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#posadas plaza urquiza
enredoweb · 4 years
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Pequeñas historias: Adolescencia
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Comencé mi primaria a las cinco años y la terminé a los once. En aquellos tiempos—principios de los años ’50—la vida en la pequeña colonia agrícola no tenía demasiadas perspectivas según mi papá. Él, permanentemente, nos repetía que si no queríamos quedarnos toda la vida allí, debíamos de estudiar. Seguramente, sus inconclusos estudios de abogacía en su Polonia natal siempre le hicieron pensar que la chacra representaba una vida de sacrificios e incertidumbres que no deseaba para sus hijos. Pero hacer la secundaria implicaba ir de pupilo a algún internado que, por aquellos tiempos, no estaban cerca del lugar en donde vivíamos. Nada fácil para los padres y menos para los hijos.
Sin embargo, yo tuve un papel fundamental en privarme de una adolescencia con padres, presionándolos a que me enviaran a estudiar a la localidad de Pilar, en la provincia de Buenos Aires. ¿Cómo se me ocurrió esa peregrina idea de la cual siempre me arrepentí? En aquellos tiempos, la Iglesia Católica era una institución muy respetada y más aún en una localidad donde casi todos eran inmigrantes polacos. Cada tanto llegaba a nuestra casa algún sacerdote y se quedaba a charlar—no sé de qué—e inclusive, a veces a pasar la noche. Un día apareció uno que no conocíamos, manejando un 2CV que me llamó mucho la atención. Almorzó en casa y cuando salía le pedí que me llevara un trecho (2 ó 3km) hasta la casa de mi tío. No me interesaba ver al hermano de mi mamá, sino que quería saber cómo era viajar en ese automóvil tan novedoso, que venía con la fama de que podía atravesar cualquier piedra o pozo sin que el pasajero lo sintiera. Por supuesto, me llevó. Charlamos, y en el viaje él me habló de la secundaria, de ir a Buenos Aires para hacerla, de los rascacielos y de la gran ciudad, y de que, en caso de que yo escogiera hacer lo mismo, mis padres no pagarían nada. Me imagino escuchándolo, con los ojos bien abiertos y viendo un futuro en una ciudad como algo innegablemente atractivo.
Después de esa charla, emprendí un delicado trabajo para convencer a mis padres de que me permitieran ir. Recuerdo que a ninguno de los dos les entusiasmó mucho la idea. Me dijeron que podía ir a Posadas, que estaba a sólo 120 km de la colonia y no implicaría un desarraigo tan grande como viajar a Buenos Aires. Yo, sin embargo, insistí tanto que logré convencerlos. Sin demasiadas ganas, hicieron los trámites para que me aceptaran y prepararon mi viaje. Hay que tener en cuenta que eran otras épocas. Como ya mencioné, la Iglesia tenía una credibilidad que aseguraba mi cuidado y buena crianza. Mi papá tenía muchísimas críticas hacia la institución y era muy reacio a creer en sus enseñanzas. Mi mamá, en cambio, era una fiel creyente que cumplía con todos sus preceptos. Pero si había algo en lo que ambos coincidían era que no habría ningún riesgo en que yo quede de pupilo en un colegio católico, por la gran reputación que éstos tenían. Las noticias acerca de los terribles abusos perpetrados en colegios católicos aparecieron mucho después.
El tema es que un día me encontré sentado en un asiento de plaza dentro de un vagón de una formación del Ferrocarril Urquiza, que hacía el trayecto desde Posadas hasta la estación de Federico Lacroze de la—en aquellos tiempos—Capital Federal. Éramos unos quince chicos de entre once y doce años, seguramente convencidos como yo por algún sacerdote que almorzó con sus padres. Nos cuidaba un adulto, así que nos sentíamos protegidos. El tren transportaba muchísimos pasajeros, la mayoría de los cuales viajaban parados y de noche dormían amontonados en los pasillos. La locomotora a leña, por momentos, llenaba de humo el vagón, y el hollín nos tiznaba de negro las caras. Fue un viaje, el primero de muchos que hice, totalmente increíble para los estándares de hoy. Recuero que fueron muchas horas, que pasé la noche en el tren, que cruzamos el Paraná—en Zárate—en un- ferry y que conocí, por fin, los rascacielos de una gran ciudad.
Nos llevaron al colegio. Estaba en la localidad de Pilar y hoy se llama Instituto Verbo Divino. Pilar no era lo que es hoy; más bien se trataba de una localidad de menos de treinta mil habitantes que no tenía ningún atractivo en especial. Allí nos instalaron en grandes dormitorios comunes, casi ciento cincuenta chicos por cada uno. Nosotros, los de Misiones, éramos unos veinte y los demás eran de la provincia de Buenos Aires. Con los paso de los días me di cuenta que todos, excepto yo, tenían apellidos de origen alemán. La congregación responsable del colegio era la del Verbo Divino, fundada en Alemania. Así que, seguramente, elegían chicos de ese origen. Yo era una excepción.
En la primera noche que pasé allí ya me di cuenta del error que había cometido. Lloré todo el tiempo; me parecía que no iba a soportar no tenerlos a mis padres presentes todos los días. Así estuve unas semanas hasta que me fui amoldando a mi nueva realidad. Nunca dejé de extrañar mi casa pero, al menos, la vida se fue haciendo mas llevadera.
Muy al comienzo, el prefecto, que era el encargado de cuidar a los chicos, nos dejó en claro que allí comenzábamos nuestros estudios sacerdotales. Que, finalizada la secundaria, iríamos dos años a Córdoba a estudiar filosofía y, finalmente, regresaríamos a Buenos Aires a especializarnos en teología para terminar ordenándonos de sacerdotes. Y, lo más importante, nos dejó bien claro que dejar la carrera interrumpida implicaba un pecado mortal que nos dejaba en las puertas del infierno. Tenía doce años y eso fue una bomba para mí. Nunca se me pasó la idea de ser sacerdote ni nadie me lo aclaró que para eso iba.
