir una división estilística casi imperceptible al interior de la ortodoxia rusa: una con sede en Occidente y la otra con sede en Oriente. La ortodoxia occidental se vio influida por las naciones católicas vecinas (en primer lugar, Polonia y Hungría, pero también Roma) que ejercieron sobre ella una mayor influencia que en la Rus de Vladimir, la cual permaneció mucho más cerca de Bizancio y de la esencia misma de la ortodoxia rusa que había surgido en una primera fase. Esto nos lleva a pensar que el centro de la tradición ortodoxa rusa comenzó a desplazarse hacia el Este.
En la tercera fase, durante la época mongola, la división producida durante la segunda fase se agrava ya que la Rusia oriental es sometida por la Horda de Oro y la Rusia occidental termina siendo conquistada por el Gran Ducado de Lituania y luego Polonia tras la Unión de Kreva. Los mongoles, que se convirtieron al Islam bajo el Khan Uzbek (1283-1341), se mostraron tolerantes e incluso indiferentes frente a la ortodoxia de sus súbditos rusos. En cambio, la Polonia católica trató de cambiar por completo las ideas religiosas de la población rusa bajo su control. Estas diferencias agravaron los problemas internos, pero no llevaron a una pérdida de la unidad profunda de la cultura rusa. Al mismo tiempo, en la Rusia occidental las élites oficiales adoptaron fácilmente el catolicismo, mientras que las masas populares – los campesinos – seguían siendo firmes partidarios de la tradición ortodoxa, lo que luego predeterminó en esta zona una tensión latente entre la ideología oficial del Estado y la cosmovisión del pueblo llano. En la Rusia oriental, dominada por los mongoles, no se produjo esta estratificación que solamente comenzaría a jugar un papel importante en la siguiente fase.
La cuarta fase fue especialmente importante para la Rus de Moscovia, ya que fue marcada por la caída simultanea de Constantinopla y el fin da la dominación de la Horda de Oro. Fue aquí cuando se empezó a manifestar una nueva ideología: el Katehon ruso, Moscú como la Tercera Roma. El Estado y el pueblo ruso adquirieron la misión de convertirse en el baluarte de la ortodoxia, expresándose las peculiaridades de la religión rusa (que primero había surgido en Kiev y que luego se conservó en la Rusia oriental) como materialización de un principio escatológico. Algo similar podemos encontrar entre los búlgaros (en el Primer y Segundo Reino), la dinastía Nemanjić durante la época de Dusan el Fuerte (1308-1355) [1], la Valaquia de Vlad III (1431-1476) y la Moldavia de Esteban el Grande (1429-1504) [2]. Fue durante este período, especialmente durante el reinado de Iván IV (1530-1584), que tanto el cristianismo popular como estatal comienzan a armonizarse el uno con el otro, produciéndose una síntesis entre el pueblo y las élites parecida a la que existió durante la época de Kiev. Es en estos momentos cuando la consciencia cristiana no solo logra tocar las profundidades mismas de la cultura popular, sino que también el espíritu del pueblo se eleva hasta lo más alto del poder estatal hasta el punto de afectar la misma personalidad del soberano, que a partir de entonces comienza a denominarse por primera vez en la historia como Zar de todas las Rusias, ya que anteriormente el gobernante supremo del Estado ruso era denominado únicamente como Gran Duque.
En la quinta fase, la cual incluye el Período de los Disturbios y los primeros años de la dinastía Romanov, la síntesis lograda durante la época de Iván IV comienza a debilitarse gradualmente. Es en este momento que el círculo de los Amantes de Dios – creado por Alexei Mikhailovich (1629-1676) en el que participaron varias figuras importantes que luego desempeñaron roles relevantes en el Raskol (cisma), entre ellos el Patriarca Nikon (1605-1681) y el proto-pope Avvakum (1620-1682) – tiene la intención de cristianizar y purificar los últimos estratos de la tradición popular, lo cual termina por generar dos fenómenos completamente diferentes: por un lado, estaban los partidarios de la revisión de los libros y de una serie de reformas eclesiásticas liderados por Nikon, mientras que, por el otro, los Viejos Creyentes se alinearon con Avvakum. Los primeros apostaron por una modernización de la tradición espiritual rusa siguiendo el ejemplo de la Rusia occidental con fines pragmáticos y de ese modo facilitar la reconquista de las tierras rusas ocupadas por Polonia, mientras que los segundos, por el contrario, se aferraban a los principios de las tradiciones moscovitas y sus fundamentos como garantía del cumplimiento de la elección y la misión universal de Rusia en la historia. Esta polémica da origen a una escisión donde las élites rusas consideran que la Ortodoxia oficial es la defendida por Nikon e incluso impulsan la modernización de la religión mucho más allá de los objetivos propuestos por este último. En cambio, los Viejos Creyentes se extienden ampliamente al interior del pueblo, aunque nunca lograron convertirse en un movimiento masivo debido a la represión de la que fueron víctimas por parte del Estado. Los “Nuevos Creyentes” adoptan una postura cada vez más hostil hacia las “tradiciones ortodoxas populares” y los Viejos Creyentes intentan fijar, de forma artificial, la fe moscovita convirtiéndose en los portadores de una ideología conservadora. Por otra parte, los Viejos Creyentes consideraban las reformas de Nikon y sus partidarios de la Rusia occidental una “apostasía”, lo que convierte esta disputa religiosa en un conflicto geopolítico que ya desde la segunda fase (la época de la fragmentación) comienza a ser relevante.
