Tumgik
#perdón es que tenía que usar este gif
boingdeguayava · 1 year
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* 𝐨𝐩𝐞𝐧 𝐬𝐭𝐚𝐫𝐭𝐞𝐫.
— moon suwon, veintiséis años, cocinero en un restaurante.
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"No te voy a cocinar nada" se cruzó de brazos, su usual gesto gruñón presente en su semblante. "Sólo porque estudié gastronomía y soy cocinero, no significa que le prepare comida a todo el mundo." No era le primere ni le ultime persona que se lo pedía. Por eso mismo prefería no difundir aquella información. Trataba de hablar lo menos posible sobre él para evitarse problemas o peticiones no requeridas.
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coolpizzazonkplaid · 3 months
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La heredera del Infierno
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Aviso: En este capítulo, también tuve que usar diálogos del videojuego doblado al español latino, pero cuando haga la versión de ingles (en algún momento) usaré los diálogos originales. También, varios lugares que describo son verídicos.
El local La Casa del Chocolate y se encuentra en la Av. Corrientes 1479. Por otro lado, Mercedes es un pueblo de Provincia de Buenos Aires y una de sus festividades populares es la "Fiesta del Salame".
El Mundo Exterior.
–¿Qué debería ponerme para ir al Mundo Exterior? –preguntó Daniela, mientras sostenía su mejor ropa– Eh, Ade, despertate.
La chica salió de sus pensamientos y volvió a la realidad.
–Perdón ¿qué estabas diciendo?
–¿Qué me pongo para ir el Mundo Exterior? –volvió a preguntar–. Estoy entre el vestido azul, el top con la pollera blanca o jean y remera blanca.
–Vamos a ver a una emperatriz y a sus hijas, creo que el top o el vestido no va a estar bien para presenciar a la familia real. Te van a tachar de algo peor, quizás en la fiesta podés usarlo. –respondió Adelina, mientras observaba los conjuntos de ropa–. Podrías usar la remera rosa claro, el jean negro y sandalias, seguramente nos va a tocar caminar.
–Ay me gusta, pero me voy a poner otro par de sandalias que combinen.
–Como quieras.
–¿Qué estabas pensando? –cuestionó Daniela con una sonrisa mientras se arreglaba.
–Nada.
Había pasado una semana desde el sueño, y lo recordaba como si lo hubiera tenido la noche anterior. Despertó sudando, sintiendo las manos de los muertos por todo el cuerpo y tuvo que hacer un esfuerzo titánico para no gritar en plena madrugada. Necesitaba respuestas sobre Hela.
Después de darse una ducha, Adelina observó su mejor ropa. Optó por un vestido negro con decoraciones de enredaderas, mangas caídas, suelto en la falda por arriba de las rodillas y sandalias de taco bajo. Cepilló su larga cabellera negra haciéndose una media colita y se aplicó un poco de su mejor perfume.
Luego, tomó la paleta de sombras y al abrirla, sus ojos heterocromáticos se reflejaron en el pequeño espejo. Puso en sus párpados sombras de color negro y se pasó lapis labial rojo. Tras terminar, admiró momentáneamente su rostro pecoso y guardó todos los elementos en su bolso pequeño.
Al salir de su habitación, vio a Mariano con una remera de One Piece. un traje negro y pantalones elegantes del mismo color. La muchacha intentaba tener autocontrol de no matarlo a la primera oportunidad que tuviera.
–¿Cuántas veces te dije que te pusieras camisa y no una remera? –preguntó Adelina.
–Agradece que no me puse una de Megadeth –defendió el chico, ajustando su saco–. Es elegante y moderno.
–Hace lo que quieras, si nos miran mal te mato.
–Le vamos a sobornar con comida. Vamos a estar medianamente bien.
En esos siete días, el trío quiso buscar unos regalos a la emperatriz Sindel. Fueron a Argentina a comprar comidas típicas de su patria. Liu Kang les había dicho que no era necesario, pero aun así Adelina, Mariano y Daniela hicieron los regalos.
La chica suspiró aceptando la derrota y salió del complejo con Mariano, Raiden, Kung Lao y Kenshi. Raiden llevaba un atuendo formal chino de color blanco con un cinturón de tela, pantalones azul oscuro y botas del color de la nieve. En cambio, Kung Lao vestía con una camisa china de manga corta negra y roja, en su cabeza, tenía su sombrero con cuchillas, pantalones negros y botas del mismo color. Por último, Kenshi llevaba una camisa roja, un saco gris, pantalones del mismo color y zapatos de color negro.
Mientras esperaban a Johnny y Daniela, Adelina se dio cuenta de que los tres hombres miraban curiosamente el tatuaje de la muchacha.
–¿Qué te ocurrió en el brazo? –preguntó Kung Lao analizando el brazo derecho de la chica.
–Una estupidez –dijo Adelina tratando de no explicar demás, pero ante las miradas curiosas de Raiden, Kung Lao y Kenshi siguió–. Aposté a que aguantaría un tatuaje completo, pero solamente soporté el brazo.
–No te veo haciendo eso –dijo Kenshi.
–Lo hice cuando tuve 18 –mintió Adelina–. En ese tiempo, hice cosas tontas.
Pasaron varios minutos mientras esperaban a los otros luchadores. Kung Lao no podía contener su emoción en conseguir la victoria en el Mundo Exterior y presumir al campeón de la Tierra.
–Por favor Raiden, cuídalo. Ya veo que nos va a dar problemas y nos hará quedar mal –dijo la muchacha.
–Haré mi mejor esfuerzo –dijo Raiden con una risa.
–Tenemos que presumir a nuestro campeón, Adelina, sino qué imagen va a tener el Mundo Exterior de nosotros –dijo Kung Lao palmeando ambos hombros de Raiden.
–Vamos a tener la imagen de unos imbéciles, por eso no tenemos que presumir de más –dijo Adelina y Mariano rio.
–Adelina tiene razón, presumir nos haría quedar mal –dijo Kenshi–. Hablando de presumir ¿dónde están Johnny y Daniela?
–Dame un segundo –dijo Adelina acercándose a los pasillos–. ¡Che, ustedes dos! ¡Agilicen el trámite ya tenemos que irnos!
–¡Ya va! –gritó Daniela.
La muchacha fue la primera en salir, llevando una remera rosa claro decorada con alitas de ángel doradas, jean negro y sandalias. En sus manos, tenía las bolsas de regalos y Adelina tomó una. Detrás suyo, Johnny apareció con una camisa negra sedosa, pantalones del mismo color y zapatos.
–¿Qué es lo llevan en esas bolsas de regalo? –preguntó Kung Lao viendo las bolsas detrás del trío.
–Liu Kang nos dejó ir a Argentina a comprar regalos para la emperatriz Sindel –dijo Daniela con una sonrisa alzando las bolsas con orgullo.
–Trajimos los mejores chocolates de La Casa del Chocolate –dijo Mariano.
–Salame quintero de Mercedes. El mejor de todos –dijo Adelina–. También, vino.
–No era necesario hacer eso –dijo Johnny riendo ante las cosas que mostraron.
–La mejor forma de caerle bien a desconocidos es con comida –contrarrestó Daniela–, y estas son de las más exquisitas de nuestra patria. Además de las más caras, tuvimos que poner plata y dolió como el carajo a nuestras billeteras.
Los demás luchadores se miraron entre ellos y dejaron que el trío hiciera sus cosas. Se encaminaron al gran jardín donde Liu Kang los esperaba y lo siguieron hacia unas columnas chinas rojas con decoraciones moviéndose con el viento y algunos dragones orientales como relieves.
–El Mundo Exterior puede ser extraño y embriagante para los habitantes de la Tierra –de las manos del dios emergieron flamas naranjas y azules formando un portal–. Que no les afecte. Enfóquense en la tarea que tienen.
Adelina vislumbró que Johnny grababa las acciones de Liu Kang para su futura película. Los demás revolearon los ojos, resignándose a las actitudes del actor. Luego de formar el portal de fuego, el dios pasó a través de las llamas naranjas, siguiéndolo Raiden, Kung Lao y detrás, los otros luchadores.
Antes de atravesar, Adelina aspiró hondo y pasó por las flamas ocasionándole cosquilleos y mareos como cuando las atravesó para llegar a la Academia Wu Shi. Las flamas naranjas y azules se transformaron en oleajes violetas y lilas. Sin darse cuenta, la chica pudo tomar aire y abrió los ojos para encontrar un paisaje soleado.
Enfrente del portal, había dos estatuas de criaturas a los costados. Alrededor de la arquitectura de mármol blanco, había diferentes tipos de árboles, flores y banderas. Bajando las escaleras blancas, había una alfombra violeta que llevaban a otras escaleras de mármol blanco, con columnas decorativas y detrás árboles con flores rosas.
–Toto, creo que ya no estamos en Kansas –exclamó Johnny mientras seguía grabando todo el paisaje.
En las escaleras había un grupo de mujeres paradas en fila. Dos de ellas eran muy distintivas, llevaban ropas rosas y azul claro. Las demás vestían de uniforme amarillo, pantalones ajustados grises y zapatos del mismo color. También, estaban armadas con escudo y lanza.
–Vaya –exclamó Johnny al ver que las dos jóvenes de rosa y azul claro–. ¿Esas son…?
–Las hijas de la emperatriz Sindel, sí –dijo Liu Kang y el actor apagó su celular.
–No decepcionan.
Le dio la razón al dios sobre la belleza que poseía el Mundo Exterior. En esa hipnosis, tuvo que tener el control de evitar caerse y a la vez vigilar que Mariano y Daniela no les pasara lo mismo. El calor abrazador del lugar la agobió y agradeció llevar vestido.
–Somos los embajadores de la Tierra, Johnny. Les mostraremos respeto…–dijo Raiden solemnemente– no una atención indeseada.
–Tené por sentado que va a ser lo mismo que estuvo haciendo con nosotras todo el tiempo –habló Daniela sonriente–. Solo que, en vez de recibir una mala contestación, va a ser la cabeza empalada y su cuerpo dado de comer a los animales.