A partir de allí, oculté mis nulos deseos de ordenarme de nada y esperé que mi pecado no me condene a la vida eterna en el infierno. Años después, en uno de los viajes anuales que hice a mi casa en enero, le comenté mi situación a mis padres. Mi mamá no opinó mucho pero mi papá fue categórico: yo tenía que hacer lo que quisiera y no lo que me impongan en el colegio. Que me quede tranquilo, que Dios no me iba a mandar al infierno por hacer mi voluntad y, de paso, mi insinuó sus dudas sobre la existencia del mismo infierno. Esta charla, que la tuve ya transcurridos dos años desde los comienzos de mis estudios en el colegio, eliminó todos mis miedos porque, para mí, papá tenía la posta. Él, con mamá, formaban un matrimonio extraño. Tenía educación universitaria incompleta y ella solamente la primaria. Él no se sentía para cómodo dentro del catolicismo (era mas bien agnóstico) y ella, católica practicante. Ambos leían muchísimo y lograron superar las diferencias de origen, construyendo un matrimonio de casi sesenta años a pesar de que pasaron cosas terribles en su vida.
La vida diaria en el colegio no tenía sobresaltos. Todo estaba pautado. Misa diaria, clases por la mañana, horario de estudio por la tarde y dos horas de recreo dedicadas al fútbol o al tenis. Desayunos, almuerzos, meriendas, y cenas a las horas indicadas, con una oración antes de cada comida. Todo tendiendo a la monotonía, pero sin impedir que lo pasáramos demasiado mal, seguramente dentro del desconocimiento de que la vida podía ser distinta.
La educación tenía un fuerte fundamento ideológico, donde el catolicismo tenía un papel fundamental. A la historia, por ejemplo, se la veía a través de una lente religiosa, donde los personajes eran importantes debido a su fe católica. La historia argentina que nos enseñaban era claramente de derecha. Leíamos los libros de Manuel Gálvez y Hugo Wast era un prócer: muy católico y gran novelista. Leí todo lo que escribió, incluso “El Kahal-Oro”. Mi ingenuidad e inocencia me impidió tener una noción clara de que su contenido antisemita. Y eran libros recomendados para su lectura.
Lo sexual no existía no en las charlas entre nosotros. No interactuamos con chicas hasta el quinto año, cuando nos permitieron impartir catequesis en las iglesias de Pilar junto con catequistas mujeres. En ese tema había un silencio absoluto y cada uno lidiaba con sus dudas como podía. La masturbación, si bien era tabú y no existía en las conversaciones, yo tenía claro que era algo que había que evitar a toda costa. Obviamente, todos mis esfuerzos en ese sentido fracasaron, provocándome una preocupación acerca de mis tendencias hacia lo antinatural.
Las misas diarias eran un real sacrificio; seguramente no tenía la fe necesaria para que cada una de ellas dejara de ser una permanente espera para que el final llegue más rápido. Cada semana nos teníamos que confesar, y eso implicaba que en esa reunión teníamos que contar los pecados cometidos en la última semana. Como tampoco tenía un pecado digno de ser contado (¿qué cosa grave podía cometer un chico de mi edad encerrado en mi colegio?) entonces, antes de cada reunión con mi confesor, repasaba algunos pecaditos que podía recitarle, que todas las semanas eran los mismos: mentí dos veces, le deseé el mal a un compañero alguna vez, fui a misa sin ganas, etc. Por supuesto, me reservaba las cosas realmente graves, como la masturbación. En retrospectiva, me cuesta encontrar algo más absurdo que la confesión.
Hacíamos mucho deporte. Yo me dedicaba al fútbol y al tenis, que me gustaban mucho. Leíamos mucho libros que estaban en la biblioteca. Me devoraba todos los libros de Salgari, leía las biografías de Gálvez, y todos los libros de historia que caían en mis manos. Un libro que me quedó grabado y que me encantó fue “Cuerpos y Almas” de Maxance van der Meersh, título inusual por su contenido dentro de ese colegio.
Fueron cinco años eternos. Para cada navidad volvía a casa para regresar los primeros días de febrero. Todo el año esperando el fin de año y, a partir del primer día de las vacaciones, esperando que su final no llegue nunca. En uno de mis regresos me encontré con una hermana de un mes y, otro año, conocí a mi otra hermana, que ya tenía diez meses. En ese período de mi vida me quedó bien clara la importancia de los padres en la vida de los hijos. Fue un tiempo que nunca recuperé y, lamentablemente, me fui de casa a los doce años para hacer una vida sin la ayuda ni contención de ningún familiar.
No puedo decir que la pasé mal; en el colegio me trataban bien, se comía bien, no tuve ni vi abusos de ningún tipo y tuve compañeros y amigos con los que tratábamos de que el tiempo pase lo mejor posible. Pero eso lo decía en aquel tiempo. Si tengo que dar una opinión sobre aquella época desde el hoy diría que fue lamentable. Perdí mi adolescencia siendo víctima de un sistema cerrado, donde nos trataron de inculcar una ideología reaccionaria y católica integrista que no percibía de chico. Como un pequeño ejemplo de eso fue la misa solemne que se hizo para agradecer el golpe de estado que puso en la presidencia a un hombre de que Dios mandó para salvar a la Argentina: Juan Carlos Onganía. Igualmente, conmigo fracasaron estrepitosamente. Una vez que terminé la secundaria no fui mas a la Iglesia, y ahora estoy ideológicamente en las antípodas de todo lo que me inculcaron. La verdad es que no sé cuales fueron las causas de ese cambio. La realidad es que me salvé de ser un militante de Tradición, Familia, y Propiedad, y de eso sí que estoy orgulloso.