En la sexta fase la ortodoxia rusa continua la trayectoria trazada por el cisma. Después de Pedro el grande, las élites modernizan la fe ortodoxa siguiendo el modelo europeo (católico y protestante) y no el ejemplo de la Rusia occidental, como se intentó al principio de las reformas del Patriarca Nikon, o el planteado por los Patriarcas griegos en el Concilio de 1666-1667. Este proceso va acompañado de una fuerte secularización y separación de una buena parte de la aristocracia gobernante del pueblo, que termina tratando a los campesinos como objetos y mercancías privados de cualquier derecho. Este trato hacia los campesinos por parte de la aristocracia facilita la expansión de los Viejos Creyentes entre el pueblo, dando como resultado el surgimiento de numerosas sectas apocalípticas y extáticas que desafiaban directa o indirectamente la ortodoxia oficial. Además, al interior de este movimiento comienzan a resurgir costumbres y símbolos precristianos propios de la civilización campesina: en los Viejos Creyentes toman una forma cristianizada, mientras que en las sectas adquieren rasgos grotescos y extraños. Por otra parte, la ortodoxia oficial occidental resulta ser mucho más “conservadora” que las tendencias modernistas y secularizadoras del período post-petrino (siglo XVIII), lo que complica a un más el panorama.
En la séptima fase, que comienza a finales del siglo XVIII, se va desarrollando gradualmente un proceso contrario: la ortodoxia rusa, en su dimensión folclórica y bizantino moscovita, va recuperando poco a poco su lugar dentro de la sociedad rusa. Esto se debe al renacimiento de los staretz y el hesicasmo de Athos tanto en Rusia como en Moldavia, a lo cual se suma la aparición del movimiento eslavófilo que critica la modernización y la europeización de Rusia durante el período de Pedro el Grande. Los eslavófilos reclaman un regreso a los ideales y a la cosmovisión de la Rusia moscovita como única salida a la creciente división de la sociedad rusa, dividida entre una élite occidentalizada (aún monárquica y nominalmente ortodoxa) y un pueblo campesino conservador. Esta es la tercera vez que se desarrolla en Rusia un proyecto sobre la comprensión del destino histórico y religioso de Rusia como medio para lograr una reunificación entre la élite gobernante y el pueblo llano. Los eslavófilos se convierten poco a poco en la ideología oficial del zarismo y dan nacimiento a la Edad de Oro de la literatura rusa. La Unión de la Fe, que propone unir el antiguo rito con la jerarquía eclesiástica oficial, se establece simbólicamente en 1800, marcando con ello un hito en la historia rusa.
En la octava fase se produce el surgimiento de la Edad de Plata de la literatura rusa, la cual recupera el problema ya planteado por los eslavófilos de la división entre la religiosidad popular y la ortodoxia oficial apoyada por el Estado. Vladimir Soloviov (1853-1900), fundador de la filosofía religiosa rusa, intenta comprender a su manera las peculiaridades de la ortodoxia rusa y su relación con el Estado, el cristianismo universal y la historia de las sociedades europeas. Sus reflexiones lo terminan llevando a plantear la tesis de la Sofiología (Santa Sofía) como el punto de unidad y Gestalt más importante para comprender la identidad y la misión de Rusia en la historia mundial. Los principales representantes de la sofiología durante la Edad de Plata fueron V. Rozanov (1856-1919), P. Florenski (1882-1937), S. Bulgakov (1871-1944), N. Berdyaev (1874-1948), D. Merezhkovski (1865-1941), A. Blok (1880-1921), A. Bely (1880-1934), Vyach Ivanov (1866-1949), etc., quienes plantearon una nueva forma de expresar la idea rusa y justificar las particularidades de la religión hasta el punto de ir mucho más allá de los dogmas establecidos por la ortodoxia, incluso llegando a unirse a sectas populares como los azotadores, los skoptsi (castrados), etc. Por otra parte, en esta fase pensadores como K. Leontiev (1831-1891), V. Soloviov, D. Merezhkovski, etc., problematizaron las relaciones entre la ortodoxia y el cristianismo occidental, mientras que otros, como P. Florenski, S. Bulgakov, V. Rozanov, N. Berdyaev, etc., planteaban las peculiaridades de la tradición ortodoxa rusa y las diferencias – incluso oposición abierta – entre los fundamentos de la cosmovisión del pueblo ruso y el Estado modernizado que luego seria desarrollada de forma extensa tanto en la obra de Lev Tolstoi (1828-1910) como en los movimientos populistas y más tarde entre los social-revolucionarios. Ahora bien, en la medida en que se extendía la alfabetización y crecían el número de sectas el mismo pueblo comenzó a participar en este dialogo junto con la aristocracia, lo que dio nacimiento a una nueva situación, única en la historia de Rusia, para resolver las cuestiones centrales de nuestra misión mundial. Poetas rusos como Nikolai Kliuev (1884-1937), Sergei Esenin (1895-1925), Velimir Khlebnikov (1885-1922) y, en parte, Vladimir Mayakovski (1893-1930) son los ejemplos más claros de este proceso.