–Una linda imagen –dijo Adelina.
El grupo se acercaba a las hijas de la emperatriz, unieron el puño con su palma y se inclinaron.
–Lord Liu Kang, bienvenido –habló la hija vestida de rosa.
–Gracias, princesa Mileena.
–¿Recuerdas a mi hermana? –preguntó la noble haciéndose a un lado.
–Claro que sí –respondió Liu Kang–. Princesa Kitana.
Ambos se hicieron un pequeño gesto de saludo. El dios prosiguió a presentar a los luchadores y al campeón. Las princesas miraron apenas al resto de luchadores y Kitana enfocó su mirada sobre el granjero.
–Espero que estés preparado, Raiden –dijo orgullosamente–. Nuestros campeones están decididos a ganar.
–Nadie más que yo. Llevamos mucho tiempo sin conseguir la victoria –espetó la princesa Mileena.
–Princesa Mileena… –habló una de las chicas vestida de amarillo. Una morena con un peinado de rastas–, hay que ponernos en marcha. La emperatriz Sindel nos espera.
–Gracias, Tanya –dijo Mileena–. Síganme, por favor.
Las princesas llevaron a los luchadores por las escaleras hacia un pasillo externo de mármol blanco y dorado, donde más guardias estaban en postura recta y en fila. Al final, había carruajes llevados por criaturas extrañas, cubiertos en la cima con telas exquisitas de colores violetas y lilas, sus ruedas tenían partes doradas y dentro se hallaban cómodos almohadones.
Luego de que los invitados subieran, los carruajes empezaron avanzar hacia el palacio. Poco a poco, el paisaje verde fue convirtiéndose en pequeñas casas que mostraban detrás suyos edificios arquitectónicos orientales más grandes. Había faroles encendidos y se escuchaba el sonido de la música. Aparecían lentamente todas las civilizaciones del Mundo Exterior, celebrando la llegada de los habitantes de la Tierra.
Adelina, Mariano y Daniela estuvieron sorprendidos por la belleza del sitio y cada vez que surgía algo nuevo, sus rostros se volvían como el de unos niños. Adelina esperaba que los demás estuvieran igual de impactados que ella.
–¿Soy yo, o creo que los del Mundo Exterior están más competitivos que nosotros en el mundial? –cuestionó Mariano.
–Al parecer, sí –contestó Daniela volviendo en sí para luego cambar de tema–. Si la entrada del Mundo Exterior está re linda, imagínense lo que será el palacio y habrá más ropa linda.
–Fiesta y comida –unió Mariano soñadoramente.
–También podré entrevistar a la emperatriz o a sus hijas. –divagó Daniela–. Me encantó el top de la princesa Kitana y esta noche, voy a usar el mío.
–No creo que eso ocurra, Dan-Dan –dijo Adelina con una sonrisa–. Y sí, la ropa es muy linda.
–Valdrá la pena el intento.
Los habitantes aplaudían sin cesar y saludaban a todos los luchadores. La música se escuchaba por toda la calle, los tambores invadían los oídos de Adelina que le fascinaba. Vio diversos puestos de comida repletos de personas sonrientes compartiendo con sus compañeros, niños corrían de un lado al otro con risas alrededor.
–Las descripciones que tuvimos sobre los seres no tienen comparación en la vida real –dijo Adelina sorprendida–. Me siento, por primera vez, una verdadera turista.
–Es la mejor decisión que tomamos en venir a acompañarte al torneo –dijo Daniela.
En un momento, se escuchó un silbato y el carruaje del trío se detuvo. Los chicos estaban confudidos y miraron afuera. Personas con las manos atadas a la espalda en fila avanzaban y una figura femenina los escoltaba. Del primer carruaje salió la princesa Mileena, comenzó a gritarle algo que Adelina no pudo entender y por los gestos que hacían, las dos mujeres parecían contenerse bastante. Después de la pequeña discusión, la princesa volvió a su carruaje y siguieron su curso.
–¿Escucharon algo de lo que decían? No entendí ni tres hectáreas –habló Adelina.
–Lo único que escuché fue que debían despejar la ruta o algo así –dijo Mariano.
–Pueden pasar esas cosas –dijo Daniela.
Tras pasar por la festiva Sun Do y su muchedumbre, los carruajes llegaron lentamente a un área decorada por la realeza. Poco a poco, Adelina y sus amigos pudieron ver el palacio delante de grandes montañas. Estaba decorado por diversos arbustos de los cuales tenían flores violetas y rosas, telas adornaban parte de las escaleras y balcones y cascadas se encontraban al costado de las escaleras principales. En las cimas del palacio, había banderines violetas moviéndose por el constante viento.
El grupo bajó de los carruajes y las princesas los guiaron entre los confusos y largos pasillos del palacio. Llegaron a un gran salón donde abundaba la luz solar y el suelo formaba figuras con los azulejos. Candelabros de diferentes diseños colgados en telas de seda y puertas dirigiéndose a los bastos jardines o a los pasillos más recónditos del palacio. Enfrente de donde estaban, había tres tronos de almohadones violetas y decoraciones onduladas detrás de estos. También, en una de las paredes del salón, un gran mural de un retrato de la emperatriz y su esposo se extendía, decorado con diversas ofrendas y velas encendidas.
Miembros de la realeza charlaban en diversos grupos, mientras que los representantes de la Tierra se encontraban en el centro del salón. Adelina vio a Raiden nervioso, incluso la propia chica lo estaba. Notó algunos nobles miraban su brazo tatuado con la anatomía del esqueleto y la incomodaba cada par de minutos.
–Preocuparse es una pérdida de energía sin sentido, Raiden –habló el dios dándose cuenta del estado de Raiden.
–Pero el torneo… Si perdiera –espetó el chico ansioso y angustiado.
–Enfócate en tus acciones, no en el resultado –afirmó Liu Kang–. Solo eso está en tus manos.
–Si te sirve de consuelo Raiden –se acercó Daniela y apoyó su brazo en el hombro del hombre–, Ade, Mariano y yo también estamos nerviosos.
–¿De enserio? –cuestionó el chico.
–Sí, los tres tenemos que entregar los regalos a la emperatriz –dijo Mariano con una sonrisa–. Si las hijas mostraron su amabilidad y competencia al mismo tiempo, ¿cómo va a ser la emperatriz?
–Mieeeeerda –soltó Adelina en voz baja y con los dientes apretados–. ¿Quién es el primero de nosotros en ir?
Mariano y Daniela se quedaron asustados ante esa duda, entonces los tres hicieron una ronda intentando decidir. En su conversación, Johnny habló:
–Alerta roja. Se aproxima un villano típico.
Era una figura casi humana, pero no tenía cabello, solamente unos cuernos gigantescos y peculiares. Poseía orejas puntiagudas, uñas afiladas, ojos rojos como la sangre y piel bronceada con algunas escamas. Estaba armada con un equipo diferente al de las mujeres de amarillo, tenía una armadura roja y plateada. El peto plateado, mostraba en su centro la silueta de un toro y en su cinturón había un cuchillo de caza.
–No dejes que…–susurró Liu Kang cerca del campeón y que también lo pudieran escuchar los otros luchadores– el general Shao te provoque.
–¿El campeón de la Tierra está más flacucho de lo habitual o es mi impresión? –cuestionó el general con una risa y superioridad en su tono.
–¡¿Quieres poner a prueba su fuerza?! –estalló Kung Lao–. Raiden va…
Adelina se tapó los ojos con una mano por la vergüenza y las ganas de abofetear a su compañero.
–Va a probar pronto su valía –dijo Liu Kang salvando la situación y con un gesto de su mano calló al guerrero, poniéndose frente a frente con el general.
–¿Aún no les contaste a los habitantes de la Tierra que el Mundo Exterior existe?
–Es más seguro así, general –argumentó el dios.
–Supongo que sí –dijo el general acercando su rostro amenazador al dios–. Las mentes frágiles de tu gente no podrían lidiar con la verdad.
–¿Crees que son débiles, general? –preguntó Liu Kang con un sarcasmo apenas visible–. ¿En serio? ¿Tras tantas veces que han ganado este torneo?
–Destruiremos a tu campeón, Liu Kang –espetó el general–. No saboreará la victoria.
Se marchó en ese instante dejando a todos en un silencio mortal, luego Adelina se puso frente a Kung Lao y lo miró con una sonrisa asesina.
–Kung Lao, ¿recordás que te dije algo específicamente antes de venir acá? –cuestionó la joven y su sonrisa se convirtió en una mueca de enojo–. Que no hicieras nada estúpido o vergonzoso.
Con cada palabra, la chica le dio un golpe con el pequeño bolso negro que tenía colgando en su hombro. Después, Adelina se reunió con Mariano y Daniela para poder volver a ver quién se acercaría primero a la emperatriz.
Decidieron usar piedra, papel o tijera y la primera en ganar fue Daniela. Sonrió al ser la última en dar su regalo y observó cómo sus amigos continuaban con el pequeño juego. Mariano y Adelina sacaron varias veces los mismos movimientos hasta que pudieron desempatar con la chica ganando. El muchacho casi iba alzarle el dedo medio, pero se contuvo al escuchar las trompetas.
El sonido anunció la llegada de la emperatriz y sus hijas. La gobernante avanzaba en un entero violeta y plateado, sandalias con taco, el cabello blanco y negro en una media colita. Sus ojos eran el color del chocolate y sus manos poseía diferentes anillos y pulseras. Todos los presentes las dejaron pasar para que se acercaran a sus respectivos tronos.
–Saludos, miembros de la casa real –dijo la emperatriz viendo los presentes–. Saludos, visitantes de la Tierra. Nos reunimos una vez más para honrar el legado de mi difunto esposo y dar continuidad al torneo que creó junto a Lord Liu Kang con el objetivo de fomentar la paz entre los reinos. Que el alma de Jerrod nos proteja con orgullo desde el Bosque Viviente, donde descansa. Lord Liu Kang.