Ningún chico debería pasar por lo que pasé yo. Muchas veces pienso por qué mis padres me soltaron a ese tipo de vida. No tengo la respuesta ni tengo ningún reproche que hacerles. Eran otros tiempos y, seguramente, equivocados o no, quisieron lo mejor para mí. Para estudiar, había que irse de chico de la casa porque había secundarias en muy pocas ciudades en Misiones. De ahí la proliferación de los internados para varones o mujeres (nunca mixtos), mejores o peores pero siempre nefastos para los chicos. Todos, o casi todos, eran confesionales y, por lo tanto, con un plus negativo de la formación religiosa. Yo tuve la gran suerte de haber comenzado a interactuar con mujeres en el quinto año, pero en muchas instituciones los alumnos no tuvieron la misma suerte. Fueron cinco años que marcaron mi vida, y seguramente dejaron su huella negativa en distintos aspectos de mi personalidad, pero que, de alguna forma u otra, forman parte de lo que soy.
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juegaelgallego · 5 years
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Estado(s) de situación
Si el dolor no inmovilizara sería más fácil vernos Si no recordáramos tanto sería más fácil sonreír
La Foca. Adueña 
Tristeza. Deportivo Español cayó 2 a 0 en el Libertarios Unidos y ocupará la única plaza de descenso a la Primera C. Lo hace en una temporada en la que estuvo último en treinta de las treinta y ocho fechas, lo que lo confirma como el peor equipo del torneo. Si se observa ─sin un análisis demasiado profundo─ la tabla de promedios, extiende el triste mérito a los últimos dos años. Volverá a la cuarta categoría tras jugar cinco años en la B Metropolitana. A excepción del torneo de transición de 2014, donde los descensos fueron suspendidos, en todos los campeonatos peleó por evitar lo que en la tarde de ayer se confirmó en cancha de Colegiales. Episódicas rachas de triunfos hilvanados ─sobre todo cuando contaba con Correa, Merolla, Amarilla y Cisterna como columna vertebral─ sumado a que siempre tuvo en competencia a un equipo desmoronado en lo deportivo y en los promedios ─Italiano en 2015, Armenio en 2016, Excursionistas en 2017, Villa San Carlos en 2018─ lo sostuvieron un lustro en la tercera división. Hasta ayer, cuando las matemáticas confirmaron el desenlace anunciado hace meses. 
Bronca. Cuando el 9 de junio de 2014 Español volvió a la B Metropolitana lo esperaban equipos como Chacarita, Villa Dálmine, Morón, Platense, Los Andes. La categoría tenía un vuelo futbolístico que la asemejaba a la otra B. El próximo fin de semana será despedido de la categoría por equipos como Justo José de Urquiza, San Miguel, Sacachispas, Defensores Unidos de Zárate, lo que muestra a las claras que tras el éxodo de los históricos de la divisional ─deberá sumarse a Estudiantes de Buenos Aires y a Atlanta en ese pelotón─ se parecerá mucho más a la actual Primera C. Lejos de desmerecer a los rivales de la actual temporada, lo que queda en evidencia es que la escuadra españolista perdió la plaza en la categoría en el campeonato con el nivel más bajo que le tocó disputar desde el regreso, lo que no hace más que profundizar la bronca ante los desvaríos que llevaron a que el nuevo descenso sea justificable por mil argumentos, rotundamente merecido, por poco deseado. 
Zozobra. La estadística es el refugio ideal para desplegar el aislamiento, ese mecanismo de defensa del Yo inconsciente que permite narrar un hecho angustiante, desprovisto de la carga afectiva que trae consigo. Desde aquel descenso de mayo de 1998 a éste de mayo de 2019, Español bajó cinco veces y logró ascender dos, lo que arroja como resultado que en promedio cambió de categoría cada tres años. Lejos de los tiempos de gloria en la Primera División, disputando catorce temporadas ininterrumpidas, el Ascenso es un subibaja. Es imposible saber cuánto puede permanecer este equipo en la C. El único antecedente que recoge es la participación de tres años en esa categoría, entre 2011 y 2014, recordando que el primer año estuvo a dos partidos de irse a la D. ¿Rebotará? ¿Se estabilizará en su categoría “lógica” atento su situación actual, para ordenarse institucionalmente y luego pretender regresar a la B? ¿Seguirá el tobogán? Este cronista no es adivino, aunque las tres décadas que lleva viendo a la escuadra roja le permiten avizorar que pasará por cualquier estado menos por el de aburrimiento. 
Angustia (y alivio). La derrota en Malaver y Posadas confirmó lo que todxs sabíamos hace meses, y que los triunfos ante Justo José de Urquiza y Sacachispas sólo lograron demorar unas semanas. La inesperada sobrevida españolista sirvió para prolongar la angustia y alimentar las ilusiones de quienes creían ─con algo de razón─ que esos dos equipos eran tan mediocres como el propio y que merced a la dificultad de sumar los últimos pocos puntos que necesitaban para asegurar su plaza podían terminar tecleando. La realidad es que eso efectivamente sucedió, pero Español también tenía que frenar la hemorragia y a la hora de la verdad ─ayer─ no lo pudo hacer. Este cronista escribe un día después, en tibio, reconociendo que tras la tristeza y la bronca también aflora la sensación de alivio que sobreviene a los estados de incertidumbre tan prolongados en medio de una agonía difícil de digerir. Con la confirmación del desenlace, será tiempo de pasar la escoba, consolidar un cuerpo técnico, retener y engordar la nómina de canteranos en el primer equipo, y aportar un mínimo de seriedad que, a lo largo del último año, brilló por su completa ausencia. La lista de desatinos es demasiado extensa y ocupa buena parte de esta bitácora. El cronista se detiene en una: haber jugado treinta fechas sin cuerpo técnico. ¿Qué otro desenlace podía sobrevenir? La evidencia es que en Español el fútbol profesional está en manos de gente que tiene nula idea del tema, que cree que el área se maneja combinando planillas de cálculos con bases de datos de futbolistas, y que en lugar de reconocer la ignorancia y asesorarse por personas entendidas, insisten en fórmulas catástrofe, con resultados a la vista. Valga la debacle para computar el aprendizaje, ojalá. 