En la novena fase se produce una búsqueda radical por parte del pueblo ruso por encontrar su propia identidad, incluyendo la religiosa, en un momento en que el Estado zarista colapsa. Este período esta marcado por el ascenso al poder de los bolcheviques que proclaman la abolición completa del cristianismo y la destrucción total tanto de la ortodoxia como de cualquier otra clase de manifestación religiosa. Sin embargo, como bien señalan Berdyaev [3], los eurasianistas [4] y los nacionalbolcheviques [5] el bolchevismo, enmascarado tras el ateísmo, el materialismo y el marxismo, no era sino la encarnación de las ideas escatológicas de muchas sectas rusas y en ese sentido reflejaban la identidad más arcaica de Rusia, incluso hasta el punto de tocar las capas más profundas de la misma, llegando a despertar no solo ideas precristianas, sino incluso paleoeuropeas enraizadas en la civilizaciones matriarcal de Tripolí. En esta fase tanto los Nuevos Creyentes como los Viejos Creyentes y las diferentes sectas se convierten en víctima de la represión selectiva de los bolcheviques. Durante los primeros de la Gran Guerra Patria esta represión se debilita, pero la mayoría de estos movimientos continúan siendo marginados e influyen poco o nada en la cosmovisión comunista oficial compartida por la mayoría de la población soviética. No obstante, el núcleo fundamental de la tradición ortodoxa se conserva incluso durante este período (al menos tal y como existía en vísperas de la Revolución Bolchevique), aunque la imposición de la cosmovisión materialista (“científica”) soviética no deja de pasar factura y esto termina por afectar incluso a la ortodoxia que acepta muchos de los postulados de la ciencia materialista-naturalista, entre ellos el progreso, la evolución, etc., que son incompatibles con la fe cristiana, como ha sido señalado por muchos autores.
En la décima fase el derrumbe de la Unión Soviética causa que el ateísmo deje de reinar en la sociedad, por lo que la ortodoxia comienza a recuperar su estatuto al interior de Rusia. El anticomunismo de los reformistas liberales de la década de 1990 fue igualmente hostil con la Iglesia Ortodoxa, a la cual consideraban como “una institución reaccionaria que obstaculizaba el progreso social, la modernización y la occidentalización de la sociedad rusa”. Sin embargo, como en aquella época el comunismo era el principal enemigo, no se reprimió de forma sistemática a la religión. La Iglesia Ortodoxa aprovechó esta coyuntura para reforzar su influencia al interior de la sociedad, siendo bastante fuerte para principios de la década del 2000. El problema radica en que ahora la ortodoxia ya no es un reflejo ni de la ideología oficial de las élites gobernantes ni del pueblo, el cual había sido influido fuertemente por la educación soviética, de ahí la ambigüedad y la incertidumbre de la ortodoxia rusa contemporánea con respecto a que modelo seguir para permitir el renacimiento de la Iglesia. Las nueve fases precedentes de la historia religiosa de Rusia se caracterizaron por tener estructuras y orientaciones totalmente diferentes y, en consecuencia, la cuestión sobre este problema sigue abierta hasta el día de hoy. La actual fase en la que nos encontramos no es sino una prolongación en el tiempo de una cuestión fundamental, pues prácticamente todas las posturas anteriores están, de un modo u otro, presentes en la sociedad rusa contemporánea, especialmente si tenemos en cuenta los procesos religiosos paralelos que se desarrollan en la parte occidental del mundo ruso, incluyendo a Ucrania y Bielorrusia. Es por eso que en la ortodoxia actual encontramos partidarios del modernismo, el progreso, el materialismo científico naturalista y el evolucionismo junto a defensores del período moscovita que a veces proclaman la necesidad de canonizar a Iván el Terrible, ideólogos de los Viejos Creyentes, unificacionistas, sofiólogos, eurasiáticos, nacional-bolcheviques que justifican a Stalin y se solidarizan con la posición adoptada por el Patriarca Sergio, anticomunistas radicales (tanto monárquicos como liberales), gnósticos, sectarios, uniatas (especialmente abundantes en la Rusia occidental), ecumenistas que abogan por la unificación de la ortodoxia rusa con las demás confesiones cristianas occidentales, nacionalistas de miras estrechas, paneslavistas, tradicionalistas (que buscan una plataforma común con otras religiones con tal de oponerse a la modernización, la secularización y la postmodernidad), conformistas dispuestos a aceptar cualquier ideología oficial, puristas que insisten en la “pureza de la Ortodoxia” y otras muchas posiciones más. Ninguna de estas interpretaciones se ha vuelto dominante y se puede decir que la actual fase en la que se encuentra la sociedad rusa es muy paradójica. Pero para comprender esta décima fase es necesario decodificar y entender correctamente todas las anteriores, pues la situación actual es resultado de ellas, aunque no es completamente indefinida y en ella podemos encontrar muchos de los elementos cristianos anteriores que siguen influyendo en la sociedad rusa contemporánea. Por eso la mayoría de los teólogos rusos del siglo XX han estado de acuerdo con que el problema primordial dentro de la teología rusa ortodoxa es la eclesiología, es decir, la comprensión del camino histórico que ha seguido la Iglesia terrestre y que en nuestro caso se refiere al destino de la Iglesia en Rusia.
Notas:
[1] Dugin, A.G, Noomajía. Europa del Este. El logos eslavo: la vida balcánica y el estilo sármata.
[2] Dugin, A. G. Noomajía. Los horizontes no eslavos de Europa del Este: La canción del demonio y la voz de las profundidades.
[3] Berdiáyev, N, Las Fuentes y El Sentido Del Comunismo Ruso, Losada, Buenos Aires, 1939.
[4] Fundamentos del eurasianismo.
[5] Ustrialov, N., Nacional-Bolchevismo. Moscú: Eksmo, 2003.
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joseandrestabarnia · 3 months
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Vasnetsov Apollinario (1856-1933) PRADERA Y GRANERO. ABRAMTSEVO DÉCADA DE 1880 Tamaño - 14,2 x 35 Material - madera Técnica - óleo Número de inventario - MKV Zh-17 Transferido de la Casa-Museo de V.M. Vasnetsova. 1969
Apollinary Vasnetsov es un famoso paisajista ruso, pintor histórico, decorador de teatro de finales del siglo XIX y primer tercio del XX, profesor de la clase de paisaje en la Escuela de Pintura, Escultura y Arquitectura de Moscú.