–Emperatriz Sindel –saludó el dios mientras se acercaba–. Me complace ser tu invitado una vez más. Antes de dar el inicio el torneo majestad, tres habitantes de la Tierra decidieron darle unos obsequios en señal de buena voluntad.
El chico volteó un poco la cabeza y sus amigas le sonrieron, su rostro reflejó sus nervios, pero retomó su camino hacia el trono de la emperatriz.
–Majestad, estos regalos son de nuestra bella y amada patria, Argentina –habló Mariano solemnemente–. Mi regalo es uno de los mejores vinos, Trapiche.
El joven se inclinó ante la gobernante y volvió con los demás luchadores. Adelina escuchó como Mariano soltaba el aire contenido, mientras se acercaba al trono
–Emperatriz Sindel, mi regalo son bombones y chocolates –la chica se inclinó alzando las cajas y exhibiendo su interior–. Provienen de uno de nuestros mejores locales, La Casa del Chocolate. Tiene diversas variedades con las que compartir y disfrutar.
La chica se retiró y se posicionó al lado de Mariano. Daniela se aproximó con su regalo y sacó su mejor sonrisa.
–Emperatriz, mi regalo proviene de Provincia de Buenos Aires y es su salame, los mejores de nuetro país. El lugar hace una festividad llamada la “Fiesta del Salame” –dijo Danela mostrando el alimento–. También entrego nuestros mejores quesos para que pueda disfrutar. Le advierto que el salame es picante y tiene aroma fuerte, pero no le quita que es una delicia.
La chica se retiró de los ojos de la emperatriz dirigiéndose hacia donde estaban Adelina y Mariano.
–Agradezco su generoso gesto. Liu Kang, aquí siempre serás bienvenido –respondió la gobernante, mientras extendía sus manos en forma de bienvenida y cruzó sus piernas–. Ahora. Conozcamos a tu campeón.
–El campeón de la Tierra es Raiden, majestad –presentó la deidad–. Se ganó su lugar por encarnar las mejores cualidades de los habitantes de la Tierra.
–Pareces que estás nervioso, joven.
–Soy un extraño en una tierra desconocida. Vine a competir contra tus mejores hombres –habló Raiden con valor y un rojo en el rostro–. Sí, estoy nervioso.
–Haces bien. Te espera un duro camino –la emperatriz se puso de pie–. ¡Ya comenzó!
Entre los miembros de la corte hubo ligeros tonos de sorpresa, Adelina y los demás luchadores miraron curiosos cuando apareció de entre los pasillos una chica pelinegra. Portaba un uniforme gris con fucsia oscuro, sus manos estaban envueltas en antebrazos de los mismos colores. Llevaba una cola de caballo, pero tenía algunos mechones sueltos y sus tacones repiqueteaban en el suelo de piedra.
–Como exige la tradición, la primera competidora del Mundo Exterior será la primera oficial de Sun Do, Li Mei –prosiguió la emperatriz–. Que defienda la gloria de nuestro reino como preserva el orden de nuestra capital.
La primera oficial se acercó al trono de la emperatriz quedándose enfrente de esta y su puño se pegó hacia donde estaba su corazón.
–Majestad. Con mi combate, honraré tanto a la casa real como al Mundo Exterior.
–Si eso ocurre, superarás mis expectativas. –la emperatriz Sindel posó su mano en el hombro de la primera oficial–. Recuerda… que no estarías aquí si no fuera por la tradición de Jerrod.
La gobernante volvió a su trono, Li Mei se dio la vuelta y caminó hacia el centro del salón donde estaban Raiden y Liu Kang. El dios apoyó una mano en el hombro de su campeón y habló:
–Solo debes dar lo mejor de ti. El resto ocurrirá por inercia.
–Sí, Lord Liu Kang.
–Veamos qué puedes hacer –dijo Li Mei con desdén.
–Ojalá que esta sea la primera de muchas victorias.
–Triunfaré, habitante de la Tierra –afirmó Li Mei furiosamente–. Para mí, esta pelea es más importante de lo que podrías imaginarte.
Li Mei atacó con una patada giratoria y de esta emergieron chispas violetas, Raiden esquivó el ataque y usó su medallón. Los rayos aparecieron y desintegraron las chispas. Luego, la primera oficial usó sus puños y el granjero no se pudo defender haciendo que cayera al suelo. Se puso de pie y contratacó con un rayo, pero Li Mei saltó sobre este y le dio un rodillazo en las costillas.
Luego, de las manos de la primera oficial salió un halo violeta con chispas y formaron la cabeza de lo que parecía un tigre. Cuando iba a lanzar a Raiden a la boca de la criatura, invocó rayos sobre Li Mei haciendo que gritara por el cortocircuito y cayera. Al levantarse, Raiden volvió a emplear sus rayos y la alejó dándole un golpe en el pecho haciendo que concluyera el combate.
–Gracias por la pelea, primera oficial –dijo Raiden.
Li Mei se puso de pie y Adelina pudo ver en su rostro, decepción. A pesar de eso, se inclinó respetuosamente ante Raiden y marchó lentamente entre los murmullos de los nobles hasta desaparecer de la vista de Adelina.
–Te felicito, Raiden. Diste una buena pelea. Veremos cómo te va en la próxima –dijo Sindel solemnemente y luego alzó la voz–. General Shao ¿A quién elegiste para que compita a continuación?
–Majestad, elegí a Reiko, mi segundo al mando –exclamó el general con orgullo y malicia. En ese instante, apareció un joven–. Reiko quedó huérfano de niño, durante la Guerra de Kafallah. Aunque fue capturado, su espíritu permaneció intacto. A pura garra, sobrevivió. Después de la guerra, lo acogí y lo convertí en el soldado perfecto. Pocos están tan versados en el arte de la guerra como él.
Tenía los ojos pintados con hombreras rojas y plateadas con púas pequeñas unidas en su pecho y antebrazos. En su cinturón colgaba un cuchillo de cazador, su pantalón era gris oscuro y botas rojas. Usaba una pequeña cola de caballo y la cabeza rapada a los costados. Su mirada era de enojo y destilaba guerra.
Reiko se acercó y mostró sus destrezas mediante un combo de ataques sin tocar al campeón. Raiden permaneció pacífico ante la demostración y Reiko lo enfrentó:
–¿En qué ejército serviste? ¿En qué guerras luchaste?
–Sobrevivimos en Argentina, pibe. Es un campo de batalla sin igual –susurró Mariano y Daniela se rio silenciosamente, mientras que Adelina mostró una sonrisa cómplice.
–Yo no hice nada –espetó Raiden.
–Entonces, te falta preparación, habitante de la Tierra –espetó Reiko señalándolo con el dedo–. Este será tu último campo de batalla.
Un halo rojo se apropió de Reiko, le asestó a Raiden un rodillazo en las costillas y rápidamente le dio una patada frontal. El campeón se abalanzó como un tigre con rayos haciendo que Reiko retrocediera y volviera a su postura defensiva. El guerrero volvió atacar al granjero usando su halo desde su posición y Raiden lo esquivó.
Reiko corrió empleando su aura roja y tacleó a Raiden, pero antes de que el habitante del Mundo Exterior rematara al campeón de la Tierra, este se alejó de la zona de ataque. Luego, Raiden desestabilizó a Reiko para usar sus rayos en sus manos, las estampó en las orejas y saltó para darle una patada área. Al pisar fuertemente el suelo, rayos aparecieron en el suelo que llegaron a Reiko dándole electrocución. El soldado cayó al suelo terminando el combate.
–Te derrotó un simple granjero –Raiden volteó hacia la emperatriz–. Estoy listo para el siguiente oponente, majestad. ¿A quién me enfrentaré?
–Paciencia, joven. –dijo la emperatriz calmadamente y se puso de pie–. Haremos un receso hasta mañana a primera hora. Espero verlos a todos en el banquete de esta noche.
Todos los presentes se inclinaron ante la emperatriz y sus hijas, mientras se retiraban del salón. Poco a poco, los miembros de la realeza se retiraron y solamente quedaron los luchadores de la Tierra. Adelina pudo escuchar a los lejos la creciente música de la capital, Sun Do.
–Luchaste bien, Raiden –elogió Liu Kang.
–Gracias, Lord Liu Kang.
–No fue tan malo como creí que sería –dijo Mariano de forma alegre–. De enserio, pensé que la emperatriz nos iba a matar con su mirada. Da miedo.
–Peor es el general Shao –dijo Daniela.
–Lo importante es que logramos impresionar en el combate –dijo Kenshi.
–No intenten caer en sus provocaciones–dijo Liu Kang y juntó sus manos vendadas–. Así podremos tener una sana convivencia con el Mundo Exterior. Ahora, traten de disfrutar de la tarde y prepárense para el banquete.
En ese instante, sirvientes aparecieron para guiar a los habitantes de la Tierra a sus aposentos. Pasaron por diferentes pasillos con alfombras, antigüedades, armas y diversos retratos. La habitación de Adelina se encontraba enfrente de la de Kenshi, a la izquierda se encontraba la de Mariano y a la derecha la de Daniela.
La sirvienta le abrió las dos puertas de sus aposentos y se maravilló con su interior. Tenía un gran balcón del que se veían árboles, cascadas y la capital del imperio. Las cortinas de seda lila, se movían con el leve viento. Había diversas mesas por doquier y encima tenían velas aromatizadas y diferentes artículos. Enfrente de Adelina, vio la cama más grande que había visto, con decoraciones y sábanas más exquisitas y en sus extremos poseía dos mesitas de luz. En una puerta aparte, la sirvienta le mostró un baño realmente gigantesco con diferentes aromatizantes y sales de baño.
Tras agradecerle a la sirvienta, Adelina se recostó en la cómoda cama asimilando el inmenso espacio. Luego, fue hacia el gran balcón donde pudo ver el jardín y a lo lejos los edificios más altos de Sun Do. La chica volvió a entrar para mirar los diferentes muebles como si fuera una niña pequeña. El ropero estaba repleto de vestimenta del Mundo Exterior que la enamoró y vio todos los conjuntos.