 Desazón. Este cronista aprovecha la impunidad de la emoción violenta por un nuevo descenso para ser categórico. Español es inviable. Sufrió la estafa de sus dirigentes y un grupo de jugadores que lo llevo primero al descenso y acto seguido a la primera quiebra. La levantó, y volvió a quebrar. Tuvo sus instalaciones clausuradas por años. Fue a remate. Tuvo que cambiar de nombre. Perdió al 95% de su masa societaria. Hizo de los descensos un estado demasiado habitual. Sufrió el saqueo de once de sus dieciséis hectáreas. Tiene amenzadas ─y perderá, en otro desenlace anunciado─ lo poco que queda edificado en su diezmada Ciudad Deportiva. Su cuatro veces presidente se quitó la vida arrojándose abajo de un tren. Una explosión en las calderas se cobró la vida de uno de sus colaboradores más valiosos. Deambula a la espera de la firma de un nuevo comodato ─deficitario─, incapaz de ordenarse institucionalmente, sobrevolado por buitres de dudosa valía que intentan hacer pata ancha en la estructura formal del club. El panorama en el que se inscribe un nuevo descenso del primer equipo de fútbol masculino no puede ser más sombrío. Los intentos por “enderezar el barco” chocan contra una realidad demoledora. No es casual que impere una extendida desazón al momento de proyectar algo similar a una reconstrucción. ¿Cómo, en medio de semejante cataclismo? 
Expectativas. Sea cual sea el resultado de todos los frentes abiertos que tiene Deportivo Español, cuesta imaginarnos lejos de la cancha, de Santiago de Compostela y Asturias, del cotidiano españolista. En las malas mucho más dice la canción más trillada, como si no fueran las malas nuestro estado de normalidad. Las ganas están erosionadas, el nuevo cachetazo resta energías, que no sobran. Pero la sangre tira, y ahí estaremos, desafiando la lógica, la razón, la cordura. Tal nuestro estado de situación. Quién sabe ya hace cuánto.
BMetro 2018 / 2019 ─ Fecha #37 (anteúltima) ─ Estadio Libertarios Unidos
Colegiales 2 ─ 0 Español   (*)
(*) Español perdió la categoría. Jugará la próxima temporada en Primera C.
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rocktails · 5 years
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Pipi Piazzolla: “La nominación al Gardel, con música propia, me llena de orgullo”
“¿Quieren café?” – nos ofrece Pipi Piazzolla en el living de su casa. Vuelve de la cocina con las infusiones y celebra que ninguno de sus visitantes los condimenta con azúcar. “Ustedes son de los míos” – nos confiesa y nos recibe amablemente como un buen anfitrión. Son las 4 de la tarde y Pipi acaba de despedir a uno de sus tantos alumnos que cada semana pasan por el barrio de Villa Urquiza para irse con un conocimiento que apenas cabe en sus cuadernos. Se sabe que Pipi maneja buena data. Cualquiera que lo siga en su carrera con Escalandrum y proyectos paralelos, o también en sus redes, está al tanto de ello. Pipi disfruta la docencia y se le nota. Pero también disfruta su instrumento y está más vigente que nunca. El jueves 9 de mayo festeja sus primeros 20 años con Escalandrum; el 10 sale el primer adelanto del tercer disco de su trío; el fin de semana estará en Bariloche tocando junto a la sinfónica de la ciudad y en medio de un tour agitada, volverá a pasar por Buenos Aires para presentar oficialmente Rata en Thelonious (el 21 de junio). Sin embargo, sus aventuras no terminan ahí. Acaba de estrenarse Re, un programa de televisión conducido por Bobby Flores, de lunes a viernes a las 23:30 hs. en la TV Pública, que lo tiene como flamante columnista de jazz. El otro costado de Pipi, que viene ejercitando también en radio, el de divulgador musical.
Me imaginaba laburando en TV como lo que me toca hacer en Re. Hablando de lo que me gusta, 3 o 4 minutos y listo. No me imagino siendo el conductor. En esta situación estoy realmente cómodo. En algún momento me imaginaba haciendo esto. Es raro que te llamen para hacer una columnita de jazz en tele, pero justo me llamaron para lo único que hubiese dicho que sí. Yo con el tema pantallas hice una master class, que son 90 minutos de data, para Youtube, con subtitulo para quién lo quiera ver de afuera. Yo siempre había tenido ganas de hacerlo porque me gusta mucho enseñar. Pero lo de la tele fue una iniciativa de Bobby Flores que confía mucho en mí y le dije que sí porque el me dijo como era la onda y me gustó el proyecto.
Pipi Piazzolla – FOTO: Martín G.
A la radio al principio le habías dicho que no… Ya hacer un programa de 2 horas sin conocer los códigos, me costó un montón. Pero gracias a un alumno que me dijo que en la radio siempre hay buen clima, dije que sí. Pero estuve a punto de bajarme.
Ahora además de las clases particulares retomaste las Master Class ¿Cómo es el mecanismo de este taller y en qué se diferencia de las otras clases que das?
Cobro la master class de 3 horas lo mismo que cobro una clase mía de una. Por lo general, la doy los sábados para que pueda venir la gente que labura en la semana. Lo que tiene de distinto es que es grupal, yo entrego material escrito, te llevas el libro mío (incluido en el precio) y hablo de un tema específico cada clase. Un día de desplazamientos, poliritmias y métricas irregulares, otro día sólo de improvisación. Es especifico. Generalmente, doy una cada 3 meses, yo creo que en agosto voy a hacer una. Tengo que ver mucho las fechas de Escalandrum porque viene bastante cargada la agenda.
Hablando de eso, están por encarar una gira extensa por el país y se viene el festejo de los 20 años con Escalandrum…
Si, ya arrancamos. Estuvimos en Santa Fé, Casilda, Rafaela, Usuahia. Este finde vamos a Bariloche, el 18 de mayo en San Pablo, en junio hacemos Banfield, Chaco, Corrientes, Misiones, Necoche, vamos a un festival de música clásica muy importante en Posadas…y así van. Aparece uno cada mes.
¿Cómo va a ser la celebración del jueves 9 en el Teatro Opera?