El boceto fue escrito en las cercanías de la finca del famoso industrial moscovita y mecenas de las artes Savva Mamontov Abramtsevo. El apogeo de la finca comenzó a mediados del siglo XIX, cuando Sergei Aksakov la compró. Aquí el escritor creó sus mejores obras. Aksakov recordó: “El pueblo literalmente me abrazó con su espacio, paz y tranquilidad”.
Más tarde, cuando la finca fue adquirida por Savva Mamontov, Abramtsevo se convirtió en una verdadera Meca para los artistas. Ilya Repin, Vasily Surikov, los hermanos Vasnetsov, Vasily Polenov, Ilya Ostroukhov, Mikhail Vrubel, Mikhail Nesterov, Konstantin Korovin, Isaac Levitan y muchos otros vivieron y trabajaron durante mucho tiempo en la acogedora y artística casa Mammoth. En la historia del paisaje nacional, Abramtsevo desempeña el papel de una especie de "Barbizon ruso". Los motivos de la naturaleza de Abramtsevo se reflejaron de una forma u otra en el trabajo de todos los que se alojaron en la finca.
De 1880 a 1894, Apollinary Vasnetsov y su hermano Víctor pasaron casi todos los veranos en Akhtyrka y Abramtsevo. El joven artista tuvo la oportunidad de trabajar junto a reconocidos maestros. “Estudié en la naturaleza y de la naturaleza, y en esto me ayudaron los compañeros de Víctor y mis compañeros”, recordó el artista sobre este período de su vida.
Todos los artistas que trabajaron en Abramtsevo se sintieron atraídos por los íntimos motivos naturales de los rincones vírgenes, que crean el ambiente para una comunicación íntima con la naturaleza. Aquí no había vistas espectaculares, pero el paisaje tenía esa carga emocional que se transmitía a los artistas que observaban constantemente los cambios en las condiciones naturales. Como bien lo expresó Elena Polenova, en Abramtsevo los artistas mantuvieron “conversaciones confidenciales con la naturaleza”, lo que les dio un fuerte impulso creativo.
En un modesto boceto, Apollinaris Vasnetsov logró transmitir la paz contemplativa de admirar la naturaleza, el disfrute del silencio y la armonía natural de un día sin preocupaciones. Un color ligeramente apagado y aclarado, que incorpora matices sutiles de tonos verdosos y ocre-cenizo, transmite con precisión la luz difusa y la paz de la naturaleza de Rusia Central.
Información e imagen de la web de la Galería Tretyakov.
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emvisual · 9 months
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El diseñador moscovita Nikita ha publicado concepto de diseño para packaging que convierte la pasta en pelo.
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neuralation · 1 year
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Piergiorgio Branzi
Diario Moscovita - Nuovi Quartieri (Muscovite Diary - New Neighborhoods), 1962
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yummyjomi1693 · 6 months
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Café negro y vodka
Típico del guaguancó cotidiano manotear en el tránsito,
indeciso ante el semáforo inservible y colgante
y que ahora es un nidal de los changos del municipio,
indeciso me lanzó y gesticulo una mueca con los dedos.
Café negro y sin azúcar para disparar la hipertensión
y tener el amargor perpetuo de la vida, del absurdo,
vodka para ser un moscovita en el universo alterno
y divagar en su sabor neutro, añorando causas perdidas.
Aquí sigo, atascado, quien sabe si para siempre
en el tráfico de la insistencia, en el tapón urbano,
deseando besar sus tatuajes luego de una suave calada,
pero por ahora me acompaña una melodía oscura de Bathory.
-Jomar, 17 de noviembre, 2023
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khrenek · 6 months
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La Grotta di Voronya - o Grotta Krubera, dal nome del geografo Alexander Kroeber -, il punto più vicino al centro della Terra.
La grotta di Veryovkina, a circa 2.212 metri di profondità, è la grotta più profonda del mondo. Si trova nel passo tra i monti Krepost e Zont nella regione dell'Abkhazia, uno stato indipendente autodichiarato ufficialmente considerato parte della Georgia.
Nel 1968 la grotta fu scoperta da speleologi della città di Krasnoyarsk, che furono in grado di raggiungere profondità fino a 115 metri. Già nel 1986 un nuovo gruppo moscovita, guidato da Oleg Parfenov, riuscì a raggiungere la notevole profondità di 440 metri. Dal 2015, una serie di nuove incursioni del gruppo Perovo-Speleo ha determinato che la grotta era più profonda raggiungendo ripetutamente nuovi e migliori segni fino a raggiungere il record di 2212 metri nel marzo 2018 e registrare un sistema di tunnel sotterranei di oltre 6000 metri.
Uno dei sogni di Jules Verne, descritto nel suo romanzo del 1864 "Viaggio al centro della Terra", era quello di entrare nell'interno della Terra. Sebbene la Grotta di Veryovkina non ci conduca a tali profondità, ci consente di avvicinarci il più possibile al centro del pianeta.
Fino al 1983 la grotta era conosciuta come Grotta Sibirskaya (Grotta siberiana), così chiamato perché la squadra che ha scoperto la grotta era composta da tre speleologi delle città siberiane di Krasnoyarsk, Novosibirsk e Tomsk.
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ka1rosnan · 11 months
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꧁-+Recordar el sacrificio+-꧂
25 de junio de 2023
Luego de la reunión de adoración el domingo por la mañana, mi anfitrión moscovita me llevó a almorzar a un restaurante fuera del Kremlin. Al lleg…da clic en el enlace para leer todo, gracias.
👇🏾
https://iglesiakayros.es.tl/
shalom !
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Next stop imagination
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Until 14th January .
Next stop immagination.
Pianezza (Italy).
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Fino al 14/01 a Pianezza.