–¡Esto es genial! –exclamó Daniela acercándose con grandes zancadas. Adelina no se había percatado de que su amiga abrió la puerta.
–Lo sé.
–Me siento como un político estando en estas habitaciones –siguió Daniela mirando todo su alrededor–. ¡También tengo balcón!
Las chicas no pararon de charlar hasta por los codos y en un momento, se quedaron dormidas en el espacioso colchón.
Las dos niñas, Adelina y Daniela, se volvieron inseparables tras ese breve momento de charla en el patio. La pasaban el tiempo juntas y lo soportaban todo. Pero la burla de los niños se volvía cada vez más frecuente hacia la pequeña Adelina por su peculiaridad en los ojos. Esas burlas llegaron a un límite.
La joven le había asestado una golpiza a uno de los tantos niños y este se la devolvió aún peor. La pequeña riña pasó a peores cuando Adelina lo empujó haciendo que el niño cayera rompiéndose varios dientes y la nariz. La niña lo golpeó repetidas veces en la cara y el pequeño no pudo defenderse.
Por el alboroto, los superiores separaron a los dos y los castigaron de una forma horrible, enviándolos a cuartos donde pasaron hambre por una semana. Pero en las noches, Daniela iba y le daba un poco de comida a Adelina.
Las burlas y defensas se repitieron de diferentes formas, haciendo que los castigos fueran diversos. Golpes en el cuerpo, días sin comer, maltrato verbal.
–No lo soporto más Dan-Dan –dijo Adelina y sus lágrimas caían por sus mejillas–. ¿Por qué no nací con un solo color en mis ojos?
–Tenemos que aguantar un poco más.
–Me quiero ir de aquí –hipó la niña–. Quiero ir a capital.
–Lo vamos hacer, Adelina –dijo Daniela seriamente.
–¿Cómo? –cuestionó Adelina sacándose los mocos–. Los superiores lo sabrán.
–No les importamos –espetó la chica–. Si lo hicieran, no nos tratarían mal. Busquemos boletos de colectivo y marchemos a CABA, Rosario no nos trajo nada bueno.
Pasaron varios meses tras esa propuesta tan descabellada, pero las chicas lograron comprar boletos de colectivo y falsificar permisos para viajar solas. Cuando se apagó la última luz del orfanato, las niñas de siete años tomaron sus pertenencias y salieron sigilosamente. Bajaron usando las sábanas de sus camas y corrieron hacia la verja evitando las luces de seguridad.
Luego de trepar dificultosamente, corrieron lo más rápido posible hasta llegar a la terminal de colectivos. Mostraron a los conductores sus boletos y permisos y les dejaron entrar.
Tras varias horas donde las chicas se durmieron y despertaron cuando el sol iluminaba su ventana. Se maravillaron ante los grandes edificios de la capital, las rutas con sus giros y embotellamientos, repletos de autos, camiones y motocicletas.
Las pequeñas caminaron bastante. Lo suficiente para que la elegancia de los edificios se transformara en casas pequeñas descoloridas o mostrando los ladrillos. En su gran caminata, Adelina y Daniela compartieron la comida que prepararon en el orfanato y solamente, quedaban unas sobras.
Llegó el atardecer, y las niñas no sabían dónde pasar la noche en Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Veían miradas curiosas de algunos adultos y les dio incentivo para aumentar el paso. Adelina pudo escuchar pisadas fuertes y al voltearse, un hombre extraño las seguía. Las pequeñas se apresuraron hasta llegar a lo que parecía la entrada de un galpón. Se quedaron contra el portón de chapa, el extraño tiró del brazo de Daniela haciendo que gritara y Adelina jalaba de su brazo para evitar que se la llevara. De repente se escuchó un disparo.
–Flaco, ándate de mi casa –un anciano sacó el casquillo del rifle y recargó–. Dejá en paz a las nenas.
–Son mis sobrinas.
–Seguro, degenerado –el anciano apuntó nuevamente–. Andate de mi casa y deja en paz a las nenas o te lleno de balas la cabeza.
El extraño salió despavorido del portón y se perdió en las calles. Las niñas miraron al anciano que cargaba el rifle y temblaron ante la presencia el señor. Cuando intentaron correr del lugar el señor les habló:
–Nenas, ¿de dónde son?
Adelina y Daniela no contestaron y escucharon el portón abrirse con el rostro de un niño de su misma edad con un casco en su cabeza.
–¿Quiénes son Viejo Mario? –preguntó el niño.
–Adentro, Mariano.
El chico obedeció y el anciano se agachó a la altura de las pequeñas.
–Veo desde acá que tienen hambre –habló el anciano y colocó el rifle a su costado–. ¿Les parece si comen algo y me comentan que hacen por acá en Lugano?
Las niñas se miraron entre ellas y asintieron al anciano. Abrió el portón permitiéndoles entrar, mientras las ayudaba a cargar sus pertenencias. En la puerta de su casa, el niño con el casco, Mariano, las observaba con curiosidad.
Adelina despertó cuando el sol se ponía, dejando naranjas y rosas intensos en el cielo. Le costó reconocer que estaba en el Mundo Exterior. Vio a Daniela con la boca abierta emitiendo pequeños ronquidos y trató de despertarla, mientras se quitaba el sueño, Adelina vio el paisaje que le ofrecía el balcón. Se maravilló ante las flores que aparecieron tras los primeros pasos del atardecer y algunos sirvientes y guardias yendo de aquí y allá en el basto jardín.
Escuchó los golpes en la puerta y se aproximó para ver quien era. Al abrirla, una sirvienta se inclinó y le informó sobre el gran banquete que haría la emperatriz ocurriría dentro de un par de horas. Esta le ofreció sus servicios de limpieza e iluminar la habitación. Adelina la dejó entrar y Daniela se marchó a sus aposentos a prepararse para el banquete real.
Adelina fue hacia el baño y calentó el agua. Había pétalos que decoraban la superficie haciendo que desplegara diferentes aromas, acompañadas por las sales de baño. La chica se relajó ante esa comodidad, pasó el jabón por todos lados y se enjuagó el cabello. Disfrutó esa tranquilidad y al mismo tiempo, admiró el tatuaje de su brazo y abdomen. Necesitaba encontrar respuestas rápido acerca de Hela y su daga, esperaba tenerlas con la emperatriz Sindel está noche.
Adelina salió de la ducha, se puso ropa más cómoda y buscó entre sus pertenencias algo para el banquete. Eligió una pollera negra con cola hasta los tobillos, musculosa de mangas finas acompañada por una camisa blanca transparente con pequeñas cadenas doradas en sus hombros y muñecas y sandalias de taco negras. Se maquilló con sombras de color negro sobre los párpados y se pintó los labios con labial negro.
Al salir, en el pasillo vio salir a Kenshi, después Daniela y Mariano. Kenshi llevaba una camisa roja, arriba un saco de color negro, pantalones del mismo color y zapatos de vestir. En cambio, Daniela vestía con un top estilo corsé de color azul, jeans blancos y zapatos blancos con taco. Por último, Mariano tenía puesto una de color gris, saco azul oscuro, pantalones del mismo color y zapatillas de color blanco.
Tras ver que los demás salieron de sus cuartos, varios sirvientes los guiaron a un jardín pequeño. Estaba iluminado por velas y faroles de tantos colores y las diferentes plantas adornaban los alrededores. Luciérnagas destellaban de un color rosa sobre los alrededores. Guardias se ubicaban en las entradas y sirvientes corrían para arreglar los últimos detalles antes de la llegada de la emperatriz y sus hijas.
Poco a poco, llegaron miembros de la realeza agrupándose a un costado del jardín. Luego, llegaron el general Shao y Reiko mostrando hostilidad hacia los habitantes de la Tierra. Por último, ingresaron la emperatriz Sindel con sus hijas. La gobernante se quedó en una mesa aparte y las princesas acompañaron a los luchadores y miembros de la realeza.
Los presentes se inclinaron hacia la emperatriz y sus hijas y dio comienzo la velada. Aparecieron músicos alegrando la hermosa noche, mientras esperaban la comida. Adelina vio que Johnny se acercaba más y más a la princesa Kitana tratando de coquetear con ella. También, en varias ocasiones, vislumbró am general Shao y Reiko mirando con desdén a los invitados.
Tras esperar, varios sirvientes trajeron diferentes platillos. Carnes con un aroma exquisito, ensaladas de tantas peculiaridades, aderezos y vinos de los más extraños. Colocaron los alimentos en las mesas y el banquete dio inicio.
La chica eligió carne acompañada con ensalada y se permitió disfrutar esos manjares en su paladar. Los sirvientes corrían de un lado al otro en las mesas tratando de servir más vino y comida en las vastas mesas, mientras la música seguía su curso.
Durante la velada, Adelina observó como Kung Lao, Mariano y Daniela comían como unos dementes, bebiendo hasta el cansancio y tomar pedazos de carne cada vez más grande que el anterior. La chica se sintió avergonzada ante esa situación y más cuando Mariano emitió un pequeño eructo.
–¡Te dije miles de veces que no eructaras en la mesa, la concha de la lora! –reprendió la chica dándole un golpe detrás de la cabeza–. ¡Puerco!
–Está muy rico –dijo Mariano con una sonrisa y siguió en su maratón de comida.
–No me importa. No lo hagas enfrente de extraños.
Adelina vio que tanto Reiko como el general Shao los miraban con desagrado y odio. Resignados a compartir la mesa.
–Kenshi –dijo Adelina–. ¿Me prestas tu katana?
–¿Para qué?
–Para matarme. Estos tres me hacen que quiera tirarme de un barranco –dijo la muchacha y el asiático se rio–. Mira que se los dije. Les dije que no hicieran nada estúpido y lo hacen. Me quiero matar.
Hubo unas risas compartidas entre ellos y continuaron con el banquete. Adelina siguió comiendo un poco más. Observó que Raiden y Liu Kang estaban metidos en una conversación en la mesa de frente y cada tanto fijaban su mirada a un hombre encapuchado y de piel bronceada.
