Tumgik
#pero me gustó mucho y siento que es necesario tenerlo aquí para mi bebecito
pcrkjmin · 4 years
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love is thicker than blood... | a taemin self-para. 
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advertencias: menciones de violencia, mención breve de homofobia
taemin jamás imaginó que llegaría el día en que pasaría una mañana entera acompañando a su padre en cualquier situación, pero helos aquí en el hospital. 
su madre llamó la noche anterior, preocupada hasta la médula y lloriqueando como magdalena en velorio, diciendo que su padre estaba muy enfermo y necesitaba estudios urgentes (qué ellos no podían pagar, ni con el dinero de la jubilación, al parecer) para descartar o confirmar un cáncer avanzado. taemin podría haber dicho que no, que el hombre podía agonizar en la incomodidad de su cama por el resto de sus días para lo que a él le importaba, de no ser por su hermana mayor que le llamó a primera hora de la mañana, suplicando que por favor lo acompañara. 
sunjung, su noona, quien continuó velando por él cuando sus padres lo corrieron de la casa familiar a los trece, quien curó las heridas causadas por el mismo tarado que los trajo a una vida de sufrimiento y traumas, siempre tan amable y valiente ante el mundo pero igual de fuerte que un roble de cientos de años... taemin no pudo decirle que no, jamás a ella. así fue como terminó esperando a ong taeho, padre, jubilado, esposo y abusador, en una banca metálica en el corredor de oncología de un hospital privado.
  ahora mismo tendría que estar con alec, ayudándolo a alistar a los gemelos para bañarse. seguro yoa seguía usando el gorro de lana que tanto le gusta llevar a la escuela  y yohan seguía usando esa capa de superhéroe por encima del uniforme, ambos con sus mejillas regordetas y los cabellos lacios parados como los de una escoba. los extrañaba, incluso si los había visto hace poco. 
ayer debería haber sido su último día en corea, con las promociones y un par de reuniones terminadas, pero la “ familia ” pasó primero....
  “¿terminaste?” cuestionó, poniéndose de pie cuando el hombre abandonó la sala de resonancia magnética, alisándose el cardigan que traía encima para que las arrugas no quedaran permanentes. recibió un tarareo como respuesta y pronto la enfermera los acompañó al consultorio del doctor. 
la siguiente media hora se basó en el diagnóstico del hombre, las posibles enfermedades que podía tener taeho, los riesgos existentes por su edad y los tratamientos que ofrecían para casos como los suyos. tampoco olvidó mencionar los precios y aunque taemin y sungjung tenían buenos ingresos por sus trabajos, el estómago se le cayó a los pies al escuchar las cifras. podía jurar que la suma de todas las cosas que taeho le compró en la vida, jamás igualaría aquella cantidad y eso hablaba más de la paternidad del hombre, que otra cosa.
  “no tenias que traerme. le dije a tu madre que no era necesario.” apenas podía caminar el viejo, pero eso no parecía ser impedimento para sus comentarios imprudentes y desagradecidos pues llevaba toda la mañana hablando.  “mhm, ya lo sé, lo mismo le dije a noona pero insistió y ya sabes cómo es de testaruda.” era, posiblemente, lo único en lo que estaban de acuerdo. el hombre se acomodó el sombrero, su cabeza casi calva oculta debajo de aquel accesorio viejo y empolvado, haciendo un notorio contraste junto al más joven, que portaba un cabello rubio estilizado y un atuendo cómodo pero que parecía sacado de una revista. 
“te ves como un maric-” inició taeho, pero taemin lo interrumpió al instante, sus dedos apretados sobre la manija de su maleta, los nudillos blancos del esfuerzo. “ya me tengo que ir. tu taxi no tarda en llegar, te llevará a casa de noona.” eso era todo lo que su padre necesitaba saber, por lo mismo no soltó otra palabra después de darse la media vuelta. “¿te vas porque quieres volver con esos niños, verdad? aigoo, después de casi abandonarlos cuando nacieron...” la cizaña escurrió en cada vocablo y taemin no tardó en volver sobre sus pasos, el corazón acelerado y su mirada nublada por algo que solo conocía como coraje. “no se atreva a hablar sobre malas decisiones en la paternidad cuando usted el peor ejemplo qué hay.” escupió, sin importarle mucho que estuvieran a las afueras de un hospital, con gente caminando al rededor de ellos.
“no deberías volver, ellos necesitan una familia normal, taemin. deja que el otro se haga cargo y tu quédate aquí.” el rubio desde siempre supo darse cuenta cuando las palabras de su padre venían cargadas de veneno y más cosas negativas, eso porque no se dirigió a él de otra manera mientras vivieron bajo el mismo techo. “basta. no hables más de ellos, ni de alec, ni de nadie de mi familia nunca más. voy a volver a mi hogar cada vez que me aleje, con mis hijos y con mi esposo.” hizo énfasis en las palabras para que al viejo le quedaran claras, en caso que el oído también le estuviera fallando. taemin, por mucho tiempo, dejó pasar las groserías de su padre por encima de su cabeza, pero de eso nunca más. 