Via Matteotti, 3.
Biblioteca comunale.
До 14 января 2023 г.
Следующая станция воображение.
Пианецца (Италия).
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mucillo · 2 years
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"Sentirai il tuono e mi rammenterai, penserai: desiderava la bufera… Sarà una striscia di cielo accesa di rosso, e il cuore come allora in fiamme. E ciò accadrà nel giorno moscovita in cui abbandonerò per sempre la città, muoverò verso il bramato riparo, lasciando in mezzo a voi ancora la mia ombra.“
Anna Andreevna Achmatova
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realnews20 · 4 days
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Vladimir Putin ha giurato da presidente per il suo quinto mandato non consecutivo da presidente della Federazione russa per altri sei anni. Insolitamente puntuale, alle 12 esatte, ora moscovita, Putin è entrato nel Salone di San Giorgio del Gran Palazzo del Cremlino per la cerimonia di inaugurazione. Percorrendo il tappeto rosso verso il podio ha distribuito saluti e strette di mano. Il presidente della Corte Costituzionale Valery Zorkin lo ha poi invitato a prestare giuramento, dopodiché è risuonato l’inno nazionale russo. Vladimir Putin ha giurato da presidente per il suo quinto mandato non consecutivo da presidente della Federazione russa per altri sei anni “Attraverseremo con dignità questo periodo difficile, di cambiamenti, e saremo ancora più forti: ha dichiarato Vladimir Putin nel suo discorso dopo il giuramento per il quinto mandato da presidente della Federazione russa, rivolgendosi ai cittadini russi. “Il futuro della Russia lo decideremo noi e solo noi”, ha detto, sottolineando che il risultato dipende dalla compattezza della nazione. “Non dobbiamo dimenticare il tragico costo degli sconvolgimenti, ma stabilità non significa pigrizia”, ha affermato il presidente, sottolineando con una frase che torna sempre più spesso nei suoi discorsi: “Assieme, vinceremo” “Voi, cittadini della Russia, avete confermato che la traiettoria del Paese è giusta. Questo è di grande importanza proprio ora, quando ci troviamo di fronte a gravi sfide. Vedo in questo una profonda comprensione dei nostri obiettivi storici comuni”, ha detto Putin, traducendo in pratica la sua rielezione in un mandato per la guerra in Ucraina. “Vedo in questo una profonda comprensione dei nostri obiettivi storici comuni, la determinazione a difendere con fermezza la nostra scelta, i nostri valori, la libertà e gli interessi nazionali della Russia”. “Siamo stati e saremo aperti a rafforzare le buone relazioni con tutti i Paesi che vedono nella Russia un partner affidabile e onesto” La Russia non rifiuta il dialogo con i Paesi occidentali: “Siamo stati e saremo aperti a rafforzare le buone relazioni con tutti i Paesi che vedono nella Russia un partner affidabile e onesto”, ha dichiarato Vladimir Putin nel suo discorso dopo il giuramento per il quinto mandato da presidente della Federazione russa. “Siamo stati e saremo aperti a rafforzare le buone relazioni con tutti i Paesi che vedono nella Russia un partner affidabile e onesto. E questa è davvero la maggioranza del mondo. Non rifiutiamo il dialogo con gli Stati occidentali. La scelta è loro – ha detto Putin – Intendono continuare a cercare di frenare lo sviluppo della Russia, a portare avanti la loro politica di aggressione, la pressione sul nostro Paese che non si ferma da anni, o cercare un percorso di cooperazione e di pace?”.
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sovietilinga · 12 days
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A las 2:10 del 9 de mayo de 1945, el locutor soviético Yuri Levitan leyó el Acta de Entrega Militar de la Alemania Nazi y el Decreto del Presídium del Sóviet Supremo de la Unión Soviética anunciando el 9 de mayo como el Día de la Victoria. En la foto: una controladora de tráfico en las calles de Berlín.
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Los moscovitas en la Plaza Roja el 9 de mayo de 1945.
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La Gran Guerra Patria, que comenzó el 22 de junio de 1941, cuando la Alemania nazi atacó la URSS, se convirtió en la parte más importante y decisiva de la Segunda Guerra Mundial de 1939-1945. En la foto: unos soldados soviéticos en los tanques alemanes Panther capturados como trofeos cerca de Praga.
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Fuegos artificiales en la Plaza Roja de Moscú con motivo del Día de la Victoria, el 9 de mayo de 1945.
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Soldados del Tercer Frente Ucraniano se felicitan por el fin de la guerra.
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Según datos oficiales, las pérdidas de la URSS en la Gran Guerra Patria ascendieron a unos 26 millones de personas, entre ellas 8,7 millones de soldados y 13,7 millones de civiles en la zona de ocupación. En la foto: la mañana del 9 de mayo de 1945 en la Plaza Roja.
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Los residentes de Praga saludan a los soldados soviéticos.
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En cada familia soviética alguien murió en el frente o fue asesinado por los nazis durante la ocupación. En la foto: el artista soviético Emmanuíl Kaminka durante una actuación en las calles de Moscú, el 9 de mayo de 1945.
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Soldados soviéticos en el edificio del Reichstag, mayo de 1945.
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Las pérdidas totales de los países que participaron en la Segunda Guerra Mundial superaron los 71 millones de personas, de las cuales más de 46 millones eran civiles. En la foto: celebración del Día de la Victoria en Sofía (Bulgaria).
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El pianista de la Filarmónica de Moscú Yuri Briushkov actúa en la plaza de Maiakovski, en la capital rusa, el 9 de mayo de 1945.
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El 9 de mayo de 1945. Visitantes extranjeros en Moscú.