Vislumbró a la princesa Mileena retorciéndose de dolor y luego se acercó la misma guardia de las de piel morena y rastas en el cabello que estuvo en la llegada. Gracias a las explicaciones de Liu Kang, descubrió que se llamaban Umbgadi. Estuvieron susurrándose entre ellas, por un breve momento, y se separaron. Tras esto, el dios y el campeón continuaron hablando.
En un momento, la música se detuvo y todos voltearon hacia la gran mesa de la emperatriz Sindel. Se puso de pie sosteniendo su copa de vino.
–Mi marido Jerrod creía que nuestros reinos tenían un destino en común –habló mientras miraba a los invitados –. Comprometámonos a dialogar más y no permitamos que los secretos rompan nuestros lazos. Además, agradezco a los tres habitantes de la Tierra por sus bellos regalos. Las comidas de sus tierras son bastante exquisitas.
Ante esas palabras, Adelina, Mariano y Daniela se sonrieron entre sí. Todos se pusieron de pie alzando sus copas de vino y el general Shao fue el único que no lo hizo.
–Majestad, es un honor estar aquí y conocer a tu gente –dijo Raiden con amabilidad–. Me doy cuenta de que es más lo que nos une de lo que nos divide.
Una queja de frustración salió de la boca del general y habló poniéndose de pie:
–Nuestros pueblos no podrían ser más distintas, campeón.
–Por favor, que no arruine la noche –susurró Mariano y las chicas lo callaron.
–¿Perdón? –preguntó Raiden.
–Ya me oíste. Los habitantes de la Tierra carecen de…
–Suficiente, general –espetó la gobernante cortante.
–Mis disculpas, majestad –dijo el general falsamente–. Creo que ya disfruté demasiado de este excelente vino. Si me lo permites…
–Puedes irte –dijo Sindel.
El general Shao se volteó y se perdió entre la oscuridad del pasillo junto a su segundo al mando. Tras el momento incómodo, la velada siguió unos minutos y la emperatriz le puso fin. Los miembros de la casa real marcharon por una dirección diferente a la de los luchadores de la Tierra.
–Arruinó la noche –dijo Mariano mientras caminaban a sus aposentos–. Quería bailar y quedarme hasta tarde, pero no.
–Yo quería una entrevista –suspiró Daniela.
–El general Shao tiene sus frustraciones –dijo Liu Kang calmadamente–. Posee una visión cerrada sobre la Tierra que la emperatriz Sindel, pero debe atenerse a sus órdenes.
–Tiene mucho ego –habló Johnny.
–Mira quién habla –dijo Daniela sarcásticamente–. El que no paró de presumir sobre hacer una película durante toda la academia.
–Coincido con ella –dijo Kenshi.
–El general, no sabrá lo que es capaz nuestro Raiden –exclamó Kung Lao y pasó el brazo por el cuello de su amigo–. Derrotará a todos sus oponentes.
–No hay que adelantarse y cantar victoria precipitadamente, Kung Lao –dijo Adelina con una sonrisa y los brazos cruzados–. Los del Mundo Exterior tienen diversos dones y, eso, facilita el ataque sorpresa. Peor, si te toca luchar con el general. Porque si es así, como decía el Viejo Mario…
–“Te van a meter los dedos en el orto” –dijeron Adelina, Mariano y Daniela al mismo tiempo.
Llegaron a sus habitaciones y se despidieron. El frescor en la habitación invadió a Adelina y apresuró a cerrar las grandes puertas que conducían al balcón. Luego, se preparó para dormir, con su remera holgada de Tomie y pantalones blancos cortos. Se dejó absorber por el cómodo colchón, sus lujosas sabanas y colchas.
Esa noche, soñó con Hela. Sus muertos, lobos y un recién nacido que lloraba sin cesar hasta desvanecerse.
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likemsberry · 1 year
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No sean codos.
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La gente cree que porque uno se dedica a lo que se dedica, uno es una mansa paloma o eres un espíritu etéreo que solo brinda paz y felicidad. Los de este país en el extranjero viven echando pestes de aquí cuando conocen el primer mundo, pero tampoco ayudan a que eso cambie, siempre aplicando la estrategia del vivo vive del bobo...o del pobre. No nos engañemos, si uno ve una oportunidad, lógicamente es muy tentador no considerarla. Pasa hasta con los que compran cosas a precio de otro país para ahorrar un poco. Al menos se que hay gente que lo hace. El asunto es que no hay derecho a ser tan jodidamente descarado. Hay bastardos que quieren todo gratis o cuando menos barato, con soluciones rápidas y básicamente de la misma calidad a como si le pagaras al especialista en tu propio país. (No que eso sea garantía de todo, por supuesto). Una persona me escribe, desde una cuenta de empresa, en inglés, pidiendo comenzar a trabajar conmigo. Y me dice “cualquier pregunta que tengas, la responderé con gusto”. Y perdón, yo usaré esto para desahogarme, pero desde ahí tenía mala espina, esa actitud no me olía nada bien y estaba totalmente segura de hacia donde iba todo. Últimamente, las personas que llegan con ese entusiasmo tan arrollador, suelen ser personas que sus amigos, que curiosamente vienen de aquí pero residen allá, les han sugerido buscar servicios a bajo costo. Cuando le indiqué el precio que cobro personas de otro país, y en las que deba usar inglés (cosa que no es problema, PERO MIS JODIDOS ESTUDIOS, CONOCIMIENTOS Y HABILIDADES CUESTAN PUTAMADRE), me dice que “Se sale de su presupuesto” ... Bro, me dices de DONDE vienes. Me dices EN DONDE vives. Me dices de donde sacaste la idea. ¿Y quieres que piense que no tienes como pagar por mi trabajo? Que por cierto, aún en otra moneda, es claro que cuesta menos de la mitad de lo que un profesional te cobra tanto en el país de donde vienes, como en el que vives. Miren, se los pongo así. Ya he hecho esto antes. Y cuando lo hice, recibí el comentario (hiriente, no con esa intención, pero hiriente de todas formas) de que: “Tu hora cuesta lo que cuesta una caja de cigarrillos acá”
¿Cómo voy a sentirme con eso? ¿Se sale de mi presupuesto? ¿A quien mierdas quieres engañar, querid@? Y no está mal que quieras ayudar a tu compadre, querido amigo y paisano. Pero por el puto amor a Dios, deja de ayudar a que se forme ese estereotipo estúpido, no solo de que aquí en este horrible maizal vamos a aceptar cualquier cosa que nos arrojes, sino que además...somos estúpidos.
Perdón, pero se que a así se expresan, y sé que así piensan. Se nota. Y no puedo evitar sentirme así.
Si tu quieres algo, entiende que eso tiene un precio. No lo ponemos por ser codiciosos, no lo ponemos porque seamos esos vivos que queremos exprimirte cada centavo. Nuestro trabajo cuesta, nuestros conocimientos y preparación cuestan, nuestra experiencia cuesta, los libros que hemos comprado para aprender y para brindar un excelente servicio. El saber una segunda y tercera lengua, implica que alguien pasó horas aprendiendo a hablarla para facilitarte las cosas, o para estudiar otras. Mi jodido internet cuesta, la cuenta de la electricidad esta ahí, mi TIEMPO CUESTA. Eso no tiene nada que ver con lo que me dedico, con el lugar en donde vivo. Mi trabajo, en teoría, debería costar lo mismo en cada puta parte...solo digo, o cuando menos tener un valor equivalente. No porque tu vives allá, tu trabajo vale más, especialmente cuando yo estoy más preparada que tu para hacer lo que voy a hacer. Booohooo, que arrogante suenas. PUES SI. MIERDA. Este año tuve una situación espantosa con un alguien, por no decir, con un pendejo, que quería todo a precio de aquí, además de que aún ASÍ QUERÍA UN DESCUENTO SOBRE ESO. En primera me apiadé de el por así decirlo, pues me dejó en claro que definitivamente no tenía como pagarlo. El sujeto no llegaba puntual y si “Lo hacía” llegaba sobre el tiempo, además de otras cosas que “supuestamente” le impedían llegar. No cumplia sus compromisos, nunca se acordaba de nada. Una vez me dejó plantada y salí básicamente a deberle, pues... no le gustaban mis palabras ni el tono que usé, a pesar de que era un puto chat y de que se lo mostré a varias personas y dijeron, bro, no entiendo de que putas se está quejando... Y la cereza del pastel fue...
A mi no me interesa si tu tienes que levantarte a la hora que tengas, tu le debes respeto a la gente que pone dinero en tus bolsillos. ... ¿Si se dan cuenta por que mierdas uno no puede hacer las cosas así? ¿Por qué uno no debe, en palabras de mi propio terapeuta, putearse y prostituírse? ¿Por que no bastan las buenas intenciones ni la lastima ni ninguna de esas cosas? ¿Si se dan cuenta de lo horrible y venenoso que es este tema de “el vivo viviendo del bobo”? En esta última parte se que me estoy desviando, pero el sentimiento lo sigo teniendo a flor de piel. Lo lamento, pero lo diré una sola vez, hay bastardos que creen que porque están pagando 3 pesos, que no significan una mierda para ellos, tu les debes la puta vida y debes estar agradecido por ello. Y a esto voy con los paisanos que andan por fuera. Sigan pobreteando a la gente de acá y dciendo, ayy aqui te sale bien pinche barato...Vean, por favor, si van a recomendar los servicios de acá, hágalo, excelente. Pero no use esa imagen de que aquí todo es barato. Si va a vender a su país, cuando menos dele el valor que merece y a la gente que vive en él. Entienda que si algo tiene un valor, es porque TIENE un valor. Porque (y esto es lo más horrible pero lo más sensato) porque necesito QUE LO VALORES. Porque necesito que te cueste algo y no necesariamente es dinero. Y si, SE QUE SUENA ESPANTOSO, pero el punto es que he aprendido a los putazos que cuando algo no te cuesta, no lo valoras. Escribir esto ha sido realmente catártico aunque estresante porque sigo abriendo viejas heridas. Y tengo mucho coraje, honestamente. Voy a dejarlo hasta acá. Hoy no ando de humor.