“no son tus hijos. son de tu hermana y ese hombre, ellos los hicieron y tu solo te encargaste de cuidarlos y alimentarlos un par de veces. eso no te hace un padre. jamás lo serás hasta que tengas hijos biológicos. ¿por qué no lo entiendes? ¿por qué tienes que hacer tan difíciles las cosas, taemin? tanto que tú madre quiere ver a sus nietos y no puede porq-” taemin explotó, dejando que su maleta cayera al piso sin mucha preocupación, acercándose a taeho con pasos tan pesados como ladrillos.
“¡basta! te dije que no hablaras más de ellos.” su dedo índice terminó frente a la nariz del viejo, ancha y todo lo contrario a la de taemin, un rasgo que siempre hizo dudar a todos de su parentesco.  “no quiero que los vuelvas a mencionar con tu asquerosa boca, nunca. ¡y si son mis hijos! biológicos o no, ¡ soy más padre de lo que tú fuiste en 38 años! ¡soy más padre de lo que tú serás en lo que te resta de vida!” su voz era fuerte y firme. pero el nudo en su garganta lo era más. “¿crees que “solamente” cuidar a un hijo no me hace un padre? en ese caso, tú tampoco lo eres. jamás me cuidaste, ni a sunjung, ni un bendito día de nuestra vida nos alimentaste ni velaste por nosotros.” bufó una risa agria, llena de disgusto.  “¡jamás fuiste un padre y jamás lo serás! siempre serás la escoria que me golpeaba diario porque no podía controlar su puto problema con el alcohol. siempre serás el idiota que sacó a su hijo moribundo de casa por tener preferencias sexuales distintas. siempre serás un maldito monstruo.” llego a invadir el espacio personal de taeho, apuntándolo con el índice directo en el pecho. “quédate con tus malditos prejuicios y tu enfermedad, porque a mi me importa una reverenda mierda si te mueres mañana mismo.” recogió su maleta del piso, bajándose las lentillas de sol para bloquear los rayos de este (o quizá fue para cubrir las lágrimas que se le acumularon en los ojos) . “olvídate que tienes un hijo, olvídate que tienes nietos y olvídate que alguna vez te llame padre.” y justo en ese momento, gracias a los dioses, llegó su taxi. las personas fuera del hospital retomaron las actividades que pausaron para ver el drama, como buenos chismosos, pero al rubio solo le importaba largarse de ahí y legar al aeropuerto.  “tus resultados los envían en una semana, por cierto.” taemin subió al auto después de entregar su maleta al conductor; cerró la puerta con más fuerza de la necesaria y se alejó del hospital soltando humo por las orejas. comenzó a llorar cuando menos se dio cuenta, lágrimas llenas de dolor, coraje y otra cosa que no reconocía, pero parecía ser alivio. alivio de haber confrontado a su padre después de tantos años sufriendo en silencio, odiándolo a sus espaldas. alivio de deslindarse por completo de aquella familia que no hizo más que lastimarlo, tanto física como psicológicamente. 
  su teléfono sonó justo al llegar al aeropuerto. alec lo saludó desde el otro lado de la cámara y el mundo, llenado a taemin de ese sentimiento tan cálido que solo reconocía como su hogar. “hola amor, ya estoy en el aeropuerto.” la promesa de llegar a casa fue lo único que lo detuvo antes de hacer una locura respecto a su padre, si era honesto. “¿y los niños? ¿ya terminaron sus lecciones?” eran las 6pm en nueva york, quizá las 7 si sus cuentas eran correctas. los gemelos, que apenas habían mudado sus primeros dientes, saludaron a la cámara con sonrisas incompletas; el rubio sintió ganas de llorar. eran sus hijos por donde los viera, tenían sus ojos y su cabello, también esa aura de felicidad e inocencia que él perdió a la misma edad que tenían ellos ahora, solo que él sí se encargaría de preservar aquello en sus niños, su yoa y su yohan. “ah, pero miren el desastre que son sus cabellos. ya, papá va en camino, ¿vale?” los niños gritaron que lo extrañaban y después vino una ola de relatos: sobre yohan y su proyecto de artes, sobre yoa y su amiga haciendo un nuevo baile en la clase de la tarde, sobre alec equivocándose con sus abrigos por la mañana incluso cuando están rotulados. taemin escuchó todo con una sonrisa de oreja a oreja, como buen padre y como buen esposo, y solo se convenció más que su lugar estaba donde esos tres estuvieran. dios,  no podía esperar a llegar a casa. 
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