Vamos a hacer un recorrido de los 11 discos. Vamos a tocar los temas que más nos gustan de nuestra historia. Temas del disco Estados Alterados, Misterioso, Visiones, del último (Estudio 2), Elena Roger va a venir a cantar un par de temas y con Javier Malosetti vamos a hacer algunos de Piazzolla Plays Piazzolla.
Lindos invitados…
Sí, y grandes amigos.
¿Qué significa para vos estar una vez más nominados a disco del año en los Premios Gardel?
A 4 Gardel estamos nominados (en Jazz, Ingeniería de sonido, en grabación del año y disco del año). Eso me llena de orgullo porque lograr eso con música propia es múchísimo. Y más con música instrumental, temas de 7 minutos (se ríe).
¿Cómo fue ir a grabar Estudio 2 a los míticos Abbey Road?
Fui con poco expectativa porque ya de grande te pasa que te dicen que un lugar es magnifico y cuando vas es una porquería. Así que traté de no ir fascinado. Y desde que entré hasta que me fui, era lo mejor que me pasó en la vida. Entrás a la sala donde grabaron los Beatles, El Lado Oscuro de la Luna (de Pink Floyd), donde está la consola y el olor es moderno. El olor es importante. A mí una galletita de salvado me lleva a la casa de nonina en Mar del Plata. Pero cuando abrías la compuerta para bajar por la escalerita famosa era olor a mueblería de San Telmo. Y te juro que cuando me fui, miré la sala por última vez (porque quizás nunca vuelva a estar ahí) y tuve que abrir la puerta y oler una vez más. 
¿Y cómo fue la grabación?
Con Facu Rodriguez, que es nuestro técnico, usamos un montón de micrófonos para tomar los ambientes. De hecho el primer tema del disco, que se llama Estudio 2, es solamente como para que escuches el sonido ambiente del estudio y recién después arranca. Estábamos muy preparados, la grabación duró no muchas horas. Al otro día ya habíamos terminado y quedaron un montón de temas más que no están en el disco y pueden llegar a estar en otro, el día de mañana. Pero fue emocionante. El esfuerzo, pagamos entre todos, dormíamos 4 en una habitación de hotel, comíamos en hamburgueserías, todo bien bajo costo pero felices.
Eran los Beatles pero en Hamburgo…
Claro, ese plan (risas)
Con Elena Roger sé que están por encarar algo nuevo, pero venís gambeteando la pregunta ¿Qué nos podés decir de eso?
Va a ser otro artista revisitado, nada más te puedo decir. Empezamos a ensayar el 21 de mayo y calculo que entraremos a grabar en agosto o septiembre.
Por otra parte con el trío también tenés fecha de presentación de nuevo disco: “Rata” ¿Qué nos podemos adelantar de ese material?
En este disco la mayoría de los discos son míos, cosa que en los otros era más parejo. Me gustó mucho cómo quedó. Me parece que, en cuanto al trío, es el mejor disco que hicimos. También lo grabamos en un día, en ION. El sonido está buenísimo. El 10 de mayo (el día de mi cumpleaños) sale el primer single y me encantó como quedó el disco. Suena bastante original.
¿Hay algún cover?
Sí, tenemos una versión de Coltrane, Naima, que me encanta; una versión de Evidence de Thelonious Monk, en 9/8; y también le dediqué dos temas a River. Uno que se llama River Plate y otro que se llama Estadio Monumental. Lo presentamos el 11 de junio en Thelonious.
Zappa decía que hablar sobre música es como patinar sobre arquitectura ¿Cómo se lleva el fútbol a la música?
Yo vivo el fútbol todo el día. Le hice un tema a mi hijo, a mi hija, a mi mujer, a mi viejo, a Armando Manzanero y también le hago a River. Lo que me da la cancha es que es el único lugar donde no pienso en la música. Me desconecto, es una linda terapia. Y a su vez, cuando empecé a ir a la cancha, cuando tenía 13, estaba prohibida la murga en las plazas. Entonces, yo lo vi por primera vez en la cancha y fue una conexión muy grosa con el ritmo y terminé estudiando la bata.
Hablando de tu niñez, tu abuelo te llevaba a ver conciertos cuando eran un niño ¿Cuál es el más épico al que te llevó?
El más arriba es el concierto del Teatro Colón en el ’83. Que para él era la aceptación de Astor Piazzolla como músico clásico, la primera vez que tocaba con la orquesta del Colón, en su propio país y en una noche que se la daban toda para él. Estuve todo el día con él, corbdatita, bien vestido. Y me firmó un programa de mano que decía: “Danielito, mi querido nietito, no te olvides nunca la noche en que tu abuelo triunfó”. Ese fue el concierto más groso. Sobre todo, me hace pensar ¡Qué loco que el tipo, a la noche más importante de su carrrera, llevó a un nene de 11 años que no sabes si va a querer ir al baño o si se va a aburrir! Para un concierto así tenés que tener una concentración, estar tranquilo, pero él me llevó. Quería que esté ahí.
Tu abuelo le cambió el ritmo al tango, vos le sacaste el bandoneón y el violín a su música. La “Real Academia Argentina del Tango” debe decir ¡Cómo nos hacen renegar estos Piazzolla!
Saqué el bandoneón para que no se enoje (risas). No, yo quería mantener Escalandrum. Es un grupo que se lleva muy bien, que trabajamos a la perfección. Cuando armamos Piazzolla llevábamos 11 años y yo quería hacer algo distinto. Quería mostrar otra manera. Fue arriesgado, porque nuestra sociedad es ideal para pegarle al nieto de Piazzolla y decir que ese disco es una desgracia. Pero fue muy bien aceptado, ganó un Gardel de Oro, a la presentación vinieron los músicos de mi abuelo, me felicitaron, me han convocado a tocar con ellos. No hubo ninguna situación desagradable. Seguramente habrá gente a la que no le gusta para nada, pero son gustos; yo lo respeto. No me voy a poner mal porque a alguien no le guste. Está bien hecho, con amor, no es algo que lo puede hacer cualquiera y creo que se valoró mucho eso.
Sé que estaban craneando una versión medio Frankenstein de Adiós Nonino, de todas meter arreglos de todas las versiones en una sola ¿En qué quedó eso?