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shinnych4nnie · 2 years
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Fantasy // Bang chan (+18)
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Bang chan x lector femenino
¡CONTENIDO EXPLICITO NO APTO PARA MENORES DE 18!
advertencias: bang chan!dom, sexo vaginal, fingering, leve degradación, lugar semi público, sexo sin protección (ustedes TIENEN que usar protección ok?), cachetadas leves, ahorcamiento leve
SI ESTE CONTENIDO NO ES DE TU AGRADO, POR FAVOR, SOLO IGNORAR
© este contenido solo pertenece a @shinnych4nnie, no traducir/adaptar sin antes pedir mi consentimiento
Nota de autor: Holaaa de nuevo, vuelvo con otra historia. Otra en el estudio de Chan, perdón tengo algo con ese lugar xd que lo disfruten! ♡︎
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golpeé la puerta del estudio dos veces, escuché a mi novio decir que entre. me lo encontré sentado en su silla de escritorio con el celular en la mano y con la otra acariciando su duro miembro de arriba abajo, muy lentamente.
'¿qu- qué estás haciendo amor?' dije estática en frente de él. no entendiendo porque mi novio estaba acariciando su miembro. me sentí celosa de no ser yo quien lo hiciera.
'no me dijiste que escribías fanfics', empalidecí, 'no sabía que escribías todas estas cosas sobre mi, ¿de verdad quieres todo esto?' dijo aún masajeandose y mirándome con sus ojos completamente dilatados.
se levantó, acercándose a mí sin separar su mirada de la mía. era tan intenso que empecé a sentir como mis bragas se mojaban con solo verlo así. se colocó detrás; tomando mi cintura para acercarme a su tenso cuerpo y sentí la erección en la espalda, sus manos tomaron mis senos, apretó y masajeo sobre la ropa. pegué más mi cuerpo a él suyo. '¿quieres que te trate mal y te diga que eres una puta?' no respondí, una de sus manos había bajado y la metió dentro de mis bragas, tocó mi clítoris y yo solo pude gemir. 'claro que quieres, mírate, ya estás empapada y todavía no empecé con lo mejor.'
'desvistete' susurro en mi oído, me sentí nerviosa de hacerlo aquí en el trabajo pero como si leyera mi mente agregó 'cerré la puerta, rápido te quiero desnuda y acostada en el sillón ya, zorrita' rápidamente me quite la camisa seguido del sostén y la falda.
chan, durante todo el proceso seguía detrás mío, observando todo y masajeando su miembro. lo oí suspirar cuando mi culo decorado por la tanga de encaje quedó a la vista. dos segundos después ya me encontraba como él me pidió, desnuda y en el sillón.
'así que… ' comenzó diciendo mientras se acercaba a mí a pasos muy lentos, parándose en frente mío, tomó mi barbilla para que lo mirara y con la rodilla hizo que abra las piernas, dejándome expuesta y con el coño brillante por la excitación que ya tenía 'una de tus historias decía qué quieres que te coja en mi estudio' su mano que estaba en mi barbilla bajaba por mi cuello, rozandoló despacio, haciéndome sufrir y rogando por su toque, gemí por lo bajo. chan me dió una bofetada, no muy fuerte pero si lo suficiente para que sentir un poco de picor en mi mejilla izquierda 'silencio perra, no quiero que hagas ni un ruido' me empujó para que me recueste y se posicionó entre mis piernas, las subió hasta mi pecho y me ordenó que las sostenga y no las soltara por nada. 'estás empapada, tan necesitada y desesperada. tanto te gusta que te cojan maldita puta? mmh?' decía mientras pasaba su dedo índice arriba y abajo por mi coño haciéndome retorcer pidiendo más, el rió 'debería darle lo que esta puta quiere o hacerla sufrir un poco más?' me retorcí debajo de él, en modo de queja. él sonrió 'sigamos jugando con mi juguetito entonces'
introdujo dos dedos rápidamente sin avisar y empezó a moverlos en círculos lentos, sacando y metiendo lentamente. quise moverme para aumentar la velocidad de sus dedos pero me lo impidió. con su boca jugaba con mis senos, pasaba de uno al otro mordiendo los pezones, chupando y dejando marcas por todos lados, cada tanto levantaba la vista para verme. cuando sentía que mi centro temblaba, él retiraba los dedos y dejaba de hacer cualquier cosa con sus dedos o su boca. lo hizo tres veces. me estaba frustrando no poder liberarme y verlo que se regocijaba con mi sufrimiento me excitaba más.
'por favor, lo necesito. no puedo más, te necesito dentro mío, por favor follame' lloré no pudiendo aguantar más las ganas de sentir a mi novio bombeando dentro mío. saco sus dedos y los metió en mi boca 'chupa' y eso hice, sintiendo mi sabor.
acercó su miembro pero no lo posicionó en la entrada si no que lo apoyó todo sobre mi coño y empezó un vaivén torturador. arriba y abajo. arriba y abajo. mis jugos lubricando su larga y gruesa longitud mientras acariciaba entre los pliegues de mi coño. me estaba volviendo loca. 'por favor' dije con lágrimas en los ojos.
me miró y me besó fuertemente, introdujo su lengua en mi boca desde el primer momento y también metió su polla de un solo golpe, nuestros gemidos se unieron en la boca de cada uno y el empezó a penetrarme fuerte, duro, profundo sin esperar ni perder el tiempo.tocando el punto dulce que él tanto conocía.
el ruido de la piel chocando y los gemidos ahogados llenaban la habitación. rompió el beso y se incorporó para verme. tomando mi cuello me dijo 'mira como disfruta la muy zorra, así te gusta no? por dios tu coño se devora toda mi polla, mira' soltó mi cuello y agarró mi cabello y haciendo que mire hacia abajo, ver cómo su polla entraba y salía de mi, como me llenaba completamente haciéndome sentir tan llena hizo temblar mis paredes 'mmh ya quieres venirte, te estoy sintiendo como me aprietas. hazlo, puedes venirte'
exploté a su alrededor, mordiendo mi labio para evitar que nos escuchen, tanto que sangró. chan embistió varias veces más, depositando todo de sí dentro de mi, mordiendo mi hombro para evitar hacer ruido. aún con un poco de energía restante me tomó entre brazos levantándome y haciendo que me acueste en su pecho.
'lei que te gustaría que varios de los miembros te usen como su juguete, creo que a los chicos les va a gustar eso' sonrió y me besó tiernamente. 'voy a cumplir todas y cada una de tus fantasias mi amor'
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purgatoriohq · 4 years
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𝐁𝐈𝐄𝐍𝐕𝐄𝐍𝐈𝐃𝐀 𝐃𝐄 𝐑𝐄𝐆𝐑𝐄𝐒𝐎 𝐀 𝐀𝐑𝐂𝐀𝐃𝐈𝐀 𝐁𝐀𝐘, 𝐋𝐈𝐁𝐁𝐘. estamos conscientes de que la situación se ha complicado un poco a causa de los inconvenientes ocasionados por la tormenta, pero confiamos en el espíritu de los locales para encontrar respuestas a las inexplicables desapariciones que han conmocionado al pueblo. recuerda mantenerte lo más lejos posible de las costas durante los malos climas y procura mantener la calma en caso de presentarse turbulencias en el ambiente, pues no serás el único en querer buscar salida.
¡HOLA, LIA! a partir de este momento, cuentas con veinticuatro horas para enviar la cuenta de tu personaje. de llegar a necesitar más tiempo, no dudes en pedirlo. te agradecemos muchísimo el interés en el proyecto y esperamos que tu estadía con nosotros sea grata para ti.
𝐂𝐄𝐑𝐂𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐔𝐒𝐔𝐀𝐑𝐈𝐎
nombre o seudónimo: lia edad: 19 pronombres: ella, suya zona horaria: gmt-4, república dominicana nivel de actividad: 8/10 triggers: non-con, body shame, desordenes alimenticios, homofobia, racismo, xenofobia. en caso de pedir unfollow, ¿nos permitirías usar a tu personaje en beneficio al avance de la trama?: si algo más que se desee agregar: removido ok perdón no había escuchado
𝐀𝐂𝐄𝐑𝐂𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐏𝐄𝐑𝐒𝐎𝐍𝐀𝐉𝐄
nombre completo: libby lovelace. edad: 20 años. faceclaim: madelyn cline. psicología: un párrafo de cuatro a cinco renglones describiendo su personalidad, como mínimo. o, de preferirse, dividir cualidades negativas y positivas en cuatro puntos respectivamente.