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La Gran Guerra Patria, que duró 3 años, 10 meses y 17 días, terminó con una victoria total de la Unión Soviética y la rendición incondicional de la Alemania nazi. En la foto: fuegos artificiales en la Plaza Roja de Moscú con motivo del Día de la Victoria el 9 de mayo de 1945.
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El Acta de rendición de la Alemania nazi fue firmada originalmente el 7 de mayo a las 02:41 CET en Reims (Francia). La rendición de la Alemania nazi entró en vigor el 8 de mayo a las 23:01 CET. A petición del líder soviético Iósif Stalin, una segunda firma de la rendición tuvo lugar en el suburbio berlinés de Karlshorst por la noche del 8 al 9 de mayo. Las fechas del anuncio oficial de los jefes de Estado sobre la firma de la rendición —el 8 de mayo en Europa y el 9 de mayo en la URSS— comenzaron a celebrarse en los respectivos países como Día de la Victoria. En la foto: celebración del Día de la Victoria en el centro de Moscú, cerca del Teatro Bolshói.
Fuente
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jgmail · 2 years
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Alain de Benoist: El eurasianismo de Dugin es incompatible con el nacionalismo
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Entrevista realizada por Maxime Le Nagard
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
 Front Populaire: Usted conoce personalmente a Aleksandr Dugin, por lo que nos gustaría que nos explicara quién es el a nivel intelectual y cuáles son sus ideas, influencias filosóficas y políticas, etc.
 Alain de Benoist: Conozco a Aleksandr Dugin desde hace más de treinta años y puede decir que es uno de los teóricos del eurasianismo, una corriente de pensamiento que surgió durante la década 1920 en los círculos de la emigración rusa (los “rusos blancos”) y laUnión Soviética. Esta corriente retoma la polémica entre eslavófilos y occidentalista (zapadniki) que ya había provocado divisiones entre la élite rusa en 1840.
 Los occidentalistas sostienen que la Rusia actual es el resultado de la “occidentalización” de la sociedad rusa llevada a cabo por Pedro el Grande en el siglo XVIII, mientras que los eslavófilos, como Alexéi Jomiakov, Konstantin Aksakov e Ivan Kirevski (al igual que Dostoievski), decían que la “verdadera” Rusia era la representada por el pueblo ruso y su “forma” de ser antes de las reformas petrinas, cuando existía el Patriarcado de Moscú organizado según el modelo de unidad conciliar de la Iglesia Ortodoxa. Por lo tanto, era necesario luchar contra todas las influencias dañinas que provenían de Europa occidental (el racionalismo, el individualismo y la obsesión por el progreso técnico), las cuales eran perjudiciales para la identidad del pueblo ruso.
 El eurasianismo fue fundado por figuras destacadas en la lingüística como Nikolái Trubetskói – autor de Europa y la Humanidad (el término “Europa” lo usa como sinónimo de Occidente) – y Roman Jakobson, además de economistas (Piotr N. Savitski), juristas y politólogos (Nicolas N. Alexeiev) o historiadores y geopolíticos (Georges V. Vernadski), entre otros. Los eurasianistas, al igual que los eslavófilos, creen que Rusia y Occidente son dos entidades totalmente diferentes, pero los primeros toman muchos elementos que los eslavófilos no tomaron en cuenta. El eurasianismo sostiene que la identidad rusa nació de una superposición entre un elemento eslavo-fino-turaniano, varego y cristiano-bizantino nacido en Kiev junto con la cultura “moscovita” que heredo las formas de poder y administración del imperio tártaro- mongol que dominó Rusia por tres siglos. Rusia es espiritualmente bizantina y, por lo tanto, “oriental” (la idea de la “Tercera Roma”). Además, el eurasianismo no considera que Rusia sea un país o una nación, sino una civilización única que adquirió un modo de ser imperial.
 Aleksandr Dugin nació en 1962 y pertenece a la segunda generación del eurasianismo. Creo que su principal aporte a esta corriente han sido sus reflexiones geopolíticas, las cuales dictó cuando fue profesor de la Universidad Lomonossov de Moscú (Fundamentos de geopolítica, 1997). Además, Dugin siente un gran apego por el misticismo ortodoxo (él mismo es seguidor de los staretz o “Viejos Creyentes” de la Iglesia ortodoxa, una rama nacida del rechazo a las reformas introducidas por el Patriarca Nikon en el siglo XVII) y considera que la religión no debe fundarse en la razón, sino en la fe.
 El geopolítico inglés Halford Mackinder, que murió en 1947, desarrolló la idea (luego retomada por muchos otros, entre ellos Carl Schmitt) de una oposición entre las potencias marítimas y las terrestres, siendo las primeras representadas por Inglaterra y los Estados Unidos, mientras que las segundas eran representadas por el gran continente euroasiático, cuyo “corazón” son Alemania y Rusia. Mackinder decía que quien controle el Heartland controlaría el mundo. Zbigniew Brzezinski retomó está idea en su libro El Gran Tablero del Mundo (1997) y escribió lo siguiente: “Estados Unidos debe por todos los medios apoderarse de Ucrania, porque Ucrania es el pivote del poder ruso en Europa. Una vez que Ucrania sea separada de Rusia, esta última dejará de ser una amenaza”.
 Creo que todo esto nos permite comprender mejor las posiciones de Aleksandr Dugin, ya que el conflicto en Ucrania y Rusia no es para él una “guerra fratricida”, sino que es un intento de proyectar militar e ideológicamente, más allá de sus fronteras, la influencia de las democracias liberales – que defienden la idea de un Estado universal y la expansión de la decadencia por todo el planeta –en crisis, contra las democracias iliberales que desean salvaguardar la identidad de sus pueblos y aferrarse a sus propias ideas sobre la sociedad y la soberanía.