Eso ya lo tenemos listo. Ya lo hemos tocado, inclusive. Es una idea que tuve yo, se la di a nuestro arreglados, Nicolás Guerschberg, y él al toqué hizo un arreglo que contienen el ‘Adiós, Nonino sinfónico’, ‘el del noneto’, ‘el tradicional’, ‘el del octeto electrónico’, todos en una sola versión. Ya lo hemos estrenado en Usuahia, en el Lollapalooza, también; este jueves lo vamos a tocar en el Opera, el finde en Bariloche (con la sinfónica) y en San Pablo.
¿Cómo vivieron la experiencia Lollapalooza? Si bien ustedes han participado en festivales a lo largo del mundo, en Argentina no es habitual que los organizadores se den esas licencias.
Nos gustó mucho, porque estábamos festejando 20 años. Estaba bueno el motivo. Nos sentimos muy cómodos tocando en festivales y la gente también lo aceptó. A la prensa le gustó mucho que estemos. Nos parece que está bueno descomprimir. Otro sonido, otra cosa. Poder relajar un poco. No quiero decir que el jazz es relajado pero suena distinto.
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carlossaldivar · 7 years
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Obras públicas que llegaron a Posadas
Plazas (IPRODHA):
Plaza en Chacra 148
PLAZA E-YARA
PLAZA SEC. 21 - MZ 110
PLAZA “OPUI I
PLAZA SEC. 21 – MZ
PLAZA MBARAKA
PLAZA OPUI II
PLAZA ABA
PLAZA MANUJA
PLAZA GUAIRA
Plazoletas del bicentenario y Plaza en calle 133 A entre calles 202 y 204 (IPRODHA)
Reinauguración de la Plaza Sarmiento de Villa Cabello
Remodelación Plazoletas (IPRODHA)
Nº44 Aparicio Almeida
Nº46 De los estudiantes
Nº45 República de Alemania
Nº48 Del Deporte
Nº49 De los trabajadores
Nº50 José Hernández
Plazoleta Gendarmería Nacional DGA
Puesta en Valor Plazas, Plaza Justo José de Urquiza, Plaza San Martín
Polideportivo en Itaembé Miní (en construcción)
(DGA – BAPIM).
Polideportivo en Villa Cabello (en construcción)
(DGA – BAPIM).
Plaza Villa Urquiza, remodelación integral
(Iprodha – BAPIM).
Plaza Saludable Barrio Belgrano (IPS)
Palacio de Justicia
Edificio de oficinas de la administración
Pública – Marandú
Refacciones de emergencia en Reconocimientos
Médicos
Refacción Instituto del Deporte
Puesta en valor Predio Ferial Parque del
Conocimiento
Edificio General de Prensa (refacciones)
Refacciones en el Registro Provincial de las Personas - Chacra 32/33
Puesta en valor del Museo Aníbal Cambas
Parque Paraguayo
(IPRODHA)
Juzgado de Paz Barrio Itaembé Miní
Refacciones en edificio de acopio
Ampliación y refacción Ministerio de
Salud Pública
Refacciones en el Registro Provincial de las Personas.
SUM en Fundación Sol Misionero - Barrio San Gerardo
SUM Barrio Santa Lucía
Playón deportivo-feria franca, tratamiento
espacios verdes y completamiento trama vial en urbanización San Isidro
2 guarderías para urbanización San Isidro
Edificios en Parque Industrial
Obras de infraestructura eléctrica en
Parque Industrial
Centro comercial y/comunitario – Centro de Salud en urbanización San Isidro
Mejoramiento urbano en Club chacra 152
Refacciones varias en la Casa de Gobierno
Módulos de interpretación, Sala de Situación e Iluminación Casa de Gobierno
Trabajos de remoción de residuos
Reparación de escaleras Barrio 804 viviendas chacra
Red eléctrica autódromo
Reparación del Centro de Control Fiscal El Arco
Construcción de rampas para discapacitados en distintos barrios de la ciudad.
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mauricecloss-blog · 7 years
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Obras públicas que llegaron a Posadas
Plazas (IPRODHA):
Plaza en Chacra 148
PLAZA E-YARA
PLAZA SEC. 21 - MZ 110
PLAZA “OPUI I
PLAZA SEC. 21 – MZ
PLAZA MBARAKA
PLAZA OPUI II
PLAZA ABA
PLAZA MANUJA
PLAZA GUAIRA
Plazoletas del bicentenario y Plaza en calle 133 A entre calles 202 y 204 (IPRODHA)
Reinauguración de la Plaza Sarmiento de Villa Cabello
Remodelación Plazoletas (IPRODHA)
Nº44 Aparicio Almeida
Nº46 De los estudiantes
Nº45 República de Alemania
Nº48 Del Deporte
Nº49 De los trabajadores
Nº50 José Hernández
Plazoleta Gendarmería Nacional DGA
Puesta en Valor Plazas, Plaza Justo José de Urquiza, Plaza San Martín
Polideportivo en Itaembé Miní (en construcción)
(DGA – BAPIM).
Polideportivo en Villa Cabello (en construcción)
(DGA – BAPIM).
Plaza Villa Urquiza, remodelación integral
(Iprodha – BAPIM).
Plaza Saludable Barrio Belgrano (IPS)
Palacio de Justicia
Edificio de oficinas de la administración
Pública – Marandú
Refacciones de emergencia en Reconocimientos
Médicos
Refacción Instituto del Deporte
Puesta en valor Predio Ferial Parque del
Conocimiento
Edificio General de Prensa (refacciones)
Refacciones en el Registro Provincial de las Personas - Chacra 32/33
Puesta en valor del Museo Aníbal Cambas
Parque Paraguayo
(IPRODHA)
Juzgado de Paz Barrio Itaembé Miní
Refacciones en edificio de acopio
Ampliación y refacción Ministerio de
Salud Pública
Refacciones en el Registro Provincial de las Personas.