☀ : eufórica, curiosa, intrépida, simpática. ☁ : testaruda, excéntrica, desprevenida, brusca.
menciona de tres a cinco puntos importantes acerca de su vida (aclarar anteriormente los trigger warning vayan a abordarse):
uno. arcadia bay; la simple mención de pueblito que la vio crecer genera cierto hastío, o ganas de bostezar, simplemente. está segura de que ha recorrido cada esquina, ha pisado cada fragmento de asfalto y ha contado cada árbol en el bosque ( alcanzó a contar 5,467 la última vez, pero la verdad es que se cansó de tanta matemática a mitad de camino e inventó el número en su cuaderno de observaciones ). desde que era una niña, el mundo se limitaba a la pequeñez que le rodeaba, pronto todo se le hacía bastante pequeño, sentía como si no cabía en arcadia, como si sus extremidades se prolongaban más allá del peaje o de la señal de “está abandonando arcadia bay”. recuerda aquel día en el que suspiro veraniego se llevó consigo una tarde de sábado, justo a mitad de julio, donde el calor provocaba que las horas pasaran en cámara lenta, prolongando el aburrimiento hasta un nivel exhaustivo. estaba exhausta de no hacer nada y ya había explorado cada hoja de su jardín y conversado con cada lagarto, ¿qué quedaba por hacer? intentó molestar a su madre pero ella confeccionaba un vestido para su hermana, quien participaría en el concurso de belleza de la liga juvenil, y ganaría mas tarde, desencadenando un ego creciente que ocuparía todo el espacio en su habitación y mas tarde, en toda la casa. al principio, a liberty le fue difícil entender porque habían escogido a su gemela para esas cosas impecables y bonitas y no a ella, pues compartían mismas facciones y físicos después de todo… quizás porque libby no sabía como mantener un vestido perfectamente limpio, tampoco entendía bien la combinación de colores, ni como sonreír sin que su hoyuelo izquierdo se alzara un poco más de lo normal, provocando sin querer algo así como una mueca de disgusto. al final del día, diferenciar a par de idénticas no significaba trabajo arduo pues a través de facciones brillaba algo que condicionaba accionar, que separaba visualmente a pequeñas: la gracia. mientras heaven, la mayor por excelencia ( y porque nació con quince segundos de adelanto y bastante orgullo ) deslumbraba perfección en caminar, en vestir, en sonreir, en actuar y pronto crecería mas rápido que libby y alcanzaría todo un poco más rápido que libby por igual, dejándola jugando sola en el jardín, con los insectos. de pronto, las ofrendas de mariquitas de la más pequeña se volvieron mas impertinentes que adorables y sus botas sucias debían ser dejadas en el porche y no en su lugar habitual junto a los zapatos de su hermana en la entrada, porque si alguien venía a entrevistar a heaven sería vergonzoso que vieran las manchas de lodo en el suelo.
dos. es bastante simple, en realidad, arcadia nunca crecería por encima de libby y heaven, ni por encima de los lovelace, dueños de tiendas de antigüedades por todo el estado de washington. es por eso que es imposible escapar de las percepciones que terceros podrían tener de ti porque por más que así lo desees es imposible no ser real en las mentes de aquellos que te han visto, que saben de ti o que te conocen a ti o a tu familia. en el caso de libby, siempre era atada a su hermana como un daño colateral o una copia extraña. era la extraña. extraña, rara, diferente, cómica. su hermana siempre fue más bonita, más popular y sus intereses pueblerinos destacaban muchísimo más que los de libby. no es sorpresa que fuera gemela la favorita de sus padres, porque sumaba bastante bien a la fantasía de familia empoderada que definitivamente aportaría con su pequeño negocio a la economía de la bahía. oh, qué maravilla, crecer a la par de un conjunto de seres humanos tan pulcros y perfectos, mientras libby todavía se emprendía en expediciones vespertinas o en búsquedas de caracoles. a veces sólo necesitaba a alguien con quien hablar, alguien fuera del perfecto círculo de los perfectos amigos de heaven. y sí, la verdad es que sí tenía a alguien: su tía, talulah, quien le enseñó a quererse a sí misma fuera de las barreras situadas por la falsa pulcritud que apellido confiere, y abrazar aquello que la hace única, porque destacar no es algo malo al final, porque no está mal ser única y definitivamente no está mal combinar lunares con rayas si es lo que quieres hacer. “ si deseas algo bueno, las estrellas te lo devolverán, pero si deseas algo malo… ” son pequeñas lecciones aquellas que hacían que libby pasara mucho tiempo en aquel hogar, con su tía y sus mascotas ( un gato, un conejo y un perico; dee, dum y cuco ), donde su tía le enseñaba los secretos del universo poco a poco, leía su taza y proclamaba buenaventuras, deseando cosas positivas para la menor y enseñándole a hacer lo mismo tanto para sí misma como para los demás. poco a poco, tales enseñanzas empezaron a volverse parte de codificación interna.
tres. así se la pasaba, entre un hogar y el otro, pero en su mayoría, con su tía, pues a pesar de siempre estar agradecida por la unión de su familia y la suerte que tiene de tener dos techos donde es bienvenida, la intensidad de progenitores y gemela es demasiada. heaven es demandante, egocéntrica y llorona, mientras que su madre es tan dulce que es molesto, porque no es real, es pasivo-agresividad escondida detrás de sonrisas malintencionadas que si acaso a extraños pueden resultar simpáticas para libby sólo son hirientes y su papá, vaya, ni hablar de su papá… es callado, no opina y esconde sus muecas detrás del periódico, ¿quién lee el periódico hoy en día? las peleas a veces son demasiadas, resuenan con fervor en oídos y provocan incomodidad severa. a veces la frustración es demasiada y uno dice cosas que no quiere, a veces deseamos cosas sin querer y ocurren.
cuatro. como esa noche, aviso de tormenta impidió que pasara el fin de semana con su tía como tenían previsto desde hace días. la energía en su hogar se tornaba insoportable, como un peso que acababa arrasando con positivismo femenino. lo que empezó como una cena familiar terminó en una disputa de cuarteto empezada por la mayor de las gemelas, quien tuvo el apoyo silente de su madre en todo el asunto. dispuesta a alejarse del ruido para así esconderse en un rincón seguro en el cual dejar que sentimientos emergiesen con seguridad, se encerró en la oscuridad de su habitación, y con luz de luna alumbrando con tenuidad sus lagrimas, deseó que toda su familia se esfumara, que la dejaran en paz de una vez por todas. la luna desapareció detrás de las nubes y el sonido de la lluvia fue cántico que dio paso a somnolencia profunda. “ si deseas algo bueno, las estrellas te lo devolverán, pero si deseas algo malo… ”
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purgatoriohq · 4 years
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𝐁𝐈𝐄𝐍𝐕𝐄𝐍𝐈𝐃𝐎 𝐃𝐄 𝐑𝐄𝐆𝐑𝐄𝐒𝐎 𝐀 𝐀𝐑𝐂𝐀𝐃𝐈𝐀 𝐁𝐀𝐘, 𝐊𝐄𝐋𝐋𝐀𝐍. estamos conscientes de que la situación se ha complicado un poco a causa de los inconvenientes ocasionados por la tormenta, pero confiamos en el espíritu de los locales para encontrar respuestas a las inexplicables desapariciones que han conmocionado al pueblo. recuerda mantenerte lo más lejos posible de las costas durante los malos climas y procura mantener la calma en caso de presentarse turbulencias en el ambiente, pues no serás el único en querer buscar salida.
¡HOLA, ACHE! a partir de este momento, cuentas con veinticuatro horas para enviar la cuenta de tu personaje. de llegar a necesitar más tiempo, no dudes en pedirlo. te agradecemos muchísimo el interés en el proyecto y esperamos que tu estadía con nosotros sea grata para ti.
𝐀𝐂𝐄𝐑𝐂𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐔𝐒𝐔𝐀𝐑𝐈𝐎
nombre o seudónimo: ache.
edad: chikita todavía.
pronombres: she/her.
zona horaria: no me acuerdo.
nivel de actividad: alta porque no hago nada más que reaccionar a los memes q comparte emma.
triggers: incesto, gordofobia, cuando mis mamás están al borde del divorcio, abuso sexual y así.
en caso de pedir unfollow, ¿nos permitirías usar a tu personaje en beneficio al avance de la trama?: lo wa a consultar con la almohada.
algo más que se desee agregar: removido
𝐀𝐂𝐄𝐑𝐂𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐏𝐄𝐑𝐒𝐎𝐍𝐀𝐉𝐄
nombre completo: kellan loughty.
edad: 21 años.
faceclaim: jack mulhern.
psicología: bajo un semblante inexpresivo, ojos oscuros como la noche que te amenazan con un vistazo nada más y nudillos magullados por no saber qué hacer con toda la ira contenida, se presenta un corazón de león, protectivo, sentimientos valorizados en oro, guardado en la esencia de un niño que todavía conoce el perdón, aunque naturaleza testadura lo quiera negar.
es bastante cauteloso y desconfiado con las personas la mayoría del tiempo, incluso muchos suelen mencionar como rasgo principal lo amargo que es, sin embargo, las personas que le conocen de tiempo, que le conocen realmente bien, saben que es bastante carismático e incluso peca de sentimental cuando teme por las personas que realmente tienen su afecto.
menciona de tres a cinco puntos importantes acerca de su vida (aclarar anteriormente los trigger warning vayan a abordarse):
uno. la familia loughty no puede estar mejor, con dos retoños en hogar, un matrimonio que podía en ocasione tener sus problemas, pero nada que no se pudiese resolver. ellos eran felices. kellan, primer primógenito de la familia, es quien a sus cuatro años escucha a su madre sollozar luego de la visita de un compañero de trabajo de su padre, él sin entender, simplemente mira con curiosidad hasta que el hombre se acerca al pequeño azabache. tú eres el hombre ahora, recuerda las palabras que en ese momento no tenían sentido, porque era muy joven para entender que las noticias que traía el hombre, eran nada menos que su padre había fallecido, sin mucho detalle más allá del momento en el que pasó.
dos. desde ese momento, todo decae, comienza a presenciar como su madre se enamoraba de cada hombre que entraba con una propuesta prometedora, un ramo de rosas y una sonrisa encantadora, viles mentiras que sonaban como poesía ante la ingenua mujer que siempre terminaba con el corazón roto, una y otra vez. sin ser eso suficiente, eran hombres que vivían en su hogar, pero nunca se quedaban, hasta llegada del último. su madre se había enamorado tanto de ese hombro que no le importó cegarse ante el infierno que le prometía al pequeño azabache abrazado a la pierna de su madre, queriendo siempre cuidarla aun cuando necesitaba ayuda para sentarse en una silla por su altura.
tres. tw: abuso, violencia doméstica. él era una basura, hacía todo a su ritmo y su madre era sumisa a eso por el dinero que traía a casa, ella jamás se enteró del por qué kellan tenía peculiares marcas en sus muñecas o restos de cigarrillos apagados en su pecho, ignoraba el papel que el azabache sentía que tenía que jugar para proteger a figura menor que él. claro que, no es como si la viuda pudiera hacer mucho por sus hijos, porque era víctima del mismo hombre que jamás aceptaría un no por respuesta, quien solía meter a sus amigos en su hogar, darle unos cuantos billetes a los niños para que abandonasen el apartamento, y que ella pudiera servir para lo que él necesitase o su compañía.