 En cuanto a los pensadores que han influido sobre Dugin, creo que existen muchos. Dugin maneja una docena de idiomas, los cuales aprendió por sus cuenta, y desde muy joven se familiarizo con las ideas de pensadores tan diferentes como el historiador y geógrafo Lev Gumilev – hijo de la poetisa Anna Akhmatova, y teórico de los “lugares de desarrollo” (mestorazvitiye) –, Arthur Moeller van den Bruck – el “joven conservador” alemán que defendía la “orientación hacia el Este” –, Vico, Danilevski, Mircea Eliade, René Guénon, Jean Baudrillard, Marcel Mauss, Gilbert Durand, Claude Lévi-Strauss, Louis Dumont, Friedrich List, Heidegger, etc. Pero semejante lista es demasiado larga para darla completa.
 FP: En su libro Contra el espíritu del tiempo, usted escribe que simpatiza con la “Cuarta Teoría Política”. ¿En qué consiste está teoría y por qué la considera interesante?
 ADB: La Modernidad dio nacimiento a tres grandes teorías políticas que lucharon entre sí: el liberalismo, el cual nació en el siglo XVIII, el socialismo, que apareció en el siglo XIX, y el fascismo, que surgió en el siglo XX. Dugin desarrolla en su libro la idea de que es necesario crear una “Cuarta Teoría Política” la cual retome elementos de las otras tres, pero que no se identifique con ninguna de ellas. Considero que semejante propuesta es bastante interesante.
 Ahora bien, Dugin también plantea que el siglo XXI debe crear un Cuarto Nomos de la Tierra (un nuevo sistema al interior del orden internacional). El Primer Nomos de la Tierra estaba basado en que los pueblos existían separados más o menos los unos de los otros, pero este desapareció con el descubrimiento del Nuevo Mundo. El Segundo Nomos nació con el orden eurocéntrico de los Estados modernos (el orden westfaliano) y colapsó con la Primera Guerra Mundial. El Tercer Nomos surgió en 1945 en Yalta y fue dominado por la bipolaridad estadounidense-soviética. ¿Cuál será el Cuarto Nomos de la Tierra? Según Dugin, este Nomos tiene dos alternativas: la unipolaridad representada por los Estados Unidos o la multipolaridad representada por los “Estados-civilización” y los Grandes Espacios continentales. Estos últimos son entidades autónomas y grandes espacios civilizacionales que de ahora en adelante serán los grandes sujetos de la globalización, intentando preservar las culturas y las formas de vida de los pueblos.
 Dugin también cree que hemos entrado en la Cuarta Guerra Mundial. La Primera Guerra Mundial (1914-18) llevó al desmantelamiento de los imperios austrohúngaro y otomano. Estados Unidos y la Rusia de Stalin fueron los grandes vencedores de la Segunda Guerra Mundial (1939-45). La Tercera Guerra Mundial fue la Guerra Fría (1945-89) y terminó con la caída del Muro de Berlín y la desintegración del sistema soviético, siendo Washington el principal beneficiado de todo eso. La Cuarta Guerra Mundial comenzó en 1991 y consiste en la guerra de Estados Unidos contra el resto del mundo. Es una guerra que se libra en múltiples: económico, financiero, tecnológico y cultural, siendo inseparable de la lógica disolvente del capital que se está apoderando de todo.
   FP: Muchos etiquetan a Dugin como parte de la “extrema derecha”, “roji-pardo”, “antimoderno”, “ultranacionalista”, “tradicionalista” o “neofascista”. ¿Cree que alguna de estas etiquetas se ajusta a la realidad?
 ADB: Los periodistas no saben nada de filosofía política e historia de las ideas, por lo que son incapaces de entender los fenómenos que acontecen frente a ellos y se limitan a balbucear mantras y vulgatas incoherentes. La etiqueta polifacética de “extrema derecha” es utilizada por quienes no quieren pensar. Considero que las únicas etiquetas que se le pueden aplicar a Dugin son las de “tradicionalista antimoderno”, pero sólo si se entienden tales términos en el sentido de Guénon, el resto son totalmente ridículas. No dicen nada sobre Aleksandr Dugin, pero sí dicen mucho sobre quienes las utilizan. Quizás la peor de todas estas etiquetas sea la de tildarlo de “nacionalista” o “ultranacionalista” como la mayoría de sus detractores lo hacen. Dugin, como he dicho anteriormente, es un eurasianista y el eurasianismo es incompatible con el nacionalismo. El eurasianismo defiende la idea del Imperio y rechaza la lógica de los nacionalismos étnicos y los Estados-nación (esto explica los estrechos vínculos que Dugin mantiene con representantes de las comunidades judías y turco-musulmanes de Rusia).
 FP: Aleksandr Dugin ha sido presentado como el “cerebro” detrás de Putin, una especie de misterioso Rasputín del Kremlin. ¿Cuál es realmente su influencia sobre el gobierno y la sociedad rusa?
 ADB: ¡Llamarlo el “cerebro” detrás de Putin, cuando se sabe que no se han visto ni una sola vez de frente, resulta bastante exagerado! La verdad es mucho más prosaica: Aleksandr Dugin es un intelectual muy conocido y leído, tanto en Rusia como en el extranjero, que ha sido traducido a unos diez o doce idiomas diferentes. Tiene sus propias redes de influencia. Tuve la oportunidad de dictar un par de conferencias sobre geopolítica a militares y altos oficiales del ejército ruso en la sede de Pravda de Moscú en abril de 1992. En ese entonces ya se notaba como las ideas eurasiáticas hacían eco en la opinión pública de Rusia. Dugin lanzó en el 2003 el Movimiento Eurasiano Internacional y desde entonces este ha crecido mucho entre la población no rusa de Rusia. Dugin también ha ido a Washington y se ha encontrado con intelectuales como Zbigniew Brezinski y Francis Fukuyama.