SUM en Fundación Sol Misionero - Barrio San Gerardo
SUM Barrio Santa Lucía
Playón deportivo-feria franca, tratamiento
espacios verdes y completamiento trama vial en urbanización San Isidro
2 guarderías para urbanización San Isidro
Edificios en Parque Industrial
Obras de infraestructura eléctrica en
Parque Industrial
Centro comercial y/comunitario – Centro de Salud en urbanización San Isidro
Mejoramiento urbano en Club chacra 152
Refacciones varias en la Casa de Gobierno
Módulos de interpretación, Sala de Situación e Iluminación Casa de Gobierno
Trabajos de remoción de residuos
Reparación de escaleras Barrio 804 viviendas chacra
Red eléctrica autódromo
Reparación del Centro de Control Fiscal El Arco
Construcción de rampas para discapacitados en distintos barrios de la ciudad.
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rocktails · 5 years
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Pipi Piazzolla: “La nominación al Gardel, con música propia, me llena de orgullo”
“¿Quieren café?” – nos ofrece Pipi Piazzolla en el living de su casa. Vuelve de la cocina con las infusiones y celebra que ninguno de sus visitantes los condimenta con azúcar. “Ustedes son de los míos” – nos confiesa y nos recibe amablemente como un buen anfitrión. Son las 4 de la tarde y Pipi acaba de despedir a uno de sus tantos alumnos que cada semana pasan por el barrio de Villa Urquiza para irse con un conocimiento que apenas cabe en sus cuadernos. Se sabe que Pipi maneja buena data. Cualquiera que lo siga en su carrera con Escalandrum y proyectos paralelos, o también en sus redes, está al tanto de ello. Pipi disfruta la docencia y se le nota. Pero también disfruta su instrumento y está más vigente que nunca. El jueves 9 de mayo festeja sus primeros 20 años con Escalandrum; el 10 sale el primer adelanto del tercer disco de su trío; el fin de semana estará en Bariloche tocando junto a la sinfónica de la ciudad y en medio de un tour agitada, volverá a pasar por Buenos Aires para presentar oficialmente Rata en Thelonious (el 21 de junio). Sin embargo, sus aventuras no terminan ahí. Acaba de estrenarse Re, un programa de televisión conducido por Bobby Flores, de lunes a viernes a las 23:30 hs. en la TV Pública, que lo tiene como flamante columnista de jazz. El otro costado de Pipi, que viene ejercitando también en radio, el de divulgador musical.
Me imaginaba laburando en TV como lo que me toca hacer en Re. Hablando de lo que me gusta, 3 o 4 minutos y listo. No me imagino siendo el conductor. En esta situación estoy realmente cómodo. En algún momento me imaginaba haciendo esto. Es raro que te llamen para hacer una columnita de jazz en tele, pero justo me llamaron para lo único que hubiese dicho que sí. Yo con el tema pantallas hice una master class, que son 90 minutos de data, para Youtube, con subtitulo para quién lo quiera ver de afuera. Yo siempre había tenido ganas de hacerlo porque me gusta mucho enseñar. Pero lo de la tele fue una iniciativa de Bobby Flores que confía mucho en mí y le dije que sí porque el me dijo como era la onda y me gustó el proyecto.
Pipi Piazzolla – FOTO: Martín G.
A la radio al principio le habías dicho que no… Ya hacer un programa de 2 horas sin conocer los códigos, me costó un montón. Pero gracias a un alumno que me dijo que en la radio siempre hay buen clima, dije que sí. Pero estuve a punto de bajarme.
Ahora además de las clases particulares retomaste las Master Class ¿Cómo es el mecanismo de este taller y en qué se diferencia de las otras clases que das?
Cobro la master class de 3 horas lo mismo que cobro una clase mía de una. Por lo general, la doy los sábados para que pueda venir la gente que labura en la semana. Lo que tiene de distinto es que es grupal, yo entrego material escrito, te llevas el libro mío (incluido en el precio) y hablo de un tema específico cada clase. Un día de desplazamientos, poliritmias y métricas irregulares, otro día sólo de improvisación. Es especifico. Generalmente, doy una cada 3 meses, yo creo que en agosto voy a hacer una. Tengo que ver mucho las fechas de Escalandrum porque viene bastante cargada la agenda.
Hablando de eso, están por encarar una gira extensa por el país y se viene el festejo de los 20 años con Escalandrum…
Si, ya arrancamos. Estuvimos en Santa Fé, Casilda, Rafaela, Usuahia. Este finde vamos a Bariloche, el 18 de mayo en San Pablo, en junio hacemos Banfield, Chaco, Corrientes, Misiones, Necoche, vamos a un festival de música clásica muy importante en Posadas…y así van. Aparece uno cada mes.
¿Cómo va a ser la celebración del jueves 9 en el Teatro Opera?
Vamos a hacer un recorrido de los 11 discos. Vamos a tocar los temas que más nos gustan de nuestra historia. Temas del disco Estados Alterados, Misterioso, Visiones, del último (Estudio 2), Elena Roger va a venir a cantar un par de temas y con Javier Malosetti vamos a hacer algunos de Piazzolla Plays Piazzolla.
Lindos invitados…
Sí, y grandes amigos.
¿Qué significa para vos estar una vez más nominados a disco del año en los Premios Gardel?
A 4 Gardel estamos nominados (en Jazz, Ingeniería de sonido, en grabación del año y disco del año). Eso me llena de orgullo porque lograr eso con música propia es múchísimo. Y más con música instrumental, temas de 7 minutos (se ríe).
¿Cómo fue ir a grabar Estudio 2 a los míticos Abbey Road?
Fui con poco expectativa porque ya de grande te pasa que te dicen que un lugar es magnifico y cuando vas es una porquería. Así que traté de no ir fascinado. Y desde que entré hasta que me fui, era lo mejor que me pasó en la vida. Entrás a la sala donde grabaron los Beatles, El Lado Oscuro de la Luna (de Pink Floyd), donde está la consola y el olor es moderno. El olor es importante. A mí una galletita de salvado me lleva a la casa de nonina en Mar del Plata. Pero cuando abrías la compuerta para bajar por la escalerita famosa era olor a mueblería de San Telmo. Y te juro que cuando me fui, miré la sala por última vez (porque quizás nunca vuelva a estar ahí) y tuve que abrir la puerta y oler una vez más. 