cuatro. las calles son rudas para kellan, que a muy temprana edad busca su crianza en ellas, una forma de poder sacar a su pequeña familia del supuesto manto protector que le brindaba ese hombre, porque el pueblo veía una imagen, los rumores existían, pero nadie se atrevía a hacer nada. y eso no evita que el joven caiga en las peores manos posibles, empezando a trabajar un hombre que le promete dinero fácil si hace lo que se le pide, él jamás llegó a pensar que eso pudiese estar relacionado con herir físicamente a una persona que le pudiera deber dinero. así crece, en eso se transforma, una bestia que encarna en facciones alguna vez angelicales, siempre pensando en el futuro que podría tener su familia, y no él, porque su responsabilidad era el par, el darles un nuevo hogar donde no tuviesen que depender de nadie.
cinco. sus profesores siempre lo observaban a la distancia, podían notar cómo en ocasiones tenía un pómulo morado, ya sea por una discusión previa en casa o por una reputación que esperaba que se mantuviese en la oscuridad. jamás hacen un accionar directo, más allá de mandar aplicaciones para universidades para quien destaca en un ambiente artístico, obras dignas de estar en un museo, incluso fue una sorpresa para él recibir una beca por lo mismo, llevándolo lejos de su hogar, no sin antes dejarle una buena cantidad de dinero a su progenitora para que pudiese apartarse de su pareja y así darle una mejor calidad de vida a la figura menor de la familia. fuera del pueblo, en la universidad, solía vender sus cuadros, siendo una simple imagen para esconder que bajo eso vendía drogas a los estudiantes, teniendo así dinero suficiente para enviar a su madre (quien empezó a trabajar) y mantener sus necesidades básicas fuera de su hogar. nunca fue nada grande, muchos hacían la vista gorda por temor o respeto.
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purgatoriohq · 4 years
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𝐁𝐈𝐄𝐍𝐕𝐄𝐍𝐈𝐃𝐎 𝐃𝐄 𝐑𝐄𝐆𝐑𝐄𝐒𝐎 𝐀 𝐀𝐑𝐂𝐀𝐃𝐈𝐀 𝐁𝐀𝐘, 𝐓𝐑𝐄𝐕𝐎𝐑. estamos conscientes de que la situación se ha complicado un poco a causa de los inconvenientes ocasionados por la tormenta, pero confiamos en el espíritu de los locales para encontrar respuestas a las inexplicables desapariciones que han conmocionado al pueblo. recuerda mantenerte lo más lejos posible de las costas durante los malos climas y procura mantener la calma en caso de presentarse turbulencias en el ambiente, pues no serás el único en querer buscar salida.
¡HOLA, CHILLY! a partir de este momento, cuentas con veinticuatro horas para enviar la cuenta de tu personaje. de llegar a necesitar más tiempo, no dudes en pedirlo. te agradecemos muchísimo el interés en el proyecto y esperamos que tu estadía con nosotros sea grata para ti.
𝐀𝐂𝐄𝐑𝐂𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐔𝐒𝐔𝐀𝐑𝐈𝐎
Nombre o seudónimo: Chilly.
Edad: +20.
Pronombres: Ella.
Zona horaria: -3 GMT.
Nivel de actividad: 3.
Triggers: Abuso, acoso, incesto y pedofilia.
En caso de pedir unfollow, ¿nos permitirías usar a tu personaje en beneficio al avance de la trama?: Sí.
Algo más que se desee agregar: removido
𝐀𝐂𝐄𝐑𝐂𝐀 𝐃𝐄𝐋 𝐏𝐄𝐑𝐒𝐎𝐍𝐀𝐉𝐄
Nombre completo: Trevor Linwood.
Edad: 23 años.
Faceclaim: Freddy Carter.
Psicología:
Trevor es una persona que suele aislarse de los demás, no le gusta tanto la compañía de otros. Si bien se le es bastante sencillo reconocer y entender los sentimientos de los demás, les es extremadamente difícil expresar los propios. A pesar de su inteligencia, no encuentra las palabras adecuadas para hacerlo. Por otro lado, Trevor es una persona a la que le gustan los límites. Le dan seguridad, sobre todo. Mientras que algunos nacen para ser líderes, otros nacen para seguir. El segundo caso es el de trevor, quien prefiere agachar la cabeza y hacer lo que otros le dicen que haga. Detesta la toma de decisiones, aunque se le da bastante bien. Es una persona lógica y bastante fría, por lo que se toma su tiempo para analizar bien las situaciones con las que se encuentra.
Menciona de tres a cinco puntos importantes acerca de su vida: CEGUERA, ACCIDENTE, HOSPITALIZACIÓN, CRISIS EMOCIONAL, DISTORSIÓN DE LA REALIDAD. (ooc. perdón, no sabía muy bien cuáles t.w. poner)
UNO. No siempre había sido así, al menos no en los lejanos recuerdos del niño. En algún momento, años atrás, su padre había podido, en cierta medida, ver. Por supuesto, no faltaba la duda. Trevor no era capaz de afirmar cuáles eran sus recuerdos y cuáles eran producto de su imaginación. ¿Su padre le había comentado sobre su cabellera despeinada? ¿O había sido un comentario que trevor se había dicho a sí mismo frente al espejo? A veces era difícil diferenciar la realidad de la fantasía, pero no era un problema con el que preocuparía a sus padres. No, ellos ya tenían suficiente. Tras el haber perdido los ingresos que aportaba su padre, su madre había tenido que tomar más horas en el trabajo y sacrificar todos los pequeños gustos que se daba. Trevor veía poco y nada el rostro de la mayor, pero cada vez que lo hacía parecía como si éste hubiese envejecido varios años en cuestión de días. En cuanto a su padre, el muchacho le veía todo el tiempo. Cuando no se encontraba en el colegio, Trevor estaba acompañando a su padre y guiándole fuese a donde fuese. Nunca se lo habían pedido, al menos no oficialmente, mas el menor lo consideraba una obligación. Si no estaba con él, su padre solía tropezarse y caer, romper la vajilla o terminar en una crisis emocional. Trevor era pequeño, pero había aprendido a actuar como un adulto y a guiar a su padre.
DOS. Siendo su padre su mejor amigo, Trevor no le veía mucho sentido a entablar conversaciones con sus compañeros de clase. No eran personas con quienes tuviese mucho en común, tampoco con quienes tuviese algo de qué hablar. Prefería mantenerse alejado, observar a la distancia. No era el tipo de persona que participase en clase, incluso sus profesores habían dejado de insistir en que leyese su tarea en voz alta o que dijese su opinión sobre cierto tema. Hablar, o al menos hablar con extraños, no era su fuerte. La mayoría de las personas con las que intercambiaba diálogos en horario escolar eran quienes compraban sus apuntes o, por una tarifa más alta, sus tareas hechas. No le interesaba hacer amigos, tampoco era como si fuese capaz de mantenerlos. Fuera del horario escolar, Trevor se atrevía a decir que tenía un par de amigos. Edgar y Mark, de la tienda de antigüedades. El primero era un hombre de ya ochenta años y el segundo de unos cincuenta, pero, a pesar de la diferencia de años vividos, ambos siempre tenían excelentes historias que contarle al muchacho. Y si no eran sobre ellos y sus experiencias, eran sobre las antigüedades que llegaban al local. Trevor pasó mucho tiempo de su infancia y adolescencia entre los pasillos abarrotados de muebles y objetos de colección antiguos, aprendiendo su historia en silencio. Edgar y Mark le habían dado su primer trabajo, también su primera cerveza. No era legal, pero Trevor no era de los que se quejaban.
TRES. Trevor iba a clase y luego a su trabajo, aunque sus padres no sabían de lo segundo. Creían, porque Trevor se los había dicho, que estaba en casa de algún amigo de la secundaria. Y Trevor no era el tipo de muchachos que le mintiese a sus padres, ¿verdad? Pero sí lo hacía, aunque no le veía nada de malo. No mientras su único objetivo era aportar una ayuda económica a su familia. Durante meses mantuvo la misma rutina: clases por la mañana, trabajo durante media tarde y luego cuidar de su padre por lo que quedaba de la tarde y noche. Así fue hasta que una tarde, después de haber cumplido con los primeros dos pasos de su rutina, volvió a su hogar para encontrar a su padre de forma extraña. Trevor le llamó un par de veces y, al no recibir ningún tipo de respuesta, se le acercó. Sabía que algo andaba mal, lo sabía. Casi no había pulso y por poco había pensado que su padre había dejado de respirar, pero no era así. No recordaba muy bien qué había hecho a continuación, aquella delgada línea entre la realidad y la fantasía dejándole con recuerdos difusos. Podía verse a sí mismo correr hacia la casa de sus vecinos, explicarles la situación y luego esperar una ambulancia. Había esperado por horas hasta encontrarse con su madre, hasta que por fin alguien se había dignado a explicarle que el estado de su padre era delicado. Pero nadie quería explicarle por qué.
CUATRO. Tic, toc. Las horas pasan, los días pasan. Los días se convierten en semanas y las semanas en meses. Trevor sigue culpándose por lo sucedido con su padre, pues todavía cree que de haber estado junto a él, de no haber ido a trabajar, podría haberle salvado. Pero una parte de él, la lógica y racional, comprende que no hay forma de que así sea. Su padre no ha despertado del coma por ya mucho más de un año, los gastos médicos ahogan a su madre. Trevor considera el dejar la Universidad, encontrar un mejor trabajo que pueda ayudar. Su madre se niega, por supuesto, a todo. Él no protesta, únicamente para no darle un disgusto a su madre. Sigue buscando un nuevo empleo, pero es difícil cuando uno lo hace a escondidas. Su madre parece envejecer a cada segundo, su padre parece quedarse en el tiempo. Y él… Él desea por un momento que todo termine, no sabiendo que al día siguiente se despertaría con su deseo hecho realidad. La culpa le ahoga, pero no puede ser su culpa… ¿Verdad? Así no es como la realidad funciona, ¿no?
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