 No cabe duda de que Dugin conoce muy bien el entorno en el que se mueve Putin, pero nunca ha pertenecido a su círculo o “asesores especiales”. Él sostiene que Putin abandonó el rumbo pro-atlantista de Boris Yeltsin, pero considera que el actual presidente de Rusia es un “eurasianista a pesar de sí mismo”. El libro que escribió sobre Putin hace varios años se encuentra muy lejos de ser un ejercicio de admiración, pues expone aquellos puntos en los que está de acuerdo con él y otros en los que no. Por supuesto, los periodistas franceses parece que nunca leyeron tal obra.
 FP: Además de conocer la obra de Aleksandr Dugin, también ha publicado el libro Survivre à la désinformation (2021) donde crítica los medios de comunicación. ¿Cuál es su opinión sobre el papel que han jugado los medios en el conflicto ruso-ucraniano?
 ADB: Creo que es bastante obvio: los grandes medios de comunicación franceses solo se han dedicado a transmitir la ideología dominante. Al parecer se ha vuelto normal que en este país ya no se den debates serios y se ignore o caricaturice la opinión de quienes no comparten tales ideas. Esto se aplica tanto a Dugin como a la guerra en Ucrania, ya que el único punto de vista que se transmite es el de los ucranianos, pero no el de los rusos. Esto crea una forma de represión evidente en la sociedad y debemos desconfiar de todo aquel que reprima.
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joseandrestabarnia · 8 days
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Vasnetsov Apollinary (1856-1933) 
PUENTE CUBIERTO DE LA RESURRECCIÓN. MOSCÚ  1921 
Tamaño: 48,7 x 55,8 
Material - papel 
Técnica: acuarela, carboncillo. 
Número de inventario: MKV GR-329 
Comprado en G.S. Yudina. 1995 
La acuarela está dedicada a recrear el aspecto histórico de Moscú. El artista representó un hito no conservado del siglo XVII: el Puente de la Resurrección sobre el río Neglinnaya. El puente se acercaba a las puertas de Kitay-Gorod del mismo nombre: Voskresensky o Iversky. Al analizar planos y dibujos antiguos, Vasnetsov recreó de manera confiable la apariencia específica de la antigua capital. 
El artículo de 1921 “El Puente de la Resurrección y su territorio adyacente en el siglo XVII” se convirtió en el comentario del autor sobre la obra. Vasnetsov hizo una presentación sobre este tema en una reunión de la Comisión para el Estudio del Viejo Moscú, mostrando dibujos, grabados y tres acuarelas. 
El artista tenía un don especial de previsión y a menudo predijo dónde se podrían encontrar los restos de edificios antiguos. Esto confirmó la suposición hecha en el artículo de que los arqueólogos pueden encontrar partes del Puente de la Resurrección, que se rellenaron durante la nivelación del área a principios del siglo XIX. Los soportes del puente fueron descubiertos durante las excavaciones realizadas entre 1993 y 1996 y ahora forman la base de la exposición del Museo Subterráneo de Arqueología de Moscú. 
Como en todos los planos antiguos, el puente está representado con altas arcadas, que permitían a los moscovitas admirar las vistas de la ciudad. Desde el puente se abría un hermoso panorama: una vista del Kremlin, los estanques y el Puente de la Trinidad por un lado y las murallas de Kitay-Gorod y la Fundición de Cañones por el otro. 
La descripción que hace el autor del área adyacente al Puente de la Resurrección es de indudable valor para estudiar la historia de la ciudad. Por el puente pasaba una importante carretera que conectaba Bely Gorod con Kitai-Gorod y Zamoskvorechye. Cerca del puente comenzaba el principal mercado de alimentos: el "útero" del antiguo Moscú, más tarde Okhotny Ryad. También había comercio de pan de jengibre en el propio puente. El artista representó la capilla sobre pilares; por la noche los puentes se volvían peligrosos. Había jaulas para peces vivos en el estanque y molinos reales cerca de los arcos del puente. Cerca del puente hacia la moderna calle Tverskaya se encuentra la iglesia de madera del monasterio Moiseevsky. 
Habiendo estudiado el área según planos antiguos, el artista imaginó vívidamente una imagen tranquila de una tarde de verano: un puente pintoresco rodeado de agua, muros y torres reflejados en el espejo de los estanques, el ruido de una rueda de molino, el ritmo pausado de la ciudad antigua. 
Con su arquitectura original, el Puente de la Resurrección siempre atraía la atención de Vasnetsov. El artista dedicó una serie de obras a recrear su apariencia: "Al amanecer en el Puente de la Resurrección. El final del siglo XVII" (1900), "El Puente de la Resurrección. El final del siglo XVII" (1913), "La Resurrección Puente en el siglo XVI” (1917), “Puente de la Resurrección en el siglo XVII” (1921), “Tráfico callejero en el Puente de la Resurrección en el siglo XVIII (1926) y otros. 
Información e imagen de la web de la Galería Tretyakov. 
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gianninoruzza · 1 month
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Rubriche
Massacro a Mosca: a chi giova?…l’opinione di Rita Faletti Rita Faletti – Marzo 27, 2024 – 12:49 commenti: 7 visualizzazioni: 671 © Riproduzione riservata La strage di venerdì scorso alla sala concerti della capitale moscovita, con 138 morti di cui 3 bambini e 180 feriti, alcuni molto gravi, ha profondamente scosso una nazione che non credeva di dover rivivere l’incubo del terrorismo…
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