¿Y cómo fue la grabación?
Con Facu Rodriguez, que es nuestro técnico, usamos un montón de micrófonos para tomar los ambientes. De hecho el primer tema del disco, que se llama Estudio 2, es solamente como para que escuches el sonido ambiente del estudio y recién después arranca. Estábamos muy preparados, la grabación duró no muchas horas. Al otro día ya habíamos terminado y quedaron un montón de temas más que no están en el disco y pueden llegar a estar en otro, el día de mañana. Pero fue emocionante. El esfuerzo, pagamos entre todos, dormíamos 4 en una habitación de hotel, comíamos en hamburgueserías, todo bien bajo costo pero felices.
Eran los Beatles pero en Hamburgo…
Claro, ese plan (risas)
Con Elena Roger sé que están por encarar algo nuevo, pero venís gambeteando la pregunta ¿Qué nos podés decir de eso?
Va a ser otro artista revisitado, nada más te puedo decir. Empezamos a ensayar el 21 de mayo y calculo que entraremos a grabar en agosto o septiembre.
Por otra parte con el trío también tenés fecha de presentación de nuevo disco: “Rata” ¿Qué nos podemos adelantar de ese material?
En este disco la mayoría de los discos son míos, cosa que en los otros era más parejo. Me gustó mucho cómo quedó. Me parece que, en cuanto al trío, es el mejor disco que hicimos. También lo grabamos en un día, en ION. El sonido está buenísimo. El 10 de mayo (el día de mi cumpleaños) sale el primer single y me encantó como quedó el disco. Suena bastante original.
¿Hay algún cover?
Sí, tenemos una versión de Coltrane, Naima, que me encanta; una versión de Evidence de Thelonious Monk, en 9/8; y también le dediqué dos temas a River. Uno que se llama River Plate y otro que se llama Estadio Monumental. Lo presentamos el 11 de junio en Thelonious.
Zappa decía que hablar sobre música es como patinar sobre arquitectura ¿Cómo se lleva el fútbol a la música?
Yo vivo el fútbol todo el día. Le hice un tema a mi hijo, a mi hija, a mi mujer, a mi viejo, a Armando Manzanero y también le hago a River. Lo que me da la cancha es que es el único lugar donde no pienso en la música. Me desconecto, es una linda terapia. Y a su vez, cuando empecé a ir a la cancha, cuando tenía 13, estaba prohibida la murga en las plazas. Entonces, yo lo vi por primera vez en la cancha y fue una conexión muy grosa con el ritmo y terminé estudiando la bata.
Hablando de tu niñez, tu abuelo te llevaba a ver conciertos cuando eran un niño ¿Cuál es el más épico al que te llevó?
El más arriba es el concierto del Teatro Colón en el ’83. Que para él era la aceptación de Astor Piazzolla como músico clásico, la primera vez que tocaba con la orquesta del Colón, en su propio país y en una noche que se la daban toda para él. Estuve todo el día con él, corbdatita, bien vestido. Y me firmó un programa de mano que decía: “Danielito, mi querido nietito, no te olvides nunca la noche en que tu abuelo triunfó”. Ese fue el concierto más groso. Sobre todo, me hace pensar ¡Qué loco que el tipo, a la noche más importante de su carrrera, llevó a un nene de 11 años que no sabes si va a querer ir al baño o si se va a aburrir! Para un concierto así tenés que tener una concentración, estar tranquilo, pero él me llevó. Quería que esté ahí.
Tu abuelo le cambió el ritmo al tango, vos le sacaste el bandoneón y el violín a su música. La “Real Academia Argentina del Tango” debe decir ¡Cómo nos hacen renegar estos Piazzolla!
Saqué el bandoneón para que no se enoje (risas). No, yo quería mantener Escalandrum. Es un grupo que se lleva muy bien, que trabajamos a la perfección. Cuando armamos Piazzolla llevábamos 11 años y yo quería hacer algo distinto. Quería mostrar otra manera. Fue arriesgado, porque nuestra sociedad es ideal para pegarle al nieto de Piazzolla y decir que ese disco es una desgracia. Pero fue muy bien aceptado, ganó un Gardel de Oro, a la presentación vinieron los músicos de mi abuelo, me felicitaron, me han convocado a tocar con ellos. No hubo ninguna situación desagradable. Seguramente habrá gente a la que no le gusta para nada, pero son gustos; yo lo respeto. No me voy a poner mal porque a alguien no le guste. Está bien hecho, con amor, no es algo que lo puede hacer cualquiera y creo que se valoró mucho eso.
Sé que estaban craneando una versión medio Frankenstein de Adiós Nonino, de todas meter arreglos de todas las versiones en una sola ¿En qué quedó eso?
Eso ya lo tenemos listo. Ya lo hemos tocado, inclusive. Es una idea que tuve yo, se la di a nuestro arreglados, Nicolás Guerschberg, y él al toqué hizo un arreglo que contienen el ‘Adiós, Nonino sinfónico’, ‘el del noneto’, ‘el tradicional’, ‘el del octeto electrónico’, todos en una sola versión. Ya lo hemos estrenado en Usuahia, en el Lollapalooza, también; este jueves lo vamos a tocar en el Opera, el finde en Bariloche (con la sinfónica) y en San Pablo.
¿Cómo vivieron la experiencia Lollapalooza? Si bien ustedes han participado en festivales a lo largo del mundo, en Argentina no es habitual que los organizadores se den esas licencias.
Nos gustó mucho, porque estábamos festejando 20 años. Estaba bueno el motivo. Nos sentimos muy cómodos tocando en festivales y la gente también lo aceptó. A la prensa le gustó mucho que estemos. Nos parece que está bueno descomprimir. Otro sonido, otra cosa. Poder relajar un poco. No quiero decir que el jazz es relajado pero suena distinto.
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